Feliz navidad chicos
El paladín contempló, el rostro de su amada,cuando le pregunto si tenía hambre,y ella contestó sólo de tus besos…
No dudo en complacerla.Tenia la sensación de que aquel cumpleaños había empezado de manera espectacular…
Tras separar sus labios de los de ella,puso cara de pícaro y susurro a su oído
…Tus deseos son órdenes para mi,y con un guiño travieso,volvió a su ocupación anterior.
Zorionak eta Urte Berri On.
Hême se separó de su hermano y lo miró fijamente.
-Sólo tengo una pregunta- dijo Hême.
-Dime, hermano- le respondió Celethas.
-Te vi morir frente a mis propios ojos.¿Cómo diablos sigues vivo?- le preguntó Hême.
-Verás, no quería arriesgarme a morir, por lo que creé una copia arcana mía para que fuera contigo.- le respondió.
Hême calló por un momento. Esta revelación era demasiado absurda para ser cierta. Sin embargo, sabía de sobra que lo que su hermano decía era la verdad.
-Me hiciste pasar por eso, y era mentira? Todo era mentira? Seguro que ni siquiera sabes cómo murió tu copia- le reprochó Hême.
-Pues… no- dijo Celethas.
-Lo suponía. Te odiaría si no me hubiese vuelto tan retorcido, todo rastro de los sentimientos que antes me caracterizaban ha desaparecido.-le dijo Hême- En fin. Ya no podemos hacer nada. Estoy cansado, te importaría acompañarme al portal del Martillo Vil?
-Claro que no, vamos- dijo Celethas.
Los dos fueron al Alto de Krasus, y cuando Hême se disponía a saltar recordó que tenía compañía.
Se transformó en demonio y le dijo con una cavernosa y chirriante voz:
-Agárrate- al tiempo que le tendía la mano.
Cuando le sujetó, Hême salto y llegó planeando al portal.
Al llegar Hême lanzó un hechizo antimagia sobre la isla.
Algo empezaba a darle mala espina a Celethas.
-Podéis dejarnos solos?- les dijo Hême con voz autoritaria a los guardias-Necesito hablar con mi hermano.
-Como desee, señor-dijeron los Illidari antes de retirarse.
-Hême, ya pued…- se interrumpió con un gañido cuando la guja del cazador de demonios atravesó su estómago- Por…qué…hermano…?
Hême retorció la guja y la sangre manó a borbotones.
Celethas comenzaba a ahogarse con su sangre, e intentó conjurar un teletransporte, pero el campo antimagia se lo impedía.
Hême, al percatarse de lo que intentaba, le dijo al tiempo que le cortaba las manos con la otra guja:
-Ni lo intentes, no puedes hacer magia- dijo Hême- Esto es por haberme mentido todo este tiempo, maldito.
Le dio una patada a las manos del mago y cayeron por el borde hacia el vacío.
-Hêgrlgrl- se interrumpió con un borboteo cuando Hême le arrancó la lengua con sus afiladas uñas.
Tras haber hecho esto, Hême sacó sus gujas del cuerpo de su hermano y le quitó la capucha completamente.
Mirándolo directamente a los ojos, le propinó una patada al tiempo que le decía:
-Suerte conjurando un paracaídas…hermano.
Y, cuando ya no podía oírle nadie, dijo con voz dolida:
-Esto es por haber matado a papá- dijo Hême al tiempo que recordaba cómo el cuerpo de su padre había aparecido con quemaduras.
Al principio no lo entendió, pero al saber lo que había hecho su hermano mandando una copia, no tuvo dudas.
Sin más, entró en el portal y fue a hablar con Allari
Que poco has durado sin matar a nadie
Bueno, ya es 25
Que no pare la fiesta
Bueno, no me digas que no se lo merecía.
Y ya es 25, sí, el resto del reparto no debe estar en condiciones en estos momentos…
El tío es bastante tont0 por volver No sé cómo estará el resto del reparto, pero yo estoy genial es lo que tiene que no te guste el alcohol
Jajaja si, aunque Hême sea un adicto al alcohol sin remedio que es capaz de competir en campeonatos de cerveza y ganar sin esfuerzo, yo no suelo beber.
