Mareas de venganza.Dos visiones del conflicto

Claro, lo entiendo.
Gracias por tu ayuda Eilyria, se agradece.
Por cierto, si ves algo que esté mal en alguno de mis relatos, te agradecería que me lo comunicases para poder arreglarlo.

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OFF: Bueno como dije ayer haré entrada doble. Una por el día de ayer, y otra por la de hoy, así que esta cuenta como si hubiera sido escrita ayer :smiley:






… Volverássss a mi…
… Me obedecerássss de nuevo…
… Volverássss a servirme…
… Matarassss a todosssss en mi nombre… por la gloria de… tu reina…

“¡Noooooooooo!”

Eleanna se incorporó jadeante y sudorosa. Se llevó la mano al pecho, le costaba respirar, el corazón le dolía. Mientras jadeaba intentando recuperar la respiración, miró a su alrededor intentando reconocer donde se encontraba.

Estaba en su cama. Se encontraba en el cuartel general de la alianza de Boralus. Había tenido una pesadilla… eso creía al menos, que había sido todo un mal sueño…

Se había despedido de Valeera la noche anterior… ella tenía trabajo que hacer, y una reputación herida que reparar.
(OFF Menudo troleo os metí ayer a todos los sindoreis… ¡os dije que eran amigas! :stuck_out_tongue_winking_eye: . No se han liado… aún :face_with_hand_over_mouth:)

Había regresado a su cuarto para dormir. Necesitaba descansar para terminar de recuperarse. Se llevó las manos a las sienes y empezó a masajearlas suavemente. Poco a poco empezó a relajarse…

Cuando se hubo calmado, se sentó en el filo de su cama y mirando a la pared de enfrente, comenzó a concentrarse.



Sí… lo notaba ahí. Una sensación de felicidad la embargó… por fin había recuperado su maná.

Comenzó a hacer brilli brilli con las manos, como su hermana le había dicho en cierta ocasión. Se sentía estupenda, por primera vez en varios días, y a pesar de la pesadilla… estaba contenta. Iba a necesitar su poder.

“Gracias mi diosa” dijo inclinando levemente la cabeza en señal de respeto.

Se levantó y comenzó a vestirse con su uniforme de maga de la alianza. Recordó entonces que Leryen le había dejado una carta. Recogió su bolsa y la buscó entre sus cosas. Encontró la carta de Leryen… junto a otra nota. La cogió extrañada.

“¿Y esto?” se preguntó.

Abrió la nota y la leyó:

“Espero que el padre invierno se porte bien contigo esta noche mi querida kaldorei. A mí…ya me ha traido el mejor regalo que podía esperar… Te veré en cuanto sepa algo. VS”

Valeera, ¿cuando le había colado esta nota en la bolsa? “Bah, ni te molestes en pensarlo, es una profesional” concluyó Eleanna. Cogió la nota y se la llevó contra el pecho… no se dió cuenta pero estaba… sonriendo como una niña.

“¡El padre invierno viene hoy! Se me había olvidado completamente” Exclamó Eleanna.

La llegada del padre invierno no era para nada una festividad kaldorei, o un personaje que tuviera el menor misticismo para ellos, pero desde que se encontraban en la alianza, algunos kaldorei habían adoptado la tradición por su ambiente festivo y familiar. Sin embargo sus ritos y tradiciones seguían dedicándose plenamente a su diosa.

A Eleanna siempre le gustaba regalar un pequeño detalle a sus más queridos… que en los últimos años se había limitado a su hermana Ardeniel. Ardeniel odiaba esa fiesta, la consideraba estúpida y falsa, por lo que nunca le regalaba nada a ella, pero al menos aceptaba tomar un chocolate caliente y una masa frita que llamaban “churros” con ella. Eleanna se tocó el colgante que llevaba de su hermana en el pecho y susurró con una sonrisa:

“Hoy te incordiaré de nuevo con otro regalo… hermana”.

