Llamar “desgraciado” a alguien roza el insulto. Obviamente no es un insulto muy grave, no es un insulto de odio, no creo que nadie quede traumatizado de por vida si lo llaman desgraciado, pero roza el insulto.
Puede que no fuera la intención del OP insultar a esa persona. En un chat de texto no ves intenciones, ves las palabras. Quizá debería haber usado otras.
Además si el tono de la conversación de chat tenía el mismo tono agresivo que el mensaje que ha escrito, no me extraña que la gente se lo tome como un insulto. En comunicación el contexto lo es todo.
Aprovecho para comentar que no pretendo decirle a nadie cómo tiene que hablar o relacionarse con el mundo. Pero somos mayorcitos para aceptar las consecuencias. Si expones tus opiniones de una forma agresiva y poco respetuosa, estás sacando muchas papeletas para que la comunidad te responda de una forma agresiva y poco respetuosa. Tus elecciones, tus consecuencias.
Sí. Y para aceptar que vamos a escuchar/leer cosas que nos pueden ofender. Son cosas de la libertad de expresión. Insisto, si el baneo ha sido solo por eso, el pielfinismo de la comunidad del wow, es verdaderamente preocupante.
Si me lo dijese algún amigo o familiar, me molestaría pero, merece la pena ofenderse por lo que diga un random? Lamentablemente, vivimos en la época en la que todo el mundo está buscando algo con lo que ofenderse o victimizarse.
he visto algunos mensajes tuyos por el foro, nunca te conteste directamente, simplemente te ignoraba, creo que tomarte un descanso de esto te vendrá bien.
Lo que abogas es por la censura, por lo que parece. Esto se ve mucho últimamente. Si no dices exactamente lo que yo pienso, voy a prohibir que lo digas.
No, si tú puedes decir lo que quieras, pero cuidado con salir a la calle y decir “lo que quieras a la gente” porque, se puede dar el caso, de que tengas que ir al dentista después.
¿Pero que forma es esta de reducir tu argumento al más afilado de los absurdos? Tú has especificado que eres un noble defensor de la “libertad de expresión” alegando que:
Bajo tu prisma (herrado) puedes utilizar tu libertad de expresión para decir a las personas improperios velados; yo lo apoyo, pero antes, has de firmar (como he hecho yo) con la Diosa del sentido común que, si aceptas tu libertad de expresión aceptarás también la libertad de reacción del individuo a quien te diriges. Tú me puedes decir que soy mala persona por no enseñar a mi hijo a no sé qué, pero también te puedo meter en vereda a ti. Refugiándome, claramente, en nuestros dogmas de libertad de expresión.
¿Viste el vídeo del caranchoa? Pues, a grandes rasgos, tú podrías ser el que no es repartidor.