Caminantes de las fauces

La vermis surcaba el conducto rauda, como si huyera de su hambriento depredador. Por mucho que sujetara firme los estribos creía que saldría volando y aunque ensordecido por el aire podía escuchar los escalofriantes chillidos y gritos de las infernales bestias que se acercaban a ellos y de golpe, calma… y una bofetada de aire húmedo.

Al fin, como odio pasar por el Espacio Intermedio… urg… Una pequeña arcada le subió por la garganta.

Revendeth, reino de los Venthyr. Donde las almas más arrogantes y orgullosas de la existencia reciben su última oportunidad de ser redimidos o acabar en las Fauces.

¿Eh?, ¿Está… lloviendo?.

La leve lluvia en conjunto al densamente encapotado cielo le dio una sensación diametralmente opuesta al que acostumbraba a tener en Bastión. Lejos estaba la leve brisa perpetua que mecía al unísono el trigo, más bien eran ráfagas de viento no muy intensas, pero en cierto modo incómodas. El sempiterno cielo aurealo despejado tornaba aquí a un continuo cúmulo de nubes oscuras, casi marrones, como si de un recargado sillón de adinerado se tratara con leves aperturas zizagueantes que dejaba ver un carmesí cielo que no dejaba de sangrar lágrimas igualmente carmesíes. Conforme atravesaba el reino se dejaban ver densos bosques de oscuros árboles que apenas dejaba ver nada de su interior… pareciera que todo estaba diseñado para deprimir hasta al más altivo desgraciado que acabara allí.

Así que esto es Revendeth, lo imaginaba más “infernal” pero… miró al cielo y luego al bosque. me alegro de no haber acabado aquí mis días. Resopló aliviado. y pensar que…

No pudo pensar mucho, pues al fin un atisbo de civilización se alzaba sobre lo alto de un peñón, rodeado por una gran muralla como si intentara ocultar de ojos indiscretos lo que allí sucedía. La silueta de altas torres puntiagudas que se alzaban sobre el opresor cielo le alivió en parte, pues deseaba bajar de esa vermis cuanto antes.

Refugio Oscuro

Refugio Oscuro era un nombre cuanto menos idóneo para aquel pueblo. Solo los faroles que crepitaban su llama y la luz que las grandes vidrieras y ventanales carmesíes que de los edificios emanaban iluminaban con un halo de lúgubrez las estrechas calles y callejones del frío poblado, solo superado por las maquinaciones que sus moradores manejaban a ocultas de oídos indiscretos. Las encharcadas calles y la lluvia cayendo de los grandes tejados no hacían más que aumentar la sensación de frialdad y hostilidad a quien osara transitar por sus calles sin conocimiento de lo que se ocultaban allí. Era, cuanto menos, la antítesis de la nueva tierra que lo acogió.

Aterrizó sin problemas y se dejó caer evitando pisar el charco a sus pies. Raudo pero silencioso un ser ataviado en una gran gabardina carmesí con detalles en dorado hilo se le acercó.

Usted debe ser uno de los mortales que viene a enfrentarse al Sire, y por tu atuendo intuyo que vienes de… Bastión. ¿Verdad?.

Una señal de alerta se le activó en la cabeza, esa gabardina, esas grandes botas con tacón de negro cuero, los blancos guantes que relucían bajo las grandes mangas, ese collar dorado con una gran gema engastada en el centro… supuso que debía tratarse de un noble o al menos alguien de alto estatus… y por desgracia sabía que el interés de alguien así se basaba en sacar tajada y beneficio.

En efecto, Adrestes me envió para apoyar la toma del castillo.

Así es, nuestro “amado líder” nos ha vendido al Carcelero y con ello nuestra reputación y servicio, algo que por supuesto no debe ser… tolerado.

Mostró sus pequeños colmillos por las comisuras de la boca, le recordó a elfos de “alta cuna” en cuanto a la condescendencia y la mirada sobre su hombro se tratara pero desde luego que en cuanto a belleza discrepaban, le recordó a los elfos consumidos que solían bajar de Quel’thalas desorientados hambrientos por mana.

Veo que han tenido también problemas con el Carcelero entonces.

Caminemos por favor, no quiero empapar mi atuendo. Abrió su morado paraguas de fina costura y ricos metales.

¿Donde están el resto de los mortales?.

En el Salto del Pecado, no lejos de aquí pero tu irás directo a las puertas pues has… demorado en venir.

Empezaba a disgustarle como hablaba, pero poco podía hacer allí más allá de ver un poco la poca vida que se daba en aquellos callejones.

Siento la tardanza pero hasta hace no mucho teníamos grandes problemas en Bastión.

Problemas en Bastión… y pensar que los Kyrianos se vanagloriaban de su paz y tranquilidad…

Intentó no hacerle caso y siguió mirando a los transeúntes. Algunos miraban curiosos, otros con incredulidad y pudo escuchar a alguna riendo al comentar algo su amiga sobre la “ridícula moda kyriana”… cada vez le gustaba menos aquel lugar.

Bueno no llevo demasiado tiempo en estas tierras, pero me agrada saber que estamos logrando avanzar poco a poco…

Humildad… entiendo por que te uniste a su causa, desde luego tu piedra del pecado debe ser cuanto menos soporífera.

¿Piedra del pecado?.

Es largo de explicar y tu estadía en estos callejones esta llegando a su final pero como os tiene lobotomizados allí te lo explicaré.

Solo pensaba en arrancarle la cabeza del cuello con sus manos.

Toda alma que ha finalizado su vida tiene una piedra del pecado que recoge los actos deleznables que han realizado a lo largo de esta y claro, a nuestras huestes llegan las más nutridas para su… expiación… alguien que se ha ganado la confianza de los kyrianos no debe tener una muy grande… Se acabó la charla, hemos llegado.

¿Tengo que volar en… “eso”?. Señaló la criatura alada, muy similar a un murciélago.

Por supuesto. ¿Acaso crees que tenemos alas?… eso sería un incordio para vestir con estilo.

Lo mato, juro que como diga otra palabra más lo mato. Mascullaba para sí apretando los dientes.

¿He de pagar algo por el servicio?.

Normalmente si, pero como el mismísimo Renathal os ha convocado ha tenido la magnificencia de ofrecer los servicios gratuitos.

Muy amable de su parte… gracias por el recibimiento.

Es “agradable” hablar con alguien de una curia civilizada. Ha sido más educado que ese bruto Maldraxxi de ojos siniestros y su perro faldero Se acariciaba su cuello con cuidado.

Saltó a la montura del alado ser y partió hacia el corazón del reino, una corazonada relacionada con esa burda descripción le transmitió algo de calma.

Sobrevolando un gran valle cubierto por una espesa neblina.

¿Pero como se puede ser tan estirado y arrogante?. No quiero volver aquí en mi existencia, definitivamente pero… recordó la conversación en las encharcadas calles. … ¿de verdad mi “piedra del pecado” me permitiría ir a Bastión y no aquí?… sobre mi pesan muchos pecados… ojalá el arduo camino que ando siguiendo sea el de la redención… si es que no acabo matando a estos Venthyr por mediante claro. suspiró …son peores que los nobles.

Frente a el la inmensa silueta del Castillo de Nathria rompía el horizonte en magnificencia y opulencia a partes iguales. Su sombra se proyectaba sobre el reino a sus pies en un alarde de poder inquebrantable desde el cual el “Sire” miraría a sus súbditos con desprecio como si de vulgares hormigas se trataran. Grandes vidrieras recorrían la altura del castillo proyectando su luz a la oscuridad de su alrededor. Las grandes torres esbeltas dejaban al castillo de Ventormenta como un vulgar hogar de campesinos y fácilmente se igualaba a la Ciudadela Violeta de Dalaran en cuanto a inmensidad. Como remate en un alarde de opulencia… aunque pensó que más bien en horterada, una gran gárgola pétrea posaba sobre lo alto de la torre más alta con las alas desplegadas como signo del poder de la autoridad del reino.

Por la Luz… como platos sus ojos se fijaban en la magnitud del complejo, no percatándose de que estaba descendiendo. ¿Pero cuanto poder tiene el “Sire”?…

Al aterrizar en el inmenso jardín se dio cuenta de la magnitud de todo. Apenas podía ver el dragón en la cúspide ni siquiera ver el acceso al castillo en la inmensidad del parque, que al igual que el Castillo estaba concienzudamente cuidado y ordenado… a excepción de los cadáveres de Ventyr y ¿golems alados? que se amontonaban a lo largo del hermoso parque.

Han debido llegar antes que yo, de eso no me entra duda… en fin, hora de reunirse con los demás.

A la que se acercaba el Castillo cada vez era más y más inmenso, hasta que todo su horizonte quedó ocupado por este y al fin lograra ver las inmensas puertas carmesíes sobre la gran escalinata… y al fin un grupo de gente a sus pies, que por lo que parecía ser eran los mortales.

Al acercarse reconoció de inmediato al paladín que hablaba con otro humano ataviado con una armadura de alto rango del ejercito de la Alianza. No lejos de ellos una elfa de aspecto más que salvaje, otro humano entrado en años, la familiar paladín y el más que familiar no muerto hablaban en un improvisado círculo.

¿Tu debes ser el que faltaba de Bastión verdad?. Menuda armadura tan brillante portas, pareces salido de una historia de ángeles contra demonios. Alertado dio media vuelta y allí estaba agachada a su altura una joven elfa de sangre que no perdía atención a el… o más bien a su armadura, ella en contraste vestía un conjunto bastante simple de tela carmesí y negra. Austero para una elfa pensó.

¿Eh?… Si claro, claro… supongo que eres integrante del grupo de asalto ¿verdad?.

Se levantó de un salto. Claro, vamos a acabar con ese estirado tirano de Denatrius… Valerie me ha contado de tus hazañas allá en Bastión.

Miró de reojo a la no muy lejana paladín. Veo que las noticias corren como el viento aquí… me quitará introducciones pues… ¿Y tu eres?.

Llámame Beledori, soy una maga que anda siguiendo y aprendiendo de su maestro en esta inusual aventura por las Tierras Sombrías… Y hablando de aventuras, si escribo una historia sobre nuestro viaje te incluiré en este arco.

….historia…. arco…. No sabía bien de que hablaba esa altiva elfa. Esto… Así que Beledori. Distas mucho de la imagen ordinaria del elfo arrogante promedio…

¡Gracias!. Yo tampoco soporto a esos pedantes urbanitas de Lunargenta… ¿Y acaso has visto a esos “Venthyr”? son incluso peores, casi le achicharro a uno su repugnante rostro.

Suspiró aliviado. Lo entiendo, he tenido que soportar a uno cuando llegué aquí. Por cierto ¿Podrías decirme quienes nos ayudarán?. No conozco a la mitad de los presentes.

¡Por supuesto!. Señaló a los dos humanos. Allí están Athor y Thorinam hablando sobre cosas de la Alianza.

A Thorinam le conozco.

Athor es nosequé del ejercito de la Alianza.

Entiendo…. Que no sea un fanático descerebrado por favor… Pensó para sí mismo.

Al lado están Veldhath, Aldana, Argent y Valerie hablando de sus batallitas. Les señaló sin miramientos.

¿¿¡Aldana!??. Se mordió la lengua intentando no llamar la atención de esta.

Si, ¿acaso la conoces?.

Digamos que “colaboré” hace un tiempo con su “memorable grupo”.

Entonces se conocen, más presentaciones que nos ahorramos.

Si… ¿y el humano de pelo blanco?.

Se llama Veldhath, creía que ya lo conocías…. Por cierto. ¿No está siempre demasiado junto a ese “Thorinam”?… ¿Podría ser que fueran…? Le brillaban los ojos por algún motivo.

¿Que fueran que?. miró extrañado. ¡No no no!, el otro humano, el que está vivo, el entrado en años. Señaló al otro humano de pelo cano.

¡Ah!. Es el Alto Señor Argent…¿shadow?.. ¿snow?... Sword… no, eso sería ridículo… ¡Ya está!. Era Argentsoul, si, eso es. golpeó su puño cerrado sobre la palma de su otra mano. Fue el quien liberó de las fauces de Torghast a los tres líderes.

Entiendo… El que faltaba, el de los sermones. Otra vez para sí mismo se dijo.

Ah y por supuesto falta… mi maestro. ¿Donde demonios estará?, quiero entrar en ese castillo de una vez.

Cierto… Si el Alto Señor está aquí… ¿Es el Archimago por casualidad?.

Pfff, como no sea el Archimago del aburrimiento… Hablando del rey de Gilneas… Has tardado en llegar.

Si no te hubieras separado para “ver desde otro ángulo” el jardín hubiéramos llegado antes.

La gélida voz carente de emoción le hizo saltar todas las alarmas, empuñando la espada dio media vuelta… y allí estaba lo que más temía.

Si eres inteligente bajarías esa espada de inmediato. Solo unos albinos mechones de pelo y dos espectrales luceros celestes se dejaban ver bajo la blanca capucha de lo que era una harapienta túnica.

Tu… Le miró con resentimiento. ¿Que haces en las Tierras Sombrías?.

¿No es evidente?. Acabar con lo que ha provocado todo esto y cazar a Sylvanas Brisaveloz.

Miró al negro filo curvado tras el. ¿Y esa guadaña?… ¿Que le has hecho a “Silencio”?.

Reforzarla y mejorarla en las Fauces… Como has hecho con tu armadura con la destreza Kyriana. No es mi estilo pero no debe haber nada en Azeroth que le haga sombra, de eso no me entra duda.

Hasta su última fibra temblaba de terror, pero debía mantener esa fría fachada. ¿Que te ha llevado ante el Sire?.

Para acabar con Sylvanas y su maestro debemos empezar por su eslabón más débil, si tiramos de el acabaremos llegando a las manos del propio Zovaal.

¿Zovaal?. ¿Así se llama el Carcelero?… ¿Como has…

Así es, descubrimos más sobre el pero… no es momento para hablar de ello por ahora, debemos atacar cuanto antes y… envaina esa espada, somos aliados como en Ny’Alozha…

Está bien… Envainó la espada. pero no trames nada raro…

Solo quiero obtener información del Sire y eliminarlo de la ecuación.

¿Pasó algo entre vosotros?.

Ni idea, tras acabar con N’Zoth desapareció del mapa y se le llegó a dar por muerto… sin embargo no encontré atisbo de su alma en el Velo. Se agachó de hombros.

Es una larga historia del cual no tengo tiempo a contar… A saber que hubiera hecho con mi alma… Pensó de nuevo para sí.

Disculpen mi intromisión, pero necesito que Drethz me informe sobre un asunto de nuestra última misión en Bastión. El otro no muerto como si hablara con su superior esperaba orden firme.

Aiden asintió con la cabeza, lo cual fue respondido con el saludo militar de Veldhath. Se acercaron al gran portón ornamentado del castillo y se ocultaron tras una columna.

Bien, te estaba esperando… Es sobre Aiden. Hablaba en susurros.

Dime.

Yo también sospecho de el… la guadaña… ¿“Silencio”?. Miró de reojo a su lateral, vigilando a la lejana pareja de no muerto y elfa evitando sospecha.

Si, está claro que algo le ha hecho, la última vez…

Es inquietante, desde aquí soy capaz de notar el nauseabundo poder de las Fauces que refuma de ella… es nauseabunda si pero a la vez… siento su llamada, tanto poder junto…

No pierdas la cabeza como el.

No te preocupes por ello… tengo unos chivatazos sobre “cosas” que hizo en las Fosas de Sarón, en Rasganorte. Ese farol… Proviene de las Tierras Sombrías… Del mismo lugar que el Yelmo de Dominación.

¡El Yelmo de Dominación!… Obtuvo su forma “espectral” empleándolo. Miró a Aiden que estaba de espaldas. Ese material, ese brillo… definitivamente es del mismo origen… ¡Maldita sea!, ¿como pudo obtener algo así?.

Lo único que vio mi fuente fue que entró en una galería en el gélido hielo, de alguna forma logró entrar en las Fauces antes de romperse el Velo… No pienso quitarle ojo en ningún momento y llegado el caso… me sacrificaré si es necesario detenerlo. Carente de emoción miró con desprecio al encapuchado no muerto.

Cuenta conmigo si sucede. Azeroth….no… las Tierras Sombrías corren un gran peligro si pierde del todo la cabeza y es libre.

Hubieras sido un gran compañero de armas aquel día. Está bien, entreguemos nuestras vidas si es necesario pues, pero esa elfa… estoy seguro que alguien como el no es el tipo de persona que gusta ir acompañado.

Parecía conocerse con el grupo que nos asistió, del cual la druida esa, Aldana, era integrante pero… esa tal Beledori… umm.

¿Sabes algo de ella?.

Nada, la acabo de conocer y sin embargo la trata como si fuera su camarada o algo más… algo ha pasado los meses tras la caída de N’Zoth… no deberíamos perderle ojo a ella.

Eso iba a comentarte, Thori… ejem… Thorinam está ya al tanto de todo, algo me dice que esa elfa puede estar actuando de “contención”…

Eso espero pues créeme que no quieres verlo desatando su poder.

He escuchado de ello en Acherus, es Vox Populi su poder…. Y por cierto, mi “fuente” te desea fuerza y coraje desde Azeroth, confía plenamente en ti.

Tu fuente me desea… Un reconfortante calor le vino a su interior. No me digas que… que idiota y sentimental puedes llegar a ser, idiota.

Nosotros también confiamos en ti al igual que tu en nosotros como buenos camaradas de armas. notó un par de golpecillos en su hombro. Lograremos salvar a todo lo que nos importa sea cual sea el precio que tengamos que pagar, tenlo por seguro.

Eso espero, ojalá Azeroth y las Tierras Sombrías logren ver un nuevo amanecer.

Bien, recuerda que aunque Lysonia haya caído aún hay que mantener mil ojos contra el resto de Abjurantes y mantener protegidos los cruces de caminos, hay que evitar los asalto de sus guerrillas.

Se lo recordaré a Adrestes cuando regrese.

Fueron a reunirse con el resto del grupo frente a los portones del castillo…. los cuales como si estuvieran siendo invitados se abrieron de par en par.

Con paso decidido todos entraron en orden al interior del castillo, sabiendo que el Sire Denatrius les aguardaban en lo alto de este.

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Parecía haber pasado una eternidad,desde que se despidieron en Dalarán del lord y su esposa.
Sonrió al recordar los consejos que ambos les habían dado con cariño. Los regalos recibidos(la “nevera” y la ducha arcana),habían hecho más llevadera la campaña de Korthia. Ambos habían “crecido” mucho,y desarrollado infinitamente más, su complicidad en combate. Las bestias convocadas por Zooval,y derrotadas por ambos,habían sido un aprendizaje acelerado de su maestría con las armas.
En las visitas semanales que recibian del Alto señor,para “comprobar sus progresos,y vigilar su estado de salud por deseo expreso de su hermano mayor”,fueron conociendo de oidas,a los diferentes miembros de la familia del lord.
Asi supieron que la hermana mayor Dawn,había sido absorbida por el vacio y transformada,y que estaba en el templo de Dalarán dada su condición de sacerdotisa.
Que el lord tenía un gemelo oscuro de nombre Shadow,(había sido alzado), y que por motivos de seguridad relacionados con su condición de parientes de la familia real,habian sido separados al nacer.
Que el pequeño de los hermanos se habia formado con los tauren druidas,el pícaro Nhail,y que los mejores amigos del lord eran el mago Purple,y el “explorador” como a el le gustaba definirse,Mathân…
Supieron de la esposa del Alto señor,y de su tristeza,cuando ella(Winter), fue alzada por el maldito Arthas,y de como ambos combatían toda clase de aberraciones de la plaga por todo Azeroth…
Eärnur se sentía cada vez más impresionado por las vicisitudes de esa familia,y en su admiración sacaba fuerzas para continuar.
Durante toda la campaña de Khortia,el carcelero parecía ir un paso por delante de ellos. Tras conseguir reforjar los sigilos,pensaron que lo tenían, y participaron en la dura batalla por conquistar el Sagrario de la Dominación. Alli,y a pesar de la victoria,comprobaron uns vez más, como Zooval huia…
Ahora,mientras comenzaba a oscurecer en Zereth Mortis,tuvo la sensación de participar en una lucha continuada desde el principio de los tiempos. Su amada Lya que dormitaba sobre su hombro rebulló, Alzando su mirada,besó con dulzura a su amado y le dijo…
Deja de pensar ya,“palalin”. Mañana será otro día…
Continuará

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El Castillo de Nathria. Pomposo, ostentoso y megalómano era quedarse corto ante la magnitud del inmenso recibidor al cual el armado grupo accedió. Las grandes estatuas parecieran mirar con desprecio a los intrusos no bienvenidos, no así los lienzos del Sire ni la ricamente tejida alfombra roja con motivos dorados que pareciera tragárselos a cada paso que daban. El altísimo techo cubierto de labrados candelabros inmensos cuya luz danzaba entre los cristales que lo decoraban daban una imagen de magnificencia que intencionadamente quería empequeñecer al nivel de un insecto al grupo de mortales que osaban invadir las dependencias del Sire y sin embargo todo ello no hizo más que motivarlos más a entrar en sus ornamentadas entrañas.

Este sitio me repugna, que tío más hortera.

En guardia, estamos en territorio enemigo.

“Si señor”. Pareciera mofarse del rígido guerrero la druida.

En efecto la guardia personal del Sire no tardó en hacer acto de presencia y a diferencia de los creídos del jardín estos si ofrecieron algo digno de llamarse resistencia, aunque no tardaron en sucumbir ante garras, mazas, hojarrunas y espadas.

Le pareció curioso ver que Veldhath no solo no llevara a un no muerto controlado, si no que empuñara en sendas manos hojarrunas, pero no había tiempo para preguntas así que simplemente avanzó ante la defensa del castillo.

llegaron a otra gran estancia frente a las cuales unas grandes escaleras aguardaban y sobre estas una gran gárgola vigilante tomó vida y sin más aviso se abalanzó ante ellos.

Fuerte y veloz como para romper todo lo que alcanzaba a su paso en un pestañeo, pero a la vez torpe y para nada inteligente… sucumbió con facilidad una vez lograron aprovecharse de ese gran punto débil, tras ello se detuvieron en el centro de la sala sobre el inerte cuerpo pétreo destrozado.

Así que hay tres vías… unas escaleras y dos pasillos… creo que deberíamos dividirnos si queremos lograr avanzar, este castillo debe ser inmenso. Thorinam sentado en la cabeza pétrea señalaba las tres posibles vías.

Estoy de acuerdo con el paladín, puesto que somos nueve propongo dividirnos en tres grupos de tres e ir limpiando lo que nos encontremos. ¿Alguien tiene otra idea?. Aiden bajó del cuerpo y golpeó la cabeza con el contrapeso de la macabra guadaña.

Yo también estoy de acuerdo pero… vamos a organizarnos bien para aumentar nuestras oportunidades. Tenemos cuatro paladines, dos caballeros de la muerte, una druida, una maga y un guerrero… Veldhath tocándose el mentón analizaba con su fría mirada al pequeño grupo desde lo alto.… Diría que Drethz, Aldana y yo iremos en un grupo, Aiden, Thorinam y Athor en otro y finalmente Beledori, Valerie y Sir Argent vayan en el tercero, así podríamos cubrir las deficiencias de los demás.

Umm, no me parece mala estructura… podría funcionar… Athor pareciera coincidir con Veldhath.

Discrepo, Beledori irá conmigo si o si, soy su maestro y debo guiarla.

Hemos visto como ha luchado, es capaz de defenderse sin problema… creo que deberíamos seguir el esquema de Veldhath.

No era una sugerencia, Beledori irá conmigo. Cortó tajantemente.

Estamos en el corazón del enemigo, puedes separarte de ella un momento. Los tres humanos se acercaron entre ellos mirándose fríamente, como si de una partida de poker se tratase. La tensión se podía sentir como el filo de una espada.

¿Es que no ven en que situación estamos?. Que vaya con la maga si quiere, pero no perdamos el tiempo. ¡Necios!. El enojado paladín bajó de un salto de la caída gárgola.

Mi camarada tiene razón, dejemos el asunto claro y continuemos, hay un Tirano que derrocar.

Paladines… está bien… Athor y Beledori cambiarán de grupos.

No era necesario esto…

Es lo más adecuado… por cierto, TU vendrás conmigo también, tu camarada paladín irá en el grupo de Aldana. Señaló sin tapujos a Veldhath.

¿Yo?, ¿Para que demonios quiere que venga contigo?, llevando un paladín aseguramos tener sanación en todo grupo.

Si de verdad llevas alzado desde la Tercera Guerra no necesitarás sanador y… más vale que ella no reciba ni un rasguño.

Eso no responde a mi pregunta, Aiden.

Sinergia, podemos “beneficiarnos” mutuamente de nuestro poder común, llevar un paladín sería perder el tiempo.

Como sea, basta de perder el tiempo… Thorinam ve en el grupo de Drethz, yo iré con Aiden.

Sabia elección.

Sin más dilación se dividieron en tres, perdiendole la vista preocupado a los no muertos.

Recorrieron los largos pasillos de ricas vidrieras carmesíes y las retorcidas escaleras que parecían ascender y descender eternamente hasta que al fin encontraron un ser cuanto menos fuera de lugar, pues nada se parecía a un Venthyr, si no a uno de esos “Especuladores” de Oribos… el cual no les puso fácil, pese a no ser especialmente fuerte sus trucos y artefactos les hicieron sudar la gota gorda… pero al final acabó sucumbiendo ante una Aldana hastiada de tanto juego sucio.

¡Muere de una maldita vez!. No dejaba de rasgar las vacías vestimentas en jirones cada vez más pequeños.

¡Que ya esta muerto!… No debemos hacer esperar a los demás. El paladín pateó lo poco que quedaba de una pieza de la extraña vestimenta.

….¿Escuchan eso?… Es acaso…. ¿música?. Le extrañó, pero supo que debían ir a la fuente de esta.

Pequeñas reveraciones resonaban entre las frías paredes, rítmicas, como un lejano eco.

