Caminantes de las fauces

Encolerizada Devos no les dejó cuartel. Sus feroces cargas no les permitía más que esquivar por poco la sedienta lanza que cortaba cual flecha el aire entre ellos.

¡Maldición!. Rodó a su costado esquivándola. Le tembló las piernas al levantarse. Empiezo a flaquear… si caigo estoy muerto.

Otra carga hacia el que apenas pudo esquivar, le asombraba la velocidad de Devos. ¿Que hacemos Veld?.

Este lanzó unas cadenas heladas a la Abjurante, que estallaron en esquirlas al impactar en su presa. Qsiih… Tenemos que arrebatarle la lanza, no queda otra.

La lanza…

Siguieron esquivando con cada vez más dificultad las incesantes cargas de la Dechada. Cada vez notaba más cansancio y sin embargo Devos parecía estar igual de fresca.

¡Tengo una idea!. Aquella jovial voz fémina no le dio buena espina. La vio correr a la dorada pared. ¡Si quieres matar a la Arconte tendrás que pasar por encima de mi cadáver!. Creyó que había perdido la cabeza, pero estaba demasiado lejos de ella.

¡Entonces serás la primera en morir!. Llena de odio cargó hacia Valerie, que rodó en el último segundo exponiendo la fría pared tras ella.

¡Los cielos son nuestros necia!. Alzó el vuelo casi rozando la pared, desapareciendo en el cielo sobre sus cabezas.

Es buena maldita sea… Veldhath tengo un plan, escucha… Ambos hablaron sin poder escucharlos.

Un intenso chispazo recorrió su cuerpo desde la espalda. Mierd… mi cuerpo se resiente… Volverá pronto Miró a Thorinam. ¿Debería pedir que me… Miró sobre ellos a la herida Arconte. aún puedo continuar… aún… debo lograr acabar… con ella.

Un cosquilleo recorrió su barba y pelo, algo electrizante, como si el ambiente estuviera cargado.

¡Ah!. ¡Que calambrazo!… Valerie agitaba su mano vigorosamente.

¿Calambrazo?… ¡Resguardados en el interior de la cúpula ahora!.

Entre ellos se formó una celeste cúpula suficientemente grande para que entraran todos. Ver huir a la Arconte con un ala herida le hizo correr por instinto a resguardo.

¡Escuchadme!. Pequeñas descargas impactaban contra el prístino suelo fuera de la cúpula. Todos a la pared cuando sea seguro salir.

Volará hacia arriba de nuevo Veld, allí no podemos hacer nada.

Tu cumple mi orden, esta vez no fallaremos.

Grandes rayos impactaban ya a su alrededor con ensordecedores truenos ensordecedores, y no dejaba de cargarse más el aire a su alrededor. Los pelos expuestos cobraron vida propia siendo más parecidos a puerco espines que otra cosa.

Mantengan el temple, que no cunda el pánico… Pero notaba que hasta para un no muerto la situación era de miedo cuanto menos.

El caos. El esperado trueno no llegó, si no que el aire a su alrededor literalmente detonó como si este fuera de pura Azerita. Cegado, ensordecido y en general aturdido pensó que llegó su inevitable final.

¡Arriba!…. ¡A las armas!…. Entre el horrible zumbido aquella ronca voz se abría paso. Lo siguiente que notó fue un fuerte tirón que le arrastró hacia atrás y le alzó sobre sus pies.

¿Que… que… ¿Sigo… viv…o? Jadeando intentaba en vano tomar aire. Sus pulmones parecían que no podían captar más del preciado elemento. Cada inspiración le hacía arder el pecho con fuerza.

¡Maldita seas Arconte!. ¡Mi lanza purificará Bastión!. Volvió a cargar contra los humanos encolerizada.

Poco a poco recortaban espacio con la pared, que milagrosamente seguía indemne. Carga tras carga notaba sus piernas más pesadas y molestas pero podía ver como el plan seguía en marcha.

