Mareas de venganza.Dos visiones del conflicto

Desde luego, eres toda amor :heart:

Creo que pasas demasiado tiempo junto a tu hermano, lo siguiente es convertirse en viejo verde xD

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Ummm…los cámaras no pueden participar activamente,o dejáis la cámara,o seguís grabando, la elección es vuestra…

En cuanto a mi medio hermano…tal vez sea pícaro y travieso,pero nunca un “viejo verde” Tiene muchos conocimientos adquiridos a través de su longeva vida.

Su carácter es así,y mejor que lo mantenga. Ha sufrido mucho por causa de su amor,la mujer que amaba,fue levantada como caballero de la muerte(un escalofrío recorre al elfo).

Algún día si queréis,os contaré su historia.Pero si esto sucede,no podréis publicarla.El nunca habla de su vida privada.

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La batalla por Costa Oscura había sido muy dura,tanto a Eleanna como a ella misma su tierra se les hacía desconocida llena de maquinaria horda,carros de añublo…les costó entender como conseguir madera para ayudar a montar el frente.En un momento dado mientras bajaban hacia el aserradero una abominación la atrajo con su gancho.Mientras volaba hacia ese monstruo se protegió el vientre por instinto con una mano mientras la otra gesticulaba lanzando un hechizo.
Aterrizó pegada a aquella masa de carne que segundos después caía muerta a sus pies.
-Nadie nos hará daño-dijo bajando la vista a su ombligo.Nadie!!
Acababa de nacer en ella el instinto maternal,el instinto de proteger a su bebé por encima de todo.Y eso la hacía aun más fuerte,más decidida.

Al volver a Boralus recordó una promesa más,escribir a su amado a diario.
-Y que le vas a decir?-preguntó esa tediosa voz de su conciencia una vez más.
Que estoy bien fisicamente,que la batalla ha sido un éxito…no estaría mintiendo aunque se sentía igual de mal como si lo hiciera.Quizás debería contárselo…

Mathias Saw le hizo un gesto desde la cubierta…Jaina requería su ayuda,la horda atacaba las vintas.
-Genial…esto solo acaba de empezar pensó la sacerdotisa.Se acercó confiada,pues un nuevo motivo la llevaba a luchar a partir de ese momento,la paz en Azeroth,que su hijo naciese en un mundo libre de guerras sería su misión.
En cuanto a la carta…debería esperar.

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Me he modernizado, rubio, y ahora tengo cámara-dron, así que puedo hacer las dos cosas a la vez.

Seguiré llamando a tu hermano viejo verde :stuck_out_tongue_closed_eyes: aunque sea sólo para picarlo.

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Eilyria fue la primera en atacar, quería acabar con aquella batalla rápidamente y fue por a la líder, Tyrande. Las flechas volaban a su alrededor mientras ella las esquivaba con soltura mientras seguía avanzando. Un enorme oso se interpuso en su camino, le atravesó la garganta con una de sus gujas y miró como el druida recuperaba su forma original poco antes de morir. Pero esa pequeña distracción bastó para perder de vista su objetivo. Tyrande se encontraba oculta entre un mar de kaldoreis que luchaban con fiereza.

Miró sus gujas ensangrentadas y apretó el puño alrededor de sus empuñaduras. El cuero que las cubría comenzó a crujir por la presión. Alzó la vista al cielo, una manto de nubes había empezado a cubrir el campo de batalla y una tibia lluvia comenzaba a caer. Eilyria estaba ahí parada en mitad de la batalla, un elfo intentó atacarla por la espalda. El ataque del kaldorei golpeó el suelo, Eilyria había desaparecido. De repente el soldado comenzó a perder la sensibilidad de las manos y observaba atónito como estas se desprendían de sus muñecas. Se giró y Eilyria le atravesó el corazón mientra le miraba a los ojos.

La illidari se lanzó al combate y comenzó una carnicería. Se podía seguir el camino que ella había trazado siguiendo los cuerpos cercenados de los elfos que había tenido la desgracia de cruzarse con ella. Entre la multitud un grito resonaba por encima del sonido de la batalla. La figura de un demonio sobresalía sobre los cabezas de los kaldoreis mientras estos salían volando sin poder contener aquella criatura. Eilyria estaba en estado éxtasis. Sentía como sus gujas atravesaban carne y hueso como si fuera mantequilla. La sangre corría libre por sus gujas y manos tan abundantemente que era díficil distinguir donde comenzaba unas y terminabas las otras.

En aquel frenesí asesino distinguió una figura, Tyrande. La sacerdotisa volvía a estar a su alcance, pero un cuerno orco ordenaba retirada. El embate de los elfos era imparable. Ella no estaba dispuesta a abandonar a su presa teniéndola tan cerca. Saltó con todas sus fuerzas hacia la kaldorei empuñando sus gujas, pero notó un fuerte impacto en su pecho y un estruendoso golpe contra los árboles. La figura de un oso con cuernos de ciervo fue lo último que vio antes de perder el conocimiento.