Es… verdad. ¿Pero que se creen estos pomposos energúmenos que somos?.

No se diga más, vamos.

Salieron de allí hacia la fuente de la banda, cada vez más clara e intensa. Bajaron las largas escaleras y alcanzaron al grupo de Valerie, que fisgoneando en silencio miraban tras la columna central de las escaleras.

Es eso un… ¿¿Salón de baile??. Se dijo para sí.

Así era, la enorme estancia resonaba con la dulce orquesta como si de un gran evento se tratase donde un gran número de invitados Venthyr bailaban en pareja como si nada hubiera sucedido, a los laterales camareros servían lo que parecía vino… o eso creía. Y en lo que parecía un pequeño atrio que dominaba la sala tres Venthyr miraban bebiendo en sus dorados tronos el pomposo baile.

¿Estamos todos?… No veo al grupo de Veldhath. Thorinam preguntó un poco nervioso en susurros.

Aún no han llegado, se habrán cruzado con más enemigos que nosotros… ¿Sin inconveniencias en el camino verdad?. Cual general esperaba noticias de el.

Nada destacable… ¿Quien es el “invitado”?. Señaló a la espalda del que pareciera un elfo de sangre.

El alma de Kael’thas. Por su bien más le vale que nos lleve ante Denatrius.

Vulgares humanos, se dirigen ante Kael’thas Caminante del Sol, Rey de Quel’thalas y…

¡Shh!. Ya no eres nada de eso, como nos comprometas te corto la lengua, traidor.

¿Entonces que hacemos?.

Esperaremos cinco minutos a ver si vienen, si no acabamos con este decadente alarde de poder y avanzaremos.

Entiendo… Maldita sea, regresa de una pieza condenado cadáver andante… Vio como apretó el puño con fuerza.

Esto no me gusta… le hemos enviado a una muerte segura… Lamentó para sí al pensar en el destino del no muerto.

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Mientra tanto en una sala en el otro extremo del complejo

Los jarrones de ánima posaban destruidos vertiendo lo poco que quedaba del preciado fluido carmesí. En el centro de la gran estancia yacía desmembrada y carbonizada Lady Inerva, que osó detener el avance de la muerte… y la joven maga que disgustada miraba el irreconocible cadáver a sus pies, el cual aún chisporroteaba en las brasas que resistían su extinción.

Quiero hablar contigo a solas Velhath… Beledori vigila las escaleras y evita que vengan invitados indeseados, ya sabes que hacer si ello ocurre.

Jo, estoy agotada.

Haz lo que te digo, los Venthyr no esperarán a que estés descansada.

Está bien… Salió fuera de la estancia, dejándolos solos.

Bien ahora que no hay oídos indeseables quiero hablar contigo seriamente.

Está bien… si es para acabar conmigo entonces ¿para que me has llevado aquí?. Se que no sería capaz de hacerte frente mucho tiempo.

No es para eso pues como dices podría matarte en cualquier momento.

¿Es sobre la elfa verdad?. Es evidente que todo esto es por ella pero… ¿por que alguien como tu tendría afecto por una mortal?.

Eso no te incumbe… ¿he de mencionar a ese tal “Thorinam” que siempre te acompaña?.

Deseaba partirle esa hedionda boca, pero frustrado exhaló un halo de gélido aliento. No menciones a mi camarada de armas otra vez.

Vayamos al grano, se lo que hablaste con el enano… esa distribución de grupos… lo hicistes para separarme de ella a caso hecho y tenerme vigilado… si no confían en mi adelante, están en su derecho pero… No. osen. incumbir. a. Beledori. en. sus. maquinaciones. El ambiente cada vez era más gélido a su alrededor.

Así que sabes todo… previsible cuanto menos del anterior Señor de la Muerte… quien me hubiera dicho que con mi muerte salvé la vida a alguien como tu… Suspiró.

Y sin embargo Azeroth sigue viva.

Y con ello te has ido convirtiendo en lo que más odiabas, cada vez te pareces más a nuestro antiguo príncipe bastardo…

¡Tu no sabes nada de Azeroth!. ¡¿Que has estado haciendo por ella todo este tiempo?!.

Por desgracia pude haber hecho mucho más, pero no puedo detener a los mortales de matarse entre ellos por motivos nimios… está bien, dejaré en paz a Beledori de todo esto…siempre que seas reciproco y dejes a Thorinam también fuera.

Viejo decrépito… ¿Acaso crees que hay algo que me obligue a seguir tu oferta?.

Sigue habiendo dentro de ese témpano de hielo un atisvo del mortal que fuiste… Juraste proteger a Azeroth ¿verdad?.

Es lo que he hecho todo este tiempo.

Una noble promesa, pero recuerda, Arthas juró proteger Lordaeron y mira como acabó… No dejes consumirte por ese… “Espectro”.

Eso es algo que quedó en el pasado…

Y sin embargo el pasado es algo que siempre intenta regresar. Recuerda que tenemos las manos manchadas de sangre… no permitas que te arrastre ese pasado. Está bien, confiaré en tu palabra, protegeré a la elfa como juré proteger todo quien no puede defenderse, pero recuerda, no me obligues defenderla de ti… No es como una amenaza, pues sería una necedad pensar que podría acabar contigo, si tanto la quieres evita que llegue esa situación.

Eso es algo que nunca le haré y llegado el caso…

Evita que llegue el caso, no permitas que se ensucie sus manos…

Nunca tocaré a Beledori, ella es la razón de…

No digas más, ese es un sentimiento que en cierto modo… comparto. Deberíamos seguir avanzando o se preocuparán… ya hemos tenido demasiado tiempo de habladurías.

Está bien… ¿Esa promesa la hiciste en vida verdad?

En efecto, los mortales pueden llegar a ser necios y descerebrados, pero muchos solo merecen una vida plena. Siento ser tan repetitivo pero… No la hagas sufrir.

Ese peso cae sobre mis hombros y no voy a permitir que ella sufra por ello… no la hagamos esperar más.

Se encontraron con Beledori que sentada en un escalón vigilaba las escaleras aburrida.

Ya era hora, ¿Es que han estado hablando de sus batallitas?.

Se podría decir que si, siento haber estado tan susceptible con ustedes.

¿Susceptible?. A mi no me parecía que…Bueno, he echado un ojo mientras… creo que tenemos que volver a la entrada para continuar.

Bien hecho, vamos a encontrarnos con ese dichoso Sire, no aguanto este lugar. Gruñó Aiden.

Yo solo quiero tomar aire fresco.

Creo que todos coincidimos que este lugar no está hecho para nosotros pues. Les propongo que cuando acabemos aquí en seña de “buena voluntad”… les invitaré a un trago donde podamos.

Está bien, necesito un trago después de todo esto.

Llegaron al inmenso recibidor donde el resto del grupo esperaba haciendo inventario o simplemente descansando.

Un breve descanso después

Resopló tranquilo al ver a Veldhath regresar de una pieza, pero algo le escamaba… no pareciera estar en guardia como antes y no supo que pasó entre ellos todo este tiempo, así que temió que estuviera siendo controlado o algo peor. Pero allí estaba hablando con Beledori y Thorinam junto a Aiden, como si nada hubiera pasado.

Sin embargo no tuvo tiempo para más, pues tras dejar en manos del General Draven al alma del Rey caído se dirigieron hacia el recién descubierto camino. Este dio lugar a otra amplia estancia resguardada por un inmenso dragador, el cual no se lo puso fácil al comienzo pero… no destacaba por su inteligencia así que aprovechar esta falla fue decididora pues el mismo acabó aplastando su cabeza contra un muro, dejando este impregnado de un desagradable fluido viscoso.

Supieron que se dirigían a las fauces del Sire por las interminable escalinata de incontables escalones que no dejaban de subir. Escalón a escalón ascendían sin cesar y cuando pareciera que no acabarían nunca… Aire fresco.

Todo el reino era visible desde esa altura, desde el cual Denatrius pudiera regodearse de sus súbditos que desde allí eran menos que insignificantes puntos. Unos pocos guardias opusieron una leve resistencia que fue apaciguada, abriéndose paso al final del viaje, un gran mirador frente a las carmesíes vidrieras desde el cual una gran sombra se dejaba ver.

Creía que solo quedaba el Sire pero para su desgracia dos grandes gárgolas aterrizaron de golpe, haciendo vibrar todo el suelo.

Es la guardia personal de Denatrius… no bajen la guardia.

Athos parecía serio, así que mejor sería no subestimarlos. Y en efecto subestimarlos fue algo que no pudieron hacer, pues con su dominio del aire no les dieron tregua hasta que no lograron arrancarle sus pétreas alas, una vez sin su dominio fue relativamente fácil acabar con ellos…

Esperen a que de la orden…

Así que han logrado acabar con mis generales… Está bien, si quieren morir que así sea. Un rugido resonó de la gran vidriera, abriéndose de par en par dejando ver al fin al Sire Denatrius el cual mirando sobre su hombro miraba con desprecio a los invasores sujetando lo que parecía una fina copa llena de vino, al cual con pomposidad le dio un sorbo y dejó sobre una mesita carmesí.

¿Podemos hacerlos picadillo ya maestro?, ¡Quiero cortarlos en pedacitos!.

¿¿¿¿Esa espada acaba de hablar???

No Remornia, aún no. Primero hay que civilizarlos.

¡Pero yo quiero bañarme en su sangre!.

Eso para después, primero hay que hacerles entender que no deben meter sus mugrientas narices en mis dominios. Con arrogancia dio unos pasos atrás esperándolos en el centro de la circular sala. Adelante mortales, no me hagan esperar.

¡Ahora!. ¡Cargad!.

Athor fue el primero en cargar contra el Sire, siendo repelida sus espadas por Remornia, la carmesí espada con voluntad propia. Todos atacaron al Sire, pero Remornia no les permitió que recibiera ningún rasguño. Por mucho que lo intentaran no lograban hacerle nada y para colmo Denathrius no cesaba con sus ataques de carmesí ánima.

Al fin una bola de fuego golpeó al Sire quemandole parte de su ahora ya no tan albino cabello.

¡Basta ya!… Me he hartado de este juego… Vayamos a un lugar más… adecuado.

El centro de la sala se abrió y con el una gran corriente de carmesí ánima arrastraba de ellos inmisericorde, por mucho que lo intentaran no lograron sucumbir a este, cayendo en picado por el interior de la torre y por algún motivo el mismo torrente de ánima que los arrojó amortiguaron la caída, como si de una teatral entrada escénica fuera.

Mucho mejor. Remornia adelante.

¡Si!, Pienso revanarlos, despedazarlos, descuartizarlos. La espada enloquecida se regodeaba imaginando lo que haría con ellos.

Y como un perro desatado se lanzó contra ellos tan veloz que cortaba hasta el aire atravesando la sala tan veloz que apenas podían esquivarla a la que Denathrius se festejaba con los gritos de cólera de Remornia y el grupo luchando por esquivarla.

La lucha se eternizo hasta que la espada cometió un fatal error y quedando atascada en el ya arrasado suelo fue encadenada por gélidas cadenas de hielo y finalmente dejada fuera de combate por una salva de sagrados martillos.

¡Ya estoy harto de vosotros, sabandijas!. Tomó a la espada y cual hábil espadachín atacó con rápidas y elegantes salvas al grupo. A pesar de su superioridad numérica no lograban alcanzarlo al igual que el Sire no lograba golpear a ninguno.

No puede ser… Acaso voy a… Acabaré con todos a la vez…

La sala empezó a llenarse del carmesí ánima reduciendo la zona libre, a pesar de no saber que haría todos supieron que debían evitar pisar el corrompido suelo así que fueron recortando distancias.

Pronto… se decidirá la victoria…. jadeando empezaba a desorientarse.

Poco a poco la sala quedaba más y más reducida hasta que todos estaban hombro con hombro frente al Sire… Lanzándose heroicamente Athor y Aldana y tras ellos los demás, logrando arrojar fuera la condenada espada y asestarle entre todos los golpes de gracia, cayendo moribundo el orgulloso Sire y con ello no solo su reinado, si no la profanada sala.

Acaso creen que… han logrado algo?… ¡Necios!… El Carcelero ya se os ha…. adelantado, pronto… logrará los sigilos… Cayó de frente junto Remornia.

¡Maestro!. Ven conmigo, yo te salvaré.

¡Que no se acerque!.

Aunque el guerrero intentase evitarlo no fue lo suficientemente rápido para evitar que Remornia empalara al Sire.

Ahora estamos juntos maestro… no permitiré que acaben contigo.

Maldita seas… Me harté de ti, voy a sacarte al bastardo y fundirte.

¡Alto!. El temblor de Draven al aterrizar no dejó a nadie sin fijarse en el. Gran trabajo en derrocar a este traidor caminantes, hoy no solo han salvado Revendeth, si no las Tierras Sombrías… ahora regresemos al Salto del Pecado. Dejó con cuidado un carmesí espejo al cual todos entraron, saliendo en una planicie rodeada de ruinas desde la cual solo podían vislumbrar a la distancia la silueta del Castillo del cual acababan de retornar.

Caminantes, me congratula saber que al fin hemos logrado derrocar a nuestro antiguo lider y… traidor a nuestra causa. salió del espejo antes de cerrarse otro Venthyr, también ataviado en elegantes vestimentas. A partir de ahora Revendeth dejará de estar gobernada por la figura de un solo Sire y… cuando se logre resolver la precaria situación en la que nos encontramos me congratularía invitarles a una fiesta dedicada en sus nombres y hazañas.

Gracias por la invitación Renathal, pero aún nos queda mucho por delante… dijo algo de unos sigilos. La paladina no dejaba de mirar fijamente a Remonia… o más bien Denathrius.

Hasta alguien como el merece redención… como toda alma que viene a nuestro reino, os iré informando de cualquier novedad que socavemos de nuestro antiguo “amado líder”, no os quepa duda… Pueden regresar con la cabeza bien alta a sus curias sabiendo que hoy han logrado cambiar nuestro destino, caminantes. Tienen el eterno agradecimiento de nuestra curia. Se inclinó ante ellos con elegancia.

Veldhath se le acercó presto. Ahora podemos hablar, respecto a Aiden tuvimos una… “charla” antes y….

Le miró con desconfianza. ¿Que te ha hecho?… ¿Acaso no desconfiabas de el como yo?, ¿Por que ahora vas de su lado?.

No es que vaya de su lado, pero… esta cambiando, no es que le exima de sus pecados pasados y sinceramente, no se que pasó en “Ny’Alozha”, pero intenta enterrar al “Espectro”.

No confío en absoluto, no después de lo que vi… del monstruo que desató.

Y lo entiendo pero… todos podemos cambiar, como te dije eso no significa que haya que perdonarlo, ni mucho menos, pero al menos darle un voto de confianza.

¿Un voto de confianza?. Es una amenaza para todos, en cuando no le seamos útiles nos matará o algo peor.

Intenta confiar en mi, en el fondo no nos distanciamos demasiado… si supieras la de atroces actos que cometí a sangre fría por años hubieras intentado matarme desde que nos conocimos.

Tu estabas controlado por ese condenado Arthas, el ha sido “Espectro” por voluntad propia.

Y tienes razón, pero… ¿Crees que eso le importó a las víctimas a las que maté a sangre fría?. ¿Crees que no recuerdo las miradas de terror mientras suplicaban por sus vidas mientras los mataba sin sentir un ápice de piedad?… No, lo único que puedo hacer es seguir adelante e intentar que ese monstruo no vuelva a pisar el mundo nunca más y… esa elfa, Beledori, ha logrado que encierre al Espectro en lo más profundo de su ser, como hice hace años cuando logré liberarme de la dominación de ese bastardo.

Quiero confiar en ti y… me temo que yo mismo tengo un monstruo que acometió todos los actos que juré no hacer… se que es duro y que es algo que siempre pesa pero… es que fue la primera vez que pasé autentico pánico… no solo por mi, si no por todos…

Si quiere proteger a lo que más ama y protege… más le vale no dejar salir al Espectro nunca más y créeme, cuando de verdad quieres proteger lo que más quieres haces lo que sea, por muy difícil e imposible que sea por que no sufra ni le pase nada…

Está bien… tomaré tu palabra y le daré un voto de confianza, pero por que te aprecio suspiró. …aunque no será fácil me temo.

Tampoco es que seas su amigo ni nada del estilo, solo dejarlo pasar, no dejes consumirte por el odio y el miedo… aunque supongo que eso ya te lo habrán dicho en Bastión una y otra vez.

Así es, en fin, habrá que estar en alerta y ver que hacer para acabar con el Carcelero, por que aparte de “los sigilos” poco más sabemos.

Pregunta cuando retornes y prepárate, algo me dice que esto no es más que el comienzo de la batalla.

Eso me temo… creo que es hora de separarnos otra vez pero… pronto nos volveremos a ver… dile a Thorinam que gracias por los pergaminos y cuídense.

Así será, cuídate tu también y… has combatido muy bien por cierto.

Las despedidas se sucedieron una tras otra y con ello cada uno se dirigió en las archiconocidas vermis de ánima a sus respectivas curias. Valerie quería hablar con Aiden en Oribos y Argent quería recibir una visita “familiar” así que retornó el solo a Bastión, directo al Fuerte Elíseo.

Ya en el Fuerte informó de la gran noticia, lo cual fue gratamente recibido por todos los presentes y lo de los sigilos, lo cual fue recibido extrañamente como una amenaza por como más goliaths y nemis reforzaron las escaleras y nave que daban a la Arconte.

Cuanto estén tus hermanos mortales os informaremos de todo, pero por ahora debes descansar y continuar tu aprendizaje del uso del ánima Drethz.

¿Pero a que se debe esto Adrestes?.

Quieren el sigilo de la Arconte, la Reina del Invierno y el desaparecido Prelado… no se para que pero debe ser clave para el Carcelero, me temo que no tendremos tiempo para celebraciones ni para bajar la guardia… siento que así sea como recibas el agradecimiento por tu valeroso acto.

No pasa nada, si es algo grave es mejor prepararse para ello, ya tendremos tiempo para festejos como dice… estoy muy agotado ahora, pero a la que reponga fuerzas continuaré e entrenamiento… quiero traerle el orbe de ánima lo antes posible como le prometí.

Perfecto… y si ves cualquier amenaza o sospechas de lo que sea deja lo que estés haciendo y ven de vuelta… le susurró al oído. no sabemos si hay infiltrados entre nosotros.

Así será, estaré alerta.

La Arconte te lo agradece una vez más.

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Tras la victoria contra Denathrius los ánimos cambiaron, salvo que no para bien, pues la desesperanza y el temor tornaron a la sospecha y paranoia, lo que empezó a hacer mella en el, pues no dejó de prepararse, evitando descansar si podía hacerlo.

Intento tras intento mejoraba sus dotes con el ánima, aunque frustrado pensaba que iba demasiado lento, pero poco a poco lograba mantener las hebras más tiempo, siendo estas ya lo suficientemente resistentes para empezar a manipularlas así que al fin llegó el momento de hacer el orbe.

En lo que le pareciera días con arduo esfuerzo y una larga lista de fallos al fin tenía entre sus manos lo que tanto le costó, un pequeño orbe celeste que se mantenía estable. Con un pequeño atisbo de orgullo la arrojó al suelo, estallando en centelleantes hebras.

Al fin lo logré, pensaba que sería más fácil pero cuanto más mejore mejor…. Zovaal nos atacará, estoy seguro… Iré al Reposo y luego veré a Helios, ya debe estar curado.

Retornó al Reposo del Héroe, donde Adrestes hablaba con Mikanikos junto a la forja central, al acercarse dejó la conversación y le saludó.

¿Como ha ido el entrenamiento?. ¿Has logrado avances?.

Al fin logré un orbe. ¿Alguna novedad?.

Nada nuevo, debemos mantener la calma en este momento o acabaremos flanqueando.

Entiendo pero es inquietante. ¿No hay nada planeado?.

Me temo que solo estar alerta y estar en contacto cercano con el resto de curias, me temo que Ardenweald o nosotros somos el objetivo principal.

¿Y por que no fortalecer con Maldraxxi ambos reinos?… Se que verlos aquí estando reciente los ataques no es plato de buen gusto pero… peor sería que estuviéramos desprevenidos.

Ellos también son un objetivo, no sabemos que planea el Carcelero pero… quizás hacer eso sería lo que el quiere para atacarnos.

Es frustrante vivir con esta tensión, entonces lo único que podemos hacer ahora es… ¿Esperar?.

Eso me temo, pero por suerte el resto de curias están alertadas como dije, si osan atacarnos todas vendrán en cuestión de instantes para defendernos.

Es bueno saber eso pero aún así…

¿Dijiste que hiciste un orbe de ánima verdad?. Demuéstramelo.

Concentrado hizo un amago de orbe que se desintegró justo antes de acabarla, el segundo intento falló fulminante pero la tercera vez logró un orbe calcado al primero que logró.

Eso es, un orbe de ánima idónea para mejorar tu destreza, enhorabuena. Como si de su mentor fuera estaba orgulloso de su hazaña. Creo que es el momento de que aprendas más, aprenderás los conocimientos que nuestros ancestros nos legaron desde hace eones. Le dio un libro perfectamente encuadernado, al abrirlo vio las páginas impolutas y ese olor a nuevo… nunca se cansaría de ese olor. Pedí una copia para ti, intenta no perderla.

Yo… se lo agradezco de corazón. Prometo que mejoraré todo lo que pueda.

Gracias, pero soy yo quien debería agradecértelo, se que estas haciendo todo esto para protegernos de las amenazas que se nos ciernen.

Es lo menos que puedo hacer.

Deberías visitar a tu larión, te echa de menos, y Nemea me dijo que aguardaba un obsequio.

¿Un obsequio?… Bueno voy a verle, nos vemos.

Dejó el Reposo y el larión aterrizo cerca de los demás congéneres. Bajó de un salto y buscó a Helios… aunque más bien fue este quien lo encontró cuando se le abalanzó, tirándolo al suelo.

¿Me echabas de menos verdad?… ya estoy aquí de nuevo…. ¡Que me asfixias!… Una vez le dejó tomar aire le acarició la cabeza. Por fin estas curado, me alegro de verte así.

Veo que le echabas de menos, pero a partir de ahora no tendrás que hacerlo.

¿Nemea?. Hola, no he tenido por desgracia tiempo para venir…

No te preocupes, se que estas muy ocupado… pero ya esta completamente sano y curado así que podrá acompañarte allá donde vayas.

¿Si?. Se giró al larión. ¿Querrás acompañarme Helios?. Un lamenton en la cara fue la respuesta. Está bien, a partir de ahora no me separaré más de ti.

Y como para surcar los cielos necesitarás una montura… he preparado una para la ocasión.

Una hermosa montura de rígido cuero fue puesta al lomo del larión que gratamente aceptó. Ver esas blancas telas engalardonándolo le hizo pensar en lo rápido que se mancharían aunque mejor sería dejarse sorprender.

Ahora que lo pienso ¿Hay algo para hacer que venga?… habrá momentos en los que no pueda venir creo, como interiores y tal.

En absoluto, el vendrá a tu ayuda cuando sienta la llamada de tu alma, el vínculo que habéis creado durará por siempre.

Eso es magnífico, sin duda Helios es una noble criatura.

Una noble criatura para un noble alma.

No me consideraría noble pero… Espera, esa voz… Al darse la vuelta reconoció al instante al veterano humano frente a el, su temor se acababa de cumplir.

Pues yo creo que si… ¿hablamos un rato?.

¿Que hace usted aquí, Alto Señor?. Miró a su alrededor, pero solo veía lariones jugueteando.

Sabía que vendrías aquí y… déjate de formalidades, llámame Argent.

En fin, si es lo que desea…

Claro, conozco muy bien a Valerie pero no he podido hablar con mi otro, como dicen en estas hermosas tierras, hermano mortal. He escuchado de tus hazañas al igual que tu de las mías.

Os dejo solos, tengo que buscar agua para los lariones, que la Arconte os guíe.

Acarició a Helios y se fue.

Si, se que liberaste a Jaina, Thrall y Baine y casi a Anduin de Torghast.

Espero que siga aguantando, no se que querrá Sylvanas de el.

¿Sylvanas?… ¿Es que no ve a quien está ayudando?…

Ya sabremos en el futuro por que está haciendo lo que ha hecho… hemos hablado de mi y supongo que sabrás más por el “boca a boca” pero ¿que hay de ti?, solo se que estuviste en Ny’Alozha antes de venir aquí.

Es mejor que no lo sepas… acabarías repudiandome por mis actos, digamos que no fui nada de lo que se supone que era seguir a la Luz…

A mi me parece que estás siguiendo un buen camino y eso es lo que importa, aunque el pasado no pueda ser remediado el futuro si puede ser cambiado y por todo lo que he escuchado de Valerie, los kyrianos y mi hermano creo que estas siguiendo el camino que un buen paladín debe seguir.

No se yo… creo que todo esto es por temor a acabar en Revendeth o las Fauces más que por lealtad o fe… como si intentara redimirme para evitar un horrendo futuro.

Pues yo creo que no, que te guías por tu alma y no por miedo, de otra forma no hubieras aguantado lo que has tenido que aguantar.

Me gustaría pensar que así es…

Pies sigue así y… ¿quieres una cerveza?. Le guiñó el ojo.

¿¿Una cerveza??. ¿Acaso no sabe en que situación estamos?.

No seas tan formal. De su mochila sacó un par de botellas recibiendo una. Mi hermano me dio unas botellas de Dalaran la última vez que lo visité.

¿Dalaran?, ¿Visitar?…

Claro, pase por Azeroth tras caer Denathrius, espera… ¿Cuando fue la última vez que pisaste Azeroth?.

Última vez… ¿Es que acaso se puede retornar?.

¿¿¡Llevas aquí desde que comenzó todo esto!??

Claro, les prometí que no regresaría hasta que se solucionara todo.

Pues…. acabas de responderte a la pregunta de antes tu solo, si solo hubiera estado por temor no hubieras prometido eso.