¿Hasta cuando van a luchar por la tirana?. ¡Su curia está acabada!, ¡Bastión será nuestra!.

…. ahora.

A la orden de Veldhath todos se apartaron de Valerie que miró desafiante a Devos.

¡Tu eres la tirana!. ¡Tu fin ha llegado!.

¿Otra vez la pared?. Muy bien, empezaba a cansarme de vosotros… y vuestra “amada” Arconte os ha abandonado. Cargó contra ella de nuevo, que rodó para esquivarla.

Que esto funcione…

Paladines y no muerto imbuyeron de sagrada luz y descomposición el suelo alrededor de Devos que alzó otra vez el vuelo indemne.

¡Ahora Alafunesta!.

La jurafauces surgió tras el muro lanza en ristre y con pasmosa velocidad azotó las alas de la Abjurante.

¡No!… ¿Por qué…? Una nube de negras alas rasgadas y sangre empezó a caer sobre los mortales. ¡Traidora!… Se giró con dificultad y lanzó la lanza cual jabalina a la Jurafauces, que no logró esquivarla.

¡Alafunesta!… Pagarás por esto… gruñó Veldhath.

La lanza atravesó limpiamente a Alafunesta y volvió a manos de su nueva propietaria, ahora bañada en sangre.

El plan sigue en marcha… La ahora gélida voz carente de sentimiento le recordó a “ese ser”.

La Jurafauces cayó al vacío y Devos bajó frente a ellos, en el borde de la planta volando con mucha dificultad.

Se… se acabó… Alzó la lanza a los cielos… y otra vez volvieron los cosquilleos y la tensión en el aire.

Es mejor de lo que pensaba… solo tenemos una oportunidad…

De la gran lanza emanaban pequeños rayos celestes. Pequeños rayos impactaban en el suelo con ferocidad.

Corrió hacia ella concentrando luz entre sus manos. A cada paso sentía calambres recorrer su descalzo pie pero no podía detenerse, como si de un ejercicio de concentración fuera siguió concentrando luz ente sus manos hasta que percibió el mango.

¡Cae!. Lanzó el martillo de luz que girando sobre trazó un arco golpeando la cabeza de Devos .

¡Aargh!. No puedo… caer.

¡Aparta!.

Por encima de el un arco de oscura magia alcanzó la lanza agarrándola como si de una rapaz tomando su presa fuera, arrancándole esta de las manos de Devos.

¡Mortales!, ¡Imbuyan la lanza con el ánima!… La Arconte con esfuerzo sobrevoló a la aturdida Devos.

Veldhath lanza en manos se acercó. Es tu momento, apunta bien. Recibió la gran lanza de la Arconte.

Yo… No os fallaré.

La sorprendentemente ligera lanza pareciera responder a la llamada del extraño instrumento central al cual llegaba el agónico flujo de ánima desde abajo así que se acercó raudo.

¡No podréis acabar con… una idea!… ¡Ya han… perdido!. Empezó a alejarse lentamente en irregulares aleteos.

Deben… acabar con ella.

Llegó al artefacto concentrándose en la cada vez más lejana Devos. Se notó más ligero de lo normal y como aquella lanza se tornaba por segundos más poderosa.

Apuntó con la cabeza de esta a la Abjurante y exhaló. Esto es por… todos los caídos.

Empujó la lanza con todas sus fuerzas y la lanzó. Esta salió cortando el aire envuelta en rayos perdiéndose en el horizonte.

¿Eh?… La Arconte salió tras la lanza lo más rauda que pudo.

¡AAARGH!. El afligido grito de dolor se llegó a escuchar desde allí.

¿Ha… caído?… ¿Acabo de matar a… Devos?… No lograba sentir felicidad, si no una amarga sensación de victoria.

Eso parece. Las dulces palabras de Valerie sonaban fuera de lugar en ese momento.

La Arconte regresó con Devos en su brazo y la ensangrentada lanza en la otra. al llegar la dejó en el suelo con cuidado, manando abundante sangre del destrozado costado. Aquel rostro petrificado en dolor sería algo que no lograría olvidar en mucho tiempo.

