Caminantes de las fauces

Al fin vamos a iniciar el ataque… Pienso arrancarte la cabeza, Sylvanas. Lordaeron no olvidará lo que le hiciste. Envainando sus hojarrunas se levantó decidido.

Bien, hora de acabar con su miserable existencia.

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Agujas de la Ascensión

Las Agujas de la Ascensión, un lugar del cual no guardaba un buen recuerdo precisamente. Aunque habían limpiado el complejo aún eran visibles las cicatrices de los aciagos sucesos que allí se sucedieron no hacía demasiado. Agujeros en las paredes donde engrilletados prisioneros eran retenidos, marcas de uñas de los afligidos rasgando las paredes de puro dolor, marcas de desgaste del roce de cadenas y lo que más le hizo encoger su estómago, una humilde palmera cuyo tronco estaba extrañamente dañado, con sus fibras abiertas y teñidas de un oscuro carmesí, al igual que las juntas de las baldosillas del suelo bajo este.

Ese dolor… ¿Fue aquí donde te retuvieron verdad?.

Eso me temo Kleia… no puedo olvidar esa condenada palmera.

Entonces lo que hay entre las baldosas es tu… acalló.

Si, es mi sangre, no tuvieron un buen trato conmigo… ni con nadie en verdad.

Y aún así los perdonas…

No sabría decirte, quienes se ocuparon de ello están muertos, en cuanto al resto… no fueron más que simples peones en la gran partida que se anda jugando en este momento.

Una partida que no nos podemos permitir perder…

Llegaron al fin a la gran plaza bajo la mayor campana que jamás hubiera visto donde antaño el inmenso vigía ofreciera resistencia a su avance, ahora en un ambiente abruptamente distinto al que recordó y aún así recordaba los desafortunados hechos que vivió allí cuando al mirar a lo alto de la enorme pared veía en pensamientos la caída de Devos.

¿Me has escuchado?. Llevas un rato en otro mundo. Parecía algo molesta.

¿Eh?.. Perdona, solo estaba recordando una… cosa, si.

Céntrate en lo que tienes frente a ti ahora, no pocos quieren hablar contigo respecto a vuestras hazañas y además, Argent y Valerie estarán esperándote también, así que no pierdas el tiempo que pronto tendremos que subir.

Entiendo, nos vemos Kleia.

Estaré arriba junto a Pelagos, no lleguen tarde. En cuestión de un pestañeo desapareció de su vista.

Urg… no es que me guste las reuniones de “alto calibre” pero… tendré que acostumbrarme a ello mientras siga aquí, parece que me he hecho un nombre y… por algún motivo me gusta… Negó con la cabeza. Que idiotez, suena como el final de una de esas empalagosas novelas románticas de Dalaran, solo falta que derrote al Carcelero con el “poder de la rectitud” y acabe casándome con una “hermosa fémina de perfectos atributos” teniendo una “multitud de hijos”…. ¡Bah!, yo teniendo hijos, eso si que es ridículo.

No soy el más adecuado para hablar de hijos pero… por muy “empalagoso” que suene es un plan que suena más que convincente.

¿Argent?…. ¿Por que pensaré en voz alta?.

Se lo que han estado haciendo en Bastión, enhorabuena por acabar una asquerosa guerra.

Yo solo ayudé un poco, sin ayuda de todos no hubiera sido posible y… Escuché de vuestras hazañas en Korthia y Torghast, no tuvo que ser fácil lograr hacerse con el acceso a ese “Sagrario”.

No lo fue, pero más difícil será lo que en su interior nos depara. Se que esto será duro pero… prepárate para el futuro asalto a este… es posible que Sylvanas o el mismísimo Carcelero nos espere allí.

E incluso ese viejo demente. Pensó ahora si, en silencio.

Que me dejes en paz. ¡Plasta!. Una aquejada voz fémina… debía ser…

¡No puede ser!. ¡Están los tres juntos, frente a mí!.

¿Eh?. ¿Y este quien es?.

Al fin han llegado… enhorabuena a los dos por sus hazañas y… ¡Quieres dejarme en paz!. ¡Pesado!. Agitó violentamente la pierna para quitarse al Administrador que más bien parecía una lapa en el casco de un barco.

Veo que tienes un nuevo amigo Valerie.

¿¡QUE VA A SER MI AMIGO!?. Es un condenado acosador que no me deja vivir, desde que me vio se abalanzó y no me ha dejado de seguirme.

Soy Stanikos, vuestro fan numero uno. Desde que llegaron os he seguido recopilando todo lo posible de ustedes… prestado por supuesto… ¿Puedes firmarme esta página del periódico que leíste la primera vez que viniste?.

Es algo siniestro que tengas algo así de alguien pero… está bien. Le notó bastante incomodo.

¡OOOH!. Le birlaban los ojos a la que le firmó el pedazo de papel medio arrugado… estaba dejándole mal cuerpo.

Se le acercó… Maldición. Tu debes ser Drethz, el valeroso enano que aplasta a nuestros enemigos con el poder de la Luz. Imitaba golpear enemigos con una maza imaginaria de una forma un tanto fantasiosa.

“Valeroso” es una palabra que no creo que se ajuste a mi y… si, se podría decir que ese soy yo.

¿Puedes firmarme un autógrafo por favor?. Recogí este papel escrito con muchos garabatos de esa malvada torre.

¿“Papel escrito con garabatos”?. Te lo firmaré pero… primero quiero leer esos “garabatos”.

¡Claro!. Voy a tener los autógrafo de mis tres héroes.

¡No pienso darte mi autógrafo!. Grábatelo en esa dura mollera que tienes como cabeza.

No seas tan dura, es tu fan numero uno, deberías dárselo.

¡JAMAS!.

Ignorando la conversación de sus compañeros abrió el “papel” desvelando un largo mensaje escrito en runas.

Tu otra vez no… Empezó a leer.

Zovaal está a punto de lograr el último sigilo, uno que reside en el mismo corazón de Oribos. Quiero hacerte entender que, pese al frío encuentro que tuvimos en las Salas Carmesíes la oferta que te abrí sigue vigente, se que pronto nuestros caminos volverán a juntarse más allá de las Fauces. Espero que hayas reconsiderado mi proposición y te unas a nosotros. Se que los planes de Zovaal no son los más “correctos”, pero nos otorga el poder necesario para acabar con ese condenado Espectro y toda amenaza que ose amenazar Azeroth. Si su plan logra materializarse nos otorgará el poder de Azeroth, al fin lograremos acabar con esas malditas facciones y sus ridículas guerras pero antes te depara una última prueba, el Sagrario de Dominación, donde Zovaal ha ordenado a esa putrefacta Alma en Pena que proteja la Torre a cualquier coste, tráeme su cabeza en señal de victoria. Te deseo suerte y fortuna hasta que volvamos a vernos. Att: D.M.

Apretó el puño arrugando el papel arrojándolo con ira. ¿¡Pero quieres dejarme vivir?!.

¿Oye estás bien?.

¿Que si estoy bien?… Mejor que nunca… Rió desquiciado. No me lo estas poniendo fácil, condenado carcamal demente.

¿A que viene eso?. Seré un señor, pero de demente nada.

No me refería a ti Argent… es un viejo “conocido” que me lleva por la senda de la locura.

Así que conoces al mortal que se ha unido a las fuerzas del Carcelero… ten cuidado, quienes les ha visto a duras penas han logrado regresar con vida, apenas sabemos nada de quien es o de donde vino pero… debe ser eliminado junto al resto de Jurafauces y Sylvanas.

Me temo que si y… no se que hacer, de verdad, se que tenemos que acabar con el pero por otra parte…no se si seré capaz de ello. Incluso tras casi matarme no se si seré capaz de hacerlo Valerie… Es ridículo que sienta un ápice de compasión por alguien así… y sin embargo temo acabar como el.

El que tengas compasión por alguien así es muestra de que te has alejado del camino que el recorrió, joven.

Ambos saben quien es y su relación conmigo… ¿Verdad?.

Es mejor que no nos explayemos mucho con ello, ya casi deben estar a punto de comenzar la ceremonia y estamos invitados a tal solemne acontecimiento pero… un camarada cuyo contacto le chivó cierta información nos ha puesto al día de dicho mortal.

Condenado pícaro… estás en todas incluso en Azeroth… Masculló para sí. Llegado el caso… ¿No me juzgarán por lo que le haga verdad?. Se lo que le llevó a ser lo que es y siento que debo… liberarlo de su sufrimiento.

Su afligida alma merece al fin su destino en las Tierras Sombrías… es un noble pensamiento que apoyaré.

Es un enemigo que debe ser eliminado. ¿Como voy a recriminarte que lo mates?.

Gracias, es algo que necesitaba conocer, aún así me temo que cargaré con ello, no será fácil y… vaya si te has “explayado” Argent. Tomó del suelo el arrugado papel y lo guardó en su bolsillo. Siento lo de antes, me siento mejor ahora que tengo su apoyo.

Ya sabes como es este viejo verde… y para eso estamos.

A su alrededor los invitados empezaron a alzar el vuelo hacia lo alto del complejo.

Dejen sus batallitas y subamos de una vez.

¿Se van ya?. Quiero tu autógrafo.

¿Es que seguías aquí?. Miró al Administrador de ojos brillantes.

Claro. ¿Como iba a dejar ir a mis héroes?.

Tenemos que ir a la ceremonia… luego te firmaré un autógrafo en algo más digno.

¡Si!. Autógrafo para Stanikos de sus héroes. Lo guardaré como oro en paño.

Se alejó poco a poco del “fan”, del cual pareciera emanar una siniestra aura a su alrededor, para su suerte vio cerca a Xandria a la cual sin mirar atrás se acercó.

¿Podrías subirnos a lo alto?. Me temo que aún no tenemos alas.

Por supuesto. ¿Los demás están… junto a Stanikos… Le cambió abruptamente su voz y suspirando frustrada le tomó y no poco después a los otros dos mortales y se elevó hacia lo alto.

Es el ser más pesado que he conocido en mi vida, tardas más y lo desplumo.

Stanikos puede ser cuanto menos… especial, pero de gran corazón, Valerie.

De gran corazón que le arrancaré como siga pegándose a mi cual lapa.

Dechada y enano suspiraron al escuchar tal intención.

En lo alto de las Agujas de la Ascensión.

Arconte, familiares y no tan familiares rostros tanto Kyrianos como Abjurantes hablaban y aguardaban allí a quienes aún no habían llegado. Kleia no tardó en llegar, pero Adrestes demoraría un poco, tiempo que aprovecharon para intercambiar agradecimientos entre ellos y los mortales, algo que aunque le incomodó un poco le… agradó.

Finalmente frente al conducto de anima Adrestes accedió a liderar el nuevo Templo y lo más importante, al fin entre los cinco Dechados forjaron un nuevo sigilo, el sigilo restante que no sabía la suma importancia que en un futuro cobraría.

Tras finalizar la ceremonia las felicitaciones al nuevo Dechado se sucedieron, una vez que los mortales le congratulasen se retiraron al borde de la plataforma.

Al fin tenemos los sigilos, ¿Y ahora que?. ¿Nos tendremos que enfrentar al Carcelero?.

No seas impaciente Valerie, debemos ir con cautela, y más ante alguien así.

Creo que sigue adelantado Argent Sacó el arrugado papel y se lo dio al paladín. Pero creo que nos encontraremos con una… “conocida”.

El humano estiró el papel e intentó entender lo que ponía. No entiendo demasiado lo que pone ¿Podrías traducírmelo?.

Ah claro, en resumen, que Sylvanas ha tenido que dejar de serle útil y esta en la torre.

¡Ja!. Así que Sylvanas no es más que un juguete roto del carcelero, tengo ganas de arrancarle esa mugrienta cabeza.

Todos le tenemos ganas Valerie, pero no debes subestimarla pero si, tendrá que responder por sus actos.

Disculpen. ¿Están ocupados? Se les acercaron tres de los Dechados. Xandria, Thenios y Chyrus.

Si tienen un momento quisiéramos hablar con vosotros.

Claro Xandria, ¿Que tienes que contarnos?. Argent pareciera haberse autoproclamado portavoz del grupo.

Hemos seguido desde que llegaron sus hazañas, cada uno ha demostrado los rasgos que un kyriano debe seguir para realizar la sagrada labor para la que fue destinada pero… todos han sobresalido en un rasgo en el transcurso de estos aciagos tiempos. Por ello estamos los tres Dechados presentes ante ustedes.

Como ha dicho Xandria los tres han sobresalido en uno de los rasgos y por ello queremos ofrecerles que, una vez les llegue su hora, se unan a nuestros respectivos templos si así lo desean, es lo menos que podemos hacer por quienes nos han otorgado una nueva esperanza cuando más lo necesitábamos. Chyrus, era la primera vez que tuvo tiempo de escucharlo, poco sabía de el ni de la Dechada de la pureza.

Argent, tu sabiduría a la hora de mantener la compostura en los momentos más oscuros, saber guiar a tus camaradas mortales cuando sucumbían a la duda y la más que inestimable ayuda que le proporcionaste a Uther no han hecho más que sorprendernos, es evidente que has vivido una larga vida que te ha llevado a seguir el camino adecuado incluso cuando este estaba oculto. Es por ello que quiero que te unas a mi Templo una vez mueras.

Es una proposición que me halaga escuchar Thenios, la meditaré durante mi vida, siento no responderte en este momento.

Sabia respuesta, estará abierta hasta que tomes una decisión.

En cuanto a ti Valerie, el coraje que has demostrado no me ha dejado lugar a dudas, te vi lanzarte contra aquellos que osaron atacarnos, has luchado fieramente en la torre maldita en numerosas ocasiones al igual que en la vanguardia abriste paso a los nuestros cuando logramos controlar el acceso al Sagrario de Dominación. Por ello te abro las puertas a mi Templo.

Coraje… como dijo Argent es algo que decidiré cuando muera, espero que tengan paciencia.

Claro, estaré esperando a tu retorno.

Drethz, desde que llegaste tu humildad no ha dejado de iluminarte. Con los pies en la tierra has considerado a tus hermanos como semejantes. Tu compasión por los necesitados y el perdón que demostraste por quienes una vez consideramos enemigos no han hecho más que desear que te unas a mi Templo como discípulo. Gracias a tu humildad no pocos aspirantes Abjurantes perdidos lograron sobrevivir, vive sabiendo que nuestros retornados hermanos lograrán ascender un día gracias a ti.

Yo… me honra sin duda escuchar esas palabras y no creo que sea merecedor de tal destino, creo que en no pocas ocasiones he sido lo opuesto a humilde, sobretodo hace unos años pero… aceptaré sin duda su oferta.

Soy yo quien se siente honrado por tener un futuro discípulo como tu, será un honor tenerte en mi templo por los eones venideros.

Ahora que hemos comunicado nuestras palabras debemos marchar, tenemos que ayudar a Adrestes con su nuevo rango, si nos disculpan marchamos.

Nosotros también íbamos a irnos Thenios, tenemos que descansar un poco. Otra vez Argent representándolos.

Que la Arconte os guíe. Alzaron el vuelo al igual que no pocos a su alrededor, pareciera que la ceremonia llegó a su fin.

¿De verdad descansar?. Tenemos que volver a Korthia y preparar el asalto.

Mañana querida Valerie, pero hoy merecemos un descanso, no sabemos cuanto durará el asalto y lo último que necesitamos es entrar agotados si queremos regresar victoriosos.

Gracias Argent, ni me acuerdo cuando me desperté ya… ha sido demasiado en tan poco tiempo.

Te lo has ganado, nos veremos en Korthia.

Helios ven… quiero dormir un poco. No hacía falta llamarlo pero… le gustaba su “invocación”. Al poco llegó.

¿Y nosotros como bajamos Argent?. No quiero cruzarme con ese acosador emplumado.

Subió al larion ignorando la charla, al poco de dejar las Agujas se quedó durmiendo sobre la cabeza del larión que le llevó a su peculiar refugio en las montañas.

Un rato después, en el tranquilo cañón donde tenía su tienda de campaña montado

Bajó del larion y entre bostezos se acercó a la tienda, llamándole algo la atención, un sobre apoyado en esta.

Otro sobre no… Por la Luz, que no sea de EL.

Abrió con torpeza el sobre, rompiéndolo con su rechoncho dedo y sacó el contenido, al ver la caligrafía kyriana suspiró aliviado y volvió a plegar la carta.

Ya lo leeré luego, necesito… dormir. Se dejó caer sin más en el interior de la tienda y se dejó guiar por el sueño.

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Si está leyendo esta carga significa que por desgracia no hemos podido despedirnos de usted. No podemos describir el agradecimiento que le debemos por permitirnos quedarnos aquí y ocultar nuestra presencia tanto de Kyrianos como de Abjurantes cuando fuimos vistos como traidores por todos en este reino. Supiste ver que nunca deseé tomar las armas contra mis hermanos y por ello me perdonaste la vida, no tengo palabras para agradecerle que mantuviera mis manos libres de sangre.

Le deseamos de todo corazón que regreses con buenas noticias del corazón de las Fauces y retornes con nosotros para que nos cuente en persona sus hazañas. Att: Vretikan.

El portal dejaba ver difuminado, retorcido como olas, el otro lado que le aguardaban. Por supuesto varios Jurafauces de considerable tamaño esperaban armados a quienes osaran cruzar la fina línea que los separaban.

El reencuentro fue breve pero tampoco hacían falta más palabra, pues otra vez el grupo que logró acabar con las ambiciones de Denathrius se había ensamblado… con la adición de Thrall, Jaina, Bolvar y la Espada del Ébano, algo que le dio algo de confianza.

Lo que le llamó la atención fue la ausencia de llegados de Azeroth, pareciera que no quisieran enviar carne de cañón, algo que le hizo pensar que los encuentros serían duros, y no era para menos, el corazón de la mismísima Torghast aguardaba.

La Alma en Pena espera en lo alto de la torre. Le daremos caza y responderá por todos los crímenes que ha cometido, esta vez no escapará. Caballeros de la Espada del Ébano, campeones, es el momento de parar los pies del enemigo de todo. ¡A la carga!.

A la orden avanzó la columna atravesando el portal. El choque entre las fuerzas del Carcelero y los mortales fue inmediato y brutal, los implacables ataques sagrados, profanos, de escarcha, elementales y ferales de la vanguardia cual flecha abrió la brecha entre los férreos escudos de los defensores que uno tras otro caía como fulminadas moscas al igual que la retaguardia caía bajo las inmisericordes lluvias gélidas y ardientes que conjuntándose al unísono arrasaron a los invocadores que con retorcidas energías oscuras trataban de acabar con ellos.

La ardua batalla se prolongó por eternidades en las que los Jurafauces caían ola tras otra cual eterno ejercito y sin embargo los mortales también perdían a aquellos fríos seres a los cuales al fin les llegó la hora hasta que, sin previo aviso, se retiraron los restantes defensores dejándolos solos ante montones de cadáveres.

¿¡ESO ES TODO LO QUE TIENEN?!. ¡VEN AQUÍ SI TE ATREVES, SYLVANAS!. La quebrada voz de Aiden retumbó por los oidos de todos los mortales en un intento de quebrarlos.

Calma Aiden, es evidente que nos espera en la cúspide, ahorra fuerzas. Athor señaló a lo alto de la inmensidad de la torre.

Athor tiene razón, este lugar… esta hecho para quebrar hasta la voluntad del más fuerte, y si nuestra voluntad queda quebrada entonces… sucumbiremos.

Voluntad… Thorinam parecía saber de que hablaba, una retorcida curiosidad ansiaba saber más de aquel humano.

Mirase a donde mirase todo le confirmaba lo que el paladín dijo, la oscuridad de aquel lugar, no solo de sus metálicas paredes, si no de la que emanaba del interior de esta y a la cual no podía imaginar hasta que niveles llegaba, la siniestra silueta al otro lado del quebrado firmamento… las inmensas cadenas que en la nada se perdían, sabiendo que apresaban perdidos reinos para su yugo, las horripilantes armaduras llena de calaveras y pinchos de los caídos defensores o simplemente el cliquear de las cadenas que arrastradas por el frío suelo pareciera querer apresarlos para su tormento eterno. Nada en aquel lugar estaba dejado al azar, no podían caer allí.

Sin saber que Jaina se había ido retornó seria, sin atisbo alguno de victoria.

Hay un enorme guardián en el centro de este “piso”, creo que solo si cae seremos capaces de avanzar… siento un gran poder dentro de el.

Entonces tiene que caer, pero tengan cuidado pues si lo han dejado solo es por que debe ser más poderoso que todos estos defensores… juntos.

Deja de hablar y avancemos Bolvar, no podemos perder el tiempo. Aiden, tan directo como siempre y aunque quisiera confiar… algo en su interior se resistía a tal intención.

Todos queremos acabar con esa maldita Alma en Pena pero… hay que centrarse en llegar a ella, muertos no lograremos nada. Veldhath… ese tono de amargo le recordó a la vez que vio el pasado de Uther, pareciera que salía de lo más profundo de ambos no muertos.

En marcha, debemos aniquilar al guardián.

El inmenso guardián que cual bestia no les dejó respirar se hizo de suplicar. Valiente o demente Argent llamó su atención y corrió como nunca hizo en su vida, corrió y corrió haciendo creer a la mole de que sería una presa fácil pero no supo que al final el depredador se convertiría en la presa cuando al llegar a una pared el paladín rodó a un lado y la cornamenta de su siniestro yelmo quedó incrustado en esta… allí selló su fin.

Lo sabía. Dijo examinando el oscuro cristal. Su existencia está ligada a su creador, con su esencia podré hacer un portal al interior, me llevará un momento.

Ha sido más fácil de lo que pensaba.

No te confíes Beledori, esto no ha sido más que una simple mascota. El frio humano se agachó junto al enorme guantelete yaciente.

Ya podían haber tenido un gato… Dio unos pequeños puntapiés a la gran pieza.

El portal está abierto, avancemos.

Entraron por el portal, de nuevo al otro lado otro muro de defensores que lograron masacrando, no sin sufrir perdidas por el camino. Ante ellos se abría el interior de la torre, la cual pareciera desear tomarles.

Esta torre… refuma maldad pura. Miró a las fauces de la torre. Acabemos con esto pronto.

Deben seguir solos campeones, debemos asegurar el acceso.

Ya han escuchado a Thrall, en marcha. El marcial Athor se puso a la vanguardia y entró decidido en la torre, seguido de los demás, estos se encontraron una “cálida” bienvenida de los Jurafauces en forma de grandes colosos armados sedientos de sangre.

Demorando más de lo que esperaban y con más de un golpe en sus armaduras lograron pasar por entre las forjas y yunques acabando con sus maestros herreros y guardias pero… varias salidas se abrían ante ellos.

Hay tres salidas… ¿Deberíamos dividirnos otra vez?.

No Argent, recuerda que seguimos en Torghast, podríamos estar eternamente buscando la salida… seguro que solo hay una vía, la cuestión es encontrarla. Veldhath frunció el ceño mirando todas las salidas.

Me ocupo yo de eso… Mir, llévanos a Sylvanas. Con un graznido alzó el vuelo de su cómodo aposento y tras dar un par de pequeñas vueltas salió hacia uno de los oscuros pasillos. Por allí.

¿Cómo ha logrado…. bah, no tenemos opción. Pensó avanzando por el oscuro y largo pasillo cuyo final se iluminó con la mortecina luz anaranjada del firmamento.

¿Acaso hemos salido de nuevo?… ¡Refuerzos!.

Más Jurafauces que uno tras otro ralentizaron su avance hasta que uno tras otro cayó a sus manos. Una vez a medio camino la explanada vacía levantó las sospechas de todos.

Esto es sospechoso, que todos estén listos para la batalla, estoy seguro que otro secuaz nos aguarda.

Y el veterano guerrero tenía razón, pues del vacio emergió un enorme ojo forjado en aquel profano metal que no dudó en atacarlos.

No fue fácil luchar contra el al flotar frente al vacio y apenas contar con hechiceros. Tampoco se dejó derrotar sin ofrecer una tediosa lucha de la cual haces de oscura energía casi les pulverizasen, pero gracias a las cadenas de los caballeros de la muerte y el esfuerzo de todos lograron arrastrarlo a tierra, donde vulnerable cayó con facilidad.

Agotada se dejó caer junto al inerte ojo Beledori apoyando su espalda en este y suspiró. Condenado ojo, casi me tira por el borde.

No hay tiempo para descanso, levanta y continuemos.

Cinco minutos por favor, algunas nos agotamos.

Descansaras cuando salgamos de aquí, levanta.

Está bien… Se levantó con esfuerzo.

Desde luego son mentor y alumna… Pensó mirando la entrañable escena.

Un graznido, de nuevo el cuervo retornó de las profundidades de la torre y revoloteando sobre su maestro se adentró en la torre de nuevo.

Hay que continuar.

Como no más Jurafauces, avanzar por el interior de la torre se convirtió en todo un suplicio, metro a metro y cadáver tras cadáver lograron llegar al corredor que daba a la columna interior.

Columna alrededor de la cual el río de almas se retorcía agónica entre lamentos y gritos de agonía los cuales llegaban a lo más profundo de su propia alma. La gélida brisa que azotaba el interior de aquel lugar le congelaba hasta sus huesos.

Esas pobres almas… Miró apenado al vacío donde se dirigían. no merecen el cruel destino a las que Sylvanas les han condenado… ha de pagar por ello. rezó por el bien de estas a sabiendas de que su ruego no sería escuchado.

Yo también siento pena por ellas, pero debemos continuar, solo así lograremos detener esta locura.

Ya veo por que Thenios te quiere como discípulo. Exhaló una bocanada de aire. debemos continuar.