Entiendo… pensaba que serías más… esto… ya sabes, más “recto y fervoroso” pero… creo que te juzgué mal.

Ajajaja como se nota que no has escuchado de mis “desventuras”… Le abrió la botella usando la boca de la suya. Seré el Alto Señor, pero se disfrutar de las bondades que la vida da le dio un trago a la botella. Creo que hablaré con el Iluminado cuando esté en condiciones… es más, iremos juntos, que se que lo sacaste de las Fauces.

No se yo, aún tengo mis recelos, se que parecía arrepentido pero… muchos cayeron por sus actos.

Al menos permitele que exponga sus razones… no debes juzgar tan a la ligera o te pasará como conmigo.

Ya… cuando llegue el momento supongo que le daré un voto de confianza.

Bébete la cerveza o se quedará hecho un caldo.

Claro… Le dio un trago, el cual entró cual maná de dioses, siguió bebiendo hasta desafortunadamente se acabó.

¡Agh!. Que bien entra siempre una cervecilla ¿Verdad Drethz?.

Hacía tanto que… Perdone que le pregunte pero…

¡Que no me hables de usted!… y no, lo siento pero eran las últimas.

Lástima.

¿Has estado casi un año sin beber nada no?.

¿Casi un año?… ¿Tanto ha pasado?.

Si, pero no te preocupes, cuando vuelva traeré más y nos las beberemos los tres.

Gracias, podríamos hacer una barbacoa los tres ese día.

Gran idea, hay que enseñarle a los Kyrianos las buenas costumbres de Azeroth.

Ya lo creo… me empiezas a caer bien Argent… por cierto, ese nombre… me recuerdas a un conocido de Azeroth.

Claro que te recuerdo, por que el “Argent” elfo que conoces… es mi hermano.

Claro, es tu herma…¿!COMO?!… si es un elfo.

Es una larga historia, digamos que mi padre era un granujilla… y parte de el pasó a mi… no solo la parte humana…

Pero si tu hermano es un elfo eso significa que uno de tus padres….

Salí a él no solo en la parte más granujilla. Si, el era un elfo por lo que yo soy un semielfo.

Eso si es una rareza… bueno no soy el más adecuado para hablar, tengo sangre Martillo Salvaje aunque no lo parezca.

Así que tu padre también era de…

No, mi madre más bien.

Al final el amor no entiende de límites.

Eso parece.

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Placeholder hasta que regrese y escriba un capitulo.

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Más días de tensa calma se sucedieron sin más en los cuales se dedicó a aprender en compañía de su nuevo compañero de viajes lo que pudo del obsequio de Adrestes, limpiando alguna que otra molesta falla de la que esos repugnantes seres del espacio intermedio manaban y alguna que otra ayuda mundana entre medias hasta que, estando en el Reposo del Héroe estirando las piernas recibió una petición de Argent vía Administrador para hablar cuanto antes en el Templo de la Sabiduría. Tras agradecerle a la servil criatura con una puriana se dirigió al norte a lomos de su fiel Helios.

Una vez llegaron bajó del larion encontrándose con Argent Thenios y Uther, estando esos dos últimos conversando, por lo que mejor esperaría mientras que se ponía al día con Argent.

Hola Argent, perdón por hacerte esperar.

Nada, vamos a dejarles que hablen entre ellos mientras que te pongo al día de Azeroth le guiñó picaramente.

Vale…

Bajaron las escaleras hasta que el semielfo comprobó que estaban solos.

De Azeroth poca cosa salvo que… he adelantado la barbacoa… Acabo de volver de una escapadita por nuestro mundo jeje…

¿Me has hecho venir solo para eso?… ¿Por que aquí?.

Ahora te lo cuento pero antes… No se lo cuentes a nadie, pero esta barbacoa es un pequeño homenaje a nosotros tres, Valerie ya está preparando la leña.

Eso suena bien y… Miró a su alrededor e indicando que se agachase le susurró. ¿Has traído cerveza?.

Por supuesto, Cebatruenos de tu tierra bien fresca, te sabrá a gloria bendita.

Al fin, hay que enseñarles el noble arte de la cerveza a esta gente.

Y ahora a lo que íbamos, Uther al fin ha logrado asentar su cabeza, aún está muy perdido pero por lo menos vuelve a ser quien fue.

Entiendo, desde luego Thenios es digno de estar donde está, aún así… sus actos causaron un gran daño en inocentes.

Y tendrá que cargar con ello toda la eternidad, deberíamos hacerle saber todo lo sucedido desde que murió y dejar que el mismo nos diga los motivos que le empujó a hacer lo que hizo con sus propias palabras.

Quisiera hacerlo e intentaré hacerlo pero… no será fácil.

No dije que fuera fácil, si no lo más justo.

Lo más justo… no soy el más adecuado para hablar de actos sobre inocentes… supongo que si muestra arrepentimiento debería… Pensó para sí. Por cierto, ¿Estás seguro que en su estado deberíamos contárselo todo?. No creo que le guste saber que Lordaeron cayó, que Tirion murió o que su discípulo cayó.

Es necesario, le traerá paz el saber que su orden sigue en pie y que Azeroth no corre peligro, que puede saber que puede confiar en quienes hemos logrado acabar con todas las amenazas que se han cernido contra nuestro mundo.

Eso lo dirás por ti más bien, yo poca cosa he hecho en verdad.

Defendiste Azeroth de la amenaza de un Dios Antiguo, no interviniste en la Cuarta Guerra y has salvado un reino de su fin, eso no es “poca cosa”.

Tus hazañas son por todos conocidos, en comparación…

En comparación nada, si no hubieras estado aquí probablemente no estaríamos aquí hablando ni ellos existiendo.

Miró al suelo y luego al horizonte, a las infinitas doradas colinas que se perdían en la distancia.

Pensar que nosotros tres hemos salvado esta tierra y sus gentes… ¿No es irreal?.

Dos, yo estuve en Torghast salvando a los líderes, no pude estar para ayudaros a salvar Bastión cuando parecía su fin.

Ya… Por cierto, ¿Alguna noticia de Anduin?.

Nada, está perdido en lo más profundo de Torghast y Bolvar no es capaz de encontrarlo.

No quiero pensarlo, pero me temo lo peor por el.

Muerto no está seguro, Sylvanas y el Carcelero tenían especial interés por el.

Y por ello temo más. ¿Por que ese interés?… ¿Acaso todo esto ha sido para capturarlo?…

Ojalá pudiera saberlo pero no nos queda más que confiar en que resista.

¿Porque una incursión a Torghast queda descartada verdad?.

Eso me temo, sería ir directos ante el Carcelero y eso en este momento, aunque quisiera, sería una necedad.

¡Arg!… Siento que perdemos el tiempo mientras ese condenado Zovaal nos utiliza… Si esa condenada Sylvanas no hubiera…

Hubiera sido otro entonces, hemos tenido la “suerte” de que haya sido nuestra “querida Alma en Pena” y no alguien en otro mundo, si no quizás… no hubiéramos sabido nada hasta que fuera demasiado tarde.

Y yo te pregunto ¿Merece Sylvanas redención?.

Es una buena pregunta de la cual ni yo podría saber responderte certeramente, pero llegado el caso si admite los actos que ha cometido y asume sus consecuencias entonces podría tener un justo juicio.

Eso es mucho asumir. Se sentó en un escalón. Puedo llegar a entender a Uther pero Sylvanas… nada puede justificar la muerte indiscriminada de todos quienes cayeron en aquella condenada guerra y ni mucho menos todas las almas condenadas a las Fauces, ni el daño hecho en las Tierras Sombrías… lo que ha hecho debe pagarlo caro… acabar con su existencia sería demasiado benévolo con ella.

Ya pensaremos en ello cuando se de el caso, hasta entonces es mejor no calentarse la cabeza y si, aquella guerra fue un despropósito, me alegro saber que tu también opinas lo mismo.

Pues si… no les hagamos esperar.

Regresaron con calma y evitando hablar, por lo que vio parecía que les esperaban.

Disculpen haberles hecho esperar, pero teníamos que terminar de conversar… ¿Como lo estas llevando Drethz?.

Digamos que decentemente… Gracias por acordarse.

Se percató del Abjurante que ahora ya no lo parecía tanto… tanto el cabello como las alas parecían haberse “desteñido”, si es que era correcto ese término.

¿Como está Uther?, había escuchado de el aquí, pero hasta ahora no lo había visto. El semielfo hizo un alarde de reverencia.

Hemos indagado en su profundo trauma y poco a poco hemos hablado, tardará en recuperarse de una muerte tan fatídica pero estoy seguro que logrará superarlo.

Deja que hablen conmigo, tengo mucho de que hablarles.

Claro, adelante.

Se acercaron al Abjurante y se sentaron en el frío suelo. Algo había cambiado en Uther, pero no sabía precisamente de que se trataba.

Tu eres quien me sacó de aquel infierno, no tengo forma en la que agradecértelo.

Yo… solo hice lo que había que hacerse…

Si no lo hubieras hecho mi propia existencia…

Por un momento estuvo a punto de recriminarle las existencias perdidas por su culpa, pero se mordió la lengua.

Creo que ya sabrás de mi, pero yo no se de ustedes me temo. ¿Cuanto tiempo ha transcurrido desde…

Aproximadamente 25 años, muchas cosas han sucedido tras aquello y… ojalá hubiera podido hacer más.

Tanto tiempo… Lo último que se es que mataron a Arthas en Corona de Hielo.

¿Como sabe eso?, pasaron años desde su muerte hasta el asedio de Rasganorte.

Por que yo arrastré su alma a las Fauces… A pesar de lo que hizo… me hizo… no dejo de culparme por el trágico destino al cual le condené. Parecía realmente afectado, no era capaz ni de levantar la mirada.

Perdone que le hable así… pero ¿estás arrepentido por todo lo sucedido?. No se que le sucedió aquel día ni mucho menos tras su muerte, pero… vi desde “el otro lado” las consecuencias de su liderazgo de los Abjurantes y es algo… perdón, son almas que nunca recuperaremos…

Eso es algo que tendré que llevar conmigo el resto de la eternidad y si me odias por ello… es algo que tendré que asumir.

No… no es odio, no se que es… fuiste un ejemplo a seguir en vida y tras ella… fuiste un ejemplo a seguir por mi… no se lo que sucedió y seguramente si me hubiera pasado a mi hubiera actuado igual pero… Respiró hondo. ¿Estás dispuesto a ayudarnos a partir de ahora?… Si algo me ha enseñado mi tiempo aquí es que todos merecemos una redención… y por desgracia me temo que yo tampoco estoy exento de ello así que… ¿Estás dispuesto a ayudarnos a partir de ahora?.

Yo… no lo había visto desde esa perspectiva, tantos inocentes a los que intentamos reclutar a nuestra causa… eso es algo que no lograremos recuperar jamás… pero haré todo lo posible para evitar que más inocentes sigan cayendo, lo juro en el nombre de la Luz.

Está bien… Se levantó con esfuerzo. Le daré un voto de confianza. Le extendió el brazo.. Desde luego la realidad se ha vuelto confusa, que un don nadie como yo esté dando votos de confianza al Iluminado es cuanto menos absurdo.

No se en Azeroth, pero ustedes tres son de todo meno don nadies en Bastión e incluso diría en el resto de las Tierras Sombrías. Adrestes se incorporó a ellos sin aviso previo.

Está bien que seas humilde, pero no eclipses tus hazañas bajo esta. Los golpecitos del Alto Señor casi le tiran al suelo.

En el resto de las Tierras Sombrías… Pensó en ello y su significado. eso significa que… Adrestes. ¿Nuestros actos están llegando a los demás reinos?.

Por supuesto, la caída del Sire es algo hasta ahora inaudito.

¡Si!… Una luz de esperanza le surgió en su cabeza. Disculpa que suene arrogante pero… ¿podría hacerse saber de mi nombre?… quiero que unos viejos camaradas escuchen de ello y… pudiera hablar con ellos, debe ser la única forma de poder reunirme de nuevo con ellos.

¿Camaradas caídos?.

Si, quisiera volver a verme con ellos al menos una vez más, aunque tarde eones en ello.

Es harto difícil encontrar un alma específica en la inmensidad de las Tierras Sombrías pero… es posible que si tu nombre llegara a sus oídos pudieran contactar contigo.

Pero hay una ínfima posibilidad ¿Verdad?.

Haberla la hay, pero me temo que no lograrás verlos en lo que te resta de vida.

Da igual, mientras conserve mis rasgos seré reconocible por ellos, tarde lo que tarde quiero verles otra vez.

No dudes pues que así será.

Estoy en deuda eterna con ustedes entonces.

Y yo contigo mortal. Respondió el Abjurante.

Llámeme Dretz, es un nombre que portaré toda mi existencia.

Verás como vuelves a verte con ellos y por cierto, me gustaría hablar con el Iluminado.

Perdona Argent, creo que he acaparado la conversación.

En absoluto.

Así que Argent…

Se apartó un poco para dejar hueco a Argent.

Soy el sucesor de Lord Tirion Vadim.

Sucesor… Eso significa que ha muerto cabizbajo parecía afectado por la noticia.

Cayó como un héroe y su alma seguro que acabaría donde mereció, por suerte fue poco antes de que la Enjuiciadora acallara.

Me alivia saber eso, me gustaría reunirme a mi también con el… ¿Entonces eres el nuevo Alto Señor?.

Así es, refundé la Mano de Plata para combatir a la Legión que nos volvió a atacar.

Así que sigue existiendo… seguro que eres alguien digno de tal rango.

Fue obra de todos el acabar con la Legión, por desgracia no pude hacer nada para evitar lo que tras ello aconteció.

¿Te refieres a….

La Cuarta Guerra.

¿Hubo otra guerra?… maldita sea

Me temo que si, fue alimentada por Sylvanas Brisaveloz, quien cayera a manos de Arthas y fuera alzada.

Así que incluso muerto su mano siguió cobrándose víctimas…

Podría decirse que si, al menos actualmente está la cosa más calmada, esperemos que perdure.

¿Que fue de Lordaeron?.

Acabó sucumbiendo por desgracia, por suerte muchos lograron llegar a la seguridad de Ventomenta, que sigue en pie hoy en día.

Me alegra saber que al menos hubo supervivientes.

Hubo muchos supervivientes gracias a gente como usted se incorporó en la conversación. y como muchos héroes anónimos que se sacrificaron para que lograran huir, he estado colaborando con uno de esos héroes anónimos y tanto su entrega como la de usted han sido un ejemplo de a lo que debo aspirar y el recordatorio del por que me uní a la Cruzada Argenta. Se arrodilló frente Uther y Argent. ¿Es posible que este descarriado guerrero pueda volver a la senda de la Luz?.

Vio como ambos se pusieron de pie frente a ellos, Argent empuño su espada.

Eso es algo que el actual Alto Señor debe decidir, pero cuando me rescataste demostraste valentía, honor y nobleza en tus actos al igual que tus desinteresados actos desde que llegaste aquí, por lo que como fundador de la Mano de Plata estoy dispuesto a que ingreses en la orden.

Entonces seré yo quien lo decida. ¿Estás dispuesto a actuar como la espada y el escudo de quienes no pueden defenderse?.

Así volverá a ser.

¿Estás dispuesto a actuar aún sabiendo que no obtendrás beneficio por tus actos?.

Por supuesto.

¿Entregarás tu vida si con ello lograses salvar a un inocente?.

No dudaré de ello.

Y finalmente. ¿Seguirás las virtudes que todo buen paladín debe seguir durante el resto de tu vida y la otra?.

No volveré a fallarles.

Entonces desde el día de hoy y hasta el fin de la eternidad te nombro miembro de la Mano de Plata. Sintió la pesada espada en su cabeza.

Álzate orgulloso y porta con orgullo nuestro estandarte.

Se alzó y pudo mirarlos por primera vez sin avergonzarse un ápice de lo que fue.

Por ahora portalo metafóricamente, tardará un tiempo en llegar… pero haz que tus actos sean tu colofón.

No tengo palabras, no merezco esta oportunidad pero… haré que no se arrepientan de ello.

Estoy seguro que nos harás sentir orgullosos.

Tengo otra petición más.

Claro. ¿Que necesitas?.

¿Podrían instruirme más en el conocimiento de la Luz?… Es lo mínimo que puedo hacer si quiero hacer frente a las amenazas que se nos ciernen.

Por supuesto, pero eso significa una cosa, un férreo adiestramiento… ¿Le gustaría ayudarme a instruirlo, señor Uther?.

Claro, por suerte no olvidé nada de aquellos años pero… será duro, no tenemos mucho tiempo… No volverá a repetirse otra vez.

Entonces no se diga más… El entrenamiento comienza en este mismo instante y comenzamos… yendo al valle bajo el Reposo del Héroe.

Está bien.

Sin montar en Helios.

¿A pie?.

Corriendo.

En ese mismo momento supo que su peculiar Revendeth acababa de comenzar.

Esto…. llevo sandalias, no creo que sea lo más adecuado para…

Tienes razón…. descálzate y no pierdas el tiempo.

Y supo que no tendrían piedad con el.

Bajo la sombra del cañón.

Acalorado respiraba con esfuerzo buscando desesperado el preciado aire, al llegar se dejó caer junto al pétreo muro y se pegó a este intentando enfriar su acalorada piel con la fría y húmeda roca, si no fuera por el atroz hambre que aplastaba su estómago podría pasar horas así.

Bien, ahora toca rezo a la Luz.

¿Ahora…?.

Aprenderás como mis discípulos hicieron pues así has querido. Debes mantener un cuerpo sano y mantener tu fervor.

Esta… bien…. Le seguía faltando aire para responder a Uther.

Ya verás como la barbacoa te sentará de lujo tras esto jejeje… Bajó de Helios el semielfo y lo acarició. Cuando acabemos únete a nosotros Uther, se que recordar las cosas buenas de Azeroth te levantará el ánimo.

Yo… no creo que debiera…

Estaremos los tres venidos de allí, quedará entre famili… disculpe, entre camaradas la comida.

Aún albergo dudas que me consumen incluso ahora, creo que debería regresar con Thenios e indagar más.

Entiendo… si te ves con más ánimo solo tiene que pedírnoslo, al fin y al cabo todos somos del mismo mundo y a veces está bien recordar las cosas buenas de este.

El Abjurante asintió con la cabeza.

Y ahora continuemos, mañana entrenaremos combate y veremos donde puedes mejorar.

Se levantó con no poco esfuerzo ayudándose del frío muro para ello. Está bien.

Una vez rezaron una plegaria a la Luz Uther retornó al norte y ellos al Reposo del Héroe, donde tras un agradable baño y una toga recién lavada esperó a que Valerie viniera. Esta cargada hasta los topes con un voluminoso y pesado canasto y una parrilla enorme a su espaldas les recriminó su “ayuda”.

… y no vuelvo a ser más su recadera por muy Alto Señor que seas.

Perdona, pensaba que tardaríamos menos y…

Has pasado ¡Horas! desde que dijiste eso de “voy a hacer una visita al Iluminado y volveré, no tardaré mucho”… ¿Que demonios has estado haciendo?. No parecía enfadada, más bien molesta. No he comido nada en todo el día, van a cocinarme para mi tras esto y… ¿Como está?.

Empieza a mejorar, pero aún alberga mucha duda y resentimiento… normal tras su fatídico final.

Ser asesinado a sangre fría por aquel al quien considerabas un hijo… no quiero imaginar por lo que ha debido pasar. Los tres cabizbajos entristecieron al recordar lo sucedido en Andorhal aquél día.

Es triste pero le apoyaremos a superarlo, se de un sitio perfecto para comer con unas vistas magnificas del valle y con una sombra estupenda, no esperemos más o más triste será beber cerveza caliente.

Te juzgué mal “Alto Señor”, resulta que eres alguien divertido y todo… me hubiera gustado combatir a su lado contra la Legión.

Las batallitas para cuando estemos comiendo… van a cargar ahora con todo, me niego a seguir cargando con todos los bártulos.

Está bien Valerie… por suerte tenemos un robusto enano que puede…

Tu también vas a cargar, no me cargues el muerto a mi solo.

Soy un señor mayor al cual las cosas empiezan a pesarle, eres más joven y…

Eres un semielfo, no cuela. Además, tampoco es que me quede mucho a mi precisamente así que… lleva la parrilla.

¡Quieren coger las cosas de una maldita vez!. Quiero beber cerveza fría y no caldo de Durotar.

Ambos se encogieron de hombros ante la impaciente Valerie y cargaron con lo que pudieron cada uno.

Un rato después en lo alto de una pequeña montaña que sobre el gran verde valle se alza a los pies del Reposo de Héroe.

La carnes de diversos cortes y animales chisporroteaban al calor de las brasas brindando al anciano reino una deliciosa mezcolanza de olores que nunca se había dado allí. Bajo la sombra de tres grandes arboles reposaba una gran alfombra blanca bastante austera con unas botellas de cerveza aún cerradas que milagrosamente frías esperaban a ser abiertas.

Allí estaba el semielfo dándole la vuelta a las lonchas de carne y panceta mientras sus camaradas bajo la sombra terminaban de arreglar la improvisada “mesa” en la que iban a comer. A lo lejos revoloteaba y planeaba con elegancia Helios.

¿Cuanto le queda cocinero?. Como tarde más no vuelvo viva a Azeroth.

Está ya casi acabado. ¿Y vuestra parte?.

Si si, esta ya los platos, el pan y las cervezas listas.

Se acercó al borde del barranco. Helios ven aquí. Tu también querrás comer ¿verdad?. Su abrupto aterrizaje fue lo único que necesitó como respuesta.

Ya apagadas las brasas y devorando la carne los cuatro hablaron como si llevaran media vida juntos.

¿Que opinan?. ¿Se o no cocinar al punto?.

Es gloria bendita. Tenemos que repetir. Entre lágrimas Valerie dio otro trago de la botella.

Es tan… delicioso, es lo mejor que he comido en meses, aunque se coma bien aquí esto… esto es otro nivel. Le dio otro bocado a la panceta.

Gracias gracias, la próxima vez creo que deberíamos invitar a los kyrianos, así quizás podamos disfrutar de este placer cuando muramos.

Y enseñarle a Mikanikos como hacer una destilería de cerveza, con razón olvidan su pasado. Imagina saber que no beberás una cerveza por el resto de la eternidad…

Eres enano, seguro que puedes enseñárselo fácilmente.

Claro, ¿Y tu que eres medio elfo sabrás como hacer bollitos arcanos no?.

Me has pillado…

Tienes casi un siglo para aprender, más te vale enseñarles como hacer una cerveza de calidad antes de que muera yo. Cara sonrojada, su experiencia le hacía temer lo peor.

Maldición, se le ha subido ya ¿cuantas botellas llev…. Argent…

Dime.

¿En que momento se ha bebido cuatro botellas ella sola?. Señaló las botellas vacías volcadas en el suelo.

Ya verás mañana como se despierta, va a tener el honor de tener la primera resaca de Bastión.

O haces Cebatruenos aquí o no te perseguiré por toda la eternidad ¿ha quedado claro?….

Eres una humana, morirás antes que yo…

Más te vale que mueras antes o te juro que te mataré…. no quiero una eternidad sin cerveza…

No se como asimilar eso… si como un aviso o una amenaza…

Hay gente que cambia con el alcohol, pero lo de nuestra Valerie es un caso extremo.

…. pero ojalá sea así, si fuera necesario me sacrificaré por lo que veo justo. Pensó para sí mientras disfrutaba viendo como todos comían felizmente lo que en cierto modo se le contagió….

…para su desgracia ese espejismo de paz pronto llegaría a su fin.

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Orgrimmar, horas antes de la revuelta lealista

Había entregado el mensaje a los líderes de la Horda y, con ello, había asegurado la tan ansiada paz en Azeroth, al menos temporalmente. Eso era lo que Aiden debería estar pensando, y aunque aquella idea, tan reconfortante como necia, todavía resonaba en su mente como un eco gastado perdiéndose entre montañas, la certeza de lo futíl que resultaba ese éxito lo mortificaba. Todo estaba ocurriendo tal y como el Espectro había narrado. Casi podía oirlo riéndose de él desde el cada vez más inevitable futuro, voz dura y cruel como un peñasco barrido por el viento helado.

Había vagabundeado sin rumbo por las calles de la ciudad. Se había metido de lleno en los atestados mercados de Orgrimmar, vadeando auténticos rios de gente. Había contemplado las amplias planicies resecas de Durotar, cuyos acantilados se alzaban con vano orgullo en contra del cruel tirano que desde su trono celeste agrietaba la tierra. Incluso se había acercado al Valle de los Espíritus todo lo cerca que pudo sin interferir en los rituales que las gentes de la Horda consideraba sagrados. Había caminado y caminado, buscando una respuesta a su dilema, aferrándose a una esperaza cada vez más pequeña y resbaladiza. O, tal vez, simplemente estuviera disfrutando del una ciudad viva por última vez.

Al final cayó la noche. Buscó refugio en una taberna cualquiera, donde un orco le sirvió alegremente una cerveza. Como las ratas, Aiden se acurrucó contra la esquina más oscura y apartada de la taberna, intentando disimular con la capucha baja, entre trago y trago, las silenciosas lágrimas que amenazaban con deslizarse por sus mejillas. Por mucho que intentara despejar la mente, sus pensamientos acababan de nuevo sobre el aquel tabernero. Era un orco amable, de vida sencilla, que parecía contento con limpiar las manchas de la barra mientras tatareaba una canción t0nta.

¿Cómo podría alguien asi merecerse lo que estaba a punto de pasar? Incluso si sobrevivia a la rebelión, acabaría congelado por los Titanes sabrán cuanto.

Un cuchicheo llamó su atención. Al otro lado de la taberna, un trio de renegados cuchicheaba en bajo, lanzando de cuando en cuando miradas discretas al resto de parroquianos. A primera vista sería fácil tomarlos por aventureros. Armaduras de cuero oscuro en buen estado cubrian sus deteriorados cuerpos, y de sus caderas estrechas y huesudas colgaban cuchillos y pequeños botes de sustancias químicas.

