Una vida normal

Sentada sobre una montaña de Zereth Mortis miraba el paisaje con el ceño fruncido.
Zovaal había caído,y ella no había entrado al Sepulcro de los primeros. Había llegado tarde. Maldijo a los naaru por ello. Aunque no eran aquellos seres de luz los culpables. Y si debía ser sincera consigo misma echarle la culpa a Romuul tampoco era de recibo.
La culpa era suya,lo supo desde el principio. Aquel draenei no dejaría solo el Vindicaar ni para tomar un café.
Y ella no estaba hecha para vivir el resto de su vida en una nave.
Cogió una piedra que tenía al lado y la tiró lejos con enfado.
Querían cosas distintas. Y no podía culpar al Gran Artificiero por ello.
Él podía pasar horas revisando cristales y motores. Al principio le había parecido divertido, interesante, pero el paso del tiempo ,las horas de inactividad,ver Azeroth desde la nave… Y saber todo lo que estaba ocurriendo… Sylvanas,el yelmo,la plaga,las tierras sombrías…
Sentía una acuciante necesidad de ir,de combatir una vez más. Pero Romuul una y otra vez insistía.
-Querida,ya no es tu labor. Ahora tienes otra vida.
Y ella se dejaba convencer mientras cada día hastiaba más aquella nave. Aquel encierro voluntario.
Cuando se sentía muy frustrada bajaba a los muñecos de entrenamiento y descargaba su ira contra ellos.
Y pasaban las semanas,los meses,los años…bajaba a veces creando un portal al Exodar a visitar a su hermana y su nueva familia.
Y veía feliz a Ka,como quería que la llamaba ahora. Ese paladín y esa niña le estaban cambiando la vida a su gemela.
Otras veces hacia un portal a Dalaran y visitaba a Menel. Y veía como otro paladín y dos niños tenían a su amiga feliz también aunque últimamente con lo sucedido con Elune y Tyrande a veces la notaba sombría.
Pero Romuul no quería hijos. Y si tenía que ser sincera tampoco ella,si lo pensaba con detenimiento el hecho de querer ser madre no era más que un medio de intentar salir de aquella rutina tediosa de su día a día en el Vindicaar.
Y las noticias no es que llegasen frescas a la nave,a veces tardaban meses. Pero cuando supo que el taller de creación de los primeros había sido encontrado y que Zovaal amenazaba con resetear la creación misma del universo…no aguantó más.
Se fue a su habitación a preparar la mochila.
Cuando el Gran Artificiero Rommul la vio tan atareada lo supo
-Te vas verdad?
-Si
-Volverás?
-No. Lo siento mucho Rommul pero esta es tu vida,no la mía.Y no sé cuál es mi vida,o que hacer con ella,con el futuro,pero si se que no está aquí contigo. Te quiero mucho,pero…
-Lo se,no es suficiente.
-No,no lo es.
El Gran Artificiero se acercó a ella. La besó por última vez y se alejó unos pasos para dejarle espacio.
La maga con una sonrisa triste conjuró un portal a Ventomenta.
-Gracias por todo. Y hasta siempre.
-Adios pequeña mía.
Cruzó el portal sin mirar atrás.

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Atrás quedaban aquellos días de lucha e incertidumbre y aunque escuchara épicas de los mortales que cruzaron el Velo para salvar la existencia ya le quedaba remotos esos tiempos, al igual que Azeroth. Desde entonces pudo ver que el fruto de su esfuerzo tomó forma pues no solo el reino, si no el resto de las Tierras Sombrías habían recuperado su normalidad tras cerrar el capítulo más oscuro de su existencia y sin embargo las cicatrices dejadas por estas aún seguían abiertas… demasiado aún.

Con que aquí estabas, me costó encontrarte. Al mirar sobre el pudo ver a la kyriana ensombreciéndole.

Ah buenas Kleia, sabes que siempre vengo aquí cuando quiero tomar un pequeño respiro.

Me dijiste que ibas a entrenar unos días.

Y entrenar es lo que hecho pero… estoy molido y necesitaba un descanso, pobres de los de la antigua Mano de Plata si entrenaban así a diario.

¿Como le va?. Hace tiempo que no hablo con el. ¿Sigue culpabilizandose por lo de su discípulo?.

Así es, la culpa es un sentimiento que cuesta superar… Recordó a su homólogo caído en desgracia.

Veo que no es el único que carga ese peso.

Y por eso puedo llegar a entenderlo un poco, salvando la inmensa distancia, saber que pudiste evitar verlo caer y no haber hecho lo suficiente te consume… Respiró profundamente. Pero se que no has venido a hablarme de culpabilidad. ¿Has venido a visitarme?.

En verdad no, aunque tenía ganas desde hace tiempo, pero es que no doy a basto organizando el Templo, aun queda muchísimo que hacer allí… bueno a lo que iba. ¿Te interesa hacer un viajecillo?.

Sabes que siempre estoy dispuesto pues me consagraron con tal labor.

Nuestros… “aliados” Venthyr solicitan que un kyriano venga a por unas almas liberadas de sus piedras del pecado para volver a ser juzgados por Pelag… perdón, el Enjuiciador y claro, eres el más idóneo para ello. ¿Qué te parece ir a Revendeth?.

Revendeth, la última vez que estuve fue cuando… derrocamos al Sire y además… Otra vez le vino a la mente su “aliado”.

¿Pasa algo?. ¿Ese sentimiento de amargura que tienes es por… él verdad?.

Así es, me gustaría hablar con el pero a la vez no se si debería, moralmente y por que no quisiera interferir con su penitencia.

Yo creo que estará encantado de verte.

Le prometí que le vería… acepto la labor, gracias Kleia por escucharme.

Fuiste tu quien se puso de acuerdo contigo mismo y si no es pedir mucho… háblale de mi a Pelagos cuando lo veas, por favor.

Sabes que lo haría aunque no me lo dijeras, está bien, tomo tu palabra.

Gracias.

No hay de que, y por cierto… ¿Quien resguarda las almas que he de recoger?. Por ir directo.

La Acusadora, se encarga personalmente de despedirse de las almas que han acabado su penitencia.

Entonces me voy ya… cuando venga Helios claro… ¡Que cabeza tengo!. Tengo que pasar por la taberna en Oribos, es parte de la promesa.

Estoy segura de que se alegrará de verte.

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Korthia había resultado curiosa. Los archivistas le encomendaron la recuperación de algunos códices y reliquias antiguas. Ciertamente tuvo que utilizar sus habilidades de combate en múltiples ocasiones,pero acostumbrado al vagabundeo, y en compañía de otros,había solventado los enfrentamientos.
En más de una ocasión se acordaba de Blue,su amiga casi hermana desde la infancia. Pensando que si le viese de esta guisa,no se lo creería.
Había sido bastante tranquilo,y buscó la erudición durante años. Sin embargo,llegó a un punto vital,en el que los conocimientos teóricos le parecían un palido reflejo de la realidad,asi que decidió vivir en primera persona aquel mundo extraño,en el que el accidente les había depositado…
Recordaba con cariño las palabras de Velen,antes de marcharse…
“Podemos elegir,entre vivir como observadores y cronistas del tiempo,o participar en los cambios que se producen”
Wandering había optado por “participar” y ahora,en la ciudad eterna de Oribos,se disponía a conocer una parte más del mismo…
Zereth Mortis…
Continuará

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Caminaba distraida por Oribos. La lucha y el final del carcelero,le habían provocado una especie de vacio,y fatiga. Estaba valorando seriamente volver al Exodar,para tener unas vacaciones,hasta que el gusanillo de la aventura,tomara fuerza de nuevo en ella. Algo había oido de las islas de “nosequé”,pero no le había prestado especial atención.
Sumida en sus pensamientos,no era muy consciente del entorno,hasta que cerca del portal hacia Zereth,oyó una voz,con el característico deje de arrastrar las erres,que su raza tenía. Levantó la vista y el asombro cubrió su rostro…
No puede ser pensó, sin embargo si que lo era. Cubierto con armadura de combate,y portando dos martillos enfundados,su anchura de espalda lo hacían inconfundible. Cautelosa se acercó por detrás…
¿Wandering?..
El draenei reaccionó ante aquella voz que tan bien conocía desde su infancia…
¡¡¡Blue!!! El abrazo fue intenso, miles de momentos compartidos en la infancia pasaron por sus mentes,y un torrente de alegria les desbordó.
Se miraban sin decirse nada,con una sonrisa en sus caras de lo más elocuente.
¿Como has llegado aquí hermanito? Esa era una expresión de cariño que usaban desde la infancia.
Me cansé de ver el mundo pasar,y decidí dar el paso. Ahora ya no soy lo que fui,aunque una parte de mi permanece,sin embargo el dolor y la guerra,me forzaron a acabar mis estudios,y tomar parte de todo…
Veo que elegiste el camino de los elementos, como yo,pero según veo tus armas,optaste por el cuerpo a cuerpo…
Bueno,pensé que no llegaría a emularte,hermanita,y dado lo bruto que soy,opté por este camino…
Las risas ante el comentario de bruto,hicieron girarse a alguno de los viandantes. Desde niños Wandering había sido torpe y desmañado,de ahí lo de bruto. Cuando empezó a interesarse por la alquimia, cientos de viales de cristal,acabaron hechos añicos, así que por consejo de sus maestros, optó por la inscripción.
Esto hará que centres tu mente,y pulirá tu destreza,le decian sus maestros. La verdad es que acertaron de pleno,y ahora sus delicados trabajos,le habían hecho ganar fama y reconocimento,así como unos ingresos bastante importantes.
La tarde pasó lentamente,entre risas,comentarios,y una puesta al día de las aventuras de ambos. Intercambiaron un comunicador para mantener el contacto,y prometieron verse más a menudo.
Una última recomendación hermanito,Zereth Mortis está “pacificado” ahora. Se que vas a ir igualmente,asi que no dejes de visitar la fábrica de protoformas…
Con un abrazo se despidieron,prometiendo compartir nuevas aventuras…
Continuará

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Por horas caminaron por las yermas estepas en la más de la absoluta soledad rodeados únicamente por rocas cristalizadas y algún que otro tronco petrificado, vestigios de lo que otrora fuera un verde bosque, ahora tornado en lo más cercano a las Tierras del Fuego sobre la faz de Azeroth. Al fin vieron en el horizonte algo que rompió la monotonía.

Por fin alguien… Replicó el acalorado paladín.

No pierdas la guardia, podía ser un orco.

¿Qué pinta un orco aquí?. Estamos en medio de territorio Alianza.

Una larga historia, pero en resumen, se quedaron aquí durante la Segunda Guerra, no tienen nada que ver con nuestra “querida” Horda.

Menuda plaga… espera, creo que empiezo a ver algo más.

Conforme se acercaron pudieron distinguir más quien aguardaba en el camino, para su suerte ni rastro de orco, más bien un enano de oscura tez y barba blanca como la ceniza tomando un trago de a saber que bebida de su metálica petaca apoyado en su pequeño carromato vacío que no pareciera ir a ningún sitio por como las dos bestias de carga, una especie de cánido de piel ardiente como la lava, reposaban en el suelo bebiendo del barreño de agua frente a estos.

¡Ei!. ¿Que hacen unos tipos como vosotros en un lugar como este?. Exclamó el enano cerrando su petaca.

Hola. ¿Le ha pasado algo a su carromato?.

Si, que el viejo “Bocachancla” esta sediento y… ¿Le pasa algo a tu amigo?. Lo veo un poco pálido.

¿?Miró desconcertado al mercader que volvía a beber de su petaca. Ah, que es del norte. ¿Necesita ayuda?.

Que va, en un ratico estará listo para seguir.

¿De verdad un animal así puede tirar de un carro?.

Por supuesto, cada uno tiene la tenacidad y fuerza de dos caballos te lo aseguro… Ahora que lo pienso… ¿Van a Cincelada verdad?.

Así es.

¿Podrían hacerme un favor si pueden?. Díganle a ese terco de Stebben que me prepare un cargamento de thorio, refinado superior, listo para cargar, no quiero perder a mi cliente.

No es que nos importe pero no sabemos quien es ni como se ve.

Todos les conoce, Cincelada no es Ventormenta precisamente, si me hacen el favor dejo a mi cuenta unos tragos, pero díganselo, es mucho dinero el que podría perder si no le llega.

No se preocupe, nos pilla de paso.

Gracias, el viejo Thalmud está en deuda con vosotros.

¿Thalmud?.

El barbas, claro está. Se señaló con orgullo a sí mismo.

Creo que todos tenemos barba aquí…

¡Ja!. Eso si ha sido un buen chiste, si solo tienen pelusilla… mira me has alegrado el día, tienen otro trago a mi cuenta.

¿No estamos lejos del puesto no?.

Que va, una hora y poco, pero tengo el tiempo justo para ir a Ventormenta… ese condenado paso de Crestagrana acabará mal, ya te digo que lo hará.

Pensando en lo mismo partieron hacia el puesto con una nueva misión entre manos. Pasado un buen rato rompió el no muerto rompió su silencio.

Más vale que tengan algo decente que beber…

¿Te pasa algo?, pareces enojado.

“Soy del norte”…

Nos ahorramos explicaciones.

No somos los mensajeros de nadie.

¿Que más te da?. Si nos viene de paso y de paso bebercio gratis.

Si, empiezan así y acabas en Tierras Inhóspitas buscando un pico por que el primo del encargado del thorio se lo perdió allí.

¿Acaso tienes prisa por llegar?. Vive esto como… una aventura, si. Ya llegará el día en el que otra gran amenaza llegue y echaremos en menos estos momentos.

El no muerto gruñó, pero asintió. Está bien… pero a la mínima que se vayan por las ramas seguimos nuestro camino.

Solo es decirle a ese Stebben lo de la carga y ya, además, deberíamos dormir allí, este calor me tiene muerto.

Ya verás ya… recuerda mis palabras.

Que cenizo eres.

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Zereth Mortis resultaba cuando menos sorprendente. A pesar de que todavía pululaban por allí,esbirros del carcelero,las sorpresas no dejaban de acumularse,una detrás de otra.
Las formas primigenias de los animales,guardaban un parecido maravilloso con los animales que el había conocido en sus vagabundeos.
Haciendo caso a las palabras de Blue,había buscado hasta encontrar,la forja de protoformas. Reunir los materiales para la creación de las criaturas, suponía un reto diario. Recoger y moler plantas,era otra de sus ocupaciones favoritas. Los pergaminos que trazaba con mimo,le proporcionaban un holgado sustento,mientras consumía sus horas hasta el anochecer.
Sentarse en diferentes lugares,y dejar transcurrir el tiempo,era otra de sus aficciones. No tenía familia,ni hogar propiamente dicho. Sus padres habían perecido antes del accidente,y no tenía hermanos. Lo más parecido a una familia era su amiga Blue,pero ambos,erraban por el vasto mundo sin ataduras. Tal vez llegase el día de sentar la cabeza,pero para ello,tendría que conocer a alguna chica draenei,por la que se sintiese atraído.
Mientras eso no sucediera,había retomado la costumbre de escribir poesía. Los delicados trazos de su pluma, plasmaban en las resmas de papel,infinidad de poemas,pero ninguna destinataria. Tal vez algún día…
Mientras tanto,decidió hacer una pequeña “razzia” entre los descerebrados entes,que pululaban por Zererh Mortis. Necesitaba motas,para su nueva creación…
Continuará

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Cincelada.

