Una vida normal

¿Qué intenciones tienes con ese huevo? Más te vale que no mientas si no quieres que los Argenta te hagan hablar.

Frustrado pensó en pasar de ellos, pero sentía como el huevo ya se había enfriado un poco. Si quieren que sobreviva entonces dejen que se lo lleve a alguien que se ocupe de el, se está enfriando rápidamente.

Eso no responde nuestra pregunta, ¿De donde has robado ese huevo y que vas a hacer con el?.

Pero que tercos son los enanos… Quiso echarse la mano a la frente. Nos encontramos a un tal “Thargrim” junto a un grifo en apuros, llevarme con alguien que pueda asistirlo.

Thargrim… ¡¿Acaso lo has matado?!

Ya estamos otra vez… No, no lo he matado, y si de verdad lo hubiera hecho que me impide haberos matado en vez de estar dándome de cruces con vosotros, si quieren que el grifo y el huevo sobrevivan llevarme con alguien que pueda asistirlo, no gano nada con esto.

Con eso tiene razón… pero no confío en absoluto.

Tomen el huevo si quieren, necesita ya calor o morirá.

¿Que le pasó al grifo?.

Problemas al poner el huevo.

Esta bien, síguenos… pero más vale que no se te ocurra hacer nada sospechoso.

Vamos ya, estamos perdiendo el tiempo.

Y por fin el no muerto alcanzó las afueras de la ciudad que aunque no fuera en absoluto pequeña daba la sensación de estar en un pueblo en medio de las montañas debido a sus características edificaciones mimetizadas con su entorno, de techos verdes llenos de hierba o directamente en las colinas. Aunque aún hubiera poco movimiento pudo ver alguna que otra mirada suspicaz de entre los somnolientos transeúntes que evitaban la mirada o directamente le esquivaban todo lo posible.

Siempre lo mismo cada vez que entro a una población… Suspiró frustrado. ¿Qué tendré que hacer para no ser tan repudiado?

No haber revivido. Respondió sin tapujos el guardia a su derecha.

Eso es algo que no elegí precisamente… ¿Sigue caliente el huevo?.

Si, por tu bien espera que sea así o acabarás colgado.

La pendiente empezó a incrementarse por momentos hasta que llegaron a los pies de la enorme escalinata que llevaba a lo alto de la montaña, uno tras otro subieron los incontables escalones con la tensión en el aire pues el gran huevo pareciera que fuera a escurrirse de las manos del guardia en cualquier momento como casi sucedió al golpear la inesperada ráfaga de viento, aunque por suerte pudo contrarrestarlo por muy poco, apoyándose en la pétrea barandilla para al fin llegar a los pies, aunque más bien las garras del enorme águila que coronaba la ciudad, donde por supuesto fueron parados por los guardas allí presentes.

Iré a informar al Thane, tu te quedarás aquí.

¿Al Thane?… Más vale que se den prisa.

Eso no te incube. Este se adentró con el huevo en sus manos en el interior de la montaña, quedando él bajo custodia de los tres guardias restantes.

Parece que está amaneciendo… me pregunto donde estará ese condenado paladín.

No tardó en salir apurado el guardia, ahora sin huevo, hacia ellos deteniéndose frente al no muerto.

El Thane quiere hablar contigo en persona, más vale que no le hagas esperar… ¿Donde está Thargrim?.

A unas tres horas más o menos siguiendo el camino, solo un poco antes del cruce con el túnel a Arathi.

Le enviaré un grifo con medicinas de inmediato. Salió corriendo por las escaleras, perdiéndole el rastro.

Antes de pasar deja tus armas. Dijo su compañero.

Yo de vosotros no las tocaría, ni mucho menos escucharía… por vuestro propio bien. Dejó sus hojarrunas con cuidado en el suelo y se adentró en la montaña.

Esto… parece una cueva, no parece en absoluto tallada.

En efecto, las paredes del gran corredor no presentaba marca de pico o cincel alguna, era más bien como si la ciudad hubiera sido construido alrededor de la cueva y no al revés como se esperaría. Al llegar al final del gran corredor se encontró de lleno con una gran cavidad llena de grifos durmientes y no pocos huevos de gran tamaño, entre ellos uno familiar.

Así que tu eres el que está creando revuelo en mi ciudad. El enano de gran coleta pelirroja y múltiples tatuajes azules en todo su cuerpo aguardaba en el centro de la galería, portando la pesada maza con el grifo tallada en ella.

¿Estoy presente ante el Thane Falstad verdad?

En persona… ¿De verdad solo has venido por petición de Thargrim? Esa mirada llena de sospecha se la conocía demasiado bien.

No, vengo con mi… “A ver como se lo explico”, pensó. camarada, estamos haciendo un viaje a los reinos del norte y Pico Nidal es un punto de parada, necesitamos reponer suministros y recoger una carta importante, el asunto del huevo fue oportuno, nos lo cruzamos al venir.

Se quienes son y os lo habrán dicho mil veces, pero Azeroth les debe mucho a quienes lucharon en el otro lado del Velo.

Y aún así siguen recibiéndome como a un criminal… como dice esta mil veces hablado. ¿El huevo ha logrado sobrevivir?.

Vino bastante frío, pero creo que sobrevivirá, esperemos que su madre también.

Entonces supongo que mereció la pena llevar a Thori hasta la extenuación, que raro que no haya llegado ya.

Pasen el día aquí, han ayudado a uno de los nuestros y a un grifo, son como nuestros hermanos, haré que su estancia y suministros sean gratuitos.

Esto… gracias, creo que lo que cierto paladín necesitará nada más llegar será una cama bien mullida.

Se lo merecen y… siento que el recibimiento haya sido tan incomodo, hay ciertas heridas que tardaran mucho en cicatrizar.

No se preocupe, se que no ayudó que mis “hermanos” atacasen Capilla… en que maldito momento se le ocurrió al Señor de la Muerte intentar alzar a Tirion…

Entiende que vivimos muy de cerca lo que pasó en Lordaeron y Quel’Thalas, todo lo que sea no muerto se ve con recelo entre los nuestros, quienes veneramos la naturaleza e intentamos ser una con ella.

Como le dije no se preocupe, pasaremos el tiempo justo para descansar y reponer suministros y nos iremos.

Vaya a buscar a su camarada y vayan directo a la posada que encontrarán a los pies de la montaña, ya me encargaré de que os dejen preparado un dormitorio.

Gracias Thane.

Antes de que te vayas, ten cuidado al entrar en domínio Argenta, no serán tan permisivos como yo.

Un rato después, a las afueras

Esto… ¿Sigues con vida Thori?. Te veo un poco pálido.

El paladín reposaba bajo un árbol con la tez más pálida que el no muerto, empapado en sudor y con unas grandes ojeras marcadas que desde luego no pareciera vivir.

Ma… matame…

Que poco hubieras durado bajo mis ordenes, anda venga, levanta.

Deja…déjame aquí… mis piernas…

Si, tus piernas siguen ahí… tenemos un dormitorio disponible en una posada cercana… exhaló. está bien, te llevaré a cuestas, pero no te acostumbres.

¿Ha… ha llegado el hu…huevo bien?.

Si, Falstad nos paga los suministros y la estancia así que vamos antes de que cambie de idea.

Bien.

Uno… dos y… ¡Tres!. Se echó a su espalda al maltrecho paladín. Oye pesas un poco…

Calla y… y vamos… que horror d…e noche.

A ver como explico esto a los guardias.

Volvió con su carga a adentrarse en la urbe, listo para dejar caer al siervo de la Luz en la cama… si es que llegaba vivo claro.

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Dos jornadas transcurrieron en la ciudad a consecuencia de una resaca mal llevada y un mensajero que tardó más de la cuenta en llegar pero al fin partieron hacia su siguiente destino, no tardaron en subir lo suficiente para lograr ver la totalidad de la ciudad enclavada entre las colinas cuando aún terminaba de amanecer.

Entonces tenemos una semana para volver a Ventormenta… ¿Muy apretados de tiempo verdad?. Comentó el paladín acomodándose la mochila.

Bastante, no es que estemos lejos pero a partir de ahora digamos que no podremos ir por la ruta “convencional”, Tendremos que evitar tanto a Argenta como luego a Renegados por partes iguales.

Umm… quizás la parte Argenta podamos apañarla, recuerda que soy un paladín.

Difícil lo veo, te considerarían un colaboracionista de la Espada del Ébano o similar, desde el asalto a Capilla nos odian.

¿Y como has ido hasta ahora?.

Por el bosque y luego entre las montañas, se tarda más pero es más seguro… un poco más adelante hay un mirador desde el cual se ve el bosque, paramos allí para un trago y revisar las armas, a partir de ahora tendremos que estar alerta, no solo por los vivos y renegados, si no por los restos de la plaga que queden… Aunque ya debes saberlo.

Claro que lo se, y revisé anoche mi espada cuando saliste, está lista por lo que surja.

Bien, veo que has aprendido.

Ni que fuera un joven recluta.

Llegar al pequeño mirador fue cuanto menos agradable, una posición desde la cual se podía ver el frondoso bosque hasta el horizonte enclavada en redondeadas colinas y montes sobre los cuales los grifos revoloteaban apacibles libre de preocupaciones, un último respiro de tranquilidad y despreocupación frente a lo que les deparaba más adelante, un último momento para tomar un trago de agua fresca y revisar sus armas y suministros que les supieron a poco pues al ver el Sol en toda su cumbre decidieron avanzar, adentrándose más y más por el estrecho paso entre las montañas.

Poco a poco notaron como el entorno cambiaba, el aire tornaba más cálido, los bosques algo más abiertos y el sendero cada vez más abandonado, con matorrales invadiendo la senda y lo que más llamó la atención del paladín y no tanto del no muerto, cráneos y huesos de lo que parecieran humanos, ya blanqueados, con cabezas de flechas ya corroídas incrustadas en estos o en algunos casos directamente destrozados en mil pedazos y desperdigados.

¿No muertos verdad?.

Si, al menos acabaron con su miseria rápido. Asintió Veldhath intentando no pisarlos.

Antes de que sigamos, no olvides lo que pasó, pero no recaigas… se que será duro, lo es, pero no dejes que el pasado te consuma y se que estoy siendo muy pesado con esto, pero es necesario que lo interiorices.

No eres pesado en absoluto con ello, prepárate pues vamos a entrar en lo que su día fuera nuestro hogar.

Así es, en lo que un día fue nuestro reino.

Y al fin llegaron al punto más alto del paso desde el cual se avistaba en el horizonte el reflejo del sol en el gran lago y el relieve de unas ruinas en lo que pareciera una isla.

Sabes Veld… Tirisfal no me da buenos recuerdos precisamente, si por mi fuera…

Lo se, pero no vamos a visitar a tus antiguos “camaradas”, nos queda poco tiempo.

Ya, además, sería hipócrita si quisiera ir al monasterio después de los sermones que te he ido soltando, yo también he de pasar página si no quiero que ellos ganen.

Te has vuelto un poco sabio, se van notando los años.

Tampoco soy tan viejo… pero gracias.

Hablando de viejo, con suerte dormiremos bajo un techo hoy, conozco un sitio que aunque me traiga recuerdos amargos es un buen lugar, cerca del lago y bien tranquilo.

¿Te refieres a esa cabaña en la que te secuestraron?.

Así es, con suerte sigue en pie y de paso hago una visita a los restos de mis “hospedadores”.

Estas sonriendo con sarna… aunque bueno, se lo merecen.

Bajaron el paso sin incidente alguno adentrándose en el bosque alrededor de la ahora isla maldita cuando cayó la tarde, llegando a la orilla frente a la ahora llamada Scholomance con los primeros rayos del atardecer, donde hambriento el paladín se comió su bocadillo sentado sobre una roca plana sin perder la mirada al no muerto, que aburrido arrojaba peñascos a las tranquilas aguas.

Cuatro rebotes… te juro que de pequeño logré seis.

Si claro, seis rebotes…

Que sí maldita sea, si pudiera volver al pasado te haría ver como lo logré.

¿Acaso los no muertos tienen demencia?. Seis veces dice… anda, aparta y mira.

Cogió una piedra plana y redondeada, se acercó al no muerto y la arrojó con fuerza, rebotando cinco veces.

Y así es como se hace, novato.

Veldhath no daba de sí tras tal alarde de habilidad o suerte. La suerte del novato, inténtalo otra vez.

Está bien, si consigo superar tus “seis rebotes” me invitas a un trago en Forjaz.

El alcohol te sienta fatal, ¿he de recordarte lo de hace dos noches?.

Si tan seguro estás entonces no debes preocuparte.

Está bien, pero hablaremos seriamente de tu relación amor-odio con la cerveza.

Esto… Thorinam cogió otra piedra y la lanzó, rebotando cuatro veces esta vez.

Te lo dije, la suerte del novato. Reprochó el no muerto.

Se me resbaló un poco, venga “seis veces”.

El no muerto gruñó, lanzó otro guijarro y… se hundió al segundo rebote.

Normal que se haya hundido, no has hecho giro de muñeca, mi turno.

Pasaron hasta que comenzó a caer la noche compitiendo por quien conseguía más rebotes hasta que se decidieron por buscar el tal afamado refugio en el interior del bosque.

Como voy a disfrutar de ese trago, no te haces una idea. El paladín pareciera dar saltos de alegría por su victoria.

Siete veces… si es que tienes suerte…

Habilidad, ya te lo dije, y si hubiera encontrado la piedra una octava… Por cierto ¿Sabes donde está la cabaña?.

Lo recuerdo perfectamente, había una pequeña senda que habrá desaparecido.

Seguramente no quede rastro de… ¿Es eso no?. Se tuvo que tragar sus palabras antes de acabar siquiera la frase.

Así es, la verdad, me la esperaba peor.

¿Peor?, Si está que se cae… no tiene techo.

Pues toca tienda pues, esperable por otra parte.

Eso parece, esta zona me suena… esta cerca de la tumba de Uther puede ser.

Así es, de hecho es una parada en nuestro camino, quiero dejarle un homenaje.

Pero no te van a dejar pasar… imposible.

Es ahí donde entras tu en escena, paladín, vas a hacerlo por mi y yo me quedaré hablando con un viejo conocido.

¿Viejo conocido?.

Si, el elfo que se ocupa de mantenerlo todo en orden.

¿Como?.

Es una larga historia, pero digamos en resumen que me permite mi presencia en la inmediación del lugar y deja mi ofrenda de mi parte.

Eso es bueno… Por cierto ¿Que ofrenda es?.

Ya lo verás mañana.

Me pregunto como le irá allá en las Tierras Sombrías.

Seguro que bien, aunque hablando de Tierras Sombrías estaría bien encontrar un hueco cuando apañemos lo de los hierro negro y hacer una visita al enano.

Pues si, ahora échame una mano a montar la tienda, por lo menos el terreno es bueno, no como en esa infernal ciénaga.

¿Sabes Thori?. Creo que el año que viene no volveré, he aprendido más en este viaje que en todos mis anteriores juntos, gracias por ello.

Ya te dije que no iba a obligarte a dejarlo, yo también quería regresar tras tantos años, creo que hablaremos con Aterratrolls a la vuelta, si te parece bien claro.

Así que… vamos a construir un nuevo hogar, se me hace raro pero… adelante, superaremos cualquier adversidad, estoy seguro.

Por supuesto y… pásame el martillo, el suelo está duro.

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Amaneció en el denso pinar sin que ninguna nube presagiara infortunio alguno, más bien un día calmado. A pesar de llamarse “Tierras de la Plaga” aquel lugar rebosaba vida, como si la desgracia que década atrás se cebó con ellas jamás hubieran sucedido, aunque las cicatrices de estas fácilmente eran visibles, como era aquella desvencijada cabaña de leñadores, largo tiempo abandonada y nunca reclamada desde entonces.

Por el amor de la Luz, está peor de lo que pensaba.

Visto con más claridad tienes razón, la madera esta carcomida. Arrancó un pedazo de un tablón sin necesidad de fuerza alguna. Bueno, recogemos y sigamos, tenemos un río que sortear, ¿Ya sabrás que significa eso verdad?.

Esa sonrisa maliciosa… ¡Ah no!, me niego a pasar sobre el hielo.

Estás de suerte, hay una zona poco profunda, podremos pasar a pie pero eso si, el agua esta helada aunque sea verano.

Lo prefiero y además, ya empieza a apretar el calor, mojar los pies en agua fresca se agradece… ¿Cuanto tiempo necesitamos para llegar?, quizás podríamos bañarnos ya que estamos.

Es una buena pregunta, veamos… seis días para estar en Ventormenta, es decir… un día casi dos para volver entre vuelos y tal, eso nos deja cuatro para llegar… llegaremos mañana bien tarde al linde con Tirisfal y cruzar las montañas al otro lado… uff vamos muy apretados por desgracia, de hecho vamos hasta mal . . . Thori me temo que no llegamos.

A no ser que… ¿Por donde atraviesas las montañas?.

Por el sur, he de evitar las guardias de los renegados.

Por el norte hay sendas que usábamos para ir a Vega del Amparo sin ser descubiertos por ellos, las cuales apenas se usan desde que esta cayera a manos Argenta, podría ahorrarnos tiempo pero aún así nos falta tiempo… si tuviéramos acceso a unos caballos podríamos acortar.

Imposible aquí, en Tirisfal quizás podríamos “agenciarnos” un par pero aún así, tenemos problemas.

El problema que tenemos es regresar entonces… conozco esta zona bien pero hace mucho de ello, si lo recuerdo bien hay varios poblados donde podríamos adquirir un grifo y recortar días aunque lo malo es que…

Que están bajo control Argenta o estaban tomados por renegados, y ninguno me recibirán con buenos ojos precisamente, ni hablemos de Tirisfal.

Cierto… veamos, llegamos mañana por la noche al linde, es decir 4 días para atravesar Plagas, más uno entero para Pico Nidal y retorno, es decir…

Que tenemos un día para atravesar media Tirisfal evitando a los renegados.

Aún así tenemos que intentarlo después de todo el camino… ¿Si no llegamos al juicio entonces…

Faltara nuestro testimonio, por lo que no solo podrían quedar libres, si no que nos buscamos serios problemas.

En resumen, que me despida del baño.

Si, tocará avanzar a marcha rápida, espero que puedas aguantarlo.

No queda otra.

No, si no llegamos a Ciudad Capital entonces honraremos a los caídos donde lleguemos, también hubo sufrimiento en el campo.

Oye… deberíamos haber marchado ya, recojamos y sigamos.

No demoraron en ello, una vez que recogieron marcharon hacia el río con marcha rápida, aunque el Sol pareciera haber tomado carrerilla pues, cuando cruzaron el cauce, estaba cercano a su culmen matutino y para cuando al fin llegaron al borde del mausoleo, había empezado a descender, pero al menos lograron llegar, con un Thorinam enrojecido por la marcha.

Bueno Thori, hemos llegado, es un lugar protegido contra no muertos y como soy uno tendré que bordear la tumba, haz el favor de dejar nuestra ofrenda en la tumba del Iluminado por favor.

Claro faltaría más… ¿Qué es por cierto?.

Veldhath dejó su mochila en el suelo y hurgó hasta encontrar lo que buscaba, tras lo cual lo sacó.

Aquí está, y parece estar en buen estado, menos mal.

¿Acaso eso es… ¿Pero como has logrado traer eso?. El rostro de asombro del paladín era palpable.

Si, flores de Bastión, logré que Drethz me las colara a través de unos Especuladores, aunque dijo que el también quería honrarle sin nada a cambio quiero invitarle a algo cuando le vea.

