El problema del lenguaje inclusivo es que le dificulta aún más a colectivos con dificultades de lectoescritura, como puede ser la dislexia, disortografía, trastornos de atención o discapacidad visual. En especial estos últimos, que oyen los sitios web por medio de software TTS, es infame como se distorsiona el mensaje, sobre todo cuando se popularizó la X o la @, haciendo prácticamente imposible la comprensión del texto. La e, dentro de lo artificial que resulta, al menos emplea fonemas naturales.
Yo he trabajado brevemente en temas de accesibilidad y me parece que es la gran olvidada cuando hablamos de algo que afecta a la comprensión lectora de un grueso de la población, pues se estima que un 10% de la población mundial sufre dislexia en mayor o menor grado. Y solo en España hay casi un millón de personas con discapacidad visual.
Un saludote ^_ ^