Tal y como aquel mercader les comentó aquello no era Ventormenta, ni siquiera la sombra de su gloriosa catedral pues el puesto, por decir algo a aquel lugar polvoriento, no dejaba de ser más que un par de aquellas peculiares torres metálicas de oscuro hierro que cual atalayas se alzaban resguardadas por un humilde cerco de leños petrificados de los cuales no dudaban que procedieran del otrora bosque que allí se ubicaba hace ya siglos. Sin embargo para el paladín fue cuanto menos esperanzador reposar en el remanente de civilización cual oasis en medio de aquel infierno… aunque realmente aparte de las torres no hubiera más que unas tiendas de campaña cubiertas de una negra capa de cenizas y distintos utensilios de forja y herrería.

Así que esto es Cincelada… bueno demasiado es viendo donde está. Aceptó para sí Thorinam.

Yo diría de parar aquí hoy, con este calor mejor evitar esforzarse de más, por cierto, vamos a buscar a ese “Stebben”.

¿Acaso me buscan?. Cayeron en la presencia del impetuoso enano, de tez oscura y barba recogida en un gran nudo.

¿Eres tu Stebben?. Preguntó diplomático como siempre Thorinam.

Ese soy yo. ¿Para que me buscan unos humanos venidos del sur?…. ¿Acaso es por algún tipo de deuda?.

¿Deuda?…. ah no, nos cruzamos con… erm… Thalmud, quería encargarte algo.

¿¡Thalmud?!… A ver. ¿Que tripa se le ha roto ahora a ese bocachanclas?.

Estaba agotado el pobre animal, pero no parecía enfermo…

¡No!, para bocachanclas Thalmud.

Como sea, nos comentó que quería que necesitaba a su vuelta un cargamento de thorio refinado superior lista para llevar.

¡¿AHORA QUIERE EL CONDENADO THORIO!?. Exaltado el enano parecía querer arrancarle la cabeza. ¡Me va a volver loco!. Después de la bronca que me soltó por que pedí thorio ahora va y me lo pide… ¡Yo lo mato!.

No nos dijo nada más…

Te juro que lo mato. Con lo que me ha costado devolver el condenado cargamento ahora va y me lo pide de nuevo… Se ha propuesto arruinarme, es lo único que entiendo.

¿¡Quieres callar de una vez!?. Gritó enojado Veldhath. No nos importa lo que haya pasado entre vosotros, nos dijo que te lo dijéramos y obtendríamos unos tragos a su cuenta, ¿Donde están?.

Er… eres directo. Se echó la mano a la frente y suspiró. Está bien, tienes razón y os lo agradezco, pero no está el cargamento y ese cliente nos favorece a los dos, ¿Sabes?. Yo hago de intermediario entre el mayorista y él a cambio transporta la mercancía… como perdamos ese cliente nos hará un serio agujero a ambos… no hace mucho que se fueron al norte, y por lo que veo vosotros también van allí.

¿Acaso quiere que… Preguntó sabiendo la respuesta el humano de cabellos dorados.

Si pueden ir a Ciudad Forjatiniebla y logran encontrarse con Thargus Barbaesmeralda por favor, háganle entrar en razón para que regresen, estoy dispuesto a pagarles más por la mercancía, pero no tenemos tiempo para otro encargo desde las minas.

A cambio les pagaré todo lo que quieran beber y comer en el Salón Tragapenas, no se preocupen, no tendrán que regresar a mi, simplemente que lo apunten a mi cuenta.

Pensábamos pasar la noche aquí…

Con el cargamento que llevan irán tan rápidos como un tortoliano, pero hace un par de días que marcharon.

Umm… ¿A cuanto está la ciudad de aquí a pie?.

Si van a buen ritmo diría que menos de un día, os da para pasar la noche allí.

¿Que opinas Veld?.

… Lo que veas conveniente. Gruñó.

Está bien, ¿Alguna forma de saber quien es cuando lleguemos?.

Pregunta a cualquier guardia, es bastante conocido.

Vale, mañana a primera hora de la mañana partimos.

No saben como se lo agradezco, nos salvan el pellejo a mi y a ese bocachanclas. Hizo un aspavientos con el puño cerrado.

¿Algún lugar donde podamos descansar?.

Chico esto no es Ventormenta, pongan su tienda de campaña en algún lugar donde no moleste y pasen la noche.

Está bien…

Una vez encontraron un resquicio mínimamente aceptable empezaron a montar la tienda, sintiendo el férreo puño helado en su hombro Thorinam miró sobre su cabeza, siendo sometido a la mirada ejecutora del no muerto.

Te lo dije.

Nos pilla de camino y nos ofrecen una recompensa más que buena.

“Da la mano y te tomarán el brazo”.

Es mi deber como paladín servir al necesitado.

Servir al necesitado es defenderlo de quien lo amenaza, no servir de mensajero, ya verás como ese tal Thargus a la vez nos pedirá que vayamos a las minas por algún motivo y acabaremos en Forjaz pujando por menas o vete tu a saber. Siempre es así y parece que no lo hayas visto todos estos años.

Pero no ha pasado hasta ahora.

Por que yo lograba que fueran al grano, ¿Por que crees que siempre era la voz hablante?.

¿Y por que ahora no quieres hablar?.

Para que aprendas, quiero lograr que no cedas, te será útil en el futuro si no estoy.

¿A que viene eso?. No me gusta un pelo eso de “si no estoy”.

Por si acaso… sigues muy perdido por la vida, quizás hagamos una “visita” a tu antiguo aposento… Miró a la base de la tienda Apuntala mejor esa estaca, una mosca podría sacarla.

Entiendo, esperemos que nunca se de ese caso… Como si hubiera una mosca aquí, no hay manera de apuntalar, el suelo es roca viva.

Dale con más fuerza.

Y paso de ir al monasterio, no se me ha perdido nada en ese tugurio de fanáticos.

Eso es lo que quiero que hagas, no permitas que te usen… aunque ahora me quedo con las ganas de un exterminio de Escarlatas, es increíble que tras tantos años de matanzas sigan habiendo. ¿De donde saldrán?.

Si te lo dijera tendría que acabar contigo.

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Amaneció, o eso tenían que creerse de Stebben, pues no percibieron cambio alguno en la eternas nubes de cenizas sobre sus cabezas, al poco de recoger su improvisado puesto y proveerse de algunos suministros dejaron atrás el puesto, unas horas después comenzaron a ver a la distancia algunas edificaciones orcas, aunque no parecían estar especialmente concurridas por su estado de abandono.

Ten cuidado, ahora si que pueden acecharnos orcos.

Yo diría que no queda ninguno, es un milagro que sigan en pie esos edificios.

Son orcos, vivirían en ciénagas si pudieran así que mil ojos, cuerpo a cuerpo no son un problema, pero un dardo o una flecha podría matarte.

Está bien pero esto es un yermo, un asalto lo veo imposible.

Bueno tu mantén los ojos abiertos.

Hablando de ello… ¿No te has dado cuenta que no hemos visto a nadie más allá del puesto?, es el camino más directo a Ventormenta.

Desde que está el tren de Forjaz toda mercancía pasa por allí y no es para menos, ya se vieron asediados en la Segunda.

La Segunda… ¿Creo recordar que en estas tierras se luchó una fiera batalla verdad?.

Así es, la batalla de Roca Negra, donde Anduin Lothar pereció a manos de Ogrim, creo recordar que hay una estatua dedicada a el no lejos de aquí… Suspiró hondo.

Tu… ¿Estuviste aquí?.

El no muerto asintió con la cabeza. Era un mocoso por entonces y no es que hiciera mucho, estaba en la retaguardia, pero si que recuerdo la fiera batalla a los pies del volcán, esas cosas nunca se olvidan.

¿Por que no me contaste esas cosas antes?. Es realmente interesante.

Por que hasta Tierra Sombrías eras un mero compañero y tampoco quería contarte mis “batallitas”.

Mira que puedes llegar a ser tan idiota… ¿Conociste a Lothar?.

No, solo escuché sus palabras y poco más, no estábamos por entonces para pedir autógrafos precisamente.

Lástima, me pregunto en que reino del otro lado acabaría… en fin, lleguemos a Roca negra, quiero dejar este infierno.

Tengo malas noticias para ti, el otro lado es lo que llaman “La garganta de fuego” o lo que es lo mismo, una inmensa mina igual de ardiente que este yermo.

Maldita sea… ¿Como pueden vivir como si nada aquí?.

¿A que tu no querrías vivir aquí?.

Ni loco.

Pues eso, y por que quedan orcos de la Segunda, que si no estarían solos.

Un buen rato después al fin lograron avistar el inmenso volcán que iracundo rugía expulsando lenguas de lava ardiente por sus bocas y tóxicos vapores por su fumarolas. Por mucho que mirase a la cúspide del oscuro monte no era capaz de ver la caldera, pues se cubría por la gruesa capa de cenizas que ella misma creaba.

Por el amor de la Luz, no puedo creer que crearan esto… es abrumador.

Causó estragos incluso en Kalimdor así que imagina.

¿Como sabes tanto de historia?. Pareces una enciclopedia andante.

Cuando no tienes necesidades vitales como dormir los días se hacen muy largos… y encima vivimos en Dalaran así que blanco y en botella.

¿Pasas las noches leyendo?.

Algunas, la historia puede ser apasionante, te recomiendo que me acompañes en mis “momentos de cultura” cuando volvamos.

Esa debe ser la estatua que mencionaste, la verdad es que destaca.

Así es, hagamos un breve alto y continuemos, creo que llegaremos antes de lo esperado a Roca Negra.

Thorinam en efecto acertó cuando dijo que destacaba pues, a pesar de la gruesa capa de oscura ceniza que cubría su superficie la estatua de albino mármol era tan alienígena en aquel lugar como un draenei en Durotar. El humano con aguda mirada desafiaba con su gran espada el poderío del volcán como si de un enemigo invisible aguardase en su interior. La labrada armadura con el emblema de la antigua Alianza no les dejó a duda de a quien conmemoraba, al igual que la placa de bronce que Veldhath limpió con cuidado de no dañarla con la abrasiva ceniza.

Ojalá tuviéramos una ofrenda acorde a un héroe como el, pero las flores hubieran quedado secas antes de llegar.

Dejemosle la botella que nos regalaron, además, es una honra el hecho de que sea recordado.

Tienes razón pero me sabe a poco, aquellos quienes han sacrificado sus vidas por quienes no pudieron defenderse tienen mi eterno respeto, gracias a el logramos acabar con la vieja Horda.

Y tu… ¿De verdad eres un condenado caballero de la muerte?… Te prefiero así pero te ves más humano que muchos vivos.

Sabes mejor que nadie que no elegí ser lo que soy, y por mucho que haga tengo y tendré las manos manchadas de sangre por el resto de mi existencia, pero el día que me libré del control de ese maldito príncipe me juré que no sería como el y créeme, es una lucha continua entre rendirme y dejarme llevar por mi naturaleza o agarrarme al clavo ardiendo que es el fino hilo que mantiene mi vestigio de humanidad.

Sigue luchando entonces, me tienes para apoyarte a agarrar ese clavo, pero por lo que más quieras, no sucumbas.

Ya lo hice una vez… ¿Acaso no recuerdas lo que fui cuando nos encontramos por primera vez?… Tras la muerte de Arthas mi único motivo para existir desapareció así que en un mundo que me repudiaba me acogí a lo único que me daba un motivo para seguir adelante.

No volverás a hacerlo, sabes que ahora no estas solo y me ocuparé de que jamás lo vuelvas a estar.

Ah joven paladín, te debo más de lo que crees, no te puedes hacer una idea de ello.

Yo… esto…. gracias. Además… tenemos a Biroz, los “Argent”, Drethz… tenemos buenos seres queridos que hemos conocido por el camino.

Tienes razón, es simplemente que se me hace todo muy raro aún… por momentos me siento como si hubiera vuelto a mis años mozos… como si siguiera con vida.

Acostúmbrate y dejémonos de charlas, cuanto antes salgamos de este infierno antes podré respirar una bocanada de aire fresco.

Supongo que tienes razón…

En cuanto a eso de “joven paladín”… hace años ya de eso me temo.

A mis ojos siempre serás ese joven paladín que me rogó que le sacara de aquella secta.

Tanto como rogar…

También fue osado, todo haya que decirlo, si no hubiera sido por aquel Argenta no hubiera dudado en matarte.

Si no hubiera sido por ese Argenta no hubiera visto la luz…

Bueno vamonos de una vez, no quiero tener que perder una noche más aquí.

Dejando tras de sí una botella de whisky apoyada en el pedestal de la estatua continuaron su viaje a la ciudad subterránea.

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La imponente entrada al volcán con sus inmensos portones atestiguaban la magnificencia de la ciudad que tras ellas resguardaba. Ardiente hierro oscuro les recibió, al igual que la bocanada de aún más ardiente aire sulfatado, que golpeando al paladín casi le hace caer fulminado.

Blandengues, que poco aguantan los de la superficie el calor. Rió el guardia.

¿Pero por que no han ido en el tren idiotas?. Estos humanos están locos. Respondió su compañero.

Ignorando los comentarios entraron al corazón de la montaña, que concurrido como si del día de mercado en Ventormenta fuera les recibió.

Por el amor de la Luz… vamonos de aquí. Dijo sudando a mares Thorinam.

Ah no, tenemos que buscar a ese “Barbaesmeralda”, te comprometiste a buscarlo.

No estoy para recochineo… me maldigo por ello.

Ahora… lo difícil será encontrarlo, hay tanta gente que cuesta caminar.

En efecto tanta gente viniendo de los lugares más rencognitos del continente y más allá con sus variopintas y exóticas mercancías no hacía más que ralentizar en una gran marea viviente la gran avenida que rodeaba el candente magma, tras preguntar a uno de los guardias, que por supuesto con cierta sarna respondió que hacían unos seres tan pálidos como ellos por aquella ciudad, supieron que su búsqueda concluía en el lugar más estereotipico para un enano, el Salón Tragapenas.

Esto… ¡Está a reventar!.

Como el paladín gritara la gran taberna estaba a rebosar de gente, de hecho no cabía ni un alfiler en aquella marabunda aunque por suerte su estatura les permitía ver sobre la gran mayoría de los presentes así que, abriéndose paso como pudieron se adentraron en el local, en el cual el alcohol circulaba sin cesar por las sedientas gargantas.

… Claro que sabía que estaba aquí por que … ¡Esta todo el mundo bebiendo!.

Cálmate, si se hace llamar “Barbaesmeralda” es por algo, utiliza la cabeza.

Eso sería fácil si no fuera por que estamos en un horno.

Soy el primero que desea tirarse a la nieve nada más lleguemos a Dun Modr, pero cumple tu palabra y encuentralo, yo mientras iré a por unos tragos.

¿Me vas a dejar tirado?.

No, voy a por unas bebidas y preguntar donde podemos pasar la noche, hay que ser eficiente, se que te las apañarás pero recuerda lo que te dije, no les permitas que tomen demasiadas confianzas.

Está bien… Refunfuñó. pero tráeme un jarra bien rebosante, y sin mucha espuma.

Oído cocina.

Adentrándose en la gran taberna se adentró en los confines de esta mirando entre todos los presentes quien tuviera las posibilidades de ser su destinatario pero, mesa tras mesa, no lograba ver a nadie que tuviera el más remoto rasgo del llamado “barbaesmeralda”.

Veamos, si se hace llamar así es por que la tendrá verde… o por que el torio será verde y comercia con este… maldito calor. Se limpió otra vez la frente de sudor a la que bajaba las escaleras.

¿En que momento acabamos así?. Es verdad que las primeras aventuras que tomamos se hacían eternas pero… ¿Tanto?. Recuerdo que al poco empezó a ser más seco, más directo y dejaron de marearnos. Suspiró. Es como dice, te toman la mano y te agarran el brazo, espero que aquí acabe esto y podamos salir de aquí cuanto antes.

