Caminantes de las fauces

Oribos, en una improvisada camilla seguía reposando con más vendas que cuerpo incapaz de moverse, aunque para su suerte su fiel camarada le hacía compañía.

Así que van a restaurar a la Enjuiciadora… menos mal y maldita sea, ¿De verdad tengo que seguir aquí tumbado sin poder hacer nada?.

Ni se te ocurra, recuerda que a duras penas lograste salvar tu cuerpo.

Ya, no tienes que repetírmelo… Se acaba al fin esta “aventura” pero… ¿Que nos depara?.. Las cosas parecen calmadas en Azeroth salvo el tema de la Plaga.

Deberíamos unirnos a la siguiente expedición de la Liga como te dije.

¿De verdad crees que van a financiar una expedición a una suposición?, “El este de Reinos del Este”… no suena más que una historia para contar a los niños antes de dormir.

Tengo entendido que este… ¿Whration?.. no se como se llamaba el hijo de aquel condenado Alamuerte, buscaba un lugar de leyenda entre los suyos.

¿Te refieres a las “Islas Dragón” verdad?..

Exacto.

No creo que sean más que folclore dracónico, mitos y leyendas para explicar su desconocido origen.

Tampoco sabíamos que existía Pandaria y nos encontramos en la bruma un condenado continente con una civilización avanzada… para alguien que ha pasado décadas encerrado en un condenado convento lleno de fanáticos desear explorar el mundo es algo cuanto menos… normal ¿Sabes?.

Entonces en cuanto a lo de las tierras… la forja, el entrenar iniciados… la milicia y demás… no te gustaría, ya sabes… un nuevo hogar.

Por supuesto que quiero volver a nuestra patria pero seamos honestos, tal y como está Azeroth me temo que aún queda demasiado para ello, no solo es inhabitable, si no que para colmo es tierra de nadie, como le dije a Drethz, nos hará falta ingentes cantidades de dinero si queremos cumplir nuestro objetivo y… Azeroth está arruinada en este momento, no se me ocurren más ideas que explorar nuevas tierras y con suerte, hacer dinero de ello.

Eres un soñador y… eso me gusta, me recuerdas cuando era un chaval. Está bien, cuando regresemos iremos al “Este del Este”, a las “Islas Dragón” o al fin del mundo si es necesario.

Abriamos avanzado en cuanto a los fondos si hubiéramos tomado algo de este lado del Velo pero dijiste que ni se me ocurriera…

No tenemos derecho a robar nada del reino de los muertos, y mucho menos de Zereth Mortis, ya sabes mi opinión sobre ello.

Me sigue sorprendiendo que un no muerto tenga ese código moral pero… creo que por ello estoy contigo.

Es lo que nos separa de ser unos descerebrados necrófagos y… ese “estoy contigo” ha sonado un tanto… peculiar y sin embargo, me reconforta.

Son muchos años ya y creo que… es algo más que camadarería lo que nos une, también me agrada como ha sonado.

Me alegro de haberte sacado de aquel monasterio y no matarte por el camino, nunca podremos estarle suficientemente agradecido a aquel Argenta.

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Días transcurrieron entre impaciencia y despedidas en Refugio. Con profunda pena vio atravesar aquella piedra a Aldana y Athor que, a pesar de no haber luchado junto a ellos más que en unas pocas ocasiones, habían sido más que grandes camaradas y sabiendo que posiblemente no volviera a verlos. Para su sorpresa la Anciana Ara también decidió retornar a Oribos ya no como anciana, si no como Al’Ara. Poco a poco también los refuerzos de Azeroth también se retiraron de aquel vergel, recuperando para regocijo de los restantes Iluminados la sempiterna paz que respiraban.

Otra vez en la cueva “de las despedidas” como la renombró, y frente a esta la joven elfa portaba una voluminosa y pesada mochila más grande que ella misma aguardando su retorno.

¿Entonces ya se ha ido?… ¿Es que no pudo ni despedirse?.

El siempre ha sido así, seguro que en este momento ya está despachándolos. Soltó una jovial risotada. No te preocupes, si no confías en el hazlo en mi.

Quiero hacerlo pero… tengo mis reservas.

Ya te he contado todo lo que piensa hacer a partir de ahora y estoy segura de que así lo hará.

Eso espero… deposito mi confianza en ti, has sido su compañera todo este tiempo.

Por supuesto, ha cambiado muchisimo desde que lo conocí, aunque parezca el de siempre se le ha ido esas ideas locas de su cabeza. Ya verás como no pasa nada raro y… Se ajustó con esfuerzo la pesada mochila. me temo que esto es un adiós, tengo muchos planes en la cabeza, muchos tomos pandaren atrasados que comprar pero antes… quiero darme un largo baño y dormir, hace mucho que no descanso.

Yo también quiero descansar pero… aún tengo cosas que hacer aquí, cuídate.

No te preocupes por mi, se cuidarme yo sola.

Que no tengas infortunios en tu vida y que la Luz te bendiga.

Igualmente. Adiós pequeño amigo. Tocando la piedra desapareció de su vista, como si nunca hubiera estado allí.

Adiós… Suspiró algo frustrado. Como odio las despedidas y… ¿Que fue eso de “pequeño amigo?…. Se dio la vuelta inquieto por los planes que la elfa le contó del no muerto.

¿Ya se fue?. Preguntó la alada figura.

¿Estabas esperándome Pelagos?.

Acabo de llegar, ¿Vuelve a vuestro mundo?.

Así es, ya quedamos pocos aquí y lo entiendo, ha sido mucho tiempo y estamos agotados… Pronto todo volverá a la normalidad.

Os echaremos de menos, créeme que lo haremos, no serán olvidados.

Es bueno saberlo… Por cierto, ¿Que tal esta la automa?.

Por eso he venido aquí, Saezurah está preparada.

¿¡Pero como no me has dicho eso antes!?. ¿Acaso no sabes el tiempo que llevo esperándola?.

Estaban despidiéndose y no me parecía correcto interrumpirles…

Tenemos que ir ya Pelagos, tenías que habérmelo dicho antes maldita sea. Enojado e impaciente se dirigió a la salida de Refugio.

Cueva de Firim, algo después.

Sudando a chorros llegó asfixiado y enrojecido a lo profundo de la cueva donde aguardaban no solo Firim y Saezurah, si no que también Kleia para su sorpresa.

¿Es que has venido corriendo?… Respira hondo.

Al fin hemos… llegado… Pelagos llegó igual que el. ¿por que… no hemos tomado… un Vombata?… Luchaba por respirar.

Había que… llegar… cuanto antes…

Vamos a crear una nueva Enjuiciadora, Saezurah sabe como hacerlo chicos. Firim parecía no caber en sí.

La sinfonía necesita voces, una tenemos, la otra no. El alma reposa en la Cripta de lo Eterno.

¿La Cripta de lo Eterno?… Eso esta al noreste pero creo que aún hay Jurafauces allí.

Así que ya hay un alma… En parte respiró aliviado. El noreste es donde… donde acabé con el… Parecía que la funesta mano del destino le arrastrase a aquellas arenas una y otra vez.

Pero en esa zona aún quedan Jurafauces, aún están cubriendo su retirada.

Por suerte no estamos solos Pelagos. ¿Quedan fuerzas de las curias Drethz?.

Si, dijeron que hasta que no restauremos a la Enjuiciadora seguirán en Zereth Mortis.

Menos mal, voy a Refugio a solicitarlas, vayan avanzando mientras.

¡Espera!. ¿Eso quiere decir que… habrá otro asalto como… el anterior?.

En absoluto, hemos sobrevolado esta zona sin parar y solo cubren su huida a las Fauces ahora que el Carcelero está muerto, solo tendremos que abrirnos paso a la Cripta.

Eso espero, no podría soportar otra matanza.

Te juro que no volverá a pasar… nos vemos allí. Volando salió de la cueva.

No se preocupen, tenemos la ayuda de mi querido Kbato… ¡Kbato ven aquí!. ¡No te hagas de rogar!.

¿Kbato?.

Si, es el automa de Firim, nos ayudará a llegar… si se digna a ello.

¡Kbato!. Necesitamos tu ayuda… esto… es muy perezoso… ¡No me hagas repetirlo!.

El gran automa parecía un orbe con brazos y piernas, como una versión mayor de Pocopoc que tras mucha insistencia de Firim se dignó a activarse y agacharse.

Al fin, todos a bordo, nos vamos de viaje.

¿Vamos a ir… sobre el?.

Claro, tardaremos menos que yendo a pie, arriba.

Con reservas acabó accediendo, y aunque incomodo se las apañó para medio acomodarse.

¿Estamos todos a bordo?. ¿Si?. Adelante Kbato, a la Cripta de lo Eterno.

Este se levantó de un golpe lo cual casi le hace caer pero pudo reponerse y menos mal, pues el automa empezó a caminar cada vez más y más rápido; para cuando habían salido a la superficie empezó a brincar cada vez más acelerado hasta que notó como surcaban la senda a una inusitada velocidad para el tamaño de Kbato.

Creo que llegaremos antes que nadie, ¿No es una pasada Kbato?…. cuando quiere.

Firim disfrutaba como un niño, no le cabía duda alguna y… si no fuera por que iban a aquel maldito yermo el también lo estaría haciendo.

Si…

¡Vamos Kbato!. ¡Más rápido!.

Una vez sobre el archiconocido valle, en aquella plataforma sobre el bastión Jurafauces.

Bajaron del automa para acercarse al borde de la plataforma con cautela.

Hemos llegado los primeros, bien hecho Kbato, ¿Ves como cuando quieres eres el mejor?.

Shh. Llegó al borde. Maldita sea, esta hasta los topes… ¿Por que huyen?.

A sus pies la gran masa negra atravesaba la inmensa falla en caótica retirada como si de ello dependieran sus míseras existencias pero… parecía no tener fin la oscura marea pues aunque se aplastaran por cruzar la falla no dejaban de venir al valle centenares de ellos por todo medio.

Verán amenazadas las Fauces… o puede que sin su líder la anarquía se haya impuesto y simplemente quieran salvarse.

Eso es bueno para nosotros ahora Pelagos pero… Recordó lo hablado con Beledori sobre el destino elegido por Aiden. Puede que también sea una amenaza.

Ya he vuelto. Pronto llegarán nuestros refuerzos. No logró escuchar su aterrizaje.

Hola Kleia. Por cierto ¿Donde están la Cripta?.

Eso es lo malo, está al final del valle, en las montañas por lo que habrá que abrirse paso.

¿Algún plan?. Si nos acercamos nos arroyarán.

Kbato.

¿Como que Kbato Firim?. Miró extrañado al automa.

¿Por que crees que le hemos hecho venir aparte de tener un divertido viaje?.

Para abrirnos paso potenciándolo, aplastaremos a todo el Jurafauces que nos crucemos.

Sonidos de aleteos, pesadas pisadas y rozar de piezas metálicas se acentuaban por momentos.

Y por suerte nuestros amigos nos cubrirán. Señaló Firim al nutrido ejercito de las unidas curias que al poco llegaron.

Todo listo para cumplir sus ordenes, mortal. Saludó con respeto el inmenso Maldraxxi de oscura armadura.

Tu debes ser…. ¿Mevix verdad?.

Así es, lidero esta expedición maldraxxi, ¿Ordenes?.

Ansiedad fue poco para decir que sintió al ver al nutrido ejercito esperando sus ordenes. Tragó saliva e intentando mantener calma se dirigió a este.

Bien, debemos llegar a la Cripta en lo más profundo del valle, iremos en el automa pero… tendremos que ser cubiertos cuando atravesemos la “marea” Jurafauces, no pierdan el tiempo con ellos, nuestro objetivo es llegar a la Cripta. Ya habrá momento para liquidarlos en las Fauces cuando no se nutra de almas.

Un plan simple pero efectivo… cuando de la orden cargaremos.

De acuerdo, ¿Como vas a potenciar a Kbato Firim?.

Con el núcleo de energía superpotenciado que cargué con las energías del Sepulcro, va a tardar unos minutos así que eviten que se acerquen. Extrajo del interior de sus harapos un extraño orbe con motivos geométricos orbitándolo que brillaba como mil soles y lo dejó junto al automa. El orbe reaccionó a su presencia y empezó a imbuírlo con un cegador enlace de luz. Yo me apartaría un poco, si falla podría explotar y… da igual ahora que lo pienso.

¿Como que… da igual?.

Si explota todo el valle quedaría vaporizado al instante, y nosotros con el…. pero la posibilidad es ínfima, o eso creo.

¿¡Qué?!. Más vale que no lo haga… más te vale.

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El orbe palidecía por momentos para su alivio, tan absorto estaba con este que se sorprendió al ver el destacable crecimiento del automa… aunque era más que destacable sin duda alguna, pues tuvo que retroceder para alcanzar a ver su cúspide.

Y… se acabó, Kbato está listo para todo. ¡Kbato arrodíllate!. Tenemos que subir y no pienso escalar.

Este cumpliendo la orden de Firim se arrodilló frente a ellos, aún así Firim tuvo que escalar.

Suban, no podemos perder el tiempo. Tanto Pelagos como el subieron, como pudieron, sobre Kbato que nada más acomodarse otra vez se alzó.

¿Podemos atacar ya mortal?. Nos reclaman en infinidad de curias y necesitamos nuevos efectivos.

Ahora mismo Mevix, Firim haz que Kbato avance.

Ya has escuchado Kbato, llévanos a la Cripta.

Ya les han escuchado, Maldaxxi, a la vanguardia, los demás cubran la retaguardia.

Avanzaron al fin sobre el gran automa descendiendo las empinadas pendientes hasta llegar a las arenas del gran valle donde no tardaron en ser recibidos por Jurafauces que aplastados por los Maldraxxi no lograron ofrecer resistencia alguna.

Nos estamos acercando a su grueso, todos en formación de defensa. Los maldraxxi alzando sus escudos recubrieron al resto de curias y Kbato, en efecto frente a ellos la gran nube de arenas se alzaba.

Agarraos bien chicos, vais a ver el poder desatado de Kbato. Firim parecía un niño con un juguete nuevo.

Miró a su alrededor. ¡¿Agarranos a que?!.

¡A por ellos Kbato!.

Atravesó la asfixiante nube de arena para… entrar en el infierno, cientos de Jurafauces de todo tipo huían como almas perseguidas por el Tarragrue a su alrededor, de entre todos el estruendo del metal rozando y las pisadas uno se alzaba sobre el resto, el de los crujidos de Jurafauces siendo aplastados por los suyos. Mirase donde mirase no veía más que el mayor de los caos.

¡Ahora Kbato!. ¡Aplástalos!.

El automa rotó sobre su eje, lo que le desconcertó. ¿¡Eh?!…. ¿Que piensa hacer?.

Como si de un resorte fuera liberó su fuerza al girar, destrozado todo cuanto alcanzó su puño.

¡Si!. ¡Los has hecho picadillo!. ¡Vamos Kbato ábrete paso!.

Y Kbato bien que lo hizo, a base de demoledores puñetazos fue avanzando poco a poco abriéndose paso por la marea de Jurafauces. Una rotación, unos metros, otra rotación, otros pasos. Poco a poco avanzaron por la inmensa marea hasta que al fin, y para alivio de sus ocupantes, cruzaron otro muro de arena para volver a ver la luz de nuevo.

Ese automa es increíble… sería una gran incorporación a nuestras filas.

Lo siento Mevix, pero Kbato pertenece a Zereth Mortis… ¡Buen trabajo chico, le has demostrado quien eres a esa basura!.

Me quiero morir… Intentaba por todo medio aguantar las arcadas.

Por la Arconte, eso ha sido horrible. ¿Podemos bajar Firim?.

Aún no, van a ver el arma secreta de Kbato cuando lleguemos.

No más giros por el amor de la Luz, solo te pido que no más giros.

Es algo mucho mejor, ya lo verán.

¿Falta mucho?… de verdad, necesitamos tomar tierra.

Allí en el horizonte, unos minutos a lo sumo.

Aguantando sus incesantes ganas de vomitar cruzaron las arenas hasta que al fin, como si del maná fuera, llegaron al final de este, al inmenso muro de roca cuyo inmenso portón triangular dorado les aguardaba salvo que… sus entrañas estaban selladas por un gran muro oscuro.

Lo sabía… Esos dos pilares sellan el acceso… más nos vale que funcione pues si falla entonces…

¿Entonces… Una ardiente bola en su garganta quería subir.

Se quedará sin energía y fin del camino.

Los dos oscuros pilares al frente al acceso no dejaba lugar de quienes eran sus artífices.

Kbato… pulveriza esos pilares.

Este juntó sus manos con las palmas de frente apuntando a los pilares y… nada.

¿Acaso esto va a funcionar?…

Dale un momento.

Al poco una pequeña luz en el centro de estas emergió, haciéndose cada vez más y más grande.

¿Ven?. Un poco más… un poquito más… con paciencia… concentración… y…

Kbato lanzó un sobrecargado haz de luz al pilar… que atravesó el otro pilar y… pulverizó una lejana roca e…. impactando con una aún más lejana montaña.

…fue…go. ¡Maldito seas!. ¡Has estropeado mi línea Kbato!.

Tanto Pelagos como el quedaron con las mandíbulas desencajadas al ver tal alarde de poder.

Bueno ya podemos entrar, Kbato, quédate resguardando la entrada. Arrodillándose bajó Firim de un salto y el resto de ocupantes prácticamente se dejaron caer.

Definitivamente, necesitamos algo así en nuestras filas… Maldraxxi, protejan la Cripta.

Nada más entrar en la Cripta se quedó perplejo por el tamaño y la belleza de este, el gran corredor dorado le recibía prístino como si hubiera sido minuciosamente limpiado a conciencia.

Este lugar es increíble, ¿Quienes fueron esos Primeros?.

No hay tiempo para esas preguntas Drethz, céntrate.

¿Cuando llegaste aquí Kleia?.

Sobre vosotros. ¿Ha sido divertido su viaje verdad?.

No quiero hablar de eso…

La próxima os llevaré yo Pelagos.

Frente a ellos Saezurah apareció junto la protoforma.

Seguir, en las Criptas una nueva Enjuiciadora Aguarda. Empezó a avanzar junto a la protoforma por la cuesta que al corazón de la Cripta daba.

Creo que… debemos seguirla.

Y ello hicieron, nada más llegar al centro de esta cuatro peculiares automas aguardaban inactivos alrededor de la plataforma central, frente a sus respectivos cuatro pilares.