Mira, al menos nosotros recordaremos toda la fiesta
Ehh que la sacer tampoco bebe,una porque no tiene costumbre y otra por su estado.
Off rol debo decir que un par de copas de vino de mi tierra con la cena,una porque es un crimen comer marisco con coca cola y dos porque una tiene un puntito sibarita.
De verdad que ni por Navidad puedes estar sin matar a nadie?
joe con el Dh gore XD
Pasaron la tarde uno en brazos del otro,y al caer la noche cenaron bajo la luz de Elune y las estrellas.
Había enviado un breve correo a Ahzura disculpándose por no acudir a la cena,y como probablemente se había enterado del asalto del cazador de demonios,aprovechó para decirle que estaba bien y que estaba con Argent.El juguete de Katy Estampilla que le había regalado el jefe de correos era ideal para situaciones como aquellas.
-Ojalá pudiera ser así cada día-pensó acostada en la hierba con la mano de él sobre su estómago,mientras miraba el firmamento.
Pero al día siguiente ambos deberían separarse,otra vez,como siempre,ella volvería al Exodar,aun con todo era el mejor lugar.Seguramente Velen mandaría reforzar la guardia y pondría algun tipo de protección contra hechizos y/o juguetes que ocultasen la apariencia de cualquiera que quisiera entrar al Exodar.
-Estás muy pensativa amor-dijo Argent.
-Amm…estaba pensando en que probablemente a partir de mañana estaré mas vigilada aún.Va a ser difícil vernos,pero…tendré que pedirle más de un favor a Ahzura me temo-dijo sonriendo.
-Mmm…que estudiante más pésima vas a ser querida-dijo bromeando.
Menel lo miró con fingido enfado y le contestó:
-Si,me paso el día pensando en lo que no debo me temo.Ciertos ojos dorados me abstraen de los estudios más de lo que debería.
-Ah si?-dijo él divertido.
-No tiene gracia paladín!!-protestó la sacerdotisa.
Bueeeno, si es por tu tierra te perdonamos
Yo acabo de llegar a mi casa, desde las 12 del medio día de ayer
De verdad que yo seré una traidora y blablabla,pero Elune debe estar vomitando estrellas con tremenda kaldorei…será borracha la tía XD
Hombre por fin lo reconoces
No,te estaba imitando
Yo solo veo una frase afirmativa, es como una confesión querida
A ti lo de “borracha” se te queda corto
El paladín permanecía tumbado junto a su amada.El hecho de estar juntos,convertía aquel cumpleaños en el más especial desde hacia muchísimo tiempo.
Contemplaba el cielo junto a su amada,mientras comentaban los acontecimientos pasados,y lo que el futuro les podía deparar a ambos.
¿Así que ciertos “ojos dorados” te distraen demasiado?Pregunto Argent
No tiene gracia contestó la sacerdotisa con un fingido enfado…¿Ah no? Respondió el paladín…y agachandose volvío a besar a su amada.Belore seguía en lo alto,pero ellos…ellos estaban a otras cosas.
Eilyria no tuvo otra opción que aceptar la propuesta de aquellos soldados, aún no podía abandonar aquella ciudad, no sin saber lo que la maga sabía sobre Argentsword. Pidió a los soldados unos instantes a solas para poder preparar su equipo, tras cerrar la puerta se apoyó sobre ella y comenzó a pensar como salir de aquella situación. ¿Huir por la ventana?, entonces ella se convertiría en una de las buscadas, ¿matar a los soldados y fingir que no había pasado nada?, solo le daría algo de tiempo pero insuficiente para cumplir su objetivo. Sea como fuere debía seguirle el juego a aquellos soldado hasta que surgiera una oportunidad.
