Mareas de venganza.Dos visiones del conflicto

El pícaro reposaba en su cama, en su cabaña en el Bosque de Argénteos.
Un ruido sonó de repente, y el renegado se incorporó. Miró hacia la ventana, y allí había un pequeño fénix espectral. Lo reconoció al instante: era Feb, la mascota de su amigo Hême.
Le dejó entrar y el pájaro depositó la carta en la cama. El pícaro la cogió con sus putrefactos dedos y el fénix volvió a salir por la ventana. Sacó una de sus dagas y rajó el sello que cerraba la carta.
La abrió, y leyó lo siguiente:
<< Estimado Schatten:

Te escribo para pedirte que te infiltres en Ventormenta y averigües si algún soldado de alto rango tiene algo contra la sacerdotisa Menelwie Bosqueensueño. Fíjate sobre todo en los kaldorei, pues es de esperar que a los suyos no les haga mucha gracia el tema.

Gracias por adelantado por tu ayuda,

H.S.>>
-Vaya,- pensó el pícaro mientras arrojaba la carta al fuego, pues recordaba perfectamente los nombres de sus encargos y no le hacía falta- una nueva presa para el cazador de demonios…
Enseguida invocó un alasangre con armadura y alzó el vuelo. Tras unas hora llegó a los lindes de Ventormenta.
Allí entró en sigilo y entró en la ciudad.
Tras unos minutos dando vueltas, escuchó algo que le llamó la atención: había dos elfos de la noche hablando en un callejón sobre algo que era de su interés. Se ocultó tras una maceta y escuchó con cautela.
-Crees que la sacerdotisa saldrá bien de esta?- decía la elfa, que parecía ser una sacerdotisa-La verdad es que es algo estricta con las novicias,pero Menelwie es una buena persona.
-No lo creo. La capitana Eleanna la atrapará por su traición.-le respondió el elfo, que parecía ser un druida.
-No digas eso, sólo está enamorada- le dijo ella- Además, fuiste tú el que me contó lo de Menelwie porque tus padres viven en la tienda contigua a la de los suyos
-Da igual, la capitana es admirable. Hace unos días fue a hablar con los padres de la sacerdotisa, y pude verla. Tiene un pelo de color verde precioso y unos ojos negros como los de la suma sacerdotisa…- dijo él, con la mirada perdida.
Schatten ya tenia lo que quería. Salió de allí y sacó una piedra violácea de su bolsillo. La hizo girar, y apareció en el Alto de Krasus.

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Edita lo de los ojos Hême,no ha pasado por el rito.

En realidad se metió en la poza y si los tiene negros amor,mira bien a Eleanna,la describe a ella.

No Argent, cuando resucitó se metió en la poza como te ha dicho Menel. Así que si los tiene.

Ademas que habla del pelo verde estropajo…mi pelo índigo es inconfundible…hasta dentro de una enorme bañera vrykul :wink:

Ah,pensaba que lo decía por ti,cariño.Sorry

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Acaba de confundirte con otra y encima no se sabe el color de tu pelo… yo que tú lo mandaba a dormir al sillón

Por cierto que ha sido de Ele? Se enfadó ayer?

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Off rol,estaba tomando una cervecilla con los amigos para despedirme,y entre el móvil y el barullo,no estaba con todos los sentidos alerta.
Mañana toca viaje largo,desde el sur al norte.
:wink:

Estuve con Ele de expediciones esta mañana,pero si que es verdad que lleva 24 horas sin escribir,le preguntaré cuando la vea on.
Se echa de menos los post de la pelo estropajo,sus centinelas siguen abandonadas en medio del bosque.
Mmm…me pensaré lo del sofá XD