Así que aquí es donde una nueva Enjuiciadora… nacerá… ¿No es increíble que vayamos a presenciar algo de tal magnitud?.

La canción vuelve a resonar, los arúspices deben cantar. Saezurah dejó en el centro de la plataforma la protoforma. Una nueva Enjuiciadora aguarda.

¿Que alma vamos a usar?.. No veo ninguna.

En las Cámaras aguarda, el ritual la reclama.

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Alejándose un poco de la plataforma aguardó nervioso y expectante junto a los demás.

Los arúspices el ciclo roto restaurarán con su canto, la melodía ha de resonar.

Los “arúspices” entonando una suave melodía mecánica, pero a su vez natural empezaron a imbuir de energía a la protoforma en el centro de la sala que alzándose sobre sus pies volvió a erigirse.

Es increíble, estamos viendo algo único. Ignoró el entusiasmo de Firim.

Poco parecía quedar al fin para finalizar la ceremonia cuando junto a la protoforma emergió de una falla un Nathrezim.

¡Ja!. No os permitiremos interrumpir el flujo de almas necios. ¡A ellos Argus!. Vuelve a destruir a la Enjuiciadora.

Lo siguiente que vio fue el dorado techo sobre el, al levantarse sintió la molestia en su torso y… los “Arúspices” yaciendo en el suelo a los pies de aquella… “Cosa”… o lo que antaño llamaron el Alma de Argus.

¡Maldito Nathrezim!. ¡Acaben con el!.

Este cayó acribillado por virotes y flechas de los lejanos Venthyr.

Arg… Empuñó su maza. ¿Están… bien?.

¡Páralo!. ¡Está consumiendo las almas!. Argus drenaba fuerzas de los celestes orbes alrededor de la caída protoforma, sediento de poder.

¡El dolor!. ¡La Legión quiere que acabe con todo!.

¿Esos orbes son las almas?. Corrió frente a Argus que, en gritos de agonía, no dejaba de drenar el orbe.

Atacó a este con todo lo que pudo pero no lograba golpear más que un carmesí muro, por mucho que lo intentara nada era capaz de traspasarlo, ni poder sagrado, ni ánima, nada, solo lograba ver ante el como por instantes se hacía más y más grande.

¡Destruye el orbe!. Grito la kyriana.

¡Pero entonces no habrá Enjuiciadora!.

No queda otra. ¡Destrúyela!.

No Kleia… ¡No puedo hacer eso!.

¡Nos matará a todos!. ¡Encontraremos otra forma!.

Sin querer escucharla intentó todo lo que puso traspasar la inquebrantable barrera pero fue imposible, parecía un férreo muro que no dejaba de aumentar por momentos.

Maldito sea… no ha acabado con el primer orbe y está así, si logra drenar todas… Frunció el ceño frustrado. No me queda otra…

¡Corran todo lo que puedan!. ¡Ahora!. Alzó su maza y rogando a la luz su protección golpeó el orbe con todo lo que pudo, el resplandor le cegó, sintiendo gran dolor en su torso una vez más antes del gran impacto que sin aliento le dejó.

Mi cabeza… Desorientado se levantó apoyándose en su maza. … ¿Argus ha muerto?… Miró a la plataforma, donde la siniestra figura de enorme guadaña hacía acto de ausencia.

¿¡Estás bien?!. Pelagos se le acercó corriendo.

A la plataforma ya, tenemos que reanudar la… Recordó el orbe. que sigan allí. Corrió lo que el dolor le permitió al centro de esta, para ver la desoladora realidad ante sus ojos.

No están, han quedado… destruidas.

Kleia fue la única que logró hablar ante el desolador panorama.

La canción esta silente.

Se acercó a la protoforma y agachándose la inspeccionó. Milagrosamente está intacta… ¿Quedan más almas Saezurah?…

Las cámaras yacen silentes.

Eso significa que… se ha acabado, hemos… fallado. Se echó la mano a la frente.

No puede ser, eso significa que… no habrá Enjuiciadora.

Eso me temo Firim, ¿Se te ocurre algo Drethz?. Sintió a Kleia a su lado.

¿La ceremonia… se llegó a acabar?.

Una arúspice, una base.

Una arúspice… La miró. Eso quiere decir que solo nos falta un… Exhaló con profundidad. Está bien, acabemos con esto.

¿Se te ha ocurrido algo?.

Si… ¿El destino puede ser cuanto menos retorcido verdad?. Miró a los ojos de Kleia.

¿Que quieres decir?.

Ni en mis sueños más alocados imaginaba que esto acabaría de este modo… ¿Cómo el hijo de unos humildes taberneros iba a acabar… así.

No te entiendo, ¿De que demonios hablas?. Inquieta y nerviosa, la pobre kyriana parecía no entenderle.

Está bien… tienen su alma. Se levantó resignado mirando a Saezurah.

¿¡Que!?…. ¿No estarás pensando en…?

Si Kleia, es lo que crees, ¿Recuerda lo que os prometí cuando llegué verdad?.

¡Pero no tiene que ser así!.

¿Acaso tenemos otra opción?. Adelante Saezurah, hay que evitar que más almas lleguen a las Fauces.

Sintió sobre su hombro el firme agarre de Pelagos.

Me ofrezco yo.

¿¡Pelagos?!. Tu no puedes…

Has sacrificado mucho por nosotros, he pasado todo este tiempo mirando como una tras otra vez lo arriesgabas todo por nosotros, por mi… Es el momento en el que yo de algo a cambio.

Pudo ver en sus ojos la convicción que le llevaba a ello.

Pelagos… ¿De verdad estás seguro de ello?… una vez que lo hagas… no hay vuelta atrás.

Si, tienes una vida que vivir aún… no puedo permitir arrebatarte eso y además, este debe ser el motivo por el que no lograba ascender, me auguraba un destino… distinto.

No tenía palabras, simplemente no era capaz ni de moverse.

No puedo dejar que me dejes Pelagos… no puedo permitirte irte… Entre sollozos Kleia se ahogaba.

Pero nunca nos separaremos, nuestras almas están vinculadas para siempre, y eso no hay nada que lo rompa, estaremos juntos por siempre.

Aún así… no poder verte…

Déjale… ha tomado su decisión…

¡¿Como puedes decir algo así?!. ¿¡Es que acaso…

Yo tampoco quiero verle irse pero… ha tomado su decisión… y tenemos que cumplirla… Sintió caer lágrimas por sus mejillas.

Quiero al menos abrazarlo una última vez… sentir su calor…

Por supuesto Kleia. Ambos kyrianos se acercaron y abrazándose entre ellos se congeló el tiempo.

Siento su perdida… esto no tenía que haber acabado así.

Como dije Firim, el destino parece tener un pensamiento retorcido para sus peones…

Separándose Pelagos aguardó frente a la levitante Saezurah.

Una nueva voz, libremente ofrecida.

Pelagos flotó frente a ella junto a la protoforma que frente el se alzó y… la tocó, cegándolo con ello.

¡Mis ojos!… En el nombre de la Luz… ¡¿Pelagos?!.

Frente a el flotaba Pelagos, tal y como recordara la angelical figura de la Enjuiciadora… salvo que ahora un Pelagos de dorado rostro la encarnaba.

Pelagos… ¿¡Eres tú?!.

Por supuesto Kleia… y mucho más, ahora se que mi lugar está en lo alto de Oribos, guiando a las almas a sus nuevas vidas.

El patrón está completo, volver al trono debemos. En el centro de la sala un portal se abrió.

El portal al corazón lleva, tardar no deben.

¿Nos está invitando a… entrar?…

Pelagos atravesó el portal, por lo que se atrevió a atravesarla para verse, otra vez más, en aquel lugar que tan malos recuerdos le embaucaba.

Así que lo alto de Oribos… Kleia tras el apareció y una más que familiar figura del otro lado de la plataforma.

Escucho su voz… ¿Acaso un nuevo Enjuiciador volverá a cumplir el Propósito?.

Así es, Tal-Inara… al fin todo volverá a la normalidad.

¿Es un lugar hermoso, no creen?. Pelagos se situó en el puesto donde su predecesora se situaba.

El cielo vuelve a ser azul… hacía tanto tiempo que no lo recordaba.

Nunca más un alma acabará en las Fauces, a partir de ahora todas tendrán su justo juicio, miren a los portones del horizonte, van a ver algo extraordinario.

¿Los portones?… ¿Te refieres a…

Exacto amigo mio, estoy reconduciendo el flujo de almas, al fin has cumplido tu promesa. Gracias.

Los miles de flotantes portones se abrieron al unísono mostrando sus portales y poco después alrededor de ellos miles de almas rodearon la plataforma para encauzarse en miles de afluentes a sus merecidos destinos.

¿Todas esas almas… van a sus nuevas curias Pelagos?.

Así es mi querida Kleia, todas están siendo juzgadas al fin, como merecen… al fin la sequía se acabará.

Eres increible Pelagos, al final has ascendido mucho más alto que todos nosotros, te prometo que te visitaré a menudo.

Eso me congratula y recuerda, estamos vinculados por siempre Kleia.

Lo se Pelagos.

En cuanto a ti Drethz… nunca te podré agradecer lo suficiente lo que has hecho por todos nosotros, sin ti y la inestimable ayuda de todos tus camaradas mortales esto jamás hubiera sido posible, las Tierras Sombrías estarán en deuda por siempre con vosotros.

No era necesario, solo hicimos lo que era necesario, al fin logramos salvar a las almas de acabar en las Fauces pero… me temo que las que acabaron allí siguen atrapadas… ¿Hay alguna forma de liberarlas?.

Me temo que no puedo traerlas, pero podemos salvarlas, aunque me temo que será un trabajo largo y arduo, pero te prometo que algún día la última alma que quede en las Fauces será rescatada.

Odio admitirlo pero… creo que eres perfecto para ser el Enjuiciador, será un honor que juzgues mi alma cuando me llegue el día.

También lo será para mi, pero hasta entonces te deseo lo mejor en tu vida.

Gracias.

Siento que suene abrupto, pero creo que deberían volver a Bastión, estoy seguro que pronto algún alma llegará allí y todo debe estar perfecto para recibirla.

Tenemos que informar a todos de esto… ¿Podrías abrirnos un portal a Bastión, Tal-Inara?.

El ánima vuelve a fluir, al fin la pesadilla ha acabado… lo tendrán cuando bajen.

Bien. Tal-Inara desapareció de su vista.

Antes de que se vayan, esa “Sylvanas”… ¿Que sucederá con ella?.

Es una buena pregunta Pelagos, nos ha ayudado al final pero… también ayudó a provocar esto, supongo que será juzgada.

Sobre sus hombros pesan muchos crímenes Kleia, no solo los cometidos en las Tierras Sombrías, si no contra Azeroth, creo que pronto se dictará justicia contra ella… Regresemos a Bastión, hay que informar a todos de inmediato.

Pelagos… debemos irnos pero recuerdame, por favor.

Siempre lo haré.

Bajaron a la sala donde tantos sucesos se dio… y donde ya no había fragmentos del Yelmo de Dominación, si no un portal directo a Bastión.

Siento abusar de su generosidad Tal-Inara pero… ¿Podrían informar a Refugio de la gran noticia?.

Ya hemos enviado emisarios a las curias, vayan a informar Bastión cuanto antes.

Gracias.

Atravesaron el portal, siendo golpeados por el olor a incienso y la suave brisa nada más llegar.

Hemos vuelto a casa… Pelagos…

Lo visitaremos pronto Kleia, debemos informar a la Arconte cuanto antes.

Lo echaré de menos.

Yo también Kleia, yo también.

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Refugio, Zereth Mortis.

Multitud de efectivos de las cuatro curias unidas no dejaban de cruzar la piedra incesantemente en formación para alivio de los Iluminados, sentado junto a la plaza central no dejaba de ver como fila tras fila retornaban a Oribos.

¡Deben quedarse!. ¿Y si vuelven a atacarnos los Jurafauces?.

No volverán ni los Jurafauces ni ellos, al fin Zereth Mortis volverá a ser como los Primeros la dejaron.

Entonces nosotros también tenemos que irnos Kreth, no seas hipócrita.

Si la Alma en Pena no hubiera ayudado a Zovaal el ciclo de la muerte no se hubiera roto, es todo culpa de esa Sylvanas.

No dejaba de escuchar la discusión entre ambos ancianos mientras bebía de su café.

Así que esta es la última vez que piso este extraño lugar… en fin, una memoria que nunca olvidaré. Dio un sorbo a su taza.

¡Y yo te digo que aún hay Jurafauces!.

¿Pero no has estado allí arriba?. Yo mismo he visto como el último de esa basura atravesaba aquella falla. ¡Se fragmentó como si fueran hilos!.

Yo hasta que no se vayan todos no me fio, ¡Alguno podría ser un Nathrezim infiltrado!.

Estas demente, Kreth, ¿Seguro que no quieres volver a Oribos como hizo Ara?.

¡Jamás!.

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Fuerte Elíseo.

Que detalle de su parte, nos ha llevado al Fuerte directamente.

Si pero. ¿Donde está todo el mundo?… Mirase por donde mirase solo habían nemis y guardianes resguardando la gran plaza. Esto es raro, ¿Ha pasado algo en mi ausencia?.

Nada en absoluto, desde que fuiste a Zereth Mortis todo ha estado bastante calmado.

Ten cuidado, esto no me da buena espina. Avanzó frente a Kleia con la mano en la empuñadura de la espada y con mil ojos subió las escaleras hasta llegar a lo alto del complejo donde caminando con cautela se acercó a la Arconte.

Que extraño… los guardias están “normales” y la Arconte parece normal.

No te distraigas, puede ser una trampa. Se cercioró de que nada siguiera a la Kyriana hasta que al fin llegaron a los pies de la Arconte.

Al fin llegaron, baja el arma, no hay ninguna amenaza.

Pero… ¿Donde está todo el mundo?.

En el Vestíbulo de la Eternidad aguardando a la primera alma, alma que no podría llegar sin las hazañas que han acometido en Zereth Mortis.

Entonces ya sabe todo lo sucedido verdad.

En efecto, siento que hayan tenido que acabar con mi… hermano, pero fue el quien se labró su fin.

Veníamos a informar de otro suceso…

Se de la ascensión de nuestro Pelagos, en buenas manos queda el rango de Enjuiciador y en su juicio y criterio dejo tal solemne función.

Eso significa que… ¿Esta era de decadencia y oscuridad ha concluido?.

Así es, pero no podemos bajar la guardia, mucho queda por hacer para que nuestro reino… no, las Tierras Sombrías vuelvan a su gloria. Mucho tendremos que trabajar para lograr tan objetivo, pero gracias a ustedes al fin hemos visto el alba de una nueva era que lucharemos para que sea mejor que la que dejamos, Bastión nunca olvidará lo que han hecho por nosotros.

Es… todo un honor escuchar esas palabras, yo también les debo mucho a ustedes, si no hubiera venido hubiera acabado consumido y… no quiero imaginar como hubiera acabado…

Prepararemos un homenaje cuando vayan a partir de vuelta a su mundo, es lo menos que podemos hacer por quienes han evitado nuestra desaparición.

La vuelta a nuestro mundo… Pensó en el significado de ello y que haría al volver.

Sepan que serán recibidos con los brazos abiertos una vez retornen por formas convencionales, ahora pueden partir con mi bendición a recibir a la primera alma que entra en nuestro reino.

Así se hará.

Retirándose volvieron a la plataforma donde aguardaba Mikanikos.

Veo que han hablado con la Arconte. ¿Van a ir a recibir el alma?.

Claro Mikanikos, esperemos que no llegue antes de nosotros.

No lo hará, seguirme.

Sin más opción siguieron al Administrador que se detuvo delante de una pequeña plataforma hexagonal.

¿Qué es esto Mikanikos?.

Esto es en lo que estaba trabajando antes de la Sequía, Kleia.

¿Pero que es?.

Una plataforma de transporte, lo hice pensando en los Aspirantes que no pueden volar, simplemente se subes a ella y te lleva al instante a tu destino, instalé en sitios clave plataformas pero… funciona con ánima y justo cuando iba a probarlas se cerró el “grifo”.

¿Estás seguro de que me llevará al Vestíbulo?.

Por supuesto… aunque no pude probarlas.

En Azeroth también se usan a veces estas cosas, creo que lo probaré.

Así me gusta, por cierto, quiero que me hables de tu mundo antes de volver, Valerie y Argent apenas han soltado palabra.

Está bien… pero una vez encuentre un hueco libre.

Hecho.

Subiéndose a la plataforma vio como esta brillaba con el archiconocido brillo azul celeste a sus pies y recordó el Vestíbulo, apareciendo en este al instante.

Al fin un transporte sin luces cegadoras… ¿Pero que es esto?.

No cabía ni un alfiler allí, tanto por tierra como por aire era agobiante ver la multitud apretándose entre sí.

¡Comandante!. Escuchó entre todo el gentío aquella voz ya familiar.

Esa voz… ¿Ananetosis?.

Así es, no pudimos alcanzarte cuando fuiste a la Cripta… ¿Quieres que te lleve a un lugar donde puedas ver algo?.

Estaría bien la verdad, si ya de por sí no soy alguien alto en mi mundo aquí…

Por cierto, tienes un correo.

¿Un correo?.

Si, de Mathan. Recibió el sobre cerrado por un sello de cera.

Vamos arriba, ya sabes como va.

Ya sobre los cielos lograron encontrar un hueco no lejos de la plataforma de llegada, desde allí podía ver mejor la gran masa blanca y negra que tanto montañas, como plaza y aire no dejaba resquicio alguno.

¿Saben cuando llegará?.

Me temo que no, no demasiadas almas llegaban normalmente a nuestro reino.

Por cierto. ¿Donde están los demás?.

Ayudando a replegarse de Zereth Mortis, parece que pronto volverá a quedar aislada.

Tendré que despedirme de Firim entonces… bueno a ver que ha escrito Mathan. Rompió el sello con su rechoncho dedo y la desplegó.

Que bonita caligrafía… típico de los elfos. Empezó a leer.

Espero que le haya llegado de buena mano esta carta, “comandante”. Si estás leyéndola es por que al fin todo ha vuelto a su cauce. Me hubiera gustado despedirme personalmente de usted pero me temo que para cuando estés leyendo esto habré regresado a nuestro querido Azeroth, pues mis oídos han escuchado relatos relacionados con unas lejanas y misteriosas tierras que quisiera ver con mis propios ojos si realmente existieran. Como su subordinado en Zereth Mortis quisiera desearle la mejor de las suertes ahora y en las aventuras que el futuro le aguarda. Atentamente, Mathan.