Terminó de vestirse, se colocó el arnés y enfundó sus gujas; estaba lista. Los soldados le esperaban en la puerta de la posada. - Primero debemos ir al Fuerte Valiente para tomar constancia de su colaboración - le comunicaron. “¿El Fuerte Valiente?” pensó para sí. No podía haber peor sitio para ella, en aquel lugar se encontraban los oficiales de más alto rango del Ejército de la Casa Valiente junto a sus mejores soldados. El trayecto iba a ser largo, la fortificación se encontraba en la punta opuesta al puerto. Durante la caminata los soldados permanecían en silencio caminando el uno al lado del otro. Era evidente que no gustaban de la compañía, aunque no se sabría si por ser kaldorei, por ser illidari o simplemente por ser de la Alianza. La cicatriz de antaño entre Kul Tiras y la Alianza era aún evidente en las miradas del pueblo. Puede que ahora estuvieran del mismo bando, pero aún la confianza entre ellos no había fraguado.
Eilyria estudiaba con detalle cada paso que daba, no solo para evitar encuentros con sus antiguos compañeros de armas ahora en el otro bando sino para memorizar la ciudad, buscar cualquier camino de huida, encontrar cualquier recoveco en el que ocultarse, analizar los movimientos de las tropas. De repente aquel extraño trío se encontraba frente a la enorme puerte del fuerte, dos gigantescas banderolas con el emblema de la Casa Valiente la flanqueaban mientras un escuadra custodiaba la entrada y la plaza que la precedía. Los soldados la dirigieron hacia una entrada lateral por la que accedieron al edificio y la acompañaron hacia una pequeña estancia donde le esperaba un joven soldado sentado tras un escritorio repleto de papeles. El soldado levantó una sola vez la cabeza para observar a Eilyria. - ¿Nombre? - dijo sin más.
-Dirtynia Fuegoinvernal - contestó Eilyria, ese era el nombre de la kaldorei de la que había tomado prestada la apariencia. Cuando su amiga Ixilya le entregó la máscara también le comunicó el desgraciado destino de aquella elfa, no podría incorporarse a su regimiento.
-¿Regimiento? - continuó el soldado.
-Séptima Legión - respondió con seguridad.
-¿Comandante?
-Halford Aterravermis
-Está bien, que se despliegue por los alrededores del cuartel - dijo aquel soldado con tono apático mientras le daba un documento con las órdenes a los soldados que la habían escoltado hasta allí.
Era evidente que las precauciones eran extremas. Volvieron a escoltar a Eilyria a través del fuerte para salir por un punto completamente distinto al que entraron con el propósito de dejarla desorientada. La encomienda de Eilyria era usar su visión espectral para descubrir a aquellos que quisieran ocultar su apariencia, ya fuera tras un disfraz u ocultos entre las sombras. Era evidente que Eilyria no pensaba delatar a ningún Horda presente entre aquellos muros. Su única prioridad era evitar la mirada de los otros illidari para proteger su propio disfraz. No entendía como le permitían involucrarse en ese cometido sin comprobar que ella misma era quien decía ser, “Tal vez me acompañe la fortuna” pensaba. La realidad se vio expuesta cuando echó la vista atrás hacia la fortificación. En uno de los pisos superiores reconocío la imagen de un illidari. Sí la habían escaneado pero ella había estado tan concentrada en no cruzarse con nadie que ni siquiera alzó la mirada para mirar arriba. Alguien de los suyos sabía que llevaba un disfraz y no la había delatado. “Harawen, espero que hayas sido tú” se dijo para sí. A continuación la acompañaron hasta los cuarteles donde se había permitido que se alojaran algunos miembros de la Alianza, principalmente mandos aunque también se les ofreció camas en los barracones a algunos soldados.