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Hême estaba observando la lejanía, recordando la guerra contra la Legión en las Islas Abruptas y Argus. Echaba de menos matar demonios junto al maestro, y sí, por qué no reconocerlo, junto a la Alianza.
De pronto sintió una presencia cerca de él, y rápidamente lanzó su guja.
Un no-muerto apareció con la guja de Hême clavada en el suelo a milímetros de su pie.
-Schatten, te faltan varios siglos para poder pillarme por sorpresa…- bromeó Hême mientras recuperaba su guja.
Schatten soltó una carcajada con la voz reverberante propia de su raza.
-Bueno,Hême. He encontrado a tu objetivo. La capitana Eleanna…-comenzó el renegado.
-Eleanna Arroyoplateado?- lo interrumpió Hême.
Ante la sorpresa de Schatten, Hême se explicó.
-Verás, aunque me avergüenza admitirlo, labré una profunda amistad con una kaldorei en la guerra contra la Legión. Ella es una sacerdotisa, y últimamente me ha hablado de la capitana. Sin embargo, no pensaba que pudiera serme útil…-le dijo el cazador de demonios.
-Entonces veo que ya no me necesitas-le dijo el pícaro.
-Espera, debes hacer algo más. Con ayuda de Menaleth, entrarás en Ventormenta y te asegurarás de que la carta llegue a los barracones y a la capitana.
Hême se sentó en un banco y comenzó a escribir la misiva en thalassiano:
<<Capitana Eleanna Arroyoplateado:
Usted no me conoce, pero yo a usted sí. Me llamo Hême Sangresol, y soy un cazador de demonios,un sin’dorei.
Le escribo porque pienso que podemos ayudarnos mutuamente. Me he enterado por medios externos de que usted va detrás de la sacerdotisa Menelwie Bosqueensueño. Yo hago lo mismo. Si acepta mi ayuda, podemos reunirnos en el lugar y momento que usted quiera. Para comunicarse conmigo, use el cristal que le adjunto en la carta.

H.S>>
Una vez más plasmó su sello en la carta y la metió dentro del sobre,junto a un cristal arcano que Menaleth había encantado para vincularlo con el suyo,cerrándolo con otro golpe de sello.
Le tendió el sobre a Schatten y llamó a Menaleth mediante el comunicador arcano.
Al instante una fluctuación en el aire le indicó que su amigo shal’dorei había llegado.
-Qué ocurre?- preguntó Menaleth
-Verás, Mena, necesito que le hagas un disfraz de humano a Schatten para que pueda entrar en Ventormenta.-le explicó Hême.
-Será fácil. Pero vayamos a un lugar más privado.- respondió Menaleth.
-Por supuesto, seguidme-dijo Hême.
Los llevó a un lugar de los Bajos Fondos que poca gente conocía.
Una vez allí, Hême mató a un humano borracho y lo llevó a la esquina con sus amigos.
Menaleth realizó unos movimientos y Schatten cambió hasta convertirse en un humano.
Hême le dio su aprobación y el nocheterna, que era un experto en telemancia, abrió un portal a las afueras de Ventormenta.
Schatten cruzó el portal y apareció en Ventormenta.
Entró por la puerta y se dirigió a los barracones.
Allí buscó el buzón de la capitana y coló la carta en la abertura. Satisfecho, salió de Ventormenta y cruzó de nuevo el portal.
-Ya?-dijo Hême.
-Por supuesto, soy un buen asesino. Trabajo rápido, recuerdas?-le dijo Schatten.
Menaleth disipó el disfraz y los tres se separaron.
Ahora sólo tenía que esperar una respuesta.

PD: Necesito que Ele responda para seguir, espero que vuelva pronto XD

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Los dos paladines aprovechando que sus respectivas descansaban,tras el duro entrenamiento,decidieron preparar una cena romántica y especial,eso sí,sin pescado.

Pidieron al tabernero permiso,para colocar una mesa en un rincón.Buscando por los alrededores,localizaron unos candelabros con velas,así como una vajilla, decorada con motivos elficos.
Ambos eran buenos cocineros,y tras una rápida escapada del mayor de ellos,prepararon una serie de manjares que pensaban serían del agrado de sus mujeres.
Contrataron un bardo,para que amenizara la velada,con antiguas tonadas,de corte romántico,y buscaron algunas bebidas suaves para acompañar la comida.
El pequeño hizo uso de la piedra para presentarse en Dalaran,y adquirir unas rosas azules,y otras blancas para completar la decoración.

El tabernero,hombre avispado y de negocios,les propuso una serie de entrantes,y algún vino especial,para disfrutar de la velada.Costaba algún oro más de lo previsto,pero ambos hermanos no tenían problemas económicos.
Ambos hombres fueron a darse un baño,y mientras se preparaban,bromeaban sobre las cosas del matrimonio.
Cualquiera que los hubiese visto,no dudaría de que eran hermanos.Uno canoso,y el otro con un tono rubio en sus cabellos…
La sonrisa, y muchos de los gestos les delataban,porque parecían el reflejo de un espejo.Una vez dado el visto bueno,ambos se dirigieron hacia las habitaciones,para avisar a sus amadas.Los dos les comentaron que se pusiesen “guapas”.Realmente no les hacia falta,porque ambas,cada una a su manera,eran hermosísimas.
Ambos hermanos,se dirigieron a tomar una cerveza,y compartir una pipa,mientras esperaban a las dueñas de sus corazones…

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Tengo raid cortita hoy,dos horas para ser exactos,cuando vuelva esa velada va a ser…perfecta, aviso :wink:
Sed buenos :kissing_heart:

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Que te vaya bien Menel.