Así que ya te has vuelto… Plegó la carta. …en fin, parece que pronto esto se acaba.

¿Se ha ido de vuelta?.

Así es Ananetosis, me temo que no le veremos más… de verdad, no sabes como odio las despedidas. Lo que me pregunto es donde se han metido Argent y Valerie.

Vamos a bajar.

¿Como que vamos a bajar?

Esto ha sido gracias a ti, mereces ver esto en primera fila.

Con estar aquí ya es suficiente, no vamos a… ¡AAH!. Bajaron en picado frente al pasillo dejado desde la plataforma a la plaza de iniciación.

En primera fila estaba, pero se sentía bastante incomodo por ello, pudo ver caminando a Xandria con cierta inquietud.

A ver si llega de una vez, creo que tendrá el mejor recibimiento que un alma ha tenido jamás en Bastión aunque… creo que tanta gente junta podría intimidarlo.

Dudo que ese sea el mayor de los problemas nada más morir, Ananetosis… aunque no ayuda. Se giró a quien tenía detrás. Siento haberle quitado el sitio así de repente… creo que deberíamos volar de nuevo Ananetosis.

No te disculpes, es lo menos que puedo hacer por quienes nos ha salvado.

Aún así… espero que puedas ver.

No hay problema… ¡Que viene!. Todos expectantes enmudecieron y Xandria corría por el pasillo.

¡Aquí estas, ven!.

¿Eh?. El fuerte tirón le desconcertó, cuando se dio cuenta estaba siendo casi arrastrado por la Dechada.

¿Qué haces?.

Vamos a recibir a la alma, quiero que veas lo que han logrado. Al fin llegaron al borde de la plataforma, algo parecía salir del lejano portón.

Este lugar… parece que han pasado años desde que llegué por primera vez Miró atrás, a la gran plaza abarrotada. me alegra saber que he ayudado a recobrar la esperanza de este reino.

El celeste punto se acercaba por momentos a ellos, poco a poco hasta que al fin llegó.

¡No!. ¡Tengo que volver!. ¡No puedo dejarlos solos!. ¡Tengo que volver!. La recién llegada alma parecía más que aterrorizada.

Bienvenido a Bastión noble alma, te aguarda la eternidad. Xandria se acercó con cuidado a ella.

¿¡Que eres tu?!. ¡¿Quienes son ellos?!. ¡Devuélvanme a mi mundo!.

Me temo que no es posible pues has… muerto.

Miraba con lástima a la pobre alma, aunque con algo de optimismo respiró aliviado por su mera presencia.

¿¡Muerto?!. Era una herida menor, me prometieron que lo superaría.

Tu hora llegó y por ello estás aquí… por favor, síguenos, hoy dará comienzo tu nueva vida como Kyriano y para ello te hemos preparado unas actividades que te ayudarán a asimilar tu muerte.

No puede ser… que será de… ¡Por que el es distinto!.

¿Yo?…

¡Si!.

Es… una muy larga historia, pero no estamos para hablar de mi, no te preocupes, nada podrá irte mal a partir de ahora. Recordó lo que sucedió en su viaje hasta aquel momento e intentó ocultarlo.

¡Traerme de vuelta Aspectos!. ¡Os he servido toda mi vida!… ¡No pueden hacerme esto!.

Tienes que dar el primer paso de tu nueva existencia… no puedes recluirte en esta plataforma. Xandria dio un paso al frente.

Debemos continuar, si no confías en ella hazlo en mi.

¿Me llevaran de vuelta?.

Solo podemos saberlo de una forma.

Los tres avanzaron por el corredor pasando entre miradas de esperanza y júbilo pero no podía dejar de pensar en como aquella pobre alma debía estar pasándolo. Al fin llegaron a aquella zona elevada por un escalón.

Te hemos preparado cuatro estaciones para que empieces a conocer tu nueva curia, algunas cosas pueden estar inactivas pero hemos pasado por malos tiempos recientemente. Xandria se detuvo frente a las inactivas nemis.

¿Que van a hacerme?. ¿Que quieren de mi?.

Debes dar el primer paso, has de asumir que has muerto.

No… no puedo estar muerto… quiero despertar de esta pesadilla.

Es la realidad.

No pudo soportarlo más.

Xandria… ¿Me permites que pruebe algo?. Es normal que esté así.

Adelante.

Conozco un sitio más tranquilo, ¿Quieres que hablemos?.

¿Como que hablar?… ¿Van a devolverme a mi mundo?.

Puede ser, pero en un lugar más íntimo. ¿Ver tanta gente alrededor seguro que está agobiándote verdad?.

¿Que quiere esas gentes de mi?. ¡Sácame por favor!.

Vamos, hablemos un rato, sígueme.

Ambos dejaron atrás la plaza adentrándose en la pequeña cavidad de la montaña, esta no tenía gran cosa, pero era suficiente para estar fuera de ojos indiscretos.

¿Mucho mejor verdad?. Ahora estamos más tranquilos. Se dejó caer sobre el fresco suelo. Siéntate.

¿Que quieres de mi?.

Nada, solo conversar un poco.

¿Puedes llevarme de vuelta a mi mundo?.

Lo siento… pero no tengo el poder para hacer eso, y me temo que nadie puede hacerlo.

Mis esposas… mis hijos, todos en peligro.

¿Tenías familia?. ¿Puedes hablarme de ella?, por cierto no me he introducido, puedes llamarme Drethz ¿Y tu?.

Fuegofugaz Incansable.

Así que tu cultura nombra a sus miembros según sus hazañas… no se aleja mucho a la mía.

Era el mejor arquero del clan, donde apuntaba llovía fuego… tenía tres hermosas esposas y ocho maravillosos hijos… la última vez que los vi estaban huyendo del ataque de la Horda y al poco caí enfermo…

¿Has dicho… la Horda?. Una alarma se activó en su cabeza.

Si, esa maldita y condenada Horda Dorada arrasó la Confederación y al final llegó a las tierras de mi clan, intentamos frenarlos pero fue inútil, nos aplastaron como vulgares hirtorlogh… Logramos huir pero una flecha envenenada me rozó.

¿Entonces no vienes de un planeta llamado “Azeroth” no?.

No, nunca he oído hablar de ese planeta, los sabios decían que nuestro sistema tenía seis mundos, pero todos arrasados hacía eones por traicionar a los Ancestros.

¿Puedes hablarme un poco más de tu historia?. Ando intrigado la verdad. ¿Que sucedió tras la herida?.

intenté curarlas con hierbas curativas… me dijeron que en unos días dejaría de tener fiebre y cuando me levanté… me encontré en la Tierra de los Ancestros… pero no pude ver a ninguno.

¿La Tierra de los Ancestros?… Una bombilla se le encendió sobre la cabeza. ¿Era un lugar gris, sin ningún tipo de sonido y frío?.

Si… es tal cual lo has descrito… Y allí estaba la Guía Celestial que me trajo a la Ciudad Eterna pero… No es lo que esperaba, esto esta lleno de Guías Celestiales y este lugar… no es lo que los sabios nos prometieron.

¿Como es la otra vida en tu cultura?.

Unas tierras eternas, tan fértiles que el valle de Kaht’aht no es más que un insignificante desierto, un lugar donde ríos de maná fluyen alimentando a los ancestrales espíritus animales, un lugar donde bosques con arboles más altos que el astro rey dan cobijo a quienes han vivido acorde a las antiguas enseñanzas.

Tu mundo tiene que ser increíble, si quieres te hablo de mi un poco ¿Vale?.

Me has escuchado, es de buen invitado escuchar las vivencias de su anfitrión.

Vengo de un mundo llamado Azeroth, un mundo hermoso y sin embargo convulso, he vivido mis casi setenta años envuelto en una guerra tras otra, tras otra, tras otra… Le contó un poco resumido su pasado.

No entiendo una cosa, ¿Si moriste en aquel yermo helado como lograste continuar?.

No se por que, pero aquel no fue mi día, lo que llamas “Guía celestial” no vio que fuera mi momento de ser juzgado por la Enjuiciadora así que mi alma retornó a mi cuerpo… pero no puedo olvidar lo que sentí aquel día, el frío, el miedo, el terror de verme sobre mi cadáver rodeado de cientos de almas igualmente aterrorizadas, esas cosas jamás se pueden olvidar… seguro que sentiste algo parecido cuando fuiste tomado por tu “guía”.

Es como lo describes, pude ver como mis camaradas me enterraban bajo un árbol, por mucho que gritase y suplicase no era capaz de que me escucharan.

Eso es por que lo que llamas la “Tierra de los Ancestros” es lo que aquí se llama “El Velo” , el espacio entre la vida y la muerte y tu “Guía Celestial” lo que se llaman Kyrianos como todo el que reside en este reino, me temo que debo decirte que estas muerto.

Entonces… era cierto pero entonces… mi familia…

Si lograron huir cuando esa Horda arrasó tu aldea seguro que lograrían llegar a un lugar seguro, y teniendo un marido y padre como tu seguro que sabrán seguir adelante.

¿Que será de mi entonces?.

Comenzarás tu nuevo camino como Aspirante para llegar a ser un Ascendido algún día y convertirte en un “Guía Celestial”, ayudarás a infinitas almas a lograr alcanzar su merecido descanso… y eso es un objetivo más que noble, como fuiste en vida.

Entiendo… no puedo dejar de olvidar a mi familia, a mis camaradas, mi clan… fueron cientos de ciclos unidos… ¿Como quieres que los olvide?.

No tienes por que hacerlo, es parte de ti y siempre lo será si así lo deseas, ellos seguro que te recordarán siempre, como nosotros hacemos con quienes nos precedieron… ¿Quieres que hablemos de algo más, no tenemos prisa.

Una última cosa. ¿Sigues vivo no?.

Si.

¿Por que alguien como tu está en la tierra de los muertos?.

Eso es una historia para otro momento me temo, creo que va siendo hora de comenzar tu viaje, si quieres te ayudo con los primeros pasos.

Está bien… ¿Que se supone que he de hacer?.

¿Sabías escribir?.

No, eso era algo reservado para los sabios.

Umm… supongo que debe haber algún método para quienes no supieran, vamos a registrarte, sencillo.

Salieron de la cavidad y allí estaban todos expectantes.

Esto no es algo normal, créeme, otra historia larga para otro momento.

Veo que has logrado que nuestro nuevo aspirante al fin asimile su nueva vida.

Esta listo para iniciar el viaje Xandria pero… hay demasiada gente aquí, entiendo el por que pero… no ayuda precisamente.

Supongo que tienes razón, haré que se retiren cuanto antes. ¿Le has hablado sobre las cuatro estaciones de esta plaza?.

Si, pero no sabe escribir. ¿Hay alguna forma de que pueda registrarse?.

Por supuesto, solo debe dejar la marca de su dedo en el papiro y se registrará automáticamente, será la primera firma desde Valerie.

Una vez acabaron de guiar al alma por las cuatro estaciones se dirigieron al inicio del camino que de esta partía.

Tu viaje comienza ahora, no será un camino fácil, pero lograrás ascender, solo debes seguirlo para llegar al Reposo del Aspirante, no esta muy lejos de aquí.

¿Debo ir solo?… ¿Acaso no será peligroso?, no tengo armas ni nada útil.

Es completamente seguro, esta senda te permitirá pensar sobre tu pasada vida y lo que supone ser un kyriano, ve con la bendición de la Arconte.

Confía en ella, en el reposo te ayudarán en todo lo que necesites y más.

Entonces partiré… gracias por vuestra ayuda. El alma partió por la senda iniciando su nueva vida. Verle partir le apenó.

¿Seguro que estará bien?… ¿Que pasaría si una falla se abriera, o un animal sediento de ánima lo atacase?….

El ánima vuelve a fluir y con ello las fallas han dejado de abrirse, pronto más almas llegarán y al fin la sequía se acabará, llegará al reposo sin problemas, te lo prometo.

Eso espero… Escucharle hablar de su mundo, su familia… me ha recordado a mi cuando morí… y sin embargo verle partir convencido de su nueva vida me ha… hecho sentir algo que solo sentí cuando las campanas tiñeron por todo el reino cuando el conflicto con los Abjurantes acabó.

Eso que sientes es la satisfacción por haber ayudado a alguien en problemas, es una virtud para nosotros.

Me gustaría volver a sentirlo, ver más almas perdidas saliendo de esta plaza con esos rostros de convicción y esperanza.

Está claro que este es tu lugar, seguro que te gustaría pasar la eternidad aquí.

Pues creo que si… creo que no solo el ha encontrado su camino, si no que yo también…

Correo para Drethz.

¿Correo?. Allí atrás estaba el Administrador sujetando un sobre sellado. Menudo día… gracias por traérmelo. Cogió el sobre y rompiendo el sello desplegó la carta.

Es de Bolvar… Leyó minuciosamente el contenido de esta y la plegó. Así que mañana juzgan a Sylvanas en Oribos… no creo que le aguarde un buen futuro, de eso no me entra duda.

La Alma en Pena será juzgada… debe pagar por todo lo que nos ha hecho, si no hubiera sido por su ayuda a Zovaal no hubieran caído tantas buenas gentes.

Hubieran caído por desgracia, si no hubiera sido Sylvanas hubiera sido otro peón, pero al final hubiera sucedido.

Por cierto, creo que esto también será de importancia para ti, mañana también terminan de retirarse todos de Zereth Mortis, deberías hacer lo que tengas en mente antes de que clausuren el portal, pues para seguridad de todos no volverá a ser accesible nunca más si todo va bien.

Entonces tendré que ir, tengo que despedirme de Firim… Recordó algo pendiente. ¡Pero si me separé de Kleia cuando llegué!. ¿Donde fue?, siento que esta afligida.

Al Reposo del Héroe, déjala sola que se deshaogue, entiende que su nexo de alma no regresará aquí.

Claro… de verdad que no quise que se sacrificara pero… no pude detenerlo, esa convicción…

Siempre ha sido así aunque no lo creyera, le irá bien, de eso no te quepa duda.

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Volver a su campamento fue cuanto menos extraño, parecía que habían pasado años desde la última vez que durmió allí pero tampoco se lo pensó mucho pues dejándose caer agotado.

Zereth Mortis, “día” siguiente.

Frente a Refugio estaba junto a Firim, no podía dejar de pensar en la despedida.

¿De verdad que no vas a regresar a Oribos?. Pronto no podremos volver aquí.

Llevo tanto tiempo que no sabría encajar allí… hay tanto conocimiento oculto, tantas maravillas en estas tierras que tardare eones en lograr comprender.

Pero no podrás regresar, te quedarás aquí atrapado por el resto de la eternidad, Ara regresó.

Llevo aquí más años de los que tu mundo puede que tenga y me siento como el primer día, cada vez que descubro algo nuevo revivo la ilusión con la que vine aquí, no me arrepiento en absoluto de haber venido y siento decírtelo pero… no regresaré.

Entonces… veo que has tomado una decisión…

Así es.

Me temo que esta es nuestra despedida entonces, no llegamos a conocernos mucho tiempo, pero aún así te echaré de menos, sin tu inestimable ayuda jamás hubiéramos logrado recuperar al Enjuiciador.

Yo también os echaré de menos, los momentos que vivimos luchando contra los Jurafauces han sido únicos y ni hablemos de la oportunidad que me dieron de ver el mismísimo Sepulcro por dentro, siempre recordaré esos momentos.

Creo que esto es un adiós, Zereth Mortis volverá a ser lo que fue de nuevo, ojalá nadie pise de nuevo estas tierras.

Que la fortuna te guíe, os recordaremos por siempre viejo amigo.

Nosotros también Firim… nosotros también. Mirando por última vez a Firim se dio media vuelta de regreso a Refugio donde ya solo quedaban los Iluminados que rechazaron regresar. Echó un ojo a su querida cascada y finalmente al peculiar cielo de aquellas tierras tan únicas antes de adentrarse en la cueva donde por última vez tocó aquella piedra para aparecer de nuevo en Oribos.

Adiós Zereth Mortis… cuídate Firim.

Poco después emergió del portal Bolvar. El portal va a ser sellado y con ello el juicio contra Sylvanas dará comienzo, quiero a todos alerta.

Con impaciencia y sujetándose a un clavo ardiendo esperaba que Firim atravesara ese portal, el tiempo pasaba y sin embargo esperanzado esperaba a que este hubiera cambiado de opinión hasta que…

El portal está… rompiéndose. Encogiendo por instantes el portal menguaba más y más a la que se hacía cada vez más invisible, aún tenía un hilo de esperanza pero…. finalmente el portal desapareció ante el y con ello aquel hilo se rompió. Adiós.

Zereth Mortis vuelve a ser segura, en marcha, el juicio va a comenzar, Drethz escoltarás a Sylvanas junto a Uther, yo debo llevar al Enjuiciador la Corona de Voluntades.

¿Yo?.

Uther solicitó que fueras tu quien fuera, debo partir.

Usando la plataforma de transporte algo que no se esperó… Una inmensa multitud de toda curia, tipo y clase en el borde del anillo interior gritando furibunda a la Alma en Pena que engrilletada esperaba su destino junto a Uther.

Sylvanas… Receloso se acercó a Uther evitando la mirada de la Alma en Pena y tomó una de las cadenas de esta.

¿Por que me hiciste venir a mi?. ¿No sería alguien como Argent más digno?.

Si ti hubiera acabado en el Olvido, gracias a que viniste a por mi estoy aquí y es lo mínimo que puedo hacer para agradecértelo.

Es… todo un honor.

En cuanto a ti Sylvanas, no esperes benevolencia, tus crímenes pesan sobre tus hombros a pesar de habernos ayudado.

No espero menos. Dijo cabizbaja.

Varios líderes de Azeroth aguardan para ver el juicio, entre ellos Tyrande.

Tyrande… va a ser realmente dura y no es para menos, no estuve allí pero lo que he escuchado sobre Teldrassil… es espeluznante. Recordó lo que algunos supervivientes les contó.

Pagaré por ello.

En manos del Enjuiciador estas, Sylvanas. Vamos Drethz, debemos avanzar.

Bien.

Comenzaron a caminar a paso lento entre los gritos de ira, cólera y desprecio a la Alma en Pena de todos los presentes y no era para menos pues logró ver algunas almas de elfos entre la multitud, jamás olvidaría esas caras de angustia y dolor de quienes cayeron por culpa de a quien llevaba al Enjuiciador.

¿Es justicia lo que buscan?. ¿O más bien venganza?.