No obstante, Aiden los creía otra cosa. Estaban tensos, completamente alerta. Uno de ellos repasaba una y otra vez su arsenal con gesto nervioso. No le costó mucho deducir que eran uno de los tantos lealistas preparándose para sembrar el caos esa misma noche. Un impulso familiar le recorrió el cuerpo ante la revelación. Casi por instinto hizo ademán de levantarse y rozó el mango de Silencio con la punta de los dedos. Heroicidad, lo había creido. Pero, casi tan rápido como había llegado, el impulso murió, aplastado sin miramientos por un hondo sentimiento de apatía. Podría matarlos, sí, y quizá salvar un par de vidas. ¿Pero de que valdría…?

Los tres pícaros se levantaron de golpe, dejando una pequeña columna de monedas entre los platos manchados y las jarras vacías. No le cabían dudas: el ataque estaba próximo. Seguramente fueran a reunirse con sus aliados para ultimar los detalles de su golpe de estado.

Con sus aliados… y con sus líderes.

Una sonrisa mortinata asomó entre sus labios prietos. Quizá podría servir a Azeroth simplemente como Aiden una última vez, un último acto de heroismo antes de la tormenta. Un movimiento hipócrita, sin duda, pero si su hipocresía servía para salvar a unos pocos cientos de personas, de alargar su vida unos meses más antes de destrozarlas en persona, habría valido la pena.

Con una orden mental, sin moverse de su rincón, ordenó a Mir que siguiera a los pícaros desde las alturas. Él sería incapaz de hacerlo de forma disimulada, pero ni el más suspicaz sospecharía de un pájaro carroñero rondando a unos Renegados.

Solo se puso en marcha cuando Mir se posó sobre su destino. No estaba demasiado lejos, ni siquiera tenía que salir del Valle del Honor. Recorrió las calles, ahora silenciosas y frescas, hasta llegar a un pequeño edificio castigado por el tiempo. Se parecía más a una bodega que a una casa, poco más que un gran montón de tierra polvorieta más alta que él mismo con una puerta de metal carcomida por el óxido. Estaba en una zona apartada, cerca de la pared del acantilado. El polvo que caía constantemente desde su cima se había acumulado a sus pies formando un pequeño talud, pero la capa frente a la puerta era fina y revuelta, como si muchos pies la hubieran pasado por encima en muy poco tiempo.

El cuervo graznó con orgullo. No le había fallado nunca, y a pesar de las circunstancias de su adopción, había resultado ser sumamente leal. Le echaría de menos. De hecho, se había dado cuenta a lo largo del día de que echaría de menos muchas más cosas de las que esperaba. Pero el Espectro le había mostrado que la única forma de protegerlas de la extinción era preservarlas en el frio eterno del Gran Invierno. Tomando aire, armándose de valor, abrió la puerta y descendió por las escaleras talladas en la arenisca.

Había voces, muchas voces, pero unas sonaban más dominantes y decididas que las demás. Tal vez fueran los instigadores de la rebelión, o quizá, y más posiblemente, el matón de turno que había visto en ella una oportunidad para medrar. Tampoco importaba. Su único objetivo era evitar muertes innecesarias, pero por encima de todo…

—¡Hay alguien aquí!
—¿Cómo nos has encontrado, canalla?
—Esperad, es un humano. ¿Cómo es posible?

Ante Aiden, atestados en torno a una mesa, había decenas de personas de todas las razas de la Horda, pero particularmente renegados, orcos de ambos colores y goblins. Casi se indignó al pensar que aquel atajo de necios harapientos hubiera sido capaz, en el futuro, de derribar el Consejo de la Horda. La mayoría apenas podía considerarse guerreros, y los que si suponían un peligro apenas serían un aperitivo para su siempre sedienta compañera.

Tal vez hubiera más grupos escondidos en otros lugares. Tal vez tuviera un as bajo la manga. En cualquier caso, era evidente que usarían el caos de una revuelta para debilitar las defensas del Consejo y enviar a sus más capaces para culminar su obra.

Los lealistas se acercaron poco a poco hacia él, con las armas desenvainadas. Él se mantuvo quieto al pie de la escalera, ignorando la silenciosa protesta de la guadaña a sus espaldas. Matarlos no solo sería facil para él. Era tentador. Pero, por encima de todo…

—Se quienes sois, lealistas, y lo que pretendeis.

Por encima de todo, aseguraría el futuro de Azeroth.

—Y os voy a ayudar a hacerlo bien.

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Como un lejano espejismo de un distante pasado aquella barbacoa, cada vez más ensalzada por la nostalgia, quedaba como una añoranza para el paladín el cual deseaba estar muerto cada vez que era sometido al severo entrenamiento del Alto Señor del cual pensaba que era bipolar por como pasaba del pícaro vividor al inflexible instructor el cual no le perdonaba ni el más nimio error. Para más inri las no pocas visitas de Uther no hacían más que añadir leña al fuego al hacerle entrenar prácticas de la “vieja escuela” que no menos de una vez le hizo replantearse si hizo bien en rescatarlo.

¿Eso es todo?. Hasta una elfa malcriada podría hacerlo mejor.

Jadeando estaba a la defensiva, por mucho que lo intentase aquel veterano señor pareciera leerle la mente… ¿Como podía predecir sus ataques?.

Se lanzó contra su costado, siendo esquivado con burlesca facilidad y golpeado con la roma espada en el suyo en un alarde de ironía. Alarde que casi le hace caer a plomo en el suelo.

Eres como un libro abierto. ¿Acaso no aprendiste nada de Tirion?.

Quería partirle la boca a su “instructor” pero aunque quisiera… las diferencias de poder eran tan significativas como sus alturas.

Otra vez, no nos iremos hasta que me asestes un golpe.

Un golpe… La roma espada cada vez le pesaba más, pero más aún el saber que en una situación real estaría acabado.

Si no haces nada… ¡Lo haré yo!.

Hacia el se lanzó el semielfo espada en mano, dejó caer la espada y sin pensarlo tomó algo del aire.

¡Defiéndet… ¿¡Eh?! El halo celeste como si de una atronadora campana se tratara golpeó al semielfo que cayó de espaldas.

¿Estás bien?. ¡No te levantes!. Corrió al instructor que con esfuerzo se sentó en el suelo.

¿Como… ¿Que ha sido… “eso”?… Se apoyó la cabeza en la frente como si de una gran resaca fuese.

Fue automático, la verdad es que… no se bien que fue, parecía que mi cuerpo actuaba por su cuenta y…

Tus manos… manipulaste el aire… ¿Acaso estabas… Le ayudó a levantarse.

… ¿Poder de ánima?… Pero es imposible, apenas se lo básico… Indagaba intentando recordar ese momento.

¿Has logrado ya controlarla?. Solo lograr percibirla es una difícil tarea… Sorprendido dio unos pasos hasta sentarse en un cercano banco.

Lo básico… hacer un orbe y poco más.

Eso si que me ha sorprendido… creo que voy a pedirte que me enseñes sobre ese poder.

Claro, tómalo como mi “pago” por su instrucción.

Por cierto, si no te importa creo que voy a darle a ese ataque un nombre acorde a el.

Adelante.

Creo que lo llamaremos “Estrago divino”, parecía que el mismísimo más allá se arrojara ante mí.

Es un buen nombre… yo le hubiera puesto un nombre ridículo como “salva de campanas” o algo así.

No era malo, pero le faltaba un toque de epicidad… bueno vamos a tomarnos un descanso y la evaluación diaria es de… sigue así y no te confíes.

¿Eso es todo?.

Si, sin ese estrago te hubiera vencido con una mano otra vez, aún te queda mucho por aprender joven discípulo.

¿Desde cuando soy su discípulo?. Se preguntó un poco enojado a sí mismo.

Los días transcurrieron entre el agotamiento del interminable entrenamiento, el dolor de los cada vez más crecientes moratones en todo su cuerpo, la creciente mezcla entre frustración y ganas de asesinar al “Alto Señor” y la sempiterna tensión. Para aplicar lo aprendido Argent vio adecuado exterminar más fallas del Espacio Intermedio así que más de una laceración superficial se incluía en su repertorio de su ya larga lista de dolencias.

Aterrizaron larion y jinete en el Fuerte Elíseo tras un extenuante día con un voluminoso saco el cual aún goteaba aquel grotesco y hediondo fluido más azulado que carmesí en lo que parecía ya algo rutinario, aquellos lovecraftianos seres refumaban ánima, y precisamente ánima era algo que escaseaba en aquellos tiempos por lo que, como siempre decía su “instructor” cuando volvía a ser más humano que elfo “matamos dos pájaros de un tiro… aunque pulpo cuenta como animal de compañía” y sin embargo nada más bajar percibió que algo era distinto allí pues pese a la tensión reinante la vida seguía fluyendo en aquel lugar sagrado como si nada. Esta vez sin embargo parecía haber llegado a un lugar distinto a pesar de ser tan familiar; el silencio era reinante pues era la primera vez que escuchaba como el zumbido de las reservas de ánima junto a la brisa eran la único escuchable.

Algo va mal… Helios sal de aquí, pero no te alejes. Como si de un tornado se tratara el revolotear de la majestuosa criatura retumbó en la plaza.

Dejó en el borde de la plaza el sanguinolento saco, empuño la espada y avanzó a paso lento por esta. Los pocos kyrianos presentes enmudecidos no percibieron su presencia, más bien pareciera que como estatuas quedaran congeladas en el tiempo… su temores con ello se acrecentaban pues ¿donde estaban los guardias?. Fuera lo que fuese su temor le indicaba que la respuesta estaba en lo alto del fuerte esperándole.

Subió las escaleras. Medio camino, un ala, donde la situación no se diferenciaba de lo visto salvo una kyriana que de rodillas se apoyaba en sus celestes brazos para evitar caer al suelo. Más escaleras, el mirador donde los serviciales lariones ayudaban a ir y volver a quien aún no se ganó las alas… sin presencia de lariones, solo la maestra anonadada.

Giró hacia los aposentos de la Arconte y al fin algo que no fuera confusión… más bien un muro de goliaths y nemis armados bloqueando el camino, listos para matar a quien osara entrar.

No de un paso más, mortal. La nemis distaba mucho de lo que recordaba, todo rastro de servicio tornó en autoridad prácticamente enemistosa, como si el fuera culpable.

¿Que ha sucedido aquí?. Acaso… ¿Acaso han atacado?.

No te incumbe esa información, deja las armas y no te resistas.

¿Que no me resista?… ¿Es que me estáis deteniendo?. No cabía en sí. ¿Pero que demonios estaba sucediendo?.

Por favor, deja las armas y no oponga resistencia o tendremos que aplicar medidas más drásticas.

Dejó caer la espada y palpó la empuñadura de la maza con sutileza con la otra mano. Maldita sea. ¿Es que acaso no saben quien soy?. Drethz el mortal que se unió a su causa, no soy un enemigo.

Todos los mortales son sospechosos y debemos arrestarlos. Por favor, no oponga resistencia.

¿Que somos sospechosos de que???. El enojo tornó a enfado. ¿Que hemos hecho?. ¿Que ha pasado aquí?.

Basta ya… el no tiene nada que ver… Adrestes se abrió paso entre los constructos jadeando, arrastrando su arma que rebotaba a peso muerto con cada escalón que bajaba.

¿Que…. ¿¡Que ha pasado!?.

Lo que nos temíamos… el sigilo de la Arconte… tomado por… quien llaman Anduin.

La sangre se le heló, simplemente no podía concebir lo sucedido. Apoyandose en el mango de la maza evitó caerse de rodillas.

“El Carcelero ya se os ha adelantado”… Maldita sea, eso significa que… ya debe estar preparándose para atacar la siguiente curia y la más probable es… recordó la lejana conversación. Ardenweald.

Lo se, partiré de inmediato cuando tome aliento… Me temo que ese mortal está… controlado por el Carcelero… Kleia te contará más, está junto la… Arconte…

¿No sería mejor que fuera yo a informar?.

No… yo llegaré más rápido, he de informar a Oribos de la amenaza que se… cierne, prepárate para la batalla…

Así será, ten un viaje seguro.

Sin la clásica coletilla de despedida alzó el vuelo un poco errático; ahora que los guardias le permitieron avanzar subió las últimas escaleras y caminó cauteloso. A cada paso que daba sentía más tensión en el ambiente, no solo eran la largas filas de constructos guardianes amenazantes a ambos lados del complejo, si no la extraña sensación de desesperación y duelo imperante que no hacía más que incrementarse conforme se acercaba al corro de Dechados que no permitía ver a la Arconte.

Poco antes de llegar Kleia se percató de su presencia y se acercó a paso ligero, una larga cara depravada de todo atisbo de felicidad le recibió.

Al fin has llegado… lo que más nos temimos… ha sucedido.

¿La Arconte ha…. muerto?

No exactamente pero… tenemos grandes problemas…

No hacía que le dijera nada pues percibía la desesperación por lo que hubiera sucedido allí.

Siento no haber llegado antes, no sabía que uno de los “nuestros” podría hacer algo así… Maldito seas Anduin. ¿Como te has podido unir a ellos?. Amargado no podía dejar de culparse.

Había algo extraño en el, como si… estuviera siendo controlado. Sus ojos, su cabello e incluso su voz cambiaron drásticamente cuando tomó el sigilo.

Así que no pudo aguantar más… esto es peor de lo que me temía, no solo tenemos al Carcelero un paso por delante y uno de los sigilos, si no que para colmo tenemos que hacer frente a Sylvanas y Anduin, me temo que… tendremos que matarlo.

¿No es eso demasiado drástico?. No es más que una víctima más del Carcelero, como lo ha sido…

Yo también quiero pensar eso pero me temo que los demás fuera de aquí no lo harán… y la verdad, no se que pensar de esto… no se que querrán los demás kyrianos o la propia Arconte, esto ha sido demasiado. Por algo así en mi mundo te…

Está bien, ya tendremos tiempo para pensar en ello más adelante, tenemos que prepararnos para evitar que tomen más sigilos.

Kleia tiene razón, el mortal parecía actuar en contra de su voluntad pero me temo que mejor será que vayas a Oribos y te unas a la causa común de las curias.

Thenios… está bien, marcharé de inmediato… en cuanto a la Arconte…

Estará bien, se recuperará, pero debes ir cuanto antes… no sabemos donde y cuando puede atacar de nuevo el Carcelero.

Bien, entonces marcho de inmediato… no bajen la guardia.

Preocúpate por ti, por favor, regresa vivo.

Lo intentaré… hasta entonces cuídense.

En el Reposo hemos preparado una vermis que te llevará directo.

Bien, Helios ven a mi.

El leal larión llegó en cuestión de un parpadeo, subió a este y raudo se dirigieron al Reposo. Al llegar se despidio de este abrazándolo y sin dilación subió a la Vermis que despegó haciéndole casi caer.

Llegando a Oribos

Otro desagradable viaje por el Espacio Intermedio, era algo a lo que no lograba acostumbrarse, pero por lo menos había retornado rápido. No esperaba que su estancia en Oribos fuera larga precisamente, pero no se esperaba que directamente la vermis no se dignara a aterrizar, si no que girando salió por otro arco en dirección a otra apertura al Espacio Intermedio, lo que le desconcertó como poco.

¿Pero que haces maldito ser de ánima?. ¡Tenías que aterrizar en Oribos!… ¿A donde demonio me llevas?. Seguía acercándose a la apertura.

¿Eres un caminante?…

¿Eh?… Miró a su lado, un esquelético ser de ojos verdes centelleantes volaba a su lado en una cuanto menos enfermiza criatura de alas membranosas.

Si… ¿Maldraxxi?.

Vamos directos a Ardenweald, esos condenados Jurafauces están atacándola, que tus armas hablen por ti. Adelantándole se adentró frente a el por el paso.

Lo sabía… ese condenado Carcelero se nos ha adelantado…

Antes de poder pensar algo más otra vez tuvo que enfrentarse a otro viaje por el odiado Espacio Intermedio, luchando por no caerse de la vermis.

Al final del tunel.

De golpe la vermis frenó abruptamente su velocidad, siendo golpeado por una bofetada de aire fresco, puro y húmedo. Acababa de llegar al Reino de Ardenweald.

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Los estudios sobre el idioma de los primeros, avanzaban a buen ritmo. Eärnur siempre había tenido buena cabeza para los idiomas, pero reconocía la superioridad de Lya en aquel campo. Desde que fueron capaces de comunicarse con Pocopoc,los avances habían sido fulminantes.
Ahora eran capaces de descifrar la intrincada sabiduría de los primeros, y aquellos conocimientos les hacían encontrarse más preparados,para cuando llegase el momento de asaltar el Sepulcro de los primeros.
Habían sido capaces de poner en funcionamiento la forja de las protoformas,y ambos parecían disfrutar de la “sana competición” en la creación de monturas.
Cada día de forma rutinaria,realizaban u a serie de misiones,para frenar los avances del carcelero. Poco a poco avanzaban en su formación, mientras fortalecian los lazos amorosos que compartían.
La confianza que le inspiraba su compañera/amada,les hacían disfrutar casi de aquella tediosa campaña. Cada descubrimiento que hacían ambos,les llenaba de una extraña alegría. Acercarse a los conocimientos, y avanzar en la comprensión del mundo y su creación, reafirmaba su deseo de proporcionar paz al maltrecho Azeroth.
Ambos eran conscientes de que disfrutaban de una enorme libertad, para afianzar su relación. Imaginaban las vicisitudes que su amado mentor,y su esposa, habrían soportado en su lucha conjunta,sobreponiéndose a las dificultades de pertenecer a distintas facciones. Afortunadamente para ellos,aquello parecía pertenecer a un “lejano pasado”.
Los mayores retos suponían la búsqueda de los componentes necesarios para la redescubierta forja,amén de los continuos enfrentamientos con los lacayos de Zooval. No obstante,la belleza de Zereth Mortis los había atrapado,y cada día lo disfrutaban más. Llegaría el momento de enfrentarse a Zooval,pero mientras eso no sucediese, aprovecharían cada momento…
Continuará

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Ardenweald

El aire puro y fresco inundó sus pulmones para su agrado, el olor a miles de hierbas frescas llegaban a el revitalizandolo como si el bosque mismo quisiera sanarlo. Ante su asombro inmensos arboles de copas retorcidas sobresalían de la perpetua neblina como guardianes de la eterna noche en su vigía sobre la inmensidad de la forestas a sus pies y noche era algo que le llamó la atención, pues entre los grandes guardianes una más que bella constelación con más estrellas que briznas de trigo tenía Bastión salpicaban el tapiz que era el firmamento sobre el y aún así la noche dominaba.

Aquel frescor, aquella neblina, la cobertura de la foresta… simplemente se sobrecogía ante el bosque, en el cual imperaba el silencio y la paz. Todo en ella hacía palidecer a Vallefresno, dejándola al nivel de un vulgar jardín en comparación. Pero la vermis siguió su viaje, alcanzando un claro, o más bien…

No puede ser… No tenía palabras para la desolación que acababa de alcanzar. Está todo…muerto. No era un claro lo que a sus pies se abría, si no una marchita arbolera depravada de vida. El hedor a putrefacción y sequedad se combinaba con el crujir de ramas secas partiéndose bajo su propio peso. La palabra “Sequía” era idónea sin lugar a dudas para describir el yermo que bajo sus pies se abría paso.

No hay derecho a esto negó con la cabeza. No hay derecho a tanto sufrimiento, el Carcelero y los suyos deben pagar por sus actos.

Y de nuevo el fresco verdor llegó a el. Tras unos instantes de apacible viaje al fin algo majestuoso se alzaba ante el en el horizonte, algo que dejaría a la otrora Teldrassil como un arbusto.

Es… es de fantasía… simplemente precioso… Sus ojos no daban de sí ante el inmenso árbol que no solo dominaba sobre la arbolera, si no incluso sobre los gigantes arboles “guardianes”. Su corteza centelleaba con mágicos azules oscuros siguiendo líneas que se retorcían conforme ascendían el inabarcable tronco el cual culminaba más allá de su vista en inmensas espirales que parecieran querer resguardar el reino como si de un paraguas se tratase y conforme se acercaba más y más detalles podía ver pero lo que más le sorprendió fue ver que la lejana copa… apaciblemente giraba y se retorcía en sí. Tan maravillado estaba que tardó en percatarse de lo que a los pies del árbol se sucedía, no fue hasta que se acercó hasta que no retornó a la cruenta realidad.

Sobre el un enjambre de Jurafauces se abalanzaron contra una pétrea gárgola. No lejos de el oscuras fallas se abrían por doquier vomitando oscuros seres que eran interceptados por todo aquel que poseyera alas y quien no luchaba a sus pies en cercanos ataques cuerpo a cuerpo. Entendió rápidamente que el ansiado sigilo debía encontrarse en el interior del inmenso arbol… para su “suerte” parecía que la vermis había entendido la situación y abruptamente descendió rozando el húmedo suelo, llevándose briznas de hierbas al aterrizar.

Bajó de un salto aún aturdido empuñando su maza se acercó a un par de ¿Centauros? que no dejaban de disparar salvas de flechas como si de experimentados cazadores se tratasen. Este se percató de su presencia.

¿Un Caminante de otra curia?. Bien no hay tiempo para informar así que al grano. Por su voz parecía veterano de mil encuentros, no le entraba duda. la batalla sigue cerniéndose sobre el Corazón, nos servirás en el flanco Noreste.

Está bien. No cabía otra, mirase por donde mirase la batalla se recrudecía con los cielos y los claros en un crisol de profanos atacantes y variopintos defensores todos a una.

Armas cuerpo a cuerpo… Bien, ve con los nuestros y los Maldraxxi, intentan tomar las Cascadas.

A sus ordenes. Y eso hizo raudo. No tardó en llegar al frente y apoyar la defensa la cual no flaqueaba pese a las interminables olas de Jurafauces que los azotaba. No olvidaría nunca la disciplina Maldaxxi, le maravilló el muro de escudos que formaron y las oleadas de flechas que los “nativos” no dejaban de lanzar, como si de una tormenta de flechas fueran… y su letal puntería. Como “homenaje” en el sentido Maldraxxi de la palabra le permitieron luchar uno a uno contra el Jurafauces que dirigía el asedio de la zona… El que debiera ser Maldraxxi antes de caer en las zarpas de los Jurafauces supo defenderse bien, pero al final acabó cayendo de un ágil golpe en el costado, entrando en combustión espontánea el oscuro ser en sagradas llamas.

Hemos… ¿Hemos repelido el ataque?… Miró a las cenizas del ser. Acaso yo… suspiró. parece que el “entrenamiento” está… funcionando.

Gran combate Caminante, no ha estado nada mal… Debiste haberte unido a nosotros. Orgulloso respondió el enorme Maldraxxi.

Ya es tarde para eso y… Miró al estrellado cielo, parecía que todo quien pudiera volar como alma seguida por el Tarragrue hacia las fallas de las que vinieron… las que lograban no ser cazadas por kyrianos, maldaxxi, gárgolas y demás. También parecía que por tierra la normalidad retornó pues los “Cazadores” a desguello perseguían y mataban a quienes atrapados quedaron en el reino. …parece que se ha acabado, estos bastardos han fallado… ¡¿Tyrande y Sylvanas!?!!.

Cruzaron el firmamento no lejos de el cual estrellas fugaces desaparecieron en los árboles de la foresta. El no era capaz de entender que acababa de ver y de hecho se frotó las manos en los párpados creyendo que era una ilusión.

¿Has visto lo mismo que yo?. Anonadado preguntó al gran Maldraxxi.

¿Las dos mortales luchando en el aire?. Tu mundo alberga seres extraños… No hay que bajar la guardia aún. Vamos a limpiar la zona, no dejemos supervivientes.

Y siguieron sus ordenes acabando con los escasos Jurafauces que intentando salvarse se escondían en el frondoso bosque. De gran ayuda fue la agilidad, percepción y conocimiento del terreno de los que se hacían llamar “La Cacería Salvaje” sin lugar a dudas.

Sector peinado… ese debe ser el informante. El pequeño ser jadeaba agotado y pálido apoyándose en un bastón hecho de una vieja rama el cual al ver al enorme Maldraxxi no dudó en sacar de su bandolera un sobre sellado, tras ello se fue casi arrastrándose.

Bien camaradas, hora de recoger los restos y llevarnos algún trofeo para el Trono del Prelado, vamos a ver… Abrió el sobre y silencio… largo y tenso silencio del Maldraxxi que empezó a temblar, algo que nunca esperaría ver de uno de los suyos, lo que le hizo temer que algo iba realmente mal.

….Todo ha sido una distracción… maldito bastardo traidor, nos ha engañado todo este tiempo…

Murmuros empezaron a circular por todo el regimiento mixto, estos tornaron rápidamente a cuchicheos y finalmente gritos.

¡SILENCIO!. El ser gritó con todo el aire de sus pulmones creyendo que acabaría vomitándolos. El ataque Jurafauces lo repelimos pero… ese tal “Anduin” logró romper el sello del Corazón y robar el sigilo… El Carcelero ya tiene dos de los sigilos y… han atacado Oribos… Por suerte los que allí estaban han podido defender la posición pero… debemos regresar cuanto antes, hay que reforzar Revendeth y Maldraxxus.

Quedó paralizado. Simplemente no era capaz de concebir todo lo que acababa de suceder. Lo que fuera un susurro gritaba ahora con rabia en su mente, el temor a que Zovaal lograra cumplir sus objetivos y no era para menos, había vuelto a demostrar que iba dos pasos por delante de ellos hicieran lo que hicieran. En cuestión de horas se había hecho con dos de los sigilos y atacado Oribos.

Por cierto Caminante. Se sentía observado por el ser que le sacaba pies de altura. Quieren que regreses de inmediato a Oribos, te citan expresamente a ti al final de la carta, reúnete cuanto antes con Tal-Inara… te haremos un portal directo a Oribos de inmediato.

Tres necromagos abrieron un portal que daba directamente con Oribos, no dudó en entrar dejando atrás la majestuosa Ardenweald.