Y continuar fue lo que hicieron, el enorme guardián que defendía el acceso al interior acabó cayendo por el vacio… no logrando escuchar el golpe de este entre los lamentos de las almas. Al fin llegaron al corazón mismo de Torghast, el interior de la columna central… donde unas viejas conocidas aguardaban… y la mismísima Sylvanas.

¡Sylvanas!.

Miren quien están aquí… los vanagloriados “campeones” de Azeroth, el Carcelero acabará con este injusto ciclo al cual nos hemos sido sometidos pero… no estaréis vivos para verlo… ¡Val’kyr!. ¡Acaben con ellos!.

Si mi señora.

No muertos, Thorinam y Athor cargaron por Sylvanas, pero de nuevo desapareció en una “nube” morada, quedando solos ante las nueve Val’kyr.

¡VUELVE AQUÍ, SYLVANAS!. ¡TU JUEGO SE HA ACABADO!. ¡LUCHA CON HONOR POR UNA VEZ! Gritó Athor con atronadora voz a una fugada Sylvanas.

¡NO ERES MÁS QUE UNA MUGRIENTA COBARDE!. ¡IRÉ HASTA EL FIN DE LAS FAUCES SI ES NECESARIO! ¡HASTA EL FIN DE LAS FAUCES!. Acompañó un colérico Aiden.

¡TE ARRANCARÉ LA CABEZA!. ¡LORDAERON NO OLVIDA SYLVANAS!. ¡NUNCA OLVIDAREMOS QUE LE HICISTE A NUESTRA PATRIA!.Y concluyó un iracundo Veldhath.

¿¡Quieren centrarse en las Val’kyr?!. Van a morir para nada. Valerie interrumpió… esquivando por poco el barrido que una de las aladas con su lanza hizo ante ella.

Como olvidarlas, por su culpa perdimos Andorhal… Un frío Veldhath esquivó rodando la carga de otra alada.

Los tres humanos cegados por el odio olvidaron que los demás existían, pues cada uno atacó a una Val’kyr distinta mientras que los demás luchaban en equipo. Estas no se lo pusieron para nada fácil, de hecho casi cayeron cuando viéndose repelidos de la circular sala casi caen al vacío y sin embargo una tras otra cayeron… haciendo casi vomitar a más de uno el resultado de los tres humanos… a cada cadáver más desgarrado e irreconocible que el anterior.

Por Andorhal. Extrajo de la reventada cabeza la hojarruna Veldhath.

¡Eh!. ¡Hay unos ascensores, creo que nos llevará arriba!. _Desde el fondo gritó como pudo la agotada Veledori.

Está claro, Sylvanas nos espera en la cúspide… no la hagamos esperar.

Avanzaron al ascensor, ver a los tres humanos con rostros cargados con el más profundo de los odios le estremeció y al igual que el nadie se atrevía a decirles nada, por lo que la subida fue cuanto menos tensa, tanto que el aire no es que pudiera ser cortado, es que el propio aire cortaba. Finalmente llegaron a lo alto, donde como de costumbre… más Jurafauces que acabaron su existencia rápidamente.

Un portón de la muerte se abrió al lado de la forja del cual Thall, Jaina y Bolvar junto a Caballeros de la Espada del Ébano salieron fugaces, fueron informados de todos los Jurafauces y secuaces caídos por el camino.

Así que se ha quedado sin sus Val’Kyr, ya no podrá resucitar más… Nos quedaremos aquí para mantener su retaguardia a salvo.

Bolvar tiene razón, no pueden hacerse una idea de todos los Jurafauces que nos atacaron en su avance, estoy segura que no será diferente aquí por lo que me temo que deberán continuar solos, contamos con ustedes.

Entonces no perdamos el tiempo, Sylvanas nos espera en lo más alto.

Dejando atrás a la nueva posición cruzaron de nuevo el corredor al cual les aguardaban lo desconocido… o eso creyeron.

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Otra vez atravesaban otro corredor en el interior de la torre, otra vez el agonizante río de almas, de nuevo sintió esa angustia y de repente un gran grito se impuso sobre la cacofonía del río.

¡AAAAAAAARGH!. A oídos de todos el grito de la desafortunada alma retumbó por las frías paredes de la inmensa cavidad, pareciera que se resistiera con todo su ser al tormento al cual era sometido.

El cuervo nos lleva por buen camino, continuemos. Carente de emoción el guerrero empezó a bajar las escaleras a paso decidido.

Llegaron a una intersección, adelante fieras llamaradas cual sopletes interrumpían su avance. A cada lado una senda distinta y Mir, como si se viera guiado por el destino, se adentró tras esquivar las llamas en lo más profundo del corredor desapareciendo en este.

Hora de dividirnos, tendremos que acabar con lo que nos espera en cada lado.

Es demasiado evidente… ¿De verdad es la única vía?.

Mir nunca ha fallado.

¿Ves alguna forma de detener las llamas Veld?. Thorinam pateaba el suelo con algo de fuerza, como si buscara algo.

Algún conducto debe suministrarles el combustible, pero tardaremos menos acabando con quienes aguardan en cada sala… seguro que están vinculados a las llamas al igual que el Tarragrue al portal… Apoyo la moción de Aiden.

Somos nueve… pero Aiden cuenta como dos así que cuadra. El guerrero se adelantó a todos como autoimpuesto líder.

Beledori irá conmigo.

No hay lugar para sentimentalismos aquí, Aiden.

No empiecen otra vez, no podemos perder tiempo con tonterías.

Hagan caso a la elfa, cada minuto es decisivo y lo sabes mejor que nadie, Athor. Otra vez los tres conflictivos humanos. Aiden solo gruñó.

Como decía… Al ala izquierda irán Aiden, Beledori, Argent y Thorinam. Los demás iremos al ala derecha. ¿Están todos de acuerdo?.

Todos asintieron en aprobación, tras unas breves despedidas se dividieron sumergiéndose cada grupo en su respectivas alas.

¡AAAAAGH!.

Otra vez los afligidos gritos retumbaban por el oscuro pasillo.

¿Estás seguro de dejar a tu camarada con… Aiden?.

No del todo, pero sabe defenderse… tu céntrate en nuestro objetivo.

Unas escaleras de caracol… resguardadas por Jurafauces, como no. Tras una rápida limpieza lograron alcanzar la sala que sobre el vacio permitía ver el río de almas.

Parece que tenemos invitados. Excelente, más gritos de dolor que retumbarán en mi cámara.

No puede ser… acaso es… que hace aquí… No se podía creer quien era el alma que tras el Jurafauces luchaba para liberarse de sus ataduras.

Así que han venido hasta aquí para oírme sufrir “héroes”. ¡NO VAIS A HACERLO!. El violento grito cargado de odio hacía honor a su título, Grito infernal.

Grito de Guerra… Le vio apretar tanto los dientes que creyó que alguna pieza perdería.

Olvídalo Athor, debemos acabar con el Jurafauces.

El cadáver tiene razón, ya daremos cuenta de el luego. Transformándose en forma feral corrió rauda a la espalda del Jurafauces clavando sus afilados colmillos en la yugular.

Cuanta ánima junta… ¡Os drenaré por eones!

Lucharon fieramente contra el Jurafauces, este exprimiendo cual limón a Garrosh empleó su ánima para lanzar potentes barridos que, acompañados por molestos refuerzos, les hicieron luchar en dos frentes a la vez.

¡A mi!.

Saltó a Valerie, sintiendo el torrente de ánima junto a su oído cual bala esquivada por los pelos, ver caer cual muñeco de trapo a uno de los pesados refuerzos Jurafauces le hizo sudar la gota fría, pero no perdió tiempo y volvió a la guardia.

No podemos acercarnos y no tenemos a la maga… resopló fatigado mientras Aldana, Athor y Veldhath trataban de usar aperturas.

Ya se que hacer… Drethz, concentra toda la luz que puedas y… a su torso

Vale.

Seguían luchando a la vanguardia mientras ambos paladines concentraban Luz en sus manos, pero cada poco una nueva ola de ánima arrasaba parte de la sala y aún así siguieron concentrando Luz en la retaguardia.

¿Te falta mucho?…

Casi….

Tengo ánima infinita necios.

¡YA!.

Ambos lanzaron a la vez unos grandes bolas de Luz que impactaron contra el torso del Jurafauces, saliendo volando su pesada espada de sus manos e incrustándose en el estéril suelo, al acercarse….

¡UOOOOAAAAARG!. El ensordecedor grito de dolor y determinación del encadenado Grito infernal les desconcertó.

¡¿Garrosh?!. Enrojeció y con gran fuerza hizo añicos las cadenas que le apresaban, cayendo al suelo y tomando la gran espada como si de un cuchillo se tratara.

Dijeron que respondería por mis crímenes… que me arrepentiría por mis pecados. Pero cada elección que hice lo volvería a repetir con orgullo.

Se acercaba con paso lento pero decidido al yaciente Jurafauces, alejándose los mortales de el.

Acabarás… rindiéndote…

¡Yo no me rindo a nadie!, ¡Ni a ti, ni al Carcelero ni a ese cobarde de Thrall!. Cargando los últimos metros saltó hacia el Jurafauces.

¡POR LA HORDA!.

La deflagración los hizo saltar hacia atrás, como si de una furibunda bomba fuese.

¿Que… ¿Que ha pasado?…

Garrosh Grito infernal, Jefe de Guerra de la Horda… es historia. Athor se puso firme frente el montón de cenizas. Odio tener que decir esto, pero has demostrado tener la valía de un guerrero. Tras un breve silencio dio media vuelta y pasando de lado a los demás hizo una seña con el brazo.

Se todos los crímenes que cometió contra la Alianza y su propia Horda pero… ¿De verdad está bien que dejemos sus cenizas aquí?…

Demasiado que no escupo sobre ellas, es más de lo que se merece por lo que le hizo a nuestro pueblo… y Sylvanas correrá el mismo destino, volvamos. Aldana hizo un amago de escupir, pero desistió.

Dejando atrás las cenizas del caído guerrero retornaron a la intersección, en la cual las llamas aún seguían rugiendo.

Un tiempo después las llamas cesaron de golpe, como si de un grifo que se cerrase se trataran, una seña de a todos les hicieron respirar un poco aliviados. Poco después el pequeño grupo retornaba invicto. Tras un breve tiempo para recuperar el aliento e informar de sus enfrentamientos al fin se decidieron, había que avanzar.

Hoy Theramore ha sido vengada, nos aguarda la venganza por Teldrassil, Adelante.

A las ordenes del veterano guerrero avanzaron. Escalón a escalón notó como un cada vez más intenso calor refumaba del interior al cual se dirigían, cada escalón era como si se acercara más a la Gran Forja. Al llegar a lo alto giraron la esquina y de sopetón un gran golpe de abrasador calor, como si estuviera en el interior de la mismísima forja.

El gran corredor no es que pareciera una forja, es que era un horno a toda leña, el suelo no era más que una gran parrilla de entre sus agujeros era capaz de ver la incandescente lava irradiando el aire… parecía desprotegido, pero por los rostros de disconformidad de sus camaradas supo que no era necesaria guardia alguna.

Maldita sea. ¿De verdad tenía que ser un condenado horno?. Veldhath no hacía más que maldecir su suerte.

Aiden solo gruñó.

No muertos… Miró a los no tan no muertos.

Adoro usar el fuego pero… esto es demasiado para mi, voy a acabar más seca que una pasa.

Elfas…

¿Estas seguro de que ese pájaro tuyo no es pollo asado?.

Mir ha vuelto indemne así que es por aquí Aldana, así que adelante.

He estado en sitios peores… Está bien, iré primero.

Empezó a caminar mirando con cuidado por donde ponía los pies pues un paso en falso y sería historia. Si que notaba molestia del calor abrasador, que potenciado por el hecho de llevar tanto metal recubriéndolo parecía que se estaba cocinando en su propia salsa, pero siguió adelante sin mirar atrás.

Paso a paso intentó no pensar en el calor, pero aun con eso el pasillo se hizo eterno. Finalmente llegó al final de este encontrándose con la desagradable visión del Jurafauces que pacientemente esperaba su llegada.

Al fin han llegado, bienvenidos honrados héroes.

…. ¿Un Jurafauces educado?…. Debía estar alucinando a consecuencia del calor.

Os he preparado en especial para ustedes un tormento de dolor eterno, espero que sepan apreciarlo.

¡Quema!, ¡Quema!. Beledori saltaba como si caminase por las ardientes arenas de una playa.

Aniquilemos al siguiente y salgamos de este infierno, odio el condenado calor… No se ha hecho de esperar… ¿Es la última sala de la planta Drethz?.

Eso parece Veldhath.

Ya han llegado todos, estupendo, ya podemos comenzar con el tormento. ¡Todas las Tierras Sombrías escucharán sus gritos!.

El puente empezó a alzarse por lo que saltaron a la plataforma de la cual empezó a brotar lanzas del suelo y no poco después inmensas esferas pesadas llenas de clavos que amenazaron con dejarlos más agujereados que una regadera.

¡Necesitaré su apoyo paladines!. ¡Quiero que usen su Luz para protegerme!. Escudo en mano Athor parecía desear cargar contra una de las esferas.

¡Estas loco!. Y sin embargo empezó a concentrar Luz.

Tras una tediosa y lenta batalla lograron hacer en la poza de lava al Jurafauces, que retorciéndose en ella acabó envuelto en grandes llamas que lo calcinaron.

Se… acabó… Resoplaba asfixiado y acalorado.

Condenadas bolas… un poco más y acabamos agujereados… Athor, estás demente.

Era la única forma de sobrevivir… Valerie.

El cercano chirrido metálico les llamó la atención, de nuevo los puentes volvían a su posiciones.

Al fin… salgamos de aquí ya. La druida sin esperar a nadie se adelantó atravesando el puente.

No tienes que… repetirlo.

Salieron de la infernal estancia y subieron al ascensor que empezó a ascender su larga travesía, notando cada vez más frío, algo que todos agradecieron.

Argent. Preguntó reflexivo conforme subían la inmensa torre sin dejar de ver con pena a las condenadas almas que descendían a su condenación.

Dime Drethz.

¿Crees que hay redención posible para quienes han cometido crímenes como el que estamos viendo?.

Eso es un tema delicado sin duda, es evidente que Sylvanas esta haciendo sufrir a millones de inocentes almas que no merecen esto pero si acabamos con su existencia… ¿Que nos diferencia de ella?.

Hacer justicia por todos los que han caído por su culpa.

¿Es eso justicia o venganza?…

Diría que justicia pero… supongo que la línea entre ambas es muy fina y difusa, aún así… no creo que merezca nada mejor… esto va más allá de cualquier redención posible.

Y tienes razón en que esto no puede quedar impugne pero… eso es algo que debemos dejar que sus victimas dictaminen una vez sea capturada.

Sylvanas tiene que ser ejecutada en el acto cuando caiga paladín, es una amenaza que no podemos dejar escapar otra vez.

¿Aiden?… por desgracia es lo más sensato, capturarla con vida es un gran riesgo de fuga, aún así… que sus victimas declaren sentencia sería… justicia poética…

Aún tenemos que abrirnos paso, miren bien, el ascensor no llega a lo más alto. Athor señaló al final de las cadenas, en efecto no llegaba por poco a lo más alto. Prepárense para el ataque, seguro que nos aguardan más de esos condenados guardias.

Dicho y hecho, al llegar a lo alto un muro de Jurafauces se interpusieron entre ellos, pero cayeron uno tras otro como moscas. Finalmente lograron abrirse paso a la cámara interior de la planta.

Quedan pocos ya…Palideció ante lo que sus ojos veían. Así que es aquí desde donde llegan… debemos detener esto cuanto antes.

Entiendo tus sentimientos, pero debes mantener el temple si quieres salvarlas joven. Le alivió escuchar la voz de la razón de Argent.

Así que tres cámaras… Mir, identifica la que nos lleva a lo alto.

Crow

Atravesando el río de almas se dirigió directo a la más alta ornamentada con una enorme calavera sobre la puerta y retornó para posarse en el hombro de su dueño.

Como no, las otras dos son necesarias para abrir la tercera… toca dividirse de nuevo, vamos Beledori.

Otra vez se dividieron, por un lapso pensó en la curiosa relación entre humano y elfa, pero olvidó el asunto al ver como el gran vacio se abría al borde del corredor, desde el cual apenas podía atisbar a lo lejos las pasarelas que no hace mucho cruzaron.

Unas escaleras llena de Jurafauces fue su recibimiento, al cual respondieron acabando con ellos, último escalón subido, siguiente pasillo por el que avanzaron y al fin la enorme sala circular en la cual un… ¿Korthiano? les esperaba en el centro de lo que parecían varios anillos llenos de extrañas runas.

Anillos dentro de anillos dentro de anillos… se esconde….

…. ¿Que?. Miró al suelo bajo el korthiano. ¡Los anillos del suelo!.

Se han reunido. ¡La puerta se abre!. Bajo el todas las runas brillaron al unísono y como si cobrasen vida cada uno de los anillos empezó a girar raudo.

¿Pero que dice?. Esta loco.

Puede Aldana pero… habla en clave, los anillos esos son las runas del suelo… no les pierdan el ojo.

Los anillos se detuvieron en seco pudiendo al fin cargar contra el korthiano. La propia sala fue su contrincante pues tanto las paredes como el suelo fueron armas contra ellos. De la paredes cada poco oscuros haces emanaban obligándolos a resguardarse en los recodos que entre estos quedaban, el suelo giraba sin parar impidiéndoles acercarse.

¡Los anillos quebrarán!.

Gracias a la astucia de Athor lograron alinear las runas desactivando estas logrando al fin acabar rápidamente con el korthiano ahora una vez estuvo al alcance de sus armas.

Al fin… silencio…

El lejano eco del crujido metálico retumbó hasta ellos.

Maldita sea, han acabado ellos antes… Este tipo estaba loco. ¿Que eran esas galimatias?.

No se, pero algunas dan autentico pavor… ¿A que se refería con “se han reunido, la puerta se abre” y “Los dioses caen al tornar la llave”. _Pensativo no dejaba de darle vueltas a los crípticos mensajes.

Ni caso, solo son cosas de un demente, volvamos. Aldana y los demás se fueron, menos Argent que se quedó delante del cadáver, por lo que antes de entrar al corredor volvió con cautela al Alto Señor.

He fallado, lamento que haya tenido que acabar así Roh-Kalo. Se arrodilló ante este.

Estás aquí, acércate, no demorará mucho.

Obedeciendo la orden se agachó junto al humano.

¿Este es… el korthiano secuestrado?…

Si, nos tendieron una trampa y yo cual necio caí en ella… si no hubiera bajado la guardia… seguiría vivo.

Vio como apretaba con fuerza el puño. Siento que haya acabado así… nuestro enemigo es capaz de hacer lo que sea por lograr su objetivo me temo.

Y pensar que esa condenada Nathrezim estuvo a mi lado todo ese tiempo… le llevé a su perdición.

Debemos acabar de una vez con ellos, solo así lograremos que nunca se repita esto… te acompaño.

Gracias por escucharme camarada, volvamos juntos, nos estarán esperando. Levantándose embozó una leve sonrisa, tras ello se fueron reuniéndose al fin todos donde se separaron. En efecto la puerta se había abierto y de ella una delicada bruma emanaba, cayendo grácilmente por los escalones. Para sorpresa de todos una figura más que reconocible emergió de la bruma, un lich más que conocido por todos en un lugar tan remoto en el que no pensaba que aparecería.

Más “héroes” de Azeroth… que apropiado, perfecto para que vean la victoria de la muerte. Por años he pretendido servir a falsos maestros para lograr mi fin último, el fin de Azeroth.

Acaso es… es…

Les haré pagar por las indignidades que sufrí en Naxxramas, mortales. Al fin se arrodillarán a los pies de Kel’Thuzad. Volvió a entrar en el interior de la cámara, para su suerte las pesadas puertas siguieron abiertas.

Kel…Thuzad…. El humano empezó a caminar lentamente. Kel’Thuzad… Algo iba realmente mal con aquel humano, podía percibir el odio que de este emanaba.

Veld… ¡Maldita sea!. ¡Recupera la cordura!. Thorinam pareciera comandarle, le recordó a Athor salvando las distancias.

Acabaré contigo, maldito exánime. Su gélida voz de ultratumba en efecto emanaba odio y resentimiento.

Tengan cuidado con el, ha sucumbido al odio. ¿Aiden hablando de sucumbir?, le pareció hasta hipócrita.

Avancemos, hoy la Alianza logrará una nueva venganza.

Nosotros casi acabamos exterminados… Molesta Beledori caminó.

Avanzaron por las escaleras y entraron en la cámara donde aguardaba el exánime… recibiendo una bocanada de gélido aire, como si de una cruel broma se tratara tras soportar el infernal calor en el anterior piso.

Así que no han huido… bien, es hora de reclamar sus almas.

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¡NECIOS!. ¡Tanta persecución y lucha… ¿¡PARA QUE?!. No funcionó con Garrosh ¿¡De verdad van a cometer de nuevo el mismo fallo?!.. Usando la plataforma de teletransporte subieron al piso superior.

Mira al cielo y mira lo que ha logrado Sylvanas, Thorinam, Esto es lo que sucede cuando no se acaba in situ con una amenaza tan grande. Señaló el anaranjado cielo que cubría de penumbra Oribos.

Y tienen razón pero esto ha causado un gran problema… ¿Como nos enfrentaremos divididos a Zovaal?.. Si ya nos ha costado vencer a esa condenada bastarda no quiero imaginar al artífice de todo.

Más vale que esa Alma en Pena hable aunque sea lo último que haga en su existencia… y no escape, si no tenemos ya suficientes problemas lo último que os faltaba es una Sylvanas atacando curias o Azeroth.

Volvamos a Maldraxxus, quiero aplastar alguna cabeza para quitarme ese rostro de la cabeza. Dijo el paladín subiendo a la dorada montura.

Volvamos, ojala haya sesión en el Teatro del Dolor. Se arrancó la última flecha del brazo y la arrojó con desprecio para subir en su respectiva montura.

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Entrar en la sala supuso retornar a las gélidas tierras de Rasganorte, heladas columnas de hielo se erigían retorcidas de las cuales emanaban la bruma que todo rodeaba, aquel frío se metía en lo más profundo de sus almas.

Condenado traidor. Thorinam le empujó caminando como un autómata. ¡Naxxramas!… flotando sobre nosotros…. escupiendo esa profana plaga… los infectados muriendo, alzándose descerebrados… el hedor, los gritos… familias enteras…

!Parad!. ¿Es que no ven que se han cegado por el odio?.

Es imposible Argent… no les culpo por su odio… Acabemos con este maldito Examine de una vez.

Maldecirás el día que naciste… Fría, espectral y amenazadora fue la voz de Veldhath.

Esos ojos… así que eres de aquel pestilente reino… Acaben con él mis vástagos.

Moles y necrófagos se abalanzaron contra el no muerto, el cual iracundo acabó empalando en un macabro abanico de gélidas picas.

Eres más fuerte de lo que pensaba… puede que tu alma me sea útil.

Kel…thuzad…

Vamos a por el, no pienso dejar que esos dos lo maten sin mi. La feral druida se abalanzó rauda contra el esquelético ser, acompañada por los demás mortales.

El Examine más poderoso que nunca ofreció una resistencia mayor a la que esperaron, ejércitos de no muertos no dejaban de alzarse, y a pesar de que como moscas caían a manos de los mortales volvían a alzarse.

Aquellos coléricos humanos olvidaron la presencia de todo lo que no fuera Kel’Thuzad y este a su vez no cesaba en acabar con ellos mientras que los demás pulverizaban una y otra vez su ejercito inmortal.

Tras una eternidad el paladín logró golpear con su sagrada espada al Examine que con un gran grito de dolor hizo caer a todos sus súbditos, desapareciendo tras un torbellino profano dentro del extraño recipiente frente a ellos, de la cual un gran área verde ocre emanaba.

La Filacteria… hay que destruirlo desde dentro. Aiden corrió al interior del área, desapareciendo tras esta.

¡AAAAARGH!. Veldhath entró sin pestañear, tras el Thorinam accedió.

… debo ir. Y tras los humanos entró el.

¿Esto es… la filacteria?. Frotándose del frío que hacía miró a su alrededor, una pequeña sala parecida al exterior en cuyo centro un tornado ocre se disipó, mostrándose el alma de un anciano humano. acaso es… ¿su alma?.

Los tres humanos la atacaron, el cual se cubrió de una gruesa capa de hielo que golpe tras golpe lo único que lograban eran arrancar esquirlas de hielo.

¿¿Por que no saca la guadaña??…. si queremos abrir esa capa… percibió la absurda concentración de anima a su alrededor. tiene que funcionar… ¡Voy a abrir su escudo!… suspiró. Apartarme a Veldhath.

Dio un tirón a la punta de su capucha en aprobación.

Serán necios…. Golpeó con un sagrado martillo al paladín que cayó de cruces a la que Aiden atrajo fuera y encadenó en frías cadenas a Veldhath y empezó a atraer a sus manos todo el ánima posible.

Más te vale que sea rápido.

Dame unos segundos… Seguía tomando e hilando ánima mientras eslabón por eslabón las gélidas cadenas quebraban una tras otra… una pequeña esfera…. una cadena saltaba, una esfera que modelaba… otra cadena saliendo por los aires.

Más vale que acabes ya si no quieres que arriesgue su “vida”.

Está… casi… listo… Al fin tenía en su mano lo que modeló, un gran martillo celeste.

Así que ánima…

Lanzó el martillo contra la congelada alma del Examine que describiendo un arco impactó con un sonoro campanazo divino que hizo estallar en añicos el escudo, saliendo volando contra la pared Kel’Thuzad.