No puedo culparlos Uther, todos han sufrido por sus acciones. Negó con la cabeza al entrar al Crucil.

Es difícil diferenciar entre la ira y el dolor… Parecía arrepentida. … no tardemos más, he de afrontar mi juicio.

Tal-Inara los transportó a la cúspide de Oribos, donde una multitud con muchas caras reconocidas les aguardaban y frente a todos Pelagos.

Han llegado, bien, vengan a mi para comenzar el juicio.

Conforme avanzaba iba reconociendo más y más caras familiares.

Anduin, Genn, Thrall, Baine… Jaina, Shandris…. Tyrande… esto va a ser interesante.

Frente a Pelagos llegaron y liberando las cadenas tanto Uther como el se retiraron junto a los demás.

Sylvanas Brisaveloz… hoy estamos aquí para cerrar tu oscura saga e iniciar un nuevo alba para las Tierras Sombrías.

No hay justicia sin compasión y puedo ver la marca de las Fauces en tus acciones.

Todo lo que hice fue por mi voluntad, el Carcelero no me controló y por ello debo pagar por mis acciones.

Entonces ya sabes a quien debes responder.

Tyrande Susurraveloz será quien juzgue mi sentencia.

¿Alguien de los presentes rechaza su proposición?.

Ninguno hizo el más mínimo atisbo de contrariedad.

Que así sea pues.

Tyrande se acercó a Sylvanas, claramente enojada, gujas en mano.

¿A que juegas Sylvanas?. Esto no es propio de ti. ¿Acaso quieres morir sin luchar después de todo lo que le has hecho a mi pueblo?

Morir sería demasiado compasivo de tu parte… y no espero tu piedad.

Y así será, no pienso dejar que mueras hasta que salve el daño que has hecho, no hasta que no rescates a la última alma que por tus acciones acabó en las Fauces, traérmela.

Entonces esa será tu condena, Sylvanas Brisaveloz, no regresarás de las Fauces hasta que pase por mi juicio el último alma que estas albergan.

Así será pues.

Dejando atrás a Pelagos todos siguieron a las elfas hasta el borde del flujo de almas que ahora… fluía en sentido opuesto, hacia la cúspide, tras unas palabras con su hermana Vereesa Sylvanas se acercó de nuevo mirando a lo más profundo de este.

Las Fauces te aguardan, Sylvanas, comenzarás tu penitencia salvando a quienes condenaste bajo la mirada de Dori’thur hasta que seas la última alma en estar en aquel infierno. Solo así traerás descanso a todas tus víctimas y… mi pueblo.

Así se hará, cueste el tiempo que cueste…

Se arrojó al interior del pozo y tras ella la fiel mascota de Tyrande su rebufo.

Así es como todo… ha acabado. Exhaló con alivio.

No, así es como comienza una nueva era para todos. Sintió una mano firme en su hombro.

Uther…

Voy a volver a Bastión, ¿Te vienes?.

Cierto, ahora que todo ha acabado tengo que cumplir una promesa que le hice a un… viejo “amigo”. Recordó con nostalgia los últimos momentos de este. Regresemos, tengo que hacer los preparativos.

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Atravesar el Espacio Intermedio era algo que detestaba y le aterrorizaba por partes iguales y sin embargo esta vez fue inusualmente tranquilo el trayecto, tanto que cuando se dio cuenta habían regresado a Bastión.

Que raro ¿Y las retorcidas bestias sedientas de ánima?, no he escuchado ningún alarido.

El ánima ha vuelto a su curso, no volverán a atacarnos de nuevo.

Poco después de llegar los atronadores tañidos de innumerables campanas sonando al unísono llegaron a sus oídos.

¿Por que tañen las campanas?.

Debe ser por que al fin la sequía ha acabado, ¿No sientes como el ánima vuelve a fluir?.

Y aunque no sintiera mucha tenía razón, sentía como si esta volviera a recorrer las doradas colinas una vez más.

¿Y ahora… que pasará en Bastión?… ¿Que piensas hacer?.

Ahora es cuando todo comienza, hay muchos Aspirantes que aguardan su ascensión y nuevas almas que ayudar; Volver a la normalidad va a costar, en cuanto a mi… haré todo lo posible para superar los traumas que el príncipe caído afligió sobre mi alma, me temo que será un largo y arduo camino.

Te deseo lo mejor, se que lograrás superarlo.

¿Y tu, que vas a hacer a partir de ahora?.

Yo… Otra vez aquella pregunta. No lo se, sinceramente no se que haré.

Deberías volver con la Mano de Plata, tienes potencial pero… deberías escuchar a tu interior. ¿Que quieres hacer realmente?.

Mi interior… creo que necesitaré algo de tiempo para saberlo, antes he de cumplir una promesa.

Te refieres a… Empezó a descender. Te honra conmemorarlo, a pesar de que fuera tu enemigo.

No lo fue, se que en otras circunstancias hubiera sido un leal camarada… ¿Está todo preparado?.

Si, solo falta que venga Kleia.

¿Está con Pelagos verdad?.

Así es, tenían mucho de lo que hablar.

Yo… también tengo mucho de que hablarle. Recordó su breve reunión en Torghast. Ojalá no hubiera acabado así.

No te culpes de lo sucedido, no pudimos hacer nada para evitar que se corrompieran.

Ya pero aún así… no puedo dejar de pensar en que pude haberlo evitado, si aquel día no le hubiera dejado huir entonces…

Eso es algo con lo que cargarás por siempre, me recuerda a Arthas, aún sigo pensando que pude haber evitado que acabara así pero… ya no podemos hacer nada por el, eligió ese camino con todas las consecuencias y es algo con lo que cargaré por siempre, pero hemos de aprender a sobrellevarlo.

Eso me temo… al menos me despediré de la forma más honrosa posible.

Estamos llegando, siento decirlo de esta manera pero… cuanto antes retorne su cuerpo a Azeroth mejor, no deja de inquietar a todos aquí.

Al fin llegaron al borde del reino, en una zona sencilla donde una pira funeraria estaba resguardada por dos nemis alerta y junto a esta Adrestes junto a Xandria aguardaban, al bajar se acercó a estos mirando a lo alto de la pira.

Bienvenido de vuelta, ¿Harás los honores de prender la llama no?.

Así es Adrestes, pero debe estar el para verlo.

¿Su alma verdad?.

Si.

Argent nos habló de las tradiciones funerarias de tu mundo, ¿Por que vas a incinerarlo en vez de enterrarlo?. ¿No consideran el entierro algo más digno?.

En muchos pueblos así es pero… no quiero que lo alcen de nuevo, merece al fin descansar en las Tierras Sombrías por siempre, como debió haber sido hace años.

Nunca entenderé por que traen de vuelta a las almas que se han ganado su descanso eterno, es una herejía a nuestra sagrada labor.

Es bastante complicado de explicar Xandria, a ver si viene Kleia.

¿Qué tienes pensado hacer con los restos?.

Tengo ya pensado que haré con el…

Ya estoy… siento haberos hecho esperar pero… teníamos mucho de que hablar.

Volteando la cabeza a la fémina voz vio a Kleia… y el orbe morado palpitante en la palma de su mano.

¿Quieres ver una última vez su cuerpo?. Hicimos todo lo posible para honrarlo.

A pesar de todo lo que hizo lo honran… no tengo palabras para ello Adrestes.

Es un mortal que ha perecido, las cargas que su alma porte será algo por lo que tendrá que rendir cuentas con el Enjuiciador.

Guardó honor hasta el final, merece regresar a la tierra dignamente, quiero verlo por última vez.

Espera un momento, creo que será mejor que lleves… que le lleves. La kyriana alzó su mano mostrando el orbe.

Claro… Melancólico tomó el orbe con firmeza en su palma.

Alzado por Adrestes fue dejado junto al yaciente cadáver, este reposaba con los parpados y boca cerradas ataviado en una humilde toga blanca que ocultaba la fatal herida.

Volvemos a vernos… Se arrodilló junto al cadáver. ¿Por que tuvo que acabar esto así?. Si aquél día no nos hubiéramos distanciado nada de esto hubiera sucedido. ¿Por que no te rendiste?.

El leve sonido de la brisa meciendo las hojas y ramas de los cercanos árboles y arbustos era lo único que allí se escuchaba?.

¿Acaso sabes la carga con la que me obligas cargar desde entonces?. Nunca lograré quitarme de mí el tener las manos manchadas de tu sangre, ni en la vida ni en la muerte seré capaz de deshacerme de ella y… Recordó sus relatos. …no son nada frente a todo con lo que has tenido que cargar desde que tu infierno comenzó… Juntos pudimos haber hecho frente a lo que fuera idiota, el Carcelero, Aiden, N’Zoth… lo que fuera y acabaste sucumbiendo a lo más profundo de los abismos. Miró el palpitante orbe. Sabes… quisiera hablar contigo una vez más, quisiera saber que te llevó a seguir ese camino… llegué a odiarte pero no fuiste más que una víctima de tus propios traumas y además, cumpliste con tu palabra hasta el último aliento, cumpliré la mía… nadie volverá a hacerte daño nunca más. Dejó el maltrecho reloj en la gélida mano del cadáver y juntando ambas manos indicó al Dechado que lo dejara en el suelo.

¿Te has… despedido?.

Si, acabemos con esto.

La kyriana le dio la crepitante antorcha la cual con cuidado apoyó en la base de la pira que rápidamente prendió alcanzando la cúspide en un instante. Dejando caer la antorcha se retiró unos pasos, cayendo de rodillas.

Este sentimiento de angustia… ¿Estás bien?.

¿Yo?… Ríos caían por sus mejillas sin cesar. No, no estoy bien… esto no tenía que haber acabado así…

Hiciste todo lo posible para evitarlo, estoy segura de que no te guarda rencor por lo sucedido.

Hay tanto que pude haber hecho… Sintió las firmes manos en sus hombros.

Frente a ellos la pira crepitaba furibunda alzando sus llamas a los prístinos cielos de Bastión, consumiendo todo cuanto las llamas alcanzaron irradiando su ardiente calor a los cinco que aguardando estaban y sin embargo sintió una gélida presencia junto a el, observándole.

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Se cercioró de no encontrar ojos indiscretos en la pequeña, pero a su vez prístina cueva.

¿Estás seguro de que quieres ir?. Podemos tener problemas bien grandes con la Espada del Ébano como nos descubran… Me parece hasta milagroso que no inspeccionaran nuestras cartas.

Es la única forma de liberarlo, no me dejarían regresar con… él. Dijo Drethz bajo el grueso manto, la blanca urna, humilde en detalles pero finamente elaborada, en sus manos atestiguaban sus respuestas. Además, no quiero detenerme con agradecimientos ni nada del estilo, estoy seguro que ya ha corrido la voz de los sucesos acaecidos por Azeroth.

Tienes razón en ello, nos ven como condenados héroes, entiende que hemos salvado la existencia y rescatado a Tyrande, Anduin y Jaina, Turalion lo ha vendido como una victoria sobre el mal y todo ese asunto, aunque haya mejorado la situación aún hay penurias y escasez tras la Cuarta Guerra a pesar de todo y con esto distraen a los suyos. Respondió su camarada, cubierto por también un grueso manto, vigilando el acceso.

Por cierto. ¿Como estás?, me dijeron que casi pereces.

Y así es. Miró su inmovilizado brazo vendado. Pero seguiré adelante… última oportunidad. ¿Estás seguro de querer ir a Azeroth así?.

Si, me esperan las cumbres de Dun’Modr.

¿Algo sospechoso Thori?.

Nada, esto está más vacío que una quedada cultural en Ogrimmar.

Entonces vamos. Ante el alzó de entre las sombra un portón de la muerte al margen de la cueva.

Dejando entrar a los vivos esperó, salió de la cueva, miró con determinación y de nuevo entró, atravesando el portal, para ser golpeado por el gélido viento de las altas montañas de Dun’Modr, el crujir de la nieve bajo su bota afirmó que llegaron a su destino.

¿Podrás abrir un portón de retorno a Bastión verdad?. No quisiera levantar sospechas.

No creo que haya problema. ¿Donde tienes pensado liberarlo?.

Allí, en aquella cumbre. Señaló en la inmensas montañas que cual inexpugnable muro dominaban el horizonte bajo las incontables estrellas y a la vista de las dos lunas hermanas el pico más alto, cubierto de un perpetuo manto de nieve, como todo a su alrededor. Desde allí se podrá ver no solo Dun’Modr y Forjaz, si no el Gran Mar.

¿Por que no abriste allí el portón Veld?.

Así lo dejó claro en su carta, si no te ves preparado puedes retornar.

No me menosprecies, pienso ir con vosotros.

Entonces comencemos, no podemos arriesgarnos a ser vistos. Se subió la capucha del manto ocultando su rostro bajo esta.

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El gélido aire golpeó su cara al llegar, alzar su vista al firmamento lo dejó sin palabras, no fue capaz de describir la emoción que sintió al ver la despejada cúpula celestial en toda su gloria con miles de pequeños luceros acompañando a las lunas en la composición que ni el más hábil artista podría replicar.

Noche… hacía tanto que no te veía que te olvidé.

No solo la cúpula le dejó anonadado, todo a su alrededor evocaba antiguas memorias y recuerdos que en lo más profundo de sus recuerdos había enterrado. Aquel aire helado vigorizante que hacía tanto que no sentía en su cara, el crujido de la nieve a cada paso que daba, los incontables pinos que cubiertos perpetuamente en nieve y escarcha reposaban a la espera de una primavera que jamás vendría o simplemente la oscuridad solo rota por la luz reflejada por las lunas evocaban la más profundas de las melancolías en el, tanto tiempo alejado de las tierras que les vio nacer y crecer.

Mostró la urna a la luz de las lunas. Hemos vuelto a casa, al fin volverás a la tierra que te forjó. Respiró hondo, el olor de las hierbas frescas se mezclaba con el de los pinos recordandole su infancia. Dun’Modr, hacía tanto tiempo que no pisaba tus puras nieves y aún así nunca te olvidé.

Mientras los humanos hablaban del portón el no dejó de mirar la fría urna, no podía dejar de pensar en los restos de quien otrora fue y por la fatídica odisea que su vida le deparó.

Por cierto. ¿Donde estamos?. Preguntó Thorinam sacándole de sus pensamientos.

Si estamos donde le comenté entonces entre Forjaz y Gnomeregan, no podía arriesgarme a ser visto por nadie.

¿Entonces Fo…forjaz está cerca no? Ese titubeo… el temblar en su boca confirmó lo que sospechaba. ¿Tienes frío verdad?, y si, estaremos a menos de una hora a pie de Forjaz… Recordó a sus progenitores que allí debían estar.

Esto no es na… nada.

Allí arriba hará mucho más frio te lo aviso, aún estás a tiempo de regresar.

No he venido aquí pa… para nada, podré soportarlo, y… ¿po… por qué no vas a visitar a tus pa… padres?.

No entenderían nada, mejor se lo explicaré todo más adelante. Se bajó la capucha cubriendo bajo la sombra su rostro. Hay que llegar antes de que amanezca o podríamos ser visto por montaraces.

¿Por que no quieres ser visto?. ¿Acaso es algo relacionado con tu pasado?.

No Veldhath, pero quiero depositar sus cenizas fuera de miradas indiscretas, quiero que sea algo íntimo, no un espectáculo.

¿P…por que no has hecho el por…port… portal arriba?.

Por que quiero honrarlo y para ello subiremos desde los pies de la montaña.

Entiendo… bien, en marcha pues.

Poco a poco la pendiente aumentaba y entre las montañas comenzaron a caminar, a cada paso que daba la nieve crujía y se hundía bajo sus pies, lo que junto con el gélido aire que entre las hojas de los pinos se abría paso le dibujó una sonrisa de lo más pura posible, como las blancas nieves a su alrededor. Paso a paso, crujido a crujido avanzaba emocionado por el simple hecho de caminar por entre los escarpados valles perpetuamente helados hasta que…

¡AAAGH!. Se giró alarmado, para ver tras el únicamente al no muerto de brazo inmovilizado.

¿Donde está?. Pasó junto a Veldhath… encontrando al paladín enterrado hasta la cabeza en la nieve. No puede ser… Ayúdame a sacarlo, morirá de hipotermia pronto si se queda dentro… Suspiró frustrado.

Una vez desenterrado volvió a mirar el valle y las montañas sobre ellos. Cuando llegamos no estaban esas nubes… no tiene buena pinta… Las rápidas nubes apenas permitía ver ahora la cúpula estelar sobre ellos. Sigan mis pasos y pisen solo donde pise yo, más arriba pueden haber profundas grietas que pueden costarle la vida.

¿Co… como sabes to…to…todo eso?.

Por que me he criado en este reino, todo quien vive en Dun’Modr aprende por las buenas o por las malas a vivir en estas montañas y respetarlas… Nos proporcionan recursos y refugio, pero también pueden arrebatarnos con gran facilidad la vida, tengan cuidado y… necesitarás más abrigo, me temo que nos encontraremos una ventisca más adelante.

¿Como que ventisca?. Me aseguré de encontrar una noche despejada.

Y lo era Veldhath, pero el tiempo es muy cambiante en las montañas, todo montaraz se prepara para afrontar ventiscas inesperadas e incluso así… hay veces que simplemente desaparecen para ser encontrados por… los Kyrianos.

Está bien, quítate ese manto Thori, no pienso dejar que mueras de frio.

Pe… ¿Pero entonces t…tu?.

¿Caer a la nieve te ha congelado el cerebro?… ¿Acaso crees que yo puedo morir de frío?. Gruñó.

Es este fr…fri….frio, no me dej…deja penss… pensar bi…bibibi…en.

Necesita calor ya, empieza a delirar. Preocupándose por el camino que le quedaba se debatía si obligarlo a regresar o seguir.

O te pones mi abrigo o te lo pongo a la fuerza, no me dejes mal ante Drethz. Dejó caer su grueso manto y el abrigo de gruesa piel, quedando a torso descubierto, mostrando aquella gran cicatriz diagonal que lo atravesaba de lado a lado, lo que le heló la sangre. Ponte todo y ayúdame a ponerme el brazo en el cabestrillo.

Ahora cubierto de tantas capas Thorinam parecía más bien un Tuskarr, lo que le hizo soltar una pequeña carcajada.

Que gustazo, como añoraba este gélido frío en mi piel. El no muerto tomó con su mano libre un puño de nieve y se lo echó al pecho. Necesitaba esto como el maná. Se dejó caer de frente a la nieve, dejándose hundir en esta.