Que menos… ahora que lo pienso ¿Crees que deberíamos enviarle una fotografía de vuelta para que lo vea Uther?.

¿Con la cámara que te dejaste en Dalaran dices?. Y no, aparte de las flores me escribió que aún es muy pronto para ello, que es algo que llevará tiempo… nunca es agradable ver tu tumba precisamente, con el acto se sentirá más que honrado.

Está bien… Tomó con cuidado las pocas flores que aún se conservaban bien. es increíble que sigan frescas.

Las imbuyó con un poco de su propia ánima, aguantarán varias semanas más.

Eh, hay un ¿Elfo? caminando hacia aquí, será mejor que te vayas antes de que te vea.

Que va, mejor así, quiero hablar con el, tu mientras ve a la tumba y deja las flores, te veo tras el camino.

¿Seguro?… De acuerdo, confío en ti, intentaré ser breve.

Gracias, nos vemos.

El paladín se adentró en la zona consagrada mientras él esperó al otro lado, pudo ver como se cruzó el elfo con el paladín y como este le señalaba y tras ello como el elfo se acercaba cauto al no muerto que pacientemente esperaba.

Así que has regresado, Veldhath. El extraño elfo hizo una reverencia manteniendo la distancia.

Así es Thel’danis, siento haberle dejado sin noticias estos últimos años.

¿Ese debe ser el camarada de quien hablabas verdad?. Cuestionó el kaldorei de largo pelo gris, tan fuera de lugar para los suyos.

En efecto… gracias a el he aprendido más en este viaje que en todos los anteriores.

Con que has encontrado tu propio camino al fin.

Eso es lo que parece, estos últimos años han sido cuanto menos… únicos. ¿Como ha ido todo por estas tierras?. Temí por ti cuando los renegados volvieron a Entrañas.

Por suerte todo tranquilo a diferencia de ti, los druidas Cenarion siguen sanando estas tierras y los Argenta manteniendo a los vestigios de la plaga a raya.

Me alegro de ello, pronto esta tierra podrá ser habitable de nuevo.

Algún día… las noticias vuelan y supe lo que hiciste en tu ausencia… ¿Quien te iba a decir que nos salvarías desde el otro lado del Velo?

No fue esperado la verdad, sonaba a una aventura en tierras extrañas y acabó como acabó, pero admito que siento orgullo en ello… aún sigo preguntandomelo. ¿Por que me salvaste aquel día? No era muy distinto de quienes me dejaron al borde de morir.

Muchos justos cayeron en estas tierras luchando por los inocentes que no pudieron luchar… tu fuiste uno de ellos, no pude permitir que acabara tu vida de aquella forma tan inmerecida.

Me lo merecí por cegarme por la venganza… casi mueres por mi y eso es algo que jamás podré pagarte.

Siempre que vienes dices lo mismo, y siempre te responderé igual, no has de pagarme nada pues fue mi convicción la que me llevó a salvarte, como la que te llevó a desafiar al Carcelero y los suyos, estoy seguro de ello.

Así que convicción… me recuerda a mi yo del pasado, así que no me deshumanicé tanto como creí…

Así es… ¿Lograste ver al Iluminado en las Tierras Sombrías?… Se que la posibilidad es ínfima pero…

Si. Afirmó categóricamente. Y por suerte esta sano y a salvo.

Esas palabras me reconfortan, así que logró su merecido descanso eterno.

Si… cuando vuelvas al mausoleo verás unas flores traídas del reino donde sirve ahora.

Me gustaría poder verlo en persona… no, es mejor no forzar algo así, yo aún pertenezco al plano de los vivos.

Estoy seguro que tu devoción será vista por el Enjuiciador, cuando llegue el día seguro que lo podrás ver, pero aún te queda una larga vida por delante.

Disculpen, pero os vi al salir, ojalá pudiéramos estar más tiempo, pero estamos realmente ajustados de tiempo. Una segunda voz de un vivo, tras el elfo Thorinam aguardaba.

Tienes razón Thori, debemos continuar pero podremos visitarle más a menudo cuando nos mudemos.

Que la Luz bendiga vuestro viaje.

Gracias, y gracias también por mantener este lugar sagrado como merece.

Tras la despedida continuaron por la ribera, viendo que apenas se podía ver el cementerio el paladín suspiró.

¿Por que no le contaste todo?.

Así que escuchaste la conversación.

El final.

Fue alguien muy importante para el, es mejor que no se preocupe ahora que sabemos que está recuperándose, digamos que es una mentira piadosa.

Lo entiendo, pero no se, sería mejor contárselo todo.

Quizás una vez que nos mudemos, así tenemos una escusa para una escapada.

Más te vale, más que piadosa me parece cruel por muy dura que fuera la realidad.

Hay veces que la ignorancia es una bendición… pero tienes razón en que no se puede vivir engañado.

Y hablando de vivir, pronto tocará acampar.

Así es, mañana será un día muy largo y tenso.

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La noche y el día se sucedieron en un día en el cual no tuvieron más incidencia que un susto al cruzarse con una patrulla Argenta que por muy poco no los vieron, gracias a un desnivel y un leño caído, llegando casi al anochecer a las montañas entre ellos y Tirisfal, no muy escarpadas, pero lo suficiente para ralentizar su marcha.

Nunca he ido por aquí Thori, más nos vale que sigan existiendo esas sendas.

Más nos vale… aunque no puedo asegurar que los renegados sepan de ella, pero al menos es una senda… lo raro es que no la hayamos visto ya, no estaba lejos de la hacienda en ruinas que acabamos de pasar.

¿Es acaso… eso?

Que buen ojo tienes, si, es eso… ¿Por que me pones esa cara de decepción?. ¿Acaso esperabas el “Paso de la Gloria”?.

No, pero no parece que nos facilite mucho el camino, no dista mucho de la que usaba yo.

En un par de horas si no pasa nada llegamos al otro lado, te lo aseguro, pude ir a Vega del Amparo alguna que otra vez.

Está bien, confío en tu palabra.

La senda como la llamaba Thorinam no era más que un pequeño reguero aclarado entre los arbustos y arboles que se adentraba en el ya oscuro bosque que parecía más bien hecha para cabras y liebres que para humanos, pero no quedaba otra si querían pasar, así que poniéndose a la delantera con el farol el paladín se adentró en este con paso firme pero cauteloso.

Ah y una última advertencia, no creo, pero aún es usado por los Escarlata esta red de sendas, dudo que usen esta ya, pero no pierdas ojo pues podríamos ser vistos.

Entiendo… ¿Permiso para fertilizar el monte?.

Suspiró. Permiso concedido.

La noche se cerró cuando vieron no lejos de ellos, a los pies de las montañas, unas luces verdes espectrales provenientes de las oscuras torres de clara corte renegada, a lo que el paladín se agachó y apagó el farol de inmediato.

Relevo, tienes mejor vista de noche, guíame.

Está bien, pero no se el camino.

Cierto… cuando veas cualquier cosa fuera de lugar, cruce o que el camino desaparezca sin más para de golpe y pregunta.

Vale.

No fue fácil atravesar el resto de la senda, esta estaba llena de ramales aún más escuetos que parecieran estar hechas para desorientarlos, pero el paladín pudo identificar las marcas en piedras y arboles que para ojos inexpertos no parecieran más que marcas de animales, con lo que al fin llegaron al otro lado de las montañas, en lo que es conocido como Claros de Tirisfal.

Hemos llegado… aún queda un poco para el amanecer, aprovechemos la oscuridad.

Oye Veld ahora que caigo… ¿Como entraremos en las ruinas?, es decir, estará todo resguardado.

Conozco un par de huecos en el muro fuera de sus podridos ojos, siempre han tenido las ruinas bastante olvidadas.

Entiendo, estoy algo agotado de caminar todo el día, pero sigamos.

Descansarás de día, esta vez si he de quedarme de guardia, estamos en territorio ocupado por desgracia.

Está bien, sigamos.

Siguieron caminando lo que quedó de noche hasta que empezó a amanecer en el aún plagado bosque a los pies de las montañas, aprovechando un pequeño recodo no lejos de la senda en el cual cubrieron la tienda de ramas y hojas de pino esta para camuflarla y ciertamente costaba verla, así que como acordaron el paladín al fin se recostó en su interior quedando el no muerto en vigía, transcurriendo buena parte del día sin problema, se vieron recogiendo la tienda cuando el no muerto sin decir nada empuñó sus hojarrunas y se adentró en el pinar.

¿Veld?. ¿Acaso has visto algo?. Dejó caer la tienda.

¡Shh! Espera a mi señal. Desapareció de la vista del paladín.

Esto me da mala espina… Tomó su espada, sintiendo la tensión palpable en la perpetua neblina. Por lo que más quieras, haz el favor de volver.

Los tensos minutos transcurrieron sin que nada pasara, pero la presión empezaba a hacerle mella, por mucho que intentara tranquilizarse era inútil, pues no era común en el no muerto irse sin más.

Escuchó pasos de vuelta y al poco el no muerto regresando, con cara de absoluta seriedad y hojarrunas envainadas.

Thori, nos descubrieron.

Aquello le sentó como un mazazo en su interior. ¿Y ahora que hacemos?…

Salir, estamos rodeados por ellos.

¿Acaso deberíamos… no sería difícil en verdad Veld.

Y por eso nos aprovecharemos de ellos. Le guiñó.

Espero que sepas lo que haces.

A las malas nos abrimos paso, ahora salgamos, nos están esperando.

Salieron del bosque y antes de que pudieran alcanzar la senda pudo ver con sus propios ojos la magnitud de la comitiva que los “recibían”, es decir, un nutrido número de renegados en placas, armas en mano que claramente no tenían rostros de buenos amigos… o en algunos casos si quiera tenían; verlos repugnó al paladín.

Dejen las armas en el suelo y manos en alto.

Replicaron lo que el soldado de armadura más elaborada y completa ordenó.

¿Acaso creían que podrían entrar en nuestro territorio sin ser vistos?. Necios.

Le sentó como una puñalada aquellas palabras.

Sabemos quienes son, os llevaremos a Remol para que confiesen sus planes, más os vale que tengan una coartada.

Mirasen a donde mirasen los renegados no dejaban hueco visible, los dos esqueléticos caballos dejaban claro que fueron meticulosos y que para su suerte el ser reconocidos era un seguro de vida para ellos.

Monten, y ni se os ocurra huir o se pueden olvidar de regresar de Tirisfal.

“Así a eso te referías en cuanto a aprovecharte… estas demente Veld”, pensó para sí al montar en aquella pobre criatura ósea.

Horas después

El astro rey dominaba el cielo… aunque fuera en forma de orbe verdaceo tras la densa neblina espectral que todo rodeaba en aquellas castigadas tierras cuando de golpe el verdor ocre del bosque desapareció, tornando en el negror de las tierras calcinadas allá por donde mirasen, nada había sobrevivido a la cruenta contienda que no hacía demasiado se diera allí y los restos de armamento destruidos, esqueletos de ambos bandos y cráteres daban fe de ello aunque entre tanta devastación, como si de un oasis fuera, Remol se alzaba entre la muerte, no tardando en adentrarse en sus calles, llenas de vida… o más bien no vida, con decenas de edificaciones reconstruidas y otras tantas llenas de andamios en las que sus infatigables trabajadores trabajaban a destajo por borrar todo rastro de destrucción aunque el no muerto se percató del pedestal vacío, donde solo quedaba la cabeza de quien otrora fuera la reina alma en pena, con las orejas y nariz arrancadas a cincel.

Así que ya no adoran a su alma en pena… comentó indiferente el no muerto.

Sylvanas está muerta para nosotros, nos estamos forjando un nuevo camino por nuestra cuenta… prepárense, Calia del Consejo Desolado quiere hablar con vosotros, si no fuera por ella ya estarían muertos.

Llegan muy tarde… Respondiera con sarna.

Llegaron al fin al edificio más grande e imponente de la ciudad, de agujas dominantes sobre las demás y localizada justo en la plaza más céntrica de todas, fue allí donde adentrándose en esta llegaron a la gran sala circular, en la cual aguardaba la sacerdotisa en galas blancas, tan desentonantes respecto al ambiente lúgubre y oscuro de Tirisfal.

Veo que han llegado antes de lo previsto… ¿A que se debe vuestra presencia?. Preguntó curiosa, con dulce tono.

Calia Menethil… gruñó el no muerto. Thori habla por mi, temo salirme de tono.

Confía en mi… y contente.

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Aunque estuvieran solos ellos tres en aquella sala sabía que sería imposible salir sin armas, francamente al paladín la mera presencia de Calia le asqueaba, para ser leves pero suspiró y se dirigió ante esta intentando mantener la promesa hecha al no muerto.

Como creo que ya sabes nos podemos ahorrar las presentaciones.

En efecto, mis ojos os identificaron en Plagas del Oeste, es por quienes son por lo que les permití continuar en nuestras tierras.

Odió escuchar esas palabras, pero ahogó su frustración apretando su puño.

Y se que nacieron, vivieron y… miró con determinación al no muerto. murieron en Lordaeron, se que quieren regresar a su tierra natal, al igual que muchos de quienes sobrevivieron y lograron huir a Ventormenta me han escrito en este año pero… me temo que si han venido a repoblar estas tierras tendré que pedirles educadamente que desistan en ello.

Nuestra intención era recordar a quienes perecieron durante el desenlace de la Tercera Guerra viniendo al lugar donde todo acabó y dejar una ofrenda en las ruinas de Ciudad Capital… aunque si me lo permitiera me gustaría preguntarle. ¿Por que privarle a los legítimos Lordanienses retornar a su legítimo hogar?. Yo no sabré por lo que sufrieron aquellos que fueron alzados de entre los muertos, pero créame que quienes sobrevivimos a la catástrofe nunca hemos logrado superar por completo el trauma de vernos desgarrados de nuestra patria, de nuestras raíces, ver que para colmo apoyan a quienes tanto daño han hecho a nuestros aliados no hace si no que empeorar la situación.

Así que para eso han venido… les permitiré acceder a las ruinas, en cuanto a los supervivientes me temo que es una situación más que compleja y delicada para explicárselas ahora mismo, señor Thorinam, pero mi pueblo necesita un lugar donde sobrevivir en paz, ahora más que nunca pues han perdido a su líder, dejando un vacío existencial en todos ellos, quienes perdieron no solo la vida, si no su hogar dos veces, quienes se vieron repudiados por quienes fueron sus seres queridos, por quienes se vieron rodeados de enemigos que los querían exterminar… la Horda nos acogió en el momento más crítico para mi pueblo y le debemos todo, es por ello que les apoyaremos en todo lo posible… pero ahora fuera del oscurantismo por el que la Alma en Pena les llevó. Prometí ayudar al pueblo de Gilneas y me aseguraré de que puedan regresar en cuando logremos una solución para el añublo que permanece en su capital.

Eso no responde a mi pregunta ¿Por que no pueden regresar, al menos para visitar y recoger enseres quienes vivieron en su día aquí?.

Sería muy duro para todos… muchos humanos no podrían soportar ver a sus seres queridos como lo que son ahora, si no que… el recuerdo de lo sucedido aquél día sigue siendo reciente… si aquel día Sylvanas no hubiera masacrado al Consejo Desolado… Habrá un día en el que las relaciones entre nuestros pueblos puedan ser fructíferas pero me temo que tras tanto conflicto en este momento la convivencia es imposible.

“Nuestros pueblos”… juré defender al pueblo de Lordaeron cuando aún eras una niña, “reina Calia”… ¿Acaso sabes lo que significa ser odiado en aquello por lo que luché?

La vida del alzado es más que dura, como dije los renegados han tenido que pasar por ello una y otra vez, incluso en la Horda a ojos de muchos seguimos siendo vistos como aberraciones, es nuestro deber demostrarles que están equivocados, se que desde que te liberaste del yugo de mi… hermano has luchado por ello.

¿A que se debe esa condescendencia, Calia?, ¿Un intento de alejarte del legado de Arthas?.

Se que tu lealtad y sacrificio con Lordaeron no solo no se vieron recompensadas, si no que te viste repudiado y rechazado por algo que no quisiste ser, se que seguramente querían regresar cuando los tambores de guerra resonaron por Tirisfal… y me temo que no podré permitirte asentarte en estas tierras, pero como última descendiente de la dinastía Menethil quisiera agradecerte tus actos de servicio en vida.

Solo debo lealtad a Therenas, a quien juré lealtad, es por ello que renuncio como miembro de la defensa del reino y a mis deberes con este.

Así que es eso… está bien, a partir de ahora eres libre de tu deber con el reino.

Ahora serviré al reino de Stromgarde, que nuestros reinos no entren en conflicto y… gracias por el agradecimiento.

Siento interrumpir, pero debemos retornar a Ventormenta con brevedad. ¿Podríamos ir a las ruinas?.

Por supuesto paladín, antes de que amanezca mañana estarán de regreso en el Baluarte y… si quieren regresar en otra circunstancia solo han de preguntar por mi nombre.

No compartimos objetivos y francamente, hubiera preferido a mis aliados en estos dominios, pero agradezco su amabilidad. Thori ve buscando la ofrenda.

Me temo que no tenemos nada, dejamos todo en las montañas.

No se preocupen, estarán sus pertenencias listas en los caballos que les llevarán de vuelta.

¿Recuerdas aquella imagen tan importante para mí que te di para que la resguardases en señal de confianza?.

Si por supuesto, está tal cual me la diste.

Creo que es hora de que pase página.

¿De verdad quieres hacer eso?. Es lo único que queda de…

Si, siempre les recordaré y se que un día volveré a verles al otro lado del Velo, pero no puedo dejar que mi pasado me arrastre.

Mirar al futuro a pesar de las desgracias, es la esperanza que todos tenemos por un mañana mejor. Aquí nos despedimos pues tengo mucho que hacer en el Consejo, pero les deseo que la Luz les bendiga en su futuro.

Salieron del edificio, donde aguardaban varios soldados embutidos en sus placas y los dos incansables caballos esqueléticos aguardando, una vez subieron a estos partieron hacia las ruinas.

Unas horas después, a medio camino por la carbonizada senda.

Aunque incomodo el paladín agradecía descansar sus piernas por una vez, al mirar al no muerto este se veía pensativo, en su mundo.

Oye Veld… Se que esto es muy duro para ti pero… me siento orgulloso de ti, has evolucionado mucho en este viaje.

Aunque odie a Calia con todo mi alma… tiene, no, tenéis razón, el resentimiento por un pasado que nunca volverá me tenía totalmente cegado ante el incierto, pero prometedor futuro que tenemos ante nosotros.

Hablando de futuro… no creo que sea el momento pero… temo el día en el que me reclame el Enjuiciador.

Yo también temo ese día Thori, no sabes cuanto, pero hablemos de ello cuando regresemos.

Está bien.

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Ver los imponentes muros de Lordaeron fue descorazonador para ambos, tal y como quedara tras la fatídica evacuación estas seguían rodeadas de los restos de la batalla que años atras allí se diera, con las empalizadas en lo alto de estas, las torres de asedio carbonizadas viniéndose abajo y sobre las torres las deshilachadas y blanqueadas banderas de la Horda ondeando con el suave viento.

Hemos llegado al fin, no esperaba que estuviera tan… exhaló.

¿De verdad te ves preparado para continuar Thori?. El resto está igual.

Si… simplemente no me esperaba ver en persona que la bulliciosa ciudad que de pequeño visité acabara así.

Al menos no te has derrumbado como me pasó la primera vez que la vi así… será breve, vamos.

Llegaron a la gran entrada y entrar fue incluso más desolador, resultado de dos guerras y sus respectivos abandonos pues no quedaba edificio habitable alguno, no era más que un mar de ruinas alrededor del castillo, que al igual que su vecindario yacía decadente rodeado de los escombros que otrora fueron parte de este.