Tienen mi gratitud mortales. Siento que hayan tenido que hacer algo tan desafortunado como esto pero… por desgracia era necesario.

Le dolió ver a alguien que recordaba inflexible y autoritaria tan dolida, sintió culpabilidad en aquello.

Pensábamos que los vínculos con la vida eran lastres que habían que liberar para avanzar y sin embargo unos mortales nos han salvado hoy…

No era capaz de hablar, para colmo cada vez sentía más dolor en su cuerpo.

Todos estos actos han demostrado que he estado cegada ante las adversidades… cuando el Carcelero caiga tendremos mucho que discutir… y cambiar. Un pequeño cristal cayó de un bolsillo de Devos.

Disculpe pero ¿Podemos tomar ese ánima?… Thorinam dio un paso manteniendo las distancias.

Esto… esto es un espejo de alma… Almacena un recuerdo de Devos.

Entonces debe quedarse en Bastión.

Deben llevárselo a Thenios… Regresemos al Fuerte Elíseo, debemos informar de todo lo sucedido.

Entonces el responsable debe tomar el espejo.

Supo que era el por las miradas de todos así que con dificultad se agachó y guardó en su pequeña mochila el espejo con cuidado.

Varios kyrianos llegaron al poco de que la Arconte tomara a Devos en brazos. Aseguren las Agujas, mortales, regresemos.

Dos kyrianos tomaron por parejas a los mortales y alzaron el vuelo. La Arconte se les adelantó, desapareciendo en el horizonte.

Maldita sea, no nos hemos despedido de ellos. A su lado Valerie se maldecía.

¿Despedir?.

Ellos regresaran directos a Maldraxxus seguro, no permiten el acceso a quienes no son de la curia.

Eso es… ¡AAARGH!. Como si estuvieran despellejandole su espalda no dejaba de gritar de dolor.

¡¿Estás bien?!.

Los efectos de las…curaciones…. están acabando……

Aguanta hermano, llegaremos en nada.

El dolor cada vez se hacía más insufrible y le parecía que el cada vez más cercano Fuerte Elíseo se alejaba.

Tras la tortuosa vuelta regresaron a la plaza central. La Cresta de Ascensión yacía destrozada con mil fragmentos desperdigadas siendo recogidas por Administradores.

Las largas caras de tristeza de los presentes atestiguaban la catástrofe sucedida. Y allí estaban ellos con otra noticia de no muy buen agrado.

No… Sus piernas fallaron, haciéndole caer de rodillas. Apenas lograba conjugar palabra alguna ente lo que veía y el imperante dolor en todo recoveco de su maltrecho cuerpo. maldita… sea… Ensangrentadas cubiertas blancas ocultaban montones de cuerpos alargados en los bordes de la plaza.

¡Han vuelto!. La familiar voz de Pelagos le alivió un poco pero… ¿Estas bie… Cayó a su costado, mirando al cielo sin poder hacer nada… sucumbiendo a la oscuridad.

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Oscuridad. Al fin paz. Solo la eterna oscuridad se manifestaba en su sepulcral silencio donde nada se podía apreciar ni percibir. El tiempo pareciera haber desaparecido en aquel lugar.

Todo aquello acabó con el incipiente alba que rompió y dominó a la oscuridad. Al volver en sí pudo ver al kyriano de dorada armadura de espaldas.

Miró a su alrededor. Pareciera que estuviera sobrevolando las lejanas montañas pues apenas se veían las recortadas cumbres de estas. Aparte de un gran arco que daba la bienvenida al lugar, unas campanas no muy grandes a los laterales y un panel a sus pies poco más había, más bien era un lugar humilde para lo que acostumbró a ver.

¿Donde… ¿Donde estoy?. Desperezándose intentó levantarse, cosa que el dolor en su espalda le impidió, pareciera que algo estaba siendo arrancado de cuajo de esta.