Harto de buscar entre el gentío preguntó a cualquiera que veía y tras no pocas negativas al fin uno de ellos, con más alcohol que sangre en vena, señaló al fondo de la taberna al enano de negra barba.

¿Seguro que es ese?. ¿Donde queda eso de “Barbaesmeralda”?.

Y yo que se, ni que fuera su madre.

…. gracias.

Adentrándose hasta tal confín logró alcanzar la mesa, como no hasta los topes de platos llenos de huesos y jarras de cerveza volcadas y tan vacías como sus ganas de seguir allí.

¿Barbaesmeralda?.

Si.

Tengo una petición de Stebben.

¿Que tripa se le ha roto a ese ahora?. ¿Por que me envía a un condenado humano?.

Apretó el puño tratando de ocultar su enojo. Quiere el envío de torio de vuelta, lo necesita.

¿¡Como?!. ¿¿Después de hacerme ir desde las minas a su puesto y hacerme volver ahora lo quiere de vuelta??. Lo tiene claro. Le eructó sin disimulo alguno.

Apretó más el puño. Hay un cliente que quiere ese torio y necesita el cargamento.

¿Y a mi que me importa?. Si vuelvo pierdo dinero.

Está dispuesto a pagarte más.

Que no hombre, que he pasado días yendo a ese agujero de puesto para nada.

Suspiró. Si pierde ese cliente perderás ese negocio.

Tengo más clientes, mala suerte, que no me hubiera hecho ir para nada.

Que tercos son los enanos, por el amor de la Luz. Pensó para sí.

Si no quieres más ahueca el ala, dile a Stebben que no vuelvo a bajar a Cincelada.

A ver… ¿Por cuanto ibas a venderle esa mercancía?.

¿Aún sigues con esas?… aunque empiezas a hablar en un idioma que me gusta.

Hablemos de oro entonces.

Ese cargamento se lo dejé a precio amigo, unos 25.000 oros.

Tanto cero le dejó helado.

Pero voy a perder 3.000 por su culpa al no quererlo, más vale que esté dispuesto a sacar la cartera.

Como dije está dispuesto a pagar de más por ello.

Más le vale si no quiere que me los lleve a la mina.

Entonces… ¿De cuanto hablamos?. Sentía que ese enano tenía el mango de la sartén en sus manos.

Veamos… Tres más uno de retorno… el que no pienso venderlo a precio amigo… el coste de las consumiciones y el envío urgente pues… 43.750 oros.

¡¿COMO?!. ¡Pero si es casi el doble!. Tal exorbitado precio le nublaba la cabeza.

Es lo que hay, trata bien a tus amigos o dejarán de hacerte favores.

Ni que te hubiera quitado a tu mujer…

Peor, me hizo perder tiempo y dinero.

Respiró hondo aquel ardiente aire y exhaló. Está bien, de todas formas no tengo nada que ver con el.

Perfecto, te dije que te arrepentirías de esto, Stebben.

Bueno, supongo que esta todo arreglado.

¿Pero que dices?.

Esa respuesta activó sus alarmas.

¿Sucede algo, enano?.

Claro que pasa, necesito un aval.

Stebben solo nos dijo que te lo dijéramos y ya.

Os ha tomado el pelo. ¿De verdad ese iluso creía que aceptaría sin más?.

Tiene razón… Se maldijo.

El aval solía ser un 3% pero… eso era antes, como no me fio se eleva a un 10%.

4.375 oros… no nos dio ni un miserable cobre.

Me da igual de donde venga, sin aval no hay envío.

Frunció el ceño. ¿¡Y de donde saco ese oro?!.

De donde sea, pero no aval, no envio.

Golpeó la mesa tan fuerte que los cubiertos saltaron de sus platos. ¡Se acabó!. Que os den, nos vamos. Encima de hacer un favor nos quiere sangrar…

Caminó enfadado enfilando las escaleras cuando se le interpuso el enano de negra barba delante.

Vale vale, creo que fui demasiado duro, humano.

Déjame seguir, el negocio esta cerrado.

Lo he pensado bien y creo que es buen negocio… dejaré pasar lo del aval.

Me da igual.

A cambio si me hacen un favor le haré el envío… y con descuento.

Que me dejes.

Te daré una comisión a cuenta de Stebben. Guiñó su ardiente ojo.

Hablemos.

Tengo un colega en Puesto del Torio, en el norte, que me proporciona la mercancía que manejo. Thaurisan se llama… si, casi como el pirado que invocó a ese elemental, bueno a lo que iba, quiero que les den una carta de mi parte.

¿Una carta?… ¿Es que no tienen correos?.

Si pero… Acerca el oído un poco.

Agachándose a la altura del enano dejo expuesto su oreja.

Son negocios un tanto… turbios, vamos, que es un cliente del otro lado del charco y no quiero arriesgarme a que lean ojos indiscretos mi carta.

A la Horda…

Los negocios no entienden de facciones… bueno, 1.500 oros si se lo das.

¿Sabes que debería denunciarte en este momento verdad?.

Ya estamos con esos rollos de bandos… no tiene nada que ver con armamento, solo material de construcción.

¿Donde está ese puesto?.

Al norte de Garganta de Fuego, pasadas las minas.

Nosotros vamos directos al norte, no podemos permitirnos desviarnos. ¿Nos pilla de camino el puesto?.

No mucho, pero os sale a cuenta desviaros.

Lo único que deseamos es salir de este infierno de calor, necesito aire fresco cuanto antes.

Allí tienen un puesto de grifos, con lo que os de se pueden permitir un largo vuelo.

¿Barbaesmeralda?. La gélida voz delante de ellos no le dejó a dudas, el no muerto que sujetaba unas jarras se puso a su altura.

¿Tu compañero?.

Así es.

Escuché algo su conversación y no, no podemos permitirnos ir a Puesto del Torio.

Tienes buen oído.

Si y voy al grano, nos vamos por la senda al paso de Fragapiedra, el puesto esta demasiado lejos.

Les conviene ir al Puesto, allí pueden tomar suministros.

Tenemos de sobra, no podemos tomar su sobre.

Es un buen pellizco por enviar un sobre. ¿De verdad quieres rechazarlo?.

No tenemos problemas económicos.

Arg… está bien, les doy 750 si se lo dan a un contacto en Avance del Torio, les pilla de camino.

800 y partimos de inmediato.

¿Me racaneas veinte miserables oros sabiendo la dudosa legalidad del sobre?.

¡Shh!. Vale está bien, 800 y se piran de inmediato.

Un placer hacer negocios con usted Barbaesmeralda. Sonrió con sarna.

El enano miró nervioso a su alrededor y por lo bajini dio el sobre al paladín que se lo guardó en la mochila disimuladamente.

Dáselo a cualquiera del campamento, tengan cuidado con los elementales.

Partiendo de inmediato tras los tragos de las cervezas más que calientes salieron lo más apresurado que pudieron de la inmensa ciudad. Salir por los inmensos portones metálicos fue para ellos como un soplo de aire fresco… todo el que un lugar llamado “La Garganta de Fuego” podía ofrecerles, pero en comparación al ardiente volcán aquel aire digno de un horno era como estar en Rasganorte.

Más yermo calcinado… genial. Exhaló frustrado Thorinam.

Si, pero pronto veremos las nevadas cumbres de Dun Modr… al menos aquí se puede ver un poco el cielo, algo es algo. Respondió Veldhath encogiéndose de hombros, como dijo al menos la capa de cenizas del cielo era mucho más ligera, permitiendo ver hasta alguna estrella y las lunas.

Al final dormimos fuera pero lo prefiero a esa ciudad.

Y yo, bueno busquemos un lugar tranquilo y acampemos. Por cierto, bien hecho, te falta mucho que aprender aún, pero has cortado bastante a ese tipejo.

Así que lo escuchaste todo… pero ahora entiendo mejor a lo que te referías.

Ya aprenderás más por el camino, te aseguro que acabarás haciéndolo sin querer darte cuenta, estimado paladín.

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La Garganta de Fuego

Como pudieron atestiguar hacía honor a su nombre pues mirasen donde mirasen solo lograban ver baldío yermo e inerte e infinitas fumarolas que emitían al aire su tóxico efluido y aunque el calor siguiera siendo asfixiante al menos podía ser respirable. No solo las lejanas y casi inapreciables cumbres nevadas en lo más profundo del horizonte marcaban su destino, si no las constantes caravanas cargadas hasta los topes tanto de barbabronce como de hierro negro, a diferencia de su odisea al sur de Rocanegra.

Paremos un rato a comer, estoy sediento. Exudó el acalorado paladín, que no podía ni con su alma.

¿Quieres ver algo espectacular?. Estamos muy cerca según el mapa.

Solo quiero estirar las piernas y beber agua.

Estamos al lado, créeme que te sorprenderá.

En el nombre de la Luz más te vale o te juro que…

Lo hará, sígueme.

Y rezando, para bien del no muerto, lo siguió hasta que el terreno, sin más, desapareció.

¿Que… es… esto?… _No lograba sacar palabra de lo que sus ojos veía, o más bien no veía.

Bienvenido a la mayor mina a cielo abierto del planeta. ¿Verdad que es una maravilla?. Al no muerto le brillaban los ojos… más de lo normal al ver aquella oda al ingenio enano sobre la naturaleza para extraer sus riquezas.

Es… inmenso. No lograba por mucho que quisiera sacar una palabra para describir aquello. Los locales lo llaman “La Caldera” pero en realidad la inmensa grieta que partía la llanura era algo más que eso, era la determinación y codicia enánica excavada en la dura roca. Una grieta que ahondaba hasta lo más profundo de la tierra siendo incapaces de ver su final entre centenares de caminos que descendían a lo más profundo del abismo cubierto de una densa neblina oscura iluminada por faroles y emanaciones de lava que eran reconducidos a miles de forjas que fundían las riquezas minerales en lingotes listas para recorrer el mundo cargadas por miles de grúas y raíles entre las decenas de niveles en los que se distribuían aquel lugar que a pesar de su caótico estado, digna de infartar hasta al archidruida más anciano, estaba engrasada y manejada al milímetro cual fino reloj. Se podría decir que estaban en el corazón de la industria de la Alianza.

Como me gustaría bajar allí y obtener planos, acero, torio, mithril y menas raras que solo aquí existen, imagina los conocimientos que deben existir allí abajo. Veldhath pareció haber encontrado su concepto de paraíso.

Es… una mina, una inmensa pero no deja de ser una simple mina. ¿Por que estás así?.

Aparte de la historia mi otra afición es la ingeniería, es realmente interesante lo que se puede hacer con ella.

Primera noticia que tengo de eso… no te veo cual gnomo la verdad.

Ni que solo ellos fueran los bendecidos por el conocimiento y la inventiva, goblin, enanos, humanos, draenei e incluso orcos parecen estar a la vanguardia… es un mundo que avanza a pasos acelerados del cual la imaginación es el límite, quiero aprender más a la vuelta y siendo Dalaran seguro que encuentro más conocimientos.

Un Caballero de la Muerte ingeniero… nada bueno puede salir de eso.

Tu también podrías aprender, no va en contra de ningún principio paladinesco que sepa.

No puedo con mi alma en este momento… ya hablaremos cuando pueda respirar fuera de este infierno.

Quejica…

Algunos necesitamos aire para vivir.

Minucias… bueno en pie, seguimos nuestra marcha.

¿¡Ya!?. Anda quédate mirando tu gloriosa mina un poco más. Dio un sorbo de la cantimplora. Bah, parece caldo.

En pie, tu al menos transpiras, mi piel está más seca que un calamar en Boralus a media mañana en verano.

Hizo el intento de arrojarle el agua. Tienes suerte de que necesite el agua… venga vamos. Se levantó con esfuerzo. ¿Queda mucho para llegar al puesto ese?.

Miré antes el mapa y no, unas tres o cuatro horas.

Cuatro horas… ¿Y para salir de aquí?.

Mañana estamos fuera, te lo aseguro.

Mañana… eso será si salgo con vida de aquí.

Yo te dije salir, con vida o no saldremos, quejica, además, hay unas ruinas no lejos de aquí, podrás ver una excavación arqueológica y todo.

Me da igual ya, solo sácame de este infierno.

Tal y como se acercaron en su momento a la grieta regresaron al sufrido camino continuando su travesía tranquilamente hasta que llegaron a “no lejos de aquí”, unas horas después.

Así que esto es la excavación… pero no hay ni rastro de ella.

Supongo que estarán sin fondos ahora, por lo que me dijo Drethz uno de los mayores desafíos de toda expedición es precisamente conseguir fondos.

Pese a no haber ni un alma a su alrededor era evidente por el muro de gruesas tablas de madera, las delimitaciones cuadradas y alguna herramienta de poco valor dejada a su suerte que no hacía mucho aquellas ruinas habían sido exhaustivamente estudiadas y excavadas.

No veo más que una extraña figura tallada.

Por que habrán cubierto lo demás con tierra, se habrán llevado a Forjaz lo que hayan podido.

Espera… ¿Han excavado para volver a enterrar?.

Claro, para que no se deteriore expuesto y de paso evitar que algún desgraciado vandalice las ruinas, a saber de que época es, pero seguro que anterior al cataclismo de Ragnaros.

Tiene sentido… me pregunto como estará ese enano, hace tiempo que no nos comunicamos.

Lo estará haciendo bien… ¿Cuando nos separamos?… Hace un año ya ¿Verdad?.

Creo que si, como pasa el tiempo, y parece que fue ayer cuando pisamos aquella ciudad por primera vez.

Ya ves… bueno continuemos, el puesto esta cerca.

Oye Veld… gracias por traerme aquí, me gusta imaginarme como era este lugar antes de que fuera convertido en… esto.

De nada, se hacía aburrido yendo solo.

Ahora que lo pienso, nadie nos ha reconocido aquí.

El tiempo aquí vale oro, y esta gente está más interesada en engordar sus bolsillos que en otras cosas.

Algo bueno tenía que tener este lugar… bueno dejemos el sobre y salgamos ya, te juro que besaría hasta el suelo si salgo con vida.

Te diría que eres un quejica pero… mi deseo ahora es bañarme en un lago congelado, con eso te lo digo todo, en marcha.

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Avance del Torio.

El puesto, un eufemismo para dos tiendas de campaña y unos carros cargados de provisiones, les recibieron un rato después, en lo que tras el manto de cenizas parecía las lunas. Allí un par de enanos de oscura tez parloteaban de sus cosas cuando al unísono giraron sus cabezas al verlos.

¿Que hacen unos humanos en estas tierras?. Os habéis perdido bastante. Comentó con algo de descaro la enana de coleta trenzada tan larga que tenía apoyada en el hombro.

Buscaran ayuda, ¿Se han quedado sin agua?. Más diplomático su compañero de blanca barba preguntó.

Hemos venido a… La fría mano se interpuso en su boca.

No, necesitamos pasar la noche en algún lugar y nos comentaron que había un puesto aquí. ¿Podemos montar nuestra tienda apartada?. No haremos mucho ruido.Contestó por él Veldhath.

Claro, no creo que haya problema, ¿Que opinas Prisanne?.

Está bien.

Gracias.

Llámame Burrian, no es por ser maleducado, pero nos íbamos a dormir ya, pueden montar su tienda allí junto al barril.

Bien, no les molestaremos.

Ale descansen bien, y procuren que las arañas no se los coman… en verdad aquí no se acercan pero… esto… no se acerquen a ellas. Los enanos se alejaron a su humilde aposento y ellos al rato, tras montar la tienda, también, una vez dentro Thorinam rompió el silencio.