Podrán entrar solos, pero no se adentren más allá de la cámara principal, aún refuma añublo de Entrañas en los túneles.

Habiendo escuchado al guardia se adentraron en el castillo a solas, abriéndose paso entre las montañas de escombros y las estatuas caídas en desgracia como el reino que las vio ver en su gloria, logrando llegar a la estancia principal del complejo real, o más bien lo que quedaba de este, pues esta estaba también cubierta en la piedra de lo que otrora fuera la gran cúpula, aún así el tamaño de la estancia y la tenue luz que lograba llegar a esta les sobrecogió, más si cabe el encontrar el trono real prácticamente intacto sobre un pequeño pedestal.

Hemos llegado Thori, el trono real de Lordaeron, donde el último rey de su dinastía fuera asesinado a sangre fría por su propio hijo, condenando a su propio pueblo… ¿Thori?. Ya veo, desahógate todo lo que necesites. Este lugar sobrecoge.

El paladín pálido como el no muerto intentaba con todo su ser resistir, pero ello no evitaba que un río de lágrimas cayera por sus mejillas, acabó de rodillas golpeando el aún brillante mármol cuando vio el reguero de sangre seca, casi borrada por los elementos, pero aún visible, junto al trono.

Toma un pañuelo y sécate las lágrimas, vamos a ver a quien fuera nuestro rey. Le pasó el blanco pañuelo, que tras un rato dejando fluir las lágrimas usó.

No… no entiendo que me ha pasado Veld, de verdad, ha sido entrar y venirme abajo.

Es lo normal al ver un lugar que fuera tan glorioso reducido a cenizas, y más con los sucesos que aquí mismo se dieron.

Me lo he imaginado todo… dejemos la ofrenda y volvamos a casa, no quiero ser yo al final quien sucumba.

Ninguno de los dos lo haremos, acompáñame.

Se adentraron en el corredor más cercano al trono, que diera con una pequeña galería dominada por un sarcófago lleno de ofrendas florales, este no pareciera digno de un rey, pero al menos tenía un lugar de reposo eterno.

Así que aquí es donde descansan sus restos mortales…

Así es Thori, ojalá nuestro querido enano logre dar con su alma y reunirla con su fragmento de nuevo, merece el descanso eterno que se forjó.

¿No es frágil la vida?. Décadas liderando el reino más prospero de la humanidad para que todo acabara tan drásticamente… aunque estemos en paz debemos estar listos para lo peor… pues el mal siempre acecha.

Por desgracia tienes toda la razón en ello, debemos aprender del pasado, y estar preparados para defender nuestro futuro.

¿Que vamos a dejarle en homenaje?. Mira la cantidad de ofrendas que tiene.

Iba a dejarle una botella espirituosa de Ventormenta pero… pásame la fotografía, por favor.

¿Estás seguro?…

Si.

El no muerto recibió el pequeño papel añejo, en el cual aún se podía ver entre manchas de tierra y sangre seca a un sonriente humano de oscuro cabello rodeado de un nutrido grupo de soldados en sus armaduras en tonos sepia, imagen del pasado que dejó apoyado sobre una de las coronas de flores con cuidado.

Me hubiera encantado conocerte en vida, te quedaba muy bien ese pelo oscuro.

Gracias, creo que es hora de regresar, tenemos mucho que hacer a partir de ahora, confío en que seguirás conmigo en este nuevo capítulo de mi existencia.

Eso ni lo dudes, no te creas que te desharás de mi fácilmente.

Ya lo creo que no, te recomiendo que estires las piernas, hasta que no regresemos a Pico Nidal no podremos descansar.

Salieron del castillo y finalmente de las ruinas para encontrarse con los guardias esperando pacientemente, como seres inmortales que eran, con los esqueléticos caballos cargados con todos sus enseres, caballos que tomaron en el acto y que tras una larga tarde de viaje les llevaron al gran baluarte en los límites de Tirisfal una vez caída la noche, donde recibieron de vuelta sus armas a cambio de continuar a pie.

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Pico Nidal, un día restante.

La tarde amenazaba tormenta, pero eso no era impedimento para los nobles grifos que estaban siendo cargados con sus enseres por parte de los enanos, mientras tanto los humanos esperaban apoyados en la pétrea barandilla del mirador desde el cual podían ver toda la ciudad.

Oye ahora que caigo… ¿Como fuiste cuando las ruinas estaban añubladas?. ¿Si ni los renegados vivían en Entrañas como pudiste tu entrar?.

Usa tu cabeza, tan iluminados por la Luz sois y sin embargo tan falto de luces en otras cosas. Es evidente que no me adentré, dejé una botella lo más cerca que pude de la ciudad.

Tiene sentido… ¿Cuando llegaremos a Stromgarde?.

Iremos algo más lentos por el tiempo pero mucho más rápidos que a pie… llegaremos de noche, dormiremos allí y al amanecer tomamos un portal a Ventormenta, se acabó dormir en tiendas de campaña por ahora.

Menos mal, me gustan las aventuras… aunque no haya dejado de quejarme, pero necesito una cama urgentemente.

Pronto tendremos una donde dormir todos los días.

¿Tu incluido?.

Por supuesto, volver a sentir cada mañana el calor humano es… agradable, supongo.

Stromgarde, media noche

Al paladín le faltó tiempo para besar el suelo cuando el valeroso grifo aterrizó, mareado, calado hasta los huesos y tiritando de frío, tanto que pasara las siguientes horas sin despegarse de las brasas de la chimenea que prepararon para el en la posada a la que fueron. A la mañana siguiente se reunieron brevemente con Danath, reunión que acabó con prometedoras perspectivas. Cayó la tarde y ya estaban listos para atravesar el portal que los magos locales les prepararon para regresar a la gran capital cuando Thorinam se detuvo delante de esta, girando sobre sí mirando al no muerto.

¿Por que te has parado en seco?. Tenemos menos de una hora para llegar a la posada.

Será solo un momento, pero tiene que ser ahora.

¿Pasa algo?. Te veo más serio de lo normal.

Si, es sobre el día de mañana… tu eres inmortal pero yo en cambio seguiré envejeciendo hasta que me llegue el día… ¿Que será de ti cuando la muerte me reclame?.

Así que era eso… es algo que no concibo y sinceramente, deseo que ese día nunca llegue, pero me temo que el cosmos no escuchará mi ruego… no lo se, no se que haré cuando llegue el fatídico día.

Lo he estado pensando durante todo este viaje y ya te lo dije, pero me aterra que llegue el día en el que el destino nos separe, pero eso no tiene que pasar.

La vida al igual que nace, muere y me temo que tu no eres distinto a esta… si estás insinuando lo que creo que quieres decirme me temo que no sería capaz de ello, no mereces existir bajo esta maldición.

Tu no pudiste elegir, pero… quiero que lo hagas, por mi, no ahora, pero si cuando note que empiezan a palidecer mis fuerzas.

¿Estás mal de la cabeza?. Jamás podría alzar contra ti mis armas…. no, jamás volverías a ser el mismo, te lo puedo decir con certeza.

Se que jamás lograrías superar mi perdida, no solo no te odiaría por ello, si no que te lo agradecería eternamente.

Nunca debimos jugar con la necromancia, jamás… la muerte debería ser eterna, no una opción… no te imaginas la de veces que quise haber quedado en el otro lado del Velo, la de veces que maldije a quien me condenó a la no muerte.

Tu nunca quisiste ese destino… créeme, seguiría siendo el mismo aun en la no muerte, me lo has demostrado todos estos años, todo es tener la férrea voluntad propia que tienes, prométeme que cuando enferme o envejezca acabarás con mi miseria, sufriré menos que con el desenlace de mi vida.

Hablas con convicción… no puedo quitare tu deseo pero debe haber alguna manera de alcanzar la inmortalidad no tan drástica… una que no acabe con tu calor.

Aún tenemos años por delante, pero me odiaría verme cual anciano frente a tu eterna juventud.

Créeme que es duro verte igual año tras año, congelado en el tiempo… es antinatura, como mi propia existencia.

Cuando no estas a las armas eres joven de mente, es algo que siempre me gustó de tu carácter.

No puedo quitarte la idea de la cabeza, se que es lo que deseas pero debe haber otra forma… se que el ejercito de la Luz son forjados por esta, siendo inmortales.

No tengo la exacerbada devoción de estos, además, volveríamos a separarnos si fueran contra la Legión…

Entonces iremos juntos, se que no discriminan a quienes les quieren seguir.

Ahora eres tu el que delira… la Luz hace años que te dejó.

Y sin embargo Calia ha podido continuar con su deber sagrado… la no muerte no te impide volver al camino de la Luz, tanto Alonsus Faol como ella son ejemplos de ello.

Pero si que es doloroso para un no muerto usarla, se que fuiste paladín en vida pero… no al nivel de devoción de esos dos.

Pero puedes reconducirme a su senda… haré todo lo posible para volver al camino antes de que mueras.

Pero no volverías por fe, si no por interés…

¿Y acaso no querer ayudar a quienes más quieres suficiente para la Luz para recibir su bendición?.

Es algo que nos impulsa a seguir sus dogmas… es… enrojeció. es mucho más digna que el deseo de venganza a la que me introdujeron a mi al servicio de la Luz… está bien, con una condición, que si no fuera posible me mates y alces de entre los muertos… pero créeme, va a ser duro para ti, no imposible, pero si va a ser un desafío como ninguno.

Si es lo que quieres… de acuerdo, así será… aunque con una condición de mi parte.

Eso no funciona así pero, adelante.

Si deseas morir en tu lecho de muerte así lo permitiré, tu tendrás la última palabra.

Así será… y volvamos a Ventormenta ahora que esta todo zanjado… además, aún me quedan muchos años antes de que note los estragos de la edad y… sería extraño cuanto menos un no muerto forjado por la luz… pero también es cierto que cosas más raras se han visto.

Pues si, vas a tener que ponerte las pilas, la devoción es clave, pero también las enseñanzas y de eso ando realmente oxidado, apenas recuerdo mi breve periodo como paladín la verdad.

Van a ser noches muy largas entonces.

Para los dos, tu tienes que ponerte al día de Azeroth, no pienso que sigas anclado en un mundo anacrónico… me dejaste sin palabras con lo del Lago Modan, es algo que todo el mundo sabe.

Ya… pues compraremos sacos de café nada más nos mudemos.

Mudarnos… ¿Suena bien eh?.

Disculpen pero ¿Piensan seguir hablando más tiempo?. El portal empezará a desequilibrarse pronto. Interrumpiera el mago.

Perdona, vamos ya.

Atravesaron el portal que les llevara de vuelta a la casilla de salida, la gran torre de Magos de Ventormenta.

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Dalaran, vísperas de año nuevo.

Aquel memorable viaje veraniego pareciera un lejano espejismo, inolvidable, pero poco a poco más remoto. El calor dio lugar a la lluvia y el viento y estos a su vez al frío y la nieve, siendo largas las noches que los humanos dedicaron a sus estudios, algunos días interesantes, otros frustrantes, pero para ellos los mejores meses de sus vidas.

Las calles de la erudita ciudad ya estaban decoradas con los motivos navideños propios de las fechas y no era para menos, era cuestión de días que otro año se despidiera, al igual que ellos del hogar que los acogiera ese año, tal y como atestiguaba la sala de estar hasta los topes de cajas selladas identificadas con su contenido; ya estaba anocheciendo cuando seguían empaquetando enseres.

Me parece increíble todo lo que hemos acumulado en un año… Terminó de sellar con grapas la caja identificada como “vajilla 2, frágil” y la juntó con el resto de cajas empujándola con la punta del pie.

Ten cuidado con eso, se rompen con solo verlos Thori.

Sabes que acabaran destrozados cuando lleguemos, es la ley no escrita de las mudanzas.

Mejor toca madera, hay una caja en lo alto del armario, bájala.

Estoy molido, de verdad necesito parar hoy, hazlo tu que no te cansas.

Alzó sus manos vendadas. ¿De verdad Thori?. ¿De verdad?.

Eso fue culpa tuya y solo tuya y lo sabes… no se como lo hiciste para que la técnica base que es choque sagrado te explotara en las manos… oye creo que mejor seguimos mañana, creo que ya hemos guardado casi todo.

Está bien quejica… en verdad vamos con algo de margen.

Por cierto ¿Que hay en esa caja?. ¿Por que la dejaste ahí arriba?.

Los regalos de mi cumpleaños, no había sitio para meterlos en ninguna parte, me ocuparé de encontrarles un sitio decente cuando nos mudemos.

Más te vale, lleva desde el verano olvidados… cincuentón.

No rías muy alto que el tuyo está cerca, y los cuarenta afechan.

Sabes que tengo envidia de tu barb… clomp

El golpe seco en la puerta los alertó, en cuestión de segundos se armaron con los cuchillos de cocina que tuvieron a su alcance.

¿Un borracho?.

O un ladrón que no sabe donde se ha metido, cúbreme la retaguardia Thori.

Asintió con la cabeza.

Está bien, vamos a resolver esto. ¡Largo de esta propiedad escoria!. Abrió la puerta de golpe cuchillo en mano. ¡Te arrepentirás!…. Anda no hay nadie.

Veld… si que hay… alguien… ¡Aparta!. Corrió dejando caer el cuchillo a la puerta, empujando al no muerto. Pero… ¿Pero que te ha pasado?… Se agachó tomando en brazos al joven ser encogido en posición fetal a sus pies. ¿Acaso eres el muchacho de Crestagrana?.

No… no puedo vol…ver… me matar…an… Entre sollozos la destrozada cara del que fuera aquel vivaz joven ahora estaba tan hinchada, magullada, de horribles moratones que a duras penas podían distinguir los ojos entre el destrozo, lleno de cortes, algunos de los cuales profundos, aquellos labios y nariz rotos llenas de sangre coagulada y ese pelo lleno de tierra seca, lleno de calvas que tanto distaba del joven que quería comerse el mundo fue suficiente para prender las llamas del odio en los dos humanos.

Thorinam, llévalo al sofá y cúralo, ya.

Este alzó en sus brazos al joven y lo llevó a este, a la vez que el no muerto cerró la puerta con llave al igual que las cortinas.

¿Puedes hablarme Alex?. ¿Que te ha pasado?. ¿Quién te ha hecho esto?.

M… mis pa… padr…es… no que…rían q…ue fuer…a algo que no… sea… leñad…or…

Esas palabras le entró al paladín como si fuera una lanza empalándolo.

¿¡Que tus padres te han hecho esto!?. ¿¡Pero como se puede ser tan desgraciado!?.

Alex. ¿Donde viven tus padres?. Se interpuso el no muerto con gélida voz, carente de toda emoción que no fuera odio e ira.

E…n el mo…nte… mu….uy cerc…a de Villa de….l Lag…o

Shh, ya está Alex, no hables más, estas a salvo con nosotros, ¿Ahora te voy a curar vale?, te va a doler pero eres un guerrero, debes soportarlo.

¿Luchaste contra ellos verdad?. ¿Te has manchado las manos de sangre?.

Veld no es momento para lecciones de moral.

Respondeme.

Si… pe…pero fue inu…til, esca…pe por poc…o…

Has hecho lo correcto, me voy a asegurar de acabar lo que empezaste. Se adentró en el oscuro pasillo.

Se que no puedes hablar pero respondeme. ¿Por que te han hecho esto?.

Su…supieron qu…e… nos vim…os y… de mi plan… el quer…ia qu…e fuer…a como… el… qu…

Basta, ya he escuchado suficiente, veremos que hacemos, pero no vas a volver con ellos, juro que pagarán por lo que te han hecho.

Pasos metálicos resonaron por la sala, uno tras otro más y más fuerte hasta que al fin emergió, de entre las sombras, el no muerto cubierto por su siniestra armadura oscura, salvo las manos que seguían vendadas, portando en su cintura sus hambrientas hojarrunas.

¿Vas a ir a Crestagrana, verdad?

No intentes detenerme Thorinam, esto se ha vuelto algo personal.

No pienso detenerte… yo me quedaré curandolo pero asegúrate de que desaparezcan de la faz de Azeroth, ten cuidado allí fuera.

Se arrepentirán de haber nacido, haz todo lo que sea para que siga adelante. Salió de la casa, desapareciendo de su vista entre las oscuras calles.

Sniff.

No llores por la basura humana que te ha hecho esto, no merecen respirar el mismo aire que tu, voy a por el botiquín y ropa para que te cambies, pasarás la noche aquí.

No… mere…zco… tu… ayud…a

Volvía con un paño y pañuelos cuando lo escuchó, sin media palabra arrojó un vaso con ira al suelo, que estalló en mil pedazos.

¡NI SE TE OCURRA VOLVER A DECIR ESO!. ¿¡HA QUEDADO CLARO!?. Y ahora céntrate en seguir adelante que voy a empezar a curar… como vuelva a escuchar lo mismo de antes te juro que recordarás el dolor toda tu vida.

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Montañas Crestagrana

Solo el cálido tintineo de los faroles iluminando las dos ventanas rompían la penumbra en la que la remota casa sobre las colinas se encontraba, tan nublada era la noche que la luz de las lunas quedaba ahogada tras el denso manto oscuro. Lo que pareciera una noche tranquila como otra cualquiera iba a cambiar drásticamente para sus moradores, pues el profano portón de la muerte del cual emergieron los dos seres carente de vida, ataviados en sus armaduras y portado sus sedientas hojarrunas.

Montañas Crestagrana, una solitaria casa… aunque sea una cabaña venida a más en medio del bosque, no hay duda.

Eh alto, antes de que sigas, recuerda lo que me juraste. Recriminó con algo de indiferencia la elfa de sangre.

Si, intentaré que la madre siga con vida.

Más te vale. Abrió una cajetilla con cigarrillos. ¿Tienes fuego?.

No, pero pronto tendrás todo el que quieras. Dejó atrás a la elfa.

Casa, o más bien una cabaña de leñador con una chimenea de piedra, sólida, pero ni mucho menos un hogar digno. Los tocones, leña cortada y sierras apoyadas en la pared de madera no dejaba a lugar alguno de la profesión de su inquilino, pero mantuvo su sepulcral silencio hasta que llegó a la puerta… que la demoledora patada abriera de cuajo, allí estaban, cenando.

¡Un maldito ladrón!. ¡Te voy a descuartizar!. El fornido varón, de oreja vendada, tomó la pesada hacha y se abalanzó contra el, cortando el aire entre ellos con el afilado filo.

¡AAAH!. ¡La Plaga!. ¡Es la Plaga!. ¡Mátalo!. Gritó la mujer cayendo al suelo.

Esquivó los embates del hacha con abrumadora facilidad, agarró la mesa, la alzó, cayendo todo lo que había encima con estruendo y embistió al morador como si fuera un escudo, dejándolo entre la pesada mesa y la pared.

¿¡Eres el padre de Alex!?. Y no oses mentir.

¿A…aaa…. Alex?.. Tartamudeó la mujer.

NO TE ENTROMETAS. Dijo fríamente.

¿Ese bastardo sigue vivo?. ¡AAAH!. El cerco se cerró más, como si fuera una prensa. No… puedo…. respirar…

Sigue así y te arranco la lengua.

¡Si!. ¡Soy yo!.

Dejó caer la mesa al fallarle las fuerzas en su brazo.

¿¡PERO SERÁS DESGRACIADA!?. Arrancándose el largo cuchillo incrustado se acercó a esta, clavándole el ahora arma en la palma de su mano y con ello en el deslucido suelo de madera, que empezara a teñirse carmesí.