¡ARG!… maldita sean… En sus manos una esfera verde creció exponencial y estalló, lanzándolos por los aires fuera de la filacteria, rodando por el suelo hasta golpear un cadáver de abominación.

¡NECIOS!. ¿Acaso creían que acabarían conmigo ¡EN MI FILACTERIA!?.

Dolorido se repuso rápido, pues los no muertos se alzaron otra vez más.

Me han obligado… os congelaré hasta el alma. El estruendo metálico tras ellos los perturbó pero volvieron a luchar como hasta entonces. Otra eternidad transcurrió estancada hasta que se le pegó por instantes los párpados.

Está… no puede ser… Pulverizó con su maza un necrófago y vio el vaho de su aliento. ¡Nos está congelando!. Tras el el suelo se cubría de un grueso manto de hielo con endiablado avance.

Preservaré sus cuerpos, son unas muestras interesantes.

Aldana, Athor. Tengo una idea, escuchen. ¡Resguardarnos los demás!. Aiden con ideas… aunque no quedaba otra.

Siguieron manteniendo la posición, pero poco a poco los no muertos les comían terreno y mientras tanto ese trío hablaba como si nada hasta que… unas gélidas cadenas envolvieron al Examine y un oscuro agarre lo empujó hacia abajo, aprovechado por guerrero y druida que ascendiendo por estas desgarraron y cortaron extremidades y otros huesos y ligamentos de Kel’Thuzad.

El hielo alcanzó las escaleras cuando el ocre área retornó, en la que de nuevo humanos y enano entraron. Otra vez el alma humana del Examine, salvo que ahora no dejaba de hiperventilar.

Al fin habrá justicia por los nuestros, Kel’Thuzad. Thorinam apuntó con la punta de su espada al mentón del agotado ser.

¡Espera!…. ¡Detente!. ¿Desesperado?, sonaba lamentable para alguien como el.

Veldhath se acercó totalmente enmudecido.

Os puedo ofrecer un poder inimaginable…

Poder inimaginable… patético, mereces algo peor que el Olvido, traidor.

¿Que… que debo hacer….?… Es un alma pero… por su culpa… maldita sea… No hizo más que ver el incomodo desenlace.

Pero no voy a arriesgarme… ¡Desaparece!. Con sus hojarrunas cortó de cuajo con sendas tajadas ambos brazos del alma y remató con un corte limpio en el cuello, rodando la cabeza y cayendo a plomo el cercenado cuerpo. Al menos serás útil como ánima. Acercando sus hojarrunas absorbió con celeridad la descuartizada alma hasta que casi por completo desapareció.

¿Has acabado?. Debemos salir ya de la filacteria. Aiden le pareció indiferente, el sin embargo no sabía como asimilar lo que vio.

Si… este traidor al reino no volverá nunca más, que el Olvido te consuma, archimago.

Salieron los cuatro de la filacteria y acto seguido esta fue destruida. Poco después un portón de la muerte emergió y de esta Jaina, Thrall, Bolvar y la Espada del Ébano.

Buen trabajo campeones, descansen un poco y acabemos con Sylvanas. Thrall junto a Jaina se acercaron a los inertes huesos.

Con lo que queda de la esencia de Kel’Thuzad en su cuerpo podré abrir un portal directo a la cúspide, pronto acabaremos contigo, Sylvanas.

Nuestra presa aguarda Jaina, pero no debemos apresurarnos, no sabemos que nos tiene preparado… avisen cuando estén listos para darle fin. Bolvar ordenó a los suyos que protegieran la retaguardia, desde luego eran muchos menos de los que vinieron con ellos.

Un instante para recuperar el aliento, uno en el que no dejaba de darle vueltas a la cabeza respecto a su última vivencia donde no sabía si estaba más agotado física o mentalmente. De golpe un gran temblor que casi les hace caer seguido por un ensordecedor crujido metálico le devolvió a la realidad.

En el nombre de la Luz… ¿Que ha sido eso?… Jaina activa ya el portal. Bolvar se adelantó raudo.

Procede de fuera, campeones marchamos a la cúspide. Todos conmigo. Se acercaron todos a Jaina la cual las llevó a lo alto de la torre.

Un haz cegador y el golpe de aire templado le dio la bienvenida a lo más alto de la torre. En sí no era más que una circular planicie rodeada de enormes ornamentos puntiagudos a los bordes pero lo que le dejó helado fue ver sobre su cabeza, en el centro del quebrado firmamento, la silueta del Trono Helado.

Al fin han llegado, campeones de Azeroth. Allí estaba, Sylvanas Brisaveloz esperándolos.

Tus Val’kyr han caído Sylvanas, no podrás resucitar más.

Una arquera no lamenta la perdida de sus flechas, Alto Señor. A pesar de ver el ciclo de la vida y la muerte quebrados siguen luchando por evitar que reiniciemos el ciclo… es una pena que no puedan ver nuestra obra pero si quieren caer que así sea.

Sylvanas… este es tu fin. Aiden se acercó a la Alma en Pena, que lanzando una flecha a sus pies retrocedió.

Muy bien, muerte pues. De la flecha emanaron oscuras cadenas que apresaron al no muerto por lo que todos cargaron contra la Alma en Pena.

La escurridiza Sylvanas se hacía imposible de alcanzar, haciendo honor a su rango de Forestal disparaba flechas a una cadencia absurda para los mortales que esquivándolas como podían luchaban por liberarse de las cadenas que de estas no dejaban de emanar y que gracias a los tres paladines lograban destruir.

Una bola de fuego pasó rozando su cara quemandole las puntas de sus pelos lo que le hizo entrar en cólera.

¡La oscuridad te consumirá, maga!.

Esquivando la oscura garra de Veldhath se acercó a uno de los “ornamentos” del borde y tomándola con cadenas lo arrancó de cuajo, lanzandola a gran velocidad al incrédulo grupo que por los pelos del Carcelero esquivaron.

¡El Carcelero nos permitirá ser al fin libres de las ataduras a las que este ciclo roto nos somete!. Otro ornamento atravesó la plataforma cortando el aire.

¡Entrégate de una vez, Sylvanas!. ¡Estas acabada!.

Llegan demasiado tarde, Hija del Mar, el plan del Carcelero está a punto de cumplirse. Otra andanada de flechas que impactando contra el suelo supuraron a su alrededor un oscuro fluido.

Una vez más escapó al punto más alejado de la plataforma.

¡Por la Alianza!. La carga de Athor rompiendo toda flecha en su camino y su embestida a Sylvanas le dejó sin palabras.

¡AAAAAAAAAAAaaaaaaaaaaaaaaaGH!. El ensordecedor chillido de ultratumba casi le revienta los tímpanos. Sylvanas escapó otra vez de ellos dejando una estela morada a su paso

Oribos está al alcance de mi puño, pronto acabaré con esta realidad. Esa voz…

El Carcelero… ¡No podemos dejarles escapar!, nos teletransportamos.

Otra vez un resplandor, al aclararse su vista… unas inmensas cadenas que alcanzaban a la distancia… la ciudad eterna.

¡Maldición!, algo debe estar limitando mi magia… tenemos que continuar.

¡Allí!. Señaló a una distante Sylvanas. Campeones, conmigo.

¿Como vamos a llegar allí?. Miró el trecho entre eslabones, se le erizó los pelos al ver el vacio.

Seguirme, haré un puente, tendrán que acabar con los Jurafauces del otro lado.

Jaina congeló el aire entre los eslabones creando un puente de hielo que atravesaron lo más rápido que pudieron encontrándose con los guardianes que les aguardaban.

¿Acaso pretende salir de las Fauces por Oribos?… Atravesó con una lanza de hielo el último de los guardianes del gran eslabón.

Acaso esto tiene que ver con… se le heló la sangre al pensarlo. ….los sigilos… ¿Pero que pretende?.

A mi campeones, hay que detenerla. Thrall alzó cascotes de piedra que unidos actuó como improvisada pasarela entre los siguientes eslabones, donde aún más Jurafauces aguardaban.

Miró la lejana ciudad. ¡No vamos a llegar nunca!. ¿Se te ocurre algo Jaina?.

El bloqueo cada vez es menor Congeló otro guardia. si avanzamos más podremos trasladarnos.

Entonces te abriremos el paso Jaina. Sacó de la fría armadura su hacha Thrall.

Terminaron de limpiar el eslabón cuando fue empujado por alguien, el zumbido de la flecha fue la justificación de ello.

Condenada Sylvanas, solo sabe huir. Mostró sus afilados colmillos a la lejana Alma en Pena.

Gracias Aldana…

No pudieron detenerse, otro puente de hielo que atravesaron y más Jurafauces que les frenaron el avance sumado a la ahora alerta de las ondanadas de flechas que solía disparar Sylvanas y que lograban detener con hielo o tierra. La siguiente cadena transcurrió igual y sin embargo algo iba mal pues Sylvanas seguía en la siguiente a ellos sin moverse, solo disparaba más y más flechas.

Debe ser una trampa…

No tenemos de otra, la cazaremos allí. Bolvar decidido hizo saltar por los aires de un golpe de maza al último Jurafauces del eslabón.

Creo que en ese podré trasladarnos a Oribos… tengan cuidado, nos está trayendo a donde quiere.

Otro puente de roca que atravesaron y sin dudarlo cargaron contra Sylvanas que con otro taladrador lamento salió volando dejando otra estela morada tras ella.

¡MALDITA COBARDE!. ¡DEJA DE HUIR DE UNA MALDITA VEZ!. Gritó al aire Aiden encolerizado.

Es una condenada trampa… De todas partes emergieron guardianes Jurafauces que los atacaron en interminables olas.

Ha ido a Oribos… tardaré un poco en llevarnos allí, eviten que me alcancen.

¿Pero que pretenden?… Golpeó con su maza a uno de los guardianes. Oribos… desde allí puede… Esquivó el barrido de la maza del siguiente y lo cegó con un resplandor de luz. escapar a Azeroth…

O ajustar cuentas con la Enjuiciadora. Sentenció Argent.

¡Nos vamos!. ¡Preparados para lo que sea!.

Otro cegador resplandor, al poco de recuperar la claridad pudo confirmar la teoría de Argent.

¡No!. ¡El Carcelero va a acabar con la Enjuiciadora!. A por Sylvanas campeones. Delante de la inmensa Enjuiciadora estaba el Carcelero atacándola desde la pequeña plataforma, no solo eso, Anduin estaba frente a ellos.

Ocúpate de ellos, Anduin, mi plan está cerca de cumplirse.

Este enmudecido se acercó al centro de la plataforma y sin decir nada atrapó con sagrada luz el cuello de todos, alzándolos en el aire.

La opresión no le dejaba tomar ni un hilo de aire, para colmo ardía su piel como mil demonios.

An…dui…n… De alguna forma fueron transportados a una de las cuatro plataformas periféricas por Jaina, que junto a Thrall y Bolvar quedaron en el centro con Anduin.

¡Se doblegarán ante la muerte!. Lanzó otra ráfaga de flechas que Veldhath y el recibieron como indicó el punzante dolor cerca de su axila.

¡AAGH!… Intentó arrancársela, pero pareciera que fuera a arrancarse el brazo del gran dolor.

¿Estás bien enano?. Aldana se le acercó.

Puedo continuar. Sigue adelante. Suplicó su ayuda a la Luz que escuchándolo sintió una breve mejora.

El enfrentamiento continuó sin avance por nadie, la arquera no dejaba de lanzar flechas imbuidas en oscuro poder a la que los mortales trataban de acercarse… hasta que una impávida Valerie se lanzó cubierta en luz contra ella barriendo con su espada el espacio entre ellas, que pese a que lo esquivara las ardientes ascuas que de estas emanaron la hirieron.

Siguen luchando por un ciclo injusto… ¡Desaparezcan!.

Tomó otra flecha y apuntandoles la imbuyó de aquel oscuro poder desde las distancias.

¡A la siguiente plataforma!. ¡AHORA!.

Todos corrieron al borde de esta y saltaron justo antes de que la cargada flecha impactara contra el suelo, saltando en pedazos y cubriendo toda la superficie con aquel poder.

Para suerte de los mortales una fuerte corriente de aire los empujó a la plataforma contigua y al poco de levantarse apareció Sylvanas de nuevo, reanudando el combate.

Quedan… cuatro plataformas, si no la matamos antes entonces… maldita seas…

El combate de nuevo se sucedió al igual que antes, otra vez intentos de alcanzarla contra flechas que esta vez golpearon a ambos caballeros de la muerte.

Eternizándose el encuentro logró la maga golpearla en el torso con una gran bola de fuego, retirándose en consecuencia fuera de la plataforma Sylvanas. ¡Nada escapa a mi ira!. Otra flecha que cargándola desde la distancia profanó otra plataforma, que lastimosamente ya fue evacuada.

De poco sirvieron los intentos de evitar que huyera, pues lograba todo aturdimiento o atracción, por mucho que pensara no se le ocurría nada hasta que vio de reojo como la Enjuiciadora emanaba ánima sin cesar tras cada impacto de los ataques del Carcelero.

No se lo debe esperar… Empezó a tomar hebras de ánima que el constructo emanaba en la retaguardia, poco a poco lograba tejer el martillo a espaldas de todos hasta que al fin…

¡TODOS FUERA!. Lanzó al mínimo hueco el gran martillo celeste que cual rayo impactó contra Sylvanas, que con un agudo alarido retrocedió en el aire.

¡A la última plataforma!. Se retiraron antes de que la lastimera flecha profanara la plataforma. Ya en su último resguardo llegó Sylvanas para reanudar el enfrentamiento pero… pareciera extenuada por como le costó mantenerse en pie.

Da igual que me… derroten… pronto logrará… el último sigilo.

De nuevo disparos de flechas… salvo que volaban erráticas.

¡Se acabó!. Aldana cual bestia la arrolló y tomando su carcaj con sus colmillos la arrojó a los pies de los mortales, dejando caer las pocas flechas restantes.

¡QUE NO ESCAPE!. A la orden de Athor cadenas de hielo, sagrados martillos y raíces retuvieron en el frío suelo a la Alma en Pena.

No volverás a huir más, Alma en Pena. Amenazante Aiden se le acercó.

¡NO!. ¡La Arbitro ha caído!. Al grito de Jaina los ojos de todos se centraron en el constructo de la cual un enorme orbe dorado emergió de su pecho, acabando en manos del Carcelero.

Tras tanto tiempo, la última llave… El orbe encajó en la cavidad de su pecho a la perfección, surgiendo una extraña armadura blanca que ocultó su rostro tras el yelmo, parecido al Yelmo de Dominación. …vuelve a ser mía.

No puede ser… Como si el mundo le cayera la desesperanza le golpeó.

Ahora… ¡Arrodillaros!.

De la nada oscuras cadenas emergieron alrededor de todos inmovilizándolos, haciéndole caer de rodillas siendo incapaz de moverse ni un ápice… ni podía pues en su cabeza la orden de obedecer al Carcelero se grabó a fuego

Ya… tenemos lo que necesitábamos… Zovaal, la puerta… está activa… Las cadenas de hielo explotaron en mil esquirlas y las raíces se pudrieron, quedando libre de nuevo.

Por eones he soportado la imperfecta creación de los Creadores pero ahora forjaré una nueva realidad donde todos servirán… a mí.

Nunca… servi…ré. Tomó una flecha y disparó al brazo de Zovaal.

Patético, aún sigues encadenada por la mortalidad… pero me ayudaste a recuperar algo importante para mi así que permítete devolverte el… favor. Una extraña falla de motivos geométricos se abrió a espaldas de Zovaal del cual tomó un celeste cristal que arrojó a los pies de la Alma en Pena, un extraño resplandor celeste la recorrió.

Te dejaré a su piedad… Ven, se el primero en ver el fin de la realidad. Anduin y Zovaal atravesaron la Falla, cayendo algo dorado antes de cerrarse.

No… no podemos permitirles… alcanzar el… cayó inconsciente.

Todos se levantaron con crudeza una vez la voz de sus cabezas cesó, no tardaron en venir Bolvar, Jaina y Thrall a su posición.

Al fin ha caído… ¿Y ahora que hacemos con ella?, deberíamos matarla ahora que podemos.

Espetare Jaina, dijo algo de “no permitirles alcanzar el…“, debe ser algo importante así que la arrestaremos e interrogaremos en Oribos, la Espada del Ébano le sacará todo lo que sabe.

Suena sensato, aún así no me gusta la idea de dejarla vivir.

¿Y dejarla huir de nuevo?. Yo digo de matarla en el acto. Aiden alcanzó a la inconsciente Alma en Pena.

Detente Aiden, muerta no nos sirve de nada por ahora.

Y dejarla viva en Oribos es una estupidez, volverá a huir, es lo único que sabe hacer.

Yo estoy con el Lord Bolvar. Veldhath se puso a la misma altura. Tenemos cientos de Jurafauces, le extraeremos a ellos la información pero dejarla con vida es una neciedad, Azeroth y el resto de curias estarán amenazadas si la interrogamos allí.

Tardaremos demasiado tiempo en sacarles a ellos la información, es evidente que solo ella sabe cosas que comprometen a Zovaal, retírense o nos veremos obligados a actuar en consecuencia.

Lo único que merece esa bastarda es una dolorosa tortura y una ejecución pública delante de los Kaldorei y Gilneanos señor, los crímenes que ha cometido no tienen perdón alguno así que apártese por favor. Thorinam se sumó a los caballeros de la muerte.

¡ALTO!. Yo también quisiera degollarla ahora mismo, pero ese condenado Zovaal se nos adelantó, necesitamos su información así que bajen las armas o me verán obligado a actuar. Athor cubrió a Sylvanas espada en mano.

Mi especie casi se extinguió por su maldita culpa… así que o te apartas y me dejas arrancarle el pellejo o tu también acabarás igual. Transformándose en forma feral amenazó con sus afilados colmillos.

Están cegados por el odio… ¡Recuperen la cordura!. ¿Es que no ven que si la matamos ahora estamos condenados?. ¡Ya será sometida a juicio cuando esta maldita locura concluya!. Argent acompañó a Athor en su cobertura.

Tráeme su cabeza en señal de victoria. Te deseo suerte y fortuna hasta que volvamos a vernos. Maldita sea… no me creo lo que voy a hacer… Se puso junto a Argent y Athor.

¿Pero que haces Drethz?. ¿Acaso no la odiabas?. Veldhath empuño sus hojarrunas.

Y la odio… ver su cara me da nauseas pero… si la matamos ahora le seguiremos el juego… debe vivir… por ahora.

¿Quieren dejar esto de una vez?… ¿Es que no ven en que nos hemos metido?. ¡Miren a su alrededor!. Beledori tenía razón, mirase por donde mirase parecía que Oribos había quedado consumida por las Fauces, el otrora prístino cielo celeste ahora era un ocre cielo anaranjado cuanto menos siniestro. ¡Estamos perdiendo el tiempo!.

¡MALDITA SEAS SYLVANAS!. ¡Esto no va a quedar así!. ¡OS ARREPENTIRÉIS DE ESTO, IDIOTAS!. El encolerizado Aiden envainó su arma y a paso lento se fue por el portal a los niveles inferiores que Jaina abrió previamente, seguida de una Beledori al borde del llanto que corrió despavorida y finalmente seguida por Aldana.

Os arrepentiréis por esto, cual cegados están para darle un ápice de confianza a una infraser que no ha demostrado más que frialdad contra todo el que ha sucumbido a sus fuerzas… recuerden mis palabras cuando más inocentes caigan por sus flechas pues tendrán que cargar por toda la eternidad con la culpa de ello. Adiós. Caminó al portal desapareciendo tras este.

Lo siento pero tienen razón, cada segundo que siga existiendo es inmerecido para una ser tan retorcida como ella, no solo las millones de almas inocentes que a las Fauces llegan por su culpa exigen venganza, si no Gilneas, Costasur y todos los caídos en la Cuarta Guerra… Juramos proteger a los inocentes y salvar las almas de quienes han muerto… dejarla viva es una afrenta al juramento, la Luz y las almas inocentes… ojalá no huya de nuevo, pero me temo que acabará libre para servir de nuevo a su maestro… Dando la vuelta cruzó el portal en silencio, quedando los siete junto a la caída Sylvanas.

No pienso perderle en ningún momento el ojo, quiero estar en el interrogatorio, Bolvar.

Así será Athor… debemos retornar a Korthia e informar al Prelado de los sucesos, tan pronto como recupere la consciencia comenzaremos el interrogatorio.

El guerrero y Bolvar tomaron a la elfa y se la llevaron cruzando el portal.

Esto es duro para todos, pero debemos dejar lo personal por ahora o estamos condenados, debemos saber donde han ido Zovaal y Anduin.

Nos adelantaremos Jaina, retornen a Korthia tan pronto como puedan campeones y… gracias por derrotarla. Nos vemos.

Orco y maga cruzaron el portal, quedando los mortales kyrianos solos.

Yo no se que pensar, sigo queriendo su cabeza pero sin su información me temo que estamos perdidos.

Yo tampoco le tengo alta estima a Sylvanas Valerie, pero es lo único que podemos hacer ahora.

Yo estoy perdido, la quiero muerta pero… no así… no ahora, debe ser sometida a un juicio y que sus víctimas la juzguen… o eso creo.

Es un pensamiento correcto, pero debemos dejar eso para su debido momento y mirar adelante, el Carcelero se nos adelantó.

Para colmo estamos divididos… no se si nosotros tres podremos contra Zovaal… como no venga más estamos perdidos me temo.

Ya pensaremos en ello más adelante, debemos retornar a Korthia.

Y descansar un poco… por cierto, esa flecha del hombro ¿te duele?. la humana señaló la flecha.

Entumecido gracias a la Luz y purificado pero… cuando llegue tendré que pedir que me la extraigan… me temo que dolerá.

Pues no perdamos el tiempo, retornemos.

Cruzando el portal se dirigieron a la falla de Korthia sin dilación, cruzándola tan pronto como pudo y nada más llegar informaron al Prelado de todo lo sucedido.

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Llegar al puesto fue ver el retrato de la derrota y desesperanza, los mortales allí presentes se arremolinaban entre ellos con caras largas, más de uno discutía a voces y más de otro arrodillado pareciera esperar el cruento desenlace. Una Kaldorei iracunda intentó llegar a ellos arma en mano con no precisamente buenas intenciones quedando bloqueada por el guardia Korthiano, al cual le llegó el escupitajo.

Veo que las noticias han corrido como la pólvora… Exhaló frustrado. tiene que haber alguna forma de alcanzarlo… O eso rogaba.

Alcanzaron al pequeño grupo encabezado por el Prelado y tras los convenientes saludos se pusieron al día de la lúgubre situación en la que se encontraban.

Así que el día que me temí al final ha llegado, se hizo con los cinco sigilos, eso quiere decir que… su plan está cerca de concluir…

¿Entonces todo lo que hemos logrado no ha servido… para nada?.

No está todo perdido mortal, pronto llegarán sus representantes con los cuatro sigilos, no podemos permitir que Zovaal cumpla su plan.

Jaina… en cuanto al recuerdo de Anduin… llegado el caso.

No Thrall, no podemos matarlo, se que podremos recuperarlo… No sabía de que hablaban, pero Jaina pareciera agarrarse a un clavo ardiendo.

Cuando parecía que al fin estábamos ganando pasa esto… debimos haber traído su cabeza, al menos hubiéramos logrado una victoria moral.

Recuerda lo que somos y aferrate a la esperanza, estoy seguro que lograremos dar con Anduin y el Carcelero.

Eso suena bien Argent pero si la dejó a nuestros pies es por que ya no le es de utilidad, no solo no hemos logrado acabar con Zovaal, si no que para colmo tampoco hemos logrado acabar con Sylvanas. Suspiró frustrado.

Debemos ser pacientes y no hacer juicios prematuros… aunque dispongamos de poco tiempo.

Ese es el problema Argent, no solo es que no tengamos tiempo, si no que tampoco gente, se han ido todos salvo Athor iracundos… y los entiendo.

Pensemos primero en como lograr llegar a donde hayan ido y luego veremos que hacer, con suerte tendremos aliados.

Pasos provenientes de la gran piedra les hizo tornar sus cabezas. Seguidos por un gran séquito de guardias cuatro figuras emergieron portando los sigilos de sus respectivas curias, estos se acercaron al Prelado.

Draka y Uther han venido… ¿Quienes son los otros Argent?.

La Pedregosa y Lady Bayalunar, son de confianza a pesar de las apariencias de nuestra camarada Venthyr.

Zovaal habrá ganado la batalla, pero lograremos ganar esta guerra, no podrá vencer a las fuerzas combinadas de las Tierras Sombrías si permanecemos unidos. Lograré averiguar donde han ido y abriré un paso a ellos, pero necesitaré algo de tiempo y los sigilos. Curias de las Tierras Sombrías, avancen.

Cada uno de los representantes dio al Prelado su respectivo sigilo resguardandolos.

Cuatro curias unidas, una esperanza renovada, esté es el comienzo del fin de Zovaal.

Los respectivos representantes retrocedieron dejando avanzar a Bolvar.

La falla que vimos, la dominación que nos sometió… fue algo nunca visto por nosotros. ¿Que se supone que es Zovaal?.

Fue el anterior Arbitro, el cual desterramos al desafiar la voluntad de los Primeros en su ansia de poder… debí haber sabido que el destierro no bastaría para saciar su sed de sangre.

Entonces… ¿Cuál será su siguiente movimiento?.

Buscará los secretos resguardados en el Sepulcro… esas fallas geométricas que vieron… me temo que no me deja a duda alguna.