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Oribos

La otrora ciudad eterna, donde en sus eones de existencia era conocida por haber sido inespugnada, ahora intentaba reponerse de lo que seguro debió ser una cruenta batalla a la que sus defensores jamás creyeron que acabarían afrentándose.

En la que recordaba como la ciudad más prístina que jamas hubiera conocido se era imposible caminar sin tener que esquivar las montañas de los cadáveres, monturas y armas de Jurafauces, defensores de Oribos, las cuatro curias unidas e incluso los propios “etéreos” nativos. Ver los canales de los gravados del suelo llenos de sangre le repugnó.

Los transportadores parecen activos… no puede haber perdón para esto. Al bajar el panorama no mejoró pues hasta el atuendo de unos pocos especuladores se amontonaban arrojados sobre un buzón… Debió ser un ataque rápido e inesperado pues hasta en la taberna pudo ver entre botellas rotas los vestigios de unos jurafauces.

Sin detenerse en detalles se dirigió al Enclave, donde Tal-Inara le esperaba, no sin un ápice de preocupación pensó el.

Así que has recibido mi mensaje, Caminante. A pesar de lo sucedido en la ciudad parecía mantener la compostura.

He venido lo más pronto que pude, por desgracia…

Lo sabemos, tiene el sigilo de la Reina del Invierno.

¿Por que he sido solicitado yo y no otro Caminante?.

Adrestes me puso al día de tu dominio del ánima… ¿Me permites examinar tu alma?.

¿Tiene algún tipo de efecto…. adverso?. Alma, era algo que le traía recelos involucrar.

No, será cuestión de segundos. Si lo que dijo es cierto puede ser la clave para revertir esta desafortunada situación.

Está bien… aunque no se como va a revertir la situación…

_Los sedosos y prístinos guantes blancos se posaron sobre su cabeza con efecto inmediato en el pues ¿Brillaba con luz propia?… no era sagrada Luz, era más bien una luz blanca, pura y sin embargo no sentía nada tal y como le fue asegurado.

Está bien… Retiró con etérea calma los guantes, dejando de brillar. Adrestes no mentía, de eso no me cabe duda.

¿Pero por que yo?. ¿Que tengo que los demás no?.

Dominio sobre el ánima, eres capaz de mantener y captar una cantidad de ánima superior a los demás y sabes emplearla más allá de lo básico, por eso te hemos asignado esta crucial misión.

¿Crucial misión?. ¿Que se supone que he de hacer?.

Irás a las Fauces y buscarás la segunda Piedra de transporte que los Primeros en su eterna sabiduría dejaron para lograr introducir nuestras tropas en el corazón de los baldíos del Carcelero… No será un trabajo fácil precisamente y abrir esa vía puede hacer peligrar tu propia existencia pero… es la única forma de poder impedir que el Carcelero logre su objetivo.

Espera… lo que quieres decir es que para abrir la vía he de… emplear mi propio ánima… Empezó a temblarle la voz.

Así es, por eso te hice venir… si cualquier otro caminante lo intentase… fallaría, en tu caso tienes una probabilidad de éxito. No parecía convincente, pero si sincera.

Y si fallo entonces… mi alma… en su interior un emergente vacío parecía consumirle.

Me temo que así es, tu alma desaparecería y… acabarías en el Olvido.

El Olvido… El nudo en su cuello pareciera querer asfixiarle.

Me temo que no tenemos otra opción, otro ataque a la ciudad y posiblemente sucumba, el tiempo urge.

Está bien… iré.

Que el propósito te guíe, mortal.

Más que asustado subió de retorno y tras mirar los alaridos de terror de las condenadas almas se lanzó al vacío.

Refugio de Ve’nari.

Sorprendentemente fue fácil obtener el apoyo de la especuladora, que movida por la curiosidad del “reino tomado por las cadenas del Carcelero” no le exigió nada a cambio, lo que despertó todas sus alarmas desde entonces.

Aunque receloso empleó uno de los extraños artificios de Ve’nari que los llevó cerca de unas inmensas cadenas que a lo lejos parecía que secuestró como dijo un reino que ella llamó “Korthia”, no había escuchado jamás ese nombre ni visto nada en los archivos de Bastión pero allí que iban pues al pisar suelo cerca de un destrozado camino pareciera que en el horizonte el territorio continuaba salvo que… parecía distinto.

Ahora iremos en las sombras, haz lo que yo diga o estamos muertos ¿Ha quedado claro?.

Asintió, pero seguía atento a cualquier atisbo de actitud sospechosa de la especuladora.

Cerca de alcanzar el límite de “Korthia” se detuvieron, pues un inmenso ojo metálico a punto estuvo de descubrirlos, para su suerte pasó de largo y al fin el primer paso en el recien descubierto reino de “Korthia” que… no se diferenciaba mucho de las Fauces, aunque la escasa vegetación parecía evocar un ya un casi extinto halo de vida, aunque aún hubieran hasta pequeños arboles que aún hojas vivas poseían.

Korthia… imagina que de reliquias y conocimientos aguardan ante nosotros, esto es un sueño hecho realidad. Desde luego parecía como una inocente niña… con retorcidos y oscuros intereses personales.

Recuerda que estamos aquí para detener a los Jurafauces, no para enriquecernos.

Te falta ambición, las reliquias aquí escondidas podrían comprar tu mundo y… espera… percibo a… como Oribos, me mantendré oculta. Desapareció sin dejar rastro.

¿“Percibo a como Oribos”?. ¿Especuladores?. Miró a su lado donde estaba Ve’nari… ahora solo había aire. No estoy solo, de eso estoy seguro.

Con mucha cautela caminó por el maltrecho camino espada en mano, pese a no ver rastro de nadie se sentía observado obteniendo su respuesta al girar una curva, donde estaba siendo esperado por un pequeño grupo de ¿Guardias y asistentes de Oribos?… aunque estos vestían con colores dorados y carmesíes.

¿Un Jurafauces?. Acaben con el. Exclamó uno de los asistentes.

¡Es un mortal vivo!. Está en contra del Carcelero.

Ve’nari… suspiró.

¿Un mortal vivo?… En verdad no se parece a un Jurafauces. Podría ser como aquél libro de profecías que leí… no, ese libro no era más que una recopilación de baratos clichés literarios pero aún así… está bien, seguirme.

El que se hiciera llamar como Tal-Galan como si de un hospitalario anfitrión fuera les invitó a sus humildes “aposentos” y humilde era la palabra para un lugar en el cual según Ve’nari habrían reliquias con las que podría comprar Azeroth.

¿Esto es… todo?… pensaba que Korthia sería más… opulenta.

Lo siento especuladora, pero los tiempos de gloria de Korthia hace mucho que acabaron, ahora solo quedan ruinas… ¿Que os ha llevado hasta aquí?.

Estamos en problemas, el Carcelero nos lleva la delantera y necesitamos contraatacar… ¿Saben algo de una “Piedra de los Primeros”?. La necesitamos para enviar aquí tropas desde Oribos.

¿Oribos?. ¿Le ha sucedido algo a la ciudad eterna?.

Fue atacada hace poco y casi cae, si no se contraataca entonces… acabara cayendo.

En lo alto del Respiro hay una, pero lleva inactiva eones.

Está bien, puedo… Recordó lo que habló con Tal-inara. activarla.

¿Que puedes activarla?… Llevamos milenios vagando por el Espacio Intermedio evitando al Carcelero y jamás se ha activado… ¿De verdad tu puedes activarla?.

Si…

El hecho de que un mortal vivo esté aquí en estos aciagos momentos es algo destacable… está bien, activala, no podemos permitir que Zovaal se haga con los secretos de los Primeros… No podemos fallar en nuestro eterno deber, hay que resguardar los Secretos a cualquier coste, no debe hacerse con ellos. Sígueme.

Apenas habían más que unos senderos al lado de unas pocas cuevas de las cuales no pudo ver su interior, poco más destacable había en aquel puesto hasta que subieron a lo alto del Respiro… allí estaba en toda su gloria como único ornamento una piedra en forma de “8” esperando pacientemente a ser activada, era exactamente igual que la de la cueva de Ve’nari.

Esa es, espero que lo que dices sea cierto.

Paso firme, pero en su interior su corazón no podía dejar de latir sabiendo el funesto destino que podía aguardarle, sin embargo no podía hacer nada más así que se acercó… reaccionando a su alma la piedra como no hizo en eones.

La piedra está… activándose… estabas en lo cierto.

Ahora he de… imbuirla con mi ánima, ¿verdad?.

Debe ser así.

Asustado miraba la fulgurante roca, tomó una bocanada de aire, suspiró y acercó su mano a esta.

Con que así fue como el primer caminante activó la primera piedra… no me digas que fuiste tu…

Acercó su tembloroso brazo a la fría roca que sin aviso empezó a drenar por la palma su ánima como si estuviera sedienta de esta.

¡¿Que!?… ¿Que estas… ARg… haciendo?… Su alma parecía ser succionada por la piedra desgarrando todo a su paso, por mucho que luchase la voraz sed de la piedra era superior a el.

¡¡AAAAAAARGGGHH!!….¡¿Quieres…. activ…arte…?!. La voracidad de la piedra no alcanzaba fin, creía que su mano iba a estallarle, que sus dedos se retorcían agonizando al igual que su cabeza suplicaba clemencia. Pero la piedra ansiaba ánima, y ánima era lo único que podía ofrecerle.

¡Lo va a destruir!.

Debe aguantar, necesitamos que lo haga.

¡Acti….vat…e!… maldi…ta… ro….c…a Cada vez más borrosa su visión de la roca creía que era su fin, solo sufría dolor y agonía en cada fibra de su cada vez más extinta alma que rogaba clemencia y sin embargo la roca seguía sedienta tras su eterna guardia. Cada vez se sentía más etéreo… como si su propia existencia se estuviera diluyendo… desapareciendo sin más ante sus ojos, pronto su consciencia se volvió autómata en la que dejó de sentir nada… ya no era más que un ente en extinción en una realidad a la cual pareciera ya no pertenecer.

He… fallado…

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La Nada

Otra vez aquel lugar donde la perpetua oscuridad dominaba todo. Nada era perceptible allí, ni dolor, ni sensaciones, ni presencias, ni siquiera que era él mismo pues era parte de la nada y sin embargo algo más existía más allá de la eterna nada… paz perpetua.

Ni el tiempo podía hacer atisbo alguno de presencia en la oscuridad, pues esta era ama y señora del todo y no permitiría que nada ocupase su eterno reinado.

Como si de una salvadora mano se tratara una leve percepción, como si de un insignificante suspiro se tratase, empujó de su parte de nada expulsándolo de la oscuridad absoluta devolviéndole su parte de individualidad.

Un inmenso dolor le golpeó cual maza en todo su ser. Que y quien era, donde estaba, qué había sucedido… nada de eso supo reconocer más allá de un acto reflejo, abrir sus párpados.

Fría roca en su vista, un calambrazo hizo moverse con un espasmo que de una extremidad fue respondida con intenso dolor punzante, fuera lo que sucediera debió ser duro.

Agh… ¿Don… dond… donde esto…y?… Empezó a recordar quien era y que había sucedido y sin embargo no entendía que había sucedido, solo el miedo, dolor, agonía y terror que sufrió antes de caer y… aquella oscuridad perpetua de nuevo.

La pie… ¿se activ…ó la pied…ra?. Intento levantarse, pero no lograba fuerzas ni para mover el otro brazo.

No solo no tenía fuerzas para moverse, si no que aún se sentía confuso… perdiendo por lapsos la consciencia, como si fuera un ente etéreo. Para colmo nadie parecía estar cerca, no fue hasta que una de esas “hadas” azules se acercase a echar un ojo.

Has vuelto en ti, creímos que acabarías en el Olvido. Espera un momento. Aleteando se fue, regresando al poco con un nutrido número de caras conocidas, Kleia y Pelagos se abalanzaron pero fueron parados por Adrestes.

¿La pied…ra está… ac…tiva?. Hablar le suponía un suplico, los labios parecían de acero por como pesaban.

Lograste activarla, sin tu sacrificio nunca hubiéramos logrado venir hasta aquí… no te preocupes, los demás Caminantes, nuestras fuerzas y los refuerzos traídos de tu mundo están logrando hacer frente a los Jurafauces aunque… el Carcelero tiene los sigilos.

¿Estás seguro de que debería saber eso ahora Adrestes?.

Es necesario Pelagos.

Sigamos. Has estado días inconsciente pendiendo de una muy delgada hebra entre la existencia y el Olvido, tu alma quedó prácticamente consumida de su ánima y de hecho aún sigues bastante escaso de ella pero tu existencia ya no corre peligro… requirió una gran cantidad de ánima lograr salvarte de la desaparición.

¿Como pudiste hacer algo así?. ¿Es que acaso perdiste la cabeza?. Del rostro de Kleia parecían brotar lágrimas. Ese dolor que sentí… fue agónico.

Fue necesario Kleia, lo hizo por voluntad propia y aún así siento que fue responsabilidad mía… Ya has hecho más por todos de lo que jamás podrías imaginarte, siéntete libre de retornar a tu mundo si así lo deseas.

Aún no lograba poder pensar bien, pero volver era algo que no quería hacer por el momento. Segu…seguiré aqu…i.

¿Estás seguro?. Aún así no te permitiré que hagas nada hasta que estés recuperado.

Con gran esfuerzo movió un poco la cabeza en signo de afirmación.

Así se ha decido, solo intenta recuperarte y deja a los demás encargarse de los Jurafauces… por cierto el Prelado tiene un objeto que perdiste hace tiempo, cuando puedas levantarte y retorne de Maldraxxus pídeselo, hay algo que puede interesarte.

¿Prela…do?.

Si, otros caminantes lo encontraron y rescataron de su prisión en Torghast… encontraron varios objetos que los Jurafauces robaron a mortales… dijo que había algo en tu reloj que podría interesarte… pero no urge.

Esta… bien….

Nunca podremos agradecerte lo que has hecho por nosotros, te dejamos a solas con Kleia y Pelagos, estoy seguro de que tienen mucho de que hablar. Que la Arconte te bendiga.

Todos menos los dos mencionados se retiraron, por mucho que quisiera no podía hacer más que escuchar pues todo en el le pesaba.

¿Por que no nos dijiste nada?. Creíamos que te habiamos perdido. Tu cuerpo parecía un cadáver, estabas pálido, no mostrabas signos vitales más allá de unos muy leves latidos… tu respiración era débil… ¿Por que hiciste algo así?. Echó a llorar.

Kleia no seas tan dura con el… Si no lo hubiera hecho entonces… Korthia habría caído, pero… esta cargando con más peso del que un solo mortal debería llevar sobre sus hombros… Bastión, Korthia… no merece cargar con todo sacrificando su propia vida… su propia existencia; debería estar disfrutando como todo mortal de su vida, no cediéndola por las Tierras Sombrías.

Quiso sentarse, pero a duras penas pudo alzar un poco el brazo.

¿Quieres sentarte verdad?… No deberías moverte mucho aún, necesitas hasta la última gota de ánima para recuperarte… Dejemos de preocuparte y desconecta, estaremos junto a ti para todo lo que necesites y cuando puedas hablar pues nos pondremos al día… ¿Te parece buena idea?. Secándose con el brazo las lágrimas la kyriana mostró una leve sonrisa, algo forzada pero sabía que en el fondo era lo que quería.

No puede hablar. ¿Como le haces esa pregunta?.

Su alma me ha contestado, aún en tal estado desea seguir luchando hacia delante.

Entonces te ayudaré también, no hay mucho que hacer tampoco con todos los enviados de tu mundo aunque es cierto que pecan de inocentes diría, no todos son tan veteranos como los Caminantes.

Pero todos están motivados que es lo que importa. Aún no está todo perdido.

Los días transcurrieron sorprendentemente tranquilos a excepción de lo que pareció un pequeño incidente relacionado con una pequeña infiltración de espías Jurafauces pero poco más. Poco a poco volvió a tener control de su cuerpo y comunicarse de nuevo, pero su mano derecha seguía molesta y tampoco podía ver a través del grueso vendaje como estaba, ni se lo permitían al igual que solo podía caminar con esfuerzo unos escasos metros fuera de la pequeña cueva en la que se encontraba, pero aún así deseaba volver a estar disponible cuanto antes.

No supo cuanto tiempo había transcurrido, pero al fin pudo caminar sin ayuda un poco, así que tras tanto tiempo quiso tomar una bocanada de aire tranquilo, por lo que se sentó en una ostentosa butaca de madera oscura y tela carmesí aterciopelada que seguro que algún Venthyr traería de su reino… cuando se sentó parecía que estaba sentado sobre una nube de lo mullido que era. Kleia y Pelagos se sentaron en similares butacas a sus lados.

Está bien, quiero ponerme al día sin censura y con todo tipo de detalles. ¿Qué ha sucedido desde que caí inconsciente.

Está bien, te lo contaré todo. Se acercó un poco Pelagos a el y empezó a ponerle al día, en efecto eran más cosas de las que creía, pero la mayoría involucrada con asuntos internos y cabos que quedaron sin atar relacionados con las tres curias que no eran la suya en las cuales sus respectivos mortales tuvieron un importante papel.

Así que en resumen, el Prelado está entre nosotros… por cierto tengo que verle. Vyraz ha muerto y Helya está desterrada y… hemos tenido infiltrados Nathrezim entre nosotros, entre ellos… Mal’ganis.

¿Mal’ganis?.

Si… fue el culpable de un gran mal en nuestro mundo… es una larga historia para contar en otro momento, ojalá hubiera muerto de una forma cruel, sus víctimas merecen ser vengadas…

Lo último que sabemos es que han logrado crear un nuevo sigilo en Revendeth… ojalá podamos rehacer el sigilo de la Arconte.

Si ellos lo han hecho entonces nosotros podremos. suspiró. ¿Alguna novedad de Bastión?.

Todo tranquilo allí, poco a poco aparecen menos de esas fallas y los Abjurantes están “calmados” en su territorio, por cierto… varios de los “líderes” de tu mundo nos están asistiendo aquí.

No supo si eso era algo que quisiera escuchar. ¿Quienes están?…

Veamos como se llamaban… Jaina, Thrall, Caine,….

Es “Baine”, con B…

Cierto. También están “Vash”, ese tal “Kael’thas” que rescataron de Nathria y Uther ayudando entre otros.

Maldita sea, EL aquí no por favor. Pensó en la arrogancia de Ese individuo en su anterior encuentro.

¿Como esta Uther por cierto?.

Bien, parece que reencontrarse con su antigua amiga esta ayudandole.

Antígua amiga Se echó la mano al mentón. … claro, Jaina era prácticamente como su hija… ojalá no hubiera acabado todo así.

Se enganchó en un pequeño nudo uno de sus dedos en la barba, al intentar sacarlo notó algo distinto, al final logró sacarlo pero… ¿Que era eso…?. Pelagos ¿Podrías traerme un espejo?… A saber que cara llevo ahora, no me aseo como es debido desde antes del ataque.

Estás bien, nos ocupamos de mantener tu barba aseada…

Aún así y… ¿Por que estás nervioso?… ¿Acaso me ocultan algo?…

Hazlo Pelagos, es mejor que lo sepa ya.

Pelagos retornó a la cueva caminando un tanto errático.

¿Que sepa que?… ¿ha sucedido algo más en mi “ausencia”?.

A ver como te lo explico… Abrir la puerta te cobró un peaje en tu cuerpo más allá de casi desaparecer. Tu alma acabará recuperando pronto toda su ánima y tu cuerpo todas sus energías pero… me temo que la piedra se cobró un alto coste con tu cuerpo el cual ya de por sí no estaba en la mejor de sus condiciones por lo que…

Me estas asustando Kleia… ¿Acaso estas diciendo que… voy a morir?.

Si y no…

¿Como que si y no?. Se clara y concisa por favor, responde a mi pregunta. ¿Voy a morir pronto?.

No, pero… ahora si que me temo que a anciano no llegarás…

Se echó la mano al frente. Maldita sea… he vuelto a perder más años de vida.

Ya estoy de vuelta, ¿De verdad quieres verte?… creo que aún es muy pronto para…

No pierdas el tiempo Pelagos, al parecer no me sobra precisamente…

Está bien y… lo siento. Le dio la vuelta a lo que parecía un espejo de mano, mostrando a un enano de rostro familiar que había visto y reconocería al instante, de espesa barba bien peinada y trenzada pero a la vez… había algo que no reconocía de esta pues… sintió que era como si estuviera viéndose en un futuro.

Así que esto era lo que ocultaban… esto ha sido el precio que he pagado. Parezco 10 años más viejo… El otrora dorado cabello aún seguía luciendo sus bellos y áureos cabellos pero… ahora eran acompañados de numerosos cabellos grises como la ceniza, rozando lo albino como si de un veterano enano pareciera intentar tratarse. No solo eso si no que parecía que alguna arruga que no recordaba surgió en su cara.

No te ves mal…

Suspiró profundamente. Aquella elfa tenía razón… los nuestros morimos pronto.

Pero aún te quedan muchos años por vivir, no seas tan funesto.

Es algo que tengo asimilado, todos los que son como yo lo tenemos desde el momento en el que hacemos juramento pero… al menos quiero terminar con la amenaza de Zovaal y sus Jurafauces, luego… creo que podría respirar tranquilo.

Siento curiosidad por como es tu mundo y que os lleva a arriesgar constantemente vuestras vidas… apenas nos has contado nada de el desde que llegaste, solo sabemos algo de el por lo que hemos visto en tus recuerdos y lo que Argent nos ha contado pero… ¿Por que nos oculta tanto?.

Pelagos… Miró con algo de pena al kyriano. Cuando todo esto acabe hablaremos de ello, pero creo que este no es el momento…. aún no. No dejaba de pensar en la culpa que los Azerothianos debían cargar y el daño que algunos habían hecho sobre inocentes almas.

Está bien. Ahora que lo recuerdo, el Prelado está aquí y quería hablar contigo, es un hombre muy ocupado así que vamos a verle.

Claro.

Una suave pendiente que aún le costó subir, no pudo dejar de ver a una peculiar pareja de elfos, uno con una peculiar tez oscura, que no paraban de hablar mientras no dejaban de meter mil y un pertrechos en unas abultadas mochilas.

¿Pero a donde creen que han ido?… No podía dejar de ver como la elfa embutida en una ostentosa armadura impoluta más grande que ella pataleaba mientras su compañero volvía a sacar una ¿Olla? de la castigada mochila. …. no saben donde se han metido esos dos… La elfa se lanzó a besar al elfo… bien besado, creyó que pasarían al siguiente paso lógico allí mismo. …espero que sus almas no acaben en las Fauces… Se echó la mano a la frente.

Llegaron a lo alto, en lo que podría considerarse un mirador desde el cual podía verse parte de la devastada Korthia. Al acercarse al borde vio de reojo figuras familiares y otras que no tanto, pero estaba claro que la espalda aquel ser tan alto y escuálido de extraño bastón debía ser es tan hablado Prelado.

Aquí está el Prelado… Disculpe señor ¿Estás disponible?. Preguntó con un poco de miedo Pelagos.

El enorme ser se dio la vuelta, este tenía algo que lo inquietaba, no sabía si era la radiantes runas que colgaban de sus hombros, aquellos retorcidos cuernos que de su cabeza sobresalían, aquella inmensa barba blanca que casi llegaba a sus pies o aquellos mortecinos luceros verdes en las cuencas de sus ojos, pero respeto era lo mínimo que a su cabeza le llegaba.

Así que debes ser el mortal que con su ánima permitió que pudiéramos tomar posesión en Korthia, lo mínimo que he de hacer es agradecerte el coraje de arriesgar tu existencia. Al hablarle algo en su voz hizo que perdiera tensión, no parecía arrogante pese a su rango y aquel agradecimiento… se le hacía raro por la diferencia palpable entre ellos en todos los aspectos.

Gracias… Cuando desperté me dijeron que tenías que darme un objeto personal y decirme algo importante.

Por supuesto, encontraron varios objetos de caminantes en Torghast, entre ellos un reloj dorado y… durante mi cautiverio vi algo que puede incumbirte, la respuesta la hallarás en el reloj… De su interior sacó un reloj dorado que reconoció inmediatamente, la esquelética mano le dejó el aparato que no dudó en abrir.

¿Tiene un mensaje tallado?…

Así es, pero no fui capaz de entender esas runas. Un gran número de runas talladas de forma un poco burda ocupaban todo el reverso de la tapita del reloj, era tan largo el mensaje que a duras penas era capaz de apreciar con detalle las diminutas runas.

Son diminutas Entrecerró los ojos. Es enánico… umm… Miró con detalle las pequeñas runas y empezó a leer poco a poco hasta que… No puede ser… Un frío relámpago cayó sobre su espalda. Qué… ¿Qué quieres de mi?…

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¡¿Pero es que no tienes ojos para ver como tienes esa cota de mallas?!. Gritó enojado al recién llegado Forestal.

Acabo de regresar y… no he podido limpiar la armadura…

¿Barro en Korthia?. ¿Me tomas por necio?. Casi le arranca al elfo la cota. Mírala bien, está empezando a corroerse. ¿Es que quieres morir de tétanos al más mínimo corte?.

Per…perdóna…

Ni perdón ni nada. Los Jurafauces estarán encantados de tomar tu alma y torturarla, no les des el placer de ofrecerla de una forma tan patética como una infección. ¡Quiero verme reflejado en esa cota para ayer!.

Si señor.

El elfo aterrado salió corriendo por patas.

¿Has terminado de aterrorizar a los recién llegados, “General Veldhath”.

Veo que ya has vuelto Thori… ¿Es que solo me envían nóveles recién salidos de sus aldeas?..

Estás siendo demasiado duro, es normal que olviden con tantos nervios algunas cosas.

Parecen que solo envían carne de cañón desechable y… me duele en el alma por ellos, lo último que quisiera es que acaben condenados en las Fauces por no ir debidamente preparados.