¡AAAAAAAAAAAAHHHH!. ¡Hijodepu… ¡AAAAGH!.

Retorció el cuchillo hasta que se partió la hoja. Sigue hablando y te arranco la cabeza, esto es entre tu marido y… Esquivó el barrido de hacha.

¡Pagarás por eso!. ¡No eres más que un cadáver!. Más barridos demoledores del hacha que arramblaba con los pocos enseres que caían víctimas de esta.

¿Una escoria como tu piensa matarme?. ¡Adelante!. Dejó caer las hojarrunas.

El enorme leñador se abalanzó contra el con ojos cargados de odio, cortando enfurecido todo lo que se interponía entre ellos con gran destreza, pero el profano ser esquivó todos y cada uno de ellos con una agilidad sobrenatural.

¡Te voy a descuartizar!. ¡MUERE!.

Otro embate que esquivó girando sobre sí, alcanzando el costado del leñador.

¡Maldit… ¡Uagh!. El codazo se adentró en el costado, astillando las costillas a su paso.

Una basura humana como tu no merece más que el tormento eterno. Tomó el enorme brazo que portaba la pesada maza y con su sobrenatural fuerza lo torció de golpe.

¡AAAAAAAAAAAHHHH!.

El hacha impactó sobre un plato que estalló en mil pedazos.

Ahora te voy a hacer unas preguntas y de ellas dependerá tu miserable existencia, gusano.

¡Púdrete en el infierno!. Escupió sangre.

Tomó el hacha y se acercó al maltrecho leñador, que cegado por su ira le lanzó un puñetazo, sería la última vez que la mano, que saliera despedida dejando un reguero de sangre a su paso, diera.

¡UAAAAAAAAAAAAGH!. Con su dislocado brazo sostenía la cercenada muñeca, retorciéndose en el suelo, en un vano intento de frenar la nutrida fuente en donde hasta hace poco había una mano.

Basta de juegos, vas a hablar de una maldita vez, y si quieres que tu alma no sea quien lo haga más vale que no tardes, la muerte no te librará de mi, basura. Acercó el hacha a la hoguera, sumergiéndola en las llamas.

Maldito seas, tu y el último de tus ancest… ¡AAAAAAAAAGH!. El hediondo olor a pelo y sangre ardiendo inundó la pequeña casa, haciendo vomitar a la mujer de mano clavada al suelo.

La próxima vez dejaré que te desangres como el cerdo que eres.

No… no tenemos nada de valor… llévate lo que quieras y… vete…

_Se agachó a la altura de su cara apoyándose en el hacha cubierta de sangre c

No soy un vulgar ladrón. te lo repito por que parece que con esa oreja vendada no has escuchado bien. Más rápido que un pestañeo la oreja cayó, rebotando cómicamente.

¡AAAAAAAAAAAAAGH!. ¡HIJODE… ¡AAAAAAAGH!.

Metió su dedo en el orificio con sarna, retorciéndola en la carne viva supurante de sangre.

Ahora me escucharás bien, más te vale si quieres ver el amanecer.

¡Ba….basta!… haré lo que digas.

Al fin entiendes que no eres más que un desperdicio de aire. ¿Que le hiciste a Alex?.

Na… nada…

Le dio un puñetazo que le hizo caer de espaldas.

No juegues conmigo, mientras esté aquí me pertenecen, y no tengo interés alguno en que tu mujer viva, quizás eso te persuada más.

Es…está bien… si, fui yo quien le dio una reprimenda…

¿¡REPRIMENDA!?. Gritó encolerizado. ¿¡QUE CLASE DE PADRE DA UNA PALIZA A SU HIJO!?

S…se m…mm…me fue la mano… me enfadé cuando… me cortó la oreja…

Pisó el torso del ahora aterrado morador con fuerza. ¿Por que le diste esa paliza?. ¡RESPONDE!.

Qui….quiso unirse al ejercito… abandonando la prof…fff…esión familiar…

Pisó con más fuerza. ¡¿Y POR ESO LE DESTROZASTE LA CARA?!

Se mm…e fue la mano… no podía per….permitirlo… yo aprendí de mi padre…. y el de mi abuelo…. y este a la vez de…. es el único hijo… ¿Que hubiera… dicho mi padre… de su nieto?…luchamos tanto por… estas tierras… ¿Fuiste tu quien… le metió esa tontería en… la cabeza… verdad hereje?.

Un crujido bajo su pie

Si, le ayudé a decidir sobre su futuro y juro que jamás volveréis a verle.

Yo te maldigo… para un varón que tengo… nunca se interesó por… lo que le ponía un plato cada día sobre la mesa… siempre fantaseando con armas… siempre jugando con ramas en vez de aprender…. y para colmo esa desgraciada solo m…me dio hijas…

Otro crujido. ¿Que fue de ellas?.

Las dejamos en el pueblo… no nos servían para… nada…

Y otro crujido.

¡Basta!… ¡Ya te he…respondido!. ¡Vete!.

Se sentó sobre el malherido leñador. ¿Como pude haber estado tan ciego?. No quería salir de aquí para ir de aventuras, quería irse para alejarse de vosotros… quería demostraros que era bueno en las armas para romper con el destino que le habíais legado.

¡Haz que vuelva!. Me has cortado la mano… no puedo continuar cortando arboles… el debe continuar con el legado familiar… Al final tu le has condenado… Mostró una sonrisa cargada de malicia.

Se levantó y agarrando de los pelos al asqueroso ser le golpeó contra el alfeizar de la ventana con todo su cólera, saltando varios dientes destrozados de la pestilente boca.

Basura como tu no tiene el derecho de vivir en el mismo mundo que él. Otro golpe contra el alfeizar, con dientes y sangre saltando por los aires, llegando a manchar el pálido rostro.

¿Que…. ¡Lo vas a matar!.

Miró con el desprecio de quien ve a una cucaracha arrastrarse a la moradora, enmudeciendo a la que golpeó de nuevo el alfeizar con la desfigurada cara de su marido una vez tras otra incesantemente hasta que para fortuna de este se partiera en mil astillas que quedaran clavadas en la sanguinolenta cara que dejó caer como basura al suelo, dando la vuelta clavando su perforarte mirada en la traumada mujer.

Recuerden mis palabras, pues no volveré a repetirlas, NUNCA vuelvan a acercarse a Alex, ¡NUNCA! o me encargaré de que tengan la peor de las muertes y una eternidad de tormento eterno. Tomó el hacha y la arrojó a las fauces de las llamas, que con fiereza aceptaron su obsequio a la que el profano ser dejó la cabaña con un par de “recuerdos”.

Veo que te has divertido Veld, espero que me hayas dejado a la madre viva.

La tienes casi sin tocar, toda tuya.

¿Que piensas hacer con el joven ahora?. Espiró una bocanada de hediondo tabaco. No deja de ser un crio.

Me ocuparé de que no vuelva a caer en manos así.

¡Ja!. ¿Acaso quieres ser su padre?. Es la idea más absurda que ha salido de tu boca, te has vuelto demasiado humano.

Eso no es de tu incumbencia. Cortó tajante.

Pero estoy segura de que caerá en buenas manos. Sacó otro cigarrillo. Me recuerdas a mi marido… Tienes la misma tenacidad y voluntad que el.

¿Vas a tardar mucho?. Quiero volver a Dalaran cuanto antes.

No demasiado, ¿Sabes que fui madre de una hermosa niña en vida verdad?.

Si.

Di todo lo que pude de mi y lo sacrifiqué todo para que pudiera seguir sonriendo. Prendió el cigarrillo. El día que me la arrebataron fue el día en el que morí por dentro… ni la muerte dolió tanto como perder a mi familia… a día de hoy sigo fantaseando en mi necedad como serían nuestras vidas si jamás hubiera caído Quel’Thalas.

Creo que eso lo hacemos todos y jamás

Jamás entenderé como hay malnacidas que hacen sufrir a sus hijos… Empuñó su gran hojarruna. Y me va a explicar de escoria a madre el por qué.

Esta se adentró en la casa de la que no tardaron en escucharse gritos de dolor y agonía que los más trasnochados del pueblo decían escuchar cada lunas llenas en la carbonizada casa del leñador, sin embargo lo único que se supo con veracidad fue que las llamas consumieron la remota casa, de la cual jamás se encontró los cadáveres de sus moradores.

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Dalaran, poco antes de amanecer.

Aún no había ningún alma en la calle en aquella perezosa mañana dominical cuando el no muerto entró en la casa cerrando con llave y de inmediato las cortinas de todas las ventanas para después dirigirse al paladín que yacía adormecido con profundas ojeras en el sillón, al borde de este.

¿Como está Thori?.

¿Eh?… ¿Has vuelto?. Se levantó sonámbulo.

Por poco, he de marcharme de nuevo.

¡Por la Luz!. ¿Acaso te has visto?… ¿Te ha visto alguien?. Alarmado se despejó de golpe.

¿Como está?.

Durmiendo, ha sido una noche muy dura, sobretodo para el… creo que se recuperará, aunque alguna cicatriz le quedará en el rostro… sin embargo tardará mas en reponerse emocionalmente… no le culpo.

No pienso volver a dejarle volver a Crestagrana.

¿Acaso los has matado?… Estás cubierto de sangre, y está claro que no es la tuya.

No es momento para hablar de ello ahora, tengo que hablar con Biroz de inmediato.

¿Te han visto así?. Podría ser problemático para todos, maldita sea.

No… abrí un portón en las alcantarillas y no he visto a nadie… me baño y marcho a Ventormenta, ve al banco mientras y saca todo lo que tengamos.

¿¡Pero que dices!?. ¿En que demonios estás pensando?.

¡Que vayas al banco!. Lingotes pequeños. ¡YA!.

Entró corriendo al baño y tras ello un portazo.

¿Pero que ha pasado?… Se puso de vuelta sus zapatos. Maldita sea, serían unos bastardos sin perdón pero eran civiles ¿Como se lo he permitido?… Se ató los cordones apresurado. ¿Es acaso justicia o venganza de lo que soy cómplice? Y lo peor, si nos pillan ¿Que será de Alex?… fácilmente podrían acusarlo… no queda otra, espero que sepas que haces, condenado cadáver. Salió de la casa sumergido en la incertidumbre.

Puerto de Ventormenta, aquella misma noche.

Aunque la ciudad durmiera tras el día de reposo el puerto bullía como nunca con tanto barco de lejanas tierras siendo cargado o descargando sus mercancías a manos de centenares de sufrido porteadores que sobre sus espaldas cargaban con las riquezas de los atrevidos mercantes que osaban cruzar los mares y océanos del mundo. A diferencia del puerto hoy el colindante astillero yacía en silencio y más allá de algún gato en celo y alguna gaviota graznando no había nadie en aquel barco al cual solo le quedaba las velas y algún que otro detalle para ser botado.

Sígueme, nunca se sabe si le dan a los gatos por fisgonear.

Entraron en la cabina, aún carente de nada a excepción de tablones cortados listos para instalar y varios serruchos y cubos llenos de clavos dejados por pereza, cerrando el orondo ser con cuidado la puerta.

¿A que se debe esta visita?. ¿Ha sucedido algo serio?.

Si, y para eso te he hecho venir Biroz, tengo que pedirte un favor muy importante.

¿Que ha pasado?. No te he visto tan serio desde que subimos aquella montaña.

Quiero que hagas desaparecer de todo registro a dos subseres.

¿Como que hacer desaparecer?… ¿Acaso has… Su voz tornó seria y a la vez preocupada. ¿Que has hecho, Veldhath?. ¿A quienes has matado?.

No están muertos… por ahora.

Cuéntamelo todo, sin tapujos.

Contó con todo lujo de detalle lo sucedido la noche anterior, lo que el rostro desencajado del pícaro le hizo saber que para nada esperaba algo así.

… y por eso te necesitamos.

¿¡Pero tu sabes en el lío que os habéis metido!?. ¡Tendría que detenerte ahora mismo!.

Lo supe desde que pateé esa puerta, pero no quiero que ellos queden envueltos en ello.

¿¡Que no queden envueltos!?. Thorinam es cómplice, le podría caer la pena de muerte… no, es que si se le alinean los astros le caería como mínimo la excomulgación y la perpetua… en cuanto a Alex siendo ya consciente de sus actos podrían juzgarlo también por incentivaros… quizás defensa propia… umm…. no desde que los atacaste, podrían juzgarlo por crimen de honor… maldita sea, eso son veinte años pudriéndose en las mazmorras… ¿Y ni tengo que decir que pasaría contigo verdad?.

Lo se perfectamente y se que harás todo lo posible por exculparlos, haz que toda culpabilidad caiga sobre mí.

Que “honorable” por tu parte eso… ¿¡Pero tu sabes hasta que nivel tengo que meterme para ocultar todo esto!?. Si me pillan estoy muerto.

Dejó caer en el suelo el abultado saco que dejó caer brillantes lingotes pequeños de oro. Estos son todos nuestros ahorros, usa todo lo que necesites para lograr que nada de esto vaya a más, puedes quedarte lo que sobre.

Por las mareas… no te haces una idea del berenjenal en el que me has metido, no te haces una idea de cuantos peces gordos he de manipular para cubrir el pifóstio en el que os habéis metido… ¿Me dijiste que tenía hermanas verdad?.

Si, los muy cerdos los abandonó en el pueblo.

Villa del Lago me suena que tiene un pequeño orfanato… dime por favor que los “padres” están bien lejos de Crestagrana.

Están bien lejos del reino de Ventormenta, no volverán a pisar un lugar remotamente cercano.

Menos mal… vais a estar de suerte y todo pero… no te puedo asegurar nada y ten por seguro que será caro, te juro que no te haces una idea de a que niveles he de involucrarme… Suspiró. Ya estoy involucrado de lleno, espera noticias de mi contactos en el submundo de Dalaran.

Gracias, siento abusar de tu confianza, pero no podía tolerar algo así.

Hiciste lo correcto pero… contrólate. ¿Acaso era necesario quemar la casa?. Ayudó a limpiar pistas, pero seguro que llamó la atención de los locales… va a costar encontrar una coartada que encaje a todos.

Eso no fue idea mía.

Pero tu amiga no ha secuestrado un chaval legalmente… es inexistente en los sucesos, a ti te conoce media condenada Azeroth, a ver como demonios logro que la presencia de Alex no provoque suspicacias… Cogió el abultado saco.

Confío plenamente en ti, se que lograrás resolver este incidente.

Algo se me ocurrirá… Exhaló frustrado. Me voy, he de pensar en algún plan.

Te lo pagaremos como mereces, pero por ahora solo tenemos ese dinero.

Ya me invitarás a algo caro… y recuerda, no hemos estado aquí, no hemos hablado de nada, no conozco a Alex y por supuesto nada de correos o encuentros, ya entrará mis contactos contigo cuando tenga algo y por último pero no menos importante, Alex no puede ser visto por nadie en Dalaran bajo ningún concepto.

Pero ya fue visto cuando llegó.

¡AAAAAAAAHHH!. En dos días mi contacto recogerá un sobre felicitando el octavo cumpleaños de Martha de Alto del Centinela en el buzón junto al alto de Krasus, quiero que esté la lista de ubicaciones y gente con la que Alex se cruzó desde su pueblo sea como sea, no puedo dejar cabos sueltos.

El pobre sigue conmocionado, va a ser duro para el.

Se que ha sufrido cosas a manos de sus padres que un hijo nunca debería sufrir, pero es necesario que nadie pueda denunciaros, he de borrar toda evidencia de que esa gente fueron sus padres.

Así será, hasta que volvamos a vernos.

Cuídate y por favor, ni se te ocurra algo así de nuevo, ya no eres un lobo solitario, ahora tus actos también afectan a más gente a tu alrededor.

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Año 39, Enero.

Las festividades tras un año tan pacífico como pocos recordaban los más veteranos en la ciudad sobre las quebradas costas ya quedaron atrás, con la promesa de otro año tan fructífero como el ya enterrado. Tras unas pocas semanas en las que la rutina volvió a su cauce para todos… a excepción de aquellos humanos que poco salían de su casa.

Alex y Thorinam aguardaban en la atestada sala hasta los topes de cajas precintadas cubiertas por una fina capa de polvo y otras tantas abiertas de mala manera mirando con nerviosismo la puerta de madera cerrada a cal y canto.

¿Por que tardará tanto?… Debía estar aquí hace más de una hora.

¿Estás seguro de que no le han descubierto?. Deben estar buscándome.

Confía en ellos, quiero pensar de que volverá con todo arreglado.

Eso espero, no quiero volver a Crestagrana.

No lo harás, juro por la Luz que no pisarás esas tierras de nuevo.

Y al final, tras otros angustiosos minutos de espera, la puerta se abrió dando paso al no muerto que embozaba, por primera vez desde que lo conocía, una genuina sonrisa de lado a lado.

¡Nos vamos!. Vayan recogiendo sus cosas por que al fin nos mudamos a Stromgarde.

¿Ya… ya es oficial?…

Si Thori, oficialmente sus padres han “muerto” en el registro y de eso quiero hablaros.

¿Puedo… salir sin que puedan echarme a Crestagrana?.

Si, soy tu tutor legal hasta que cumplas los dieciséis, es decir, soy tu padrastro.

Yo… no se que decir… ¿Acaso soy…. libre?… Dijo entre sollozos.

Si, pero hay muchos cambios que tendrás que asimilar a partir de ahora, la primera tu nombre.

¿Su nombre?. ¿Se lo han cambiado?.

Así es Thori, ahora se llama “Alexandros”… Se que no es muy original, pero aparte de ser común por lo que no será sospechoso creo que se parece al nombre con el que nació, la segunda es que te adopté hace cinco años del orfanato de Villa del Lago, tendrás que aprenderte la historia que han creado para explicarlos.

Por fin se arregla todo esto, deberías estar feliz Alex, puede que sea duro, pero te tratará bien… puedo dar fe de ello.

Gracias… gracias… Se echó a los brazos del paladín entre lágrimas.

Y la tercera, a partir de que nos asentemos y hasta que cumplas los dieciséis y te alistes pienso entrenarte bajo una férrea disciplina, una vez dentro del ejercito no pienso tratarte con preferencia alguna, no puedo permitir grietas en la unidad ni que estés bajo algodones.

¿Tenías que estropear un momento tan emotivo, “Sargento”?

Es una advertencia, no quiero perderle por estar mal entrenado… es lo más cercano para mi a un hijo a pesar de conocerlo tan poco.

No lo hará, se que dará lo mejor de el para estar a la altura, tu mismo viste que tenía madera y yo también lo creo, se aclimatará pronto.

Eso espero, odiaría tener que sobrevivir a mis reclutas otra vez.

No será así y ahora empecemos a empaquetar… y eso va por ti también Alex, toma mi pañuelo, sécate y ayúdanos a mudarnos a nuestro nuevo hogar. Sacó un pañuelo de seda de su bolsillo y se lo dio al joven enrojecido tanto de cara como de ojos.

Haré todo lo que digáis.

Entonces guarda en cajas tu ropa y enseres, quiero mudarme cuanto antes. Aquejó el siervo de la Luz.

Después de tu ropa empezaremos con el primer entrenamiento Alex, volveré con un carro para llevar las cosas y lo dejaré en la puerta, quiero que lleves las cajas donde están las cacerolas, el hogar y nuestras armaduras, armaduras que cuando nos asentemos quiero que limpies hasta que pueda verme reflejado en ella, esa será tu segunda lección.

El hogar pesa un quintal Veld, no creo que pueda el solo con este.