¿Sepulcro?…

Habrá ido a la Tierra de los Primeros a la cual no podemos acceder… por ahora, forjaré con los sigilos una llave que nos permita ir, pero me tomará algo de tiempo… tengan cuidado pues desea el alma de su mundo y si lograra su objetivo… sería el fin de la realidad tal y como la conocemos. Pero la esperanza no está perdida, juntos puede que acabemos con el. Activó el portón a su costado y entrando en este desapareció.

“Juntos somos más poderosos”… ¿Y ahora que hacemos siendo cuatro?…

Escuché lo sucedido en Torghast y seguro que querrán reponer fuerzas física y mentalmente. Pronto todos los Kyrianos y Abjurantes acudiremos a una importante ceremonia en Bastión por lo que deben prepararse para ello, por supuesto que tienen que venir.

No creo que sea el momento para una ceremonia Uther, no al menos por ahora…

El Prelado es un gran estratega, si nos da tiempo es por que contamos con este, deberían ir y reponer fuerzas, agotados no servirán de nada en la batalla.

Draka tiene razón, volvamos y descansemos de esta locura un poco, ha sido demasiado en poco tiempo. Nos vamos ya Uther. ¿Que se celebra y cuando será?. Argent pareciera estar interesado.

El entierro de todos los caídos en Bastión durante el conflicto, es lo menos que podemos hacer por honrarlos. En unos días estará todo listo para ello así que descansen, se lo merecen.

Volvamos entonces, necesito asimilar todo esto en mi cabeza…

Y dormir, estoy que me arrastro… sigues con esa flecha en el hombro ¿De verdad no te molesta?. La paladina le señaló el hombro.

¿Eh?… Ahora que lo dices noto cada vez un cosquilleo cada vez más molesto… cuando lleguemos a Bastión haré que me la quiten pero por el amor a la Luz, no esa Administradora matasanos.

Usando la piedra retornaron a Oribos, ahora perceptivo por lo vivido empezó a ver que todo giraba alrededor de esos “Primeros”.

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Bastión.

Los días posteriores a su retorno fueron cuanto menos extraños. Fue recibido con honores por sus “hermanos”, pero aquello no lo sintió como un triunfo, si no como una victoria más que pírrica. La molestia en su hombro tras la extracción no le permitió entrenar, así que se sumergió en la literatura, sobretodo de los relatos que los antiguos escribieron en las épocas más oscuras, pero nada se asemejaba a la magnitud de lo que se cernía sobre todos ellos y para colmo el saber que Sylvanas seguía con vida no hacía más que consumirle por dentro.

Al final acabó regresando al Templo de la Sabiduría para buscar respuestas agotado tras no poder descansar bien, por mucho que lo intentase a duras penas lograba dormir.

…y por eso acudí de nuevo a usted.

Argent y Valerie también acudieron a mi hace unos días, es normal que estés en tu situación.

He intentado encontrar respuestas en las escrituras de los antiguos, en mi interior, pero lo único que encuentro es más incertidumbre y duda. Ni siquiera en la invasión del vacío o el reciente conflicto ha estado todo tan al borde del colapso como ahora, no solo eso, si no que para colmo nuestro grupo de mortales se ha dividido a raíz de detener a la Alma en Pena como si no tuviéramos suficiente.

Se parecen a las palabras de tus camaradas mortales y por desgracia esta vez me temo que incluso yo albergo dudas respecto al desenlace de este conflicto.

Eso quiere decir que…

Pero contamos con unas fuerzas unidas, debes confiar en ellos al igual que ellos confía en ustedes, lograron salvar los cuatro reinos cuando parecía todo perdido a nuestros ojos. Nos equivocamos creyendo que sería nuestro final, ustedes también deben ver más allá de la oscura venda que cubren sus ojos. Si el Prelado tiene un plan entonces confíen en este, pues es un ser de gran sabiduría y experiencia.

Me gustaría pensar así pero… hasta el Prelado se equivocó como el mismo dijo al desterrar a Zovaal.

Y no hay nada más sabio que aprender de los errores, esta vez no permitirá que Zovaal se le adelante.

El otro problema es que quedamos cuatro y viendo los “refuerzos” que vi en Korthia… desconfío en que podamos hacerle frente.

Confíe en sus camaradas, acabarán recapacitando. Por ahora debes centrarte en el homenaje que pronto dará lugar, homenaje que sin su ayuda no hubiéramos podido celebrar.

Entiendo… ojalá haya un nuevo amanecer tras todo esto.

Los primeros rayos del alba ya aparecieron cuando el conflicto finalizó, no permitas que las nubes de dudas cubran el amanecer.

Los días transcurrieron sin más desde aquel momento sumergido en sus pensamientos y leyendo más pergaminos. Aún sabiendo acabaría viéndose con el Carcelero y aquel “anciano” poco podía hacer más que intentar ayudar en lo que pudiera.

Recibir halagüeñas noticias respecto al estado del reino era algo que le reconfortaba un poco e incluso… se sentía hasta orgulloso de ello. Finalmente un Administrador llegó a su reposo personal.

Gracias por informarme.

Adiós, hay más trabajo que hacer.

Se fue de allí como si el Tarragrue le persiguiera. Siempre tan diligentes… suspiró. En fin, hora de la ceremonia, mejor será ir cuanto antes… vamonos Helios, no podemos hacerles esperar. Dejando lo que otrora fuera una flecha fue a el y tras un lametón permitió que se subiera.

En el extremo occidental de Bastión, junto al precipicio.

Al llegar con el decoro requerido se percató de la gran multitud de Kyrianos y Abjurantes que se reunían a los pies de la pequeña colina, tantos que pareciera no ver fin. Mirase por donde mirase grandes filas en orden se agrupaban para el solemne evento por el cual fueron convocados. El gran gentío quedaba dividido por una recta senda por el cual podría pasar, si es que lograba llegar al final del camino que parecía eterno.

Veo que todos han venido, Aspirantes, Administradores, Ascendidos, Abjurantes… admiro este respeto por los caídos… espero que esos dos vengan. Mirase por donde mirase no lograba ver caras reconocibles.

¡El mortal!… ¡Drethz!.

¿Eh?. Miró a la Abjurante. ¿Yo?.

Si, tienes que ir al final, deben ir con los Dechados.

¿Yo allí?… Extrañado miró a la alada ser.

Pues claro, la mismísima Arconte quiere que vayan con los Dechados. Añadió el Kyriano junto a ella.

Oh, nunca me habían… honrado así… gracias. Caminando por la “senda” daba vueltas a esas palabras, se sintió… realizado.

Llegar al final de la senda le retorció el estómago como nunca antes estando al borde del vómito. No solo fuera por el hedor a podredumbre que emanaba de aquel lugar a pesar de todo el incienso ardiendo a su alrededor, si no la escala de la desgracia que para su desgracia subestimó.

Esto… esto es… peor de lo que imaginaba. Se tapó la boca evitando mostrar una arcada.

Nos honra que estés aquí junto a nosotros, veo que te ha afectado la perdida de nuestros hermanos. Comentó Chyrus con todo el tacto y respeto posible.

Ante ellos tres inmensas fosas comunes, en las cuales podría construir en cada una la taberna familiar de Forjaz, llenas de cadáveres cubiertos con blancas telas algunas ensangrentadas. Para su desgracia pudo ver los rostros de algunos caídos con las frías miradas de terror con las que perecieron y las horribles heridas de otros muchos otros. Casi tropezó con una pala del mareo que le dio.

Es una imagen terrible, lo se, pero debemos recordarlos por lo que fueron en vida.

Me temo Thenios que esto… Otra arcada que casi le hace vomitar de nuevo. … que esto no lo olvidaré jamás.

Nadie olvidará esto nunca…

Me temo que así será Kleia pero… mejor recordemosles por sus vidas. Pelagos añadió.

Ven con nosotros pues pronto vendrá la Arconte.

¿Donde están Argent y Valerie?.

Estarán a punto de llegar, vayamos junto a Nikolon y Uther.

Retrocedieron junto a los enormes montículos de tierra y palas clavadas en estos, desde lo alto de esa pequeña colina se podía vislumbrar hasta el final del gentío a sus pies en una mezcla de blancos y negros ahora juntos, lo que en parte le reconfortó un poco.

Poco después los dos mortales llegaron con una Valerie que casi colapsa por el hedor de las fosas a la cual le invocó un poco de Luz. Finalmente la Arconte llegó volando para, sobre ellos, prepararse. Su mera presencia bastó para que todos enmudecieron, dejando solo de melodía las campanas tintinear al son de la brisa y el aleteo de la propia Arconte.

¡Abjurantes, Kyrianos!. Ante nosotros está el irreparable precio que hemos tenido que pagar no solo por la injerencia del Carcelero y sus súbditos, si no por nuestra ciega fe en nuestro propósito que no nos permitió ver los cambios que a nuestro alrededor se sucedían a pesar de todas las alertas que recibí.

Por desgracia hemos perdido demasiado en estos tiempos tan aciagos para todos y… jamás lograremos recuperar a nuestros seres queridos caídos en el Olvido, pero desde ahora y por toda la eternidad siempre serán recordados por todos los que presenciamos esta era y las venideras generaciones de Kyrianos que lleguen a nuestro reino.

Pronto Zovaal y sus Jurafauces caerán, y con ello una nueva era iniciará para todos nosotros unidos, como un mismo pueblo en el que la devoción a la sagrada causa sustituirá la lealtad, en la que las vivencias de las vidas pasadas podrán ser conservadas y en la que no volveremos a ignorar las señales de cambio… jamás permitiré que nuestro pueblo vuelva a dividirse.

Por ello todos aportaremos nuestro grano en conmemorar a quienes ya no están entre nosotros, que este acontecimiento simbolice el amanecer de una nueva Bastión. Tocando suelo cogió una de las palas y recogiendo tierra con esta del montículo la arrojó a la gran fosa a sus pies como si de una gota en una piscina se tratase.

Dejó la pala de nuevo en el montículo. Nunca más sufrirán. Volvió a alzarse y con ello los primeros Kyrianos comenzaron, uno a uno, a depositar una palada de fresca tierra sobre sus hermanos caídos.

Sin distinción alguna la larga fila cubría cada vez más a los caídos en el silencio más sepulcral posible, salvo en los no pocos casos en los que alguno caía a plomo por el hedor o la impresión y otros no pocos caían en desconsolados llantos.

Poco a poco los montones de tierra menguaban al igual que las fosas cada vez yacían más cubiertas. Ver aquello en primera fila le hizo soltar más que una lágrima, sobretodo cuando alguien rompía en llantos.

Tras lo que pareció una eternidad las dos primeras fosas quedaron totalmente cubiertas y la tercera estaba por la mitad y por mucho que intentara mantener la compostura no lograba dejar de soltar lágrimas, que poco a poco tornaron en pequeños ríos que surcaban su rostro.

Al fin el último Abjurante depositó su palada en la nivelada fosa, seguidos por Kleia y Pelagos.

Les toca a ustedes.

Valerie y Argent depositaron sus respectivas paladas… hasta Argent tenía enrojecido sus ojos. Tomó la pala del ya diminuto montículo y con cuidado y respeto volcó el contenido sobre el ahora rectángulo de húmeda tierra, devolviendo la pala.

Finalmente los Dechados uno tras otro depositó su respectiva palada, siendo Adrestes el último en hacerlo.

Me aseguraré de que su sacrificio sirva de eterna lección para todos nosotros y las venideras generaciones, erigiré un monumento a todos los que ahora descansan en esta colina para nunca olvidar a quienes en nuestra hora más lúgubre cayeron y, a quienes nos aseguraron un nuevo futuro para todos. Nunca olvidaremos a los Abjurantes, Kyrianos y mortales que como la luz del alba iluminaron nuestro reino cuando perdimos la esperanza. Pueden retirarse.

Poco a poco el gran gentío se redujo, algunos tardaron más al dejar ofrendas florales sobre la húmeda tierra, otros inciensos y velas, pero al final solo quedaron el grupo que dominaba la colina.

Debemos retornar a nuestros templos, aún hay mucho que hacer para recuperar la normalidad en ellos.

Por supuesto, Adrestes, debemos recuperar la gloria de Bastión cuanto antes.

Los cinco se despidieron y retiraron volando.

En cuanto a vosotros mortales, tengo que pediros otro favor.

¿Se refiere a… Zovaal?.

Eso me temo, se que no han parado desde que llegaron por primera vez, pero si mi… “hermano” logra su objetivo entonces no tendremos un mañana, deben matarlo.

Acabaremos con el pero… ¿no pueden ayudarnos?.

Me temo que no Valerie, a donde va no podemos acceder nosotros.

No se preocupe por ello Arconte, en el pasado logramos acabar con amenazas que parecían imposibles, lograremos vencer al Carcelero.

Demasiado optimista. pensó de Argent. Pero ojalá sea así.

Hablando de ello… ¿El Prelado ha dicho algo?. No creo que tengamos mucho tiempo.

Mi hermano conoce muy bien a Zovaal, si no han sido convocados aún es por que no es el momento, conociéndole os diría que se preparen física y mentalmente para el siguiente combate y repongan fuerzas así que eso harán.

¿Y las fallas que aún siguen surgiendo?.

Nos ocupamos nosotros, ya no son una gran amenaza por lo que no deben preocuparse por ello. Descansen, entrenen y prepárense hasta que mi hermano les reclame, no creo que demore en ello. Que mi bendición les acompañe. Gracilmente alzó el vuelo y desapareció de ellos con un pestañeo.

Ya han escuchado. Se limpió las lágrimas con un pañuelo. Llamaré a Uther para que me ayude a volver a entrenaros a la antigua usanza.

¡¿Que!?. Llevo años siendo paladina, no necesito sus entrenamientos de novatos.

Primer fallo, asumir que es para novatos, Drethz puede dar fe de ello.

No… aún siento molestia en mi hombro Argent.

Eres un paladín, tienes que soportar eso y más.

Es fácil decirlo cuando no tienes un agujero en el hombro…

Soy el Alto Señor, he luchado con peores heridas así que no me sirve como escusa… Voy a por el y reanudamos el entrenamiento.

Sudores fríos y flashbacks del pasado. Creo que… mejor que me corte el brazo…

¿¡Y por que me has incluido a mi?!, ¿No fue el quien te pidió entrenamiento?.

Somos camaradas y como tal entrenamos juntos, además, un duro entrenamiento como el que tuvimos antaño es lo mejor para unos blandengues jóvenes como vosotros. Sacó la lengua burlesco.

Pero si fácilmente podemos tener la misma edad… le sale la vena elfa… ¡Eh!… ¿!Que haces montando en Helios?!.

Uther se fue al Reposo del Héroe y yo no puedo volar y como soy tu superior iré en esta preciosa criatura, además, caminar un poco no te hará ningún daño… Por cierto, una querida “compañera” de confianza vendrá pronto a luchar con nosotros, espero que la reciban con los brazos abierto.

¿“Amiga”?.. espera… ¡Pero será posible!. ¡Baja de Helios!.. la fiel montura lamiendo la pierna de Argent permitió que subiera en su lomo y alzando las alas tomó vuelo.

Te acaba de… robar la montura.

Hoy no cena aspic.

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En las polvorientas arenas del desierto.

Pronto volveremos a vernos… espero que hayas tomado la decisión correcta.

Tendríamos que haber tomado su alma aquel día, hubiéramos podido hacerle servir. Escuchó con aquella pausada voz tan atractiva.

¡Callate!. ¿Para que querría su alma esclavizada?. Debe ser el mismo quien se una a nosotros.

¿De verdad crees que va a hacer eso?. Mírate en un espejo, eres el reflejo de lo que más odia ahora mismo… y bien que lo sabes.

¡¿Quieres dejar de atormentarme?!. Se que me odiará, pero entrará en razón al saber lo que hay en juego.

Tan idealista como siempre… espero que quien me empuñe tras tu caída sea más… interesante.

Juro que te llevaré conmigo a la tumba si eso pasa… además, aún no puedo caer, no hasta que purgue de toda amenaza Azeroth.

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Oribos, semanas después de capturar a Sylvanas.

Las pasadas semanas transcurrieron con calma pero no sin sus altibajos, a pesar del arduo entrenamiento a lo que sus dos “instructores” les sometía no lograba quitarse de la cabeza el temor al fracaso y lo que ello conllevaría, tampoco la falta de noticias de aquellos maldraxxi que otrora solían informarle y aún con todo ello los días envueltos en la incertidumbre transcurrieron hasta que al fin fuera reclamado por el Prelado en Oribos.

Llegar fue desalentador, mirase por donde mirase la tenue luz anaranjada se filtraba hasta el interior de la ciudad, como si de una ciudad goblin se tratase, tampoco podía ver al núcleo de la ciudad y su río de almas, pues no podía más que sentir frustración al saber su destino por lo que simplemente se dirigió al Enclave, donde tanto Tal-Inara le transportó a la cumbre de la ciudad.

Otra vez aquí… no guardo buenos recuerdos de este lugar. Ver el hueco donde antaño la Enjuiciadora sentenciaba el destino de toda alma no hizo más que aumentar su frustración.

Al fin has llegado, sabía que no tardarías.

Miró a su alrededor, Kleia, Pelagos, el Prelado, Tal-Inara… los sigilos en cada esquina de la plataforma…. pero ni rastro de otro Caminante.

Sabía que acudirías a mi llamada, podemos dar comienzo a la apertura.

Disculpe Señor Prelado pero. ¿Y los demás mortales?.

Una vez actives el portón de retorno vendrán, te convoqué a ti.

¿A que se debe tal decisión?.

A que aquel Caminante que se unió a los Jurafauces tiene un especial interés en ti y es posible que lo veas en este lapso, no debes perderle la vista en ningún momento.

“Aquel Caminante”… Suspiró. Así que es allí donde quiere verme aunque… no traigo lo que quería.

Te refieres a… la cabeza de la Alma en Pena. ¿Verdad?.

Así es… está bien, no perdamos el tiempo.

Dando media vuelta el ancestral ser miró al vacio hueco. Solo nos falta un sigilo para abrir el portal que nos llevará a Zovaal… el de la Enjuiciadora.

Aunque ya no esté entre nosotros su esencia aún nos habla. Tal-Inara empezó a flotar delante del portal cerrado que acababa de descender.

Bendita sea su voz. Kah-Sher y Kah-Deleh acompañaron a Tal-Inara en su ritual. Tras ellos la oscura silueta de la destruida Enjuiciadora emergió, emanando de su pecho un cegador destello dorado que saliendo de su portadora llegó a manos de la portavoz en una peculiar forma geométrica que no lograba entender.

Este es nuestro propósito. Cinco Sigilos, un destino, protejan a todo coste la Tierra de los Primeros. Girando sobre sí alzó el sigilo activando el portón, el cual emanaba una fluida matriz dorada de la que a veces emergían motivos geométricos.

Esos motivos… allí estará Zovaal… Aquel portal era algo como nunca había visto, le impresionaba esos motivos octogonales pero no había tiempo para maravillarse con ello.

La vermis está lista, si necesitas hacer algo hazlo ahora pues no sabemos certeramente que te depara en el otro lado.

Estoy preparado, Tal-Inara, debo partir de inmediato. Y sin embargo estaba nervioso y temblando cual flan.

Entonces sube, pero ten cuidado pues es una tierra sagrada prohibida hasta para el Panteón.

Sagrado… recordó una de las escrituras más antiguas que había leído mientras se acomodaba a la montura. ¿Es el origen de las Tierras Sombrías verdad?.

Así es, es allí donde todos los reinos son originados.

Unos pasos y un salto que lo desequilibró.

¿¡Pero que haces Pelagos?!. Baja de ahí.

¿Pelagos?. Miró son asombro a su espalda. He de irme, baja.

Quiero ir contigo.

¿Como que quieres ir conmigo?. No se siquiera si regresaré, no pienso permitir que vengas a algo así.

¿Puedo ir con el a la Tierra de los Primeros, Prelado?.

La Arconte estaría orgullosa de ello, ve con mi bendición.

Espera a que regrese Pelagos, no pienso llevarte a una misión suicida… ¡¿Eh?!. La vermis cobró vida y empezó a alzarse y alejarse de la plataforma.

Maldita sea… por lo que más quieras, no te sueltes de mi.

Está bien. Notó un fuerte agarre en su cintura.

Poco a poco tomaban altura y aunque nervioso por lo desconocido temía más por la seguridad de Pelagos que por la suya misma. Pareciera que poco faltaba para cruzar el portón hasta que… un ejercito de retorcidos Jurafauces montados en esqueléticos seres alados se abalanzaban contra ellos.

¡Jurafauces!… A partir de ahora harás lo que te diga aunque tengas que dejarme atrás. ¿está claro?.

Jamás podría dejarte…

¿Esta claro?. Repitió tajante.

…si.

Bien… Menos mal que aún la conservaba. Tomó de su cinturón una pequeña ballesta con un virote cargado. Debemos atravesar el portón.

¡El carcelero tendrá tu alma!.

¡A la derecha!. Le gritó Pelagos.

Apuntó al jinete de férrea armadura y disparó…. golpeando en el cráneo del esquelético dragón el virote… por lo que cayó fulminado al vacio con un alarido. Esto… Arrojó la ballesta. uno menos…

¡A tu otro lado!.

El sonoro campanazo arrojó al jinete fuera de su destrero.

Venga… ve al portal…. Como si le hubiera escuchado la vermis enfiló al portón que cada vez estaba más cerca hasta que…

¡CUIDADO!.

Casi llegaron pero… La gran deflación impactó a sus espaldas desestabilizando la vermis que una vez en el otro lado empezó a caer en picado al agua bajo sus pies.

¡Álzate, maldita vermis!.

A gran velocidad se acercaba el agua por mucho que empujase hacia arriba la montura.

¡El agua!. ¡Vamos a impactar!.

Aún siendo agua caemos muy rápidos…. Rogando a la Luz su mano protectora hizo que esta imbuyera de su bendición al Kyriano.

¡Por la Arconte!. ¡Vamos a… La oscuridad le reclamó.

Un profundo dolor le invadió por completo cada fibra de su ser, con esfuerzo pudo abrir un poco los ojos.

Arg…. Frotándose los ojos intentaba quitarse la niebla que los cubría, notó sus manos mojadas. He… ¿He sobrevivido….?. Con gran molestia intentó levantarse, escuchando un chapoteo al apoyar la mano. …Donde… ¿donde estás… Pelagos?… Empezó a caminar en la bruma desorientado, buscando al Kyriano.

¿De verdad… he sobrevivido….?… A cada paso un chapoteo. …o acaso estoy en el Velo…

Caminó en la bruma sin destino alguno, al fin algo en la distancia le llamó la atención.

Eso debe… Arg… debe ser la vermis… El leve reflejo de la luz en la dorada montura le guió entre la bruma, no estaba equivocado pues allí estaba los restos del impacto, el dorado cilindro aplastado como una lata vacía carente de la vermis y junto a esta el Kyriano inconsciente.

¡Pelagos!. Corriendo se agachó ignorando el dolor y sin esperar reclamó de nuevo a la Luz que le permitiera seguir adelante al Kyriano, reclamo que fue respondido envolviéndolo en su bendición.

¡Ni se te ocurra morirte!, ¡Despierta!. Al tocarlo notó una irregular respiración, por lo que suplicó una sanación más intensa, que otra vez fue respondido a costa de un poco de su energía y sin embargo no respondía Pelagos a ello.

No queda otra… suspiró frustrado. Toma un poco de mi propia vida. Cerró los ojos y poniendo su palma sobre el torso del caído Pelagos sintió como todas sus heridas se le abrieran al igual que su dolor se acrecentaba pero… Pelagos con un espasmo pareciera responder a ello con leves quejidos de dolor. más te vale despertar si no quieres que Kleia me mate… Apoyándose en la aplastada montura suspiró agotado mirando a la bruma.

Al rato Pelagos empezó a moverse perezosamente como si de un druida al despertar del Sueño fuera, poco a poco volvió a sí mismo no sin pocas molestias.

eh… ¿Drethz?… urg…

No te muevas mucho, ha sido un impacto aparatoso…

Do… ¿donde estamos?…

Esa es una buena pregunta.

¿Estás… bien?…

Eso creo, milagrosamente parece que no me he roto nada, y tu tampoco.

¿por que… ¿Por que me protegiste en vez… de protegerte tu…?

No lo pensé mucho pero… supongo que es lo que un paladín hace… recuerda que yo aún tengo una “vida extra”.

¿Me curaste…. verdad?. Ese reconfortante abrazo que sentí en mi interior…

No sigas hablando por favor, cada vez suena peor… pero si, he sacrificado un poco de mi propia vida, no lo desaproveches.

Me preocupas… si sigues así acabarás… muriendo…

¿Recuerdas lo que dijo hace tiempo aquella elfa “no muerta” verdad?. Los nuestros no morimos de edad, y es algo que aceptamos… y dejemos el tema, repón fuerzas y avancemos, debemos lograr encontrar una salida cuanto antes.

Inquieto por su temor a estar rodeado de enemigos no perdió el ojo a su alrededor mientras Pelagos reponía fuerzas, sin embargo los únicos sonidos que aquel lugar emanaba era los chapoteos del agua al moverse.

Creo que ya estoy listo, debemos avanzar.

Antes de eso… Desenvainó su espada y se la ofreció al Kyriano. Se que no eres muy diestro con las armas y no te gustan usarlas, pero llévala por si acaso me pasara algo, al menos uno de los dos debe contactar con Oribos si queremos detener a Zovaal.

Claro… pero no pasará nada. Pelagos tomó la espada que casi se le cae al dársela.

Ese es el objetivo. Bien, sígueme y haz exactamente lo que te ordene como te dije antes, si te digo corre, corres. ¿Está claro?.