Al fin has despertado. Estás en el Templo de la Sabiduría, te llevaron aquí después de que colapsaras. Le pareció que le hablaba de forma muy cercana.

Entonces lo de Devos y la “Cresta”…

Me temo que si, pero no te culpes de ello. Por cierto, uno de mis discípulos me habló de tu encuentro con el, me comentó cosas preocupantes del camino que estás tomando y creo que deberías quedarte aquí un poco.

Recordó el encuentro al cual se refería. …ya lo recuerdo… la verdad es que ya no se que hacer… Pero no puedo detenerme, tengo que… Intentó levantarse, parecía que le estaban arrancando la piel de la espalda. ¡AAGH!.

Tus heridas siguen frescas, te las curaron pero son más severas de lo que parecían. Te quedarás aquí recuperándote.

Pero aún quedan muchos Abjurantes en pie.

Y tu no estás en condiciones de enfrentarte a ellos, la prioridad ahora mismo es reconstruir la Cresta de Ascensión, cosa que tus hermanos mortales están haciendo ahora.

¿Y los Abjurantes?.

La prioridad es saber su organización ahora que su líder ha caído, no atacaran hasta que se reorganicen.

Entonces… debería ayudarles a reconstruir la Cresta…

Deberías quedarte conmigo, estas sumergido en un mar de dudas que te pueden arrastrar a la perdición de tu alma.

Suspiró. ¿Están seguros de ello?… ¿No es ridículo que alguien que se supone que estaba para ayudaros acabe necesitando ayuda verdad?. Miró cabizbajo al prístino suelo.

Son la luz en estos tiempos tan aciagos, tenemos que cuidarnos entre nosotros y evitar que las dudas nos dominen.

Duda… Le hizo recordar algo. Tome de Devos un “espejo de alma” o algo así…

Está listo para que lo veamos. Esperemos que arroje luz en los motivos que la llevaron por ese camino. Si me permites. Se acercó frente a el y le ofreció la mano la cual tomó. Levantase fue cuanto menos molesto y acercarse a lo que ya sabía que era un panel tampoco fue agradable con su aún maltrecho pie.

Ver el panel con el cristal le hizo tragar saliva, no solo por lo que deparaba el cristal, si no por las pasadas experiencias con estos.

¿Estás preparado?.

No del todo pero tenemos que continuar.

De acuerdo entonces, supongo que ya sabrás como imbuir de tu ánima el espejo. Pareciera que estaba preocupado.

Concentrarme en ello si. Respiró hondo y centró su mirada en el geométrico cristal.

Estaré viendo lo mismo que tu. Conozcamos la realidad. Cerró sus ojos y simplemente se concentró en el cristal. Ante sus ojos se abrió paso el Fuerte Elíseo y junto a el la Arconte, a diferencia de su vivencia se respiraba una extraña paz que se le antojó extraña.

Los sucesos que llevaron a la Dechada de la Lealtad a la sublevación se sucedió como si estuviera mirando con sus propios ojos. La llegada de aquel alma y su siniestra herida; la creciente duda ante una Arconte que cegada no quiso ver la realidad; la captura del alma del vil verdugo y su sentencia a la condenación eterna; la creación de los Abjurantes. Pudo ver todo como si fuera ella. Se encontraba en la Ciudadela de la Lealtad, tratando de dominar un enorme goliath a la fuerza cuando parpadeo, viendo ante el la cristalina memoria levitando grácil mente.

Así que este fue el camino que llevó a Devos a la duda. Su fin era honrado pero sus medios violentos acabaron con ella. Tomó el cristal y se lo guardó en un pequeño saquito de su cinturón.

Lysonia, su mano, la acompañó poco después… seguramente ahora sea ella quien lidera a los Abjurantes. Dudo que con el precoz ascenso al que fue sometido Uther esté preparado para liderarlos, aún así deberíamos ir tras su pista, es la clave de la sublevación Abjurante.

Ja… Empezó a reír. jajajaja…. ¡JAJAJAJA!. Cada vez más fuerte y retorcido.