¿Sabes que pesa también un quintal Thori?. La mochila con todos los suministros cuando llueve a cantaros mientras te arrastras por el barro en pleno campo, tiene que hacerse a ello. ¿O acaso quieres ser tu quien quiera entrenar en su lugar?.

Erm… Bien Alex, estoy de acuerdo con Veld, ese será tu primer entrenamiento.

Que conste que tu también entrenaras con nosotros Thori, un paladín también debe estar siempre listo para el combate.

Ya… bueno ve yendo por el carro, yo empezaré a empaquetar todo.

Vale, y Alex… Bienvenido a la familia, se que es cuanto menos extraña… en vida no me hubiera imaginado esto ni en los sueños más raros, pero trabajemos todos al unísono para sacar lo mejor de nosotros.

Por cierto Veld… ¿Cuanto dinero ha quedado de nuestros ahorros?, nos hará falta para materiales.

El no muerto lanzó un pequeño saco de sonido metálico que pilló al vuelo Thorinam, el cual al abrirlo palideció cual alma en pena. E…ee….eee…. ¿¡Esto es todo lo que ha sobrado!?. Dejó caer sobre la mesa las monedas de plata de la bolsa. ¡Con esto no tengo ni para una pared!

Iremos nosotros a por los materiales, reconstruiremos la casa con nuestras propias manos y Alex, piensa en todo lo que hemos gastado para darte el futuro que mereces, haznos sentir orgullosos.

Habéis… ¿Habéis gastado todo vuestros ahorros en mi?.

Si y créeme si te digo que no me ha dolido en absoluto y aunque Thori esté sin palabras ahora también opina lo mismo que yo… pero mejor dejemos eso para cuando asimile que estamos pelados.

Tengo una deuda eterna con vosotros, os juro que me haré un hueco entre las leyendas de Stromgarde.

Se que no lo harás, haz que nos sentamos orgullosos joven. salió de la casa.

Semanas después, Stromgarde.

Frente a la decadente casa se encontraban los tres humanos junto a montones de cajas apiladas, esta pareciera haber estado abandonada desde hacía décadas pero, en palabras del no muerto, tenía potencial.

Bien, desde hoy este será nuestro hogar, se que parece venirse abajo, pero no hay nada que nuestras manos no puedan arreglar.

Veld, parece que se nos vaya a caer encima en cualquier momento, esto tiene más años que yo abandonado.

¿Y?. La mayoría de casas que ves repobladas se las encontraron así o peor, se que los primeros meses serán duros, pero conforme vayamos cobrando podremos dejarla como deseamos. ¿Acaso hubieras soñado alguna vez con una casa con una planta en plena avenida principal dentro de muros?. Si hasta tiene un pequeño terreno, es casi como la casa de mi infancia.

Tu que eras noble, mi casa era más bien pequeña… la verdad, la zona es buena pero… va a necesitar mucho cariño devolver a su pasada gloria esta casa.

Mientras esté con vosotros me da igual que sea una mansión o una chabola, seguro que será la envidia del barrio.

Así se habla Alex… aunque aún hay medio barrio en ruinas, fácil ser la envidia.

¿De verdad no es tu hijo real Veld?. Sois tal para cual.

Recuerda que te dije en su momento que vi potencial en el y que me recordaba a mi a su edad, ahora puedes ver el por qué dije eso.

Pues si, ambos hemos tenido la suerte de conocerte, y que siga siendo así por muchos años. Miró al bello atardecer entre las nuevas y no tan nuevas casas.

Yo he tenido el honor de conoceros, gracias por cambiarme la vida Thori.

De nada. Puso su brazo sobre el hombro del no muerto.

A ver tortolitos, metan cajas dentro que pesan un quintal y hay un huevo, no quiero dormir sobre madera carcomida.

Sesión de entrenamiento Alex, mete las cajas mientras tomamos unas cervezas o no cenas.

¡Pero será posible!. ¿Me han visto cara de mula?. O me ayudan o…

Era broma, metamos las cajas y después nos tomamos unas cañas.

Me parece buen plan Veld pero… paga quien meta menos cajas, y eso va también para ti Alex.

Ya puedes ir aflojando la pasta por que os pienso ganar.

Ese es el espíritu. ¿Has probado la cerveza Alex?

Una vez… asquerosa.

Eso es por que no has probado una de calidad, verás como te encanta la cerveza enana.

¿No es un poco joven para beber?.

Que va, una cerveza no hace daño a nadie, pero como se pase no entra esa noche a casa… y eso va por ti paladín, que tienes el mismo aguante que una gnoma anémica.

Este le dio un capón a puño cerrado.

¡Ah!.

Gnoma anémica dice… Gruñó.

Una vitaminada y con implantes. Dijo el no muerto acariciándose las sienes. Que bestia.

Bueno, vamos a guardar todo que pronto tendremos que empezar nuestras nuevas rutinas… dijo Thorinam con voz esperanzadora. al fin tenemos un lugar al cual llamar hogar.

Con ello sus nuevas vidas dieron comienzo, Veldhath se puso a disposición del reino como instructor del reformado ejercito siéndole asignada una unidad propia a la cual trató como a su segunda familia, Thorinam ayudó a reconstruir la iglesia de la Luz e integrándose de nuevo en la Orden de la Mano de Plata en su reformada sede de Stromgarde y finalmente el joven Alex entrenó como nunca antes en su vida bajo el férreo régimen del no muerto, superando toda prueba y entrenamiento con gran dedicación y esfuerzo salvo por los días que se tomaron para visitar a Drethz en la Ciudad Eterna, el cual obsequió al joven con una pequeña daga de elaboración kyriana.

Poco a poco la ruinosa casa fue reformándose, dejando atrás su ruinoso pasado a la que nuevos vecinos se asentaban a su alrededor y las desérticas calles recobraron su vida, poco antes del final de aquel fantástico año el joven cumplió su decimosexto año, con lo que no dudó en reclutarse para orgullo de sus benefactores hasta que las nieves volvieron a cubrir de blanco las tierras altas. Con los últimos tañidos de las campanas la convulsa década se dio por concluida, iniciando un nuevo decenio más esperanzador, dejando atrás tantas dificultades, dando lugar tanto a la esperanza como a la incertidumbre y nuevos desafíos afechando en tierras desconocidas expectantes de ser redescubiertas.

Y con esto acaba para mi el TimeSkip, tengo pensadas cosillas para Islas Dragón, pero algo más bien mundano y de aventureo con esta “familia” tan disfuncional y además al otro lado del Velo se cierne una “luz verde”.

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Una luminiscencia extraña comenzó a perforar la campana azul,que lo mantenía en éxtasis…
El oxígeno comenzó a inundar sus pulmones,mientras la consciencia respondía a cada inspiración. Una bruma envolvía sus recuerdos,mientras una tenue luminosidad, incidía sobre sus ragados ojos.
¿Cuanto tiempo, que ha pasado,donde estoy?..
Fugaces imágenes de una batalla,cabalgaban desbocadas por su mente. Órdenes fragmentadas,y una última que quedó grabada. Ponlos a dormir. Después solo la negrura,un vacio enorme y el silencio…
Frente a él, localizó una figura familiar,no recordaba su nombre,aunque pequeños destellos tililaban en su mente antes de desvanecerse. Con cautela se acercó a la estática figura,y la tocó. Una fluctuación,seguida de una inspiración, puso la figura en movimiento.
¿Donde estamos?
Beltzaleth…¿que ha pasado?
El ruido de una lejana batalla centró su atención, al fondo creyó distinguir unas figuras,que hablaban entre si…
¡Vamos!
Los dracthyr habían despertado,y una vez más,se aprestaban para la batalla…
Continuará

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Ante una idea a la que no pudo dar nombre, se llevó una mano al bolsillo y nuevamente sacó el amuleto que su madre le talló durante su infancia. Cada vez que lo tocaba podía sentir el cariño de ella, la intensidad con que lo había amado mientras vivió. Cómo aún velaba por él allá donde sea que estuviese.

Ese amor, esa intensidad, era un poder que no lograba entender pero que estaba dispuesto a usar para ayudar a aquella madre que clamaba por su ayuda. Con la mano derecha apoyó el amuleto contra el lomo del joven sable herido y con la mano izquierda tomó el amuleto de su madre. Cerró los ojos. Buscaba su calor, su esencia, la magia con que ella había dado la vida a su cachorro cuando éste nació.

El milagro del nacimiento encerraba un gran poder que ahora el errante estaba invocando con toda su voluntad para salvar la vida del joven felino.

Aunque apenas fue consciente de eso, los demás sables de la noche que aún conservaban la suficiente fuerza para levantarse y andar se encontraban ahora congregados alrededor del pícaro. Supieron que estaba ocurriendo algo importante y no parecían querer perderse ni un solo detalle.

Nhail llamó a su madre, le pidió su ayuda, pues él no era capaz de comprender del todo la magia que estaba intentando usar, el amor maternal capaz de dar vida. Sintió su calor, su aroma que tan preciado le era, que ahora le daba la fuerza que buscaba para salvar una vida. Sintió una gran energía que provenía de su mano izquierda, que pasaba por su corazón y que terminaba saliendo por su mano derecha proyectándose en el amuleto de roble, que reflejaba el afecto de una madre. Era una magia que el elfo pensó jamás llegará a comprender. Una poderosa luz blanca pareció emerger desde el amuleto, una luz que opacaba todas las otras luces y que ahuyentaba la oscuridad de la noche, brillando con tal intensidad que cegó a todos los sables de la noche que observaban atentos alrededor.

El poder que fluía hacia él comenzó a remitir. Su calor se fue apagando lentamente y lo canalizó al joven cachorro asegurándose de darlo todo con tal de salvarlo. La luz fue decreciendo y pronto la noche recuperó su oscuridad habitual. Abrió los ojos cuando el resplandor se hubo desvanecido del todo, respiró torpemente y de pronto se sintió completamente exhausto. Había agotado toda su energía… ya no podría hacer nada más.

Miró al joven cachorro deseando desesperadamente que su intento hubiese funcionado. Vio que sus heridas habían cerrado. El animal comenzó a respirar de forma tranquila. Lentamente abrió los ojos que brillaban con una luz verdosa, un reflejo de la misma naturaleza. Sintió una profunda alegría al haber logrado salvar la vida del joven felino. Volteó a su izquierda buscando a su madre y vio el cuerpo sin vida de la hembra desplomada sobre la fría nieve. El elfo dejó de respirar. No era eso lo que había deseado; él jamás hubiese querido despojar a un cachorro de su madre; él, que conocía ese dolor…; Guardó el amuleto y posó las dos palmas en la madre en un intento vano de recuperarla, entonces se dio cuenta de que fue ella quien lo quiso así. Nhail había visto en su corazón y ella había visto en el suyo. La sable pudo ver el sufrimiento que él llegó a sentir al perder a su madre en la tercera guerra. Vio que conocía ese dolor y lo compadeció, supo que él era el compañero ideal para su hijo, pues era él quien mejor podría guiarlo para superar esa angustia.

No le importaba perecer, no si eso conllevaba que su vástago sobreviviese. Había aceptado el precio, pues ese era el poder que encerraba el amor de una madre. Se sintió desesperado y culpable. No llegó nunca a imaginar que el precio de salvar una vida fuese tan costoso.

El joven sable de la noche se levantó y comenzó a empujar el cuerpo de su madre confuso y desorientado. Miró a su padre en busca de ayuda y descubrió que había perecido al igual que su madre. Buscó auxilio en los demás, pero estos no parecieron saber de qué manera ayudarlo y entonces, por último, miró al elfo que se encontraba junto a él.

Nhail volvió a escuchar las palabras de Narvir.

  • “Historias como esa se oyen bastante seguido. Sobre todo en estos días”.

Lo miró a los ojos y sintió que una lágrima le cayó por el rostro. Lentamente levantó una mano y con suavidad la posó en la frente del joven sable. Le abrió su corazón. Le enseñó lo que había ocurrido, la batalla, los demonios, la victoria y el precio por ella. Le mostró a su madre rogando por su hijo y cómo ella abandonó de buen grado la vida con tal de salvar a la de su amado cachorro. Le hizo ver el deseo de su madre antes de morir y, por último, le habló de sí mismo. Le enseñó su infancia, su crecimiento, su familia, el ataque de los demonios, la plaga y la pérdida de su familia. Le mostró el dolor que acabó sintiendo. Cómo su vida pareció haberse detenido en ese entonces y cómo logró salir adelante. No le ocultó ni un solo detalle. Le enseñó todo lo que había sido y todo por lo que había pasado hasta llegar a él a su lado. Le hizo entender que estaba con él, que lo entendía y que jamás lo dejaría solo. Que sería su compañero ahora y siempre. Velando por él como lo quiso su madre. Claro, si el joven sable de la noche lo quería así por su parte.

Se levantó torpemente y buscó por todos lados hasta que logró encontrar su mochila. Sacó de ella un poco de fruta y la devoró vorazmente. Necesitaba comer, pues se sentía terriblemente hambriento. Luego pensó en que lo mejor ahora era dormir, nunca se había sentido tan cansado como en aquel momento.
No recordó haberse dormido, pero al despertar descubrió que estaba rodeado de felinos durmiendo apaciblemente junto a él, dándole cobijo y calor en la fría noche de Cuna del Invierno. Aunque para ese entonces el sol brillaba alegremente en los cielos.
Se levantó quedamente, procurando no despertar a sus acompañantes y buscó con la mirada al joven que logró salvar. Pero lamentablemente no lo encontró…

Suspiró entristecido.

Recogió sus cosas y se comió la poca comida que aún le quedaba. Debía regresar rápidamente a la aldea Estrella Fugaz o acabaría volviendo a pasar hambre.
Uno tras otro, los sables de la noche fueron despertando. Se estiraban buscando desperezarse y en silencio fueron abandonando el valle. Algunos en solitario y otros acompañando a sus familias. El peligro había pasado y ya pudieron al fin permitirse regresar a sus vidas solitarias como lo dictaba su naturaleza. Entonces cayó en la cuenta de que los felinos caídos en batalla aún continuaban en el lugar en que perecieron.
Las aves carroñeras estaban esperando en los cielos la oportunidad de deleitarse con semejante festín.

Entonces el elfo finalmente emprendió el camino de regreso.
Llevaba un rato caminando cuando escuchó un trote tras él. Se volvió y sonrió, aunque no se sintió para nada sorprendido.

El joven sable de la noche había aceptado ser su compañero después de todo. Era una bestia hermosa ahora que pudo verla mejor a la luz del día. Su pelaje era oscuro y sus ojos resplandecían con un intenso color verde.

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—Tu nombre es Lluvia en la Nieve — dijo en voz alta, aunque no hubiera sabido decir de dónde se le ocurrió ese nombre años atrás.

Se agachó y miró al elfo expectante. ¿Acaso me va a dejar montarlo? Lo miró sorprendido y aceptó su invitación. Se trepó en él y se dio cuenta de que era bastante fuerte y confiado.

Tan orgulloso como los demás sables de la noche.

—Debemos ir hacia el sureste — le explicó y este obedeció .

Comenzó a correr a una gran velocidad y el joven pícaro se sostuvo a él como buenamente pudo.

¡ Necesito comprar una brida cuanto antes!

El sol ya se estaba poniendo cuando regresó a la aldea a lomos de Lluvia. Estaba calculando mentalmente la comida que podría comprar con el dinero que le quedaba y cuánto tiempo le tomaría regresar cuando escuchó una risa estridente que pareció hacer eco por toda Cuna del Invierno.

Nhail vio cómo Narvir Disparo Certero corría hacia él.

— ¡No puedo creerlo! ¡Realmente estás loco! — exclamó. El elfo fingió sentirse ofendido.

— ¿Es que acaso no confiabas en mí? — Lo que hizo reír a Narvir.

—Esperé por ti todos estos días, chico — le dijo con una afectuosa sonrisa —. Y claro que confiaba en ti. De hecho, ahora te veo más animado que cuando nos separamos.

Nhail le dedicó una sonrisa salvaje, como si fuese un sable de la noche.

—Digamos que tuve un problema o dosle comentó pretendiendo que le costase recordar—. Creo que estuve cerca de morir un par de veces, pero nada difícil de manejar.

Tendrás que contármelo todo con lujo de detalles. ¡Ni siquiera te he oído y ya estoy seguro de que serás el furor de los enanos de Forjaz cuando regrese contando tu historia!

—Mira, te lo contaré todoempezó con una sonrisa cómplice—, si tú me das algo de esa cerveza enana de la que tanto he oído hablar. Te parece un buen trato ¿eh?

— ¡Trato hecho! — Entonces Narvir miró fijamente a Lluvia — Debo admitir que es un animal impresionante, no hay nada parecido en los Reinos del Este.

Entonces se acercó a él, pero Lluvia le gruñó suavemente haciendo retroceder al cazador.

— ¡Oye! — Le gritó —, ¡no dejes que tu gato me gruña de esa manera!

—Supongo que le tomará algo de tiempo acostumbrarse, pero no te atacará a menos que yo se lo ordene. ¡Así que asegúrate de darme de tu mejor cerveza!

El enano estalló en carcajadas una vez más, antes de que los tres se dirigiesen al interior de la posada.

— Arderás de ganas de regresar al hogar. ¿Cuando piensas partir?, Yo creo que finalmente no me quedaré por aquí mucho más, he tomado una decisión estos últimos días, el velo sigue abierto y no sé por cuanto tiempo, puede que sea mi última oportunidad de probar la cerveza del mas allá ¡! Así que viajaré hacia las tierras sombrías, después tendré tiempo de sobra para seguir viajando por Azeroth en busca del mejor bebercio.

— No sé, hace un par de años que regresé, pero solamente fueron unas semanas… o meses, para estudiar con Tae’thelan, el alto examinador, creo que fue por el año 32. Prácticamente no he vuelto a mi hogar desde la tercera guerra, allí me esperan un par de antiguos camaradas, y me gustaría saber si Saeta ya dio a luz y poder enterrar una cosa que me dio mi hermano antes de morir en los oscuros pasadizos de Ulduar, pero…me he dado cuenta que sin la armadura, ahora enterrada, sigo siendo débil. Necesito seguir entrenando y empaparme de cualquier arte. Nunca estuve en Pandaria y escuché de un clan Pandaren, llamados los Shadopan, son muy disciplinados en el arte que yo domino, por lo que creo que… — miró a Lluvia, le acarició y vio en el reflejo de sus ojos la furia de su amiga Kyra cuando se enterase que nuevamente pasarían años desaparecido — si, partiré a Pandaria y buscaré a los Shadopan, me quedaré allí el tiempo que sea necesario entrenando.

— Oh muchacho ¡has elegido el mejor continente después del nuestro claro, solo los Pandaren son dignos competidores de nuestra cerveza, que buenos años pasé allí probando todo tipo de alcohol. No te arrepentirás Errante. Ahora, descansemos, ya planearemos nuestros nuevos destinos.

Nhail recordó que debía reportar el ataque de los demonios a las autoridades de Cuna del Invierno para redoblar la seguridad en los caminos. Era bastante probable que aún quedasen algunos Sátiros merodeando por los alrededores. No debían permitirles reunir fuerzas hasta convertirse en una amenaza difícil de manejar.

Y entonces finalmente se marcharía de Cuna del Invierno harto de la nieve con un nuevo viaje por delante … Pandaria.