Esto… ¿Para que trajiste abrigo entonces?… Anonadado miraba como el no muerto parecía un niño jugando con la nieve, este se levantó, quedando su rostro cubierto en esta.

Pues… es una buena pregunta pero ha venido bien, ahora Thori no quedará hecho un témpano.

Hablando de eso. ¿Estás listo?. Miró al paladín, cuyo rostro parecía más rojo que un tomate, o eso creía ver en el resquicio que ambas capuchas superpuestas le permitía ver entre la oscuridad. No puede ser… ¿Tienes fie… bre… Se modio la lengua y frunció el ceño al ver que el “febril” humano no retiraba la vista al no muerto. … Veo que has vuelto a entrar en calor… demasiado quizás… Masculló. No perdamos el tiempo, volvamos a caminar.

Sin más reanudó la marcha por el cada vez más empinado valle. Poco a poco el aire se hacía más intenso y frío, aunque pudieran mantener la conversación notaba como empezaba a costar respirar un poco, lo que le preocupó por Thorinam.

Drethz… veo una huella, ven y échale un ojo.

No creo que tengamos problemas con la fauna local Thorinam, mira el cielo, está prácticamente encapotado, no me gusta para nada la pinta que tiene.

No es de un animal, o eso creo, mírala.

Maldita sea, no me digas que… Volvió junto a Thorinam y examinó la marca. Tienes razón, esto es de alguien… Palpó la base comprimida. Es fresco y… Miró como en efecto parecían haber zonas cercanas algo hundidas pero no parejas al resto de la nieve. Es como si hubieran intentado ocultar su rastro y por su inmenso tamaño diría que es mínimo el pie de un enano o quizás… un kultirano, mete el pie. El humano metió su pie, casi parecía que podía meter ambos del enorme hueco. Definitivamente un humano no ha sido… tengamos cuidado, no estamos solos.

Tenemos compañía, hay una tienda de campaña allí, en el descansillo aquel. Señaló el no muerto.

¿Pero cuando has…?. ¿Que os dije de saliros de mis pasos?.

Shh, creo que está durmiendo y si ha ocultado sus marcas debe tratarse de un cazador.

O de un pícaro.

¿Que haría un picar… ¡Maldita sea!. ¡Nos ha visto!. Alertado tomó su espada y se giró. No puede ser… ¿Que haces tú aquí?.

¿Acaso no podía volver a ver a un viejo amigo?.

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¡Biroz!. No sabes lo que te he echado de menos.

El gran pícaro se le abalanzó, abrazándolo con firmeza. Pero mira como has cambiado, ¿Donde dejaste aquel decadente ser al que despedí en Ventormenta?.

Me estás… asfixia…ndo… déjame respi…raar. Parecía el agarre de un oso atrapando su presa, sentía sus entrañas querer salir por toda cavidad.

Oh perdona, me he dejado llevar por la emoción. Le soltó, con lo que desesperado aspiró todo el gélido aire que pudo. Se ha corrido como la pólvora por todas partes sus hazañas, has hecho bien en venir sin llamar la atención.

¿Como sabes eso y como has sabido que íbamos a venir justamente por este paso?.

Puedes llamarlo intuición estimado Veldhath o puedes llamarlo que me ofrecí para ser el censor de sus correos, no se preocupen, esto quedará entre nosotros.

¿Que quieres a cambio de esto?. Me extraña que hayas venido aquí solo para saludarle.

Pues aunque parezca mentira… es así, eso y que quisiera despedirme por última vez de un viejo… “camarada”, me enteré de su desafortunado final. Se arrodilló frente a el, observando apenado la urna. No te culpes por ello, estás haciendo lo correcto.

Eso quisiera pensar pero… será mejor llegar antes de que amanezca.

Antes de nada. Interrumpió tajante Thorinam. Dijiste cuando nos encontramos por primera vez que se conocieron antes de estos sucesos, pero no hay referencia alguna a ti… ¿Ocultas algo?.

Oculto muchas cosas, es parte de mi oficio pero… los conocí a los dos y por supuesto estuve en Ny’Alozha, pero borré toda referencia a mi persona para poder continuar mi… labor.

Tiene razón, aunque… Recordó algo. ¿No dijiste que ibas a abrir un herbolario con aquella elfa?… Ya sabes…

Al final dejé el “trabajo de calle” por algo más seguro, en cuanto a “la elfa” me temo que aquello no funcionó, fue maravilloso mientras duró pero las diferencias entre ambos eran insalvables y acabamos rompiendo, no había noche que no pensara en que pasaría con ella cuando envejeciera y muriera, no quise hacerle ese daño.

Siento escuchar eso la verdad, se os veía felices…

No pasa nada, es algo que pasó y ya, eso si como consejo personal… deben probarlo con las kaldorei al menos una vez, no se si será que enloquece por algo que no sea los cracos de los suyos, el vivir en el bosque que las vuelven locas o que pero uff… es de las cosas que más echo de menos.

No creo que estén interesados. Pensó para sí.

Recojo la tienda y partimos, amanecerá en unas… seis o siete horas a lo sumo y la ventisca nos ralentizará bastante, por cierto… ¿No tiene frío?. Señaló al no muerto.

Eso no es problema.

El pícaro sacó un farol apagado de la tienda y se la dio. Toma, necesitaremos que nos guíes a la cumbre.

El grupo avanzaba entre los cañones, valles y laderas a paso lento pero seguro, acompañados del cada vez más intenso aire gélido que incansable golpeaba sus caras, poco a poco el frío se hacía cada vez más y más cruento a la que ascendían guiados por el lucero en su mano. Llegados al tronco de un gran árbol caído se detuvieron.

Punto de no retorno, una vez que pasemos aquella roca recientemente caída no podremos regresar. Señaló el blanco muro que la ventisca tras esta acechaba. ¿Están los tres en condiciones?. No están obligados a seguirme.

Por mi no hay problema, como dije antes el frío no puede matarme ya.

Si estoy siendo capaz de instruir a una draenei a espiar en las sombras podré superar esto, en Kul’tiras también tenemos montañas…

¿Thorinam?. ¿Te ves en condiciones?. Podrías perder miembros por hipotermia… o incluso la vida.

Si quisiera llegar a la vejez no hubiera continuado siendo paladín.

Bien, entonces ya no hay vuelta atrás.

Por cierto. ¿Como una draenei puede ser pícara?… ya sabes, las pezuñas y tal.

Botas de goma Thorinam, solución ridícula pero sorprendentemente efectiva. El pícaro recogió su mochila. Antes de continuar… será mejor que nos aseguremos, estas montañas pueden ser traicioneras. Lanzó una cuerda trenzada enrollada a sus pies. Enrollarla en las cinturas bien firmes.

Miró la cuerda y al perímetro del pícaro con duda mientras se la enrollaba y la pasaba atrás.

El viento será ensordecedor Biroz, ¿Has pensado en algo?.

Tirones, no toquen para nada la cuerda si no es necesario, si hubiera alguna urgencia den tirones secos.

Está bien. Su preocupación iba en aumento cuando pensaba en el paladín, pero solo podía ir adelante así que tras comprobar que no hubiera holgura alguna comenzó a caminar farol de frente.

Atravesar el rugiente muro de nieve como temió fue duro y doloroso, apenas podía ver más allá de su farol ahora que se sumieron en la furia de la ventisca que encolerizada arrasaba con todo lo que osara interponerse en su furibundo embate. Paso a paso luchaba por seguir un camino, una senda entre el ensordecedor vendaval cuyo blanco manto deseaba engullirlos por su afrenta.

Es… no puedo ver mis manos… Tal era la furia de la ventisca que hasta sus pensamientos ensordecía. Si nos perdemos…. estamos muertos.

La nieve no dejaba de golpear su cara en un intento de cegarlo, como si la voluntad de los vientos fuera guiarlos a lo más profundo del valle, a una muerte que solo sentiría, miró atrás pero nada, la cuerda desaparecía tras el albino manto tras el.

No siento ningún tirón pero… ¿Y si la cuerda se ha roto?… maldita ventisca, vas a enloquecerme… Aún así… La imagen de una cuerda cortada empezó a atormentarlo, cada vez que miraba la mortecina luz del farol pensaba que la mano de la muerte la guiaba, mucho fría que el inhóspito tormento por el que deambulaban.

Siguió avanzando a paso lento, sintiendo a cada paso como la gruesa nieve se hundía bajo el, cada vez más y más profunda, primero le llegaba a las rodillas, luego a la entrepierna y finalmente se vio abriéndose paso con un extenuador paso por esta, empujando con su cuerpo el grueso muro que se interponía a su paso.

Esto es agotador… uff… Miró alarmado a su alrededor, nada, solo veía blanco, a pesar de estar inmerso en la noche más profunda. ¿Como estarán esos dos?…

Siguió caminando, el frío cada vez más intransigente pareciera querer congelar hasta su alma y es que a sus huesos ya pareciera haber alcanzado, el dolor que sentía a cada paso le empezó a pasar factura, deseando querer cortarse las piernas.

¿Es acaso esto…. el final?… agh…Sus pulmones ardían en agonía con tal gélido aire que a duras penas se dejaba inhalar. Debo… llegar a lo… alto…

Siguió subiendo y cada vez la ventisca era más inmisericorde, tal era la velocidad del viento que casi cae por el barranco a su costado, lo que le heló más la sangre si cabía. Pensó que acabarían muriendo allí… que forma más lamentable de morir para un paladín concluyó. Otro paso más y miró hacia la cuerda que en el blanco infinito consumía, pero no pudo dejar de avanzar en un acto de rebeldía ante el dominio de las nieves y el viento… o del mayor de los egoísmos ante sus camaradas.

¿Donde… donde estoy?… no veo nada… no escucho nada… no siento más que dolor y frío… malditas montañas, dejarnos subir.

Y al igual que estas trataban de acabar con ellos, como si de una deidad de retorcido humor fueran respondió a su súplica.

Eso… ¿Es eso una… cueva o acaso… estoy delirando…?… no siento mis brazos… je, pronto los perderé y luego los pies…. y al final acabaré enterrado…. bajo palmos de nieve, me pregunto si… nos descubrirán en siglos… uff… congelados… seguro que tendremos rostros… de agonía y desesperación… jeh… Entró en la pequeña apertura en la roca y caminó a su interior.

Mis oidos… parece que puedo volver a escuchar… Siguió adentrándose un poco, esta hacía un codo y tras este… nada, una pared de pura roca, pero aquel frío era hasta soportable.

Un refugio… ¿¡Están vivos?!. Miró hacia atrás, uno tras otro se adentraban en el pequeño resguardo que el codo pétreo ofrecía.

Calor, necesitamos calor ya, moriremos de hipotermia si no recuperamos el calor.

El pícaro le arrancó el farol y dejándolo en el suelo abrió el resguardo de cristal para a continuación dejar caer todo de su mochila y junto a la lumbre agrupó pequeños leños de madera y papeles varios.

Thorinam… ¿Como estas?.

Que no hable, es quien peor lo ha tenido. Prendió la madera, alzándose cálidas llamas ante ellos. Los vivos juntos, tenemos que conservar calor o la necropsia acabará con nuestros tejidos.

No dudaron en agruparse frente a las ardientes llamas, poco a poco sentía como el calor fluía por toda fibra de su cuerpo pero… para nada era agradable, al revés, era como si sus dedos fueran de hielo y estuvieran quebrándose.

Yo… no quería llevaros a esto. Moviendo los dedos poco a poco se culpaba de lo sucedido, aunque no pudiera ver el rostro del paladín tras esas capuchas sentía que lo había arrastrado por un tormento que solo el tenía que sufrir.

Tengo una pregunta Drethz… ¿Por que quieres llegar allí antes del amanecer?.No lo dejaste claro en los mensajes.

Eso… Apenas podía ver al no muerto que apoyado en la pared miraba a la salida. Quería liberarlo en el alba… como sabes este tiene un gran significado en todo fiel de la Luz… pero no esperaba que esto acabara así.

Así que el alba… una luz que rompe incluso la oscuridad más profunda, la esperanza que como los primeros rayos del Sol ilumina a aquellos quienes han seguido el camino de la devoción sin desviarse de este a pesar de todas las dificultades, afrentas y dolor que han intentado desviar… hubo un momento en el que yo también pensé así. Demuéstrame que me equivoqué al abandonar ese camino Drethz… guíanos al Alba.

Vaya… Conmovido por aquellas palabras de Veldhath supo que debía abrirle los ojos. quiero hacerlo, pero no se si Thorinam lo logrará, me preocupa que la ventisca acabe con el.

Lo logrará, ha hecho hazañas que me han dejado una y otra vez sin palabras, una ventisca no acabará con el, puedo dar fe de ello… no permitiré que sucumba a esta nimiedad.

Ahora entiendo su cercanía… la confianza que se tienen entre ustedes es inquebrantable… os llevaré a la cúspide.

Yo esperaría un poco a ver si acaba la ventisca, subir este tramo ha sido extenuador y… Desplegó un mapa en el suelo. aún nos quedan como tres horas más o menos de travesía, además… con este tiempo me temo que nos será imposible ver el alba si ni siquiera podemos ver nuestras manos, pero la decisión debe salir de ti Drethz, eres nuestro líder en esta “Expedición”.

¿Que hora es Biroz?.

Umm… El Kultirano abrió su reloj. La cuatro menos diez de la madrugada… el alba más o menos será para la siete y media diría yo…

Eso nos deja un margen de tres horas y cuarenta minutos más o menos… a tres horas de camino… maldita sea, vamos con tiempo más que justo pero… Miró a Thorinam temblando de frío junto a el. No puedo arriesgar su vida… y no podré liberarlo con este tiempo… Podríamos esperar un día aquí al amanecer de mañana pero… nada nos asegura de que la ventisca acabe hoy… maldición, no quiero decirlo tras todo lo sufrido, pero… es posible que tengamos que regresar y esperar… esperemos un poco a ver si decae la ventisca y si no lo hace entonces… no, no quiero imaginarlo.

Lo veo bien pero tengo una pregunta Drethz… He leído tus cartas pero no alcanzo a comprenderlo. ¿Por que no le pediste que pusiera el portón en la cúspide?. ¿Acaso te lo propusiste como reto o penitencia personal por lo sucedido?… Se que los fieles a la Luz se guían por ese tipo de códigos, pero me parece absurdo…

El no muerto se acercó a ellos y se sentó frente a ellos tras la fogata mirando con seriedad al pícaro.

Si ves inviable avanzar te pediría que retornes a Ventormenta. Si pensabas que esto era una excursión al monte siento decirte que estas equivocado. Se que eres muy inteligente, no creo que tenga que decirte la importancia de este viaje espiritual señor Biroz. Sin resentimiento alguno.

No dejaba de sorprenderle aquel no muerto, ahora cobraban valor las palabras que le dijo Thorinam respecto al alma que ese frío cadáver albergaba.

Yo… siento haber dicho esas palabras, nunca he sido un hombre de fe y no he sido capaz de ver más allá de mi propia preocupación… simplemente me duele verles sufrir y no quisiera tener que dejar a nadie atrás… Cumpliré con los designios de Drethz, yo también quisiera despedirme por última vez de… el. Miró a la urna.

Veo que lo ha entendido entonces, siento la brusquedad de mi tono, pero no podía permitir que se interpusiera en su penitencia.

Hablas como si fueras un paladín… si no es meterme en donde no he sido invitado ¿Podrías contarme más de tu vida una vez regresemos?. Siento curiosidad por ello la verdad.

En compañía de unas cervezas, yo quisiera saber de sus encuentros con… su amigo caído en Ny’Alozha. Apenas se nada de el más allá de desde que llegó a Corona de Hielo y entró en las Fauces.

Así será, pero ahora debemos centrarnos en lo importante… ¿Que piensas hacer Drethz?. Aguardamos tu decisión.

Vamos a continuar nada más Thorinam recupere el calor, aunque no podamos ver el Alba, aunque lleguemos tarde la luz que hemos traído tanto a las Tierras Sombrías como a Azeroth serán más que dignas de su gracia.

Entonces así será, ahora entiendo por que confiaste tanto en ellos en tu periplo por las Tierras Sombrías.

Y yo entiendo por que confió tanto en ti en la lucha contra el Imperio Negro.

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¿Como estás?.

Podemos seguir adelante, siento haberos hecho esperar.

Salgo y veré que hacemos… Tomó el farol y se asomó por el borde del recodo, caminó hacia la salida y salió de la cueva.

Ha amainado mucho pero… Miró al ahora solo encapotado cielo. empieza a amanecer, es una señal. Retornó con el grupo apresurado. Recojan ya, vamos muy apresurados.

Caminaban por el estrecho camino, aún iluminado por el farol podía ya ver el barranco que a su lado se abría y el valle de infinitos arboles encapotados por nieve que en el horizonte se perdía. El rugiente viento hace tiempo que torno a un mero azote en sus oídos y la nieve fresca ya descansaba a todo su alrededor pacífica, ocultando la virulencia que allí la llevó.

Parece que las montañas han escuchado tu plegaria, las nubes se están abriendo.

Miró de nuevo al cielo y tal como atestiguó el pícaro pudo ver en los cada vez más abiertas nubes el firmamento que poco a poco cedía su oscuridad al incipiente astro rey aún oculto.

Debe quedar poco para el alba… ya falta poco.

Paso tras paso, recodo tras recodo ascendían más y más hasta que al fin, tras tornar otro recodo pudo verla, la cumbre más alta a la distancia en su majestuoso desafío a los cielos.

¿Es esa la cumbre?.

Así es Thorinam, ya casi no quedan nubes por lo que… podrá ver todo.

Siguieron caminando decididos en la carrera contra el propio mundo, cada vez estaban más cerca pero a la vez los cielos poco a poco cedían su oscuridad, el profundo negro tornó azul marino, luego un hermoso morado mañanero y al final un incipiente rojizo que anunciaban la cercano llegada del astro rey.

Tenemos que llegar, falta tan poco y hemos sufrido tanto que no podemos fallar.

¡Corre!. Debes llegar antes del alba, ya te alcanzaremos. El grito del no muerto le hizo dudar pero tonos anaranjados comenzaron a surgir.

¡Os espero arriba!.

Corrió todo lo que pudo, ya podía ver el desgajado estandarte del reino ondear en lo alto de la estéril cumbre al igual que los ya amarillentos tonos en el cielo.

Ya casi… estamos, solo un poco más.

Al fin la cumbre, dejó caer el farol y sacó la urna cuando al fin el estandarte alcanzó.