Si.

Tomando su maza avanzó a la vanguardia caminando por la bruma, paso a paso se le hacía molesto el incesante chapoteo.

¿Que demonios es este lugar?… mires por donde mires solo hay agua y columnas hexagonales.

¿Es esto… la Tierra de los Primeros?… no es lo que imaginaba.

Yo tampoco pero tarde o temprano llegaremos a algo, no por nada Zovaal tiene tanto interés en este lugar más allá de unas columnas y agua… Miró a sus pies, deteniéndose incrédulo por lo que veía. Esto no puede ser posible Pelagos…. ¿Estas viendo lo mismo que yo?.

¿A que te refieres?.

Acabo de ver un pez… bajo mis pies. Se agachó e intentando sumerger su brazo notó algo solido que se lo impidió. pero…. ¿¿Pero como es esto posible??

Pelagos también intentó meter el brazo, golpeando el agua, como si una barrera invisible protegiera el fondo, pues agua había bajo ellos e incluso peces de vez en cuando… peces de formas extrañas que jamás hubiera soñado ver.

Creo que definitivamente… estamos en la Tierra de los Primeros Pelagos…

Hay que encontrar la forma de contactar con Oribos, pero el portón fue golpeado por lo que nos hizo caer, cerrándolo.

Eso quiere decir que… estamos atrapados aquí solos…

A no ser que encontremos una Piedra de Enlace me temo que si.

Piedra de Enlace… Tembló al recordarlo. Otra vez…. no…. maldita sea…. otra vez el maldito Olvido no…

Esta vez te ayudaré con ello, no soportaras toda la carga solo.

No quiero que tu acabes así… aquel lugar, si es que se le puede llamar así es… no quiero recordarlo.

No acabaremos allí, te lo aseguro, debemos salir de aquí cuanto antes.

Tienes razón… Recordando aquella terrorífica experiencia reanudó el camino inmerso en la bruma.

Al avanzar nuevos objetos surgieron, unos grandes orbes dorados acompañados de orbes más pequeños llenos de grabados geométricos se incrustaban en el agua, extrañas plantas que de estos brotaban sin substrato o directamente de las columnas emergían en diversos tamaños, tipos y colores, pero todas eran extrañas y exóticas para el y cualquier botánico de Azeroth.

¿Pero que son esos orbes?… Parecen de oro, si son macizos podría comprar reinos enteros solo con una grande…. y están desperdigados aquí como si fueran basura.

No tengo ni idea de que son, pero será mejor no tocarlas.

Sin duda alguna…. y pensar que mi “anterior yo” estaría saqueándolos… exhaló una gran bocanada de aire. Me repugna.

Al fin lograste mostrar quien eres de verdad, me alegra ver quien eres realmente.

Eso me… halaga, continuemos.

Un rato después pareciera que la densa bruma se aclaraba por instantes a cada paso, al fin lograron pisar suelo firme y seco y al poco salieron de esta, frente a un inmenso portón triangular de extraña roca gris ornamentada con multitud de motivos dorados… y entre ellos y el portón un especulador acompañado de dos extraños seres que muy remotamente parecían ¿sapos?…

¡Alto!. ¿Acaso son agentes del Carcelero?. Exaltado pareciera estar a la defensiva.

En absoluto, hemos venido a detenerlo.

Mi compañero tiene razón, venimos de Oribos, llegamos aquí de una forma bastante accidentada, nos envían el Prelado y Tal-Inara.

No parecen Jurafauces… está bien, hablemos, pero bajen las armas.

Obedeciendo al especulador accedieron a bajar las armas. Bien, me llamo Firim, habrán oído de mi expedición para encontrar Zereth Mortis.

Me temo que no. Solo he escuchado en palabras de los especuladores de Bastión sobre una expedición perdida hace mucho.

¿Pero que dices Kyriano?. Logré encontrar este reino de sabiduría hace mucho.

Zereth Mortis… he leído y escuchado sobre tal reino, acaso estamos en… ¿El origen de las Tierras sombrías?.

Así es estimado… ¿que se supone que eres?. No recuerdo a nadie de tu “tipo”.

Alguno nos llaman “caminantes”, pero creo que todos nos llaman “mortales”.

¿¿Mortales en las Tierras Sombrías??. Eso explicaría el repentino ataque de los Jurafauces, ¿A que se debe su presencia?, los vivos no deberían estar en las tierras de los muertos.

Es una muy larga historia, debemos encontrar alguna piedra de los Primeros que nos permitan abrir el enlace a Oribos y traer refuerzos.

Se donde hay una pero…

¿¡Donde!?. Debemos detener al Carcelero cuanto antes.

Pero no se si los demás os permitirá acceder a ella.

¿Los demás?. ¿Te refieres a la expedición?.

Eso es Kyriano.

Puedes llamarme Pelagos.

Tendrán que convencerlos, pero antes abramos este portón… esperen aquí.

Fue tras unos arbustos a un lado del portón y luego a otros del cual pareciera emerger una pequeña columna, con lo que un pequeño temblor de inmediato los sacudió para a continuación escuchar un rugido del inmenso portón que empezó a abrirse a los lados, desvelando el más prístino de los verdes y unas estructuras como nunca antes había visto a sus ojos.

Bienvenidos a Zereth Mortis, acompáñeme.

Pasando el acceso no reparó en ver unos extraños constructos esféricos con patas dorados volcados en el suelo, ligeramente cubiertos por densa vegetación.

¿Que son esas cosas Firim?.

Automas, los guardianes dejados por los Primeros para salvaguardar su reino.

Una pregunta… ¿Por que nos ayudas?. Somos foráneos y solo cuentas con nuestra palabra…

Esos malditos Jurafauces no dejan de profanar estas sagradas tierras, si piensan acabar con ellos y Zovaal son más que bienvenidos.

La clásica del “enemigo de mi enemigo es mi amigo”… menos mal. Pensó mirando a las peculiares mascotas.

¿Nos puedes llevar a la piedra, Firim?.

Claro Kyr… Pelagos, pero antes deben hacerme un pequeño favor.

Por supuesto que no iba a ser gratis. Masculló en sus pensamientos.

Claro. ¿Que tenemos que hacer?. Pelagos se ofreció sin más.

Necesito adquirir un núcleo de automa, no tiene que pasar nada pero por si acaso me vendría bien su ayuda.

Está bien Firim.

No tardaron mucho en llegar a donde deseaban, un pequeño acceso circular cerrado incrustado en una montaña.

Si no le provocan no debería pasar nada… Puso su “mano” sobre el dorado pedestal acabado en un extraño símbolo geométrico. Esto es extraño… no escucho mecanismo de apertura alguno… Acérquense a la puerta.

Al acercarse vio como por un lado estaba levemente abierto así que con un poco de esfuerzo empujó al costado esta.

Debería estar sellada… tengan cuidado, algo no va bien.

Quedaros aquí, entraré yo.

Déjame ayudarte.

Puedo ocuparme yo, me serás más útil vigilando la retaguardia, defiende a Firim.

Está bien, ten cuidado.

Tomando su maza accedió al pequeño pasillo cilíndrico con cautela, al final de este encontró una pequeña sala con un “automa” destrozado y dos Jurafauces armados.

Por supuesto tenían que ser Jurafauces…

Nadie puede interferir con el plan del Maestro. ¡Muere mortal!.

Esquivó una oscura onda por poco, cegando a ambos golpeó con la ardiente maza al invocador de la onda y de un salto a su costado esquivó el barrido de la pesada maza de su compañero.

¡Somos el ejercito eterno del Carcelero!. Otro barrido que aplastó a su caído camarada. ¡Su realidad está condenada mortales!. Furioso barrió la pequeña sala con su pesada maza rozando paredes, golpeando el automa y terminando de descuartizar a su camarada, no pudo más que retroceder al túnel.

¿Pero que le pasa?… ya se que hacer. Acercándose al borde de este llamó la atención del indeseado Jurafauces que con otro barrido respondió a su presencia, haciendo estallar el borde del túnel en pedazos y con ello la cabeza de la maza.

Se acabó. Golpeó al oscuro ser con su ardiente maza en el costado, lanzándolo al otro lado de la sala como hiciera con su camarada.

Esto no es nada… llegan tarde… ¡Ja!, sucumbirán ante… Aplastó su cabeza con la maza, ahora no tan candente.

¿Es que todos tienen que ser tan plastas?… en fin, no perdamos más tiempo.

Tomó el yelmo del otro Jurafauces y el extraño dispositivo que quedó arrojado en el suelo y volvió a encontrarse con los “vigías”.

¿Que ha pasado?. ¿Estás bien?.

No ha pasado nada Pelagos, pero tenía razón. Mostró el yelmo. Ya están aquí. Dio a Firim el extraño dispositivo. Llévenos a la piedra cuanto antes Firim, debemos traer refuerzos cuanto antes.

Por supuesto, os llevaré a Refugio, donde se asienta el resto de mi expedición, suban a los Vombatas.

¿Los que?… ¿Te refieres a… Miró las extrañas criaturas que siempre acompañaban al Especulador.

Mis fieles acompañantes, está claro que no conocen nada de estas tierras. Os pondré al día mientras viajemos.

Dos “Vombatas” para tres, eso solo podía significar una cosa.

¿A qué esperan?. Dijo impaciente el Especulador montado en un Vombata.

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A plácida marcha salieron del pequeño paso entre las montañas viendo al fin en toda su gloria el hasta ahora sellado reino de Zereth Mortis.

llegaron al borde del camino, desde donde una parte del valle a sus pies podía vislumbrarse Estoy soñando… esto no es real… es imposible que un lugar así exista… Frontándose los ojos y pellizcándose la mejilla intentaba asimilar lo que sus vidriosos ojos estaban viendo.

No eres el único… jamás he visto algo así… parece salido de una historia de fantasía… es todo tan diferente a Bastión…

No… no hay nada en Azeroth parecido a esto, es imposible… ¿Como puede existir un lugar así?…. es demasiado para mi mente.

Me recuerdan a nosotros cuando llegamos por primera vez, no hay nada en las Tierras Sombrías que se le asemeje… ¿Es hermoso verdad?.

No tengo palabras para describirlo Firim… simplemente no tengo palabras para describir que siento ahora.

Y faltaban palabras para describirlo. Verdes prados de un verdor casi artificial cubrían el inmenso valle que entre las rocosas paredes hexagonales se abrían paso hasta el lejano horizonte interrumpido por grandes esferas doradas que flotando sobre los prístinos lagos de aguas tan puras como manantiales bajo ellos flotaban como pequeñas constelaciones alrededor de las cuales extrañas aves volaban en simétricas formaciones ordenados como soldados de un ejercito perfectamente comandados sobre los eternos prados de extrañas plantas de grandes y coloridas flores que mecidas perezosamente por la agradable brisa al son de esta liberaban sus múltiples aromas de las cuales nada se pareciera a lo que en su vida había olfateado.

En un rato estaremos en Refugio, veo que se han dejado sin palabras… y esto no es más que una pequeña parte, este reino alberga maravillas como nunca habrán visto.

Así que los Primeros crearon este lugar… ¿Han llegado a verlos?.

Me temo que no Pelagos, hace mucho que desaparecieron de aquí, mucho antes de que llegáramos. Podrían en el Sepulcro o… quizás no, es algo que no sabemos.

¿Que es el Sepulcro y por que Zovaal quiere tomarlo?.

Alberga secretos que podrían cambiar el cosmos tal y como lo conocemos, si se hace con ellos… la realidad podría ser destruida o modificada.

Maldita sea, es lo que dijo aquella vez, quiere dominar todo… ¿Acaso no han entrado?.

En absoluto, es mejor dejar los secretos de los Primeros fuera de miradas indiscretas, el Sepulcro debe permanecer sellado.

¿Acaso no vinieron para descubrir sus secretos?.

Y por intentar saber más fui desterrado de la expedición, ahora se hacen llamar “los Iluminados”, por desgracia no soy bien recibido allí así que… os tendré que dejar por el momento cuando nos acerquemos.

¿Si vinieron para descubrir más por que te desterraron?. Pelagos curioso parecía querer saber más.

Juraron proteger los conocimientos que estas tierras albergan a todo coste, para ellos mis métodos son más que deleznables… como por ejemplo el núcleo que me ayudaron a obtener, ellos jamás hubieran osado tocar un automa.

Es demasiado drástico…

Es el camino que eligieron, uno en el que yo no quise avanzar… nos estamos acercando. Se detuvieron. A partir de aquí deben avanzar por su cuenta, hagan todo lo necesario para ganarse su simpatía y acceder a la Piedra, solo así se salvará Zereth Mortis.

Entonces… ¿has pasado todo este tiempo solo?…

No como tal, he estado rodeado del conocimiento de los primeros Pelagos, aún transcurridos tantas eras hay tanta información que tardaré eones en lograr asimilarlo.

Te haremos compañía tan pronto como podamos.

¿Estás seguro?… estoy en una cueva no muy lejos de aquí, siguiendo la senda circular en dirección opuesta al que hemos tomado.

Debemos continuar Pelagos, nos están esperando y Firim… gracias por el apoyo.

Que os vaya bien intentando convencerlos, ármense de paciencia, la necesitarán. Estoy seguro que nos volveremos a ver, hasta pronto. Dando media vuelta el Vombata pasó a su lado por la senda que los llevó allí.

Lo siento por el, pero tendremos que omitir que le hemos conocido, mencionarlo podría traernos problemas.

Pero son su expedición, no puede quedar esto así.

A mi también me da pena lo que le sucedió, pero hay demasiado en juego y son nuestra única oportunidad, si lo mencionamos pueden creer que somos enemigos, no podemos permitirnos quedarnos sin activar el portón.

No parecía ser alguien que fuera capaz de hacer algo malo.

Y seguramente así sea, pero por desgracia no tenemos alternativa, cuando estemos allí cuida tus palabras, estarán recelosos con la presencia de los Jurafauces.

¿Y que pasaría si nos rechazan?.

Entonces empiezan a surgir pensamientos que mejor retornen al Olvido del cual vinieron.

No me digas que…

Simplemente asintió con la cabeza como funesta respuesta.

Intentémoslo por la vía diplomática, espero que den su brazo a torcer… exhaló. bien, continuemos.

Caminaron un rato por la senda entre extrañas plantas, dorados orbes y aún más extraños animales que más bien parecieran autómatas hasta que al fin llegaron al fin del camino, un pequeño campamento tras un no muy alto muro recubierto por una translúcida cúpula de extraña energía y resguardada por Especuladores ataviados con unos harapos carmesíes que hacía largo tiempo vieron mejores días.

Esto parece Refugio, déjame hablar por favor.

Está bien, y recuerda, evita las armas.

Por supuesto, solo las usaré si nos atacan.

Con paso lento y brazos bien expuestos y visibles avanzaron por la senda hasta que al fin los guardias se percataron de ellos, por lo que se detuvieron.

Llevan lanzas… no tardarán mucho en estar en su rango, estate alerta Pelagos.

¿Nos atacarán?.

Los guardias a paso ligero se acercaban a ellos.

No lo se, depende de lo que crean que somos.

¡ALTO!.

A la defensiva bloquearon la senda cruzando sus lanzas.

¿¡Acaso son agentes de Zovaal?!. No lograrán traspasar nuestras defensas.

En absoluto, venimos para acabar con ellos.

No me fio de ellos, esos condenados Nathrezim ya intentaron infiltrarse en otras ocasiones, deberíamos capturarlos e interrogarlos.

Esto no va bien… ya me conozco los “interrogatorios”. Se dijo mientras intentaba analizar la situación.

No somos Jurafauces, venimos de Oribos.

¿¡Por que has hablado!?

¿Oribos?. ¿Como han logrado llegar aquí?. Solo es posible con una llave… llave con el que el Carcelero se hizo.

Es una larga historia, pero logramos con el apoyo de las curias crear unos nuevo sigilos y con ello acceder por un portón aquí, portón sellado por culpa del ataque Jurafauces.

Sigo sin creérmelo.

Voy a consultar con los ancianos, evita que se muevan.

Retirándose al interior el guardia siguieron retenidos.

Darme un motivo por el cual no debemos matarles en este mismo instante.

Tenemos un objetivo común, acabar con Zovaal y los Jurafauces, una vez logrado dejaremos para siempre estas tierras.

¿De verdad crees que voy a creerme una patraña así?. Pensaba que los suyos eran maestros de la infiltración y el engaño.

Sigue creyendo que somos Nathrezim… empezamos bien.

El otro guardia retornó.

Que pasen, pero sus armas quedan requisadas.

¿Que nos asegura que no nos matarán dentro?.

Si de verdad no son agentes de los Jurafauces entonces accederemos a hablar, los ancianos les dan una oportunidad para hablar, de lo contrario serán considerados enemigos y por ende atacados al acercarse a Refugio.

Saben que quieren algo de ellos… no queda otra… Masculló en silencio. Está bien, pero más vale que no sea una trampa.

Dieron sus armas a los guardias, los cuales revisaron que no ocultasen más. Brazos a la espalda, deben ir esposados si quieren entrar, es un requisito impuesto por los ancianos._

¿Acaso hemos hecho algo malo?. ¿Por que nos detienen?. Tan inocente como siempre, Pelagos.

No queremos sorpresas, sabemos que los Nathrezim pueden luchar con destreza cuerpo a cuerpo.

Está claro que los han atacado antes… son precavidos.

De acuerdo, pero tampoco queremos sorpresas nosotros.

Accediendo a la petición se dejó esposar los brazos tras la espalda, fuera lo que le ataba las muñecas era rígido y realmente incómodo por como dejaba sus brazos.

Adelante, no se separen de nosotros.

Al fin entraron al interior de la cúpula y muro. Lo que vieron fue austeridad hecho campamento pues este giraba alrededor de una pequeña charca que presentaba un orbe de considerable tamaño en el bode de esta. Más allá de ella no habían más que unos pequeñas carracas y puestos en aquellas telas carmesíes iluminadas por antorchas de celestes llamas furiosas… y poco más salvando el portón abierto incrustado en la montaña del cual parecía la librería de un viejo erúdito que otra cosa, llena de artefactos y pergaminos realmente antiguos desperdigado que llegaban hasta lo alto del techo que desafiando la gravedad parecieran que pudieran colapsar con una brizna de la más pequeña de las brisas.

Y más de esos especuladores en harapos carmesíes en su interior que a pesar de no tener rostro seguro que miraban con sorpresa y sospecha a los recién llegados.

De rodillas.

Les hicieron arrodillarse frente a uno de los Especuladores en el centro del campamento.

Así que son los visitantes de Oribos… ¿Que les ha llevado aquí?.

Abrir un enlace que permita traer refuerzos para acabar con el Carcelero y sus Jurafauces.

Umm… ¿Como saben que pueden hacer algo así?.

No me gusta por donde va… Logramos abrir un portón para llegar, pero nos atacaron en lo alto de Oribos, nos hacen llamar “Caminantes” a los mortales que podemos usar las Piedras de los Primeros. Al igual que las hay tanto en Oribos como en Korthia y las Fauces pensamos que siendo el lugar creado por ellos tendría que haber alguna.

Suena convincente… ¿Como supiste de nuestra existencia?. ¿Por que vinieron aquí?.

Quieren que le hablemos de… es listo Al llegar dimos con el camino que nos llevó aquí, como no conocemos este lugar simplemente lo seguimos, estamos atrapados y sin posibilidad de retornar en este momento.

No suena creíble… ¿De donde sacaste ese yelmo que llevas en tu codo colgando?.

Un Jurafauces que mate en el camino, nos atacaron y me llevé el yelmo como premio.

Un Jurafauces nunca se desharía de su armamento… pero también ha podido matarlo para infiltrarse. ¿Donde pasó eso?.

En una zona llena de agua y bruma, no conozco bien el lugar.

¿Quienes son en verdad?.

El es un Kyriano y yo un mortal venido de un mundo llamado “Azeroth”, venimos bajo ordenes del Prelado.

Un Kyriano y un mortal… ¿Por que no han venido el entonces?…

Así que nos quieres desgastar a preguntas hasta que escuches lo que quieres… debo tener cuidado con Pelagos.

Eso es algo que no sabemos, como líder de Maldraxxus cumplimos sus ordenes.

¿Por que el líder de Maldraxxus envía a un mortal y un Kyriano?. ¿Por que no enviar Maldraxxis?.

¿Como se llama usted?.

Kreth, pero bien que lo sabes si eres un infiltrado, se que quieren capturarme.

Señor Kreth, mientras estamos aquí con esta tortura de preguntas el Carcelero se acerca a su objetivo, deje de sospechar que somos Nathrezim y hablemos de las amenazas que se ciernen contra todos, no somos sus enemigos.

Eso ya lo he escuchado antes y casi acabo muerto.

Suspiró realmente frustrado. ¿Cómo quiere que le demuestre que no somos Nathrezim ni nada parecido a los Jurafauces?. El tiempo apremia.

Tu nos ayudarás a repeler un ataque de los Jurafauces cercano a nosotros, tu amigo se queda conmigo hablando.

Dejar a Pelagos con el… es demasiado inocente y no sabe mentir… le hablará de Firim. Y es tan tozudo que no se creerá nada de lo que le diga, a sus ojos somos infiltrados… es demasiado inteligente… Está bien, pero ni se les ocurra herirlo.

Si logran demostrar que no vienen con malas intenciones serán libres y hablaremos.

Sígueme, debemos repeler el ataque.

Fue llevado por otra salida casi a empujones hasta que dejando Refugio fue liberado de sus ataduras.

Vamos, no podemos permitir que lleguen.

¿Y mi arma?. No puedo combatir sin ella.

Le lanzó una pica, ligera pero resistente y realmente afilada. Tendrás que usar esto, no me fio de tu arma.

Está bien…

Corrieron por el camino hasta alcanzar la confrontación entre más de aquellos guardias y los sempiternos Jurafauces.

Acaba con ellos y tendrán una oportunidad, no trames nada o acabarás con tu cabeza en esa pica.

Se lanzó al combate, directo con su prestada pica contra el primer Jurafauces que vio, el cual no tardó en sucumbir ante la candente pica.

Uno tras otro los asaltantes cayeron a manos de los defensores y el mortal los cuales no dejaron a ninguno con vida. Tras asegurarse de que ninguno pudiera escapar los arrastraron hasta amontonarlos y en un lado del camino los quemaron.

Buen trabajo… aún así no confío aún, los Nathrezim no dudarían en acabar con los suyos para continuar sus planes, volvamos.

Al retornar y repetir la retención se acercaron a Pelagos y su “anfitrión”, ahora acompañado por otra especuladora.

El mortal no ha dudado en masacrarlos, anciano. Se han retirado, por ahora.

Usted debe ser “Drethz” ¿Verdad?. Su amigo nos ha hablado de ti.

Así es. ¿Y usted es?.

Ara, soy una de las ancianas de los Iluminados. Hemos estado conversando con Pelagos y vista su sinceridad y tu lealtad hemos confirmado que no son infiltrados… siento que Kreth haya sido tan escéptico, pero los Jurafauces quieren nuestros conocimientos a cualquier coste, algo que no podemos permitir.

Está bien Habló Kreth., pueden abrir la Piedra, pero tan pronto como acabe la amenaza retornarán… y otra cosa, no se fíen de ninguna palabra de ese infiel de Firim, si lo expulsamos fue por algo.

Gracias por permitirnos abrir el enlace, todo esta en juego en este momento.

Retirenles la esposas y devuelvanles las armas. La orden de Ara se cumplió de inmediato, tras un instante para estirar los brazos siguieron a la anciana a una cercana cueva donde en efecto una inactiva piedra esperaba durmiente alguien que la activara.

Así que aquí estaba… Sudores fríos le caían de la frente. Así que por esto me envió el Prelado… ahora lo entiendo.

Yo te ayudaré, no volverás a caer de nuevo.

Pelagos…

¿Acaso van a activarla… con su ánima?.

¿Acaso hay otra forma, señora Ara?.

No, pero necesitará mucha, si solo la activan ustedes… podrían acabar consumidos.

Ya activé una solo… por poco me consume el Olvido.

Lo extraño es que sigas aquí. Kerth ayúdanos con esto.

Bien, espero que sus aliados sean de confianza…

Opresión en el pecho, sudores fríos, temblor en las piernas y más al acercarse a la piedra… pero no quedaba otra.

Comencemos, imbuyanla con su ánima.

Otra vez activando una piedra, otra vez sedienta de ánima. Poco a poco se notaba más y más agotado, pero la piedra exigía más ánima que ahora le llegaba de cuatro fuentes. Poco a poco brillaba con más fuerza e intensidad en dorados haces de los cuales motivos geométricos empezaron a fulgurar y al fin… las piezas se separaron.

Se ha… ¿Activado?.

Una figura oscura emergió de inmediato, de gran altura el extraño humano se detuvo ante ellos.

Han logrado activar la piedra, al fin podremos acabar con Zovaal… ¿Quienes son ustedes?.

Son… quienes han resguardado… la piedra…

Más y más figuras emergieron de la piedra. agrupándose en la pequeña cueva.

Están en… Refugio, les acogeremos… hasta que acaben con los Jurafauces. Seguía receloso el anciano.

Así se hará, hemos logrado anclar a Oribos el enlace, si necesitas volver solo tendrás que emplear la piedra y por cierto, buen trabajo. Descansen por ahora, pues el autentico trabajo no ha hecho más que comenzar.

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Con el transcurso de los días lograban poco a poco ganarse la confianza de los reacios “Iluminados” que reticentes con su mera presencia se exaltaban a cada nimiedad que los foráneos hacían, si no era por espantar por accidente a unos “cérvidos” era por tocar uno de esos dorados orbes y lo que le sacó de quicio y casi le llevó a las manos, la gran queja de Kerth por que uno de los cazadores de la Cacería Salvaje había cometido el gran e imperdonable crimen de… pisar un arbusto… un vulgar arbusto como los cientos que había a su alrededor.