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Estaba en Valdraken recuperándose de las heridas sufridas en sus últimas misiones. La desorientación inicial,había dado paso a una realidad,en las que la lucha diaria era lo habitual. Cuando despertó, y tomó consciencia de la realidad temporal, descubrió que habían pasado 10000 años en las cámaras estáticas. Volver a sobrevolar los territorios ancestrales, le había proporcionado una felicidad momentánea. Y tan solo fue eso,un respiro en su vida guerrera. Los primalistas trataban una vez más de someter el mundo y sus gentes a sus designios. Los aspectos,junto con otros seres llegados desde Azeroth, Argus,Draenor,o Terrallende; combatían junto a los dragones para restablecer el orden de los titanes…
El ya sabía que habia sido creado por Neltharion,con un oscuro objetivo. Su creador había sucumbido a la locura,y los dragones,junto con los “humanos” lo habían matado. Eso le género muchas dudas,y pronto comprobó,que algunos de sus camaradas de armas,se habian rebelado siguiendo a Sharkaret,el dudó, pero antes de tomar una decisión, decidió embarcarse en una búsqueda personal, para esclarecer realmente el sentido de todo aquello…
Poco a poco iba conociendo nuevos detalles,que a su vez le generaban más interrogantes. El camino no estaba siendo sencillo,no obstante estaba decidido a seguirlo hasta el final. En los siguientes días seguiría tratando de localizar a Paventhal,quien parecia tener mayores conocimientos sobre los orígenes de su raza…

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Por el amor perdido.

PRÓLOGO





Miedo
Lo que alguna vez fue un instinto de supervivencia para nuestros ancestros primarios, ahora se considera una gran debilidad para las razas de Azeroth. Pero no es experimentar miedo lo que lo debilita a uno.

Los Mogu.
Una raza de piedra muy parecida a los enanos de Reino del Este, una vez gobernaron Pandaria con puño de hierro. Su líder Shan Bu fue derrotado en el Templo de Niuzao.

Los Yaungol
Descendientes de los Tauren que quedaron varados en Pandaria desde el gran Cataclismo hace diez mil años, están en constante conflicto con los colonos pandaren en la Cumbre Kun-Lai. Aquí, en las Estepas de Tong Long, finalmente regresaron a las montañas del norte después de matar a la mayoría de sus líderes. Temo que no abandonarán la pelea tan fácilmente.

Los mántides.
Una antigua raza insectoide que invade las paredes de la columna vertebral de la serpiente cada cien años, emprendieron su guerra una década antes de lo esperado.

Miedos, miedos que no dejaré que se usen como un arma contra mí.




Monasterio Shadopan, Cumbre Kun-Lai - Año 37

Taran Zhu

Las meditaciones habían estado yendo excelentemente para Taran Zhu hasta que un gigantesco estruendo hizo eco en todo el monasterio. De inmediato, fueron interrumpidos cuando una conmoción surgió de los terrenos del Monasterio y llegó a las habitaciones de Taran. Sus ojos se abrieron de golpe, las esferas doradas compensaron los círculos negros oscuros que la mayoría de los Pandaren tenían. Su bufanda se reunió alrededor de su rostro y su sombrero sobre la cabeza, Taran Zhu llevaba la indumentaria completa de su orden. Si hubiera dudas sobre quién era el comandante del Shadopan, la presencia de Taran y su porte los resolvería de inmediato. Era hora de investigar lo que había sucedido. Reprimiendo un suspiro, el Señor del Shadopan desplegó sus piernas y se estiró a toda su altura. Si su audiencia era correcta… los ruidos provenían de la Arboleda Florida. Un grito de alarma que Taran reconoció pronto seguido por el gran gong del Maestro Ventisca Algente sonando desde el dojo. Taran pronto se levantó y se dirigió al sitio del disturbio.







¡Fuera del camino! La voz de Yalia Murmullo Sabio rompió el silencio. La maestra de la disciplina Omnia se movía como el agua a través de la multitud. Captó la mirada de Taran y se inclinó de inmediato. Señor Zhu.

¿Alguien puede decirme qué pasó aquí? Preguntó Taran, no dirigiéndose solo a Yalia sino a los demás reunidos allí también. Conocía a todos aquí por su nombre.

Lao-Chen Panza Férrea, el miembro más pesado de toda la orden, un Guardanegra Maestro Cervecero grueso atigrado de pelo negro alrededor de sus ojos, se inclinó y dijo: Mi Señor, un… extraño se estrelló en el bosque Si esto fue una broma, los tonos solemnes de Lao-Chen ciertamente no lo vendieron muy bien.

¿Chocado? Los ojos de Taran se entrecerraron con sospecha . ¿Se cayó desde el cielo, Lao-Chen?

No hubo risas en esta declaración. Lao-Chen decía la verdad. El enorme pandaren asintió. Dejaron una marca inusual, Lord Zhu. Puedes verlo por ti mismo.

Los ojos de Taran se abrieron. La multitud que bloqueaba el exterior se separó y Taran vio a un individuo muy inusual, acostado de espaldas en medio de un pequeño cráter formado por una huella inusual… un círculo grueso con lo que parecían ser cinco almohadillas de cinco dedos.

El individuo tenía el pelo blanco como la nieve con una coleta alta, una vieja cicatriz adornaba la parte inferior de uno de sus ojos y ahora algunas pequeñas heridas se esparcieron por su rostro. Había visto y luchado contra Yaungol, Zandalari, Mogu, Mantides y Sauroks, pero este era… diferente y familiar. Su piel parecía suave, sin pelaje para protegerla, también portaba unas extrañas dagas. Los ojos de Taran vieron que había una fuerza innegable en la persona pero como conocedor de los Sha provenientes de lo que un día fue Y’shaarj y todo el caos que desataron la Horda y la Alianza 7 años atrás sintió que su espíritu alguna vez estuvo contaminado por energías parecidas. Había visto suficientes campos de batalla para saber cuándo alguien estaba en malas condiciones. El individuo apenas respiraba… y parecía haber una pequeña cantidad de sangre de él. El Señor del Shadopan apenas reprimió un grito de asombro cuando vio una cicatriz irregular que se extendía por el pecho desde el hombro hasta la cadera, la cicatriz era visible debido a que su ropa se había rasgado por completo.

Sin más dilación, Yalia se hizo cargo de la situación, de sus manos invocó una especie de magia con un resplandor verde, aplicó esto sobre el hombro de aquel individuo que parecía haber sido perforado como si fuera una aguja.




Voy a atender a este dijo con firmeza . Si alguien me consiguiera una camilla… Su voz tenía un tono sugerente, pero Taran sabía que era una orden.

No hubo escasez de voluntarios. Siete Shadopan a la vez se precipitaron hacia los dormitorios.

Taran se arrodilló cerca de la figura semiconsciente y de Yalia . Supongo que no tenemos idea de dónde es este… Murmuró.

Muy correcto, Señor Zhu Yalia respondió con un movimiento de cabeza, invocando otro vendaje de jade con las manos y colocándolo en la frente de la persona.

Antes de que el vendaje hiciera contacto, los ojos del desconocido se abrieron de golpe. Yalia se congeló de inmediato. Aquellos ojos azules la miraron y luego a Taran Zhu. Dónde… Se quedaron sin aliento ¿Dónde estoy?

Estás seguro. Yalia dijo en un tono tranquilizador, recuperándose de su momentáneo shock y colocando el vendaje en la frente del individuo . Descansa. Estás en buenas manos.

La figura de pelo blanco asintió débilmente y luego se desplomó, esta vez realmente inconsciente… con suerte, no muerta Haga lo que debe Taran se puso de pie. Yalia no respondió, pero asintió mientras continuaba convocando más técnicas de curación. Shadopan, hablaremos sobre este incidente más tarde. Volved a vuestras tareas ordenó a los miembros de su orden. Yalia no necesitaba que nadie se interpusiera en su camino.

Los que quedaban de los primeros mirones miraron a Taran y se inclinaron, alejándose. Lao-Chen… por favor, quédate Taran declaró antes de que el pesado monje pudiera salir de escena.

Lao-Chen asintió y se encontró con los ojos de su comandante . ¿Sí, señor Zhu?

Habla con Rushi el Zorro y consigue un atuendo para nuestro nuevo invitado Taran declaró. Además de cualquier otra cosa que Yalia necesite atenderle. Una vez que lo hayas hecho… repórtame cualquier novedad.

Lao-Chin hizo una reverencia . Por supuesto, Lord Zhu . El enorme pandaren se esforzó por cumplir las órdenes de Taran.




Taran esperó hasta que la camilla hubiera llegado al desconocido, y luego se aseguró de que el bosque estuviera vacío antes de regresar a sus habitaciones. Yalia le informaría el estado de su nuevo invitado en todo momento.

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I. En Cualquier Otro Lugar




https://youtu.be/QwIRrd4TkJA



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En el transcurso de más de dos décadas de servicio en el Shadopan, Yalia Murmullo Sabio había visto centenares de lesiones en el campo de batalla. Existían, por supuesto, los de la variedad mortal que habían cobrado vidas directamente. Sin embargo, había visto a pacientes sobrevivir a las peores lesiones, mientras que otros perdieron la vida por cortes bastante insignificantes. Uno nunca podría decir con este tipo de cosas. A menudo todo se reducía a fuerza de voluntad… o pura terquedad.

Este ser… no tenía idea de cómo había logrado sobrevivir a tantas heridas. Lo peor fue fácilmente el corte irregular desde el hombro hasta la cadera. Si bien la herida en Ny’alotha había sido tratada y cosida por Kætteren sin muchos conocimientos, ahora, las manos expertas de Yalia veían que aquella herida no se había curado realmente y quizás nunca lo haría. Yalia se recostó en la pequeña silla de mimbre.

Cualquier idioma que hable este individuo es quizás análogo al de mi gente… o no tan diferente como para que estemos completamente alienados. El paciente de cabello blanco solo se había despertado una vez, e incluso entonces el tiempo que habían pasado despiertos fue breve. Afortunadamente pudo darle un vaso de agua que bebió rápidamente para volverse a dormir. Después de eso, Yalia se apresuró a cerrar la herida en el hombro, lo que parecía que un pequeño pinchazo la había perforado por completo. Pero, ¿qué podría ser capaz de hacer ese tipo de herida? Era asesinamente preciso… y el oponente sabía lo que estaba haciendo.

Su paciente pelearía de nuevo, de eso estaba segura.



Horas más tarde



Los pnetrantes ojos azules se abrieron y estos se encontraron con la mirada de ella.

—Bienvenido al mundo despierto— sonrióSin duda… hay muchas preguntasHubo un leve asentimiento en respuesta a su declaración — ¿Por dónde empezaré?

— ¿Podrías decirme dónde están Myrkur?quiero decir… mis dagas— La voz que salió de los labios del elfo eran solemnes, con graves intenciones —Yo … las tuve cuando llegué, nunca me separo de ellas

Yalia asintió, respirando hondo¿dagas? más bien parecían espadasÉl asintió en respuesta. — Están en la habitación de al lado. Y tu amiga, tu pantera está sana y salva, nuestros tigres de la orden cuidarán de ella, le harán sentir como una más de la manada .
‘’Cuando despiertes a un tigre, usa siempre un palo largo, o mejor aún, dile a tu amigo que despierte al tigre por ti’’, eso es lo que Rushi el zorro dice siempre, nuestro entrenador y cuidador de tan hermosos animales. Le encanta inventarse proverbios y hacerse el interesante.

— Ya Veo— Su paciente suspiró — ¿Podrías decirme dónde estoy?

Yalia lo miró a los ojos e inclinó ligeramente la cabeza hacia un lado — Estás en Pandaria, en lo alto de las montañas de Kun-Lai.

—Eso… eso suena bien, significa que estoy en el lugar donde quería estaradmitió¿Y tú eres?

—Soy Yalia Murmullo Sabio. Te he atendido desde tu llegada aquíse inclinó levemente — ¿Y tu nombre es…?

Los ojos se cerraron por un momento y luego se abrieron de par en parNhail Shal’endir.

—Antes de tu próxima pregunta… ¿puedo hacerte una primero?

Los ojos de Nhail se entrecerraron ligeramenteEso depende de la pregunta.

— ¿Eres un hombre o una mujer de los de tu especie? ¿O ninguno de los dos?— antes de que él pudiera responder a la defensiva, Yalia levantó ambas manos para indicar que no tenía un arma ni ningún deseo de ofenderle pero al mismo tiempo no pudo evitar tapar su boca para esconder una tímida sonrisa picaresca, a fin de cuentas no era una pregunta sería, solo trataba de molestarle un poco para romper el hieloHace demasiado tiempo que no pisan estas tierras ninguna otra raza que no sea la nuestra. No es una exageración.

En lugar de ofenderse, Nhail suspiróSoy Elfo, varón. Mi ocupación era… es la de un Forestal, pícaro, asesino, explorador… llámalo como prefieras, han pasado tantas cosas en estos últimos 10 años… ¿Eres curandera?

—Si— inclinó la cabeza ligeramente y relajó las manos a los costados. Entonces él es un varón elfo, y uno… interesante.

Se incorporó un poco sobre la cama. Una sonrisa completa se extendió en su rostro, mostrando sus excelentes dientesDebes ser bastante buena, Yalia-samaHubo un respeto inusual en la última palabra, Tae’thelan Mirasangre se lo enseñó cuando estudió con él, una manea respetuosa de referirse a los habitantes de PandariaMi hombro se siente como nuevo.

Una tímida sonrisa cruzó el rostro de YaliaSupongo que síinclinó la cabeza otra vezNo se ha curado por completo, pero cualquier dolor debe ser significativamente atenuadose llevó una mano a la barbillaPerdóname… pero tengo otra pregunta.

—Adelante— Nhail se sentó .

No tenía la misma camisa que había tenido antes, o los mismos pantalones. Lao-Chen y Rushi habían rebuscado en la mitad de la tienda de ropa del Monasterio antes de encontrar ropa simple de iniciado que se ajustara a su nuevo huésped.

Yalia cruzó ambas manos debajo de la barbilla y planteó su preguntaEres un forestal, pero tienes un montón de cuchillas, y no son precisamente ligeras. ¿Las usas todas? Nhail asintió de inmediato. Los ojos de Yalia se abrieronProbé lanzar una de ellas antes, explicó, y tal cosa es realmente una hazaña. Incluso para los estándares de mi gente, esas cuchillas no son ligeras.

Nhail sonrió levementeDe hecho, sin embargo, la carga que llevo es… más pesadaYalia no quiso presionar más pero estaba más relajada de lo que había estado en mucho tiempo.

—Tu gente… no eres humano. ¿Entonces soy una amenaza?Los ojos del errante seguían pnetrantes, pero no hostiles. Yalia apoyó una mano a su lado y sostuvo la otra.Nhail Shal’endir… has aterrizado en Pandaria, pero no en cualquier lugar en particular. Este continente no tiene un ejército permanente. Estás en el Monasterio Shadopan, uno de los lugares más sagrados de Pandaria, y llegaste sin advertencia ni fanfarriaElla se encogió ligeramente de hombros. —No es tu culpa que hayas llegado aquí como lo hiciste, pero… para mi gente, los Pandaren, eres una fuente de alarma. Todavía nos cuesta confiar después de todo lo que pasamos por culpa vuestra, especialmente el tirano de Garrosh.

—Pero estoy aquí ahoraNhail suspiró, relajándose nuevamente en la camaYalia… atendiste mis heridas, pero no soy de tu gente… los Pandaren. ¿Por qué? ¿Y quién…quién era ese gran Panda de ojos dorados?

Dejó escapar un largo suspiro y comenzó con la primera preguntaLa respuesta a tu primera pregunta es que no te habrías recuperado tan rápido sin mi ayudainclinó la cabeza ligeramente —En cuanto a la segunda… el gran pandaren de ojos dorados era Taran Zhu, el Señor del Shadopan, nuestro maestro.

Ya veo. Él también es un “pícaro” aunque no nos denominamos como talYalia no discutió esto, asintiendo en su lugar .

Hubo una pausa después de la observación del elfo. Ninguno de los dos habló por un rato. El gong del Dojo sonó cinco veces… uno por cada hora desde que la primera luz había llegado a Kun-Lai.

Dormiste la mayor parte de tu tercer día aquíYalia observó en voz bajaAhora es de mañana. ¿Quieres algo de comer?

El elfo asintió profundamenteEstaría eternamente gradecido.

Yalia se puso de pie y se inclinó ligeramenteVolveré con algo pequeño. Hasta que sepa qué tipo de comida come tu gente… no quiero envenenarte con algo con lo que tu gente no esté familiarizado.

—Una medida sensata…dejó escapar un largo suspiroPor el momento… estoy en deuda contigo, Yalia-sama.

Yalia se dirigió al pasillo del dormitorio y de inmediato diecisiete cabezas se retiraron a sus habitaciones. Soltó un largo suspiro mientras cerraba la puerta. “No es nada de qué preocuparse”. Anunció en beneficio de aquellos que claramente habían estado escuchando.

Levantó una mano.No molestar a mi paciente.

Esa última oración se pronunció con tanta autoridad que Yalia confiaba en que pocos se atreverían a cuestionarle de esa manera.

Ni siquiera sabía por dónde empezar. ¿Extraños seres parecidos a pandas que habían atendido sus heridas, pero que habían tomado sus armas? Definitivamente mezcló sentimientos al respecto. Se sentía furioso porque Myrkur no estaba a su lado… Por otro lado, él era el extraño en su tierra natal. Debían esperarse ciertas precauciones.
Podría haber jurado que escuchó algo… un paso muy débil desde el corredor. Una cabeza blanca y negra se asomó; ojos marrones llenos de curiosidad lo miraron por un momento.

—Holadeclaró claramente, incierto de dónde comenzaría esta conversación .

Se reveló más completamente . —Oh hola. —

Si bien no tenía mucho para continuar, tenía que adivinar que el panda era enorme en función de cómo su cabeza casi raspaba el techo.

— Estás despierto. Bien

Quizás la característica más visible para el elfo, aparte de las cicatrices que estaban sobre el labio del individuo, era la gigantesca barriga que colgaba sobre un par de pantalones gruesos. Una bala de cañón podría rebotar en ese enorme estómago… este reflexionó.

Asintió levementeGracias a su médico, sí.

— Ella es bastante buena, ¿verdad?El enorme pandaren sonrió de oreja a oreja.Si entendí correctamente… tu nombre es Nhail, ¿cierto?

—En efecto— Suelen llamarme Errante o Sombra del Viento de donde vengo.

Los ojos azules del enorme pandaren se abrieron un pocoSoy Lao-Chen, el Vientre de Hierro de la Disciplina de la Guardia Negra. Tenía… curiosidad.

—No importa— agitó una manoSi hubieras aterrizado en mi barco, mi nakama estaría igual de curioso por ti

La frente de Lao-Chen se frunció con una pregunta¿Nakama? Esa palabra … no tiene una traducción exacta. ¿Qué significa?

Este iba a ser un estado de cosas común, temía.

—Nakama… no es familia. Es más que eso. Son personas en las que confías, personas por las que te preocupas… personas por las que darías tu vidaSe encontró con los ojos de Lao-Chin.

Y luego una punzada de horrible culpa recorrió todo su cuerpo desde las puntas de los dedos de los pies hasta el cabello de la cabeza. Una maldición se alojó en su garganta cuando se dio cuenta de la horrible verdad de su situación. Estaba aquí, recuperándose de sus heridas pero su nakama… se había ido. Algo sobre su comportamiento hizo que Lao-Chen se acercara

Hey… ¿estás bien?

Cerró los ojos y se recostó en la camaNo. Pero gracias por preguntar. Será mejor que te vayas antes de que Yalia te descubra molestándome o algo.

—Por desgracia, es demasiado tarde para esoYalia parecía aparecer al lado de Lao-Chen con una taza de sopa humeante en cada mano. Le dio a Chen una mirada fríaVientre de hierro, escuchaste mi voz tan seguramente como cualquier otra persona en esta sala.