Lo logramos…. hemos llegado al fin… Mira que vistas. Sacó el morado orbe mostrándolo al mundo bajo sus pies. ¿Es precioso verdad?.

Era más que precioso, a un lado los grandes valles cubiertos de densos bosques protegidos por las imponentes cumbres cubiertas por el eterno manto níveo de Dun’Modr y al otro lado la densa bruma marina cubría todo bajo ella recelosa de mostrar los lejanos humedales pero dignándose a mostrar en el lejano horizonte los primeros reflejos del Sol en el océano, perdiéndose tras la curvatura del mismo planeta.

Hemos llegado… creo que ya casi es el momento Drethz… Sintió el apoyo de la fría mano en su hombro.

Cierto pero… no me siento preparado… Abrió la tapa de la urna y la dejó caer.

Nunca se está para algo así, pero debes hacerlo, por él… por ti.

Suspiró frustrado y miró las cenizas. Es el momento de regresar a la tierra que te dio la vida, la que juraste proteger y para la cual entregaste tu vida… serás siempre recordado no solo por nosotros, si no por los arboles que fertilizarás, las criaturas que de las plantas se alimenten y por quienes se alimenten de estas, nadie podrá arrancarte de tu destino pues toda Dun’Modr será tu lugar de descanso eterno. Se giró mirando al lado nevado del cual vinieron.

La gran mano tocó la urna. Viejo Drethz… jamás olvidaré aquellos días en Kalimdor, los tiempos que pasamos juntos luchando contra quienes nos atacaron, las noches escuchando tu caída en desgracia y todo lo que hiciste por salvarnos a nosotros de aquel destino, ojalá volvamos a ver algún día en las Tierras Sombrías para hablar de nuestras vidas como hacíamos en Kalimdor. Descansa en paz.

Biroz… ¿Estás llorando?. Miró el cielo y al fin el primer rayo de luz iluminó las nieves. Esto no es un adiós, si no un hasta pronto, que la tierra te acoja como no hizo el mundo. Arrojó las cenizas lo más fuerte que pudo saliendo de golpe de la urna, siendo llevadas por el viento por todo Dun’Modr, allí se quedó en silencio esperando hasta que se perdieron por los valles, montañas y en general todo el reino a sus pies hasta que al fin el Sol terminó de emerger.

Ha sido realmente emotivo, estoy más que seguro que se sentirá más que honrado por lo que has hecho.

Gracias Thorinam… y gracias a todos por venir conmigo, ha sido realmente importante para mi esto.

Gracias a ti por permitirle verle por última vez Drethz… aguardo la esperanza de poder verle de nuevo alguna vez.

Voy a entregar su alma al Enjuiciador, podrás verle una vez más en alma.

He de rechazar esa generosa oferta, le veré una vez muera, además, querría hablarle de todas mis vivencias con calma una vez me llegue la hora.

Eso significa que… nos separamos aquí de nuevo, vamos directos a Oribos desde aquí.

Eso me temo entonces.

Dejó la urna junto al estandarte y empuñó la dorada espada.

Antes de irnos… creo que dejaré el arma que tanto me ha ayudado… el arma que el mismo empuñó aquí, como su legado.

Ese arma… ¿La empuñó al morir?.

Así es. Miró el desgajado estandarte ondeando. Creo que este será un buen lugar. Dio la vuelta al arma, apuntando a la fría roca y con firmeza sujetó la empuñadura. Si… será un buen lugar. Incrustó con todas sus fuerzas la espada junto al estandarte y empujó todo lo que pudo, logrando dejar solo un palmo de filo entre esta y la empuñadura. Creo que jamás lograrán robarla y espero que así sea… Antes de irte quiero darte algo Biroz… Dejó caer la vaina de la espada en la nieve. Quédatela por favor.

Gracias, la atesoraré toda mi vida. Recogió la vaina.

Ya solo falta una cosa. Cogió el cincel de su mochila e inscribió con runas su nombre en la hoja de la espada lo más profundo que pudo. Bien… debemos regresar a Oribos, es hora de que su alma al fin vaya a donde merece… Te echaré de menos Biroz.

Y yo también, de verdad, recuerda escribirme cartas y avisarme de cuando al fin retornes de las Tierras Sombrías.

Eso tenlo por seguro, cuídate.

Igualmente, en cuanto a ustedes… gracias por luchar junto a el y protegerlo. Veldhath, gracias por aquellas palabras en la cueva, me estaba consumiendo por la perdida de mi querido camarada.

No son necesarias, de verdad. El oscuro portón emergió de entre las nieves y frías rocas. ¿No vienes a Oribos?.

Me temo que no, tengo una piedra hogar vinculada a la sede así que regresaré una vez termine de reflexionar a solas, que los vientos les sean favorables.

Y a ti también Biroz. Los dos humanos atravesaron el portón, quedando solos.

Antes de que pudiera hacer nada fue atrapado por el enorme pícaro que le aprisionó en su abrazo, otra vez casi dejándolo sin aire para volver a ser liberado.

Adios Biroz, estoy seguro de que se reunirán en el futuro y hablarán de tus aventuras con aquella elfa y todas las que vengan después.

Como eres… corre o se cerrará el portón anda.

Ayudado por un empujón atravesó el portón para, de golpe verse en la Ciudad Eterna, como si su viaje por las cumbres no hubiera sido más que un sueño.

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La ciudad eterna de Oribos

Mucho cambió la ciudad en su ausencia, o quizás solo se percató de ello ahora. Lo que recordara como una ciudad con más guardias y armas que civiles ahora pareciera totalmente indefensa, lejos quedaban las grandes patrullas maldraxxi y las sospechas a todo quien les rodeara, de hecho hasta el ambiente cambió pues por primera vez pudo escuchar el silvido y los murmuros que emanaban del torrente de almas… y las conversaciones entre miembros de los carteles hablando de sus exóticas mercancías y los aún más exorbitantes precios que manejaban.

¿De verdad no quieren subir?.

Lo siento Drethz, pero al igual que Biroz ver al Enjuiciador es algo que queremos hacer cuando nos llegue la hora.

Entonces… ¿Que piensan hacer ahora?.

Teníamos pensado volver al Trono a recoger los obsequios que nos han dado y despedirnos, creo que va siendo hora de regresar definitivamente a Azeroth.

¿Piensan regresar ya?.

Si, ya hemos hecho todo lo que teníamos que hacer aquí, es hora de regresar a nuestro plano y planear bien que haremos, se que la Espada del Ébano piensa centrarse en la anarquía que es la Plaga ahora… necesito el gélido frio de Rasganorte.

Lo neesitarás tu… además, dudo que quieran verme allí… ni yo a ellos, lo de Capilla aún lo tenemos muy reciente. Increpó Thorinam.

¿No iban al “este del este”?.

Si, pero hasta que organicen alguna expedición pueden pasar meses, algo tenemos que hacer hasta entonces, sacaremos mucho oro con lo que hemos logrado aquí pero no nos dará para vivir más que unos pocos años.

Entiendo… ¡Ah!. Ya lo recorde.

¿Si?.

Argent quiere organizar una barbacoa en Bastión antes de regresar. ¿Querrían venirse?.

Una barbacoa… no podríamos decir que no a una comida gratis, allí estaremos.

Entonces genial… No se cuando será, pero Argent quería regresar ya así que será pronto.

¿Tu vas a quedarte más tiempo?. No se si tienen pensado cerrar el portal.

Esa es una buena pregunta la verdad… tengo que pensar mucho sobre que haré a partir de ahora pero tengo que hacer unas cosillas en Bastión antes de irme.

Entiendo, bueno, deberías liberar su alma cuanto antes, es la hora de que comience su nueva existencia.

Ya… ¿Así que solo hay que romper el orbe no?.. ¿Seguro que no dañará su alma?.

Seguro, no por nada los brujos protegen su alma así.

No es que confíe precisamente en aquellos que usan las magias viles… pero confiaré en vosotros.

Nos vemos pronto en la comida, que vaya bien Drethz.

Eso espero…

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¿Puedo reunirme con el Enjuiciador?. He de dejarle un alma.

Por supuesto, siempre está abierto a recibirte. Sube cuando veas necesario, con su voz he hablado.

Gracias Inara.

La Cumbre de Oribos. Allí estaba el Enjuiciador en su eterna labor juzgando a toda alma por sus actos en vida, destinándolos a sus justos destinos, en pura serenidad. Poco a poco avanzó hasta llegar a sus pies, dudando si debiera interrumpirlo.

Me alegra verte de nuevo viejo amigo.

Igualmente Pelagos. ¿Como llevas tu nueva labor?.

Fantástico, guiar las almas a su merecido destino me llena de orgullo.

¿Seguro que no interrumpo nada?.

En absoluto… Algo me dice que no has venido solo a visitarme.

Así es, vengo a que juzgues un alma… Mostró el morado orbe en su mano.

No me digas, te refieres a…

Así es, hemos honrado su cuerpo desvinculándolo al fin del plano mortal, se que se unió a los Jurafauces y que habrá cometido deleznables actos pero… quiero pedirte como favor personal que lo juzgues. Se arrodilló frente al Enjuiciador.

No es necesario que me lo pidas como un favor, es mi labor juzgar a las almas y el también debe ser juzgado, liberalo del orbe por favor.

Miró el orbe y agarrándolo con ambas manos tiró de ambas quebrándola pero… se detuvo.

No estoy seguro de querer hacerlo.

Se te ve muy unido a el, pero debes dejarle que comience su nueva existencia.

Pero no podré volver a verle.

Si que podrás, pero debes liberarlo, solo así podrá ser feliz de nuevo.

Tienes razón, se que estoy siendo egoísta y no pienso en el pero tengo miedo, miedo de que acabe mal, miedo de no verle nunca más.

Las Tierras Sombrías no son un lugar de tormento eterno, no te preocupes, nadie pisará nunca mas las Fauces.

Está bien… Terminó por quebrar el orbe, liberando el alma que aguardaba su interior.

Bienvenido a Oribos, Drethz Martillosalvaje. ¿Estás preparado para ser juzgado?.

Así que usted es el nuevo Enjuiciador… El etéreo ser tan parecido a el en constitución pero a la vez tan diferente caminó con calma hasta arrodillarse frente a Pelagos. Esto significa que al fin ha llegado mi hora, al fin, tras tanto sufrimiento podré dejar mi vida atrás.

Has tenido una vida realmente dura, no te preocupes, no tendrás que luchar nunca más si así te lo propones.

Por favor, juzgarme. Se que no merezco tal privilegio, no tras unirme a quienes acabaron con su predecesora, condenaron a innumerables almas al tormento eterno y casi acaban con la existencia, pero quiero pagar por mis pecados.

Al igual que tu contraparte de esta línea temporal tienes un gran corazón e hiciste todo lo que hiciste por un noble fin, pero por desgracia todo los traumas por los que tuviste que pasar te retorcieron el alma, llevándote al final por un camino que finalmente te costó tu vida. Veo arrepentimiento puro en tus palabras y se que de no haber sucedido lo que sucedió en tu mundo hubieras acabado de otra forma, pero me temo que los crímenes y actos deleznables que cometiste a manos de los Jurafauces no pueden ser dejados pasar por alto. Sin embargo como mencioné no los cometiste por poder o avaricia, si no por un loable fin, por ello tengo pensados dos justos destinos para ti, pero antes, permíteme escuchar tu palabra.

Como usted dijo ha sido así, me cegué por el odio y la ira por el culpable del fin de mi mundo y me prometí evitar que tal fin acabara con Azeroth, por ello hice todo lo posible para evitarlo y sin embargo acabé siendo parte de una amenaza mayor, no solo eso, si no que culpabilicé a alguien inocente por los actos que cometió su contraparte cuando este al final no solo no fue una amenaza, si no un salvador. Es por todo ello que debo expiar mis pecados si es posible, o pagar por ellos.

Has hablado con sinceridad, por ello te permitiré elegir. Defenderás las mismas Tierras Sombrías que amenazaste en las filas Maldraxxi dando lo mejor de ti en la noble causa que desesperadamente buscas, cargando por siempre tus actos o te someterás a la redención de los Venthyr, expiando todos y cada uno de tus actos, para una vez liberada tu alma de estos volver a pasar por mi juicio. En tus manos dejo la elección.

Entonces tengo clara la decisión, llévame a Revendeth. No merezco la piedad Maldraxxi de dejar por alto mis crímenes pues solo podré mirarme a mi mismo si sufro lo que muchos han sufrido por mis actos, además, estoy harto de las armas, cansado, agotado… llevo toda mi existencia cargando con ellas y… solo quiero una pacífica existencia si lograra al fin pagar por todos mis actos.

Revendeth entonces… veo que realmente quieres redención, y los venthyr lo lograrán seguro, estas dispuesto a ello… está bien, tu destino será expiar tu piedra del pecado a sus manos para volver a ser juzgado una vez la hayas limpiado… Aunque me temo que no será fácil, si no arduo y muy doloroso, pero con tu convicción estoy seguro que no demoré en verte de nuevo.

Le estoy gratamente agradecido por ello Enjuciador… antes de llevarme. ¿Podría dejarme unos minutos para que hable “conmigo”?

Por supuesto.

Muchas gracias. El alma se levantó y le miró apenado.

Yo… vi el funeral que me hicieron, no tengo palabras para agradeceros tal solemne acto que alguien como yo no merecía.

Es lo mínimo que podía hacer por un muerto.

Dile a Biroz que espero con ganas el día en el que nos reencontremos, quiero que me cuente todo lo que ha vivido para yo contarle mis pereceres por Revendeth…

Esto no debió acabar así idiota… ¿Por que no viste que fuiste controlado?.

Supe en todo momento quien era Zovaal y los Jurafauces, pero tan retorcido estaba por el odio a Aiden que hice todo lo que fuera por intentar matarlo… convirtiéndome en lo que más odie. Debí haberte escuchado… debí haber parado esta locura.

No nos diferenciamos tanto, yo también seguía ese camino hasta que unas nobles gentes Miró a Pelagos. me detuvieron y abrieron los ojos, si no hubiera sido por ellos hubiera acabado igual que tu, que tuviste la desgracia de haber sido arrastrado a lo más profundo del camino de la infamia… en verdad siento no haberte detenido allá en Uldum.

Mírate en que te has convertido, en lo que aspiraba ser antes de que el mundo se sumiera en la desgracia, me honra saber que fuiste quien acabó con mi miseria, no te culpes por mi muerte, si no que alégrate de haber acabado con el sufrimiento de este viejo demente, por favor, sigue tu camino y prométeme que jamás cometerás los errores que me han llevado a esto.

No merezco tu perdón, realmente llegué a odiarte con todo mi alma…

No te tengo más que agradecimientos, de verdad, salvaste mi alma de la condena de las Fauces, eso es más que todo el odio que tuvieras a mi persona. Te espera una brillante vida y una existencia tras esta aún más si es posible, haz que nuestro nombre no esté manchado por mi, por favor.

No permitiré que eso suceda, te juro que a partir de ahora me guiaré por el honor y la virtud, no por la venganza.

Así que al fin ha emergido el paladín que una vez imaginé… gracias por permitir verlo.

He tenido buenos maestros… ahora me debes una promesa.

Claro.

Quiero que un día, cuando hayas salido de Revendeth y yo haya muerto, nos tomemos unas cervezas o algo fresco tranquilamente, y si está el alma de Biroz y esos dos humanos tan… “peculiares” mejor.

Dalo por hecho, pero no tengas prisa por morir.

No es que tenga prisa pero… Miró las raíces de su barba con aquel gris ceniza empujando fuera el otrora dominante áureo cabello en su imparable avance. No se si mi cuerpo esta por la labor.

Se que odias las despedidas, yo también las odio, pero ha llegado el momento me temo.

Un poco más por favor, tienes la eternidad por delante.

Pero tu todavía no, antes de irme, dile a padres que siempre los he querido, siempre los recordé desde el día que los vi morir incluso cuando era parte de los Jurafauces.

Claro.

En cuanto a ti… cuídate, los momentos que pase junto a vosotros en Kalimdor fueron los mejores en años, ojalá hubieran continuado muchos años más.

Para mi también lo fueron… Se acercó a abrazarlo, pero lo atravesó.

Yo también quisiera abrazarte, pero no tengo forma física… No lo tomes como un adiós, si no como un hasta pronto.

Nos veremos… y beberemos mucho no lo olvides.

Esperaré con ansias nuestro reencuentro, hasta entonces cuídate.

Y tu también.

Señor Enjuiciador, es el momento, es hora de afrontar mi destino.

Así será… así será.

No dejaba de verlo, sin parpadear, pues temía perderlo de vista. Poco a poco el alma empezó a alzarse hasta llegar a la altura de Pelagos, para ser alzado al flujo de almas sobre este para entrar como un alma más… perdiéndolo de vista entre el eterno cauce de almas.

Exhaló vacío por dentro, como si algo en su interior hubiera sido arrancado. Nos volveremos a ver…

No te preocupes por el, aunque el camino de la expiación sea duro logrará superarlo sin problemas, estoy seguro que pronto volverá… y se ganará el tan ansiado descanso eterno que tanto ansía.

Eso espero… pero siento que algo me ha sido arrancado.

Eso que sientes es la perdida de alguien querido.

Al menos se ha sincerado con el mismo…

Así es, ya ha tomado un gran paso a su redención… por cierto, ¿Que piensas hacer a partir de ahora?.

No lo se, en parte quisiera descansar pero por otra… siento como si algo me vinculara a estas tierras… pero sinceramente no lo se, quizás vaya a la Mano de Plata a controlar la desbocada plaga… ya decidiré más adelante.

Toma la decisión que tu alma desee, solo así serás feliz.

Ya… pero tengo que ver cual es esa decisión… pero antes festejaremos la victoria, admito que tengo ganas de la barbacoa que Argent quiere hacer, ojalá pudieras venir.

Y yo también, pero sabes que no puedo dejar Oribos.

Lo se, creo que he de marchar Pelagos, hasta pronto.

Hasta pronto, dale recuerdos a Kleia.

Así lo haré.

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A la sombra de los arboles el variopinto grupo conversaba sobre todo lo que habían vivido en aquel tumultuoso viaje. El semielfo no dejaba de meter más carne a la brasa que al chisporrotear volvía loco al larión, deseoso de probar el delicioso manjar que en las latentes brasas se cocinaban.