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No te pases paparazzi, mira que recibes también tú. :unamused:

Nah, es broma. Tú querías jugar con aquellos “juguetitos” así que a ti que te torturen debe molarte, así que mejor no. :disappointed:

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¿Le llamáis? ¿Lo dice el sindorei que ha camelado a una sacerdotisa de Elune usando malas artes?

Juré continuar la empresa de mi hermana… y tu eras uno de sus cometidos, que no se te olvide silbilino sindorei.

Y en cuanto a mi pelo… no es sino una alegoría de la muerte y renacimiento de esta kaldorei. El pelo volverá, con más fuerza y brillante que nunca… como esta maga que hará lo que sea necesario por su pueblo.

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:poop: me ha pillado D=

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La batalla había terminado, y la horda había sido expulsada de Costa Oscura. “Volverán” pensaba Eleanna… “y yo les estaré esperando”. Eleanna había dado todo lo que su magia podía ofrecer para expulsar a aquellos seres de sus tierras. Cientos de renegados y orcos habían sido destrozados por su hielo… solo lamentó no haber encontrado a ningún sindorei o nocheterna y seguir saciando sus ansias de venganza con esas razas de traidores.

Los taumaturgos comenzaron a generar portales a diferentes ciudades de la alianza para aquellos soldados que tuvieran que realizar cualquier menester en esos lugares.

La capitana Larissa, la general Plumaluna y Maiev se quedaron organizando las defensas frente a un más que previsible contraataque de la horda. Mientas las observaba, la sacerdotisa Menelwie se aproximó a un portal hacia Boralus. Le hizo un gesto invitándola a acompañarla, a lo que Eleanna respondió:

“Todavía no, mi querida Menelwie… Hay algo que debo hacer ahora… Nos volveremos a ver pronto seguro”. Levantó la mano en señal de despedida. Menelwie se la devolvió y se introdujo en el portal.

Acto seguido la maga se giró y se dirigió hacia Bashal’aran… completamente decidida de lo que iba a hacer…

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Eilyria se despierte desorientada y confundida. Intenta alzar el vuelo pero el dolor se lo impide. Oye voces provenientes del bosque, un par de kaldorei de patrulla. Se esconde como puede y espera a que pasen.

No conoce el lugar, nunca lo ha recorrido, al menos no a pie. Busca la salida del bosque para poder orientarse. Sin saber como llega a un claro en mitad del bosque. Ve una elfa de pelo verde al borde de lo que parece un estanque. “El golpe ha debido ser muy fuerte” piensa. “Parece Eleanna, pero es imposible. Está muerta”. Eilyria se queda observando escondida tras un árbol…

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Al volver de las Vintas estaba agotada,pero al menos la horda no había entrado en Kultiras,Jaina lo había hecho bien.No era muy partidaria de las explosiones,pero era lo único que se podía hacer,los orcos entraban en barcas por docenas al puerto,había que detenerlos,porque una vez más,atacaban inocentes,pescadores…
La crueldad de Sylvanas no tenía límite.Debían detenerla.
Había comido algo de su mochila entre batalla y batalla.Tenía que cuidarse,comer bien,descansar,ahora no era su vida sólo la que estaba en juego.
No había reservado ninguna habitación en Boralus,encontrar alojamiento iba a ser imposible.Además le disgustaba el olor a pescado del puerto en su estado,que Jaina la perdonase,pero Kultiras no era sitio para una kaldorei,y menos para una embarazada.
Cuna quedaba demasiado lejos y empezaba a comprender cuan exigente iba a ser esa campaña,desde luego no iba a volver pronto-pensó soltando un suspiro.
Entonces…donde?.se preguntó empezando a angustiarse.
La respuesta acudió sola.Rebuscó en su mochila en busca de dos objetos.Alli estaban ambas piedras,la de hogar que había situado en Boralus y la de Dalaran.
Isi seguro que estaba encantada de tenerla como huesped otra vez.
Con las dos piedras encima iba a ser como vivir en Boralus,pero con más comodidad,menos ruido y desde luego olores mucho más agradables.

Usó la piedra violeta y enseguida estuvo en la ciudad de los magos.Esta vez paseaba por Dalaran con la toga limpia,nadie la miró horrorizado,posiblemente excepto Isi nadie la relacionaría con aquella elfa que había llegado cubierta de sangre unos días atrás.
Isi se alegró de verla,y su habitación de siempre estaba libre,le dijo que se alojaría por un tiempo indefinido,a lo que la altonato sonrío por respuesta.Los beneficios serían buenos.La gloria del Heroe no era un establecimiento barato,aunque Nomi y su cocina…eran otra historia.