Para suerte de su aún delicada salud mental las quejas fueron yendo a menos conforme las noticias de victorias frente a los asaltantes Jurafauces llegaban más a menudo a Refugio. Pese a tener ataques continuos e incesantes poco a poco lograban alejarlos más del puesto devolviendole parte de su paz perdida, lo que al fin pareciera agraciar a los “ancianos” que accedieron por fin a ayudarlos en todo lo necesario.

Apenas tenía tiempo para descansar, y eso lo notó al caer rendido en la cascada cercana a Refugio. Recostándose sobre su espalda vio los extraños motivos geométricos que en su eterna simetría no dejaban de fluir desde lo alto de la cúpula celestial al lejano horizonte. Hipnotizado por la eterna secuencia de los patrones dentro de patrones y la pequeña cascada fluir se dejó rendir al sueño hasta que unos pesados pasos cada vez más cercanos le alertó.

Que sorpresa verte aquí. ¿Puedo descansar aquí?, esos plastas de los “Iluminados” me recriminan hasta pisar una hormiga.

¿Eh?… Si claro.

Se dejó caer cerca de el. Al fin un poco de paz, no he parado desde que vine. Se estiró dejando caer sus largos cabellos.

Más bien desde que llegamos a las tierras de los muertos, Azeroth queda tan distante… tan lejana.

Y pensar que parece que fue ayer cuando asaltamos Ny’alozha, si esa condenada Sylvanas no hubiera…

Hubiera sido peor, ese Zovaal hubiera logrado otro para su objetivo… Acabaron con el alma de Ner’zhul en el Sagrario, hubiera encontrado un cuarto tarde o temprano.

Aún así… no debimos haber permitido que siguiera viva.

¿Y que hubiéramos logrado con ello?. No es que le tenga un especial aprecio ni mucho menos pero Argent tenía razón, deben ser sus víctimas quien le juzgue, no nosotros… creo que es la única forma de que se haga justicia por ellos.

Entonces le aguarda un negro futuro.

Pero ese futuro no estará decidido por nosotros… por cierto, ¿Te has encontrado con alguno de los mortales?, no he tenido tiempo para saber nada de ellos, la última vez fue… mejor no recordarlo.

He hablado más contigo ahora que con nadie pero si, Argent está ayudando junto a su esposa.

¿Está casado?. Le sorprendió la respuesta. Anda que se lo tenía callado.

Si, aunque es… rara… extraña por decir algo.

¿A que te refieres?.

Es una elfa… no muerta.

¿¿Está casada con una caballero de la muerte??…

Eso parece.

Estaría viva cuando se casaron…. ¿Y el resto?.

Athor está siempre en el frente, juraría que vi de lejos a Aldana y ya está.

Eso son muchas bajas… por cierto, tu has estado siempre muy cercano a Aiden… ¿Por que es tan sobreprotector con esa elfa?. Ya sabes, esa tal “Beledori”.

Debe verla como una discípula, y otra cosa no, pero es muy protector con lo que realmente le importa.

Y sin embargo nos dejó cuando Azeroth está más en peligro, entiendo su odio a Sylvanas pero… si algo he aprendido durante este viaje es que hay que mirar hacia delante y evitar caer en viejos resentimientos, ya tendremos tiempo para Sylvanas, si no acabamos con el entonces… todo habrá sido en vano.

Has cambiado bastante desde lo del pulpo, pero aunque odie admitirlo tienes razón.

¿Acaso no recuerdas lo mal que te traté por pensar que nos venderías a un Aiden sediento de almas?.

Como para olvidarlo… pero de eso ya hace mucho. Se levantó de golpe. Se acabó el descanso, hora de continuar, a ver si esta vez no me cae otra bronca por matar una mosca. Ha sido agradable la conversación y a ver si ese terco de Aiden vuelve de una vez… siempre igual.

Igualmente, que vaya bien. La humana se fue dejándolo solo con sus pensamientos. Por favor, sobrevive.

Tras el descanso retornó a Refugio encontrándose con Bolvar el cual no esperó al verlo, haciéndole ir a la mesa sobre la cual un gran mapa de Zereth Mortis reposaba con varias figuras en distintos puntos.

Al fin has regresado.

Si… ¿Otra emboscada de los Jurafauces verdad?.

No, es hora de llevar la ofensiva si queremos detener los planes del Carcelero, por ello comandarás a un grupo de Kyrianos enviados por Xandria para establecer un camino seguro al campamento de Iluminados que hay en el otro extremo de Zereht Mortis. Señaló en el mapa la X donde quedaba ubicado el puesto.

¿Como que comandar?… Acaso he de… No lograba entender si era una broma de mal gusto.

La dechada del Coraje os ha confiado para esta misión a parte de los suyos, confía en que sabrán llevarlos con buena mano.

Que confía en que sepamos llevarlos con buena mano… nunca he dirigido a nadie en verdad.

Tendrás que hacerlo, si la dechada te ha delegado tal puesto es que confía en tu criterio, si logramos tener un camino seguro podríamos establecernos allí, frente a la isla donde se ubica el Sepulcro. Señaló la inmensa isla al este.

Ya veo… en fin, ¿donde está ese grupo?.

En la cueva esperando, no les haga esperar.

Fue a la cueva donde la piedra aguardaba a ser usada, allí vio a dos kyrianos sentados y otro apoyado en la húmeda pared rocosa, verlos le hizo tener un poco de miedo pero acercándose se presentó.

¿Ustedes deben ser los enviados por Xandria verdad?. El de pesada armadura dorada se levantó.

Así es hermano, venimos del Templo del Coraje para acabar con los Jurafauces de una vez.

Creo que no hace falta presentaciones de mi parte pero… Soy Drethz, uno de los mortales que se unió a los suyos, me han asignado que os comande y eso haré. ¿Pueden presentarse?.

Soy Frouryo, listo para ser su escudo y lanza en la vanguardia, a tus ordenes.

Su compañero en armadura de cuero y gran arco plateado se levantó con calma.

Seré su arquero, me hacen llamar Ananetosis. Encantado de servirle.

La de tez oscura y ajustados cueros apoyada en la pared se acercó con parsimonia.

Soy Katifeia, seré sus ojos en las sombras, lista para acabar con nuestros enemigos.

Encantado de servir con ustedes, creo que estamos bastante balanceados… siento interrumpir las presentaciones pero tenemos que avanzar, hay un objetivo que cumplir pues tenemos que…

¡Shh!, las paredes escuchan señor.

¿Sucede algo Katifeia?.

Es mejor que vayamos a un lugar más… “intimo”.

Así que también están esos condenados… está bien.

La Abjurante los llevó a… las cascadas, donde bajo la sombra de uno de esos arboles de ramas circulares se detuvieron.

Creo que es un buen lugar. Se retiró la oscura tela que escondía su hermoso rostro.

Se me hace extraño una kyriana pícara la verdad, no es por ofender.

No se a que te refieres por “pícara” pero… desde que empece a servir a la dechada destaqué con las sombras como pocos.

Intrigante… bueno a lo que urge, tenemos un objetivo entre manos, establecer un camino seguro a lo que llaman “La gracia del peregrino”, un puesto Iluminado frente a la isla donde se encuentras el Sepulcro. Cuanto antes lleguemos allí antes podremos establecer una avanzada para iniciar el asalto.

¿Entonces que sugieres señor?. Lleno de energía Frouryo preguntó.

Que que sugiero… Sentía como los seis ojos los juzgaban. …pues… veamos, necesitamos… Maldita sea, es la primera vez que lidero… Respiró hondo y exhaló. Bien, lo primero que necesitamos es información… recordó el mapa del reino. Hay un camino circular que recorre el interior de Zereth Mortis, tenemos que saber que zona esta menos ocupada… ¿Aparte de Katifeia alguien más puede ocultarse en las sombras?.

Que va, llamo demasiado la atención. Frouryo mostrando su gran escudo brillante negó.

Me temo que no hermano. Ananetosis negó con la cabeza.

Solo estas tu y hay demasiado camino… quizás si… ¿Podrías comprobar el centro entre ambos puestos Katifeia?.

Así se hará, esperen mi informe hasta entonces. Alzando el vuelo desapareció entre las sombras en un instante.

Que acabo de hacer… Por la Luz, que regrese sana.

Tranquilízate hermano. Sintió una gentil mano sobre el hombro. No es de las que se dejan cazar.

Es mi primera vez dirigiendo como dije… no se nada más allá de mi propia experiencia.

La Dechada nos ha hablado muy bien de ti al igual de Argent y Valerie, sabe que nos harás triunfar, además, tu experiencia nos ha llevado a este momento, confía en ella.

Gracias Frouryo pero hasta que no regrese… no me quitaré este temor.

Eso es algo normal… por cierto. ¿Como quieres que te llamemos en nuestras misiones?.

Buena pregunta Ananetosis. Fuera de estas pues como vean, “Drethz”; “hermano” y demás, no tengo problema con ello pero durante estas soy la autoridad así que… Comandante.

Así te llamaremos ahora en nuestras misiones, Comandante.

Era la autoridad y aunque no se viera preparado más allá de su propia experiencia sentía que el peso de sus existencias ahora caía sobre su espalda.

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Un elfo silencioso interrumpió la reunión, los Kyrianos se pusieron en guardia al igual que Drezt…
El elfo con las manos en los bolsillos no hizo ningún gesto amenazante,aunque su oscura armadura de cuero,no dejaba lugar a dudas, con respecto a su profesión.
Hizo una leve inclinación de cabeza en dirección a Drezt, vio como titubeaba por unos instantes,antes de que su rostro se iluminara con un gesto de reconocimiento hacia el elfo…
¿Mathân?..tu estuviste en el encuentro con N’zot,¿no? Amigo de Argent el elfo…
Asi es,no he podido evitar escucharos,y sin dudar en ningún momento de las habilidades de la Kyriana(hizo un gesto de reconocimiento hacia ella), colijo contigo en que es un amplio terreno para batir,comandante.
Lo que aquí sucede nos atañe a todos, y si no te importa,me gustaría formar parte de tu equipo…
Continuará

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Eternos minutos transcurrían agonicamente uno tras otro sin rastro alguno de la exploradora. Ni la calmada caída de la cascada, ni el canto de los cercanos pájaros ni la suave brisa moviendo con pereza las hojas de los peculiares arboles eran capaces de relajarle lo más mínimo. Un tirón en la cara le hizo volver en sí.

Confía en ella, debe estar a punto de volver.

Miró los pelos dorados y pálidos en su mano. No quiero pensar que la acabo de enviar al… a “ese” lugar.

Nos enfrentamos a ellos en Korthia, volverán a caer aquí.

Aún así esta espera está matándome, solo quiero que regrese… Voy a ver si logro un mapa.

Regresando con un pequeño mapa enrollado respiró tranquilo al ver a la abjurante hablando con sus camaradas así que se apresuró.

Comandante, regresé con el informe de la situación en tierra.

Adelante Katifeia. Puso el mapa en una parte relativamente plana del suelo y una piedra por esquina.

La ruta norte esta infecta de Jurafauces, se ve que deben estar asentados en la zona desértica.

Eso nos deja el lado sur…

Hay menor presencia, pero demasiada para avanzar.

Entonces… Señaló con una rama una senda al norte de Refugio. deben estar esperando a que lancemos una ofensiva para contraatacar… ¿Y el interior?.

También hay, pero han intentado controlar automas, enfureciendo a la mayoría.

Deberíamos aprovechar esa baza a nuestro favor comandante. Ananetosis comentó a su lado.

¿Es un camino apto para carros con pesadas cargas?, es decir, si han tomado los caminos es por algo.

Es una zona de estanques y lagos, pero en general es muy plano el terreno.

¿Y los muros?. Según el mapa solo hay una subida al otro lado y seguro que ellos también lo saben.

Cierto… bien visto Frouryo. ¿Has logrado alcanzar ese paso?.

Es lo que dice, está mejor resguardado y para colmo un cargo intermedio comanda la zona, aunque no hay tantos efectivos como en su frente…

Así que solo tenemos esa opción… no queda otra, debemos tomar ese paso, luego los demás se ocuparán de mantener abierto el camino, pero para ello debemos ser la punta de lanza que abra camino… Frouryo y yo iremos al frente, ustedes a la retaguardia. Plegaba el mapa. Hay que alcanzar el puesto cuanto antes, en marcha.

Alcanzaron el bloqueo frente a Refugio por ahora tranquilo, desde el cual podía ver el gran valle que debían atravesar, por mucho que quisiera no era capaz de avistar el extremo opuesto así que cerciorándose por última vez de tener todo lo necesario a mano avanzó hacia las grandes cuestas que descendían por las abruptas paredes. Siguieron descendiendo sin problema alguno más allá del susto de un yelmo rodando por las cuestas proveniente de un Jurafauces que yaciendo al borde del barranco pareciera caer en cualquier momento. Poco a poco pareciera hacer más fresco, lo cual agradeció y finalmente llegaron al deseado valle, tan extraño e incomprensible como todo lo visto hasta ahora.

Tengan cuidado, estamos en territorio enemigo. Advirtió el arquero.

¿Por que no vamos volando?. Podríamos llevar al comandante en manos.

Esto está lleno de arbustos y otros lugares donde esconderse, podrían derribarnos en cualquier momento.

Ananetosis tiene razón, cuando volaba bajo evité una emboscada por poco y además, en el aire el comandante no podría defenderse.

Pedí a los maldraxxi una pequeña ballesta pero me temo que si pasan inadvertidos podrían acabar conmigo antes de defenderme. Debemos continuar por tierra… ¿Cuanto tardaríamos más o menos si no nos atacasen?.

Un par de horas más o menos.

Cuando lleguemos al puesto os he de pedir que sean diplomáticos, no van a permitirnos reactivar el teletransportador entre ambos puestos con facilidad.

Déjemelo en mi comandante, soy el más versado de los tres en el arte de la diplomacia.

Bien, entonces hablaremos nosotros al llegar Ananetosis, si no logramos su confianza entonces todo esto no servirá para nada. Y ahora avancemos.

Caminaron cautos un buen rato entre pozas, lagos y dorados orbes sin nada que les llamase la atención pareciendo más una escapada por el campo que otra cosa, tanto que pudieron permitirse el privilegio de hablar entre ellos un poco.

… y por ello tengo desde entonces esta cicatriz en la cara.

Mirando bien al kyriano de gran escudo se percató de las múltiples cicatrices que presentaba en su cara.

¿Debe ser duro seguir a Xandria no?.

No es nada fácil, pero lo hacemos con orgullo, en el futuro se cantarán versos sobre estos tiempos.

Eso significa que algo de nosotros mortales también imagino…

Ni lo dudes.

No se yo si quiero eso, tienden a exagerar mucho… ¿Ven eso?. Alzó la mano con la palma de frente, deteniéndose todos al instante

Katifeia, acércate en sigilo a ese jirón tras ese pequeño orbe del frente, no quiero recibir trampas.

A sus ordenes. Desapareció en las sombras siendo incapaz de detectar su presencia, pocos segundos después emergió con el jirón en la mano. Vía libre, esto os puede interesar.

Aún cauteloso se acercaron y desde luego que podía interesar.

¿Pero que le ha sucedido?. Miró sorprendido con un poco de recelo al cuerpo a sus pies. ¿Que demonios le ha hecho esto?.

El oscuro cuerpo yacía en un charco de oscura sangre cercenado en diagonal, lo que pareciera medio tronco y una pierna les hizo dudar de que era la desafortunada víctima de su salvaje verdugo pero debía ser algo con lo que no quisieran encontrarse.

Por la Arconte… ¿Eso a lo lejos es… el otro pedazo del torso?. Se preguntó enmudecido Ananetosis.

No bajen la guardia, Tocó el ensangrentado suelo a sus pies. Aún húmedo… sea lo que lo ha reventado no debe estar lejano… Recordó a la druida. ¿Acaso esto ha sido obra de esa salvaje?… Umm… Bolvar me dijo que estaba en el extremo sur así que…

Debe ser obra de un automa, miren los arbustos aplastados y además, se corresponde con lo que Katifeia observó.

Miró estupefacto al arquero. ¿De verdad hay algo que pueda hacerle esto a alguien armado?, Su armadura está hecha esquirlas… debió ser un solo golpe lo que hizo esto.

Por algo intentan controlarlos.

Que estén resistiéndose es bueno por ahora aunque… para ellos también seremos invasores, hay que evitarlos como sea posible… con razón los dejaron protegiendo un lugar tan sagrado.

Tienen razón, pero hemos de avanzar, aquí solo corremos el riesgo de ser detectado.

Cierto Frouryo, pero no deja de preocuparme que pasaría si una caravana fuera asaltada por un automa.

Ya nos preocuparemos por eso después comandante.

… ya, no demoremos más, en marcha.

Siguieron avanzando por la infinita llanura en la que lo más que podían amenazarles era alguna de esas “protoformas”, estas remotamente se parecía a animales que recordaba de Azeroth o el resto de las Tierras Sombrías y sin embargo parecían a la vez tan extraños, como salidos de un remoto planeta desconocido… como todo lo que lo rodeaban.

Tras lo que parecieran horas empezaron a ver algo que sus limitadas vistas no eran capaces de entender pues poco a poco el inmenso orbe de desconmensurado tamaño que flotando sobre un enorme lago dominaba cada vez más y más lo que sus vistas alcanzaban.

Esto debe ser…. la Forja… Frouryo señalando el colosal orbe no cabía en sí…. y el tampoco.

El origen de todo reino de las Tierras Sombrías… y pensar que están profanando este suelo sagrado…

Miren esas luces y brillos… ¿Acaso está creando un nuevo reino en este momento?… es increible. Ananetosis no podía estar más acertado, las fulgurantes luces que fluyendo por las tallas de los anillos concéntricos que a considerable velocidad pese a su intangible tamaño giraban alrededor del dorado orbe parecieran cual tejedora hilar un verdaceo haz que concentrándose en el hercúleo cristal esmeralda en el ecuador del orbe emanaba a un gran “portal” del cual no sabían a donde se dirigía.

El punto cero de todo reino, con razón ven a cualquiera como intruso esos “Iluminados”, Observen esas nerviaduras en el orbe de los cuales emanan la luz, ni el más diestro artesano lograría una perfección tan absoluta… debemos continuar, más adelante vi tropas estables.

¿Que tipo de reino estará creando ahora?, ¿Acaso los Primeros están en el Sepulcro?.

No habrá reino alguno si seguimos aquí Frouryo, avancemos.

Tu siempre tan centrada en el objetivo… ¿Que haríamos sin ti?.

Vale vale, sigamos avanzando, es una orden y… tengan mil ojos, seguro que nos estarán esperando, no es que este seguro pero… mi instinto me dice que estamos siendo observados.

Yo también lo creo comandante, aún nos queda media travesía así que no podemos flaquear.

Esta abjurante tiene buen ojo… me pregunto que haría en la guerra. Se preguntó con morboso interés al volver a caminar.

Su senda a través del radiante valle continuó, aunque sin la relativa calma de antes, sentía que algo les observaba pero no lograba ver nada fuera de lo que pudiera llamarse normal allí.

Me estoy volviendo paranoico… mejor será no decirlo en alto, por algo me han dado el liderazgo pero… no logro calmarme. Pensó intentando no mostrar preocupación.

Vamos a descansar un poco comandante, llevamos mucho tiempo caminando.

¿Pero que dices Ananetosis?, ¿Acaso están cansados con tan poco?.

El arquero tropezó con una pequeña piedra apoyando sus brazos en el suelo por lo que se acercó.

¿Oye estás bien?, deberías mirar por donde andas.

Acércate un poco, creo que se ha metido algo en el ojo.

¿De verdad te ha enviado Xandria?, no es que quiera ser duro pero… Sintió como el arquero acercaba su boca a su oído.

Tenemos un “pájaro” husmeando, tenemos que ir bajo ese árbol. Escuchó del “accidentado” el murmuro.

¿Está ya?… está bien, vamos a descansar a la sombra.

¿Descansar?, pero si no hemos hecho nada.

Soy su comandante y les ordeno que descansen, no quiero escusas. Ayudó al arquero a levantarse y cojeando llegaron al cercano árbol circular.

¿Acaso crees que vas a engañarme con esa burda imitación Ananetosis?. Cojeabas del pie que no era.

¡Shh!. Agarró una flecha del carcaj. ¿Es que no lo han visto?.

Algo he percibido pero… nada.

Menuda exploradora estás hecha… Tensionando el plateado arco introdujo la flecha.

Yo también me sentía observado pero… miró al firmamento. no veo nada.

Por ahora… necesito silencio absoluto.

Movía el arco con movimientos casi inapreciables apuntando al cielo, por mucho que lo intentara no lograba ver nada.

La espera me está matando… y pensar que se me pasó ser montaraz de pequeño… Pensó recordando a la que seguía esperando conteniendo la respiración.

Sin aviso la flecha cortó el aire en caza de su presa, casi inapreciable unos pequeños reflejos indicaba donde estaba hasta que simplemente desapareció.

“Clink”…. Le dí.

¿¡Que les has dado?!. Pero si no se ve nada.

Pero lo escuché, en eso baso mi destreza con el ánima… seguirme.

Ágil y raudo el arquero corrió por el valle mientras los demás intentaban alcanzarlo. Por mucho que corriera le era imposible alcanzarlo hasta que le perdió de vista.

No puedo… verlo… Acalorado seguía corriendo hacia donde creía que pasó.

Vamos bien, estamos cerca.

Y como Frouryo predijo así fue. No tardaron en llegar donde el arquero reposaba arrodillado frente a algo negro alado.

Al fin… menuda… velocidad… Acercándose palideció ante el Jurafuces caído.

No puede ser… ¿Cómo has podido… acertar desde tan lejos?.

Es mi especialidad… por desgracia murió al instante, por lo que no podremos saber nada, aún así nos hemos quitado una amenaza.

En todo el corazón, no tenía ninguna oportunidad. La abjurante inspeccionaba el cadaver toqueteando la bien enterrada flecha.

Una lástima que acabara así, seguramente fue engañado y luego torturado para convertirse en “esto”… Se arrodilló frente el caído alado. Al menos ahora descansa en paz… Cerró los parpados del caído y se levantó. debemos continuar y por cierto Ananetosis, gran trabajo.

Gracias comandante.

Siguieron avanzando por el valle, poco a poco el casi radiactivo verdor tornaba a tonos cada vez más ocres y plantas menos lustrosas al igual que las pozas y lagos menguaban en cantidad y tamaño, sin embargo no tenían tiempo para admirar la ecopausa así que avanzaron.

La abjurante se adelantó a ellos y se detuvo abruptamente.

¡Alto!. Creo que se aproxima una patrulla.

Este lugar se ve algo seco… nos estamos acercando.

¿Que propone comandante?.

Acabar con ellos.

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Era hermoso,se notaba la creación de los primeros. Zereth Mortis era como un paraíso,o eso pensó la joven paladína al llegar a aquel enorme lago.
-Agua Earnur!! agua,y no hay nadie como en el refugio!!- dijo echando a correr mientras se despojaba de su armadura y la iba tirando por la hierba.Aquellos malditos ancianos no le habían dejado ni acercarse a la charca que había en medio de aquel refugio. Amén de que estaba llena de gente. Darse un baño allí era imposible.
Apenas unos segundos después maldijo en sindorei a toda la creación.
-Que pasa Lya?- dijo Earnur acercándose.
-Es…es. …Sólida!! maldita sea!!
Como que sólida?-preguntó él.
Mira!!- dijo ella saltando sobre la cristalina superficie.
Por la luz!!- respondió el paladín agachándose y tocando el agua.
-Es que no hay un lugar en las malditas tierras sombrías donde pueda bañarme? - grito ella mirando al cielo.
-Quizas en esa catarata amor mío.
Lya miró en la dirección donde el sindorei señalaba. Una hermosa catarata caía por las rocas de aquel pequeño lago.
Se acercó esquivando a un enorme sapo mecánico que parecía una estatua de bronce si no fuera por el hecho de que sacaba la lengua .
Acercó la mano al agua que causa por la catarata,mojaba, aunque se volvía sólida al contacto con la superficie del propio lago.
Se encogió de hombros,cosas más raras había visto desde que habían emprendido está aventura. Empezaba a no extrañarle nada.
Se metió bajo la catarata,la sensación era extraña,aunque mojaba no estaba fría,tampoco caliente,ni siquiera podía decir que estaba templada. Resbalaba por su piel como la luz cuando la invocaba. Sentía el efecto limpiador y sanador de aquel extraño líquido.
De pronto miró hacia abajo y soltó un grito.
Eaunur desenvainó la espada y el escudo mirando alrededor.
Allí,allí miraaaaaaa!!- dijo Lya señalando hacia el fondo.
Una enorme medusa flotaba bajo la superficie cristalina.
-No creo que pueda salí de ahí- apuntó el paladín- es como si estuviera en una enorme pecera.
-Ummm supongo que tienes razón. Pero menudo susto. Si esa cosa pudiera picar me dejaría roja e hinchada de por vida.
Que tal está el agua?- dijo él despojándose de su armadura.
-Es como si no fuese agua,es una sensación extraña,pero al menos limpia toda la mugre de Zereth Mortis. Daría cualquier cosa por un baño caliente y una buena cena sentada a la mesa
-Quizas pronto volvamos a casa. Se está preparando el asalto al sepulcro de los primeros. Hay que detener a Zovaal.
-O quizás resetee toda la creación incluidos nosotros- contestó ella con el ceño fruncido por la preocupación.
-De alguna manera siempre hemos salido victoriosos en Azeroth.
-A costa de tantas vidas…
-Estas pensando en Sylvanas Brisaveloz verdad?
-Si- contestó la paladína- no entiendo porqué perdonarla.
-Será juzgada y castigada por sus crímenes,recuperar la mitad de su alma,la que Arthas y Frostmoure le robaron en la hora de su muerte no la exime de todas las aberraciones cometidas.
-No merece redención,no merece más que la muerte.
-No somos nosotros quiénes debemos emitir un juicio,pero si. Aunque mucho me temo que estamos aquí,donde cada alma recibe su castigo,y no es la muerte. Ya ves lo que sucede en Revendreth,hasta Garrosh se salvó de las fauces.
-Bueno,al final recibió su merecido. Que el viento se lleve sus cenizas a las fauces.
Se ducharon mientras conversaban acerca de la justicia o la venganza. Lya sostenía que en el caso de Brisaveloz su muerte sería justa. Eaunur por el contrario lo llamaba venganza.
Volvieron al refugio,se preparaba un asalto contra las tropas de Zovaal.
-Perfecto,más jurafauces- dijo Lya torciendo el gesto.
-Es mejor y más heroico que matar gromits- dijo el paladín con sorna.
-No me lo recuerdes…

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Las oscuras bestias a ellos corrían ladrando sin parar y tras ellos dos armados Jurafauces que parecieran ser antaño Maldraxxi.