La ronda transcurrió tranquila, primero entró en el cuartel. Examinó los barracones, especialmente los designados a los soldados foráneos, luego las cocinas, el armero… sin pretenderlo aquellos soldados le estaban dando un paseo turístico a una enemiga descubriéndoles sus secretos. El día transcurría tranquilo sin que Eilyria les alertase de presencias indeseadas, tampoco había nada de que alertar. Una vez completado el cuartel, se dispusieron a examinar los alrededores. Pronto la illidari notó una presencia sobre los tejados, una pícara sindorei. La pícara y ella se miraron directamente. Ambas sabían que se habían visto la una a la otra, pero Eilyria guardó silencio; conocía a aquella pícara. “Tarixias” pensó de inmediato. Tarixias había servido a la Horda a las órdenes de su prima Xilandra y durante la guerra contra la Legión ambas habían coincidido en más de una ocasión. Eilyria desvió la mirada de Tarixias y siguió su camino, ya sabía que tendría un apoyo si veía obligada a huir.
Una vez concluida su labor los soldados la acompañaron frente a uno de sus superiores, un hombre de porte altanero y mirada narcisista que con frío gesto le agradeció el servicio. Entonces aquel oficial ordenó a sus soldados que la escoltaran de nuevo frente al comandante de la Séptima Legión y le expresaran en su nombre su profundo agradecimiento. Así nuevamente escoltada, Eilyria debía hacer frente a otro desafío; presentarse en el puesto de mando de la Alianza en Boralus.
Ya había pasado el mediodía cuando Eilyria se encontraba de nuevo en el puerto. - No es necesario que me acompañen hasta el barco - dijo intentando deshacerse de su escolta. Pero los soldados insistieron, les habían ordenado que preséntase el agradecimiento de su oficial y pensaba cumplir con su deber. A medida que cruzaban aquellas calles empedradas y cubiertas de salistre, Eilyria se quedaba sin opciones. No quería entrar en aquel barco, quizás después de todo si tenga que matar a sus acompañantes y escapar. Sabía que Genn Cringris podría estar a bordo y su olor no pasaría desapercibido para el viejo lobo; su disfraz no le serviría de nada. Ya distinguía al final del muelle las banderas de la Alianza que ondeaban en el castillo de popa del buque. Si pensaba huir debía ser ahora, antes de que cualquier acción suya pudiera ser detectada desde el barco. Pero la situación no era oportuna. Usó su visión espectral para escanear el barco y asegurarse de que el viejo Cringris no estuviera a bordo, estaba de suerte.
Los soldados de la Casa Valiente se cuadraron y saludaron marcialmente al comandante Aterravermis que se encontraba en cubierta mientras un soldado sostenía un montón de papeles a su lado. El comandante les devolvió el saludo y aceptó el agradecimiento ofrecido. - Es un placer para la Alianza ofrecer sus servicios a la Casa Valiente - expresó con cierto orgullo. - En cuanto a ti - dijo mirando a Eilyria - Acompáñame - El comandante se adentró en el barco guiando a Eilyria hasta el camarote de mando. Allí recogió un papel de la mesa. - ¿Cómo te llamas? - preguntó.
-Dyrtinia Fuegoinvernal - volvía a repetir Eilyria por segunda vez en el día.
-No esperaba tu incorporación hasta mañana - respondió el oficial. - No importa, ya tengo un cometido para ti. Las centinelas destacadas aquí han sufrido algunas bajas recientemente. El Rey me ha pedido que les preste algunos efectivos para compensar. Ya que eres kaldorei, creo que te aceptarán de mejor grado que si mandara a otro - dijo mientras le entregaba un sobre. - Dírigete al cuartel de los Valiente y entrégale esa misiva a la comandante Plumaluna, ella te asignará a una de sus escuadras.
Eilyria no salía de su asombro, no salía de una y se metía en otra. “Tal vez no haya sido tan buena idea venir hasta Boralus” se decía. Podría haber ignorado aquella orden, pero infiltrándose en las centinelas tendría más fácil el acceso a los descubrimientos de Eleanna sobre Argentsword. Era muy arriesgado, pero ya había llegado hasta ahí, no tendría sentido retirarse ahora. Con paso firme volvió a encaminarse hacia el cuartel de los Valiente para entrevistarse con Shandris Plumaluna.
a que me asignan a eilyria a mi escuadra