Elune adore, Menel :wave:

¿Podremos los demás sobrevivir a la velada sin caer en un coma hipoglucémico? :stuck_out_tongue_winking_eye:

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No lo creo Hae, pero esperemos que Argent no escriba sus losas que provocan diabetes mientras Menel no está… :wink:

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Que malos que sois…no importa,provocar exceso de azucar en vuestra sangre me encanta.Pero…aunque sea muy romantico(que lo soy), me cuesta un poquito,pero sólo por chinchaos…
:joy::joy::joy:

No hombre Argent, que va con cariño… :rofl:
Si en el fondo te queremos… :kissing_heart:

Eso es cruel D=

Yo de malo no tengo un pelo, eso es Hême, que es pura maldad. ¬^¬

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Se bañó tranquila,Argent le había dejado la habitación para ella sola.Disfrutó del baño echándole un puñado de sus sales.
Cuando les habían dicho que se pusieran guapas,Winter había enarcado una ceja y a ella le había dado la risa
-Siempre estamos guapas!!-habían contestado al unísono.Aunque entendían la petición,sería una noche especial y vestirían sus mejores galas.
Mientras se secaba repasó su vestuario,estaba entre la toga de sacerdotisa o la rosa de Ahn Qiraj,tenía muchas más pero siempre acababa escogiendo entre esas dos cuando de una cita con su amado se trataba.
-Mmm-pensó-estaremos a solas los cuatro y el tabernero,que como se pase mirando le tiro una peste,luego recordó que no podía usar su magía sombría y torció el gesto.En cuanto a Soul tendría ojos solo para su esposa.Así que al final se decidió por la rosa,pensando que en unos meses no podría ponérsela.
Decidió sorprenderlo de dos maneras.La primera de ellas recogiéndose el pelo,siempre lo llevaba suelto,la segunda quitándose el collar de azerita que Magni le había confiado,nunca se lo quitaba,pero debajo escondía un lunar que él nunca había visto.Estaba en la base de su cuello,justo en el centro,situado como si fuese una pequeña perla negra.Puso el collar de azerita a buen recaudo en un arcón de saronita con una combinación numérica.
Cuando se daba los últimos retoques con perfume Winter llamó a la puerta.
-Estás lista Menel?
-Si voy-contestó dirigiéndose a la puerta.
Que guapa!!-se dijeron a la vez.
Su cuñada estaba espectacular con una toga azul cielo escotada en los hombros,tan distinta a sus placas habituales.Al mirarle la mano vio que llevaba su alianza de bodas y le sonrió.
-Hacía tiempo que no me la ponía-dijo Winter.
-Le darás una alegría a tu esposo,seguro-dijo la sacerdotisa con una sonrisa.
-Y tú a los ojos del tuyo,esa toga es espectacular.
-Creeme solo por las veces que tuve que ir a matar a esos asquerosos insectos lo merece.
Bajaron hablando de vestuario y estaban tan entretenidas que las cogió por sorpresa los “Ohh” de admiración de sus paladines.
Menel se acercó a Argent y se inclinó a besarlo con suavidad.Soul se puso de pie y cogió a Winter por las manos y con lágrimas en los ojos le dijo lo hermosa que estaba.
Menel sonrió con dulzura,pensó en cuantos años perdidos y separados habían tenido que pasar y se alegró enormemente por ellos.
Se sentó mientras Argent le sonreía y le decía que daba igual cuantas veces se pusiera esa toga,siempre lo dejaba sin habla.Y que el pelo recogido dejaba a la vista su hermoso cuello,entonces reparó en el lunar.
-Es mi lunar de la suerte,cuando era pequeña me auguraron un destino exitoso-dijo ella a modo de explicación.
-Es muy sensual-le susurró él al oído.Ella enrojeció ligeramente.
-Somos muy afortunados-escuchó decir a Soul.
-Bueno…nosotras tampoco tenemos queja-dijo ella bromeando.
-Estás preciosa cuñada-dijo Argent sonriendo a Winter.
-Menel está espectacular-dijo Soul-no me extraña que la hayas dejado embarazada de gemelos.
Se echaron a reír los cuatro aunque la sacerdotisa había enrojecido visiblemente.
Argent cogió una de las rosas azules y se la dio,ella lo beso y le susurro bajito lo mucho que lo amaba.Soul hizo lo propio con la rosa blanca y Menel se preguntó que significado tendría para ellos.
La cena estaba deliciosa y hablaron sobre el pasado,el presente y el futuro,o al menos teorizaron sobre él sin incidir mucho en lo que podría pasar.
Tuvo que admitirse a si misma que su cuñado cuando quería podía ser de lo más simpático.
Al terminar la cena simplemente se quedaron un rato sentados,escuchando al bardo y dejándose llevar por las románticas letras de sus canciones.
Menel apoyó la cabeza en el hombro de Argent y él le pasó la mano por la cintura.Por su parte sus cuñados tenían las manos entrelazadas sobre la mesa.
Pasaba la medianoche cuando se despidieron,Winter y Soul se dirigieron donde la noche anterior,ellos con mil promesas de amor en la mirada, a la habitación numero tres.