Yo me ocupo de las bestias comandante. Tomando el pesado escudo se preparó para la embestida.

Uno es mío. El arquero preparó su plateado arco.

Y yo me ocuparé del otro. Dijo la voz de la abjurante que en las sombras desapareció.

¿Acaso están…? Tomó su pesada maza e imbuyéndola de luz junto a Frouryo se situó. Yo también soy partícipe en el grupo, no lo olviden.

Será un honor lugar contigo comandante.

Prepárate.

No tardaron las bestias en abalanzarse contra ellos. Rodando a su lateral esquivó a la gran bestia y aplastando su cabeza vio como Frouryo recibió de lleno con su escudo al compañero del caído, solo para ser empujado por la gran fuerza del kyriano a un lado y aplastado con el mismo escudo repetidas veces hasta que dejó de moverse.

Ahora… La flecha pasó silbando sobre su cabeza atravesando la del Jurafauces que se acercaba, cayendo a plomo cual muñeco de trapo al suelo.

¡Malditos kyrianos!. ¡Su reino está condena… gagh. A su espalda emergió la oscura dama con la daga impregnada en oscura sangre que de un ágil salto volvió al suelo a la que el restante Jurafauces caía de cara. Tras retorcerse agonizando ahogándose en su propia sangre finalmente dejó de moverse.

Por la Luz… son increíbles, no han tenido ni la más mínima oportunidad. Asombrado por la habilidad de sus subordinados se sintió un poco más aliviado.

¿Estás bromeando?. Ahora entiendo por que la Dechada confía tanto en ustedes, lo has liquidado de un golpe.

Gracias Frouryo… tu fuerza no tiene igual, sin duda.

Todos liquidados. Arrancando la flecha de la cuenca ocular guardó esta en su carcaj. Deben ser soldados rasos… no se confíen.

Tu puntería es increíble, quien tuviera tu visión y puntería.

¿Y estos se hacían llamar maldraxxi?… Hicieron un favor a Maldraxxus uniéndose a las Fauces, esta basura no era digna de ser el escudo y la lanza de las Tierras Sombrías.

Tu agilidad y sigilo harían palidecer al IV:7.

Siento interrumpir su halago comandante. Agachada frente al degollado Jurafauces pareciera buscar algo. Pero debemos continuar… bah, nada que nos de la más mínima información. Se levantó enojada. ¿Y que es eso del “IV:7”?.

Avancemos entonces. Se echó la maza al hombro. El IV:7 es… Volviendo a caminar continuaron avanzando por el cada vez más seco valle.

Conforme avanzaban comenzaron a incrementarse las guardias que a sus armas sucumbían, cuando pasaron bajo el inmenso puente de geométrica piedra las patrullas Jurafauces aumentaron en número, ralentizando su avance.

Seis esta vez… debemos estar cerca. Dijo limpiando el filo de su espada del oscuro fluido. ¿Viste si estaba lleno de efectivos?.

No vi muchos, pero son poderosos, no podemos bajar la guardia.

Continuemos.

Y continuar fue lo que hicieron. Lejos quedaba el verde Edén que ahora era un inmenso desierto lleno de enormes dunas entre las cuales el pequeño sendero a duras penas se abría y sin embargo ni un ápice del abrasador calor esperable, más bien parecía algo hecho a conciencia pues las enormes bolas que sobre ellos levitaban no dejaban de vomitar la fina arena.

Al fin logró ver el inmenso muro geométrico ante ellos y entre este una pequeña apertura, la leve pendiente ascendente confirmó que habían llegado a su objetivo.

Al fin hemos llegado, ¿Están listos?.

Asintiendo todos continuaron su periplo por las áridas arenas.

Un tiempo más tarde.

Abriéndose paso por la pendiente alcanzaron una pequeña explanada cerrada, ocultándose tras una de esas rocas hexagonales y como la abjurante informó habían pocos guardias, pero por la apariencia más fiera de sus armaduras en efecto supusieron que serían más poderosos. Un poco más lejos vio un Jurafauces de mayor tamaño, ataviado en una oscura toga de cuya oscura capucha una larga barba emanaba.

4…5…6…7. Maldición.

¿Pasa algo Ananetosis?.

No tengo flechas para todos.

Me ocuparé del resto, propongo que Frouryo y el Comandante se ocupen del líder.

Umm… Con cuidado miraba cubriéndose por la oscura roca el interior de la explanada. Parece que usa magia… de acuerdo, asegúrense de que no se nos acerque ningún secuaz.

No lo permitiremos.

Entonces vamos a cumplir este objetivo.

No había que decir que al primer paso que dieron en el interior de la explanada fueron recibidos de forma hostil, y respondidos por las plateadas flechas.

¡Necios!. ¡Ya ha logrado su objetivo!. ¡Otra vez llegan tarde!.

Vamos Frouryo, no podemos detenernos.

A sus ordenes.

Antes de poder alcanzarlo logró lanzarles un gran orbe oscuro que impactando contra el arenoso suelo levantó una gran polvareda que le obligó a retroceder.

cof cof Ten cuidado, los invocadores no se dejan dar.

Lo se comandante… ¡Cuidado!. Rápidas bolas pequeñas impactaban a su espalda, una tras otra no les dejaba cuartel.

Espero que no se haya…Miró de reojo al invocador mientras corría y en efecto lo que se temía, cubierto por un oscuro escudo a su alrededor.

Tenemos que… romperlo… Seguía esquivando los silbantes orbes.

Romperlo… Esquivando por poco otro orbe recordó las afiladas lanzas kyrianas. ¡Necesito de tu escudo!.

Por supuesto. ¿Que necesitas?.

Cúbreme.

Ambos dieron media vuelta y siendo cubierto por el enorme escudo volvían paso a paso. Bajo el incesante impactar de los orbes en el grueso escudo tejía hábilmente algo con sus manos.

Arg… No aguantará mucho más. ¿Que le queda comandante?.

Dame unos segundos… no puedo fallar.

Por supuesto.

Hebra tras hebra sentía en sus manos como el arma de ánima tomaba forma y aunque confiara en su escudero sabía que solo tenía una oportunidad.

¿Pero por que dejar solo a ¡Arg! este y los otros?.. ¿No es tan impor…¡Arg!..tante este paso?.

¡Concéntrate!. Cerrando los últimos extremos admiró su creación, una larga lanza de celeste ánima refulgurante. Ya está… a la de tres retiras el escudo.

¿Eso es…? Está bien.

Cada vez más impactos metálicos en el escudo y más polvo en el aire.

Uno… Empuñó del mango la lanza. Dos… La ajustó apuntando al Jurafauces. ¡Tres!. El escudero se retiró y sin pestañear lanzó con todas sus fuerzas la lanza, que cortando el aire impactó contra el oscuro brazo, arrancándolo de cuajo antes de impactar en la pared tras este.

¡ARG!. El escudo desapareció de golpe. ¡Es tarde para esta realidad!. Frouryo se lanzó sobre el malherido Jurafauces, derribándolo con su gran embestida.

¡Ahora comandante, remátalo!.

Tomando su espada cortó el otro brazo sin dilación, retorciéndose en agonía el Jurfauces.

¡AARGH!. ¡TU MORTAL!. ¡MALDITO SEAS!.

Cambió a su maza la cual imbuyó de luz y sobre este se puso.

¿Donde está Zovaal?. ¿Que planea hacer?.

¡JA!. Ya debe haber llegado al Sepulcro, llegan tarde.

¿Que planea hacer?. ¿Que fue eso de “esta realidad”?.

Dile a ese idiota de barba blanca que cada maldito segundo a su servicio fue una agonía para mi, el muy imbécil creyó que nos engañó.

Idiota de barba blanca… Frouryo, ¿Tienes una daga verdad?.

Por supuesto.

Déjamela.

Toma.

Tomó la bella daga y se agachó a la altura del encapuchado ser, capucha que retiró mostrando el desagradable rostro del que otrora fuera un maldraxxi.

Estás de enhorabuena… su voz tornó fría y sádica. has hecho que recuerde mis tiempos en la Cruzada. Imbuyó la daga en luz y sin decir nada arrancó la oreja de cuajo.

¡AAAAAAAAAAAAAAAAGH!.

¿Que planea Zovaal?.

Mi muerte no significa nada mortal.

Acercó a la otra oreja la ardiente daga.

Hay cientos de tus camaradas, podría interrogar a cualquiera, última oportunidad. ¿Que planea Zovaal?.

Hagan lo que hagan es tarde así que… planea reiniciar la realidad para lograr su realidad donde gobernará sobre todo.

Así que era cierto… ¿Donde está?.

Miren la gran forja del centro, si esta inactivo entonces ya debe estar en el Sepulcro… el alma de su mundo está al alcance de sus manos.

Maldita sea… última pregunta. ¿Quien es ese “señor de barba blanca”?.

¿Acaso es necesario que lo diga?… eres peor que ese lamentable idealista.

Suspiró. Esa no fue la pregunta que te hice.

¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAARGH!. Arrojó la oreja con desprecio a la arena.

¡Es ese… ese… mortal que se nos unió!…

¿D.M?

¡Si!…. Ese condenado demente y su espada…

Gah

Ya no es necesario. La abjurante terminó de degollarlo.

¿Que acabas de hacer Katifeia?.

Ya no nos era útil, tenemos toda la información necesaria.

Tenía que preguntarle sobre la ubicación del mortal jurafauces.

¿Acaso es necesario?, el mismo vendrá a nosotros cuando sepa que hemos matado a su subordinado.

¿Como sabes que era su subordinado?.

Si tardamos tanto fue por que “preguntamos” a sus guardias, se llamaba Emeltion y era la mano derecha de Dr… del mortal, sin embargo no se llevaban precisamente bien.

Desconfiado miró al arquero. ¿Es eso cierto?.

Así es, el grueso Jurafauces está situado al noreste de Zereth Mortis, en lo que ellos llaman “El portal del terror”, por lo que allí estará.

Así que pronto nos encontraremos… ¿Está todo limpio?.

No queda ni un alma con vida comandante, estamos cerca del puesto.

Bien Katifeia, ¿Puedes comprobar en las sombras que la forja siga activa?.

No está demasiado lejos, no tengo problema en ello.

Pues entonces ve allí y retorna al puesto cuanto antes, cuento contigo.

Así se hará. Ocultándose en las sombras desapareció.

Miró con detalle a su alrededor y como dijo la abjurante no quedaba jurafauces con vida.

Buen trabajo a todos, debemos llegar cuanto antes al puesto.

¿Pero que dices?. Esa maestría del ánima cuesta años perfeccionara y tu sin embargo…

Me he dedicado en cuerpo y alma a ello Frouryo y sin embargo mucho me falta aún. Le dio la bella daga ensangrentada. Gracias.

Me pregunto como debe ser tu mundo para que todos sean tan poderosos.

Se le hizo extraño tal pregunta del arquero. Mejor no quieras saberlo, es un mundo donde si no te haces fuerte mueres… debemos continuar, seguro que quedan patrullas en lo que nos queda de camino._

Tiene razón.

Pues continuemos.

Y así hicieron.

Una hora después.

Tras la inclinada pendiente lograron alcanzar el ancho camino circular, como se temían más patrullas, pero nada difícil para los tres.

Conforme caminaba no dejaba de darle vueltas a la cabeza a lo que le hizo al jurafauces, como si un frío y sádico ser dentro de el afechase para dominarlo, no se sentía cómodo ni mucho menos.

¿Vieron lo que le hice no?.

¿Lo que le hiciste?… ¿Al tal Emeltion?.

Si… con tu daga.

¿Te refieres al interrogatorio verdad?.

Si… sentí como si alguien me controlara, como si todo fuera valido… ¿De verdad soy alguien digno de luchar por la curia?.

¿Qué pregunta es esa?. Lo has demostrado desde que dejó su mundo.

Y sin embargo no sentí nada al cortarle las orejas.

Le hicimos un favor liberándole de su retorcida existencia… ha sido desagradable, pero con ello lograremos salvar la existencia tal y como la conocemos del yugo del Carcelero.

Mi estimado arquero, me gustaría pensar que será así pero… no quiero que ese “ser” vuelva a tomar mi cuerpo… mi alma, no quiero volver a repetir los deleznables actos de mi pasado.

Tienes la fuerza de voluntad necesaria, lograrás eliminar esa faceta del todo.

Eso espero… eso espero.

Siguieron caminando hasta encontrar un pequeño cruce el cual tomaron llegando a una pendiente donde una de esas grandes columnas hexagonales descansaba sobre su gemela quebrada, formando un improvisado arco de bienvenida.

Al fin han llegado, ¿Que han hecho por el camino?. Emergió la ser de oscuras prendas de las sombras, apoyada en la pared.

¿Has vuelto sin ser vista?.

¿Por quien me tomas?. Por supuesto que nadie me vio… y tengo malas noticias.

¿La forja está…

Inactiva, ese condenado bastardo tenía razón.

Maldita sea… siempre va un paso por delante de nosotros.

Seguro que tardará en llegar a lo que quiere alcanzar, los Primeros otra cosa no, pero inteligentes fueron, ni a Zovaal le resultó fácil llegar aquí y no es más que la antesala, seguro que el interior está aún mejor resguardado.

Eso espero… bien ahora viene el momento crítico, que nos permitan enlazar ambos campamentos, cuidemos hasta la última de nuestras palabras.

Sin más atravesaron el arco para tras pasar por el pequeño cañón llegar a la Gracia del Peregrino… y ser parados por guardias.

¡Alto!. Identifíquense.

Necesitamos hablar con sus ancianos, es vital para todos.

Esperen un momento… y no tramen nada o serán neutralizados.

Tras una acalorada charla en la que por poco fueron acusados de Jurafauces al fin lograron hacer entrar en razón a los ancianos del puesto… que era aún más austera si cabía que Reposo pues más allá de una carreta y unos cordeles poco más había. Fuera como fuese lograron el visto bueno y que enlazaran con Reposo mediante el extraño dispositivo en forma de pedestal que hacia eones los Primeros dejaran allí.

Recuerda las condiciones, una vez derroten a Zovaal abandonarán estas tierras.

Así será estimada anciana.

Bien, debemos retornar e informar cuanto antes, hay que planear el asalto… gran trabajo a todos, espero con ganas seguir con ustedes.

Lo mismo y por cierto… una vez que todo esto acabe y llegue tu hora querríamos seguir en contacto contigo.

Eres tan noble Frouryo… por supuesto que así será. Bien, volvamos, quiero descansar que estoy agotado.

Tocando el extraño dispositivo y tras el cegador resplandor apareció en Reposo, como si hubiera despertado de un vívido sueño.

¿Han logrado enlazar con Gracia?.

¿Bolvar?… Si, lo hemos logrado y además hemos limpiado el camino, trazaré en el mapa la senda que empleamos pero las caravanas requerirán de escolta pues a pesar de todo algún jurafauces menor puede que ronde y… tengan cuidado con los automas, vimos varios jurafauces reventados por el camino.

Enviaremos a nuestros efectivos allí de inmediato, gran trabajo a todos.

Y otra cosa… Zovaal ha logrado acceder al Sepulcro…

Ya me informaron de ello, por desgracia Mathân se encontró con Anduin… el fue quien abrió las puertas a Zovaal.

¿Mathân?… ¿De que me suena ese nombre?… me es familiar.

Uno de los caminantes que vino de refuerzo, descansen por ahora, a partir de ahora todo será más duro.

Tras despedirse de Bolvar volvieron a la tranquila cascada donde tras quitarse las botas dejo se dejó caer.

Así que quieres unirte… su amigo es también un inestimable amigo mío pero apenas le conozco salvando ello… aunque por desgrácia muchos de los “camaradas” con los que asaltamos Nathria y Santuario no han retornado por ahora… Está bien, pero no intentes nada raro.

Se inclinó con gracia.

Estarás bajo mis ordenes a partir de ahora, hay mucho que hacer antes de poder asaltar el Sepulcro por desgracia, primero tendremos que acabar con el mortal jurafauces.

Estoy bajo sus ordenes entonces.

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Unos días transcurrieron y más misiones realizaron, el elfo se integró con facilidad y a pesar de sus reservas parecía cumplir. Tras finalizar otra de sus misiones pudieron descansar un poco así que aprovechó para dar un paseo por Refugio e intentar ver rostros familiares, por lo que viendo a Pelagos se dirigió a el para preguntarle.

Hacía tiempo que no te veía, se de tu liderazgo. ¿Están sirviendo bien?.

Mejor de lo que esperaba, hemos acabado hace poco de terminar de asentar más o menos la ruta sur así que bien… te echaba de menos pero es que no tengo tiempo ni para respirar.

Nosotros estamos bien, aunque nos hemos enterado de lo del Carcelero y Anduin…

Ya… quisiera llegar ya, pero es mucho lo que hay que llevar al otro puesto y para colmo están investigando como activar el acceso al Sepulcro, pues esta sellado para nosotros.

No podemos perder la esperanza ahora.

Claro…. por cierto, ¿Sabes de los demás mortales?, desde que llegué apenas he visto a Valerie.

Si, nuestros hermanos están ocupándose de la ruta norte, además vi a esa “elfa” que pareciera salida de Ardenweald, ayer además volvió ese tal Toromias que…

Es “Thorinam” señor Pelagos.

¿Eh?. Se dio la vuelta y allí estaba el humano de dorada armadura al lado del kyriano.

¿Has vuelto?.

Por supuesto, no he venido hasta aquí para quedarme sin el premio gordo.

Entonces respecto a lo que sucedió en Oribos…

Hemos tenido tiempo suficiente para recapacitar y pensar sobre ello… le debemos una disculpa.

¿Disculpa?… si hubiera estado en su caso también hubiera actuado así… creo que no deberían…

Nos dejamos cegar por emociones que un buen guerrero no debería seguir en una situación tan delicada, al final la información que Sylvanas nos proporcionó ha sido más que vital… Ante el se arrodilló el veterano paladín. Quisiera pedirle en lugar de los dos nuestras más que sinceras disculpas.

Levántate.

¿No lo acepta?.

Claro que lo acepto, debemos estar unidos ante Zovaal, solo así lograremos tener una oportunidad.

Se levantó. Cuenta con nuestras armas cuando se de el momento de la lucha final.

Eso es lo que quería… ¿Y Veldhath?. Se me hace raro no verle contigo, son inseparables.

Recuperándose de una severa herida en combate, el muy idiota casi se deja partir en dos…

¿Está bien?. ¿Necesita ayuda?.

Nah, ya está prácticamente recuperado, pero esa cicatriz en su torso no se la quita nadie y merecido por querer acabar el solo con un campamento de traidores… casi lo mato al verle…

Pudo ver en su rostro verdadera preocupación en sus palabras por mucho que intentara ocultarlo con esa burda fachada.

Una pregunta, espero que no sea entrometerme mucho en donde no me han llamado.

Claro, adelante.

¿Que hay entre ustedes?… hay algo más que mera camaradería, esa preocupación, por no hablar de que siempre salvo ahora les he visto juntos, parece como si…

¡¿Eh?!… ¿Pero que dices?, solo es mi camarada… ¿Pero como osas pensar que?…

Estás rojo cual tomate… Escuchó una pequeña carcajada de Pelagos a su lado. no sabes mentir.

Está bien… pareciera suspirar. Le debo mi vida, si en vez de el hubiera sido otro entonces… estaría muerto o peor… fue el quien me liberó de aquellos fanáticos, fue el quien se compadeció de mi y dándome una oportunidad me permitió cambiar un camino que solo me llevaba a ser un monstruo, tras tantos años no me imagino…

Basta, no diga más, está bien… perdona que haya preguntado por su vida personal… espero que tenga una satisfactoria recuperación, le necesitaremos pronto.

En un par de días o así le dejaran venir y… no me imagino mi vida sin el… cada vez que pierde la cabeza me temo lo peor.

Si necesitan ayuda vengan a Bastión, créeme, antes de venir deseaba morirme.

Creo que cuando acabe esto haremos una visita… gracias de nuevo.

Siento hasta envidia, aunque es algo raro como poco… ¿Acaso esos dos… Pensaba sin que el paladín le escuchara. Entonces solo nos faltarían Aiden y la elfa… no nos queda demasiado tiempo.

Unos días después y para su sorpresa fue reclamado por Mathân el cual le hizo ir cerca de refugio, bajo unos arboles circulares, sentándose en unos pequeños orbes medio enterrados en el suelo.

¿Para que me has hecho venir aquí Mathân?.

Quería hablarle sobre nuestras misiones.

Teníamos la cascada, ¿Por que me has hecho venir a este lugar?

Hay orejas por todas partes, la posición fue comprometida.

Condenados Nathrezim… bueno dime que sucede.

Empiezo a tener dudas respecto a estas… ¿No se dio cuenta que lo único que hacemos es perder el tiempo yendo a matar Jurafauces?… ¿Que hacemos aquí mientras el Carcelero está en el Sepulcro?.

Sabes que no podemos acceder sin las claves.

El Carcelero logró entrar sin ellas. ¿Por que no hacemos lo mismo que el?.

No sabemos como lo hizo, intentar ir allí sería darnos con un muro, literalmente.

Se debe poder forzar el portón… son esos Iluminados los que nos ralentizan con su obsesivo objetivo de preservar todo a cualquier coste…. coste que puede costarnos la propia existencia.

Es cierto que los Iluminados pueden ser demasiado rígidos con su propósito… hasta el hartazgo de hecho…

Deberíamos hacer algo al respecto, no quiero que Argent y su encantadora familia sufran más después de todo lo que han pasado.

Recuerda que luchamos aquí para que ellos no tengan que hacerlo en el futuro, en cuanto a los Iluminados… no se que planeas.

Tienen toneladas de pergaminos en su poder, alguno debe tener conocimientos respecto al Sepulcro, hay que hacerles hablar por el bien de nuestra existencia.

¿Hacerles hablar?… ¿Acaso has perdido la cabeza?.

No comandante, es lo que tenemos que hacer por el bien de todos.

Como tu comandante me niego a ello. Así empezó Arthas y mira como acabó.

Aunque nos convirtamos en villanos para ellos habremos logrado salvarlos a todos…

Mathân.

¿Sucede algo?.

¿Recuerdas con que les amenazaron en la casa de Argent aquella noche de la boda?. Ya sabes, cuando acabaron en el patio combatiendo.

La guardia estaba cercana y el temor a provocar otro conflicto con la Cuarta recién concluida era grande, por no hablara de estropear la boda y…

Atravesó con la espada imbuida en luz el torso del elfo. ¿Quien eres?

Coman…comandant…e ¿Que haces?. Escupió sangre.

¿Que o quien eres?. Retorció la espada.

Ma… Math…ân

¿¡Que quien eres?!.

Ja… estú…pido mortal… Lo que fuera un elfo en un pestañeó tornó en un demonio alado…un Nathrezim menor. …te sub…estim…é pero… es tar…de…

¿Quién te envía?. La empuñadura llego al ocre torso del ser.

No soy más…. que un… vulgar…insec….to frente a… Ki…n’tessa.

Extrajo la espada. Así que Kin’tessa… Decapitó al ser de un tajo. Maldito bastardo… Tomó la cercenada cabeza. Debo avisar ya, esto no me gusta nada. Corrió como alma seguida por el Tarragrue de vuelta a Refugio, donde Bolvar al ver la cabeza se le echó encima.

¿Es eso la cabeza de un Nahzrezim?.

No tenemos tiempo Bolvar, haz que todos los equipos vuelvan YA, este estaba camuflado como Mathân… mi grupo estaba fuera, deben volver de inmediato… no me fio en absoluto.

Los llamaremos de inmediato, ¿Sabes algo de sus intenciones?.

Mencionó a una tal Kin’tessa, debe ser su líder… quería que me hiciera con información de los Iluminados a cualquier coste, hablaba como el, su misma voz, sus mismos movimientos, todo… ¿Donde está?.

Oribos, fue a reparar su equipo.

Respiró aliviado. Me temía lo peor pero… hasta sabían bastante de nuestro pasado.

Por eso son tan temibles los Nathrezim, son maestros del engaño… sabía que estarían aquí pero no que llegarían tan lejos… he de dejarte, debo avisar a todos de lo sucedido, debes permanecer aquí por si retornan, no salgas bajo ningún concepto de Refugio.