Se dejó caer en la cama agotada,pero su voz interior le recordó que tenía una promesa pendiente.
Cogió papel y pluma y escribió una carta a Argent,se la enviaría a Dawn y ella sabría que hacer.
Decidió que hacer,le contó por encima lo de costa Oscura,le dijo que se encontraba bien,que lo echaba muchísimo de menos,y que tenía una razón más para luchar por la paz,una que le diría en persona cuando volvieran a verse.Y que lo amaba mucho.

Bajó a la puerta de la posada y envió la carta.

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Bashal’aran se encontraba bastante vacío en ese momento. La mayoría de las tropas estaban fortificando las posiciones conquistadas o dando caza a las tropas de la horda que huían…

Eleanna se encontraba de pié frente a la poza que la suma sacerdotisa había utilizado para invocar a la ira de Elune. Seguía teniendo el color de la noche… inmutable, al igual que el eclipse que cubría por completo a su diosa… era ciertamente una estampa… maravillosa.

Eleanna pensaba… “Y si…” …

De manera decidida, pe.netró en la poza. El agua le llegaba por las rodillas justo en el centro de la misma, donde se paró…

Tenía grabado a fuego en su cabeza el rito que había visualizado horas antes. Lady Tyrande invocando a la ira de Elune… transformada en la guerrera de la noche. Había sido de las cosas más impactantes que había presenciado en sus más de 10000 años de vida. Su hermana le había hablado con anterioridad de las comuniones de Tyrande con su diosa… pero nunca había presenciado una y menos para invocar a su vertiente más guerrera.

Eleanna levantó la mirada hacia Elune… su diosa… y comenzó a hablarle:

“Elune, mi diosa. Humildemente te lo suplico. No poseo el poder de la suma sacerdotisa, no conozco el ritual de la guerrera noctura, no pretendo pedirte si quiera eso. No lo merezco… Tan sólo ayúdame… permíteme canalizar mi ira y mis ansias de venganza para poder acabar con los enemigos de tu pueblo.” y cogiendo aire y alzando los brazos gritó “¡Elune humildemente te suplico, canaliza mi ira y mi ansia de venganza!”

Un rayo de luz la cegó… y perdió el conocimiento momentáneamente… Cuando despertó, Eleanna se encontraba tendida en la poza… formando una cruz con el cuerpo, de similar manera que aquella noche en la que resucitó y entró en comunión con su diosa en aquel lago del bosque de Elwynn.

Lentamente abrió los ojos… se incorporó… se notaba diferente. Notaba su ira… pero no de una manera desenfrenada sino… controlada, canalizada… un recurso que explotar… su diosa la había escuchado. Recordaba haberse sentido así en ciertos momentos en su pasado reciente… se sentía… genial, con fuerzas infinitas. "Gracias mi diosa…"dijo inclinando la cabeza hacia la luna…“te juro que luchare y daré mi vida por mi pueblo, por lady Tyrande y por tí.”

“Hermana te encuentras bien?” le gritó una centinela que pasaba por allí. Al girarse hacia ella la centinela se sobresaltó. “Tus ojos… son negros… como los de la suma sacerdotisa…”

“No temas hermana. Elune está con nosotras… no más miedo entre los kaldorei… serán otros los que temerán a partir de ahora” dijo Eleanna apretando los puños.

“Ya verás Ardeniel, hoy ha sido un buen comienzo, juro que no pararé hasta conseguirlo…”

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“Así que los ojos de Tyrande no eran porque se equivocó con el maquillaje” pensó Eilyria escondida tras el árbol. Cuando el claro volvió a quedar desierto, Eilyria alzó el vuelo y volvió a Orgrimmar riéndose a carcajadas por el aspecto de ambas elfas.

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Me siento mal, pero a veces me gusta tu maldad :laughing:

Bueno, seguiré con la edición de la primera temporada mientras os matáis en Costa Oscura :stuck_out_tongue_winking_eye:

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No digas a veces cuando quieres decir siempre, que te conozco. :smiling_imp:

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Eleanna tenía una cosa pendiente por hacer antes de planear si siguiente movimiento. Se dirigía hacia el puerto de Auberdine, donde se encontraban fondeados los barcos usados durante la invasión.

De camino, un par de ramas negras cayeron del cielo delante de la maga. La maga se agachó y vió que no eran ramas… eran una suerte de cuernos. Miró hacia arriba, y vió una montura que se alejaba…

“Seguro que algún DH está mudando la piel… son cosas raras” dijo Eleanna encogiéndose de hombros, y continuó su camino al puerto…

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Menos mal que yo nunca uso montura, sería muy embarazoso que te encontraras mis cuernos.

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Tu no vuelas, tu planeas. Tienes la capacidad de vuelo de una gallina.

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Eh, eso es por jugabilidad, no te confundas.

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Eilyria y el resto de los Illidari, volando:

https://www.youtube.com/watch?v=OvTT7SwoDC0

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