Valerie abrió otra botella de cerveza junto a Veldhath y Thorinam que a la vez le dieron un trago, no lejos Uther hablaba con el joven aspirante Vretikan junto a Kleia; y como no Frouryo, Ananetosis y Katifeia se apuntaron también. Al fin respiró con alivio al ver al fin la plácida imagen que tenía de aquel lugar, de doradas colinas mecidas por la suave brisa bajo el celeste cielo.

Así es como debe ser, al fin ha acabado la pesadilla. Le dio un sorbo a su botella de gélida cerveza.

Por cierto Argent, ¿Donde está su mujer?. Estaba también invitada.

Sacó unos filetes y los dejó en la brillante bandeja. Mi querida Soul está recogiendo nuestro campamento, no se vio con ganas de venir pues quiere volver cuanto antes a Azeroth, joven Thorinam.

Es una lástima, al menos llévale algo… ¿Piensan volver ya?.

Así es, habiendo devuelto la paz a estas tierras nuestro objetivo ha concluido y tengo muchas cosas que hacer en Azeroth, como Alto Señor me llevan reclamando hace tiempo y es hora de volver a mis funciones así que cuando acabemos de comer me temo que nos tendremos que separar.

Azeroth… parece que fue ayer cuando acabó esa guerra, ¿Como está el asunto de la Plaga?.

Problemático, en Quel’thalas andan alertados, confío en los Caballeros de Sangre pero es posible que nos necesiten así que no podemos quedarnos más aquí pero dejemos eso para después, estamos aquí

Me apena saber que se marchan, se me hará raro no ver a Argent, Drethz y Valerie con nosotros pero estoy segura que volveremos a vernos otra vez.

Gracias Kleia, pero no quiero morir aún, ya nos veremos dentro de muchos años. Valerie empezaba a mostrar sus mejillas rojizas.

Nosotros también echaremos de menos a nuestro “comandante”, nos llevó a la victoria. Frouryo alzó orgulloso su mano de dedos protésicos reluciendo bajo el celeste azul.

Fue gracias a todos y… os echaré de menos, más de lo que creen. Resignado miró a los tres kyrianos.

¿Que le pasa al cielo?. ¿Por que se ha vuelto blanco?… ¿Cuando se ha puesto blanco?.

Miró al cielo, este mucho distaba del despejado celeste que siempre acostumbró a ver, de hecho no quedaba un ápice de el pues se volvió en su totalidad de un blanco puro.

Al fin… el ánima rebosa de nuevo en Bastión. Kleia parecía estar al borde del lloro.

Así es, a veces en Bastión cuando hay exceso de ánima esta cubre los cielos y precipita, hace tanto que no se daba que lo había olvidado.

Tal cual dijera Uther pequeños copos blancos como si de nieve fuera caían a su alrededor, reflejando todo el espectro del arcoíris al caer, tan delicados, tan frágiles.

Es cierto… No he percibido tanta ánima desde… Torghast. Así que Bastión ha regresado a la normalidad… me alegro.

Así es Drethz, al fin las almas están llegando, como debe ser… al fin nuestra labor ha vuelto a tener sentido.

Kleia…

Bueno se acabó, hora de comer. El semielfo sacó de las brasas los últimos filetes restantes retirándose el mandil. Vamos no tengan vergüenza y coman, que se enfría.

Todos se deleitaron por la carne cocinada por el semielfo y en efecto le saltaban las lágrimas al probar algo tan delicioso y sin embargo seguía inquieto, por mucho que lo pensara no sabía que hacer al regresar y cada vez que sacaba una opción no le satisfacía, no le llenaba, al contrario que la comida venida de tan lejos.

Otra cerveza “alto señor”.

Solo queda agua Valerie, ya se acabaron.

¿¡Que?!. ¿De verdad no queda?. ¿Y tu eres nuestro líder?.

Es que no pensaba que nuestros amigos kyrianos se iban a unir.

Más os vale que si acabo aquí al palmarla sepan hacer cerveza de calidad, os lo advierto.

Seguro que Mikanikos lo logra, todo lo que sean conocimientos le vuelven loco.

Eso espero por su bien… Dame agua anda.

Así que regresar a Azeroth… y dejar estas tierras… No se si seré capaz, ha sido tanto tiempo y… tantas buenas gentes… Miraba a su alrededor, no podía imaginarse dejar lo que consideraba su segundo hogar.

Poco a poco la bandeja quedaba más y más vacía hasta que finalmente acabó en el suelo para regocijo de Helios, que se puso las botas con los restantes filetes, acabando relamiendo la grasa restante en esta.

Ha sido una bonita velada pero… pronto tendré que irme pero antes… ¿Recuerdas que te dije que te daría el tabardo de nuestra orden pero no había llegado?. Pues la acabo de recibir. ¿Podrías volver conmigo?. Quiero ortogártela en nuestra sede.

Argent eso quiere decir que… ¿Quieres que vuelva a Azeroth ya?.

Eso es. Me gustaría que me sirvieras en la Mano de Plata.

Yo… Miró a su alrededor y a los kyrianos que emocionados le miraba. Es una gran oferta pero… Sintió que al fin obtuvo su respuesta en lo más hondo de su ser. Creo que tendré que rechazarla.

¿Estás seguro?. No es que tenga nada en contra pero me agradas.

Lo se y seguro que estar a sus ordenes sería maravilloso pero… creo que ya se que haré a partir de ahora.

¿Que harás a partir de ahora?.

Quedarme.

¿Como que quedarte?. Añadió Veldhath.

No voy a regresar a Azeroth.

Pero… estas vivo, debes volver a tu mundo… no puedes quedarte aquí. Sintió a Kleia intentando que entrara en razón. Aunque te estemos tan agradecidos por tu labor… este no es tu lugar… aún no.

Estas tierras y sus nobles gentes me han dado un propósito, un motivo por el que vivir, no solo me han cambiado la vida, si no mi existencia más allá de esta. Al llegar estaba tan perdido, tan sumido en la oscuridad que hubiera acabado consumido, sin su inestimable apoyo jamás hubiera encontrado mi camino. Es por ello que os lo debo todo, quisiera permanecer aquí y servirles desde este momento hasta el fin de mi existencia.

Así que eso era lo que sentía… pero ya has sacrificado demasiado, no puedo permitir que sacrifiques por nosotros tu propia vida.

He vivido más estos años aquí que el resto de mi anterior vida junta, estas tierras son más que un hogar para mi, y deseo ser parte de estas.

Primero Pelagos y ahora tu… esa convicción me abruma, yo… no puedo negártelo…

Por mi está bien, esa resolución es inquebrantable, entonces arrodíllate Drethz, portarás el tabardo desde este preciso momento.

¿De verdad están seguros de que debería quedarse?… Sigue estando vivo, debería regresar a Azeroth…

Olvidalo Veldhath, ha tomado una decisión. Sacó de su mochila el celeste tabardo. Por suerte lo traje.

Es como me dijo Pelagos, la decisión que mi alma quiere.

Desde este momento portarás el tabardo de nuestra sagrada causa, defendiendo por toda tu existencia los pilares y principios que rige la Mano de Plata, que la Luz rija siempre tu camino, paladín.

Agachó la cabeza, sintiendo como el tabardo caía en su cuerpo.

Levántate y porta con orgullo este tabardo desde este momento.

Levantándose se ajustó el tabardo a su cuerpo, este por suerte parecía ser del tamaño perfecto.

Enhorabuena, ahora eres parte de nuestra causa, deja su nombre más alto que nunca.

Así lo haré, Alto Señor.

Es un honor que seas parte de la orden que fundé, enhorabuena por unirte a nosotros.

Es todo un honor para mí escuchar eso de usted Uther… no les fallaré.

Siento ser tan abrupto en un momento tan importante pero… me temo que aquí nos separamos por ahora Drethz… he de regresar.

Argent… ha sido todo un honor luchar a tu lado y ser instruido por usted, sepa que jamás olvidaré sus palabras y espero que un día nos volvamos a encontrar aquí, para pasar el resto de la eternidad juntos.

Gracias por ello, espero poder visitarte en algún momento pero si no sucediera… que la Luz guíe siempre tus pasos, se que lograrás todos tus propósitos en estas bellas tierras.

Igualmente Argent, dale recuerdos a esa peculiar pareja y ojalá tengan una vida sin imprevistos.

Por supuesto.

Ah, una cosa antes de marchar… ¿Podrían avisarme de cuando Azeroth nazca?… Quisiera verlo con mis propios ojos si vivo para entonces.

Eso tenlo por seguro… lo siento joven, pero he de irme ya, mi querida Soul estará impacientando.

Espera Argent… voy contigo.

¿Valerie?.

Si, no quería decirlo pero… también he de irme, necesito volver a mi misma tras todo esto… además, ya no tengo nada que hacer en las Tierras Sombrías.

Entonces regresemos juntos Valerie.

Valerie… sintió más vacio en su interior. cuídate y… evita regresar de la “forma ordinaria” pronto por favor.

Por supuesto, no voy a dejarme matar fácilmente, no lo olvides.

Claro…

En nombre de toda Bastión y las Tierras Sombrías muchas gracias por su ayuda, nuestra deuda con ustedes es infinita y le deseamos la mejor de las suertes en sus vidas venideras, sepan por seguro que les esperaremos con los brazos abiertos una vez mueran y sus almas retornen.

Gracias Uther, yo también deseo que logres superar tus traumas y perdida, estoy seguro de que lo lograrás.

Es una larga y ardua lucha, pero lo lograré Argent.

Hasta pronto a todos. ¿Nos prestas a Helios para llevarnos al portal de retorno a Oribos verdad Drethz?.

Por supuesto, Helios llévalos por favor.

Vio como subían en su leal larion y como alzando el vuelo desaparecieron en el de nuevo despejado horizonte hasta que poco a poco el cada vez más reducido punto desapareció.

Hasta pronto Valerie… Sintió una lágrima caer de su rostro.

¿Drethz?… ¿Acaso… sentiste algo por ella?.

Yo… solo le deseo una larga y próspera vida…

Siento el vacío de tu interior… confío en ella, se que vivirá muchos años.

Así que te quedas… es un honor que sigas con nosotros pero… habrá que convencer a la Arconte de ello, es quien tiene la última palabra.

Cierto… espero que sea comprensiva y lo entienda Uther.

¿Quieres que te lleve?. Tu larión tardará en regresar.

Gracias, me harías un gran favor.

Entonces yo llevaré a Vretikan. ¿Por cierto, ustedes quieren ser llevados?.

No se preocupen, un paseo nos vendrá bien.

Esperen.

¿Si?.

¿No se van a ir aún?.

Que va, aún tienen que terminar de arreglarme mi armadura, quedó hecho un colador arrugado con aquellas condenadas cadenas.

Y tu también Veld… Nos veremos pronto Drethz, espero que logres convencerla.

Gracias Thorinam.

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Sobrevolando las doradas colinas no dejaba de pensar en la decisión que tomó, no sentía preocupación alguna, más bien alivio, pero por otra parte le apenaba saber que pronto tendría que separarse de aquellos a quienes ya apreciaba y… saber que no volvería a ver de quienes no pudo despedirse antes de partir.

¿Sucede algo?. Te veo pensativo.

Simplemente pienso en quienes no volveré a ver, dejo muy buenas gentes en Azeroth.

¿De verdad estás seguro de que quieres quedarte?. Aún estás a tiempo de regresar.

Lo se, pero aquí tengo una causa como dije, un motivo por el que seguir adelante, además… tengo que ver a unos viejos camaradas, juré verles de nuevo aunque me llevaran eones.

¿Camaradas caídos?.

Así es, no se donde estarán, pero se que algún día volveré a verles, tengo toda la eternidad por delante.

Lograrás verles de nuevo pero antes… has de convencer a la Arconte, no será fácil.

Lo se, pero he de lograrlo.

Fuerte Elíseo

Como tantas otras veces la gran Arconte aguardaba en lo alto del fuerte, con decisión caminó hacia esta hasta que al fin llegó a los pies de la líder quien destacó en su presencia.

Se bienvenido Drethz. ¿Vas a retornar a tu mundo?.

De eso quería hablarle Arconte.

Valerie y Argent ya se despidieron ante mi hace unos días y sin embargo se que hay algo distinto en ti.

Se arrodilló ante ella.

Así es, he tomado mi propia decisión… no, mi alma la tomó hace mucho más bien, salvo que al fin lo he sabido. Hemos decidido quedarnos en este reino.

Imaginé que sería algo así… a diferencia de tus camaradas mortales tu has sentido algo más que la desinteresada ayuda por los nuestros desde el momento en el que llegaste frente a mí . Mucho ha pasado desde entonces pero tu implicación ante los nuestros no dejó de crecer cada vez más y más, llegando a arriesgar no solo tu vida, si no tu propia existencia como tal pero… sigues siendo un mortal con una vida por delante, sería una necia si desafiara los designios de los Primeros permitiendo que los mortales vivieran en las Tierras Sombrías, desafiaría el eterno constructo que dicta el ciclo entre la vida y la muerte permitiendo que te quedases entre los nuestros.

Aquello le sintió como un mazazo en su pecho. Así que eso es una negativa… que necio llegué a saber que podría…

Y sin embargo desafiar el rígido constructo que guió nuestro reino por eones fue lo único que evitó nuestra desaparición como Uther a tu lado puede atestiguar. He aprendido de la desgracia que asoló nuestro reino que esta nueva era de gloria que ante nosotros se abre que he de dejar de ser tan inflexible con nuestros dogmas y normas… te debemos tanto que nada sería suficiente para compensarte por lo que has hecho por nosotros, veo férrea convicción en tus ojos… la convicción con la que Pelagos asumió su gloriosa ascensión como Enjuiciador, se que dejarás en buen lugar nuestro nombre, es por todo ello que te concedo tu petición.

No puede ser… ¿Acaso alguien como yo…

Así es, a partir de este momento servirás a nuestra noble causa por toda la eternidad.

Es mi mayor honor Arconte, no la decepcionaré.

Chyrus tenía gran interés en ti, deberías ir al Templo de la Humildad cuanto antes.

Humildad… espero que sea digno de ello.

Antes de irte, a pesar de que no puedas Ascender por tu condición de mortal no te exime de realizar las pruebas por las que todo Aspirante debe recorrer en su camino y… a mis oídos han llegado voces de que quieres ver a unos camaradas caídos. ¿Es así?.

¿Acaso sabe donde están?. Sus ojos se abrieron como platos.

Me temo que nadie sabe a que curia exacta van las almas tras su juicio, pero tras sus hazañas podemos difundir sus nombres por todas las Tierras Sombrías, quizás lleguen a oídos de tus camaradas tu nombre.

¿Podrían hacer eso?… Eso sería algo que jamás podría pagarles.

Gracias a sus hazañas la existencia se salvó, es lo menos que podemos hacer por ustedes.

No tengo palabras de agradecimiento y aún así, en mi necedad, quisiera osar pedirles un último favor.

Depende de que se trate.

Llegado el momento y si permanezco con vida… ¿Podría ver como nace el alma mundo de Azeroth?… Hemos luchado tanto por salvarla de tantas amenazas que quisiera verla con mis propios ojos.

El alma mundo que el Carcelero quiso matar para cumplir sus maquiavélico objetivo, es algo que yo misma quisiera ver, pero no puedo dejar las Tierras Sombrías. Quiero que seas mis ojos llegado el momento y me la describas al detalle.

No la decepcionaré, espero llegar con vida ante tal suceso.

Se que no lo harás. Puedes marchar, no hagas esperar Chyrus, ve con mi gloria.

Así será.

Levantándose sintió como al fin logró llenar el profundo vacío que tanto le atormentaba desde… ni recordaba cuando, al igual que el despejado cielo supo que al fin el alba llegó a el.

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¿De verdad estás seguro de ello?. Tiene demasiado valor sentimental para ti.

Miró aquel metálico objeto que tanto evocaba aquel maldito día. Lo se Thori pero… yo no volveré a darle uso, merece seguir en uso salvando a su portador…

Pero a duras penas lograste recuperarlo. Creo que deberías mantenerlo.

No, el lo llevará a lugares más allá de nuestro entendimiento, escribirá nuevas historias junto a el y llevará el emblema de nuestra caída patria más allá de lo que jamás pudimos pensar, todos en las Tierras Sombrías recordarán Lordaeron y eso es más de lo que yo jamás lograré, mientras su alma viva nuestro reino perdurará.

Esta claro, eres un poeta frustrado… pero tienes toda la razón.

Lo pensé pero… al final elegí las armas, espero que se ajuste bien a el, tengo ganas de regresar a Azeroth.

Y yo, siento que no encajamos ya en este plano, al menos por ahora.

Suspiró frustrado. ¿Listo para tener que tragar fiestas e invitaciones formales por una temporada?.

Que remedio… supongo que es el precio por salvar la condenada existencia pero mira el lado bueno, alojamiento y comida gratis en abundancia por una temporada.

Tu nunca cambias eh… y ni se te ocurra hacerlo.

Llevo casi más tiempo muerto que vivo, claro que no lo haré, idiota.

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Templo de la Humildad

Tal cual rezaba su nombre aquel lugar estaba privado de todo tipo de ornamentos y lujos superfluos al igual que sus moradores que lejos de vestir elegantes togas de intricadas puntadas vestían pulcras togas blancas, sin puntada dorada alguna. Al llegar pudo ver al Dechado sentado en el suelo junto a varios de sus seguidores conversando. Por lo que aguardó en silencio hasta que acabaron y se levantaron.

Gracias por esperar, sentaros frente a mi y hablemos, se que no han venido para despedirse de servidor.

Así es.

Puso al día al Dechado de todo lo hablado con la Arconte, su vida en Azeroth y lo sucedido en su periplo por aquellas tierras, bajo la atención del dechado que siendo todo oídos escuchó todo lo que tenía que ofrecerle para al fin acabar.

Estoy de acuerdo con su decisión entonces. ¿Recuerdas lo que hablamos la última vez que nos vimos verdad?.

La última vez… la oferta de unirme a su templo una vez me llegara la hora ¿verdad?.

Así es, puesto que has decidido unirte ahora vuelvo a realizar la pregunta que reservaba para el futuro. ¿Deseas unirte a mi Templo?. Ver como ayudaste a aquella alma que llegó a Bastión reafirmó lo que vi en ti durante todo tu viaje por nuestras tierras.

Por supuesto, no se si cumplo con las virtudes con las que su templo se rigen, pero haré todo lo posible por ceñirme a ellas.

Solo debes ser tu mismo, verás como te sentirás cómodo entre nosotros y contigo mismo.

Conmigo mismo… albergo mucha oscuridad dentro de mi y aunque haya logrado ver quien era en verdad siento el peso de todos mis actos en Azeroth… y mis manos manchadas de sangre. Recordó otra vez la despedida.