—Mi… La curiosidad se apoderó de mí, MaestroLao-Chen lo admitió de inmediato, una expresión avergonzada apareció en sus amplias facciones a la vez.

Yalia asintió con la cabezaYa que lo has hecho… encuentra al Señor Zhu y tráelo aquí. Se alegrará de saber que nuestro invitado se ha despertado… y que tiene un nombreLao-Chen le ofreció una sonrisa a medias a Nhail y luego salió de la habitación, cerrando la puerta de madera tras él.

Yalia sacó una pequeña bandeja de un lugar que el errante no vio y le ofreció una taza de sopa. Se sentó sosteniendo la bandeja sobre su regazo. La sopa estaba tibia y tenía toques de hierbas fuertes, había suficiente vitalidad que Nhail necesitaba, considerando el horrible pensamiento que lo había golpeado antes.

—Lao-Chen, ¿eh? no te molestó demasiado, ¿verdad?le ofreció una media sonrisa de disculpa. Ella no era una persona que mostrara mucha emoción, claramente.

—Estaba bien. Es solo que…cerró los ojosMis nakama… estaban… contaban conmigo.

— ¿Nakama? ¿Tus amigos?Las cejas de Yalia se alzaron. Ella no había estado presente para su explicación a Lao-Chen . —Siento escuchar eso.

—Mi bandaasintió con la cabezaMás que amigos… éramos como una familiaYalia asintió pero no dijo nada, permitiendo que llegara a sus propias conclusiones… por eso, estaba agradecido. Puede que no tenga mucha emoción para mostrar, pero Nhail tenía la fuerte sensación de que Yalia sabía exactamente cuándo hablar .

Nhail estuvo divagando contándole todas las personas que fue perdiendo por el camino culpándose el mismo por sus pérdidas, achacándolo todo a su sed de venganza.

—Tu mundo suena como un lugar interesante— supuso esto con los labios apretados en una delgada línea.

—Es…— Tomó otro sorbo largo de la sopa.

La puerta se abrió después de dos golpes rápidos. Terminó la sopa y se encontró con los pnetrantes ojos dorados de Taran Zhu. Se bajó el pañuelo sobre la cara para que pudiera ver su barbilla esta vez… solo había distinguido los ojos y la nariz la primera vez.

—Disculpe mi intrusión, Yalia— Su voz era profunda y tenía una increíble cantidad de peso —Lao-Chen me informó que nuestro invitado estaba despierto.

—Señor Zhu— Yalia se inclinó desde donde estaba sentada —Sí, lo está.

Taran asintió secamente. ¿Tienes un nombre? — Taran se dirigió al elfo.

— Nhail Sh… Sombra del viento — se llevó una mano al pecho y se inclinó lo mejor que pudo desde donde estaba sentado — ¿Eres Taran Zhu?

—Taran hizo una reverencia a la cintura a cambio— Bienvenido al Monasterio de Shadopan. Eres el primer elfo en estar aquí en muchos años.

Su cuello estaba un poco dolorido por tal asentimiento. — Yalia-sama y yo estábamos a punto de hablar de… lo que me trajo aquí.

La cabeza de Taran se inclinó hacia un lado muy ligeramente. Obviamente, el uso de ‘-sama’ no era algo con lo que los Pandaren estaban familiarizados, pero él lo aceptó.

—Cuando tengas un momento, hablaré contigo. Por ahora, disfruta de nuestra hospitalidad, tal como es— Taran hizo otra reverencia —Si hay algo que necesites…

—Me gustaría recuperar mis Myrkur lo antes posible.

Los ojos dorados de Taran se estrecharon ligeramenteTus espadas, sí. ¿Te gustaría asegurarte de que no estén dañadas?Su tono era cuestionador, pero tenía un gran peso. Si Nhail pretendía engañarlo pagaría por ese engaño.

Se sintió paralizado por esa mirada. Solo se había encontrado con los Pandaren hace no más de 3 días y, sin embargo, sabía muy bien cuándo era objeto de un intenso escrutinio.

—Esas hojas son muy especiales para mi, son un regalo de mi difunto hermano, además me han acompañado en todos mis viajes, son una extensión de mi cuerpo— Admitió tragando saliva conscientemente —Son unas hojas cristalinas, transparentes, apenas imperceptibles a cualquier ojo si no hay ningún rayo de luz golpeándolas.

La mirada de Taran volvieron a la normalidad y asintió entendiendo —Veré lo que puedo hacer. Cuando te sientas capaz de caminar, veré si te devuelvo a los demás— Antes de que Nhail pudiera darle las gracias, Taran levantó una manoEres un enigma, serás observado mientras caminas entre nosotros, y no todos los ojos serán tan amigables contigo como los de Lao-Chen o Yalia. Hasta que haya aprendido el tipo de persona que eres…

Inclinó la cabeza y respiró hondo. Taran no tuvo que terminar su oración para que entendiera lo que estaba pasando aquí —Gracias… Señor Zhu-

Taran salió de la habitación. Yalia revolvió su sopa con una pequeña cuchara de madera.

— Se está arriesgando contigo— Yalia declaró de manera concluyente.

Nhail lanzó esa respiración profunda —Y honraré tu hospitalidad, Yalia del Monasterio Shadopan.

Inclinó la cabeza, casi asintiendo, no una reverenciaSi ese es el caso… no encontrarás mucho de qué preocuparteEsa leve sonrisa volvió a su rostro¿Disfrutaste la sopa?

—Fue… agradable, casi desearía haberla saboreado más.

La delgada sonrisa de Yalia se volvió un poco más obviaTe prepararé otra si quieres. Además, tengo la sensación de que Taran Zhu querrá hablar contigo cuando regrese…se puso de pieSi te dejo aquí… ¿Confío en que no te marcharás?

—No hago promesas…

La sonrisa de la curandera se desvanecióSi necesita un baño, dejaré a alguien en la puerta para que te muestre el caminoSe puso de pie, se inclinó y luego le dejó descansar… mientras esperaba el regreso de Taran Zhu.

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II. El visitante de las sombras




https://youtu.be/fjWaRf27kiA?t=45



Hubo pocas cosas que alguna vez escaparon al increíble escrutinio de Taran Zhu, Señor del Shadopan, especialmente en su dominio. El número de escalones en una escalera, el número de veces que una persona golpea, la forma en que un miembro se quita el sombrero del Shado-Pan <o cualquiera de los otros artículos que usaba la orden> También lo era el arma que sostenía; Un verdadero maestro del arte de la fragua tuvo que haber hecho esta arma. La katana que Nhail había descrito tenía una longitud decente, pero el peso era excelente y el equilibrio fantástico. Una breve mirada a la espada convenció a Taran al igual que su primer toque en la empuñadura del arma.

Conocía bien sus armas. La maza de guerra que había pasado de su abuelo a su padre, y finalmente a él, era un arma de increíble calidad, pero de alguna manera, era un pobre sustituto de la espada que tenía la costumbre de llevar cuando los problemas llamaban al más allá del monasterio.

Dudó antes de acercarse a la puerta de la pequeña habitación del elfo. Había un miembro de la disciplina Omnia que estaba parado afuera, un joven con un moño negro corto y ojos del color del acero. Taran lo conocía bastante bien.

—Iniciado Yang.

Señor ZhuYang se inclinó ante Taran.

Había sido aceptado en el Shadopan hace unos cinco años.

El Maestro Sabio me ordenó esperar aquí en caso de que su paciente necesitara algoSe rio un pocoElla piensa que él podría perderse.

Taran asintió simplementeEl Monasterio es algo considerable. Sus preocupaciones están justificadasYang asintió con la cabeza.

Taran hizo una pausa antes de entrar. Si hubiera juzgado mal las intenciones del errante, probablemente tendría que matar a la misma persona que Yalia había luchado por salvar. Por otro lado, si era correcto en sus juicios iníciales no tenía nada que temer. Pero ese fue un gran ‘si’… ¿Fue suficiente para arriesgar su vida? Supuso que tenía que ser el caso.

La vida de este puesto es un riesgo en sí mismo. Razonó cuando entró en la habitación con las Myrkur en una mano. Nhail estaba sentado en la cama con las piernas estiradas, pero cuando vio a Taran sosteniendo las dagas abrió los ojos al instante. Inclinó la cabeza ligeramente.

Confío en que esta son las armas de la que hablaste, ¿cierto?

Tragó saliva visiblemente y asintió; Levantó las piernas y se puso de pie. Taran era más de un palmo de alto y mucho más imponente con el atuendo de la orden puesto. Las sostuvo hacia adelante con las dos manos. Nhail las tomó, probó el peso y asintió con la cabeza

Están en perfecto estado.

Un momento después, se inclinó y se la devolvióGracias.

Para ser completamente honesto, el maestro estaba algo sorprendido, pero asintió en reconocimiento al gesto del elfo.

Estas hojas… el filo cristalino… son de la calidad más excepcionaldijo en un tono áspero, señalando la silla y la cama.

Las puso al pie de la cama y dado que Nhail no hizo ningún movimiento para empuñarlas, se dio cuenta de que no tenía intención de traicionarlo. Nhail siguió el ejemplo y se sentó en la cama.

Cuando me enfrenté a Thantos en Uldum, uno de los mejores Caballeros de la Muerte de Azeroth, al mismísimo N’zoth o a los incontables sin rostros, Aqir, ignotos o cualquiera de los esbirros de los dioses antiguos, el filo de estas dagas siempre se mantuvieron intactas; nunca supe donde las encontró mi hermano, solo me dijo que las halló en una de sus expediciones por Las Islas Abruptas, ni siquiera los más experimentados Relicarios de mi pueblo supieron decirme su procedenciaSe aclaró la gargantaSin ellas, yo … seguramente …

Taran se encontró con los ojos del elfo mientras se sentaba en la silla de mimbre¿Y qué te enseñaron todos esos encuentros y batallas, Shal’endir?

Este miró hacia abajo por un momento sin encontrar una respuesta, luego giró su mirada para encontrarse con la del maestro. Taran se dio cuenta de que había permitido que la apariencia de misticismo y asombro se desvaneciera. Estaba hablando con un compañero de armas, ¿no? Había ciertas cosas que podían conectar a uno con cualquier mortal.

¿Como obtuviste la cicatriz sobre tu pecho?

Fue un castigo por mi sed de venganza, como todas y cada una de ellas, castigo por no saber controlar mis emociones en cada una de las batallas.

Los ojos de Taran se entrecerraronVeo.

Nhail inclinó la cabeza ligeramenteEs tan injusto que tanto tu gente como la mía fueran golpeadas y masacradas por la espalda y con tanta injusticia… ¿no es así?

Zhu se rió entre dientes aunque no había nada de divertido en aquellas palabrasCierto. Pero tenías una opción en cada pelea y elegiste esas heridas.

Se encogió de hombrosLa venganza… siempre me impulsa hacia adelanteInclinándose, murmuró : — Cada una de mis cicatrices tiene una historia, desde el trono helado hasta las que coleccioné cuando estuve encerrado en una celda, torturado en Ny’alotha o las posteriores en aquel mismo… plano.Su tono de voz, ahora reflexivo.

Taran cruzó los brazos sobre el pechoTe recuerdan a los que ya no están, ¿cierto?

El errante de cabello blanco parecía un poco sorprendido, pero esto no duró mucho. Asintió.

El señor del Shadopan dejó escapar un largo suspiroCiertamente veo en ti una gran ambición.

Sonrió sombríamenteSí, supongo que tiene que ser así. Pero en el momento en que decidí dejarme llevar por el odio y ser el más fuerte, sacrificaba mi propia vida al mismo tiempo.

Taran se llevó una mano a la barbillaDices que tu ambición era convertirte en uno de los mejores de tu propio pueblo, ¿sí? No el más fuerte o el más técnico…

Asintió nuevamenteLa fuerza es un elemento para combatir, y uno importante. Pero es solo un elemento. Incluso el guerrero más fuerte del mundo estaría en grave peligro contra cualquiera que sea más rápido o más inteligente. Y no importa cómo de fuerte eres, o cuán grande es tu dominio técnico, si no sabes manejar tus emociones y en parte es por lo que emprendí este viaje, necesito aprender a manejar mis emociones.Se encogió de hombros una vez másTaran Zhu… tú también empuñas una espada, un arma. ¿Entiendes?

Sonrió un pocoCreo que quizás tengamos más puntos en común de lo que pensaba. Comprendo tus ambiciones y tu objetivose puso de pie y miró por la ventana hacia las lejanas montañas de Kun-LaiMe pregunto…

Se puso de pie nuevamente, pero sin acercarse a TaranEs un objetivo que puedo y debo lograr. No importa cuántos años pase en este continente.

Se apartó de la ventanaDe eso no tengo dudasSus ojos se entrecerraron¿Qué estás dispuesto a renunciar para lograr ese objetivo?

Por un momento sombra del viento no dijo nadaYa renuncié a mi vida en cuanto vestí aquella armadura por primera vez. Un compañero, un futuro… renuncié a eso y más.

Este sentimiento tocó un acorde dentro de ZhuYo tampoco tengo ninguna esperanza de una vida normal. Esta posición lo ha sido todo… la protección de esta tierra, el mantenimiento de la fuerza de combate de esta orden, el frustrar a aquellos que amenazarían la poca paz que disfruta Pandaria… ya veo. ¿Hay algo que nunca renunciarías?

Respondió de inmediatoSi eso significara traicionar a mi nakama abandonaría ese sueñola mirada se endurecióSi… si no puedo defender a los que me importan; si no puedo proteger a mi gente, ¡mi ambición no tiene valor!Esta última parte fue declarada tan enfáticamente que Taran no podía estar en desacuerdo.

Posee una gran ambición, pero no está dispuesto a sacrificarlo todo por ello. Eso es bueno. Tener ambición sin restricciones lo haría despiadado más allá de toda medida, sin embargo, tiene otros que le importan. Taran asintió resueltamente.

En ese caso… tengo una oferta que hacerteEl Señor del Shadopan levantó una mano con cautelaPero antes de hacer esa oferta, me gustaría que veas este Monasterio con una mejor mirada que la de alguien herido en una cama.

Dejando las dagas sobre la cama, condujo al novato a los pasillos del bloque de dormitorios, asegurándose de que el errante de pelo blanco no estuviera demasiado lejos. El lugar era enorme, y había muchísimos más Pandaren de lo que había esperado encontrar en un solo lugar. Por otra parte, esta era su tierra natal, ¿no? Había una gran cantidad de historia detrás de cada uno de estos edificios. Lo había llevado al último piso del dormitorio y luego a algún lugar que llamó el Dojo Ventisca Algente. Tan pronto como se abrieron las grandes puertas, la mandíbula de Nhail se endureció, estos Pandaren eran más rápidos de lo que su tamaño sugiere a la vista, no importaba cuán pesado pareciese alguno de ello… era muy difícil seguirles con el sentido de la vista.

Era una lección que sintió que tendría que aprender rápidamente.

Uno de los presentes de Shadopan, un individuo de pelaje rojo con una cola ligeramente más larga que el resto, evadió una ráfaga de golpes. Inmediatamente, un pesado bastón de bambú golpeó a quien parecía ser un iniciado en la mandíbula.

Recuerda tu enfoque, Tenwu!

Lo recordaré, MaestroEl llamado Tenwu del Humo Rojo se inclinó .

Taran sacudió la cabeza mientras continuaba guiando a su invitado. A pesar de la ráfaga de golpes que se intercambiaron entre los muchos Pandaren, Taran logró atravesarlos ilesos, sin siquiera tomar un suspiro de preocupación o tener que hacer un movimiento para evadir. Por el contrario, El elfo tuvo que esquivar al menos un puño volador y contrarrestó una sonda doble con las palmas de sus manos. Finalmente llegaron a la escalera en la parte trasera del Dojo. Antes de que pudiera seguir a Taran escaleras arriba, el Señor del Shadopan sostuvo una mano.

Espera aquí. Si uno de mi orden te reta puedes defenderte, pero no busques problemas.

Tienes mi palabraaceptó esto y subió las escaleras.

Si lo que le había dicho antes era correcto, difícilmente atraería la atención deseable hasta que ganara el respeto del Shadopan en el monasterio o su confianza. No tenía ninguno, y solo la buena voluntad de Taran Zhu y Yalia lo habían mantenido vivo hasta el momento.

Hubo murmullos creciendo en el pasillo y se dio cuenta de que los Shado-Pan en duelo comenzaban a desviar su atención el uno del otro y que ahora él era el objeto de su enfoque. Cerró los ojos y escuchó todos y cada uno de los golpes que se intercambiaban. Contuvo el aliento lo suficientemente. Estos Pandaren habían entrenado a un nivel asombroso de habilidad. ¿Es esto lo que Taran Zhu podría ofrecerme? ¿La oportunidad de aprender de su orden tal vez?

Muy poco en este lugar parece que ocurre frívolamente. Abrió los ojos y miró el dojo con mayor escrutinio. Estos Pandaren eran luchadores excepcionales y definitivamente pondrían en fuga a muchas unidades marinas si alguna vez entraban en conflicto. Respiró hondo y sintió los olores de adrenalina y sudor en el aire. El sudor sigue siendo sudor. Un pandaren espeso salió de repente de aquellos que estaban en duelo y evaluó a Nhail. Llevaba un sombrero similar al de Taran, pero si el porte de Taran había sido severo… los Pandaren que se acercaban a él parecían aún más.

Trataban de intimidarle. El guerrero Shadopan lo evaluó y el invitado hizo lo mismo a su vez.

¿Se supone que debes estar aquí, forastero?El guerrero le preguntó con frialdad, su voz severa.

Respondió tan respetuosamente como pudo

Seguí a Zhu aquí por su invitación.

Uno de los Shadopan cercanos se quedó sin aliento. Claramente su respuesta había sido interpretada como ofensiva de alguna manera. El guerrero entrecerró los ojos, ojos fríos apenas visibles entre la máscara que llevaba y el enorme casco sobre su cabeza.

Todos tenemos que ganar nuestro lugar aquíespetó decisivamenteNo aprecio la insolencia. Así que seguiste a Taran Zhu, pero no has hecho nada para merecer estar en este dojo.

Yi, tú nunca aprecias nada

Una voz habló desde la pequeña multitud que se había reunido detrás del guerrero corpulento. Si esto era parte de una prueba de Taran, bueno… en cuanto a Yi, lanzó una mirada fulminante a quien había hecho el comentario ofensivo.

Entonces tu nombre es Yirespondió NhailBueno.

¿Qué tiene de bueno eso?Yi gruñó .

Ayuda saber el nombre de tu oponentesonrió sin miedo.

La mirada entrecerrada de Yi se hizo pronunciada.

Te pelaría, extraña persona de cabello blanco, pero primero… debería saber también tu nombre.

Tú puedes llamarme Sombra del Viento.

Recordaré ese nombreYi miró a los que estaban detrás de él¡Guardia negra, despejad el anillo!

Hicieron lo que Yi le había ordenado. Nhail vio a Lao-Chen, quien respiró hondo y suspiró ante el proceso.

El desafío ha sido emitido según las costumbres del Shadopan.

Una voz retumbante hizo eco en todo el Dojo de la Guardia Negra y este se volvió para ver quién lo había emitido. Un pandaren alto y ágil.

—El protector Yi se enfrentará, no se permitirán armas.

Yi frunció el ceño cuando se hizo el anuncio de ‘no armas’, pero el enorme guerrero se quitó la cubierta del hombro y entregó el escudo y el arma a dos Pandaren de aspecto más joven que aparentemente aparecieron a su lado de la multitud. El elfo mantuvo la sonrisa en su rostro enfocándose en su oponente. Estaba siguiendo la orden de Taran, respondiendo al desafío pero sin buscar problemas.