Abrió entonces la carta de Leryen:

"Mi querida Eleanna. Quiero que sepas que el día que pasé contigo y con vuestras centinelas sentí unas sensaciones que hacía tiempo que no había podido experimentar. Diversión y felicidad. Por ello doy gracias a la luz de que me enviara a ayudaros aquel día. He de presentarme ante mi superior Fareeya, así que dejo a Noah y Einir descansando tranquilamente, se lo merecen.

En cuanto a lo que me pediste, he decidido que te ayudaré. Confío en vosotras, mis queridas centinelas. Espero veros pronto.

Un abrazo, Leryen."

“Gracias por todo Leryen… Gracias…” - dijo para sí misma Eleanna mientras pensaba en aquella draenei.

Terminó de recoger sus cosas y salió a la calle. Tenía clarísimo a que cuatro personas iba a hacerles unos regalos… Invocó su disco volador, y voló hacia el distrito de Upton, en Boralus. Había visto una tienda en la que quizás pudiera encontrar los detalles que tenía en mente…

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Un momento, ¿las draeneis también escriben con acento?

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Me parto el ojete. Llevas toda la razón.

La costumbrrrre xD ahora lo corrijo.

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Es Fareeya…Ymeera…y mi paladina que aun no he leveado que se llama Mireeya XD

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Lo había puesto bien originalmente, pero al quitar las erres de más, se ve que me he comido una e…

Si se llama Mireeya, mejor súbetela cazadora :rofl:

Para quien no lo haya entendido:
Mireeya —> Miriya —> Mirilla.

Al oler el pañuelo,Menel se dio cuenta de algo y empezó a reirse sola.
-Qué tiene tanta gracia?-preguntó Argent levantando una ceja.
-Verás amor,hace tiempo que esta alquimista descubrió cada uno de los ingredientes de tu perfume,aunque no podría establecer las cantidades exactas a menos que se me ocurriese reproducirlo,sin embargo había un ingrediente que no lograba determinar.
-Al oler el pañuelo-continuó-me he dado cuenta,no es que me falte un ingrediente,me falta una variable.Una que cualquier aprendiz de perfumista sabe,que yo misma sé y siempre cuento con ella…sin embargo contigo lo olvidé.
-Una variable?-preguntó Argent.
-Si-dijo ella sonriendo-el olor de tu propia piel,el pañuelo no lo lleva.Ves como me despistan con facilidad esos ojos dorados?-dijo riendo.

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¿No irás a hacer como el tipo ese de la peli “El perfume”, no? xD

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Mientras se dirigía a su reunión con la comandante Plumaluna se acordó de que ella ya poseía algo con lo que comunicarse con Argentsword; el mismo aparato que Prontamuerte había usado para mandarle aquella foto vistiendo la toga amarilla de Menel, el mismo que le había pedido “prestado” Prontamuerte a Argentsoul. Lo buscó en su bolsa pero no lo encontró. “Me lo habré dejado en casa de Xilandra?” Se preguntó.

P.D.: qué habrá hecho Argent con aquella foto? La conservará aún?