Puesto que quieres seguir recordando tu vida tendrás que aprender a convivir con ello y eso es parte del camino que has… han de recorrer, será duro pero se que lo lograrán.

Entonces. ¿Que he de hacer… a partir de ahora?.

Te quedarás aquí en nuestro templo como discípulo, por supuesto tendrás que superar las pruebas para una vez llegado el momento ascender.

Como ella dijo pues.

Además ayudarás a guiar a las nuevas almas que lleguen a nuestro reino en sus primeros momentos de su nueva existencia, vi el alivio que aquella alma sintió tras hablar con el y el regocijo en la tuya, será instructivo para ti ver como se sienten aquellos que acaban de atravesar el Velo.

¿Estás seguro de que yo debería ayudar en algo así?. Lo de aquel día fue excepcional… no se, sentí que no solo el morir, si no el ver a tanta gente expectante no sería ni mucho menos bueno para aquella alma.

Te acabas de responder tu mismo.

¿Eh?. Así que eso fue… Está bien, cuente conmigo.

Tengo otra tarea importante si deseas aceptarla.

Depende.

¿Recuerdas los fragmentos de alma que recuperaste de Torghast verdad?.

Cierto… ¿Lograron encontrar a sus respectivas almas?.

No, pero vamos a empezar a buscarlas. Tardaremos eones en encontrarlas en la inmensidad de las Tierras Sombrías pero cuando lo logremos… quiero que las traigas a Bastión para reunir alma y fragmento, digamos que queremos que vayas en las misiones diplomáticas de nuestra curia en general, no solo a la hora de los fragmentos.

Eso significa que… ¿Podría ver otros reinos más allá de las doradas colinas?.

Así es, hay momentos en el que necesitamos enviar emisarios a otras tierras y creo que alguien como tu estaría encantado de aceptar tal puesto.

Imaginar otros reinos más allá de su comprensión era algo que francamente le ilusionaba.

Por supuesto, pero antes de nada tengo que despedirme de un par de buenos camaradas que van a volver a Azeroth.

No te preocupes, hay mucho que hacer en Bastión antes de poder volver a la normalidad, mientras tanto toma, tu nueva toga. Es simple como ves, pero quien sigue el camino de la humildad no desea ostentar lujos.

De sus manos recibió una sedosa toga blanca prístina, sin mota alguna y a diferencia de las que vistió anteriormente, sin puntada dorada y sin embargo la aceptó sin recelo alguno.

Gracias, prometo que esta vez no acabará como todas las anteriores. Recordó como una tras otra acabaron hechas jirones toda toga que poseyó.

No te preocupes por ello, como he acabado mis enseñanzas por ahora estoy libre así que os enseñaré el templo.

Discúlpeme dechado, pero he de volver al templo de la Devoción, hay mucho que hacer aún antes de poder acoger a nuevos discípulos.

Claro Uther, me alaga que nos hayas visitado, si necesitan apoyo saben donde estamos.

En cuanto a ti Drethz seguro que te sentirás cómodo aquí, si me necesitas para lo que sea estaré seguramente en el Templo de la Devoción.

Espero que todo vaya bien a partir de ahora, lo sucedido en la sequía no debe repetirse jamás.

Y así juramos los Abjurantes, nuestra unidad con los Kyrianos no volverá a quebrarse nunca, nos vemos.

Este salió volando por los cielos de nuevo, perdiéndose en el celeste firmamento.

Hora de guiarte por el templo, hay mucho que ver ahora que eres parte de el… Por cierto ¿Cuando te despedirá de tus camaradas?.

Muy pronto, los echaré de menos.

Volverás a verlos seguro. Cámbiate de toga y comencemos, antes de que mi Mano se vaya al Reposo del Héroe.

Claro.

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Oribos

Allí estaban los tres bebiendo unos tragos en el afamado bar de la ciudad eterna, afamado pues era la única en aquel lugar y donde antes habían mortales reponiéndose de sus heridas y recuperando la moral entre tragos contando sus aventuras ahora solo habían especuladores y algún emisario de remotas curias hablando de sus negocios. No pudo retirar la vista de la mochila a los pies del no muerto, abultada hasta parecer reventar y familiar… demasiado familiar de hecho.

Así lo has logrado, se me hace raro el que te quedes aquí pero… si todos están de acuerdo no soy nadie para oponerme. El no muerto le dio otro trago a la insulsa “cerveza” venida de algún rencognito mundo.

Si, pero la verdad es que os echaré mucho de menos, no saben cuanto.

Y nosotros a ti de verdad, aunque podríamos visitarte de vez en cuando, ya sabes… tenemos una “puerta trasera” si deciden clausurar el portal. Thorinam le dio un par de pequeños codazos al no muerto.

Si el no lo ve mal estaría encantado pero… tendrían que ser muy pausados, no podemos meternos en problemas.

Eso sería genial, quisiera saber como está Azeroth en mi ausencia, confío en ustedes y en que de una maldita vez no se maten entre ellos en absurdos conflictos.

Soy reacio a pensar que han aprendido de esto pero… tengo la corazonada de que al fin tras tanta desgracia logremos convivir de alguna forma, por cierto, esa toga te queda muy bien, hace conjunto con las canas que empiezas a peinar.

Yo también espero que así sea y… gracias. ¿Puedo preguntaros algo?.

Claro.

Esa mochila… ¿De donde la han sacado?. Señaló la desgastada mochila.

¿Eso?. Lo encontramos en Torghast, debieron robársela a alguien de Azeroth a las malas, por que un asa estaba rasgada y… no me digas que es tuya.

Así es Veldhath, un Abjurante me la robó al poco de llegar.

Es cierto que nunca hemos abierto el bolsillo menor, con tan poco tiempo libre no hemos tenido el tiempo ni para pensar en ello, el grande estaba vacío y la aprovechamos sin más, te la devolvemos por supuesto.

No es necesario, no la necesito pero… quiero abrir el bolsillo, las cosas de más valor las tenía en ese.

Claro. Thorinam alcanzó la mochila y apartando las jarras vacías la dejó caer con un sonoro ruido metálico.

No es que me sea demasiado útil lo que guardase pero nunca se sabe, visto que aquí se negocia igual o más que en Azeroth… Abrió el bolsillo y empezó a sacar todo lo que contenía. Me parece increíble que no hayan robado nada de esto y sin embargo se llevaran la ropa y utensilios de acampada. Se encogió de hombros.

Tu cartera, llaves, un saco de oro… si que es raro si. ¿No le verían los Jurafauces valor al oro?.

Llaves… Miró cada una de ellas. Las del negocio, las de casa, la taquilla del banco… que lástima de casa, la compré y apenas la he usado unos meses y para colmo no parece que vaya a volver pronto a ella… o en lo que me queda de vida. Suspiró frustrado y miró a los humanos. Tampoco es que creyera que esto acabara así la verdad. ¿Quien podría haberlo imaginado?.

Nadie pensó que esa condenada Sylvanas trabajara para algo que no fuera su ego, ahora falta esperar a que Azeroth nazca… y recuperar nuestra patria.

Ojalá logren reasentarse y… que os vaya bien a los dos, se que puede ser raro pero… me recuerdan a esa pareja elfa tan unida pese a sus diferencias.

Muchas gracias por tu apoyo, en cuanto a ti te deseo lo mejor y hablando de ello… tengo un obsequio para ti. El no muerto abrió la mochila y con cuidado sacó un escudo gris azulado con el emblema real de Lordaeron en el centro, a pesar de los roces y golpes parecía más que capaz de soportar miles de embates.

¿Es eso un escudo de Lordaeron?.

Así es, hice que me lo trajeran desde Azeroth para que pasaran por las manos de los mejores herreros de Maldraxxus y aunque parezca un tanto maltrecho me han asegurado que durará más que nuestro mundo.

Espera… El obsequio es… ¿El escudo?.

Así es, este es el escudo que en vida porté y con el cual caí, por suerte pude atesorar mi armadura hasta el día de hoy e hice que la remozaran pensando en nuestro retorno pero… creo que este escudo servirá mejor en tus manos.

No puedo aceptar algo de tal valor de verdad… debes portarla tu como su legítimo dueño, de verdad, no puedo aceptarlo.

No lo veas como un regalo, me dijiste que serías un emisario de Bastión por las Tierras Sombrías, quiero que lo lleves siempre, te ayudará a que tus camaradas caídos te reconozcan, seguro que serán capaz de reconocer el emblema y… no queremos que nadie olvide nuestro reino, no solo lograrás que no caiga en el olvido, si no que ojalá quienes murieron en la matanza puedan verlo y sepan que hicimos todo lo que pudimos y más por protegerlos… consideralo mi legado.

Está bien, portaré este escudo allá a donde vaya, lograré encontrarme con quienes fueron tus vecinos y ciudadanos… en cuanto a mi, también tengo un obsequio para ustedes. Del llavero sacó la llave más grande y se la puso en la fría palma del no muerto.

¿Por que me das la llave de tu casa?… Sabes que no aceptaré algo así.

Y no os estoy dando mi casa como tal, mientras viva seguirá siendo mía como que la pagué al contado cobre por cobre, pero una casa necesita mantenimiento y ustedes no tienen un techo por el momento, ustedes me mantienen la casa impoluta a cambio de poder usarla y gestionar el negocio que mis “socios” tienen entre manos, al menos hasta que logren construirse un hogar ustedes. ¿Es justo no?.

Tardaremos años en recuperar nuestro reino y aún más en construirnos un hogar… está bien, te mantendremos la casa hasta que quieras regresar.

Muchas gracias a ambos, creo que todos hemos salido ganando con este trato ¿Verdad?. Pero la cartera y el saco de oro me los quedo yo. Tomó tanto la cartera como el saco de oro.

¿Y tu eres del Templo de la humildad?… Recriminó Thorinam con gesto fruncido.

Una cosa es ser humilde y otra idiota, nunca se sabe si necesitaré el oro para algo y una cosa, tengo una libreta con todo lo necesario para gestionar el negocio que regentan Menel y Argent…no, no ese Argent, el hermano… es una historia muy larga. Hagan que paguen siempre a primeros de mes la cuota, no creo que tengan problemas pero a veces se escabullen yendo a la playa y cosas del estilo.

Claro claro, no te preocupes por ello, seguro que son buena gente y… me temo que nos iremos pronto, Thori necesita un largo descanso tras tanto esfuerzo y yo también, además, tenemos mucho de que hablar viendo que nuestra… “relación” Dijo mirando a los lados un poco nervioso. se está formalizando.

¿Por que lo dices por lo bajo como si fuera malo?. Recriminó el paladín. Si que es raro pero… ni que fuera malo estar conmigo.

No es por eso, pero hay ciertos asuntos que hasta a mi me ponen nervioso, empezando por el asunto de tu mortalidad o más bien la ausencia de la mía.

Ah… conozco dos soluciones a ello pero… Thorinam acalló palideciendo.

No quería asustarte Thori, aún tenemos muchos años por delante para pensarlo.

Ya, pero aún así… me asusta tanto las “soluciones” como el traspasar el Velo solo.

Es inútil palidecer por ello en este momento, seguro que llegaremos a un consenso.

Eso espero…

Es evidente que están muy unidos, les deseo solo lo mejor, se que dejo en buenas manos mi casa.

Gracias… prometemos que la cuidaremos como oro en paño Drethz, es lo menos que podemos hacer por ti.

Confío en ustedes… de verdad, la próxima vez que nos veamos comeremos y beberemos mejor que en la barbacoa, si veo algo interesante en los reinos de las Tierras Sombrías os lo traeré.

Y nosotros lo mejor de Azeroth Drethz… Creo que es el momento. Veldhath recogió la mochila y la cerró a conciencia, guardándose la llave en el bolsillo.

Espera… no saben donde está.

Biroz nos espera al otro lado del portal, el seguro que lo sabrá.

¿Os está esperando?.

Si, tenemos otro obsequio para el y… es un buen señor, quedamos en una ruta de tascas por Ventormenta nada más regresar.

Si que se han hecho amistad pronto… eso es bueno.

Pues si, ahora entiendo por que confías tanto en el.

Pues si.

Los tres se levantaron de las sillas y tras pagar salieron del local.

Nuestros caminos se separan por ahora Drethz, pero pronto volveremos a vernos.

Eso parece… ojalá cuando regresen sea para decirme que se han asentado.

Y de ti queremos escuchar que te has encontrado de nuevo con tus camaradas.

Gracias… odio las despedidas. ¿Saben?.

Si… pero nuevas aventuras nos esperan a todos y no debemos hacerlas esperar, además, volveremos a verte, te lo prometemos.

Gracias… si pueden traigan a Biroz, a ver si logra encontrar una nueva pareja… y a ser posible una humana.

El mundo se libró de los híbridos “Kultikaldorei”… para suerte de todos.

Eres retorcido Thori… no estás precisamente para hablar.

Bah, ni que nuestra reputación fuera a ser en algún momento buena. Un Caballero de la Muerte y un Ex Escarlata, suena a historia de elfa calenturienta.

Hemos salvado la realidad, ya solo por eso… bueno nuestro amigo tendrá que retornar a Bastión, no le quitemos más tiempo.

Pero no me lo quitan…

Tenemos que irnos, y tu también… Nos vemos Drethz, cuídate.

Igualmente, hasta pronto.

Alzando la palma el no muerto se dio la vuelta seguido por el paladín, por lo que profundamente apenado el hizo lo mismo dirigiéndose al maestro de vermis, sin dejar de mirar hacia atrás mirando como los humanos se alejaban poco a poco en el bullicio de la ciudad hasta que le fue imposible verlos entre tanto guardia y especulador.

Y con esto se acaba la trama principal hasta que avance DF, dudo que escriba con el enano de prota hasta bien avanzado DF pero escribiré cosas aunque creo que lo enfocaré más con los humanos, digamos que es un final abierto pero por ahora pasará los años del skip de DF en SL y posiblemente más. (pero vivencias en bastion-SL seguro que algo caerá, digamos que es una nueva aventura para el)

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Al fin, tras el retorno de los mortales a Azeroth todo retornó a la normalidad a las tierras de los muertos. Los días tornaron semanas que a su vez pasaron a ser meses y mes tras mes quedaba cada vez más lejano su contacto con el convulso mundo del cual provenía salvo por la inesperada visita de la joven caballero de sangre que buscando un arma para contrarrestar a la plaga en su Quel’thalas natal quedara prendida de aquellas tierras y… por algún motivo del kyriano que le ayudase en tal tarea pareciera reconocerla remotamente, lo que le hizo recordar a sus progenitores que tanto tiempo hiciera que no vieran y añorase.

Mes tras mes se sucedieron a la vez que sus últimos atisbos de dorado cabello terminaron por desvanecerse dominados por el canoso gris conforme se hacía a la vida en aquel reino y seguía realizando sus pruebas en lo que ya consideraba su segundo hogar y aunque estuviera tan lejos de su hogar natal seguía al tanto de lo que se daba en el lo mejor que podía, la falta de noticias importantes no hacía más que albergar la esperanza de que al fin, tras tantos años de conflictos, la paz había llegado a Azeroth.

Y al fin… se acabó. Dejó la pluma en el tintero orgulloso de su hazaña. Al fin he terminado de escribir mis memorias de las Tierras Sombrías como quiso Thenios. Revisó la última página de epílogo aún húmedo. Si, ya está acabado, le he cogido el gusto a escribir… ¿Debería comenzar otro relato?… Y de hacerlo. ¿Sobre que lo hago?. Umm… Miró pensativo al celeste cielo.

Tengo correo uhuuhh.

¿Correo?. Miró volviendo a la realidad al Administrador que portaba abultadas cartas en su faltriquera. ¿Cuanto tiempo llevas esperando?.

Desde que casi tiras la tinta.

¿Desde que casi tiro la tinta?. Eso fue… hace horas. Miró extrañado al emplumado ser. ¿Por que no me dijiste nada?. Estaba tan concentrado que…

No quería distraerte, yo solo cumplo con mi trabajo.

Pero podías haberme avisado… da igual, ya no tiene solución. Dame el correo por favor.

Tienes mucha correspondencia si, correo de tu mundo.

Hacía tiempo que no recibía correo, veamos.

El administrador le dio una tras otra tras otra carta, no parecieran acabar hasta que al fin le dio la última… en efecto todo el correo de su faltriquera era para el.

Vaya, si que me han escrito… toma una moneda de oro para que te compres algo de los especuladores. Ve y sirve. Le dio una dorada moneda, prístina e impoluta con el emblema real de Ventormenta y el rostro del rey Varian en el reverso al administrador que se lo guardó como si de su mayor tesoro fuera y tras comprobar que la tinta de la página estuviera totalmente seca cerró este, volvió a abrirlo y viendo que no estropeó la escritura volvió a cerrarlo para dejar en el hueco dejado todos y cada uno de los sobres.

Veamos… de padres, de Argent “alto señor”, de Argent y menel, de Biroz, de Veld y Thorinam, del Consejo de los Tres Martillos, de la Alianza… si que se ha hecho de oír mi nombre, anuncios… ¿Es que hasta en las Tierras Sombrías no me libro de la propaganda?. Tras comprobar que era un anuncio de un local de togas para magos novicios de Dalaran arrugó el sobre enojado. desde luego… aún quedan varias, espero que no sea para venderme varitas. cogió las pocas que quedaban. Anda mira, de Magni, espero que vaya bien en Silithus. Y la última, que raro… es de Tal-Inara, la dejaré para el final.

Todo sobre recibió el tratamiento de daga para ser devorado los mensajes que cada uno de ellos contenía, algunos con contenido formal y minuciosamente escrito y otros más mundanos e informales, hasta que solo quedó el mensaje de la portavoz sin leer.

Voy a tener que redactar muchas cartas de vuelta, aunque sinceramente, me alegro de que se acuerden de mi. A padres les enviaré un obsequio de Bastión creo y les pediré que me traigan una de esas cámaras Selfi para enviarles imágenes, se que les gustará. En cuanto a Veld y Thorinam no se que debería escribirles, no esperaba que acabara su hogar así… es una verdadera lástima que no puedan cumplir sus planes. Tomó el último sobre y lo abrió. Me pregunto por que me habrá escrito…. Leyó con atención el mensaje de la portavoz hasta que aquel nombre llegó a sus ojos, aquel nombre que le hizo palidecer y por el cual releyó una y otra vez la carta palabra por palabra.

Así que has respondido a mi llamada, Eleanor.

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