Marchó dejándole solo, preocupado por los suyos y sin poder hacer nada.

Es lo que nos faltaba… maldita sea, vuelvan vivos.

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Todo pareciera tranquilo, pero no dejaba de rondarle en la cabeza que sería de su grupo al cual envió a una misión que pensó que sería sencilla y aún así se temía lo peor. Minuto a minuto el tiempo transcurría lentamente y ninguna señal de nadie, como si nunca hubieran existido.

¿Como pude ser tan necio?… ¿Como pude olvidar a esos condenados demonios?…. no dejaba de tirarse de los pelos de su densa barba pensando en el error que cometió.

Segundo a segundo, como si de eternidades fueran transcurría el tiempo inexorablemente, como si de una lenta pero inacabable tortura se tratara hasta que al fin los tres alados volvieron… casi arrastrándose, lo que lo alertó.

¿¡Que os ha pasado?!… ¿Por que tu mano está… gagh. La firme mano le alzó del cuello como si una prensa fuera y lo arrojó al suelo, dejándole sin aire.

¿¡Pero que hace?!… Sintió el pesado escudo aplastándolo inmisericorde.

Serás desgraciado…. ¿¡COMO TIENES EL VALOR DE ESPERARNOS AQUÍ COMO SI NADA?!.

No entendía nada, no podía preguntar pues apenas podía respirar, de reojo vio a los guardias acercarse.

¡NI SE LES OCURRA ACERCARSE O LO MATO!.

Intentaba quitarse el inmenso peso de su torso, pero era inútil.

Confiamos en ti todo este tiempo, pensábamos que eras un hermano para nosotros y nos enviaste a una muerte segura… no mereces más que las Fauces. El arquero se retiró de su vista.

La abjurante ni se dignó a hablar.

No puede estar pasado esto… ¿que ha sucedido?… ¿por que… Rondaba sus pensamientos a la que intentaba quitarse como fuera ese opresor escudo.

¡Vas a venir a Bastión con nosotros!. ¡La Dechada te juzgará!. Retiró el escudo a cambio de una pesada bota en su maltrecho torso.

¿Que… ¿¡Que ha pasado?!… Una gota carmesí golpeó su nariz.

¿Como puedes tener tal cara dura?.

Miró a la fuente de la gota… la vendada mano ensangrentada del escudero le hizo palidecer. Tu mano… ¿Que… que te ha pasado?.

¿¡Que qué me ha pasado!?… ¿¡No recuerdas enviarnos a esos condenados Automas!?… ¡CASI NOS MATAN POR TU CULPA!.

¡HAN SIDO ENGAÑADOS!… ¡JAMÁS OS HARÍA ALGO ASÍ!.

¿De verdad nos tomas por necios?. Fuiste tu quien corriendo nos ordenó dirigirnos a nuestra muerte, no actúes como si no supieras nada… mortal. Esas frías palabras del arquero le golpeó lo más profundo de su alma.

Fueron esos condenados Nathrezim… me engañaron a mi también… debe estar su cabeza cerca.

No nos engañas, era imposible que fuera otro actuase como tu.

Son maestros del engaño…

Hagan caso al mortal. La anciana Ara se acercó con la cabeza del Nathrezim del cual aún goteaba sangre en su “mano”, si es que se podía llamar así a las metálicas extremidades de fríos dedos que actuaban como tal. Su objetivo es dividirnos e infundirnos miedo y duda, el no hizo nada de lo que le acusan.

Entonces este… ¿Es el culpable de todo?.

Así es, el mortal apenas se ha alejado de Refugio en todo este tiempo, no ha tenido momento de engañarlos y volver.

Dejó de sentir presión en el torso. Eso quiere decir que… por la Arconte… ¿Como he podido hacerle esto comandante?… no tengo forma de disculparme por lo que le hecho.

Tomando con ansia todo el aire que podía intentaba hablar mientras se levantaba con ayuda del escudero. Est… estoy bien Frouryo… tu mano… ¿Que te ha… pasado?..

Esos Automas… perdí dos dedos…

El arquero se arrodilló ante el dejando su carcaj en el suelo.

Levanta Ananetosis… hay que curarle… trae vendas y alcohol… por favor.

Así se hará y… tengo una deuda con usted, no puedo cargar con lo que le hice.

Olvida eso y ayúdame a sanarlo… Katifeia busca al resto de grupos e informa, llévate la cabeza.

A tus ordenes comandante.

Esto va a dolerte… pero hay que hacerlo o se infectará… pagarán por lo que os han hecho… lo juro por la Luz.

Alcohol, vendas y una aguja comandante.

Bien… vamos a ayudarlo, envuelve en vendas un palo y que lo muerda con firmeza. Dijo mientras se lavaba con el alcohol las manos.

¿Que van a hacerme?.

Desinfectar, limpiar y suturar… aprendí sobre ello en pergaminos… tendrá que servir.

¿No deberíamos esperar a un sanitario?.

Estarán ocupados con los demás cuando vuelvan y no tenemos tiempo, debemos hacerlo ya, dame esa mano.

Retirar las vendas mostró algo que le revolvió su estómago hasta desear no tenerlo. De donde antaño habían dos dedos ahora solo emanaba quebrado huesos ensangrentados y carne rasgada.

Pagarán por esto Frouryo, esto te dolerá.

Y por los gritos de dolor que no toda alma en Refugio escuchó supo que el pobre kyriano estaba sufriendo como nunca antes lo hizo tras su muerte y aunque quisiera par no pudo hacer más que seguir. Finalmente terminó de suturar lo que ahora era un trabajo más que discutible de hilado, pero al menos ya no sangraba, una vez imbuyó de luz la nuevamente vendada mano la soltó con cuidado.

Yo lo siento… pero es lo mejor que he podido hacer… vuelve a Bastión y que te lo curen apropiadamente has hecho un gran trabajo defendiendoles.

Se le caía el alma al suelo al ver las lágrimas caerles sin parar, le retiró el pal envuelto en vendas y volvió a limpiarse sus manos llenas de sangre con más alcohol.

No…. no puedo… irme…

Acaban de arrancarte dos dedos y los puntos pueden saltar, te necesito en condiciones.

Deb….debo… segu…ir.

Se que quieres, y me gustaría que fueras de nuevo mi impenetrable escudo, pero no puedes ahora… No se como voy a poder decírselo a Xandria.

no fue… tu culpa… si vuelv…o enton…ces… no me dejaran…. ayud…arte.

Eso es cierto… ve a Oribos, escribiré una carta a Tal-Inara pidiéndole que te traigan de vuelta tan pronto puedas tomar tu escudo ¿Está bien?, le escribiré que no informe a los kyrianos de tu mano.

Mald…ita sea…

Me duele verte así, pero me temo que no hay otra, te mereces un pequeño descanso.

No puedo vo…volver a Bas…tion aún.

No lo harás, te juro que regresaremos todos juntos una vez acabemos con Zovaal… ¿Confías en mi palabra?.

Le asintió con la cabeza.

Está bien, no hagas ninguna locura…. te prometo que acabaremos con esa Kin’tessa por lo que te han hecho y ahora espera un momento.

Escribió una carta con la mayor formalidad que la situación le permitió y tras sellarla se lo dio al kyriano. Te ordeno descansar y reponerte de esa herida, te quiero ver tan pronto como te lo permitan aquí.

Hazle pagar de mi parte.

Así se hará.

Separándose esperó en Refugio intentando no pensar en lo sucedido hasta que Bolvar retornara. Este volvió a la par que Katifeia, cabeza de Nazhrezim aún en mano.

Han vuelto… ¿Como están los demás?.

Tres infiltrados liquidados y encontré donde está esa condenada Kin’tessa.

Bien Katifeia, vamos de inmediato.

¿Que ha sido de Frouryo?. Esa herida tenía mal aspecto.

Le ordené retornar a Oribos, allí se lo tratarán y volverá tan pronto se lo permitan… no voy a permitir que quede impugne lo que les ha hecho.

¿Estás seguro de lo que vas a hacer caminante?.

Si, debe estar esperándonos, pero no creo que tengamos otra oportunidad de acabar con ella.

Nuestro objetivo es Zovaal, no la nazhrezim.

Lo se, pero no puedo dejar esto así.

Pero se ha visto a Mal’ganis en Zereth Mortis, si la hacemos hablar podríamos obtener valiosa información, creemos que es tras este la mayor rango de los Nazhrezim.

Entonces debemos capturarla si es posible… ¿Donde está?.

En un mirador al sur de la Forja, tendrán que ir solos pues huirá si aparecen con refuerzos.

Tiene sentido… pero Mathân vendrá con nosotros, no puedo correr riesgos.

Está bien, pero no tarden en partir pues huirá de lo contrario.

Nada más retorne partimos.

Tal y como pensó el elfo retornó y casi arrastrándolo le hizo que le siguiera junto a los dos kyrianos. Por el solitario camino le puso al día de todo lo sucedido, aceptando con gusto su nieva misión.

Debemos pensar en como enfrentarnos… sin Frouryo yo me ocuparé de la vanguardia.

No es por desmerecerle. ¿Pero cree que usted puede sin un escudo más grande?.

Ahí es donde entran ustedes en acción, Ananetosis mantendrá siempre la distancia y evitaré que os perciba.

Tenga cuidado con ello comandante, como buenos maestros del engaño no les será difícil vernos en las sombras.

Entiendo Katifeia… haré todo lo posible para que no me quite ojo. ¿Dijiste que estaba cerca no?.

Unos minutos más y llegaremos.

¿Hay guardia?.

No, nos está esperando sola y es ahí donde me pregunto por que lo hará.

Una trampa… ¿Pero por que hacernos ir allí?…

No se, pero debemos ser cautelosos.

Un poco después, al llegar a la explanada.

Llegaron a la gran explanada desde la cual se podía vislumbrar el enorme valle a sus pies y en medio una figura más que familiar.

No puede ser… ¿Que hace… ¿Que hago aquí?.

Así que han liquidado a mis subordinados y has venido en persona… me has ahorrado infiltrarme en aquel poblacho de mala muerte.

Maldita sea… ¿Por que hablas como yo?. Era verse como verse en vista de otro… inquietarle era decir poco.

¿No es evidente?… Nosotros los Nathrezim somos los maestros del engaño, hemos logrado infiltrarnos en todos los planos, no íbamos a dejarnos detectar por unos vulgares mortales.

Pagarás por lo que le hicieron a Frouryo.

Dile a tus dos amigos que salgan de las sombras, se ven patéticos.

Maldita sea, es exactamente como yo Masculló. … se mueve y habla igual… ¡¿Acaso piensa… Arrojó su yelmo lejos. ¡No me pierdan de vista!. Quitándose el coletero dejó caer su largo pelo por la espalda y cargó contra el mismo.

Sus espadas gemelas impactaron entre ellas. ¡Arg!… muy inteligente de tu parte…

Golpe tras golpe impactaban las espadas entre sí siempre igual como si combatiera contra un espejo.

Estoy luchando contra mí mismo… Giró a su costado esquivando el tajo.

¡Puedo verte elfo!. Una onda oscura contra la nada de la cual emergió el elfo rodando al suelo.

Lanzó otro tajo otra vez bloqueado por la gemela espada. No me hagan perder el tiempo. Otra ola de oscura energía golpeó el aire a su costado del cual salió volando la abjurante.

Es buena… Notó bastante ánima con lo que empezó a tejerla.

¡No vas a hilar nada!. Por poco no pierde la mano con aquella cinta.

Lo sabe… condenada bastarda… Imbuyó su espada en luz.

Su realidad ya está condenada. Solo pierden el tiempo.

Dio un paso atrás y barrió el espacio frente a el con la ardiente espada, haciendo arder el aire… desapareciendo su copia en un enjambre de murciélagos que con agudos chirridos hacía daño a sus oídos.

Harta de esta patética forma… miren bien pues. Uniéndose formaron una gran figura demoníaca alada con una inconfundible vestimenta Venthyr.

La flecha silbó sobre el, desapareciendo con un resplandor en el horizonte.

Sabía que tu arquero estaba esperando… necio. Otra vez se unió el enjambre de murciélagos. Mi tiempo vale más que esto. Arrojó a su pie un metálico objeto que deslizándose llegó a sus pies. No le hagas esperar… la próxima vez que nos veamos será la última… si es que logras sobrevivir. Alzó el vuelo tan rápido que no tuvieron oportunidad de perseguirla.

Otra flecha silbó rauda en el aire.¡Maldita seas!… ¿Como osas huir?.

Se agachó para recoger el extraño objeto, al inspeccionarlo con detalle palideció.

Así que ha llegado el momento…

¿Sucede algo comandante?… ¿Es eso algún tipo de objeto personal?.

Rebuscando sacó su reloj dorado y lo puso al lado del maltratado objeto arañado y abollado. Me está esperando… Kin’tessa solo jugó con nosotros pero… ¿Por que tan interesada en nosotros?.

¿A quien te refieres con nosotros?.

Al mortal jurafauces… me está esperando y creo que se donde. Golpeando el quebrado cristal contra el suelo lo hizo estallar mostrando el interior de la esfera, la cual carente de agujas dejó caer la placa donde aún se podían ver las horas y le dio la vuelta, mostrando unas pequeñas runas. Sabía que nada de esto estaba dejado a la casualidad.

¿Es eso algún tipo de mensaje comandante?, parece runas enánicas.

Así es Mathân… me espera en las llanuras del noreste… donde el control Jurafauces es absoluto.

El mortal Jurafauces… ¿Deberíamos ir a el o retornar?, es cierto que en el futuro puede suponer un problema mayor, pero por ahora…

Kin’tessa nos hizo venir para darnos este mensaje, debemos ir cuanto antes… debemos acabar con el antes de que entre al Sepulcro.

Pero el norte está infecto de Jurafauces comandante, tardaríamos demasiado y el tiempo apremia.

Lo se Ananetosis, necesitaremos refuerzos de Refugio para llegar allí cuanto antes.

¿Es esto un objetivo o una venganza personal comandante?. Es evidente que le conoces bien.

Esa es una pregunta que me temo que no se responderte Katifeia, pero no podemos dejarle libre… por desgracia no deja de ser un Jurafauces y por ello una amenaza a las Tierras Sombrías.

No te dejes llevar por tus sentimientos, recuerda para lo que estamos aquí.

Salvar las Tierras Sombrías y Azeroth a cualquier coste… aunque ello signifique tener que matarlo… suspiró frustrado. Regresemos, debemos informar a Bolvar de lo sucedido.

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Terminando de revisar su reparada armadura se echó sus hojarrunas a cada lado de su cintura. Bien, creo que ya está, va siendo hora de acabar con ese condenado Zovaal de una vez por todas y terminar esta condenada locura… espero que ese paladín no se haya dejado matar en mi ausencia.

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Con que el traidor aguarda… nos causó grandes problemas en las Fauces y Korthia, hay que eliminarlo cuanto antes, pero llegar a el implica asaltar el feudo Jurafauces.

Me temo que es el momento, no se que trama pero sabemos donde está… aunque tengo mis reservas respecto a si deberíamos ir a por el en este momento.

Traicionó a Azeroth cuando decidió unirse a los Jurafauces, solo por eso debe ser ejecutado, pero además tiene un cargo destacable en sus filas, además ha acabado con muchos de los nuestros traicionando a la Espada del Ébano, hay que acabar con el.

Entonces no se hable más. ¿Como llegaremos a el? Por lo que me han informado esta todo infecto de Jurafauces.

Daremos inicio a la ofensiva para tomar todo el camino circular como hemos estado planeando. Señaló en el mapa ante ellos la sección norte. Lanzaremos un ataque por los tres accesos que da al valle y los mantendremos hasta que logren acabar con el traidor para luego retirarnos. Nuestros objetivos son el camino, el paso central y el traidor pues debemos reducir las bajas si queremos asaltar el Sepulcro.

Entiendo… ¿Y quienes se harán cargo del traidor?.

Tu equipo.

¿Solo mi equipo?… ¿Está seguro que…

Si, descubrimos que en su estancia en Acherus aprendió a emplear la sangre del enemigo a su favor, eso podría actuar en nuestro detrimento…. Además, le conoces mejor que cualquier otro, debemos aprovechar esa baza a nuestro favor.

Por desgracia… y aún así desconozco que ha hecho desde aquella vez en Corazón…

Prepárate para el asalto, tan pronto hayamos ultimado los preparativos marchamos al norte.

Esto es algo para lo que me temo que nunca estaré completamente preparado…

Recuerda el objetivo de todo, fue el quien firmó su sentencia al unirse al enemigo de la existencia.

Aún así… será duro.

En estos tiempos tan aciagos hay que tomar difíciles decisiones, de ellas dependerá nuestro futuro.

Nuestro futuro… pensar que tantas vidas están en nuestras manos… sobrecoge.

Y por eso estamos aquí, prepara a los tuyos para la contienda, será dura.

Claro…

Retirándose Bolvar examinó el mapa sobre la cual varias figuras y flechas quedaban marcadas en dirección noreste, poco después la abjurante le llamó la atención.

Así que estás dispuesto a matarlo comandante… aunque por algún motivo no deseas hacerlo … ¿Que ocultas?.

No tenemos tiempo para hablar de mi pasado y tienes razón pero… no queda otra, hay que eliminarlo si queremos acabar con esta desgracia… debemos reunir a los demás.

Estás haciendo lo correcto si eso es lo que te angustia, comandante.

Gracias… se me hace raro escucharte decir esas palabras la verdad, ten cuidado allí fuera, no soportaría perderos.

Eso es algo que nunca permitiremos, comandante. Reconoció esa sabia voz de inmediato.

Por mi incredulidad Frouryo perdió dos dedos, Ananetosis… no se como pude permitir ser usurpado, si os pasase algo no se como podría mirarme a la cara.

Hasta Katifeia fue engañada, todos compartimos la culpa entonces… te estas exigiendo demasiado.

Entiéndeme, ahora sus vidas están a mi cargo.

Por desgracia en toda guerra hay bajas… pero no permitiremos que nos maten, debes confiar en nosotros como hasta ahora.

La vida de un dirigente debe ser realmente dura… exhaló apaciblemente. luchen lo mejor que puedan, debemos ver de nuevo a Frouryo cuando sane… todos juntos.

Volveremos todos a Bastión triunfantes comandante, no lo olvide.

Eso espero mi estimado Ananetosis, eso espero.

Pasadas horas todo aquel envuelto en una misión retornó a Refugio lo más rápido que se pudo, suficiente para revisar el armamento y volver a ver el mapa. Algunos volvieron agotados, otros confusos y más de uno frustrado pero finalmente todos se reunieron frente a Refugio, mortales, fuerzas de las Tierras Sombrías, Espada del Ébano e incluso guardias de los Inmortales, todos esperaban frente a la cuesta del puesto a que sobre este Bolvar les informara de su objetivo.

Los murmuros, susurros y conversaciones se acrecentaban por momentos pues era la primera vez que se preparaba algo de tal envergadura en Zereth Mortis.

¿Vamos a por el Carcelero?.

Pero que dices… si no podemos entrar aún.

¿Entonces por que nos han hecho reunirnos aquí?.

Eso quisiera saber yo, hemos tenido que volver corriendo.

Estamos perdiendo el tiempo… ¿Por que no vamos a por ese condenado Carcelero?.

Rodeado de camaradas de armas notaba el ambiente cada vez más crispado, sobretodo de los refuerzos traídos de Azeroth a los cuales no podía dejar de ver sobre los demás.

¿Acaso saben donde están?… condenados aventureros. Maldijo en su cabeza al escuchar las irrespetuosas quejas de estos.

Poco después surgió Bolvar en lo alto de la pendiente que con un sonoro golpe de su pesada maza llamó la atención de todos.

¡Silencio!.

Un sepulcral silencio acalló las bocas de los impacientes aventureros.

Marcharemos al feudo de los Jurafauces al noreste y acabaremos con su líder. Dividiremos en tres el frente, marchando arqueros desde Gracia del Peregrino aprovechando el terreno alto. Muchos caerán en la contienda que se avecina, otros volverán a sus hogares marcados de por vida, pero todo sacrificio es necesario si queremos tener un mañana, es por eso que iniciamos la ofensiva en este momento, que la Luz se apiade de todos nosotros.

El primer tramo de la travesía transcurrió tranquilo más allá de algún desafortunado Jurafauces que acabó sus días al encontrarse con el ejercito. Conforme el terreno se volvía más seco y árido más patrullas se encontraban y caían ante ellos hasta que llegaron al cruce en el cual un bloqueo Jurafauces sucumbió al no esperarse tal despliegue. Una vez despejado el cruce el grueso de los presentes se dividieron, siguiendo ellos por el camino cada vez más infecto de Jurafauces.

Más adelante, ya atravesando el camino entre grandes dunas y tras aniquilar otra patrulla Jurafauces miró a su leal arquero a su lado el cual contaba las flechas de su carcaj.

Oye Ananetosis.

¿Si comandante?.

Puede que sea una locura lo que voy a preguntarte pero ¿Sería posible que una vez allí pudieras llevarme directo al “traidor” volando?… No se si es una trampa, pero si cada poco ya estamos teniendo que enfrentarnos a ellos…. tardaríamos demasiado en abrirnos paso a el.

Es arriesgado, pero si nos cubrieran el avance podría.

Entonces prepárate… ¿Algún maldraxxi tiene ballestas?. Preguntó lo más alto que pudo.

Así que un ataque aéreo, mortal… Saluda a esos bastardos de mi parte. El escuálido maldraxxi le dio dos pequeñas ballestas y un pequeño carcaj lleno de virotes de punta sumamente afiladas que de buen gusto aceptó. Están envenenadas las puntas, yo de ti no las tocaría.

Gracias, seguro que me harán falta.

Al fin llegaron al desvío que al paso entre montañas les llevaban, donde tras exterminar a los invasores se detuvieron. A la vanguardia Bolvar dio media vuelta subiendo a un peñasco caído.

Tras este cañón el grueso Jurafauces aguarda, demostraremos que les suceden a los traidores que deciden unirse al enemigo de Azeroth. Hoy daremos inicio al fin de dominio del Carcelero con la caza del traidor mortal. Adelante.

Se acercó como pudo acompañado de su equipo al frente hasta llegar junto a Bolvar.

Tenemos un plan que podría reducir nuestras perdidas.

Tras contar el plan y acabar con los primeros invasores.

Está bien, intentaremos despejaros los cielos… pero tendrán que cubrirse la retirada.

Está bien, confío en ellos.

Y por fin atravesaron el cañón alcanzando un gran mirador sobre el gran valle desértico… y los miles de Jurafauces que contra ellos cargaron nada más verlos.

¡Ananetosis!, ¡Mathân!. ¡Nos vamos ya!.

A sus ordenes comandante. Ambos fueron tomados por sus brazos y en un suspiro se encontraron en los disputados aires sobre el valle.

Nosotros te protegemos Ananetosis, tu busca al mortal, es como yo pero con armadura jurafauces y barba totalmente blanca… ¿Tienes armas de rango Mathân?.

Soy un pícaro, por supuesto que tengo de dichas armas.

Bien… maldita sea, ya vienen. Sacando su pequeña ballesta la cargó con un virote de cuya punta emanaba un viscoso gel verdáceo y apuntó al profano ser alado que lanza en mano se acercaba a ellos.

Mejor no saber que es… Disparó y atravesando un ala siguió adelante el virote.

Maldita sea, lo ha atrav…. Dejó de aletear y cayó fulminado como una mosca. … no dije nada.

Voy a descender un poco, protegerme.

Empezaron a descender pudiendo ver en los tres flancos la encarnizada batalla que se daba entre invasores y fuerzas unidas pero al ver otro alado jurafauces percatándose de su presencia cargó otro virote como acto reflejo.

Otro más… ¿Ves algo Ananetosis?.

Disparó pero fallando se maldijo, para su suerte una flecha atravesó la cabeza de su amenaza cayendo a plomo.

Gracias Mathân.

No logro encontrarlo con tanto Jurafauces, seguro que debe estar en una posición donde pueda ver todo desde la distancia.

Alguien como yo no sería capaz de estar fuera del frente pero… si lo que quiere es encontrarse conmigo tendría sentido… busca esos lugares cuanto antes. Cargó otro virote.

Siguieron buscando y matando a todo aquel que se le acercara por infernales minutos que la convulsa batalla pareciera tornar en horas infructuosamente. Llegó a pensar que todo fue una trampa a la cual como un necio cayó, pensó incluso en retirarse pero… no podría volver a hablar con nadie si sucedía, por lo que guiándose por una pequeña luz de esperanza esperó y continuaron buscando.

¿Donde demonios estás?…. Disparó la ballesta y rebuscando en el pequeño carcaj tomó uno de los últimos virotes. …maldita sea, me estoy quedando sin munición… ¿Cuantas flechas te quedan Mathân?.

Siete comandante, no podremos aguantar mucho más.

Eso significa que… maldita sea, no me creo que vaya a…

¿A retirarse?. Esa voz venida de la nada…

¿¡Katifeia?!… ¿Pero que haces aquí?.

¿No es evidente?. Lanzó un cuchillo a otro impertinente jurafauces alado. A decirle donde está el traidor.

Claro… ¿Como pude olvidarte?…

Lo tienes en la zona alta junto a las montañas, no lejos de aquí… ten cuidado, noté algo raro en el.

No se diga más, debemos ir cuanto antes y acabar con esto.

Os ayudaré con el aterrizaje, está algo resguardada su posición. La abjurante se ocultó de nuevo en las sombras.

¿De verdad estás seguro de querer llegar allí comandante?… aún podemos retirarnos.

Si, es el momento de acabar con lo que inició, Ananetosis.

Entonces sujetaros, llegaremos en un instante.

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