Te entiendo, se les ven ilusionados y emocionados pero… como dices son jóvenes recién salidos de sus pueblos.

No me opongo a que mueran ofreciendo a la causa sus vidas pero… que al menos tengan la oportunidad de ofrecer una digna batalla. No es justo que mueran por culpa de enfermedades en la retaguardia o por armaduras deficientes en la vanguardia y solo veo novatos que por desconocimiento y hambre comen lo primero que ven, beben de donde no debieran o simplemente llevan armaduras que con un cortahielos atraviesas… Como veterano he de asegurar que tengan al menos una oportunidad.

Son tiempos duros en Azeroth, he llegado a instruir a gente en harapos o con armas que ni mantequilla serían capaces de atravesar, muchos ven esto como una oportunidad de hacerse un nombre, dinero o simplemente una aventura y claro… acaban como acaban… he retornado de dar los últimos ritos a un joven orco que quería enorgullecer a sus padres, y ahora pasará la eternidad en las Fauces.

¿No estabas entrenando a unos paladines?.

Si, una pareja de humanos… los envié de vuelta cuando supe la verdad.

¿La verdad?.

Si, los muy desgraciados engañaron a todos, según ellos ya habían hecho el juramento en la Cruzada Argenta pero… acabé enterándome de que aún eran aprendices.

¿Hasta ahora nadie se había dado cuenta?.

No dan a basto, a la que les hice enfrentarse a una manada de Gorms uno se quedó más pálido que tu y el otro empezó a golpear a lo loco… evidentemente me tocó ocuparme de ellos.

Patético…

Ya informé de sus “resultados”… acabarán en el sacerdocio seguro tras esto.

Si eso es más apto para ellos… Se encogió de hombros. …“más pálido que yo”… Gruñó y le dio un golpe con la mano cerrada en la cabeza del paladín.

No dejas escapar ni una, condenado cadaver parlante.

Y bien que me rogaste seguirme aquel día.

Yo no te rogué nada…

Pero si estabas casi llorandome.

¡Ya está limpio señor!. Impoluta y sin rastro de óxido.

Te dejo con tu “discípulo”, yo he de ver la nueva paladina que de la Mano de Plata me han enviado… espero que esta si haya hecho el juramento.

Está bien, cuando acabe nos vemos y nos tomamos unas merecidas cañas… a las que invitas tu claro.

Si si, la próxima vez ganaré yo la apuesta.

Eso dijiste la última vez soltó una de sus características risas retorcidas. En cuanto a ti… Su voz se enfrió al instante. 100 flexiones ahora mismo.

¿Eh?.. pero estoy muerto de hambre, no he comido desde hace…

¡Es una orden!. ¡Desearás estar muerto como oses replicarla!.

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¿Sucede algo?. Te has quedado congelado al ver ese mensaje, ¿Acaso son malas noticias?.

Miró al kyriano y exhaló una gran bocanada de aire. Son noticias que no esperaba recibir… no en un momento como este.

No quiero indiscutirme pero… ¿Que dice el mensaje?. No soy capaz de entender nada de lo tallado.

No lo haces Kleia… vale de acuerdo, os lo traduzco. El mensaje dice tal que “Se lo que has estado haciendo desde que llegaste a las Tierras Sombrías. Reúnete conmigo en Torghast. Att: D. M”.

“D. M”… Parecen unas siglas. Pudo ver a Pelagos fruncir el ceño de pensar. Son de un nombre… No puede ser, ese mensaje lo ha escrito…. no, imposible.

Lo ha escrito… El, maldita sea, con todo lo sucedido se me olvidó por completo. ¿Cómo pude ser tan necio de pensar que había muerto?.

¿No te referirás a….

Asintió a Kleia.

¿Y que querrá de ti?.

Nada bueno, de eso estoy seguro… conociéndolo y tras nuestro “último encuentro”… es peligroso para todos, está consumido por el odio.

¿Entonces que harás?.

…. darle descanso eterno. Se tornó al enorme Maldraxxi. Estimado Prelado. ¿Hay alguna forma de volver a Torghast?.

Desde el reposo de la especuladora, pero tendrás que esperar al menos a que te recuperes pues los horrores que albergan Torghast podrían acabar contigo en tu actual estado.

Tiene razón pero… Por la Luz, no quiero imaginar que habrá hecho y como estará tras tanto tiempo.

Debes tener paciencia mortal, apresurarse puede suponer tu perdición.

Suspiró frustrado. Usted es el maestro estratega, confiaré en su palabra.

Sabia decisión, deberías hablar con el Dechado de la Sabiduría respecto a ello, está abajo guiando a los suyos.

Está bien, ha sido un honor hablar con usted Señor Prelado.

Cerró con fuerza la tapilla del reloj, el cual guardo y fueron al improvisado puesto donde Thenios leía un informe. Con un poco de coraje Pelagos le interrumpió.

Por supuesto que tiempo tiempo para vosotros. ¿Que necesitas Pelagos?.

El Señor Prelado nos dijo que hablásemos con usted respecto a Torghast.

Entonces ya deben saber de que Argent irá a recuperar el fragmento de alma de Uther.

Permitanme hablar por favor. Se coló en la conversación.

Por supuesto, habla.

Debo ir yo si es posible, hay un acuciante asunto que he de zanjar allí.

Me alegra ver que estas motivado pero… aún debes recuperarte.

¿Aún queda para ello no?.

Lord Bolvar debe saber en que parte de la torre se encuentra el fragmento, lo que demora tiempo por lo que le supone cada incursión en ella.

Entonces tengo tiempo aún para recuperarme, pero he de ir a Torghast, hay una amenaza en sus entrañas que solo yo puedo… “solucionar”… una que podría traer paz a una afligida alma que necesita descanso.

Sinceras son tus palabras… de acuerdo, irás a recuperar el fragmento de alma de Uther, como ya sabes al morir su alma quedó dividida y por lo que creemos la parte que le falta esta dentro de Torghast. No solo le ayudaremos a el a recuperarse, si no que evitaremos que empleen esta para forjar una poderosa arma.

Gracias, juro regresar con el fragmento de su alma, merece tener la eternidad que en vida forjó.

Confío en tu juramento entonces, te informaré cuando Bolvar logre saber la ubicación del cristal. Ahora si me disculpan debo seguir con otros menesteres. Ve y sirve.

Se retiraron del puesto. Al avanzar un poco pidió a los kyrianos que le dejaran unos minutos para reflexionar, petición que cumplieron. Al retirarse estos vio una pared algo alejada del incesante movimiento del puesto y allí que fue, dejándose caer sobre la fría pared. Una vez acomodado miró al anaranjado cielo entre los peñones de escasa vegetación y suspiró profundamente.

Maldita sea, ¿De verdad estas tan cegado, necio?. ¿En que te has convertido?… ¿Cómo has podido acabar tan enfermo?…. En verdad no puedo entenderlo, no quiero imaginar los horrores que has tenido que ver, la impotencia de no poder hacer nada… pensar que todo es culpa tuya, ver todo lo que amabas y querías convertido en algo peor que la muerte y aún así… Recordó los pocos momentos en los que parecía cuerdo en las abrasadoras arenas del desierto. … aún con todo seguías luchando… no hay persona que pueda mantenerse cuerda con tanto sufrimiento soportado y visto… Te prometo que lograré que tu alma pase la eternidad en paz, no mereces seguir sufriendo.

Se quedó sentado allí un buen rato más, pensando el infierno que debía ser la existencia de aquel ser.

Pasarían días de reposo mientras que Bolvar lograba profundizar en las entrañas de Torgash en las que su alma regeneraba el ánima drenada y sin embargo no lograba descanso sabiendo que pronto tendría que reencontrarse con un viejo conocido del cual sabía que no había dejado más que consumirse por su resentimiento y odio.

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Tras lograr al fin reponer sus fuerzas se dedicó a ayudar en todo lo que pudo en el puesto pues siempre había algo que hacer, desde tener ojo avizor a cualquier movimiento sospechoso hasta ayudar a mantener el armamento limpio y afilado pasando por echar una mano con los recién llegados de los cuales sintió una extraña mezcla de pena y nostalgia pues sabía que muchos de ellos no volverían de allí con vida.

Los días transcurrieron hasta que al fin fue reclamado por Thenios que aguardaba junto al Prelado y Bolvar. Tras las siempre reglamentarias presentaciones llegó el momento de la orden que llevaba días esperando.

Como ya te informó Thenios debes ir a lo que llaman las “Cámaras de Adamantita”, es allí donde el Carcelero guarda importantes posesiones pero te lo advierto, está fuertemente resguardada. Aún no lograba asimilar el dantesco estado de Bolvar, ¿Cómo el destino le aguardó a alguien como el tal fin?.

¿Y como alcanzo esas salas?. No se como es el interior de Torghast e imagino que serán inmensas las salas en su interior.

Con esta esquirla que Ve’nari nos ha propiciado. Le pasó con sus carbonizadas manos la brillante esquirla oscura, esta parecía reflectar en miles de pequeños cristales inimaginables matices grises y negros según le incidiera la luz.

Se que hay alguien de gran importancia personal en la torre pero debes centrarte en lograr recuperar el fragmento de alma de Uther y regresar a mi templo en Bastión. Recuerda las lecciones que aprendiste en tu estancia y no te dejes cegar. Salva a Uther y no permitas que te capturen, no te dejes cegar.

Suspiró hondo. Me centraré en el objetivo pero… algo me dice que estará esperándome y seguro que sabe a por que vengo.

Confiamos en tu destreza, te esperaré en el Templo, estoy seguro que lograremos recuperar al Uther que una vez vio tu mundo.

Así será, ojalá… ojalá sea capaz de hacer entrar en razón al necio que aguarda en Torghast… ojalá no se haya dejado consumir totalmente por el odio…

Ya preparado empleó el extraño dispositivo que cual rayo le envió a la más que familiar cueva donde la especuladora esperaba aburrida leyendo un libro que apenas alzó con pereza la placa que identificaba como su cara.

Ah, ya has llegado… para ir a Torghast solo cruza ese portal del final de la cueva y como seguro querrás recuperar el fragmento de alma del kyriano caído en desgracia tendrás que usar en la consola del interior de la torre algo que haga de enlace… algo de lo cual me cobraré de ustedes el favor tarde o temprano si esos tercos de Korthia entienden la inestimable… “ayuda” que les he estado propiciando.

…. gracias. No lograba sentirse cómodo allí en su presencia, temía ser vendido en cualquier momento a la que dejara de serle de valor alguno.

¿A que esperas?. ¿Es que no vas a recuperar el fragmento de tu amigo?.

No tienes que decírmelo otra vez… hasta luego.

Procura que no te atrapen y si lo hacen… nunca nos hemos conocido.

Gruñiendo y apretando los dientes entró en el portal, lo que vio ante el una vez llegó al corazón de la torre lo dejó congelado… esa sensación de horror e insignificancia superaba con creces al congelado interior de la Ciudadela de Corona de Hielo.

Este lugar… Miró hacia arriba, al infinito vacio sobre su cabeza. …me inquieta, pobres desgraciados los que hayan visto aquí su destino.

Llegó al borde, a sus pies al igual que sobre el se abría el vacio también bajo el la oscura cavidad se perdía entre la niebla y la oscuridad. A pesar de su inquietud lo único que se escuchaba eran sus pasos y latidos como si estuviera en la más absoluta soledad, pero sentía una presencia observándole… o quizás se estaba imaginando cosas, todo era posible en aquel lugar del inframundo.

Si estás observándome muéstrate. Silencio sepulcral. Estoy perdiendo la cordura por momentos. Este lugar, es como si me reclamara… como si quisiera apresarme. Suspiró y volviendo unos pasos se encontró la “consola”, un artilugio metálico con forma de calavera que nada más sacar el cristal reaccionó a este, brillándole las cuencas de los ojos en un siniestro carmesí brillo. Un resplandor le cegó.

¡ARG!. Apareció en un no demasiado amplio pasillo. Nunca me acostumbraré a esto… Caminó maza en mano con cautela al final de este que hacía un giro y miró evitando ser visto. …si hay un lugar considerado el Infierno está claro que este lo es.

Una gran sala se abría ante sus ojos que no hizo más que espeluznarle. Grandes cadenas colgaban por techos y paredes acabadas en férreos grilletes. Grandes “fénetros” verticales rematados por la fría mirada de las féminas damas de las cuales no quisiera saber que aguardaban sus interiores.

“Cámaras Carmesíes” las llamaban, no era un nombre inapropiado precisamente, pues las fogatas y hogueras no dejaban de refulgar furiosamente tiñendo de rojo todo a su alrededor. No podía dejar de sentir como aquel lugar le agobiara, como si el solo estar allí fuera una tortura en sí… y seguro que así era pensó.

Jurafauces… ¿Donde demonios te encuentras?… está claro que es una trampa pero… ¿Acaso tengo opción?. Frustrado sujetó con firmeza su maza, imploró a la Luz su bendición y sabiendo que iba a la boca del lobo se lanzó contra los dos Jurafauces que resguardaban la sala.

Con un poco de esfuerzo avanzó por retorcidos pasillos y grandes salas infectas de Jurafauces que deseosos de acabar con el caían presas de su pesada maza ardiendo en sagrada luz llegando finalmente a unas escaleras que llevaban a un piso superior pero… sumergidas en la más absoluta oscuridad sabía que nada bueno auguraban en estas así que se detuvo para tomar una bocanada de aire.

Mirando a estas se apoyó en su maza. Ha sido fácil hasta ahora… demasiado quizás, está claro que cada vez será más duro pero… ¿Como de grande es este lugar?. . . Por el rabillo del ojo vio algo moverse, ágil se giró empuñando su espada. ¡¿Qué eres?!.

¿Has venido a liberarnos?… Por favor… sácanos de esta pesadilla.

Un ser espectral sin formas reconocibles ante el le rogaba manteniendo las distancias. Supuso por su quebrada voz que aquel desdichado ser debió haber soportado terribles tormentos.

¿Acaso eres… una alma presa?. Aunque cauteloso envainó la espada manteniendo la distancia.

Ellos se lo han… llevado todo… por favor, sácanos de aquí.

Tu tormento ha concluido. Sacó otro cristal de su faltriquera, esta brillante como un astro. ¿Hay más aquí como tu verdad?.

Liberalas a todas… acaba con esos condenados… torturadores.

Así será… no he visto ningún alma salvo tu. ¿Donde están?.

En los pisos superiores… el tormento…

De acuerdo… Entra en el cristal por favor, os sacaré de aquí y os liberaremos fuera de las Fauces.

Gracias… cuentas con mi bendición. Al acercarse al brillante cristal desapareció, centelleando levemente este.

Entonces no perdamos el tiempo, tengo mucho por lo que luchar adelante.

Tomó su maza y se adentró en las tenebrosas escaleras iluminado solo por el pequeño orbe de Luz de su palma logrando alcanzar tras los interminables escalones el siguiente piso que poco contrastaba con el anterior a excepción de las grandes cuchillas y llamas que le recibían por no hablar de los armados Jurafauces deseosos de tomar su alma.

A ver si estos son dignos de poner a prueba las instrucciones de dos Altos Señores. Empuñando su fiel maza se lanzó contra ellos… Al final no fueron ni mucho menos dignos pero… al menos lograron ponerle en un pequeño apuro aún así… mejor no confiarse.

Otra vez unas escaleras y junto a estas el último alma restante de la planta.
Para suerte o desgracia el piso estaba lleno de desafortunadas almas a las cuales alcanzar antes de sucumbir al Olvido.

… Hazaduum y su séquito aguardan… bienes preciados.

¿Entonces es el último piso?.

Si… por favor… sácame de la torre maldita…

Gracias, entra en el cristal, estarás a salvo hasta salir de las Fauces.

Al fin… libre…. Desapareció dejando un centelleo en el cristal que se guardó con cuidado.

Así que allí estas. Miró al interior de las amenazantes escaleras. Hora de reunirnos de nuevo, viejo “amigo”. Echándose al hombro la maza subió con determinación las escaleras.

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Entre las sombras de Zereth Mortis,el veterano paladín contempla el cielo estrellado,mientras fuma su pipa…
En silencio rememora los últimos acontecimientos, mientras contempla a lo lejos la isla del sepulcro de los primeros.
El joven enano ha encontrado su camino,mostrando el paladín que llevaba dentro. Su camino no había sido sencillo,sin embargo,la progresión mostrada desde su llegada a Shadowland,enseñaba su alma de paladín. Aunque las vicisitudes de su azarosa vida,le habían conducido por extraños vericuetos, la pureza de su alma,iba ganando la batalla.Honor,servicio y desinterés, ya formaban parte de su cotidianeidad. Había buena materia prima, y las esperanzas depositadas en el enano,le hacían augurar un futuro más agradecido que su doloroso pasado…
Los jóvenes pupilos de su hermano,habían madurado a pasos agigantados. Notaba que su relación de pareja, a pesar de sus ascendencias tan diferenciadas, se afianzaba día a día. Si nada lo torcía,el futuro de ambos era muy prometedor. Tanto en su desarrollo como miembros de la orden,como en su vida de pareja futura…
Tuvo un pensamiento para su hermano y su esposa, ambos alejados del conflicto(ya lo merecían), y centrados en la educación de sus sobrinos. El potencial de los niños,era enorme,y confiaba que entre todos, fuesen capaces de protegerlos, y darles la oportunidad, de disfrutar de un buen futuro,sin alejarlos de sus responsabilidades…
Un tintineo interrumpió sus meditaciones,y un aroma floral,que le hacía estremecerse,precedió a la recién llegada
¿Arreglando el mundo,esposo mio?
Unos brazos rodearon su cuerpo,mientras un gélido escalofrío, anticipaba el beso recibido
Por fin has llegado amor mio,dijo el paladin en un susurro. Ya era hora,empezaba a aburrirme por la inactividad…
¿Inactivo tú? Una sonrisa deslumbrante acompañó esas palabras.
Soul abrazando a su amada,depósito un leve beso en sus gélidos labios…
Me aburria,amor mio. Educar a una caterva de jóvenes, mientras piensas como salvar el mundo resulta tedioso…
Ya estoy aqui mi vida. Vayamos a dormir, y mañana retomaremos la salvación del mundo.
Con una carcajada mutua,se tomaron por la cintura,y se dirigieron hacia el lecho…
Continuará…

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Paso a paso subía los escalones iluminado únicamente por el pequeño orbe de luz en su mano sumergido en la penumbra y el silencio. Pese a la dominante calma sentía como a cada escalón que subía se acercaba más y más a una presencia amenazante, como si estuviera entrando en las fauces del lobo. Finalmente luz… carmesí luz y sonidos de pasos y roces metálicos, le estaban esperando.

Típico… siempre esperando al final. Gruñó tomando su maza y subió el último escalón. En la gran sala un enorme Jurafauces de negra armadura adornada en cientos de pinchos aguardaba rodeado de cinco… seis… siete Jurafauces como los que ya había derrotado.

Insolente mortal, estas salas serán tu tormento eterno. ¡Sucumbe a la desesperación!. Todos empuñaron las arma avanzando a el en sincronía entre metálicos pasos.

Espero que funcione… palpó el mango de la espada.

Tu alma le pertenece al Carcelero.

Alzó con una mano la pesada maza sobre su cabeza y cargándola con Luz aguardó.

Espera…

Pequeños relámpagos luminosos saltaban de la maza como si de pequeños truenos fueran.

Un poco… más… Los Jurafauces estaban ya casi encima de el.

¡Ahora!. Lanzó con todas sus fuerzas la cegadora maza a los pies de los Jurafauces y corrió a un lado cuando esta impactó contra el frío suelo fulminando a los desdichados en sagrada Luz que le hizo rodar.

¡Eso no funcionará conmigo!.

Desvainando la espada se lanzó corriendo a la gran mole que de un puñetazo enterró su férreo puño cual martillo pilón en el suelo, esquivándolo por los pelos.

Esté va a ser más difícil… Otro puñetazo cual prensa que de un salto hacia atrás esquivó.

Nunca lograrás hacerte con los cristales, mortal.

¿Por que siempre tienen que hablar en el combate?. Pensó mirando por el rabillo del ojo la maza incrustada.

Y ahora… hora de recolectar tu alma. Tomó la lanza de un compañero caído y barrió con esta el hueco entre ellos cual látigo, esquivándola rodando con su costado.

¡Es tu fin!.

La mole se abalanzó contra el, aún en el suelo y cual matador atacó para empalarlo en la lanza.

¡Dame tu resguardo!. Chispas saltaron al impactar la lanza en el ardiente escudo del mortal, no sin pasarle una dolorosa factura por ello.

¡Gyah!. Cual martillo golpeando el férreo yunque la lanza no dejaba de golpear incesantemente el ardiente escudo. A cada golpe sentía más dolor en el brazo el cual creía que se quebraría en mil pedazos. Golpe tras golpe que sus huesos suplicaban que cesaran.

Puedo estar así eternamente, acabarás empalado.

Debo… Miró un al implacable empuñe de la mole. Luz… ¡Gah!… Arriesgado pero… no queda otra.

La mole no cesaba en su tortura, el escudo o el brazo, uno cedería pronto… y acabaría atravesado por la lanza, no quedaba otra que arriesgar.

Recuerda a Adrestes…. Cerró los ojos, lo que el aire acumulaba le abrumó.

El Carcelero dará buena cuenta de tu alma, mortal. Pronto desearás no haber nacido.

Ocultó su mano derecha bajo el escudo.

Nunca debiste haber venido aquí, necio. Pisó con fuerza el escudo y presionó con inmensa fuerza.

Ya… ya casi está… ese hueco…

En su mano algo de gran tamaño y energía ansiaba liberarse.

Si estás mirando…. apenas podía respirar. muéstrate… Liberó su mano derecha de la cual un gran martillo celeste salió despedido al hueco entre guante y pecho de la armadura como si de vida propia tuviera, golpeando la profanada alma que resguardaba como si de atronadores tañidos de campanas fueran.

¡AAAAAAAAAAAAARRGGGHHH!. NO…. ¡No puede… SEEEEEEEEEEERAAAAAAAAAAAARG!. Por todo resquicio de la oscura armadura celeste llamas ardían furiosas cual forja furibunda.

Este poder… Se quitó la férrea bota de encima y miró su palma. …es lo que necesitaba.

Se levantó con esfuerzo justo para ver como de espaldas caía la ardiente armadura inerte.

Y ahora… a por el fragmento…

Clap Clap Clap

Aplausos espaciados como si de un retorcido sarcasmo fuera resonaban por la sala. Alertado se giró y miró al mirador en lo alto de la estancia.

¡Tu!… No me digas que…

De las sombras emergió un ser cubierto en una siniestra armadura negra de la cual únicamente una banca barba larga,densa y descuidada además de los centelleantes faroles celestes espectrales que emergían de las cuencas del “esquelético” yelmo. No cabía duda de quien era aquel ser.

Volvemos a vernos, Drethz… o más apropiadamente dicho, yo. La quebrada voz fantasmal le heló la sangre.

De todo lo que pudiste haber hecho… ¿Como has podido unirte a EL?.

Es la única forma de acabar con aquel monstruo… ya viste en Ny’Alozha su autentico ser.

Pero…. ¡¿Como puedes saber eso?!. Paranoico quería recordar aquel lugar, la más mínima pista de su presencia.

No tenemos tiempo para detalles nimios Drethz… o como te llaman tus aliados “Caminante”. Si te he hecho venir aquí es para ofrecerte una… proposición.

¡¿Una proposición?!. ¿Es que has perdido del todo la cabeza?!.

¿Acaso no te enseñaron modales en Bastión?. No es necesario que grites, esta sala tiene una acústica… apropiada. Déjame al menos exponerte la oferta.

Pero… esto no puede estar pasando… Ojiplático miraba al ser del mirador incapaz de entender.

Como sabes he estado ausente desde nuestro último “encuentro” en Silithus intentando adquirir poder, conocimiento y destreza para detener a ese maldito “Espectro” pero… a cada paso que daba el iba ya tres por delante. ¿No es eso acaso… frustrante?… Soltó una quebrada risotada.

Se acercó con cautela a la maza aún enterrada en el suelo.

Daba igual lo que me esforzara, ese condenado ser infernal siempre iba adelantado y… no parecía cesar en su persecución por un mundo ideal…. SU mundo ideal, sucumbiendo cada vez más en la demencia… por mucho que intentara avisar a los demás ninguno tomaba la amenaza en serio… ¡NECIOS!.

Tocó la empuñadura, aún ardía.

Pensándolo bien… sería hipócrita decir que el cayó en la demencia pues… admito que yo también he sucumbido en ella pero… es lo menos que puedo sacrificar si con ello acabo con el… Sacrificio, que concepto tan noble y honorable ¿verdad?… tu también has tenido que sacrificar mucho para llegar aquí y aún así… ¡¿DE QUE HA SERVIDO?!, Azeroth se dirige al abismo… y ten por seguro que todo por lo que estás luchando aquí está condenado… ese monstruo no se satisfará solo con ese mundo.

Te has unido al enemigo de todo, a quien ha condenado a toda alma a este infierno… ¿Es que estás tan cegado que no eres capaz de ver la realidad?.

Son ustedes mortales quienes están cegados ante la amenaza que tienen en sus narices, siguen pensando que esa elfa le contendrá, que tras sus crímenes será un fiel aliado… eso pensamos nosotros cuando empezó a cazarnos cual trofeos de caza.

Se que será inútil pero… esto no tiene que acabar así, tienes información importante del Carcelero, colabora y…

Es inútil en efecto. Se nos acaba el tiempo Drethz, escucha mi oferta.

Miró la distancia entre ellos… demasiada.

Está bien. Adelante.

Únete a mi y ayúdame a salvar Azeroth y Las Tierras Sombrías, solos sucumbiremos pero unidos podremos acabar con Aiden y la amenaza que alberga, has demostrado tener… potencial… Esas grandes alas celestes y ese impacto a la “marioneta” han sido sorprendentes, francamente no esperaba que dominases el poder del ánima. Será un poder importante cuando tengamos que enfrentarnos a el. Se que es difícil de asimilar pero… aún podemos detenerlo.