No es un motivo para reirs… ¿Sucede algo?.

Que si sucede algo… jah… la vista empezó a nublarse tras un manto acuoso. ¡¿Que si sucede algo!?…. ¡Esto es ridículo!.

Ambos son del mismo mundo… Esto debe ser duro para ti pero….

¡¿Que si es duro para mi!?… Un héroe y modelo a seguir acabó siendo un maldito traidor sanguinario…. me he unido a una curia cuya líder nos ha ignorado a todos y aún así… ¡Soy tan idiota de unirme a su servicio!.

Hiciste lo que tu alma realmente vio justo.

¡No sabes nada!… claro… ¿Que van a saber?…. tenían el problema delante de sus narices y no hicieron ¡NADA!. Su garganta aquejaba sequedad. …en que maldito momento me uní a la Cruzada Argenta… ¡En que maldito momento!.

No sucumbas a la duda, recuerda por que estás aquí.

Tienes razón… Estoy aquí para ser partícipe de una guerra civil mientras ese condenado Carcelero sigue condenando a millones de almas por que… ¡SIGUEN TRAYÉNDOLAS A LAS FAUCES!… Tenía que haber vuelto a casa y esperar a morir… hubiera acabado en el mismo infierno, pero al menos no lo hubiera sabido… tenía que haber regresado a casa tras mi muerte… nada de esto me hubiera pasado… estaría viviendo feliz como un humilde tabernero….

Se dejó caer sobre el panel apoyándose en este. El dolor físico quedaba superado por el dolor y el estrés emocional.

¿Te importa que me siente junto a ti?. Esa voz le era tan paternal que pareciera recordarle a su padre, el cual no sabía nada de su último viaje.

Es tu Templo, haz lo que te de la gana… Dejó caer sobre sus manos su frente.

Escuchó a su lado como se sentaba Thenios a su lado.

Si no quieres hablar escúchame por lo menos. Le recordó a su padre.

Querrás convencerme para que os ayude… ya lo dijeron, somos la ayuda que vino del cielo… nos necesitan y luego… nos devolverán a Azeroth y adiós…

En lo que a nosotros respecta son iguales a quienes han venido por la vía común. Les tenemos mucho aprecio por todo lo que han hecho por nosotros hasta ahora, no os usaremos para nuestros intereses, nunca os obligamos… de hecho si no se ven en condiciones pueden regresar a su mundo.

Me gustaría creer eso pero… mi experiencia del pasado no me dice lo mismo… es más ¿Por que me intentas ayudar?, solo soy un simple mortal… que ni siquiera logra estar al nivel de mis “camaradas”…. ellos se ven tan… seguros de ellos mismos…

Todos han necesitado apoyo emocional. Están en un lugar en el que no debieran estar hasta morir. Vienen de un mundo convulso y violento y para colmo han tenido que experimentar tantas circunstancias adversas en tan poco tiempo que aún están intentando asimilar. No conozco tu vida pasada pero quiero ayudarte a salir de ese mar de dudas que no ha dejado de crecer en ti… ¿Recuerdas que frase tenías que responderme cuando asciendas?.

Pero… eso es dentro de tanto tiempo y además…. las Fauces… La ira había dado lugar a la depresión.

¿Que pregunta era?.

Suspiró. …que por que lucho.

Eso es, si has llegado aquí es por que luchas por algo que te ha llevado a arriesgar no solo tu vida, si no tu alma.

Solo me he dejado llevar en verdad…

Te mientes a ti mismo.

Es la verdad. Luche por que me vi obligado a ello, por poder, dinero…

Sigues mintiéndote, solo así puedes sentirte miserable.

¿¡Eh!?. No supo el que, pero supo que ese ser tenía toda la razón en lo más hondo de su alma. Como… no es eso…

Tu sabes que es así, el noble alma que tu cuerpo porta sabe que es así.

Maldita sea… Empezó a asustarse. ¿Acaso estás usando algún tipo de hechizo o algo parecido conmigo?.

No soy el Dechado de la Sabiduría por nada.