¿Por que me callaste antes?. Me has dejado en mal lugar. Preguntó susurrando.

Nueva lección, estudia la situación.

¿No era el momento de dejar el sobre?.

Era el peor momento, ella parecía enojada por nuestra presencia y para colmo íbamos a cerrar una suma de dinero considerable, si la cosa se hubiera puesto fea nos hubiera tocado seguir adelante y por lo que ha dicho el barbudo… no parece el mejor lugar para ello.

Tiene sentido pero… ¿Unos tipos normales iban a ser una amenaza?.

Y tienes razón, pero no es cuestión de difamar nuestra imagen con asesinatos de, aunque muchas veces nos duela, inocentes.

¿Ahora te importa nuestra imagen?… Teniendo en cuenta mi esto… ejem “servidumbre” previa y que tu eres lo que eres dudo que importe.

No si eso me da igual, pero si queremos vivir sin estar pisando todas las celdas a lo largo de la Alianza y poder tener una vida relativamente normal debemos contenernos de “liberar” el mundo de gente detestable, mañana nos las apañaremos.

En fin, apaga el farol que mañana tenemos que salir de aquí y ahora que caigo… ¿No se llama “Dun Morogh” donde está Forjaz?.

Si.

Lo llamaste “Dun Modr”, ¿Acaso estas perdiendo la cabeza?.

Erm… cuando tienes razón la tienes, este maldito calor no me deja pensar bien.

Mañana nos estaremos bañando en el lago Modan.

¿Bañarnos en ese cenagal?. ¿Acaso quieres salir con un tercer brazo?.

¿Cenagal?. Que sepa es un lago inmenso de aguas prístinas gracias a esa gran presa que los hierro negro construyeron.

¡Por la Luz Thorinam!. Exclamó agotado. ¡Esa presa fue historia hace años!.

Otra vez no…

Te juro que nada más volvamos te voy a poner a estudiar todo lo que te perdiste en manos de esos fanático, y ahora vamos a dormir. Soplando al candil sumergió en la penumbra la pequeña tienda.

Al despertar vieron a los dos enanos inspeccionando en la única mesa del puesto unas gemas blancas con un leve brillo verdáceo a los que no prestaron atención, acercándose a estos el paladín sacó al fin el sobre.

Han despertado. ¿Como fue la noche?.

Tranquila, aunque este maldito calor me está fundiendo.

¿Calor?. ¡Ja!. Si hace rasca. Se meció la blanca barba el enano. Muchacho no vas a poder enviar ese sobre, el buzón más cercano está en lago Modan.

Es para ustedes, de parte de “Barbaesmeralda”.

¿Barbaesmeralda?. No conozco a nadie llamado así. Esa mirada perdida del enano le llamó la atención.

En absoluto, el paso está abierto, deberían irse antes de que lo cierren si. La enana para nada era convincente.

El paladín sintió un toque en el brazo. Están mintiendo. Escuchó en su oído la gélida voz.

No cuela, me dijo que aquí lo recogerían.

¿Son agentes de algún tipo?.

Que va, tampoco es que nos interese el contenido de la carta, cuanto antes la cojan antes nos iremos.

Maldito seas Barbaesmeralda, te dije que era la última vez que nos metías en tus fregados. Gruñó el enano. Bien, vale, dámela.

Nos dijo que recibiríamos 800 oros por traerla.

Mira humano, nos das la carta y no te denunciamos a Rocanegra. Dijo con tono borde la enana.

Creo que no nos conoces. ¿A quien crees que harían caso las autoridades?. ¿A unos tipos en medio de la nada o a quienes regresaron de las Tierras Sombrías tras salvar a Anduin y que han destapado una red de tráfico de mineral a la Horda?.

¿Quien se creerá esa trola?. Dame el sobre.

Esas caras… ¡Callate!. Tapó la boca a su compañera. vale bien, tomen su oro y mantienen sus bocas cerraditas ¿Vale?.

Así me gusta. Intercambiando bienes se apresuraron a recoger su tienda.

Gracias por dejarnos pasar la noche, hasta luego. El no muerto despidiéndose con sarna tomó su mochila de un tirón.

Si si, tengan cuidado, no vaya a ser que una araña se los coman. El enano con inquina también les despidió.

Al fin nos vamos de aquí… ¿Lo hice bien?.

Vaya si lo has hecho bien, aprendes rápido mi estimado paladín pero pudiste pedirles más, tenían un saco bien abultado.

Por cierto, el sobre lo noté raro y al despertar olía a cera fundida, acaso… Miró con suspicacia al no muerto el cual sacó de su mochila un papel tamaño carta.

Si, a esos tres se les va a caer hasta el último pelo.

¿Y que pasa con el oro?.

Claro, entregaremos los doscientos oros que nos dieron por supuesto. Esa sonrisa era cuanto menos espeluznante.

Eres de lo que no hay, tienes un sentido de la justicia un tanto retorcido.

Al menos tengo la intención de denunciarlos… ¿Es que tu ibas a seguirles el juego?.

Esto… cierto es que me recomía los remordimientos pero no me dijiste nada.

Se que es así y que tarde o temprano hubieras cedido a tu moral, pero era necesario eliminar variables, en cuanto al oro se que lo verás sucio y corrupto pero piénsalo así, acabaremos gastándolo en cosas que acabarán en manos de comerciantes que necesitan el oro como el comer.

¿Acaso intentas manipularme?.

No, solo intento que no te carcoma la culpabilidad.

Gracias aunque por desgracia nos hace falta todo el oro posible, algún día tendremos que comprarnos un hogar y… no es que nos sobre el dinero precisamente.

Así es, tenemos que ver alguna forma de subsistir, tenemos buenos ahorros pero algún día se acabarán.

Ya… bueno ya lo veremos más adelante.

Pues si, aún queda mucho camino por delante. ¿Viste las caras de esos dos cuando dijiste quienes eramos?.

Pff, ni siquiera le dije nuestros nombres y temblaron. El paladín se echó a reír con la desgracia de aquella pareja cuando entraron al estrecho y polvoriento valle entre las escarpadas montañas.

Horas de sufrida caminata después llegaron al fin al final del valle, una apertura en las montañas esperadas por ellos desde hacía tanto que parecía un sueño. El túnel, adornado con motivos rúnicos en su arco y resguardado por dos guardias parecía irreal y sin embargo el constante ir y venir de mercaderes con sus mercancías no dejaba lugar a dudas, habían llegado a lo que los locales llamaban el “Paso de Fraguapiedra”.

Al fin… si no hubieran sido por esas condenadas arañas estaríamos ya fuera.

No te pares Thori, quiero salir para ayer de aquí.

Y entraron en el túnel, tan largo que no parecía tener fin. Poco a poco iban ascendiendo por el paso tallado en la roca que progresivamente tornaba del negro más oscuro a un marrón más pardo, al igual que la temperatura, que para su alivio cada vez era más fresco, sintiendo al fin pequeños alientos de alivio en su piel y pulmones.

Por…. por fin, aire tan fresco que al fin puedo respirar. Casi llorando Thorinam no dejaba de tomar bocanadas del aire cada vez más frío.

Entiendo lo que sientes, al fin dejo de sentir el aire abrasando mi piel, esto es lo que dicen con llegar a la “luz al final del túnel”.

Y al fin alcanzaron la luz, siendo recibidos por un idílico paisaje verde con un cielo tan despejado que les molestaron los ojos, por fin regresaron a Azeroth.

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Revendeth.

Al igual que años atrás sintiera al aterrizar en aquel pueblo cuando pisó tierra firme, la sensación de ser observado y juzgado desde las sombras por mil ojos que no dudarían en desgarrar su alma y aunque intentara no caer en su juego fracasó, cayendo en el prejuicio ante aquellos opulentos y arrogantes seres que simplemente no caía en su agrado.

Veamos… Esto es Refugio Oscuro y están esperándome en las Salas de la Expiación, no cabe duda que con ese nombre no debe ser un lugar cuanto menos “acogedor”… Miró a los transeúntes, que no le quitaban el ojo. Me enseñaste a no juzgar por sentimentalismos sin base alguna, pero este lugar me lo pone difícil, Chyrus. Exhaló profundamente. Bueno, no les haré esperar.

Caminó hasta el mirador desde el cual podía verse a la distancia el contorno del imponente castillo que proyectando su inmensa sombra sobre sus dominios demostraba el poderío de quien otrora reinaba sobre todos sus súbditos con puño de hierro. Allí aguardaba un rostro lejanamente conocido.

Ah eres tu otra vez, ¿A que se debe tu visita a nuestro estimado reino de la redención?.

Intentó ignorar ese tono tan presuntuoso.

La Acusadora tiene una alma redimida que ha de ser juzgada de nuevo, necesito una montura para ir a las Salas de la Expiación.

Así que han enviado a un mortal para tal labor. ¿No tendrías que estar en el plano de los vivos?. Este no es lugar para los tuyos.

Respiró hondo y exhaló otra bocanada. No he venido a hablar de mi vida, solo prepara la montura, urge llevarla al Enjuiciador.

¿Y como se que no te la llevas por un interés?. Los vivos os movéis por la codicia.

¡Y me lo dice un Venthtyr!. Exclamó en su cabeza apretando el puño. ¿De verdad cree que puedo ir con un alma en la ciudad más segura de todas las Tierras Sombrías e irme a Azeroth con ella desarmado?. No nos hagas perder tiempo, por favor.

No, esperaré a que uno de tus amigos alados venga.

Está bien… culpa mía por asumir cosas. Refurfuñando sacó un sobre con el inconfundible sello personal de la Acusadora roto por la mitad. Viene de su puño y letra, espero que si no confía en mi al menos confíe en ella.

Tomándose su tiempo para sacar el sobre con parsimonia leyó la carta el venthyr que por sus piernas cada vez más temblequeantes supo que pronto volaría.

Es… está bien… Casi arrugando la carta se acercó al murciélago que aguardaba en su poste bocabajo. ¿Es….esto n… no ha pasado vale?.

Está bien, pero tengo prisa.

Ya en el aire, lejos del pueblo, miraba con atención los extensos valles oscuros cubiertos de la carmesí neblina que ocultaban sus entrañas a sus foráneos ojos.

Este lugar… sin duda no es halagüeño, ojalá salga pronto de aquí.

Tras un buen rato de incomodo vuelo llegó al inmenso complejo que sobre las alturas se erigía, resguardado por sus muros frente al inmenso edifico que cual templo aguardaba a las almas que cargadas por sus pecados aguardaban su penitencia allí, frente a la entrada, esperaba la Venthyr engalardonada en un gran vestido de terciopelo gris como los bosques que rodeaban el lugar, que tanto contrastaba con su humilde toga blanca.

Así que enviaron al mortal ante mi, que agradable visita. A diferencia del otro Venthyr la Acusadora parecía más abierta a su mera presencia.

Así es, hay un alma que debe ser juzgada de nuevo y he de llevárselo ante el.

Está preparada tras siglos de expiación, para su suerte logró estar fuera de las sucias manos del Sire y sus secuaces y por fin podrá dirigirse a un lugar más… apropiado.

Me alegro por esa alma y si no es menester… puede sonar arrogante de mi parte pero… ¿Podría ver, o al menos saber como está un alma aquí presente familiar?.

Así que vienes a por tu “gemelo” caído en desgracia en Zereth Mortis, no debería dejar que sea influido por agentes externos pero… estamos en deuda con los “caminantes” por ayudarnos con el “asunto” del Sire así que, en lo que tardo en buscar a nuestro “amigo” redimido podrás hablar un poco con el. Se alejó unos pasos con calma, acercándose a una venthyr que portando unas cadenas, se las pasó a la Enjuiciadora que regresó con un alma más que familiar engrilletada.

Tienen unos minutos para dialogar, siento que lo veas de esta forma, pero es lo mejor para el. Ancló su extremo de las cadenas a una gruesa anilla en el suelo. Adelante Drethz, tienes libertad para hablarle de todo.

Gracias Acusadora. Respondió fatigado este.

Ah y un último aviso, no sospecho de vosotros ni mucho menos, pero no tramen nada o no saldrán de aquí con vida. Se retiró al interior del “templo”, cerrándose lentamente con un fuerte crujido las inmensas puertas.

Escuché del camino que decidiste tomar… haces sentir orgullosa a esta maldita alma.

Verlo en ese estado, engrilletado y cubierto por una harapienta tela, no hacía más que sentir pena por el.

Gracias, no fue fácil, pero creo que era lo que queríamos en el fondo…

¿Que ha sido de los demás?. ¿Como van las cosas por Azeroth?… ¿Cuanto tiempo ha… pasado?.

Un año ya, y en general todo tranquilo, Menel tuvo una crisis de fe con Elune, pero en general todo bien.

Es bueno saber que el futuro que temía no se cumplió… ¿Aiden… sigue libre?.

No te preocupes por el, sigue donde estaba el año pasado así que no, no debes temer por ello.

Y pensar que me dejé consumir por un futuro que nunca llegó… que necio fui.

Viviste una vida dura, no puedo culparte por ello.

No, lo que hice no tuvo justificación…

¿Y… como te está yendo aquí?… Se que elegiste este lugar pero no dejo de pensar en lo que debes estar sufriendo.

Es el lugar donde alguien como yo tenía que ir, son duros con la penitencia y cada sesión parece que me desgarran hasta lo más profundo de mi ser, pero cierto es que poco a poco me siento cada vez más libre de las cargas que me atormentan, cargas que hubieran acabado consumiéndome si no hubiera acabado aquí.

Yo… ojalá hubiera podido hacerte entrar en razón antes de acabar sucumbiendo.

Hiciste todo lo posible, por desgracia desde el momento en el que Aiden acabó con mi “mundo” ya estaba condenado, cuando llegué a tu mundo ya fue demasiado tarde para mi.

Nunca podré saber por lo que pasaste allí, pero nuestro Azeroth no acabará igual, de eso no me caben dudas.

Has cambiado, me agrada saber de que al menos tu si acabaste por el buen camino.

Mucho me habéis ayudado todos para ello, si, sin ti quizás hubiera acabado cegado, os lo debo todo.

Y sin embargo si tu hubieras cerrado tu mente nada de eso hubiera servido… pues eso es lo que hice.

Miró a las puertas, viendo por un pequeño resquicio entre estas y el suelo una pequeña sombra.

Me temo que no tenemos mucho tiempo más.

Entiendo… Por favor, vive la vida que yo no pude.

Es lo que estoy haciendo, pronto, al fin, veré a uno de nuestros camaradas caídos.

¿Te refieres a… ¿De verdad lograste contactar con ellos?. Sobresaltado hizo chocar las cadenas entre sí.

Con Eleanor, se que no puedes salir, pero volveré con una fotografía de el.

Con eso me basta… Se sentó de nuevo en el frío suelo. ¿Como está Biroz?.

Bien, te prometió una cerveza juntos cuando puedan, en vida o muerte.

Dile si le ves que estaré esperándole con impaciencia.

Por supuesto… Acusadora, salga ya si quiere, se que anda observándonos tras las puertas.

Estas se abrieron de inmediato al unísono, saliendo la Ventyr con una alma encadenada tras ella.

Veo que han hablado, ese estímulo le ayudará a superar los momentos más duros estimado caminante.

Gracias por permitirme hablar con el.

Es su recompensar por su buen… “desarrollo” este tiempo en nuestras manos, tiene pesadas cargas que liberar, pero si sigue dispuesto en dos o tres siglos estará listo para tomar el camino que esta alma va a hacer hoy.

Dos siglos… soy un neófito en las labores Venthyr pero… ¿Es eso mucho tiempo?.

En absoluto, hay almas que pasan entre nosotros milenios o incluso eones, muchas llevan aquí desde antes de que tu especie existiera.