Acaso… ¿Acaso sabes lo que los tuyos han causado?… ¿Sabes cuantas almas inocentes han sido condenadas al olvido?… ¿El dolor y el sufrimiento que han causado no solo en las Tierras Sombrías, si no en la Azeroth que juraste proteger?… Pero que estoy preguntando, no solo te has vendido al causante de todo esto, si no a tu propia asesina… Hasta ahora pensé que eras uno de los seres más honorables que he conocido… Admiraba tu tenacidad y fortaleza para luchar por una justa causa aun costándote la vida y teniendo que sufrir la no muerte y aún con ello seguías luchando y sin embargo… me has demostrado que en verdad no eres más que un viejo demente que ha perdido el camino… No vuelvas a mencionar mi nombre.

¿Crees acaso que simpatizo con Sylvanas?… ¿Crees acaso que no he sufrido desde que ese bastardo mató delante de mi a todo ser que amaba?… ¡Tu aún no has visto su sadismo!… Si me quieres odiar adelante, pero pienso salvar Azeroth del Espectro.

¡¿SALVAR AZEROTH?!. ¡Estas colaborando con la que nos hizo luchar entre nosotros!… ¿Es que te has dejado engañar por ella?… Basta ya, estoy harto. Si te quedase un ápice de cordura te entregarías, al menos tu información nos ayudaría bastante.

No puedo entregarme, debemos… acabar con el. Si no lo hacemos todo acabará consumido.

No, el que se ha consumido eres tú. En verdad me das pena, eres justamente lo que he evitado ser… quizás debería darte las gracias por ello… Suspiró frustrado y se echó al hombro la aún templada maza.

Distas de aquel perdido enano que conocí en la Cámara del Corazón… espero que recapacites la próxima vez que nos encontremos… hasta entones cuídate… Y lleva a buen recaudo el fragmento del alma del Iluminado. El ser de la siniestra armadura se asomó al borde del balcón y dejó caer una gran caja metálica que pudo coger en brazos tras una corta carrerilla.

Espero que… Abrió el maletín de oscura tapa, en su acolchado interior nueve cristales azulados reposaban intactos. Cogió uno de ellos y mirando de lado pudo ver una pequeña silueta de un orgulloso humano en una arcaica armadura de la era de la vieja Alianza. Esto debe ser… el fragmento de alma de Uther. Con sumo cuidado la dejó en la cavidad del acolchado del maletín y lo cerró cercionandose de que estaba bien cerrada.

No debería decirlo pero… Gracias por los fragmentos.

Silencio sepulcral.

¿Sigues aquí?.

Silencio.

Maldita sea… ¿Por que has acabado así?… Me temo que la próxima vez… Suspiró. Debo volver a Bastión cuanto antes. Maza, espada y maletín, todo con el así que sacó un pequeño artificio con el sempiterno emblema kyriano y lo activó con un poco de su ánima, este con un resplandor respondió cegándolo.

¡ARG!.

Al cesar el resplandor la familiar brisa primaveral le recibió al igual que la luz que le deslumbró. Volvía a estar en las doradas colinas de Bastión una vez más.

Nunca me acostumbraré a estos condenados resplandores… Frotándose los ojos con la enguantada mano se dio cuenta que se encontraba en el Reposo del Héroe.

Dijo que estarían en el Templo de la Sabiduría, entonces… ¡Helios!. No tardó en aparecer la gloriosa criatura alada que tras su tradicional lenguetazo en la cara esperó a que montase en la montura para alzar el vuelo grácilmente.

Gracias por venir Helios, yo también te echaba de menos… nos esperan en el Templo de la Sabiduría, no les hagamos esperar. Entre sus brazos sujetó firmemente el oscuro maletín, el cual solo liberaría si le cortaban las manos, o al menos eso pensó el.

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Templo de la Sabiduría

Aterrizar en el templo le hizo respirar aliviado, comprobó que el maletín estaba entero y tras despedirse del fiel larión subió los escalones donde el pequeño grupo parecía estar observando algo sus pies, nada más ser visto se le acercó Thenios.

Veo que has cumplido con el objetivo, bien.

Si. Miró minuciosamente a su alrededor, tras no ver nada sospechoso dejó en el suelo la maleta, se agachó y abriéndola mostró los nueve cristales. Una es la suya y el resto… Miró el reflejo de otra de ellas, en la que la figura de un elfo de ojos azules se dejó ver por un instante. deben de ser de sus víctimas… Tomó el cristal de Uther y se la dio con cuidado a Thenios.

Haremos todo lo posible para que sus legítimas almas recuperen lo perdido. Quédate con nosotros pues necesitaremos tu ayuda. Si me disculpas voy a preparar el espejo, vamos a tardar un rato. Se retiró a donde parecía estar sentado Uther junto a Adrestes así que se acercó al grupo.

Kleia, Pelagos y… ¿Que hacían esos humanos aquí?…. daba igual, tampoco tenía la cabeza para otra cosa que no fuera dejarse caer en una mullida tumbona.

Has vuelto a salvo. ¿Pudiste…. bueno ya sabes… encontrarte con ese “sujeto”?.

¡Pelagos!… No creo que sea el momento para preguntarle sobre ello.

Fue el quien me dio el fragmento de alma… no pasó nada más allá de una larga y discernida “conversación”… Suspiró agotado. me temo que esto no ha hecho más que comenzar… no quiero hablar de ello ahora.

Cuando te veas capaz seremos todo oídos.

Gracias Kleia… por cierto ¿Que hacen ellos aquí?. Señaló a los no lejanos humanos que entre ellos conversaban. ¿Algún asunto de Maldraxxus?.

No. Thenios los invitó a que vinieran, pensó que conversar con compatriotas que vivieron la misma situación podría ayudarle a calmar un poco el dolor que alberga.

Es verdad que vivieron aquello… como dije hace un tiempo lo que sufrieron fue algo trágico para mi mundo… ojalá hubiera podido estar allí. Cabizbajo miraba sus botas.

Ese “Veldhath”… Luchó por su pueblo y murió por ello… siendo arrebatado de su justo destino en las Tierras Sombrías. ¿No es eso injusto?. Merece su justo juicio.

Juzgado… recordó el reciente encuentro. Si supieras que le harían a su alma… nadie sigue las ordenes de aquel que te mató y aniquiló a los tuyos… Y pensar que el príncipe al que juraron lealtad les haría lo que les hicieron… condenado bastardo.

Eso es algo que ya no podemos cambiar, señores. Esa espectral voz…

¿Nos han escuchado?.

Desde hace un rato. Por desgracia no podemos cambiar el pasado, si, es cierto que no quise ser alzado para servir en la no muerte a ese bastardo pero… ya no podemos hacer nada para remediarlo así que… ¿Para que seguir hablando de ello en este momento?.

Como veas… por cierto. ¿Viste a un kyriano cuando… te llegó la hora?.

Negó con la cabeza. Me temo que no señor Pelagos, ninguno de los “nuestros” recuerda aquel momento y… Tenemos que enfocar nuestros esfuerzos en ayudar a Lord Uther, ya hablaremos en otro momento sobre mi “desafortunado” destino.

Serás idiota… ¿Qué es eso de “desafortunado”?. Ni que yo haya sido tan infame en tu “vida”, condenado cadáver andante… El paladín gruñiendo pareciera fulminarlo con su vista.

No todo ha sido desafortunado… ¿Acaso he de decir lo obvio?.

Esto… parecen mis padres discutiendo por tonterías… masculló para sí.. ¿Que le queda al espejo?.

Están a punto de poder activarlo pero… me temo que va a requerir mucha ánima hacer el ritual… ¿Crees que estás preparado para ello Drethz?… Estuvimos a punto de… Pareciera que se mordió la lengua.

¿Estuviste allí verdad?.

Si, te curé todo lo que pude pero… tu alma estaba al borde de la desaparición, es por ello que te lo pregunto. ¿Te ves preparado para ceder parte de tu ánima?.

Ánima… Sintió pavor, como si el vacio estuviera observándole deseoso de capturarlo en su eterna nada. …yo… Notó un nudo en la garganta. No, debo ayudar, debo… ayudarlo.

Entonces no se diga más, es nuestro deber apoyarle en todo lo que podamos aunque… el que lo consiga es algo que el y solo el puede lograr con su voluntad, espero que recuerde quien fue en vida.

Claro que lo hará Thorinam, con nuestra ayuda estoy segura que logrará superar sus traumas.

Me gustaría pensar que así será señorita, pero hemos estado hablando un poco y… está más que traumado. No solo fue su violenta muerte, si no todo lo que alrededor de la figura de su verdugo rodea. Es la traición, la desesperanza, el ver al discípulo que criaste, enseñaste y consideraste como tu hijo y sobre el cual depositaste todas tus esperanzas convertirse en un monstruo carente de empatía… el verle cometer las peores barbaries sobre su propio pueblo y no poder detenerlo… el saber que tienes que matarlo… que tu propio discípulo sea tu verdugo. Son traumas que llegaron a lo más profundo de su ser… Algo así es realmente difícil de superar y créeme… por desgracia se de lo que hablo…

Vuestro mundo… tantas tragedias… ahora entiendo por que son tan fuertes los suyos…

Aunque parezca mentira hubo una época bastante pacífica cuando era un niño… al igual que todo se fue al traste desde la apertura del Portal Oscuro confío en que pueda ver con mis propios ojos otra era similar… supongo que lo mismo se puede aplicar para sus reinos… siempre hay un mínimo atisbo de esperanza incluso en los momentos más oscuros, pero para ello hay que luchar con fiereza y estar dispuesto a realizar duros sacrificios.

Eso ha sonado esperanzador.

Ha sonado como un paladín… se nota que dentro de esa fría carcasa sigue el alma de uno dentro.

Thori… Lo que quería decir es que no debemos dejarle caer, se que dentro de esa sufrida alma está el paladín que nos dio esperanza una vez y… nos la dará de nuevo si logramos restaurar el sigilo de su Arconte.

Entonces no hay lugar para la duda, vamos a lograr recuperar

El espejo ya esta activo, vengan a apoyarnos por favor, debemos liberarlo de su agonía cuanto antes.

Acercándose al espejo llamó la atención del no muerto. Cuando todo se calme quiero escuchar la historia de tu pasado junto a unas cervezas, Veldhath, quisiera saber quien fuiste en vida.

Está bien camarada, pero antes debemos acabar con ese condenado Carcelero y sus lamebotas.

Bajo el “espejo” esperaban los kyrianos y el desdichado abjurante. En el centro levitaba el fragmento graciosamente mostrando una pequeña figura del que otrora fuera llamado “Iluminado” mirando al infinito.

Nunca hemos probado a hacer algo de este calibre hasta ahora Uther. ¿Te sientes preparado para soportar lo inesperado?.

Debo volver a ser un todo de nuevo, soportaré lo que sea para lograrlo.

Está bien. Los demás ¿Están listos a ayudarlo si fuera necesario?.

Asintió con la cabeza, todos los presentes afirmaron.

Entonces estamos todos listos, cuando quieras canaliza tu ánima al fragmento.

Solo así lograré avanzar. _Canalizó su ánima al cristal… reflejando oscura energía a su canalizador que cayó de espaldas._No debo… parar…

No sucumbas, te ayudaremos.

Canalizó junto a los demás ánima a Uther pero… el cristal no dejaba de supurar oscura energía a su alrededor viéndose sobrepasado.

¡AARGH!. Una pequeña deflagración los empujó hacia atrás.

¿Ha… fallado?. Se levantó un poco aturdido.

Ha sido demasiado para el como temía, el fragmento está oscurecido por el arma que acabó con el.

La Agonía de Escarcha… solo hace eso a un alma cuando era empuñada con ira. Hacerle eso a tu propio maestro no tiene perdón alguno, condenado bastardo. Pareciera que el no muerto estrangulase con su mano al propio Arthas.

Ese fragmento de alma está retorcida y corrompida por los sucesos que lo llevó a su muerte, la única forma de que supere su dolor es que reviva esos momentos.

Thenios, no creo que en su estado actual debiera… Miró preocupado al sobrepasado abjurante.

No lo hará solo, con mi espejo de alma veremos junto a el esos dolorosos momentos para entender que sucedió.

¿Tengo que revivir… esa pesadilla?.

Eso me temo, pero estaremos contigo en todo momento.

Thenios… no me dejen solo ante… el.

Eso no sucederá, veremos con tus ojos todo lo que sufriste.

Si es la única forma de… ser uno otra vez… lo afrontaré.

Bien, comencemos.

Thenios tomó un espejo de alma portable en el que kyrianos y mortales empezaron a ver lo que los ojos y oídos de Uther veían y escuchaban.

Estamos dentro de su recuerdo…

La entrada de una capilla no muy grande, a los alrededores una ciudad que no dejaba de arder hasta los cimientos con el cielo cubierto de uno grueso manto de oscuro humo que no dejaba ver nada y sin embargo… todo calmado.

¿Acaso esto es… Strattholme?… Thorinam sin palabras comentó tras el.

Es la capilla de Alonsus… Entró en su austero interior, las vidrieras como si del fin del mundo fuera dejaban pasar un baile de rojiza luz al interior de la capilla.

¡No puede ser!. Alonsus, Tirion, Turalyon, Gavinrad… Miró perplejo a los cinco humanos de la visión.

… y Saidan. Finalizó Thorinam.

Esto debe ser cuando me proclamaron paladín pero… ¿Por que esta ardiendo la ciudad?. Eso sucedió mucho más tarde….

Toda la ciudad debe ser purgada. Desde fuera aquella característica e inconfundible voz.

¿¡Arthas!?

Allí estaba al salir, sobre su blanco destrero, rodeado de numerosos soldados que a su orden se desplegaron matando a sangre fría a los ciudadanos y arrojando antorchas a ya ardientes edificaciones.

Estos recuerdos… están mezclados… Debería…

Tu trauma se basa en Arthas, debes aclarar y enfrentarte a tus recuerdos.

He que regresar…

Volvió al interior de la capilla rememorando el juramento que realizó, con ello la visión se trasladó a otro emplazamiento… una silente catedral lejos del ardiente conflicto. Las grandes puertas de madera se abrieron de par en par, entrando un joven Arthas. Verlo tan de cerca le dejó un extraño malestar. No parecía más que un muchacho nervioso e ilusionado por lo que le deparaba, lejos de la terrible figura de leyenda que se forjaría en tiempos venideros.

¿Cómo alguien así… pudo acabar siendo un sádico genocida?.

Eso es algo que todos nos preguntamos cuando se corrompió joven. Este debe ser el día en el que Arthas fue proclamado paladín.

Un inocente entrenamiento entre ellos tornó en una pesadilla para el desdichado Uther, no solo espectros de importantes figuras caídas a manos del discípulo, si no dudas y culpa sobre el monstruo al cual guió le atormentaron, finalmente Arthas dejó la estancia.

Si lo hubiera visto… ¿Cual cegado estuve para no ver lo que sucedía?.

Usted hizo todo lo posible por educarlo bien y llevarlo por la buena senda, sin embargo hay hijos que nacen solo para traer la desgracia. Hubiera sido un honor tener a alguien como usted como guía y no a esos fanáticos.

Debo pediros otro favor, hay un último recuerdo que quisiera ver, una muy dolorosa pero a la que he de enfrentarme.

Aquí estamos para ayudarte, cuando te veas capaz continuaremos. Thenios se acercó a Uther dejando el espejo de alma en una mesita.

¿A quienes te referías con “esos fanáticos”?.

Perdí a mis padres aquel día… era aún un niño cuando aquello sucedió y fui “adoptado” por… El paladín enmudeció como si se hubiera tragado la lengua.

Déjalo, no quería hacerte preguntas incomodas… siento haber hecho esa pregunta.

Gracias, es un episodio de mi vida de la cual no me siento especialmente orgulloso…

Eso es algo que me temo que compartimos. Suspiró. Pero no podemos dejar que el pasado nos lastre, debemos seguir adelante y no mirar atrás o acabaremos sucumbiendo como…

Debo afrontar ese recuerdo, no se si estoy preparado pero… he de hacerlo.

Otra visión, ahora en una ciudad en ruinas infecta por putrefactos no muertos.

Andorhal… es aquí donde Arthas regresó a por la urna del padre al cual asesinó a sangre fría… donde mi calvario comenzó…

Es aquí donde moriste ¿Verdad?.

Así es Kleia.

Tras abrirse paso logró llegar a el, un Arthas consumido por el Rey exánime aguardando a su llegada montado sobre aquel aberrante caballo muerto de membranosas alas.

Aquí fue… donde me cegué por la ira… y por ello caí.

Como si la historia se repitiera los sucesos que lo llevó a su muerte se repitieron finalizando con un iracundo Arthas atravesándolo con la Agonía de Escarcha. Tras ello la visión se disolvió y el espejo volvió a ser inerte.

Debo… ausentarme. Escuchó por detrás, pero ignoró.

Estos recuerdos me han ayudado a ver los errores que cometí… El abjurante se levantó del espejo. Los sucesos de mi pasado fueron los que hicieron que llegase aquí y por ello… no puedo olvidarlos si pudiera elegir.

Si pudiera elegir, hay mucho de lo que hablar una vez todo vuelva a su cauce. Era raro ver a Adrestes tan pensativo.

Apartándose un poco se dio la vuelta y miró las jardineras que ayudó a cuidar, seguían tan hermosas como cuando se fue. Por lo que ha pasado… y pensar que quise matarlo… suspiró. creo que le debo una disculpa cuando pueda.

Si los recuerdos es lo que hacen a uno ser lo que es entonces… por mucho que lo olvide todo lo que hice en el pasado hecho está y seguro que muchos me odiaran en Azeroth por ello… no los culpo pero… ¿Que debo hacer ahora?… Miró al celeste horizonte. Hay sucesos que hacen que me odie por ello pero… no puedo dejar que el pasado me lastre… no tras llegar aquí pero… maldita sea, mis manos están manchadas de sangre, si hubiera tenido el coraje necesario aquél día… ellos podrían haber seguido con vida…

Esto ha sido algo que nos sirve de lección a todos.

¿Pelagos?… ¿Acaso has escuchado todo?.

No podía dejar de hacerlo.

No se que hacer ahora, olvidar parecía lo más “sensato” aunque fuera drástico, pero… no quiero tener que olvidar a todos quienes me ayudaron en Azeroth, no si antes encontrarlos y hablar con ellos… es ese el motivo por el cual vine aquí.

Entonces creo que deberías hacer todo lo posible para que eso suceda, aún sigues con vida, no es tu camino aún.

Se que no viviré lo suficiente para encontrarlos… si muero antes de ello y me veo obligado a olvidar… frustrado suspiró. no podría perdonarme por ello.

Kleia dice que vienen vientos de cambios y… Bastión cambiará mucho para cuando nos volvamos a encontrar, hasta entonces debemos seguir caminando adelante para forjar un nuevo camino.

Suena demasiado bien… no puedes hacerte una idea de lo que significa asumir el peso de la muerte de tus camaradas, de pensar que yo debí haber muerto y no ellos… nunca olvidaré sus caras de terror, el cubrirme con sus cuerpos para salvarme… mis manos están manchadas con su sangre.

Sacrificaron sus vidas para que continuaras adelante como tu habrías hecho lo mismo, gracias a ellos tu pudiste salvarnos.

¿No es eso un cruel destino?… ¿El tan afamado “propósito” del que hablan en Oribos era que aquella matanza sucediera para que estuviera yo aquí?… ¿Cual frío y sádico puede ser este entonces?.

Nunca sabremos eso pero… estoy seguro que te encontrarás con ellos algún día, seguro que se sentirán orgullosos de lo que has hecho aquí.

Ojalá fuera así, he de honrar su sacrificio de alguna forma… Por cierto… ¿Donde se han metido los dos “humanos”?.

Están hablando entre ellos, el no muerto se retiró al acabar, seguro que debe estar afectado por esto.

Entonces dejemosle a solas un poco, ver de nuevo a Arthas y su caído reino ha tenido que recordarle su propia muerte.

¿Qué les suceden a aquellas almas que son arrastradas de vuelta a su cuerpo?. He leído sobre oscuras garras que arrancan de los kyrianos a las almas que portaban, también sobre almas que vagan en el Velo entre el plano mortal y las Tierras Sombrías.

Ni las almas tienen descanso en Azeroth, si tienes la mala fortuna de morir donde no debes… puedes acabar atormentado, esclavizado o… destruido. En cuanto a tu pregunta me temo que no sabemos que pasa, ningún alzado recuerda como fue encadenado al plano mortal.

Al alzar la vista un poco vio a sendos humanos retornar, el destrozado guantelete al cual le faltaba alguna lámina, otras colgaban prácticamente de un hilo y los restantes estaban desagradablemente incrustados en la mano del no muerto le llamó la atención.

Siento la abrupta escapada pero… tenía que ocuparme de “asuntos propios”…

¿Acaso te has visto la mano?, ¿Necesitas ayuda con ella?.

¿Esto?. Alzó un poco el brazo. No es nada que no pueda arreglar en Maldraxxus…

Pero si tienes placas encarnadas, hay que sacarlas cuanto antes.

No voy a desangrarme, ya es tarde para ello además, deberíamos retornar a Korthia.

Como veas… ¿De verdad que estás bien?…

Si, simplemente me dejé llevar por emociones que no deberían importar ya… creo que esto es una despedida.

¿No se quedan más con nosotros?.

Nos gustaría pero… tenemos que seguir instruyendo a los novatos que nos han dejado al cargo… nos veremos en Korthia.

Está bien, tengan cuidado…

Antes de irse… si necesitas apoyo estoy aquí, es evidente que tu alma alberga un profundo odio a lo que te sucedió. ¿Arthas te convirtió en lo que eres ahora?.

Me mató y alzó uno de sus altos rangos… cometí tales atrocidades bajo su yugo, por mucho que lo intentara… fue imposible, por cada victima que caía suplicando bajo mis hojas… sentí menos, llegó un momento en el que fue como matar hormigas…. acabé convertido en el monstruo que tanto odié en vida. Eso es algo que pesará sobre mi alma el resto de la eternidad… eso es algo que no puedo olvidar por respeto a mis víctimas.

Debió ser realmente duro para ti cargar con ello a pesar de ser una víctima más de su yugo… en cualquier momento puedes visitarme y hablar de ello, seguro que podemos buscar algo de paz para tu alma.

Suspiró melancólicamente. Cuando hay algo de paz aceptaré su sugerencia Señor Thenios… pero no pienso someterme a los métodos que los suyos emplean, por muy oscuros y repugnantes que sean mis recuerdos no dejan de ser lo que soy y como dije, por respeto a todos los que maté cuando ese bastar… Arthas me controlaba.

No eres un kyriano así que no puedes afrontar las pruebas y… creo que cuando llegue tu hora acabarás en otro reino así que no te preocupes por ello.

Mientras no acabe en Revendeth… Se encogió de hombro. No soportaría una eternidad rodeado de esos engreidos Venthyr.

Creo que sabes donde acabarás, hasta que nos veamos de nuevo les deseo que la Arconte os bendiga en sus futuras batallas.

Gracias por permitirnos presenciar y apoyar este acto tan importante para los nuestros, le deseo a Lord Uther una bien merecida eternidad ahora que al fin ha logrado volver a ser uno. Se inclinó con gracia.

Se lo diré cuando nos veamos en Fuerte Elíseo señor Thorinam, seguro que agradecerá su deseo.

Hablando de Uther… ¿Donde se ha ido?… ¿Está seguro de que debería irse en su estado?.

Al Fuerte Elíseo, deberíamos ir con el cuanto antes.

¿Esta seguro que será bien recibido allí?. No deja de ser un Abjurante a ojos de los demás…

Fue con Adrestes, Pelagos y Kleia, por lo que no deberías preocuparte, creo que deberías despedirte de tus camaradas pues tu también debes venir con nosotros.

¿A que deben mi presencia?.

Hablaremos de ello por el camino.

Está bien… nos vemos pronto en Korthia, no seas duro con tus discípulos Veldhath.

Son unos exagerados, solo imparto férrea disciplina.

Casi matas a aquel gnomo, idiota.

Tenía que enseñarle como controlar el estrés de verse asfixiado.

Casi le partes el cuello.

Y una cosa más que quería decirte.

Dime.

Siento admiración por como logras seguir adelante, yo por bastante menos acabé sucumbiendo… sin la incalculable ayuda de Thenios ahora quizás… estaría consumido.

Te entiendo y no creas que es en absoluto fácil, la culpabilidad, el odio a uno mismo y el rechazo que sientes es algo que siempre amenaza con consumirte pero… siempre debes contar con gente de confianza con la cual puedas compartir el peso y ayudarte pues la soledad… acabará arrastrándote al pozo del abismo, esa es una lección que aprendí hace años, sin camaradas con los cuales puedas compartir tus sentimientos y frustraciones acabarás como… como aquellos soldados de la Espada del Ébano, no son más que autómatas que siguen ordenes por toda la eternidad.

Pero que cosas dices… a veces parece que alguien vive dentro de esa carcasa… pero es reciproco, sin ti hubiera acabado realmente mal, como te dije aquel día te debo mi vida.

Eso ha sonado… raro, pero sabes que nunca me arrepentiré de la decisión que tomé en aquel momento.

En el fondo tienes razón… si aquel idiota del IV:7 no me hubiera enviado aquí…. sin todo el apoyo que he recibido de las nobles gentes de Bastión… sin su apoyo… hubiera acabado con mi vida y condenando mi eternidad haciendo que mis camaradas Argenta se sacrificaran por nada… para honrar sus muertes debo… seguir adelante.

Cuando acabe esto beberemos hasta la embriaguez hablando de nuestros pasados. ¿Apetece Drethz?.

Claro Thorinam, para mi son ya parte de la familia.

Esta decidido entonces, salvemos las Tierras Sombrías y sobrevivamos para que llegue ese momento.

Una última pregunta si no es menester Señor Thenios… ¿Que fue del alma de Arthas?.

