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Un currículum bastante bueno señor Laguna, la verdad, instructor de tiro y de artes marciales para el ejercito de la Alianza durante los ultimos 15 años así como multitud de titulos… explorador, tirador de elite, espadachin, contraespionaje y otros…
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Gracias señor…
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No obstante… no veo demasiado acerca de su experiencia en combate más allá de alguna refriega con los Kobolds…
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Me gradué en la Academia con una de las mejores notas y empecé como instructor nada más acabar… entre el trabajo y sacar todos los titulos no he tenido muchas posibilidades de entrar en combate, señor.
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Ya veo… - dijo el Comandante de la Guardia de manera condescendiente. - También tengo por aquí una carta de Lord Bufford en la que no sale usted demasiado bien parado… ¿Algo que decir al respecto?
Laguna bufó mientras dirigía sus ojos al techo de loza blanca.
- No señor, nada que decir. - dijo Laguna con desgana.
El Comandante lo miró fijamente, como tratando de ver a través de él, mientras sellaba su currículum con un gran “NO APTO”. Laguna se levanto bruscamente y salió del despacho dando un portazo sin dar tiempo al Comandante de decir una sola palabra más.
Camino rapido y en silencio por los pasillos de piedra pulida hasta salir del Castillo. Una vez fuera, un joven rubio, regordete y de baja estatura se le acerco.
- ¿Qué tal te fué? - dijo el chico tendiendole el puño.
Laguna chocó el puño al joven.
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Pues no me han aceptado, Jhoni… Bufford se encargó de escribir una carta para asegurarse de ello.
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Vaya… sigue resentido porque te pilló en la cama con su hija, parece. - respondio Jhoni con sorna. - Nunca has tenido buen ojo para las mujeres.
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El problema no es la chica - le contestó Laguna. - Ella es un cielo de niña… el problema es su padre que es tremendo hijo de… Mejor me callo, el castillo tiene oidos por todas partes.
Laguna miró a ambos lados con disimulo e hizo señas a su amigo para que lo siguiera. Bajaron las escaleras del Castillo de Ventormenta camino a los canales.
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¿Que piensas hacer ahora? ¿Volverás como instructor? . - preguntó Jhoni.
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No, colega, estoy cansaso de eso y de estar siempre metido en esta ciudad. Quiero salir, ver mundo, ayudar al pueblo… ser de utilidad ¿sabes?.
Laguna y Jhoni habían llegado a la entrada de los muelles, buscaron un banco cercano y se sentaron allí.
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¿Has pensado unirte a alguna compañia, hermandad o algo por el estilo?. - preguntó el joven regordete.
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No es algo que me agrade, la verdad, no me veo como mercenario ni cazarecompensas… ya sabes… pero quizá esa sea ahora la única opción que tengo para salir de este sitio.
Los dos amigos se quedaron allí sentados, mirando al horizonte, mientras el sol caia poco a poco.