Hême estaba tan contento por haber visto al sin’dorei traidor que se estaba empezando a pasar con la bebida.
Llevaba en el Colmillo Partido unas horas y la mesa estaba llena de jarras de litro apiladas una encima de otra formando varios metros de cristal. Los clientes lo miraban fascinados, cada vez más sorprendidos por la resistencia al alcohol de aquel elfo demoníaco.
Se había bebido ya cuarenta y dos jarras cuando la tabernera le dijo que había agotado las existencias.
Hême se levantó de la mesa y le dio una moneda de oro a la orco. Ella lo miró expectante, y él le preguntó:
-Qué quieres?
-Quiero mi dinero, elfo. Cuarenta y dos jarras de cerveza no cuestan un oro.
-Agradece que te haya pagado- dijo Hême mientras con un rápido movimiento, imperceptible a la vista, desenfundaba su guja y la ponía en el cuello de la tabernera.
La orco tragó saliva y asintió con la cabeza, asustada.
Salió de la taberna y montó en su sable vil.
Se dirigió al Circo de las Sombras, podría haber ido volando pero no tenía prisa.
Una vez allí, preguntó a un brujo orco por su hermano.
-Has visto a mi hermano, orquito?- le dijo Hême
El orco suspiró y le indicó dónde estaba Karyesus.
Se acercó a él y le preguntó por lo que estaba haciendo.
-Estoy sacrificando un gnomo para alimentar a Droofum, mi manáfago.- le contestó el brujo.
Al escuchar a su amo hablar de él, el perro demoníaco dio un saltito feliz.
Sabía que su hermano sentía un cariño especial por aquel demonio, aunque no lo reconociese.
Karyesus clavó una daga negra y curva en el pecho del gnomo desnudo, que soltó un grito agónico. Mientras aún seguía vivo, arrojó al pequeño bicho al suelo para que su perro se lo comiera.
Droofum agradeció el regalo y se puso a comer mientras el gnomo gritaba.
Ignorando el espectáculo, Hême le preguntó a su hermano lo que quería.
-Karyesus, he estado investigando al elfo que se ha estado viendo con el enemigo. Es rubio, alto, con los ojos dorados y la misma armadura que tú llevas, pero sin toga. Además tiene una espada curva y el pelo blanco y recogido en una coleta como la del señor regente.- le explicó Hême- Lo conoces?
-Sí, es un alto rango paladín de la orden de Liadrin. No sé su nombre, pero puedes preguntarle a alguien en Lunargenta. Seguro que lo conocen- dijo Karyesus.
-Gracias- dijo Hême.

Argent se rasco la cabeza con aire confundido…¿en serio?
El paladín enrojecio vivamente y pensó…vaya plancha me he llevado.
-Verás amor,realmente no había pensado en ello,y claro,te lo quise dar limpito,no obstante, aunque no lo haya llevado yo,puede recordarte mi presencia cuando este ausente…
Pero si lo prefieres,me lo pongo cuando… y así quedará impregnado,dijo el paladín con cara de travieso…

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Ohhh Dios que alguien me quite esa imagen de la cabeza

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¿Qué imagen? :thinking:

La verdad es que el “casto” paladín empieza a parecerse a cierto personaje de novela erótica…
Ejem…Argent Grey

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El sindorei chuscando con el pañuelo de la novia puesto y no quiero saber qué más… o al menos así lo he entendido yo no se si tengo la mente sucia :thinking:

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Amor-dijo ella intentando aguantar la risa-lo decía a modo educativo y porque no me puedo creer que haya olvidado una norma tan básica de la perfumería, pero no seré yo quien diga que no a ninguna de las dos cosas.

Tuvo que hacer un enorme esfuerzo por no besarlo allí mismo. Asi que le dijo:
-Qué te parece si cogemos algo de cena y volvemos a Nagrand?Pronto se pondrá el sol.
-Te apetece algo en especial?-preguntó él
-Me apeteces tú-pensó ella- para el resto de mi vida.Sin embargo no quiso ponerse triste,volverían a separarse al amanecer y esta vez verse sería aun más difícil,pero ambos sabían que era lo mejor,aunque no lo que hubiesen querido.
Soñaba con un futuro juntos,con la boda que habían pospuesto,con criar a sus hijos,con ser simplemente…una familia.Pero la realidad era que apenas podían pensar en algo que no fuese sobrevivir un día más.
-Menel?-dijo él al verla tan ausente.
-Emmm…estaba pensando,venderán fideos de Pandaria por aqui?

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Yo también lo he entendido así, Aly, así que no eres la única…

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Ah, eso. Pero si son de lo más inocentes, es como ver a dos perros apareándose. Menel todavía no ha pasado de la página 50 del libro kamasupandaren.

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jajajaja +1 Eily y como encima me teleportaron a lo bestia no lo llevaba encima XD
Somos dos románticos…nada de 50 sombras :triumph:
Y si fuese así…sería algo privado,que te veo venir cámara dron XD

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