Para los “míos” eso es mucho tiempo, una generación diría, pero espero que así sea.

Y será siempre que siga dispuesto… pero eso está en sus manos exclusivamente.

Entiendo… espero que pueda volver a verlo en un futuro.

Eso también está en sus manos, pero te informaremos de cuando encuentre otro hueco en su expiación.

Está bien… De nuevo tan cerca y aun solo habiendo empezado a decirle todo lo que quería decirle tenía que separarse otra vez.

Ve y sirve con tu labor, no le haga esperar más a esa alma. Respondiera su afligido “gemelo”.

Prométeme que harás todo lo posible por salir de aquí cuanto antes.

Es lo que haré, os juro que me liberaré de la carga que tanto me apresa, hasta entonces cuídate.

Eres tu el que debe cuidarse, idiota. Acabó abrazándolo con todas sus fuerzas, como si fueran a arrancárselo de sus brazos.

Debes irte ya, regresa a Oribos.

Dame unos segundos más. A pesar de sentirse fría, sentía que aquella alma tenía el cálido calor que en vida debió tener, cada segundo que pudiera seguir así era una bendición para él.

Siento interrumpir este momento tan emotivo, pero todos tenemos una labor que hacer… y el Enjuiciador aguarda a esta alma redimida.

Se separó, rompiendo el cálido abrazo. Confío en ti, espero buenas noticias la próxima vez que nos veamos.

Así será, hasta entonces vive lo que no pude, hazlo por los dos.

Por supuesto. Se giró frente a la Acusadora. Gracias por este momento, se que está en buenas manos a pesar de los prejuicios que tuve con los suyos.

Es un alma que a pesar de todo vino voluntaria y rápidamente entendió su culpa, creeme, el alma promedio que viene aquí tarda años en admitir que está aquí por sus actos, digamos que es un… “buen ejemplar”.

Entiendo, bueno he de partir… ¿He de llevarlo encadenado?.

Solo hasta que deje la piedra del pecado que carga sobre su espalda antes de que partan de Revendeth, allí será liberado justo antes de su marcha.

No la hagamos esperar más, llevamos retrasandole demasiado su gran día.

Toma pues sus cadenas, nada más bajar las escaleras tienen preparado un murciélago con jaula que les llevarán directos a la Aldea de la Caída.

Recibió la gruesa cadena. Nos volveremos a ver, un placer Acusadora.

El placer ha sido todo nuestro.

Partieron de allí. Conforme bajaba las escaleras sintió por una parte lástima por quien dejaba atrás, pero por otra alivio al saber en quienes quedaba a su resguardo.

En cuanto a ti enhorabuena por tu hazaña, pronto volverás a ser juzgado, el nuevo Enjuiciador es alguien bondadoso y justo, no te preocupes.

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Las dos imponentes estatuas de armados enanos resguardaban el paso y a la vez daba la bienvenida a quienes eran bienvenidos en aquel apacible lugar. Pasadas las estatuas vieron tanto grandes complejos enquistadas en las verticales paredes de las montañas construidas con su misma roca y sin embargo apenas tenían unas pocas aperturas verticales, lo mismo sucedía con las pequeñas construcciones circulares que de vez en cuando pasaban, en la que bostezaba algún que otro vigía somnoliento o hincaba el diente a su almuerzo matutino.

Increíble… Mires por donde mires tengo la sensación de que tenemos un cañón o un rifle apuntándonos, esta gente se toma muy enserio la defensa. Thorinam parecía fascinado e inquieto por partes iguales.

Normal, han pasado los últimos dos siglos en guerra y lograron soportar el asedio de la Horda en la Segunda, han hecho de su abrupto reino un enorme bunker, desde la paliza que les dieron a los orcos nadie se ha atrevido a atacarles.

Pero estamos en el interior del reino… supongo que aún no habrá confianza con los Hierro negro.

Esas heridas tardan mucho tiempo en sanar.

Por cierto. ¿A donde vamos?.

A un pueblo llamado Thelsamar, a medio camino de los Humedales, allí repondremos suministros, sobretodo agua.

Por favor, una bebida fresca es lo único que quiero ahora y… ¿Los Humedales?. ¿No vamos a Dun Morogh?.

Fallo mio, merece más la pena ir directos, siento decepcionarte pero ya iremos en otro momento.

Lástima, quería volver a ver la nieve.

La última vez que estuvimos casi mueres congelado. ¿No recuerdas aquellas montañas?.

No me lo recuerdes, no habré pasado más frío que aquellos días, me parece increíble que los enanos sean capaces de vivir tanto en un condenado volcán como en un invierno perpetuo.

Y por eso han logrado sobrevivir hasta ahora, se adaptan a cualquier lugar. Miró al cielo. Umm, aún debe ser medio día así que nos quedarán unas… dos o tres horas de luz cuando lleguemos al pueblo, te dejo elegir.

¿Elegir?. Miró extrañado el paladín.

Si, si pasamos la noche en el pueblo o seguimos adelante y acampamos más adelante.

Así que decido yo… veamos. ¿Has estado ya antes aquí verdad?.

Si.

Veamos… ¿Hay alguna amenaza?.

Nah, solo algún poblado de gnolls en los bosques, los Montaraces los mantienen a raya.

¿Algún control o algo por el estilo?.

Por la noche cierran el paso que va a los Humedales, pero Loch Modan es muy pequeño, en medio día llegas de un extremo al otro.

Pasemos la noche en el pueblo, pasemos una noche a resguardo y ya partimos mañana al alba.

Decidido pues, creo recordar que hasta te puedes bañar y todo.

Por fin, quiero ser persona otra vez.

No lo serás por mucho, los Humedales se llaman así por un motivo.

Urg… no me digas más, calor, sudor y mosquitos. En su cabeza era otra forma de infierno.

Bingo, pero por suerte es el último, una vez crucemos el puente ya todo es más agradable… en cuanto a clima.

Ya…

No pienses en eso ahora, es más, piensa en esa espumosa cerveza que vamos a tomar, que estamos en tierras enanas y aún no hemos tomado ni trago, eso si es un crimen.

Cerveza… Al paladín se le hizo la boca agua solo de pensar en tal bebida. Dicen que la mejor cerveza se bebe aquí.

Y no se equivocan, ya verás ya, no querrás beber nada que no sea esta a partir de ahora.

Fresca, espumosa… ¿¡Cuanto queda para llegar?!.

Un par de horas.

¡¿2 horas?!. ¿Por que me lo dices ahora?. ¿Acaso quieres hacerme sufrir?.

Si. Dijo con la sinceridad de un niño marcada con una leve sonrisa.

…Te odio. Recriminó Thorinam.

Ja, repiteme eso cuando lleguemos, no serás capaz.

¡Agh!. El paladín le dio con la palma abierta en la nuca del no muerto. ¡Eh!. Encima que te motivo…

Ahora solo pienso en la mejor cerveza que haya tomado, llevo días bebiendo agua templada cual caldo.

Ya lo verás, te doy mi palabra.

Más te vale o acabas ardiendo en luz sagrada.

Por supuesto, “valeroso heraldo de la virtud”.

Por cierto y dejando el asuntillo… habrá un buzón allí. ¿Enviarás las pruebas?.

Es algo a lo que llevaba un rato dándole vueltas a la cabeza, en persona se aclara más la situación pero esos dos se olerán la tostada… has tomado la decisión idónea al decidir quedarnos mi estimado paladín, mañana por la mañana haré que el cartero envíe de urgencia las pruebas. Esperemos que no nos hagan ir a Ventormenta de urgencia o tendremos un problema.

Tendríamos que cancelar el viaje claro…

Eso es y… mejor que no sea así.

Sea como sea ya lo sabremos, hoy solo lleguemos al pueblo y descansemos.

Tal y como Thorinam dijo se enfocaron en seguir caminando por el valle que, un buen rato después, se abrió en la inmensa explanada verde que las montañas resguardaban para no mucho después avistar el pueblo encajado en el pequeño valle.

Al fin, que gusto da volver a la civilización.

Thelsamar. Un pueblo encajado en el valle de casas enquistadas en la dura roca en la cual destacaba la taberna de cuya chimenea humeaba aquel olor tan delicioso que invitaba al hambriento paladín a comer, los grandes barriles en el techo de esta dejaba claro que antes morirían de hambre que por falta de cerveza en sus gaznates y aunque fuera el único pueblo en lo que abarcaba la vista la tranquilidad y el sosiego del lugar también les invitaban a dormir así que no dudaron en adentrarse en las empedradas callejuelas.

Entrar en la taberna fue más que reconfortante, a diferencia del ardiente volcán aquí se estaba más que fresco y aunque en ese momento solo hubieran dos o tres mesas con gente se sentía el jolgorio del lugar, con aquellos enanos bebiendo de sus jarras, gritando sobre sus asuntos y jugando con dados apostando lo ganado aquel día. No dudaron en pedir a la encantadora mesera de coletas enrolladas a los lados lo mejor que pudiera ofrecerles para, al poco, verse al fin con dos grandes jarras del espumoso fermentado y sendos platos de humeantes filetes a la brasa en la mesa.

Que aproveche. Se retiró la dulce mesera.

¡Al fin!. Mi adorado elixir de dioses. Thorinam parecía llorar ante aquella jarra.

Pero pruebalo antes de que se caliente, verás verás. Veldhath dio un profundo trago a su cerveza, dejándola en la mesa con un golpe que hizo salir algo de espuma. Merece existir por estas cosas.

El paladín alzó su brazo con la fría jarra y también dio un trago, que de inmediato le hizo saltar las lágrimas, aquel “elixir de dioses” fresco, amargo pero a la vez hasta dulce fluyó por la garganta del sediento servidor de la Luz, como si una bendición de esta fuera a su penuria.

Es… es gloria hecha cerveza. Dio otro trago. ¿Donde has estado toda mi vida?.

Ves como tenía razón ¿A que es lo mejor que has bebido nunca?.

Bendito bastardo, no volveré a dudar nunca de tu palabra. Otro trago del elixir. Por estas cosas la vida tiene sentido. Dejó la jarra medio vacía en la mesa.

Lo malo es que una vez pasemos Alterac no volveremos a ver estas cervezas.

Entonces pediré otra.

¿Tu?… ¿Te recuerdo el poco aguante al alcohol que tienes?.

Esta es la bendición que la Luz nos ha ofrecido por atravesar el infierno, ¡Mesera otra jarra!.

¡Marchando!.

Como veas, pero resacoso o no mañana madrugamos y te juro que cumplo lo que digo, como si te tengo que sacar a rastras.

Aún es de día… para mañana espero estar fresco.

Más te vale.

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El resto de la tarde transcurrió con la misma calma con la que se movía el pueblo, cayó la noche tras reponer algunos suministros, por lo que regresaron a la taberna que ahora tenía bastante más gente y otra vez se deleitaron la boca con los manjares del humilde local para algo después dormir al fin en algo que no fuera una tienda de campaña.

Unos toques en la puerta fueron suficientes para que el no muerto despertara de su sueño aunque… no es que pudiera moverse con facilidad.

Pero… no puede ser, mira que se lo dije… Eh thori… Este seguía roncando a pierna suelta. ¿Como ha acabado sobre mi?… Maldita sea, me está aplastando… no queda otra. Empujando con todas sus fuerzas se liberó de la carga cayendo este al lateral de la pequeña cama, con un notable estruendo.

¡¿PERO QUE HACES?!… ¡AAAGH!, Mi cabeza, por la Luz, me está volviendo loco.

Hola resaca… Suspiró. anda ve vistiéndote que nos vamos, y no hay cerveza de desayuno.

Mátame antes de que me arranque la cabeza… Se sujetaba las sienes aún en el frío suelo.

Aún no, voy a ir pidiendo algo para romper el ayuno, no te demores.

Algo después salieron de la taberna, con un Thorinam aún sin reponerse por completo por como trataba en vano de ocultar la luz del astro rey con su mano cuando el no muerto encontró al cartero, al cual le dio el afamado sobre y unas monedas de plata.

Y listo, esperemos que podamos acabar el viaje pero… me temo que tendremos que recortar distancias si quier… queremos cumplir el objetivo.

No tardemos más entonces, que nos de tiempo a buscar un buen sitio donde acampar.

Más nos vale, en los Humedales poco suelo seco vamos a encontrar, en marcha.

Con esas palabras partieron del pueblo hacia unas tierras no tan agradables, pero hasta entonces disfrutaron del apacible Loch Modan, aunque del lago apenas lograron ver a lo lejos unas pocas charcas desde donde antaño fuera la orilla, tampoco es que tuvieran tiempo para ello pues la senda poco a poco se alejaba de esta para volver a adentrarse en el interior, cercana a las montañas donde, otra vez, los inexpugnables fuertes de las montañas parecieran observarles.

Pronto llegaremos a “Algaz” ¿No se nos olvida nada no? por que más allá no volveremos a ver rastro de civilización por unos días.

No que yo sepa Veld, revisé todo antes de cenar, ¿Tan mal lugar es?.

Para mi no mucho, pero me temo que tu no dormirás bien estos días, hay mosquitos por montones.

¿Hay algún asentamiento de camino?.

Solo uno élfico a medio camino, depende de como vayamos pasaremos o no pero por suerte no es que vayamos a tardar mucho en cruzarlo, diría que dos o tres días a lo sumo.

Pero si el suelo está húmedo va a ser difícil montar nada.

Ya, ese es el problema, pero tenemos que pasarlo.

No queda otra…

Mira, montañas en el horizonte, ve despidiéndote de este remanso de paz por que pronto lo echarás en falta.

Si quisiera haber vivido en un remanso de paz no te hubiera acompañado desde aquel día.

Veo que lo entiendes, continuemos.

Por suerte los Montaraces, como el resto de guardias enanos, dejaron pasar sin demora a los humanos a diferencia de sus compatriotas. El túnel de pendiente descendiente se abrió para mostrarles un hermoso paso de montaña desde el cual podían ver los estragos que Alamuerte en persona causó a la antigua maravilla de la ingeniería enánica.

Velhath no perdía ojo a los inmensos bloques de piedra y hormigón que aunque parecieran pesar cientos de toneladas estaban desperdigados como si de los restos de un castillo de arena fueran. Es increíble la magnitud de la devastación que causó, es difícil pensar que esa maravilla fue capaz de mantener un inmenso lago retenido fuera destruida con tanta facilidad y… una desgracia para quienes lo diseñaron y construyeron.

Lo que es también increíble es que lograran acabar con Alamuerte aunque… bueno acabamos con el Carcelero y por cierto… ¿Después llegaremos a Alterac no?. Que recuerdos.

Pues si, bueno más bien el Reino de Stromgarde, fue la única causa por la que vi justo luchar contra la Horda.

Y pensamos cual necios que tras Alterac vendría nuestra Lordaeron… maldita sea. El paladín se maldijo para sí mismo.

No me lo recuerdes Thori, no lo hagas, me pongo de muy mal humor solo de recordarlo… prepárate, viene otro control.

Los enanos se toman muy enserio su seguridad, sin duda.

Una vez pasada la pequeña fortificación, donde fueron invitados a un trago, continuaron descendiendo las pendientes y conforme bajaban cada vez notaban no solo más calor, si no predominantemente humedad, como la vegetación cada vez más parda daba fe. Tras pasar los últimos túneles llegaron al fin a la marisma, donde fueron recibidos por una ola de mosquitos que lograron dejar atrás.

Bienvenido a los Humedales, ¿Es un lugar desagradable verdad?

Es asqueroso, entre los mosquitos y este bochorno siento que este lugar me absorbe las fuerzas.