Más bien… el problema lo había encontrado como a menudo parecía hacer.

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Desperté, en lo que habían parecido siglos, bajo una lona de color verdaceo. La luz atravesaba, ardientemente, la tela del techo así como lo que parecía ser la entrada, intente recostarme pero las fuerzas me fallaban aunque pude comprobar que estaba encima de una camilla blanca, mi armadura había desaparecido y apenas llevaba puesto unos pantalones largos y vendas, muchas a decir verdad.

La cabeza me dolía horrores, intente sujetarme la frente con la mano pero un Clac metálico me lo impidió. Sujetándome con fuerza estaba enganchada a mi brazo la ferropea de unas cadenas que se anclaban en el suelo, dándome a entender que estaba preso, otra vez. Echándome en la camilla viendo el estado en que me encontraba rememore los últimos días, la batallas en Nyalotha, el recuerdo de Nissela, Saldienne tendiéndome la mano, la corrupción y su posterior batalla contra Aiden, la lucha contra N’zoth y la luz cegadora. Si, era un hecho que llevar las cadenas era el menor de sus males, tras lo acontecido no entendía ni porque seguía vivo.

Un escalofrío le recorrió la nuca y sintió como si una presencia le observase. Un eco lejano de una voz le hablo.

  • Tu hora no ha llegado, héroe.
  • ¡¿Quién anda ahí?!

Se incorporó del sobresalto pero las cadenas tiraron de él dejándole un bonito moratón en la muñeca. De pronto una pandaren se acercó rauda a su camilla por el sobresalto, parándose en seco al ver quién era el paciente en cuestión.

Veo que has despertado, llevamos mucho pensando que no saldrías con vida. ¿Puedes levantarte?

Con cansancio, un mechón de pelo en su cara y cara de pocos amigos respondió:

  • No, el complemento cosmético que me habéis puesto me lo impide
  • ¡Perfecto! , veamos esas heridas
  • Un momento, ¿A qué te referías con mucho? Que ha pasado en Nyalotha debo volver al combate.

Ojiplatica miro a la cara al elfo para luego mirar sus heridas y acabar otra vez mirando su rostro.

  • N’zoth ha caído no hay lucha a la que volver y aunque si fuese tenemos la prohibición de dejarte marchar. No nos metemos en política pero llevas cerca de un mes inconsciente dábamos por hecho que ibas a morir tarde o temprano, después de todo si escuchamos los rumores…comandante.
  • Los rumores…
  • Si
  • Ya veo… ¿Qué rumores?
  • Unos dicen que lideraste la carga y caíste en batalla, otros que los abandonaste y huiste, aunque claro esta no fue así, y por último que te uniste al enemigo en sus filas.

Un silencio recorrió la tienda por unos momentos antes de que el paladín pudiese atar cabos.

  • Entonces lo de quitarme las cadenas como que no. ¿Verdad?
  • No -La pandaren dio un paso atrás- tenemos prohibido dejarte…
  • ¿Por favor?

Las cadenas se estiraron con los movimientos del paladín y se soltaron un poco de la tierra donde estaban sujetas. Suelo arenisco, seguía en Uldum al parecer para su mala suerte.

  • ¡GUARDIAS!
  • Esto me está sonando demasiado.

Por la entrada pasaron con armas en ristre dos terraneos a toda prisa, ya enfrente suya apuntaros sus armas, sendos martillos de guerra, hacia el paladín. Estaba claro cuál era la situación, la corrupción que había llegado a sus venas ponía en peligro a Azeroth y debía ser juzgado por ello. Los susurros, ni él creía que eso era escusa, como un crio había caído en una trampa que le habían tendido, ensimismado por un recuerdo que le atormentaba que llevo a caer, matar y poner en peligro a los suyos. Si no fuese por Aiden quien sabe que podría haber ocurrido.

Los terraneos empezaron a hablar entre ellos en un idioma que no entendía, señalándole cada vez más. El paladín intento alzar las manos pero, lo que consiguió fue romper las cadenas con una espada de injusticia. Asombrados todos por lo ocurrido alejo la mente del paladín en estado de shock, pasando el tiempo lentamente.

La pandaren salió corriendo de la tienda, sus cadenas, ahora rotas, crepitaban en el suelo tras recibir el ataque, los enanos enfurecidos dieron un respingo pero pronto alzaron sus mazas. Lo último que recordó fue un fuerte golpe en la sien y una voz.

  • Tu hora no ha llegado, héroe.
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Dojo Ventisca Algente, Monasterio Shado-pan, Cumbre Kun-Lai




https://youtu.be/t8xeOzuV6Ns





Taran llegó al santuario interior del Dojo y vio que el Maestro Ventisca Algente había asumido una postura meditativa inusual. La edad no había sido amable con él… él que una vez había lucido orgulloso su pelaje negro, convirtiendo los círculos negros alrededor de sus ojos en gris y su moño negro ahora plateado. Los ojos del Maestro de la Guardia Negra estaban fuertemente cerrados, se paró sobre su pierna derecha y la pierna izquierda apretada contra ella para mantener el equilibrio. Tenía los brazos sobre el pecho, las palmas juntas y la energía verde del poderoso Chi le recorría los brazos y las piernas. Taran asintió en reconocimiento del impresionante enfoque de su compañero. Pocos habían dominado estas artes como él. Ventisca Algente respiró hondo cuando el maestro se acercó a donde estaba parado.

—Señor Zhu… ¿sucede algo?

— ¿Debe ser algo importante para que podamos hablar?

— Supongo que no tiene que ser así.

Sus ojos se abrieron, espirales de color marrón oscuro; la mirada de Taran se desplazó de inmediato a la cicatriz entrecruzada sobre el ojo derecho de Ventisca.

Pero según la manera en la que llegaste aquí, tienes una pregunta que no tiene una respuesta fácil.

Taran dejó escapar un largo suspiro — ¿Era tan obvio viejo amigo?le pareció que los ruidos de los duelos entre los estudiantes del nivel inferior habían cesado. Por el momento no le importaba.

Sonrió un poco, una expresión rara dada su disposición normalmente pedregosa —Te conozco más tiempo que nadie aquí. Por lo tanto fue algo obvio para mí— La sonrisa se desvaneció¿Cómo puedo servirle, Señor Zhu?

Taran se aclaró la garganta y habló con firmeza, aunque no tan fuerte como los que estaban fuera del dojo —El extraño ha despertado, Ventisca, y tiene una disposición poderosa. Conoce bien el arte de las dagas y tiene nociones básicas sobre los elementos pese a su corta edad— Ventisca no dijo nada, sino que asintió con la cabeza. Taran continuóSu nombre es Nhail Shal’endir y está repleto de ambiciones.

—Veo— Algente murmuró, sosteniendo una mano sobre su bigote —Sin embargo… no tiene una respuesta sobre cómo llegó aquí, no lo recuerda, intuimos que se topó con algún Mogu sobre su dragón Nimbo o pasó desde el desconocimiento cerca de donde habitan los Yaungol. Pero solo son intuiciones por la enorme huella y la herida en su hombro.

— ¿Está el aquí?La voz de Ventisca era cautelosa, baja.

—Lo invité a seguirme, sí— Antes de que Algente pudiera responder, se escuchó un gran ruido, seguido de la voz retumbante de una pandaren. Taran conocía esa voz bastante bien — ¿Chao?murmuró.

Los ojos de Ventisca se abrieronQuizás… invitarle aquí no fue la decisión más sabia.

— ¿Es porque tus guerreros carecen de disciplina?— Los ojos de Taran se entrecerraron sospechosamente.

Ventisca no se ofendió por esta observación.

—Nuestros guerreros no carecen de disciplina, Lord Zhu, pero tuvieron que ganarse su lugar aquí. El extraño no… Todavía no.

Respiró hondo. Lo entendió de inmediato — ¿Entonces propones que haga lo mismo?

Si quiere aprender las artes de combate de nuestra gente, de nuestra orden, entonces debe hacerlo, Lord Zhu— declaró concluyente

Taran Zhu comprendió —Muy bien. Terminemos cualquier duelo que haya tenido lugar— Suspiró profundamente cuando el sonido de los golpes que se intercambiaron comenzó a llegar a los niveles superioresVentisca… me disculpo, pero había un motivo en traerlo aquí.

Las gruesas cejas de Ventisca se alzaron mientras esperaba una respuesta. El señor del Shadopan confió esa respuesta cuando este se acercó a las puertas entre el santuario superior y el nivel inferior del Dojo.

—Es un guerrero. Su gusto por el combate debe ser estimulado… y si ve lo que puede aprender de nosotros, tal vez su ambición se agudice.

— ¿Quieres que un extraño se una al Shadopan?— cruzó los brazos sobre el pecho —Que interesante— claramente pensó que esto era una especie de broma, basándose en el tono empleado.

—Las flores están a punto de ponerse rojas— Dijo fríamente —El destino nos lo entregó en nuestras manos en un momento oportuno, al menos para él. Si se demuestra digno…

Los brazos de Ventisca bajaron a su lado y él asintió con fuerzaYa veo. Pero tal vez le estás dando a este desconocido una ventaja de la que carecen todos los demás.

Los ojos dorados de Taran se entrecerraron —La diferencia entre él y todos los otros Pandaren que tomarán la prueba es que él conoce el combate y ha sobrevivido a muchas batallas. Está en sus huesos.

Acercó una mano a la puerta cuando el sonido del combate se intensificó —No puedo cambiar de opinión sobre esto, Lord Zhu. Eso lo veo— Sus ojos cerrados —Todavía…

Hubo un fuerte grito y un sonido de aplausos desde abajo.

—Continuaremos esta discusión más tarde, Ventisca. Pero tienes razón, mi decisión es firme.

Ventisca Algente abrió las puertas y Taran inmediatamente hizo un balance de la situación en el dojo. El Shadopan de abajo había despejado el anillo de combate y sus ojos se abrieron al ver quién estaba en el centro. El protector Yi estaba parado en un extremo lamiendo su mano… la sangre se arrastraba desde esa mano hasta el piso del dojo. Nhail, por el contrario, estaba jadeando, pero parecía ileso. No estaba acostumbrado a pelear sin Myrkur y no tenía ninguna noción sobre el elemento del viento para usarlo a su favor.

—Confío en que tengas algún tipo de explicación para esto— La voz de Taran se volvió dominante y tanto Nhail como Yi se volvieron hacia él. No fue una pregunta — ¡Hablad!

Nhail jadeó por respirar. Taran le había dicho que estaban en las montañas, pero no tenía idea de qué tan alto hasta ahora. Ni siquiera Hyjal o Cuna del Invierno eran tan altas pensó para sí mismo. Antes de que pudiera emitir una defensa de sí mismo, Yi habló, su voz profunda se extendió a través del dojo hasta Taran que estaba en la barandilla.

—Emití el desafío, Señor Zhu— Yi habló en voz baja sosteniendo su mano heridaSi hay alguna culpa aquí… me pertenece.

Nhail se sorprendió por un instante. Qué desinteresado de su parte… pero supongo que Taran Zhu tenía una razón para interrumpirle.

—Veo— Las fosas nasales se dilataron y sus ojos dorados se clavaron en el iniciado. Un fuerte suspiro escapó del imponente Pandaren — ¿Y le respondiste, Nhail?

—Respondí el valioso desafío que se había emitido— varios de los Pandaren de aspecto más joven dejaron escapar un silbido de conmoción e ira, hasta que este se inclinó —No fui a buscar esta pelea.

Zhu inclinó la cabeza en un leve asentimiento y luego bajó el tramo de escaleras a su derecha —Tu duelo tendrá que ser suspendido por el momento. El Maestro Ventisca ha traído un punto incómodo— Taran finalmente llegó al nivel del suelo y miró con otra mirada desafiante —Te lo explicaré. Pero no aquí.

Asintió profundamente —Muy bien.

Atravesó el anillo y se dirigió hacia la puerta, pero antes de seguir al Señor del Shadopan se llevó la mano al puño y se inclinó ante Yi —Hasta la próxima, Yi.

La expresión de Yi era implacable pero había una luz feroz en sus ojos —Hasta la próxima… Sombra del viento— ¿Había respeto en la voz de Yi? No estaba seguro .

El elfo siguió a Taran, ignorando las miradas que recibió. Si iba a quedarse no tendría más remedio que ignorarlos. Tenía la sensación de que ponerse nervioso en sus dominios era una forma rápida de acabar destripado por las extrañas armas que manejaban los Pandaren. Y no tenía interés en morir hasta que lograra su objetivo. Tan pronto como dejó el dojo, casi chocó con Taran que estaba afuera de brazos cruzados.

—Me alegra ver qué hiciste caso de mi consejo— una pequeña sonrisa cosquilleando en las comisuras de sus labios.

—No tenía sentido desobedecerle— Murmuró.

Planteó otra pregunta después de unos segundos —Entonces… ¿cómo Yi llegó a esa lesión?

—Le hice tropezar usando su propio peso pero Yi cogió una lanza cuando intentó recuperarse incumpliendo las normas.

La sonrisa se hizo un poco más obvia No es fácil equivocarse. Lo hiciste bien.

—Me pregunto cómo pudo haber terminado nuestro duelo— admitió antes de darse cuenta de que la mirada de Taran se había vuelto muy desaprobadoraLo siento.

—No te disculpes. Está en tu naturaleza preguntarte cómo pudo haber sido un duelo, y el mío también— comenzó a caminar de regreso a la mayor parte del Monasterio. Nhail lo siguió y el maestro volvió a hablar —Hay un ritual que solo se puede realizar una vez cada siete estaciones. En ese ritual, muchos Pandaren buscan demostrar que son dignos del derecho de ingresar a nuestras filas. Vienen de todas partes de esta tierra, de los bosques costeros y las llanuras centrales, de granjas, campos y astilleros— dejó escapar un largo suspiro — ¿Qué ves en los árboles Nhail?

Hizo una rápida observación. Los tonos rojizos estaban presentes en los tallos de la mayoría de las hojas… un efecto impactante. No lo había notado antes

—Las hojas se están poniendo rojas.

Taran asintió y se detuvo en la base de uno de esos árboles, agarrando una hoja y arrancándola de una rama baja.

—Las flores llegarán en dos días, los primeros retadores han llegado, pero no se les permitirá ingresar al Monasterio hasta que se les abran las puertas. Hay otros en camino… y comenzar el juicio ahora sería un mal servicio para aquellos que no podrían comenzar su viaje hasta hoy— Había una pequeña y triste sonrisa en el rostro de Taran y el Señor del Shadopan se sentó con las piernas cruzadas debajo del árbol bajo el cual estaban parados. El enorme Pandaren le indicó que se sentara.

A lo lejos se encontraba Yalia meditando en un estado de paz y tranquilidad, fusionándose con el elemento del agua bajo la cascada, levitaba sobre ella, Nhail no podía creer lo que estaba viendo, cada día en este lugar era un regalo, como un mortal podía jugar de esa manera con los elementos, no podía llegar a imaginar cuantos días, semanas, meses y años de estricto entrenamiento debió pasar para llegar a tal estado. Si quedaba alguna duda, la imagen de Yalia la borró de inmediato. El errante esperaba llegar a ese estado sin importar el tiempo que tuviese que pasar y sacrificar en el continente de Pandaria. Estaba tan maravillado… con la de cosas inimaginables que había presenciado en la última década y esa imagen le sorprendió como si de un niño pequeño se tratase.





—Basado en lo que he visto… en el énfasis que estos Pandaren ponen en el combate marcial, supongo que esta prueba es bastante letal. Supongo que esta prueba de su orden es peligrosa.

Taran contuvo el aliento entre los dientes y exhaló —Correcto. No todos los que la inician sobrevivirán. Aquellos que sobrevivan al juicio tendrán la opción de unirse al Shado-Pan, de jurar ese juramento de servicio para defender esta tierra y su gente contra aquellos que los oprimirían— Se encontró con los ojos del elfo — Tú eres un extraño en esta tierra. Puede que no te des cuenta de lo que implica nuestra orden y sus votos.

—Quiero aprender Taran Zhu. Lo que vi en ese dojo…— sonrió —Tu gente no pelean como los de mi mundo, quiero aprender a utilizar los elementos, mis emociones sin depender de ningún tipo de arma, quiero poder pelear con la mente, espíritu y desarrollar cada uno de mis sentidos— apretó su mano derecha y los nudillos crujieronSi volviera a mi mundo y me enfrentara a los enemigos que me llevaron a este lugar, perdería. ¿Y qué significarían mis ambiciones?Se encogió de hombros esperando que Taran lo entendiera.

—Veo que tu ambición arde intensamente, pero quizás deberías ser más paciente.

—No sé si soportaré siete estaciones— señaló —y no siento que permitas repetir retadores.

Taran resopló —Qué interesante que ya te hayas dado cuenta de eso— Su expresión se volvió duraNo, no lo hacemos. Cuando se emite el desafío también se da la oportunidad de alejarse. Pero a quienes lo hagan nunca se les permite volver al Monasterio.

El Monasterio estaba en una ubicación alta y sus pulmones no se habían adaptado todavía.

—Hasta que acepte tu desafío no estoy permitido en ese Dojo, ¿verdad?Zhu sacudió la cabeza. Nhail suspiró y luego se inclinó —Tomaré tu juicio cuando llegue el momento, Taran Zhu.

La mirada del maestro se endureció y luego asintióNo te echaré del Monasterio por completo. Pero en dos días tendrás la misma opción que todos los que se apiñan fuera de las puertas del MonasterioExtendió una mano con la palma hacia arribaSi no participas en la Prueba de las Flores Rojas, no podrás quedarte aquí. Pero si aceptas y tiene éxito… entonces puedes aprender de nosotros— Sus ojos se encontraron con los de Nhail¿Son aceptables esos términos?

—Lo son, maestro.

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Las últimas palabras de Sarkareth,no habían hecho otra cosa,que afianzar sus propias conclusiones…
El trayecto hasta aquel punto había sido tortuoso,no solo a nivel bélico,también a nivel emocional.
Desde que salió del extasis,había tenido que ascender por un escabroso camino,preñado de altibajos.
Todos sus recuerdos estaban anclados a su formación como soldado,no recordaba otra cosa que las rutinas,los ejercicios y los combates. Allí,en Aberrus descubrió que era una creación más del laboratorio de los horrores de Neltharion. Aunque ya lo sospechaba,por las cosas que iba descubriendo de la mano de la escomandante Pavethal, y el propio Eybissian,tener la certeza,fué como si algo se quebrase dentro de su ser.
Pensó que si para el había sido así, para Sarkareth y los suyos habría supuesto un auténtico mazazo.
Afortunadamente para todos ellos, tenian un lider apto para dirigir a su raza. Pavethal había recorrido un camino similar,y la esperanza,la compasión, y el deseo de crear un hogar para todos ellos, ponía el colofón,al desolado camino recorrido.
Ciertamente Belzareth seguía siendo un soldado,y la guerra contra los primalistas estaba lejos de terminar. No obstante,el camino a recorrer era diferente. Nadie le obligaría a luchar persé,podia elegir a quien,como y donde combatir. Por primera vez,desde que fuese arrancado del extasis,se sentia completo. Tenía un pasado que no se podía obviar,sin embargo el futuro…aquello era otra cosa,y ahora elegiría su camino.
Alli,en las oscuras profundidades de Aberrus,y ante el cuerpo del caido Sarkareth,se juró a si mismo,que trataria de llevar una vida diferente,y dedicada a servir a ese desconocido Azeroth,del que sus nuevos camaradas,hablaban maravillas.
Continuará…

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