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Abandonó el Refugio Alblanco atravesando el portal hacia Dalaran. Al igual que en el propio Refugio, la actividad en la ciudadela flotante, había disminuido con creces con la derrota de la Legión. Fue a dirigirse al portal hacia Pandaria, pero se lo pensó mejor y al final entró en la taberna principal en busca de algún buen vino.

Una vez sentado y servido paseó la mirada por los clientes. Había de todo: humanos, draenei, elfos de sangre y hasta un no-muerto que le resultaba bastante familiar y que se dirigía hacia él.

– ¡Ethan!- saludó- ¡Cuánto tiempo sin verte, cachocarne!- estrechó la maltrecha mano del no-muerto.

– Sabes que no me llamo así- dijo éste mientras se sentaba- ya no.

– ¡Venga ya! ¡No pienso llamarte “Toimueto”! Es ridículo hasta para ti.

– ¡Pero lo estoy, y es divertido!

Hæyhæ soltó una carcajada.

– De verdad, tu hermana y tú sois tal para cual…

Ethan sonrió con cierta pesadumbre, las cosas últimamente eran muy complicadas. En especial para él y tras lo ocurrido con aquella catastrófica reunión de los Renegados con su familia en la alianza.

– Fue una suerte no acudir, había algo que me daba mala espina y a ella también- Ethan apoyó los codos en la mesa, entrecruzando los dedos- también es una suerte contar con Alonsus y Calia en el Templo.

El sin’dorei bebió un pequeño sorbo del vino. Conocía a ambos hermanos desde poco antes de la batalla en la Costa Abrupta, donde Varian y Vol’jin habían caído. Nunca pensó que iba a hacer amistad con alguien de la alianza, pero durante aquel tiempo, ciertamente fue algo fácil.

– ¿Y qué piensas hacer? No puedes quedarte para siempre en ese Templo.

El no-muerto se encogió de hombros.

– Es mejor que rondar por la mugre de Orgrimmar, después de aquella reunión no me queda un ápice de afinidad con “nuestra” Jefa. Y no soy el único que lo piensa.

– No me digas que piensas presentarte en Ventormenta - rió - aún con tu hermana al lado, no sé si son tan abiertos de mente por ahí.

– Probablemente no- contestó Ethan con una sonrisa torcida- pero de todas formas esa zona es de mi agrado. Llueve mucho para mi gusto.

El cazador arqueó una ceja.

– No me digas que te deprime la lluvia…

– No, pero me cala hasta los huesos.

Tras un instante, el sin’dorei soltó una carcajada.

– Por favor ¡No empieces con tus chistes!

Por la cara que puso, no parecía que fuera a hacer caso a su compañero de mesa. Cuando Ethan empezaba con sus juegos de palabras y chistes malos, nadie podía pararle, alguna vez incluso, su hermana le había quemado la capa porque no aguantaba más. “¡Cosas de hermanos”! había dicho él.

Off// Bueno, no puedo seguir más ¡no tengo ni idea de qué poner! :sweat_smile: He tirado un poco del baúl de ideas absurdas, pero está escaso.

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