Súbete los calcetines y métete el pantalón dentro de las botas si quieres evitar que las sanguijuelas se den un festín contigo, la última vez que estuve hasta yo tenía unas cuantas.

Dos o tres días… van a ser largos.

Para tu desgracia.

Tal y como se temiera las primeras horas fueron cuanto menos asquerosas para el ser viviente, no solo la insoportable humedad que no hacía más que hacerle sudar sin cesar, el hedor a ciénaga que inundaba su olfato haciendo que hasta la comida le supiera a tierra húmeda y los mosquitos que incesantes zumbaban desquiciándolo eran suficientes, tampoco lograba encontrar descanso alguno en la soledad del humedal pues centenares de sapos, cigalas, grillos y el resto de la fauna que desconocía gritaban su melodía al unísono, creando una ensordecedora atmósfera que se compenetraba con el resto de penurias para lograr ahondar en la miseria del paladín, que ya veía como un sueño su breve paso por Loch Modan.

Está anocheciendo… me temo que tenemos que acampar Thori.

Eso es si encontramos un pedazo de suelo seco, y no veo más que charcas… Una idea surgió al ver los espectrales ojos del no muerto. Sabes que tus “métodos” no me hacen gracia pero… ¿Podrías congelar un pedazo de suelo?.

Fácil, pero con este calor no creo que dure más que unas pocas horas… incluso de noche ahora en verano no es que refresque aquí.

¿Acaso tenemos opción?. ¿Donde está ese poblado elfo?.

Espera que saque el mapa. Sacó un mapa de la zona y tras situarse hizo un breve cálculo. Diría que llegaríamos al amanecer, no es una opción.

Entonces busquemos un lugar decente y madruguemos.

Me parece bien pero más te vale despertar temprano, no como esta mañana…

No te preocupes, no creo que logre dormir mucho hoy.

Un rato después una pequeña elevación que parecía emerger de entre el pantano, aunque cuando empezaron a preparar la zona vieron que como el resto era un barrizal como sus botas casi sumergidas hasta arriba atestiguaron.

Aparta, voy a dejar esto como un bloque de hielo, nos dará para algo antes del alba.

Odio los madrugones sabes… me recuerda a mi pasado.

Mala suerte Thori. Alrededor del no muerto una gélida bruma emergió y con ello todo a su alrededor tornó como una pequeña visión del norteño continente para al poco cesar este.

Por ahora bastará. Dio varias patadas al terreno, ahora tan duro como el hielo.

Pudiste haber usado eso en los baldíos yermos.

En este tipo de climas necesito muchas energías para mantenerlo, y además podría haberte matado… y basta de charlas, tenemos que descansar ya.

Pero si no hemos cenado siquiera. Aquejó el paladín.

Noche en ayunas, no podemos permitirnos hacer un fuego, no solo descongelaría el suelo, si no que atraerías a lo que no quieres tener cerca.

Y tampoco ahuyentamos a lo que nos conviene.

Merece tomar ese pequeño riesgo, el mayor enemigo aquí son los mosquitos por encima de boas, arañas, cocoliscos y demás.

Y pensar que un insecto tan pequeño puede acabar contigo tan fácil… normal que no viva casi nadie aquí.

Antes era peor, hace años tocaba enfrentarse a veces contra dragones y orcos, pero ahora la cosa está más calmada.

Mejor me lo cuentas mañana. Bostezó agotado. Estoy molido.

Hoy apenas hemos parado, está bien bebe y sécate los pies mientras termino de montar la tienda, tenemos que evitar el pie de trinchera.

Gracias y perdona que te deje solo montandola, pero estoy más agotado de lo normal. Cayó en las no pocas marcas rojizas en sus brazos. Estos malditos mosquitos me están dejando seco.

No te preocupes, cuando salgamos de aquí no tendremos más problemas de calor o indeseable fauna.

Ya… solo tendremos el problema de la indeseable Plaga.

Una vez montada la tienda se sumergieron en esta y durmieron aunque, como advirtió Veldhath, los incesantes mosquitos, el calor húmedo y la paranoia de escuchar animales que no existían a su alrededor lograron que fuera un infierno de decenas de desvelos que, para colmo, terminó rematado por la inquietante sensación de ir hundiéndose poco a poco a la que el terreno se descongelaba, es por todo lo anterior que poco antes de que el Sol se dejara ver entre la bruma del humedal estaban recogiendo la tienda.

Que noche tan lamentable, la peor en años.

En mi caso literal, ni cuando era cadete tuve algo así… gruñó. Lo bueno es que visto lo visto solo tenemos otra así si vamos directos, lo malo es que pasamos de largo el poblado.

¿Tiene algo interesante?. Vamos bien de suministros.

Bueno, es un poblado kaldorei en Reinos del Este, diría que es el único pero nada más.

Por mi paso, ya tenemos una escusa para ir al norte de Kalimdor.

Perfecto pues, volvamos al camino antes de que nos hundamos en el cieno.

Y de nuevo se adentraron en la empedrada senda cuando los primeros rayos del alba lograron atravesar la densa neblina del humedal.

El resto del día transcurrió sin pena ni gloria, salvando el paciente cocolisco que tumbado sobre el camino lo cortaba por lo que sopesar las alternativas, entre ellas acabar con su existencia, simplemente esperaron un poco hasta que al fin se dignó a volver a su charca. Al caer la noche otra vez montaron su tienda y otra vez durmieron malamente, lo que pasó factura al ya de por sí maltrecho paladín, pues despertó febril y casi tan pálido como el no muerto aunque para su suerte a media mañana remitió esta y pudieron continuar su senda.

La tarde caía de nuevo en el humedal para cuando el terreno empezó, para su regocijo, a elevarse y a la vez secarse progresivamente, a la vez que el ambiente perdía humedad y los arboles se espaciaban cada vez más. Unas horas después al fin llegaron a un poblado enano enquistado en un pequeño valle y a lo lejos dos inmensos arcos que marcaban el final de un reino… y la llegada a otro.

¿Eso es el puente no?. Dijo con un pequeño brillo en los ojos Thorinam.

Así es, el puente de Thandol, cuando lo crucemos llegaremos a Arathi.

¿A que esperamos?. Quiero dejar atrás ese humedal.

Cuando lo atravesemos creo que empezará a anochecer, te dejo de nuevo dos opciones.

Déjame adivinar, pasar la noche en el pueblo o continuar.

Así es.

Digo de continuar, quiero dormir lejos de ese infierno húmedo.

Está bien, pero toca pasar dos controles.

Otra frontera… a ver si seguimos teniendo suerte.

Y así fue, dejar Khaz’Modan fue tan fácil como entrar en este, solo les bastó con identificarse con quienes eran. En cuestión de minutos estaban cruzando el estrecho entre los subcontinentes sobre el inmenso puente de cuyo final la bruma marina ocultaba, solo podían continuar por la enorme plataforma que mantenida en pie a cada lado por inmensas cadenas de eslabones tan grandes como kodos evitaban que corrieran el mismo destino que el desafortunado puente gemelo que en ruinas yacía desde hicieran décadas.

A medio trayecto unos circulares torreones comunicados entre ellos por arriba atestiguaban de nuevo el celo de los enanos por la seguridad de su reino, pues en estos podían ver la perpetua guardia y tanto rifles apuntando a todo quien pasara como morteros listos para acabar con cualquier navío de turbias intenciones, lo que como no llamó la atención del paladín.

¿No se supone que deberían haber humanos también?.

No, no se fían de nadie para mantener este puente, si cayera tardarían meses en volver a ponerlo en pie y con ello podría correr peligro todas las posesiones de la Alianza en el norte, no quieren que corra el mismo destino que el otro puente.

Antes me dijiste que fue volado hace décadas. ¿Acaso no pueden reconstruirlo?.

Deberían, es otra de las maravillas de la ingeniería, pero esta seriamente dañado y requiere de recursos de los que la Alianza aún esta escasa, esperemos que en el futuro vuelva a estar en pie.

Una lástima la verdad…

Pues si, pronto volveremos a nuestra patria, en una semana o dos llegaremos seguro.

No se como vamos a lograr que esos “renegados” nos dejen pasar… ni como voy a evitar purgarlos, me hierbe la sangre saber que tienen tomado nuestro hogar.

Yo también quisiera aniquilarlos Thori, créeme, yo también lo quisiera y más tras cada viaje que he hecho, el como te recelan que no acabaras como ellos, el odio visceral a todo lo que no sea su no muerte, el como tratan a esa maldita alma en pena como su diosa, pero para nuestra desgracia la Alianza permitió que regresaran cuando tuvimos la oportunidad, y ahora nos toca cargar con ello, mira no quiero hablar de eso ahora, me dan ganas de arrancar cabezas. Sea como fuera hemos llegado a nuestro “continente”.

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Tierras altas de Arathi

Las bastas tierras les dieron la bienvenida nada más pisar tierra con una agradable brisa veraniega que tanto distaba de lo vivido en el otro lado del puente. Las lunas empezaban a emerger en el horizonte cuando un par de soldados, ataviados en armaduras con el característico blanco y carmesí de la enseña del reino les hicieron detenerse en la calma del anochecer._

Buenas tardes. ¿A donde se dirigen?.

Al refugio de la Zaga. Contestó con calma el no muerto.

¿A estas horas?. Mirada de sospecha por el soldado, mal asunto pensó el no muerto.

Se nos hizo bastante tarde.

¿Y por que no se quedaron en Dun Modr?. Los caminos aquí pueden ser peligrosos de noche.

Venimos con el tiempo justo para llegar, no se preocupe por nuestra seguridad.

El otro guardia no perdía ojo a sus armas, sentía como la situación se le iba de manos.

No son armas que un viajero o comerciante llevarían… ni siquiera unos aventureros ordinarios. Decía aquel guardia de pelo canoso juzgándoles con su mirada. ¿Que tramas, no muerto?.

Se lo dije, llegar al Refugio de la Zaga y continuar al norte, no pensamos pasar mucho tiempo en su reino.

El norte está tomado por la Cruzada Argenta, ¿Es que vais a atacarlos de nuevo?. ¿O acaso quieres una muerte definitiva?. No perdonan lo que le hicisteis y nunca lo harán, vuelvan de donde vienen pues Stromgarde no te permitirá pasar.

Podría matarlos fácilmente y continuar… no, solo cumplen ordenes… si lo haces volvería a ser lo que fui, y lo que este tipo se cree que soy… Pensó intentando buscar una solución.

Maldita sea. ¿Es que no ven que va sin armadura?. Si quisiera atacar a los Argenta ya os hubiera matado. Respondió enojado Thorinam.

No sabes como es la mente de los suyos, no se como te ha manipulado para que le sigas, pero te está usando.

Dejaré de saber como es tras tantos años… solo vamos a ir al norte, si atacara a un Argenta ya me ocuparé de acabar con el.

No podemos dejaros pasar, son una amenaza para nuestros aliados, vuelvan antes de que cambie de idea.

Está bien, dejaremos nuestras armas aquí hasta que regresemos, sin ellas seremos más que vulnerables.

Aún así siento una amenaza en ustedes… eh recluta, toma el caballo, sus armas y ve a Stromgarde e informa, vamos a ver si realmente no son una amenaza.

¿Acaso quieres que te deje solo con ellos?. ¿Estás loco?.

Si no lo estuviera no hubiera luchado por mi hogar, si me encuentras muerto venga mi muerte.

¿Por que tienes que hablar así siempre?.

Ve y no me hagas perder el tiempo, quiero cambiar de guardia pronto… si nuestro no muerto no saca su naturaleza a relucir.

Este gruñó.

Las armas.

Está bien… muchacho, si escuchas voces ignóralas como si tu vida te fuera en ello.

¿¡Voces!?. Gritó este justo antes de partir.

Claramente incomodado al ver alejarse al corcel con sus hojarrunas se sentó frente al veterano soldado.

¿Pero que haces?. Extrañado el paladín preguntó.

Hablemos entre veteranos, señor guardia, su camarada tardará unas horas y seguro que tienes muchas historias que contar de tus mil batallas.

Me repugnan los tuyos, pero muestras más interés por mis batallas que mi recluta.

No creo que sea el momento para…

Shh, guarda silencio y escucha con atención Thori, seguro que te interesará.

Si tu lo crees…

Por horas los veteranos conversaron sobre sus años en armas mientras el algo más joven paladín escuchaba o se distraía mirando el atardecer y más tarde el tránsito de las lunas sobre el despejado cielo.

… y desde entonces llevo como amuleto este colmillo de trol. El guardia mostró la pieza dental que colgaba de una plateada cadena en su cuello.

Haciendo honor a la fama de los Aterratrol.

Llevamos luchando contra esas bestias generaciones, algún día los exterminaremos y al fin podremos vivir sin su amenaza.

Ojala hubiéramos podido hacer algo así en el norte. ¿En que momento permitimos que esos renegados volvieran a nuestras tierras?.

Pues si… tantos vidas perdidas para nada.

Eh, veo una luz, ¿Es acaso tu recluta?. Señaló a la leve luz a lo lejos el paladín.

Debe serlo, si que ha vuelto pronto. Aunque siga desconfiando de ti creo que podremos apañar el asunto para que sigas tu viaje.

Estupendo entonces.

Menos mal que no me has matado, no andamos especialmente sobrados de efectivos aún.

El joven sobre el caballo retornó, farol en mano, acompañado por otro soldado montado en un corcel blanco de manchas negras, cual vaca, que bajó rápido.

Tenías razón muchacho, son ellos.

¿Por que te han enviado a ti, Carlos?. ¿Quienes son en verdad estos dos?. Se levantó con enojo el veterano guardia.

Son dos de los “Caminantes”, el rey exige su presencia en Stromgarde.

¿Que estos dos son que?… No, debe ser un error, son mercenarios.

Que no es un error, tengo orden directa, deben venir cuanto antes.

¡Es un maldito no muerto!.

Uno que ha cumplido con su palabra, sigues vivo. Respondió Veldhath. Pero Carlos, si se me permite hablarle por su nombre, no estamos interesados en hablar con su monarca, solo queremos ir de paso al norte.

Señor Veldhath, solo si aceptan ir ante el lograrán acceder al reino y continuar su viaje, se lo recomiendo encarecidamente, es un honor que su majestad les conceda una audiencia.

Se que es un honor, pero me temo que tendremos que rechazar tal ofrecimiento, nos apremia el tiempo y no somos hombres de castillo.

En tal caso me temo que tendrán que retornar.

¿Nos disculpa un momento?, tenemos que hablar a solas sobre la oferta.

Está bien, pero no demoren, pronto amanecerá.

No muerto y paladín retrocedieron cerca del acceso al destruido puente comprobando que no fueran escuchados, una vez allí Veldhath dio un puñetazo al pilar del arco.

No puede estar pasando esto. ¿Como pude ser tan necio?.

¿Pero que pasa?. Esta situación me está preocupando… ¿Por que nos están limitando el acceso?. ¿Acaso es la primera vez que… claro, hace dos años no había ni reino.

Lo olvidé por completo. ¿Por que nos quiere Aterratrolls en su castillo?. No quiero pensar mal, pero como sabes alguien como yo no suele ser bien recibido como demostró ese guardia.

¿Acaso crees que te van a ejecutar?.

No creo, de otra forma nos hubieran obligado a continuar, pero algo me huele mal… creo recordar que la Espada del Ébano hizo hace unos años una “visita”… y ya sabes como suelen ser esas “visitas”, alzar a Thoras tampoco ayuda precisamente… para colmo no he logrado ver nuestras armas.

Eso iba a decirte, seguramente estén en la fortaleza, Veld ten cuidado, esto me huele realmente mal.