Uther acabó arrojándola a las Fauces en venganza por su muerte, no sabemos nada tras ello.

Las Fauces… es lo mínimo que ese bastardo se merece tras lo que hizo, ojalá… pueda hacerme con el.

La venganza nunca lleva a buen camino Señor Veldhath, que lo que Uther sufrió te sirva como consejo… Ahora si me disculpan hemos de regresar a Fuerte Elíseo. ¿Puedes volver con tu larión verdad Drethz?.

Claro, adelántate.

Entonces esto es una despedida mortales maldraxxi. Que la Arconte os bendiga. Alzando sus alas desapareció en un pestañeo.

He de irme lo siento, que os vaya bien el viaje de vuelta.

Cuídate tu también y ayuda en todo lo posible a recuperarse a Uther, hazlo por lo que fue para nosotros en vida y… estás demostrando ser alguien guiado por el honor que yo perdí hace décadas, pase lo que pase guíate por este y no permitas que te lo arrebaten, solo así cuando te llegue la hora podrás mirar con la frente bien alta a la Enjuiciadora sabiendo que tu vida fue digna.

Juro que así será y… para mi no has perdido un ápice de este, hablas como el noble paladín que tu camarada no deja de decir que vive en tu interior.

Deberías marchar, te están esperando.

Tienes razón… nos vemos. Dejando atrás a los humanos subió a su fiel “Helios” que alzando sus esbeltas alas alzó el vuelo.

Una vez quedaron solos los humanos

Me gustaría creeros pero… de verdad que no saben los terribles crímenes que estas frías manos han cometido, debí haber acabado con mi existencia cuando tuve oportunidad.

Bajo el yugo del Rey Exánime tu alma gritaba afligida a pesar de su dominio, eso es algo que te honra… además, ni se te ocurra decir que quieres acabar con tu existencia delante de mi NUNCA o te juro que atormentaré tu alma y créeme… si algo se de no muertos es como torturarlos… Apretó el puño y le dio tal puñetazo en la cara que le hizo saltar las gafas.

Tienen una imagen muy idealizada de mi… algún día se que tendré que pagar por mis crímenes y eso es algo que… me aterra, aunque esté dispuesto a ello.

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Fuerte Elíseo

Como de costumbre aterrizaron en la plaza central donde nada más tocar suelo notó como la tensión se podía cortar en el aire, despidiéndose de su leal larion caminó hacia las escaleras donde a cada paso que daba podía ver en los rostros de los presentes sentimientos para nada amigables. Unos mostraban odio, otros rechazo y algunos miedo.

No creo que sea bien recibido, esperable por otro lado… coug Un poco de sangre en la palma de su mano. Otra vez… esa condenada elfa tiene razón.

Terminó de subir las escaleras, donde el numeroso grupo esperaba aunque… ahora habían dos Abjurantes.

¿Por que hay aquí otro Abjurante?. Desenvainó la espada.

Guarda el arma, viene con intenciones pacíficas.

¿Estás seguro Adrestes?. La última vez que alguien foráneo entró casi acaban con la Arconte… si de verdad viene de forma pacífica no le importará que hablemos en otro lugar.

Vamos a depositar un poco de confianza en el, fue rescatado por Valerie en las Fauces y hemos hablado de lo sucedido… ambos coincidimos en que queremos volver a unirnos.

Envainó el arma. Está bien, pero no le quitaré el ojo hasta que no esté seguro… si hay algo que no tolero es la traición.

Entonces continuemos, acompáñanos Nikolon, debemos volver a unificar nuestro pueblo. Adelantándose Kleia avanzó con el Abjurante, siendo seguida por todos los demás.

Subieron los escalones restantes y avanzaron por la gran nave resguardada por numerosos guardias que no les quitaban ojo, al igual que el no se lo quitaba a Nikolon.

Es un gran favor el que nos hayan dejado venir tras todo lo sucedido, esperemos que podamos llegar a un acuerdo.

Tengan cuidado con sus palabras Uther, muchos inocentes han caído debido a su levantamiento. Quisiera perdonarlo por todo lo visto pero… no veía justicia en ello para los caídos.

Al acercarse a los pies de la Arconte le alarmó la presencia de los cuatro dechados, mirando a su alrededor se cercioró de que no hubiera invitados no deseados.

Esto me da mal presentimiento… ¿Es esto algún tipo de trampa?. No dejaba de sospechar de Nikolon.

Estamos a buen resguardo, deja de estar tan paranoico.

La última vez que me relajé acabaron arrebatándole el sigilo Pelagos, podrían intentar matarnos ahora que estamos todos juntos.

Confía en mi, esta vez no pasara nada. Uther solo quiere reunificar nuestro pueblo.

No es el quien me preocupa… ¿Has oído hablar sobre los nathrezim?.

Dejen de hablar, estamos a punto de encontrarnos con la Arconte.

Gruñó pero aceptó la orden de Kleia.

¿A que se debe la presencia de Abjurantes en el Fuerte Elíseo?.

Uther y Nikolon se acercaron más a ella.

Arconte, hemos venido a detener esta fratricida guerra que asola nuestro pueblo.

Has cambiado Uther, dejos queda aquella atormentada alma que llegó a nosotros, está bien, puedes continuar.

Le pido humildemente que permita a los Abjurantes retornar al Fuerte Elíseo, fuimos engañados por el Carcelero y sus engaños. Nos prometieron un nuevo camino, uno en el que podríamos seguir siendo quienes fuimos y sin embargo… solo recibimos tormento y esclavitud… muchos cayeron convertidos en Jurafauces… solo supimos al final de tal cruento destino.

Hablas como Devos, no había mentira alguna en sus palabras y… pese a los cambios que se estaban dando no escuché los avisos que tanto ella como los mortales me dieron. Cegada por el sagrado propósito de nuestro reino permití que Bastión sucumbiera a la duda y el conflicto.

No daba de sí, estaba acaso… ¿Admitiendo sus errores?.

Necesitamos los cinco Dechados para crear un nuevo sigilo… creo que acaba de empezar una era de cambios y como tal deberíamos dejar atrás la lealtad que permitió la fractura del reino por… la devoción a nuestra causa.

Adrestes…

Aprendamos pues de nuestros errores… de mis errores, y forjemos un nuevo camino entre todos. Desde hoy el Templo de la Lealtad pasará a ser el Templo de la Devoción, y tu su Dechado, Adrestes.

Será un honor ser su Dechado.

Kleia, por tu dedicación a nuestra causa serás su Mano a partir de ahora.

¿YO?… No se si seré digna.

Le dio un pequeño toque con el codo.

Haré todo lo posible para no decepcionarles.

Y finalmente ante todos proclamo que a partir de ahora a todo kyriano se le ofrecerá elegir entre olvidar su pasado como hasta ahora o bien conservarlos. Fueron los recuerdos de Uther los que permitieron ver los fallos que nuestro reino albergaba, no volveremos a cegarnos otra vez.

Disculpe Arconte, pero eso significa que… ¿Los Abjurantes podrán retornar?.

Así es, mortal.

¿Entonces los Abjurantes que controlan el Templo de la Lealtad perdón, de la Devoción, serán indultados?.

Irán allí en mi nombre, han de saber que esta guerra ha terminado.

Así se hará.

Tras tanto tiempo celebraremos su ascensión a su retorno, vayan y sirvan.

Se alejaron de la Arconte y en silencio bajaron los escalones.

Pelagos quiero que te quedes aquí preparando la ceremonia, no se como seremos recibidos.

¿Estás segura Kleia?… Ten cuidado.

Lo haré.

Bien, debemos implorar a los Abjurantes que retornen, solo así lograremos restaurar Bastión.

Nikolon y yo iremos a informar a nuestros aliados, nos vemos en el acceso.

Espera Uther… tengo algo que deciros… Siento todo lo sucedido, los recelos, el odio, las sospechas… estaba tan cegado por vengar a los caídos que no pude ver más allá de ello.

No te disculpes por eso, por desgracia muchos inocentes han caído y eso es algo que tendré que llevar sobre mis hombros el resto de la eternidad.

Tenemos que honrarlos cuando todo vuelva a su cauce, a todos.

Esto ha servido de lección para todos, no volveremos a dar lugar a algo así.

Si en Azeroth hubieran aprendido la lección… cuantos se hubieran salvado. Exhaló lenta y apaciblemente negando con la cabeza.

El alba llegará algún día, hasta entonces tendrán que proteger Azeroth de sus amenazas. Debemos partir de inmediato, nos veremos en el acceso al Templo. Alzando sus oscuras alas partieron.

Aún no me creo lo que acabo de presenciar… ¿Como alguien como yo ha estado en algo tan transcendental?…. Perdón, no es el momento para hablar de mi, enhorabuena por vuestro ascenso, se lo merecen.

Gracias, pero aún tenemos algo que hacer antes de celebrarlo.

Ya… Tengo mis dudas respecto si van a aceptar… me temo que no será fácil.

Tendremos que dar lo mejor de nosotros para lograrlo, debemos partir ya, nos veremos allí.

Está bien.

Bajando las escaleras se acercó a su leal Helios el cual le saludó con su habitual lametón.

Tu siempre te alegras de verme eh… acarició la cabeza del larión. ¿Que crees que debería hacer?. Olvidar mi vida es algo que me aterra pero por otra parte recordar a quienes hice tanto daño y sus familias es algo que no puedo quitarme de la cabeza. Se que aún queda para ello pero… es algo a lo cual no he dejado de darle vueltas desde hace tiempo. ¿Tu que harías?. Eres un larión, no serías capaz de entenderlo…

Este le puso una pata sobre la hombrera y alzó sus alas en toda su envergadura rugiendo al aire. Mordisqueando su coleta tiró hacia arriba, algo que le molestó.

¡Eh!. ¡Que eso duele!… Pero supongo que tienes razón, será mejor partir ya… aún no es momento para pensar en ello… o eso creo…

Como esperaba el larión subió en la montura alzando este de un impulso el vuelo, atrás quedaba de nuevo el Fuerte Elíseo.

Acceso al ahora llamado Templo de la Devoción.

Al llegar se encontró con una pequeña guarnición de Abjurantes tanto a los laterales como bloqueando las escaleras. Frente a estos pudo identificar a Kleia, Nikolon, Uther y Adrestes en lo que parecía una acalorada discusión, por lo que se acercó con calma intentando no levantar sospechas.

… por eso no van a escuchar.

¿Sucede algo Adrestes?.

No nos dejan entrar, dicen no creer lo que proclamó la Arconte.

Era evidente que algo así sucedería… frustrado suspiró.

¿Como osa venir aquí uno de sus mortales?. Deberíamos capturarte por tu apoyo a los kyrianos, más vale que tengas un motivo de peso para estar aquí.

Vengo junto a ellos para confirmar lo que han dicho de la Arconte, venimos para comunicarles que ya no es necesario olvidar el pasado.

¡Basta!. No se que les habrán hecho a nuestros hermanos, pero no volveremos a las mentiras de la Arconte…

Pero tienen que creernos, no podemos seguir matándonos entre hermanos.

Vosotros ya no son nuestros hermanos, kyriana. Última oportunidad, retírense o afronten las consecuencias.

Son tozudos… si escucharan la mayoría verían la verdad pero necesitamos poder entrar… Frunció el ceño sumergido en sus pensamientos. ¿Y si…?… no puedo creer que vaya a hacer esto pero… maldita sea más vale que funcione. Por el rabillo de su ojo vio la tensión entre los dos “bandos” de Abjurantes.

Yo también pensé así Skotadios, y acabó condenándome, debemos devolver a Bastión la paz, este conflicto solo ha sacado lo peor de nosotros.

Tu nos abriste los ojos de que significaba seguir a la Arconte, Uther. ¿Por que ahora quieres que volvamos a servirla?. ¿Que te han hecho?.

Está bien, esto no va a llevar a nada… nosotros necesitamos comunicar un mensaje y ustedes no nos dejan… entendible.

Entonces váyanse y no regresen jamás, no son bien recibidos entre los nuestros.

Se mordió el labio inferior a la que con puntapiés al suelo intentaba disimular el temblor en sus piernas.

Pero podemos negociar.

¿Negociar?… Nuestro camino no es negociable, mortal… tu ni siquiera entiendes nuestro sufrimiento.

Y es así pero… ustedes me querían capturar, ¿verdad?.

Sobre los tres mortales que sirven a la Arconte pesan los crímenes cometidos a nuestro pueblo… solo por esta vez te permito que te vayas.

Están de suerte pues, quiero entregarme… a cambio de que les permitan comunicar el mensaje de la Arconte.

¿¡Que!?… ¡¿Pero estás loco?!. ¿Como se te ocurre algo así?.

No te alteres Kleia.

¿Que nos haría aceptar una oferta tan ridícula?. Podríamos capturarte sin más.

¿Pero a que coste?. Podría acabar contigo y tu amigo antes de que pudieras defenderte… Sin tan fuerte es su convicción entonces el mensaje no cambiará nada para los suyos.

Estas jugando con tu suerte, espera un momento… y no hagan nada sospechoso, tenemos arqueros listos para disparar. Subió raudo las escaleras.

¿Acaso sabes las ganas que os tienen muchos de ellos?. Me apena ver a mis hermanos así pero… no quiero imaginar el destino que te aguarda en sus manos.

Es la única oportunidad que tenemos de entrar y lograr acabar con esto Uther, si no entonces jamás lograremos recuperar la paz.

Espero que sepas lo que haces. Esa preocupación… le recordó ligeramente al recuerdo que no hace mucho vio, algo que le hizo sentir un escalofrío.

Skotadios bajó tan raudo, casi tropezando. Está bien, se les concederá una oportunidad para pronunciar el mensaje de la Arconte a cambio del mortal, ni se les ocurra hacer nada sospechoso o acabaran muertos… mortal, entrega las armas._

Está bien… No le hacía gracia alguna entregarlas pero no tenía opción.

Dejó caer la espada, el escudo y la maza que fueron recogidas por Abjurantes y esperó.

Recuerden el trato, tenemos que comunicar a los demás el mensaje de la Arconte.

Nosotros cumplimos nuestra palabra, recuérdalo Nikolon y ahora detengan al mortal, debe ser ajusticiado.

Sintió como ataban con cuerdas firmemente sus manos a su espalda, si algo se podía decir de ese momento era que se había metido en las fauces del lobo.

Todos juntos y sin alejarse de mi, vamos. Un empujón le hizo caminar, subir las escaleras no fue fácil con las manos atadas desde luego pero al llegar a lo alto no pudo dejar de sentirse como un delincuente, no solo por verse rodeado de guardias, si no por las caras de recelo e incluso odio que muchos les dedicaban.

Una vez llegaron al final de la gran explanada pudieron ver exhortos centenares de Abjurantes a sus pies inquietos, como si de una gran marea negra fuera, por esos cinco invitados no muy deseados hablando entre murmullos y gritos.

De rodillas. Sintió un empujón tras las rodillas que le hizo caer.

¿Quien va a hablar?.

Hablaré yo… hasta no hace mucho fui como ellos.

Está bien Uther, pero no te creas que tu acercamiento a los kyrianos ha quedado inadvertida.

Al acercarse al borde se hizo el silencio más absoluto.

Hermanos, he de traeros un importante mensaje. Hoy al fin una nueva era se abre ante nosotros, una era en la que al fin nuestra voz será escuchada, una era en la que al fin podremos vivir con nuestros recuerdos, con quien fuimos en vida.

Muchos fueron los cambios que se sucedían a ojos de la Arconte y pese a ello ella siguió cegada ante las evidencias, fue por ello que decidimos alejarnos de un camino abogado a fracasar, por lo que iniciamos nuestro camino como Abjurantes y aún así… ella siguió cegada.

Por desgracia nosotros también nos cubrimos con una gruesa venda que nos impidió ver la verdad ante nuestros ojos, al intentar imponer sobre todos nuestro camino… y al igual que ella no hemos podido ver la realidad ante nosotros, la manipulación a la que el Carcelero nos ha sometido, alimentando nuestras dudas y haciéndonos sucumbir a ellas.

Hemos luchado una guerra fratricida en la cual solo el Carcelero ha ganado, una guerra en la que todos hemos perdido seres queridos que por desgracia nunca recuperaremos, pero jamás olvidaremos, es por ello que os pido que dejen las armas y estrechemos los lazos perdidos con nuestros hermanos kyrianos, hasta la misma Arconte al fin se ha quitado el velo sobre sus ojos y ha visto la verdad. Al fin la dictadura del olvido ha caído, al fin una nueva Bastión se abre ante todos.

Es por eso que os pido que dejen las armas y ayudemos a los kyrianos a crear un nuevo camino común, uno en el que todas las voces tengan cabida.

Nada más acabar un gran ajetreo se vio a sus pies, los murmullos dieron lugar a gritos entre indignados y confusos.

¿Acaso crees que vamos a creernos esa sarta de mentiras?. Es todo una trampa para acabar con nosotros cuando demos un paso fuera del Templo.

Deben creernos, lo que les depara a los Abjurantes son las Fauces, el Carcelero nos quiere convertir en sus lacayos Jurafauces.

Ya le dimos su oportunidad, ahora váyanse antes de que cambiemos de opinión.

¡¿No ha funcionado?!… maldita sea. Miró nervioso a sus lados, mirase por donde mirase, guardias. No puede acabar así…

Pero mírelos, están confusos, dejen que cada uno elija su destino.

No te reconozco Nikolon. ¿Te han hecho olvidar en tu cautiverio?.

En absoluto. ¿Es que no ves que estáis decidiendo su destino como hicieron los kyrianos con nosotros?. ¿No fue por eso por lo que dejamos la curia?.

Váyanse ya o tendremos que detenerlos…

¡PASO!. ¡NO SE ACERQUEN!… ¿ES QUE QUIERES MORIR?, ¡ALEJATE!. Alguien se acercaba gritando con todos el aire de sus pulmones alertado.

¿A que viene ese alboroto?. ¡Todos en alerta!.

Intentó mover las manos, imposible, las ataduras estaban realmente firmes.

Pero… ¿Pero que ese monstruo que traen?… ¡En guardia!. No debe quedar libre.

Movió un poco la cabeza y logró ver la causa de tanto alboroto… un ser alado negro ataviado en una siniestra armadura llena de clavos.

Un Jurafauces… Eso es lo que os espera si siguen al Carcelero.

¿Y como se que no es algo que han hecho ustedes?.

¡¿De verdad crees que haríamos algo así?!. Enfurecido deseaba darle un puñetazo a aquel arrogante Abjurante.

¡No son más que parte de un ciclo roto!. ¡Pronto su plan se hará realidad!. ¡Ya han perdido!.

Yo… ¿Acaso ella es…. es… Dejó caer su lanza. …lo que dijeron… era cierto… nos han utilizado.

Una Jurafauces, el mortal tiene razón… por desgracia he visto como muchos hermanos acabaron convertido en esas retorcidas almas… Nuestros enemigos son quienes han hecho esta herejía, quienes han causado nuestro conflicto.

Está bien Uther… muestrasela a todos y que decidan, no se que decir pero…

Está bien. Acercó a la Jurafauces al borde, lo cual no quedó inadvertido para los ya estupefactos espectadores, que gritaron en pánico al verla.

¡Esto es a lo que os lleva seguir al Carcelero!. Desde el inicio nos ha manipulado y hecho creer que nos llevaría a una nueva senda donde seriamos escuchados y sin embargo su plan era convertirnos en sus retorcido séquito.

Uther tiene razón, como nuevo Dechado de la Devoción seguiremos una nueva senda común, fundamentada en la compasión y devoción por nuestra causa, no por lealtad, permitamos acompañarles en la nueva era que ante nosotros se abre para Bastión.

Depositamos en sus palabras nuestra confianza, decirle a la Arconte que este conflicto ha concluido… liberen al mortal y devolverle sus armas.

De golpe sus manos volvían a ser libres y fue ayudado a ponerse en pie.

Sentimos las molestias, y pensar que ibas a ser ejecutado…

Palideció. No he visto gente más terca en mi vida… supongo que debemos informar de ello para que dejen de veros como enemigos. Se acarició las enrojecidas muñecas.

Nosotros nos quedaremos un rato más, ve de inmediato e informarles en mi nombre, es necesario reconstruir el sigilo que el Carcelero nos arrebató. Haz que las campanas del Fuerte resuenen.

Así se hará Adrestes.

Sin más dilación salio del Templo y bajando las escaleras subió a Helios que esperaba lamiéndose las alas.

Un poco después, Fuerte Elíseo.

Tras llegar corrió raudo a la gran nave que servía de aposentos a la Arconte y los cuatro de los ahora cinco dechados e informó de los recientes sucesos.

Entonces Bastión vuelve a estar unida, que estos desafortunados hechos sirvan de lección para todos, hagan sonar la campana para que nuestros hermanos Abjurantes sepan que les escuchamos… en cuanto a ustedes mortales, les debemos la existencia de nuestro reino.

Es un honor escuchar esas palabras pero creo que solo hicimos lo que debimos, además, me temo que aún tenemos una gran amenaza por delante… una que me temo que puede acabar con todo por lo que hemos luchado.

Acabaremos con el Carcelero todos juntos, con su coraje logramos unir Bastión en sus tiempos más oscuros, ahora lucharemos unidos por un nuevo futuro para las Tierras Sombrías. Que este tañido de victoria sea el primero de muchos que nos aguardan.

Alzando el vuelo Xandria se alzó a la altura de la inmensa campana que dominaba todo el Fuerte y concentrando ánima golpeó, iluminándose esta del espectral celeste, resonando con tanta intensidad que le obligó a taparse los oídos…. Y sin embargo no era estridente, si no dulce… una melodía como pocas había escuchado en su vida y a pesar de los ensordecedores tañidos le resultó, al alejarse un poco, agradable.

Acompáñame y escuchemos su respuesta.

Dechada y mortal fueron al extremo de una de las alas del Fuerte, donde los tañidos ya no eran estridentes y en silencio esperaron.

¿Necesitan algo?. Sika se aburre.

Ahora no, necesitamos silencio.

Vale, Sika estará callada.

Esperaron… y esperaron… y siguieron esperando impacientes cualquier respuesta pero nada, solo la cercana campana se dejaba oír.

Quizás no llegue su sonido, está apartado.

Las campanas de los Templos se escuchan en todo Bastión, deberí… ¡Escucho algo!.

El no escuchaba nada foráneo, pero contuvo la respiración. Instantes después creyó escuchar algo y de repente… Ecos de tañidos lejanos, eran inconfundibles esos tañidos, más graves que las de la cercana campana.

No puedo creerlo… al fin ha concluido este conflicto, por fin ha vuelto la paz a nuestro reino.

Eso parece, me alegro saber de ello pero… mucho se ha perdido por el camino me temo.

Desgraciadamente tienes razón, todos serán honrados indistintamente de si fueron Kyrianos o Abjurantes y… juro que no descansaremos hasta que el último Jurafauces abrace el Olvido.

Aún tengo mis dudas, pero creo que al fin parece que los primeros rayos de esperanza empiezan a verse.

Esperanza, eso es algo que perdimos cuando empezó la sequía y que ahora se nos ha sido devuelta. Debemos difundir por todo el reino lo sucedido y ascender a Adrestes en las Agujas de la Ascensión, hecho para el cual los tres están invitados por supuesto.

Celebrar la ascensión de un nuevo Dechado es algo que solo se da en muy raras ocasiones por lo que he leído… ¿Estás segura que unos mortales deberían estar allí?.

Sin ustedes no habría Dechado de la Devoción y seguramente reino, es lo mínimo que podemos hacer tras el coraje y lealt… perdón, devoción, que han demostrado ante sus hermanos.

Entonces será todo un honor asistir a tal evento, seguro que Valerie y Argent también estarán honrados de acompañarles.

Debes ir acorde a una situación de tal envergadura, aseate y viste algo acorde a ello. He de asegurarme que todos sepan de lo sucedido.

Por supuesto.

Durante las siguientes horas las campanas de todos los Templos sonaron al unísono anunciando el fin de la peor era que el reino había sufrido, tiempo que aprovechó para un merecido baño y cambiar la armadura por una nueva toga, sobria pero con dorados motivos.

Espero que esta me dure más que las anteriores…

Unas pocas horas después

Retornó al Fuerte tan rápido como pudo y para su sorpresa el ambiente que en esta imperaba contrastó drásticamente con lo que no hacía mucho dejó. No solo le sorprendió la presencia de Abjurantes hablando como si nada con su contrapartes Kyrianas, si no el ambiente festivo de todos los presentes. Parecía como si las largas caras de preocupación y discrepancia que desde siempre veía no fueran más que un mal sueño de un distante pasado que no quisiera recordar.

¡Vaya!. ¿Quien diría que ese mortal con pintas de guardián se vería tan arreglado?.

¿Eh?… Si es una simple toga como las demás que he llevado.

Y te ves mejor que con la armadura, ojalá no tuvieras que llevarla tanto.

Me temo Kleia que el camino que inicie me obligará a llevarla hasta el día de mi muerte… ¿Y Pelagos?.

En las Agujas, están casi todos allí… deberíamos ir cuanto antes, hay muchos que quieren agradeceros lo que han hecho por nosotros.

Aún me suena raro eso de “agradeceros”… pero podría acostumbrarme a ello y… creo que no quiero seguir con esa prueba.

¿Que prueba?.

Creo que quiero conservar mis recuerdos, no solo ustedes si no yo he aprendido mucho de este viaje y… no quiero olvidar a mis seres queridos de Azeroth, a mis camaradas perdidos e incluso, aunque me duela… las fechorías que cometí, son hechos que por mucho que olvide no se podrán revertir y creo que cargar con ello será mi penitencia, aunque lucharé por superarlo.

Negó con la cabeza. Es la mejor decisión que podías tomar, me preocupaste cuando quisiste olvidarlo todo y me opuse a ello, has crecido mucho desde entonces.

Yo… gracias por ayudarme.

Es lo mínimo que podía hacer por un Aspirante, y ahora vayamos a las Agujas, no les hagamos esperar.

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