Lo se, podríamos matarlos aún desarmados, pero entonces no solo nos podemos olvidar de nuestras armas, si no que podría desembocar en problemas impredecibles.

Entonces me temo que no nos queda otra que seguirles.

Eso me temo, te diría que si te dijera que corras lo hicieras, pero se que no lo harás, así que cubreme las espaldas.

Está bien, veremos que nos depara Aterratrolls.

Retornaron a donde estaba los tres soldados charlando dirigiéndose al que portaba un yelmo.

Está bien, llévenos ante su rey.

Veo que han aceptado su audiencia, suban al corcel y no le hagamos esperar más.

Cumpliendo la orden partieron sin demora hacia la fortaleza, donde Danath aguardaba.

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Cabalgaban en silencio cuando al fin empezaba a aclararse el firmamento sobre las bastas llanuras del reino. En las fértiles tierras habían surgido pequeñas casas rodeadas de tierras de cultivo como setas en las cuales ya empezaban a verse algunos campesinos desperezándose al igual que no era raro encontrar patrullas de jóvenes reclutas acompañados por veteranos guerreros ataviados en aquellas peculiares armaduras blancas y carmesíes que tanto evocaba tiempos ancestrales y entre medias vírgenes llanuras en la más absoluta calma sobre las cuales algún primitivo raptor huía al escuchar sus galopes, temerosos de los nuevos colonos.

¿No son hermosas las tierras altas?. Al fin la humanidad ha reclamado lo que fue nuestro. El tal Carlos se retiró el yelmo, dejando ver su corto pelo rubio, a pesar de su aparente corta edad parecía ser un puesto alto por la cresta carmesí de su yelmo.

Sin duda… Thorinam miró con suspicacia al soldado. da gusto ver tanto cultivo.

¿Verdad?. En unos pocos años podremos mirar de nuevo a Ventormenta como iguales, aunque aún nos queda atraer muchos colonos y antiguos habitantes, serán unos años duros, pero lograremos dejar donde merece el nombre de Arathor.

Aún suspicaz el paladín imaginó como podría verse el renacido reino en los años venideros, lo que en parte le hizo sentir un ápice de esperanza.

Llegaremos en una hora más o menos, cuiden sus palabras ya que os dirigiréis a un rey.

Me crié entre nobles, se las normas básicas del decoro. Respondió el no muerto.

Tampoco es necesario que hables como si fuera unos nobles o el rey, perdón, regente de Ventormenta, Danath es más directo, pero no deja de ser un rey…

Entiendo.

Continuaron por el camino que entre colinas transcurría a la que los primeros rayos del Sol atravesaron las solitarias nubes, cuando este emergió en el horizonte comenzaron a ver a la distancia las enormes murallas blancas rompiendo la monotonía del paisaje y poco después las primeras edificaciones fuera de estos, al fin habían llegado a la capital del primer reino de la humanidad.

Conforme se acercaban empezaron a ver escudos rotos con los emblemas de la Horda o la Alianza por igual rotos o fragmentados desperdigados por montones como si de basura se tratara junto a hachas, espadas y armas de fuego ya corroídas que hacía ya tiempo acallaron para siempre, ya frente al imponente acceso a la ciudad pudieron ver dos inmensas torres de madera a los laterales con sus cúspides carbonizadas y llena de flechas y virotes en toda su superficie, vestigios de la cruenta batalla que años otrora se diera en las durmientes colinas.

Bueno, hemos llegado a la ciudad, aún queda mucho por reconstruir, pero espero que os sea de agrado su estancia.

Después de atravesar los Humedales hasta un tablón de madera como cama sería acogedora… Bostezó, pues como todo ser vivo privado del sueño lo único que deseaba Thorinam era dejarse caer sobre una cama, aunque entrar en la aún durmiente ciudad le hizo sentir inquieto.

Ciudad de Stromgarde.

La anciana ciudad, testigo tanto del auge de la humanidad como de su debacle y su reciente lucha por prosperar había visto de todo en las últimas décadas, desde el abandono pasando por numerosas manos, hasta la gran guerra por ella y su recolonización por sus legítimos herederos. Aunque aún quedaban multitud de vestigios de su ocaso en forma de casas y edificios ruinosos cubiertos de vegetación y calzadas cubiertas de tierra era evidente por las nuevas murallas, más altas y gruesas que nunca, por la cantidad de casas impolutas y sobretodo por el nuevo castillo coronando la ciudad que una nueva era de prosperidad se había iniciado desde que los tambores de guerra acallaran por el momento en aquella frágil tregua que la mayoría deseaba que fuera permanente, pero salvando algún transeúnte adormecido y las constantes patrullas pareciera más Villadorada que Ventormenta.

Como ven hemos hecho todo lo posible y más para reconstruir todo lo que podamos, pero la guerra pasó factura y la materia prima escasea y es cara, por suerte hemos logrado que mucho colono se anime a asentarse en nuestro reino, sin la ayuda de la Alianza no hubiera sido posible.

Turalyon debe tener mucho interés en tener una posición fuerte para contrarrestar tanto la Quel’thalas de Lorthemar como la “Nueva Lordaeron” de Calia y su consejo. Dijo pensativo el no muerto.

Así que colonos… Aquello sumergió en sus pensamientos al paladín.

Hemos llegado al castillo, Danath está esperando, les acompaño.

El castillo ante ellos lucía tan impoluto como las murallas de fría piedra que resguardan la ciudad, al entrar comprobaron que a pesar de la importancia de quien habitaba en este era más bien austero, carente de ostentaciones, más bien todo lo contrario, pues parecía ser una fortaleza militar con armas y armaduras en perfecto estado de revista listos para cualquier urgencia y por supuesto los estandartes tanto de la Alianza como de Stromgarde en un recuerdo de la causa a la que servían en aquellos gruesos muros.

Al dirigirse a la estancia donde el rey aguardaba no dejaron de ver soldados con armaduras más completas y armas más labradas allá donde mirasen, con algunas miradas de suspicacia tras aquellos yelmos, dirigidas sobretodo hacia el no muerto que tanto llamaban sus ojos y tez la atención allá por donde fuera para al fin, tras subir las estrechas escaleras, llegar a una gran estancia bajo las vigas de madera dominada por el trono del reino, tan austero como el castillo en el que se encontraba y sobre el cual el último rey legítimo del reino aguardaba con su armadura su llegada, la cual provocó que cerraran las pesadas puertas a los laterales de la estancia con un sonoro golpe.

Veo que han recibido mi mensaje. El más que veterano monarca alzó su mirada a los recién llegados.

Como el protocolo en estas ocasiones mandaba se arrodillaron frente a este, por mucho que odiasen esas parafernalias.

Así es, ¿A que se debe nuestra presencia ante su majestad?. Preguntó todo lo formal que pudo el no muerto.

Como deben saber tras el armisticio logramos recuperar Arathi para la humanidad y con ello el restablecimiento del reino de Stromgarde.

Y nosotros les felicitamos por ello su majestad. Respondió el paladín. ¿Pero que tenemos que ver nosotros, unos transeúntes que solo quieren derecho de paso por su reino?.

Se quienes son, tomen asiento y póngase cómodos. Unos soldados no tardaron en traer unas pesadas sillas de madera, lo de cómodo era relativo viendo que no poseían acolchado alguno, solo pura madera pulida, aunque a la hora de la verdad el trono de Danath tampoco presentaba mullido alguno, así que cumplieron la petición.

Nuestro reino aunque se remonta a los albores de la humanidad ha renacido de sus cenizas recientemente y como habéis visto se nota allá por donde miréis, muchas tierras yacen aún abandonadas al igual que centenares de hogares que siguen en ruinas, además la guerra hizo estragos entre nuestras ya más que veteranas fuerzas que necesitan con urgencia sangre fresca pues nuestros viejos enemigos, es decir, esos bastardos de la Hermandad y ni que hablar de los condenados troll siguen asaltando a los nuestros, por no hablar de que tenemos a esa condenada Horda en Tirisfal y Quel’Thalas de los cuales no confío en absoluto.

Entiendo lo que quiere decir, pero no tenemos intención de ir a matar trolls ni bandidos señor. ¿No es acaso esa la función de sus tropas?.

Y estás en lo correcto Veldhath.

¿Como supo tan rápido de mi?. Se preguntó alertado para sí.

Pero como ves los veteranos deberían estar más que retirados, pero los nuevos reclutas al carecen de la instrucción básica para matar un simple troll, la gran mayoría son colonos en búsqueda de una nueva vida que hasta ahora lo más parecido a un arma que han tenido en sus manos ha sido como mucho una guadaña o una hoz y mis veteranos no dan a basto para defender el reino.

Es decir, que nos quieren para que instruyamos a sus reclutas. Respondió sin media tintas el no muerto.

Se de sus hazañas en las Tierras Sombrías además de su inestimable ayuda expulsando a la Horda de nuestras tierras en la Cuarta, nuestra fuente nos ha informado de que buscan un nuevo hogar, y nosotros necesitamos nuevos habitantes que repueblen las centenares de propiedades que aún yacen abandonadas por todo el reino, considérenlo una oferta que nos favorece a ambas partes.

Disculpe, pero yo no dispongo de los conocimientos militares necesarios para instruir a nadie me temo, solo soy un servidor de la Luz.

Eso tampoco es problema señor Thorinam, nos hace falta de todo en estos momentos, la iglesia de la Luz estará encantada de disponer de alguien como usted.

Es una oferta más que generosa pero… ¿Por que nosotros?. Muchos fueron quienes lucharon por su reino en la última guerra y sin la ayuda de no pocos Zovaal no hubiera caído, ¿Por que ellos no han tenido tal oferta?.

Por su situación, como nuestra fuente informó están sin rumbo ni hogar en este momento y Stromgarde es generosa con aquellos quienes han luchado por ella.

Le recuerdo que soy un no muerto. ¿De verdad los suyos van a permitir que un ser “profano”, una “monstruosidad” conviva entre ellos como si nada?.

Luchó por nuestro reino, además les debo mucho a la Espada del Ébano por haber acabado con el bastardo del usurpador de mi primo Galen.

La Espada del Ébano alzó de su eterno descanso a Lord Thoras.

No mentiré si dijera que me agrada ver a mi tío como un jinete del Apocalipsis, pero aceptó el puesto por voluntad propia luchando contra la Legión cuando el mundo pareciera sucumbir, se que luchaste por Lordaeron y caíste por ello, en Stromgarde valoramos ante todo el valor y la valentía.

Sabe más de lo que quisiera… Pensó mirando al monarca.

Es una oferta más que extraordinaria, pero tenemos que hablarlo entre nosotros y pensarlo bien, es una decisión más que importante. Thorinam intentaba mantener la distancia entre Danath y ellos.

Claro, se que van al norte, cuando regresen quiero que me respondan a mi oferta.

Entonces podemos continuar por lo que veo.

Así es, pero ni los Argenta ni los Renegados os van a permitir avanzar por sus territorios con facilidad, os lo advierto.

Lo sabíamos de antemano, pero gracias por el aviso, si no es menester continuamos nuestro viaje.

Marchen con mi bendición, no olviden mi propuesta.

En cuanto a nuestras armas…

Las tienen en la armería, os la devolverán de inmediato cuando dejen el castillo.

Despidiéndose con las cortesías propias acordes a la persona frente a ellos dejaron el castillo para alejarse de la ciudad ahora llena de gente alrededor del mercado adentrándose en las infinitas praderas de Arathi.

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La tarde cayó sobre ellos agraciandolos con su suave brisa cuando alcanzaron la cantera al margen del camino, ahora infecta de gnolls según les advirtieron al tomar la ruta hacia el norte, mirasen donde mirasen eran palpables los estragos de la reciente contienda, impresionandoles el inmenso cráter en medio de una explanada salpicada por miles de esquirlas de madera y metal, algunas aún dejando brillar aquel polvo tan peculiar por la que tanta sangre fue vertida.

Oye Veld, creo que nos hemos pasado el Refugio de la Zaga, en el horizonte ya veo montañas.

El no muerto no pareciera inmutarse por su camarada.

Maldita sea Veld. ¿Quieres hablarme?. Llevas callado desde que salimos de la ciudad.

Tenemos que salir cuanto antes de este reino. Pudo apreciar preocupación en esa fría voz.

¿Se puede saber que te pasa?. Si quisieran matarnos lo hubieran hecho cuando estábamos en su castillo, es más, deberíamos considerar su oferta.

Explícame como sabían quienes eramos y como sabía que serví a Lordaeron en vida, desde que pasamos el puente siento que estamos de lleno en una trampa, ese Danath es muy astuto…

Vamos a dormir aquí hoy. Dijo el paladín parando en seco.

Tenemos que dejar el reino.

¿Acaso has perdido la cabeza?. ¿De verdad crees que llegaremos al túnel sin que caiga agotado?. ¿Acaso crees que si de verdad nos quieren cazar nos dejarían pasar por el túnel como si nada?. ¡Piensa!.

Sabes que podemos abrirnos paso.

Y si tan astuto es Danath entonces se habrá anticipado a tu plan, tu más que nadie sabes que hay que mantener la cordura en los momentos más críticos, además, no hay un alma a millas a la redonda, mira vamos a acampar, analizar lo que ha pasado aquí y entonces actuar acorde a ello.

Tienes razón, pero es demasiado bueno para ser cierto lo que nos ofreció…

Estamos solos, vamos a montar la tienda y encender un fuego, tengo hambre.

Está bien…

La noche rápidamente se hizo con el dominio cuando el fuego crepitaba frente la tienda de campaña, antaño blanca y ahora parda tras su paso por los Humedales, una suave brisa mecía las briznas de hierba que acompañado por el cantar de los grillos orquestaban la calmada canción de la noche veraniega en las Tierras Altas.

¿Estás más tranquilo ahora?. Si te soy sincero a mi también se me hace raro lo que nos propuso Aterratroll, pero tiene sentido.

Sigo inquieto, no quisiera que te arrastraran a una injusta muerte por estar conmigo.

Como si fuera a permitírselo… además, no parece depreciar a su tío, es más, agradeció el haber matado a ese tal Galen.

Thori no me seas inocente. ¿En que momento has visto que alguien no se sienta incomodo a mi alrededor o directamente me hayan despreciado?. Es que hasta cuando regresamos de las Tierras Sombrías hubo tensión en los festejos.

Eso es por que la mayoría son unos pomposos nobles que se han criado entre algodones toda su condenadas vidas lejos de cualquier campo de batalla. ¿Acaso recuerdas ver a alguien de alta cuna en un campo de batalla?. No, ellos se quedan siempre en sus casoplones mientras dejan que los desgraciados mueran en su lugar… Yo creo que deberíamos dar un voto de confianza a Stromgarde. ¿Viste el castillo?. Era más bien una fortaleza militar, pero si por no tener no tenía ni un cojín su trono, no parece tener muy en cuenta el que eres.

Quiere que sea parte de su ejercito… si acepto tendré que jurarle lealtad, no puedo traicionar a mi reino.

¿Tu reino?. ¿Acaso te refieres a… Lordaeron?.

Así es.

¡Lordaeron ya no existe!. Se levantó abruptamente. ¡Abre los ojos de una maldita vez Veldhath!.

¿Es que no lo entiendes?. Si nos quedamos aquí jamás podremos volver a repoblar nuestro genuino hogar. ¿Acaso quieres que traicione a dos reinos?.

Sabes que querría regresar y reconstruir nuestras vidas allí. ¡Pero es imposible!. Sabes que los Renegados y la Horda jamás abandonaran Tirisfal, sabes que los Argenta jamás te dejarían pisar sus territorios. ¡Despierta maldita sea!.

Que fácil es hablar sin haber luchado sacrificándolo todo por tu reino. ¿¡Es que no sabes que significa la lealtad!?.

¿¡LEALTAD?!. ¿¡Lealtad a un rey y reino muertos!?. ¿Es que piensas esperar eternamente a un sueño que jamás se dará?.

Recuperamos Stromgarde que estaba abandonada, recuperaremos nuestras tierras.

¡Pero que terco eres!. Mira te lo voy a dejar claro, tu lealtad a unas ruinas o yo, no pienso seguir con alguien que se ha encerrado en el pasado… un pasado que acabará consumiéndote. Buenas noches. Se internó en la tienda de campaña y la cerró desde dentro, dejando a solas al no muerto.

Las últimas brasas de la hoguera yacían mortecinas entre las cenizas cuando la última de las solitarias nubes desapareció, dejando ver con absoluta claridad la cúpula estelar con sus miles de luceros sobre el no muerto, que recostado en la hierba no dejaba de pensar en las últimas palabras que tuvo con el paladín que ahora dormía.

Entregué mi vida a un reino muerto… Si recuperamos un reino podríamos recuperar otro… pero eso significaría otra guerra, y ninguna de las facciones está dispuesta a ella. Mientras siga existiendo la Horda no dejará esa posición… no desde que Calia prometiera a Genn recuperar Gilneas.

Los minutos transcurrían con calma y el seguía pensando sin parar.

Llegué a mancharme las manos de la sangre de traidores ¿Acaso no sería hipócrita si ahora hiciera lo mismo?… Maldita sea, va enserio con lo que dijo pero me odiaría si traicionara mi juramento. Es lo único que me une a lo que fui en vida y no el monstruo en el que me convertí.

Las lunas alcanzaron su cenit cuando la última de las brasas pereció al fin y aún seguía inmóvil el humano de ojos espectrales.

Este es un buen lugar en verdad, tierras en abundancia, un reino renacido, la historia de la humanidad tallada en las ruinas de sus monumentos, en verdad sería un buen lugar donde reconstruir nuestras vidas y asentarnos, pero jamás sustituirá nuestra tierra natal. suspiró. “O unas ruinas o yo”… ojalá pudiera tener ambos, pero… pero me temo que mañana tomaré una dura decisión.

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Amaneció con los cielos completamente cubiertos en oscuras nubes las cuales auguraban tormenta cuando el paladín emergió de su tienda con marcadas ojeras mientras el no muerto yacía callado mirando el veloz trasiego de estas sobre su cabeza, sumergido en su mundo.

Parece que va a llover… Comentó Thorinam al aire.

Eso parece.

Es el momento de tomar tu decisión, tienes hasta que termine de recoger. Respondió fríamente.

Así que escuchaste todo…

Simplemente no tenía sueño, quiero que me respondas con sinceridad.

“No tenía sueño”, no te lo crees ni tu, mira que ojeras me gastas.

Responde ya o me voy.

Definitivamente lo escuchó todo… está bien, pero va a ser una decisión dura para mi.

¿Te crees que a mi me gusta verte sumergido en ese ciclo de nostalgia enquistada?. Responde.

Yo… no quiero perder lo único que me hace seguir adelante cada día… me temo que llegué a tu misma conclusión años antes a que te conociera, se que mi vida y mi lealtad a Therenas queda ya muy atrás, que el pueblo al que juré defender fue aniquilado sin que ni siquiera sacrificando la vida de los míos ni la mía propia fuera suficiente, se que Lordaeron no es más que un recuerdo del pasado que jamás volverá, que aquellos años en los que era respetado y querido no son más que una lejana memoria y que estoy condenado, haga lo que haga, al ostracismo y desprecio por aquellos a los que juré defender cuando logré romper las cadenas que me dominaban y que quizás hubiera sido mejor haber seguido a la Espada del Ébano fuera de las odiosas miradas de los mortales.

Pero… que dices…

Cuando estuvimos en las Tierras Sombrías pensé mucho sobre cual hubiera sido mi existencia si no me hubieran alzado, una y otra vez pensé si lo mejor era acabar con todo y dejar que el Enjuciador me juzgara pero… no me atreví, pues había alguien que me seguía uniendo al plano mortal.

Alguien…

Durante esta travesía he tenido mucho tiempo para pensar sobre nuestro futuro ahora que la paz ha regresado, se que la oferta de Danath es más que generosa, pero temo que hagan tu vida imposible por acompañarme.

Sabes que no me dejaría achantar.

Siempre tan optimista y seguro, siempre me gustó ese carácter… Bien, es el momento entonces… espero que lo entiendas.

¿Acaso vas a…

Si, a dejar descansar en paz a Veldhath de Lordaeron, quien sirvió con lealtad a su reino y murió con este, el que fuera alzado en contra de su voluntad y sirviera a su verdugo, quien se liberada de sus cadenas y junto a los héroes de Azeroth luchara contra Zovaal, que la gloria eterna de las Tierras Sombrías te acompañe en el futuro.

Veo que has tomado una decisión.

Así es, a partir de ahora esta será mi patria y reconstruiremos nuestro nuevo hogar pese a quien le pese.

Gracias por hacerte ese favor, de verdad que me dolía verte gritar cada noche repitiendo una y otra vez tus recuerdos… no tuviste la culpa de sus muertes.

Ahora sabes por que no dormía hasta ahora…

No coló eso de “no duermo desde que vivía”… nunca sabré por lo que pasaste, pero también perdí todo lo que conocía y amaba, es reconfortante recordar los buenos tiempos, pero como te encierres en ellos acabarás consumido, ayúdame a construir un futuro mejor para estas tierras para que nadie más sufra lo que pasamos, se que es duro pasar página pero es necesario, sabes que puedes contarme todo lo que necesites, por muy turbio y oscuro que sea, pero tendrás que poner de tu parte.

Gracias por seguir a alguien como yo… ya no se que soy, lejos queda mi humanidad para ser considerado uno de entre los vivos, pero tan lejos queda la frialdad de los no muertos para encajar entre ellos… un lugar al que no quiero regresar.

Tu eres tu y listo, que les den a vivos y no muertos. ¿Acaso crees que quienes me conocen no me reprochan el haber sido Escarlata, algo que jamás desee y no estuvo en mis manos?. ¿Que decisión tenía un niño que se había quedado huérfano y fue tomado por esos fanáticos?.

Cierto… fui cuanto menos egoísta en pensar solo en mi, envidio esa templaza a la hora de seguir adelante pese a todas las mareas.

Por que es eso o dejarse consumir por el odio, que es lo que esos fanáticos usaban para tenernos engañados, que “Eramos el único remanente no herético de la humanidad” decían. Una gota de agua cayó en su frente. Maldición, va a caernos una tromba de agua, recojamos y sigamos.

¿Eso quiere decir que…

Que tenemos que llegar al túnel cuanto antes, y siento la dureza con la que te he tratado, pero no podía verte así.

No… era justo lo que necesitaba, gracias.

Agradécemelo ayudándome a enrollar la tienda anda, que no quiero calarme hasta los huesos.

Finalmente pudieron capear a duras penas la tormenta, pues lograron llegar a la boca del túnel unas horas después, empapados, pero librándose del aguacero que obligó a los guardias a pasar por alto sus funciones permitiéndoles seguir adelante sin ser parados.

Tras atravesar el largo túnel lograron llegar al otro extremo, donde a diferencia de las Tierras Altas no había más que alguna solitaria nube tintada con las tonalidades rosáceas del atardecer, acababan de llegar a las remotas Tierras del Interior.

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Creo que lo mejor será acampar, aún quedan unas horas para llegar a Pico Nidal y ya está oscureciendo.

¿Estás seguro Veld?. El guardia nos dijo que tuviéramos cuidado hasta llegar al cruce, lo último que quiero es tener a unos troll husmeando a nuestro alrededor mientras dormimos.

Lo digo por que en cuestión de media hora o así no tendremos luz además, aunque sea verano estamos entre las montañas, puede hacer bastante frío.

No parece que haya nadie a nuestro alrededor, pero cuanto antes lleguemos a Pico Nidal mejor, dijiste que llegaría la respuesta a las pruebas de esos hierro negro.

Tal y como dijo el paladín aquel denso bosque de pinos y cipreses era el epítome de la soledad, solo el viento pasando entre las hojas se dejaba escuchar, no solo eso, si no que el único ser con el que se cruzaron fue el guardia de peculiares tatuajes azules al salir del túnel.

Si, escribí para que enviaran aquí la respuesta… no te extrañe que nos toque regresar, así que tenlo en cuenta.

Si eso pasara… ¿Tendríamos que tomar un grifo hasta Forjaz?.

No, en Stromgarde tendrán algún mago así que no sería problema pero… ya llevo un año sin ir aunque… Recordó todo de golpe. Quizás sea hora de pasar página… de dejar atrás ese capítulo de mi existencia, si regresaba a “casa” era para recordar lo que sucedió y puede que sea el momento de dejar de ir.

Veo que estás empezando a verlo… no quiero hacerte olvidar tu pasado, quiero ir a lo que fue Ciudad Capital contigo y lo haremos cada año como hasta ahora, pero para honrar a los héroes caídos y no olvidar lo que sucedió, no para que te castigues una y otra vez… dime la verdad, ¿Este camino era una penitencia para ti no?.

Así es, de hecho es la primera vez que he parado en los pueblos, lo único que hacía era caminar recordando una y otra vez los últimos días, repitiendo una y otra vez cuando ejecuté a aquel desgraciado que vendió a su camarada a la plaga a cambio de poder, el momento donde envié a los míos a una defensa suicida, el momento en el que perdí el aliento y como no, cuando ahogándome en mi propia sangre vi sin que pudiera hacer nada como mi verdugo acabó con aquella mujer y su hija…

Sabes que tendrás que cargar con ello, que no podrás volver atrás en el tiempo y evitarlo, pero si algo aprendimos cuando estuvimos en las Tierras Sombrías es que has de superarlo, son parte de tu pasado, pero no puedes hacer que los fantasmas de este te arrastren por siempre, ya te dije que puedes contarme aquello de lo que te atormente sin miedo, por muy oscuro y siniestro que sea, yo mismo he hecho con mis manos mucho mal, pero intento sanar en vez de herir siempre que puedo y cuando vuelven esos fantasmas a intentar arrastrarme a la oscuridad aferrarme a la luz e intento magnificarla, para repelerlos.

Eres demasiado compasivo con este viejo cadáver… Suspiró. Está bien, continuemos.

Lo que tengo es mucha paciencia y… siéntete libre de hablarme en cualquier momento.

Haz acopio de café entonces, pues hay mucho de lo que he tratado de ocultar para evitar que salieras huyendo… o intentar purgarme.

Ya somos dos entonces, si te digo que podría hacerte hablar con facilidad es por que se que puedo.

Llegaron al cruce cuando en efecto la noche cayó, al poco de seguir la indicación del poste escucharon un graznido en su dirección.

¿No ha sonado eso como a… un grifo Veld?.

Esta es la tierra natal de los grifos Thori, ten cuidado, podrían haber osos o cazadores furtivos cerca. Empuñando sus hojarrunas se adelantó.

Torcieron la curva, donde un tenue y cálido lucero al margen del camino rompía la oscuridad de la noche solo interrumpida por la poca luz de las menguantes lunas que lograban atravesar el encapotado cielo. Más graznidos y un susurro se dejaban escuchar entre el viento.

Esa voz… Veld me temo que no es un animal.

Prepárate para luchar, los furtivos no permitirán que se dejen ver.

Y al fin el no muerto logró ver entre las penumbras al bulto junto a la luz… que tornaron dos, la alada criatura que no dejaba de sufrir entre graznidos de agonía y a su lado un ser bajo pero corpulento que le susurraba.

Baja el arma Thori, no es un cazador.

El corpulento ser notó su presencia, tomando el farol y acercándose a este.

¿Que eres?…. ¿Acaso eres un maldito troll?.

En absoluto, somos humanos y vamos a Pico Nidal.

Menos mal… necesito que me hagan un favor, de urgencia.

Eh eh eh, alto ahí, antes de nada explícanos que le pasa al grifo.

Anda, también tiene esos tatuajes azules y vestimentas tan tribales… ¿Acaso todos los Martillo Salvaje tienen ese aspecto?.

Thori no es el momento para hablar de clanes ahora, vamos a necesitar tus habilidades senatorias.

Bien, rápido que no podemos perder el tiempo. Me llamo Thargrim, recuerden el nombre. Encontré a este grifo arrastrándose tal y como lo ven, ha puesto hace poco un huevo pero… parece que ha sufrido mucho, por favor, vayan a Pico Nidal cuanto antes con el huevo y hagan que vengan cuanto antes a ayudarme, no solo la madre si no el huevo están en peligro, no se preocupen por la recompensa.

Está bien, pero Thorinam es un paladín y puede curarlo, podría ir y…

¡No!. Llevamos generaciones conviviendo con los grifos, no quiero arriesgarme a que le pase algo, corran y hagan que vengan a ayudarle, sabemos de remedios para sanarlos en estos casos.

¿Estás seguro?… la magia sagrada también puede curar animales, llevo en el oficio no pocos años…

Tu eres el único de los dos con calor corporal Thori, la necesitaremos para evitar que muera la cría del huevo, estamos perdiendo el tiempo aquí.

….

Hazle caso.

Vale, está bien.

Recibiendo el huevo de manos del enano dejaron caer sus mochilas, continuando ahora aligerados solo con este.

¿Pero no dijiste que no aceptara una solicitud así como si nada?…

Esto es una urgencia, para los Martillo Salvaje un grifo es algo sagrado, son como hermanos, es lo menos que podemos hacer por quienes nos proveen de un transporte tan vital, ten cuidado, no lo aplastes o te caigas.

No metas más presión del que tengo en mis brazos… ¿Queda mucho?.

Tu camina y calla.

Con el temor constante de un traspiés por el camino de tierra y con más que un susto por tropezar con alguna roca y raíz empezó a amanecer sobre el bosque aunque aún sin emerger el astro rey el cielo ya tornaba de su oscuro perecer a tonos cada vez más claros, poco antes de llegar ya pudieron ver los primeros grifos sobrevolar con su gracia sobre sus cabezas, aunque estos no parecieran ver el huevo entre los brazos del paladín que caminaba lo más rápido que permitían sus fatigadas piernas cuando, por fin, pudieron ver sobre la montaña aquel enorme grifo tallado en la roca y el poblado a sus pies.

Pico Nidal, el huevo Thori, voy a informarles.

To… toma… ten cui…dado.

Lo tendré. Recibiendo el relevo se adelantó con el cuidado necesario para no tirarlo lo más rápido que pudo cuando al fin llegó a una patrulla que no tardaron en empuñar sus armas.

Ni un paso más no muerto, como le pase algo a ese huevo desearás no haber nacido.

Maldita sea, no tengo tiempo para esto ahora.

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Año 39

Cerró el sobre tras haber leído las últimas noticias de sus seres queridos al otro lado del Velo

Así que todo sigue yendo bien, con que el bueno de Veld ha cumplido 51 años… aunque aparenta muchos menos, tendré que enviarle un regalo pero claro, los de la Espada del Ébano no me permiten sacar nada de aquí umm… ¿Que podría regalarle que no me paren esos no muertos?.. Hacer regalos nunca ha sido lo mío desde luego, no se me ocurre nada aunque espera… podría invitarles a beber algo en Oribos o mejor… ¡Tazavesh!. Allí deben tener de todo y me sirve de escusa para visitarla de una vez, dicen que no hay nada parecido en este lado del Velo. Decidido pues, hora de escribirle aunque claro… no se si podrán venir con “él”… quisiera conocerle en persona.

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