Ya veo que no os regalan los títulos… Tomó aire y lo exhaló por la boca. La verdad, no se ya ni quien soy… tantas cosas han sucedido en estos años que… No pudo continuar, sin quererlo se mordió un poco los labios.

Quiero que me respondas a otra pregunta, pero esta vez aquí y ahora. ¿Por que has luchado?. Y quiero una respuesta sincera de tu alma, no de tu atormentado cuerpo.

Ya lo he dicho pero… esto es como con Kleia… en verdad no he luchado por oro, poder o subsistencia si no por… la sola idea que le rondó la cabeza le hizo avergonzarse de pensarlo.

Casi lo tienes, por muy ridículo o imposible que te parezca dilo, no voy a juzgarte.

La primera vez fui reclutado pero… más bien por vengar a todos los que cayeron a manos de ese bastardo… si, el que viste ser arrojado a las Fauces.

Eso si ha salido de tu alma, sigue así y déjale que siga hablando.

Después me uní a la Cruzada por lo que sentí que era un deber divino. Evitar que aquellos que no podían defenderse cayeran, recuperar aquellas tierras a su antigua gloria y evitar que un mal así volviera… eramos la maza y escudo de la Luz.

Una noble causa sin duda.

Y luego… no quisiera hablar de ello…

Deja que tu alma hable, si ella no quiere respetaré su deseo.

Mi alma… Como una pesadilla recurrente aquellos años volvían a maldecirle. en aquellos años luche por… no se por que lo hice… ¿Encontrar mi sitio en el mundo?… oro… no…

Que estés arrepentido de ello es una señal de que no buscaste hacer el mal que cometieras.

No hay día que no me arrepienta por ello pero… no quería que pasaran necesidades, era la única forma de lograr salir adelante.

Entonces el fin era digno, no seguiré presionándote sobre ello ahora pero me gustaría que habláramos de ello cuando estés más calmado. La raíz de tus dudas emergen de ese momento.

Eso hubiera podido decírtelo sin todo esto…

¿Como te sientes?.

¿Como me siento?… no se, igual supongo.

Otra vez estás mintiéndote, ¿Como te sientes realmente?.

Yo… Dejó de pensar. En lo más profundo de su ser notó una extraña sensación agradable de ligereza. …me noto más… “ligero”… es raro pero por algún motivo… agradable.

Eso es que tu alma al fin ha logrado liberarse del peso al cual ha sido sometida. Si quieres liberarla de algo más de peso puedes contarme por que has luchado desde entonces.

Sintió que debía hacerlo, que solo así lograría avanzar. De acuerdo… Luche por evitar que dos grandes males asolaran nuestro hogar… que acabaran con la vida de quienes… más quería y luego… recordó su hacinamiento y el alma al cual podría haber salvado. …acabé sucumbiendo. Y pensar que pude haber evitado que inocentes hubieran acabado muriendo… no puedo perdonármelo.

No te preocupes por ello ahora, termina de aliviar tu peso.

Claro… luego vine aquí, pensé que así quizás podría hablar con mis camaradas caídos, poder al menos agradecerles su sacrificio pero lo que encontré fue un nuevo objetivo en mi vida o eso creo… no puedo detenerme o volver hasta que revertamos el flujo de almas y las llevemos a donde merecen estar… no puedo permitir que acaben en ese infierno pero… ¿por que?. ¿Es algún tipo de redención el que busco?… ¿Que ganaría con eso?, ¿Por que estoy…

Basta. Empiezas a recaer en la duda. Enhorabuena al fin has empezado a ver quien eres tu realmente, y ese es el primer paso para dejar atrás el mar de dudas que te ahoga.

… ¿Realmente… soy así?. No parezco yo la verdad…

Ese es quien eres realmente, reflexiona sobre ello y deja que salga a la luz.

Ojalá sea así… parecía alguien… que ojalá fuera así.

Eres así, solo que lo ocultas como tu mismo dijiste hace un tiempo… Ya que vas a estar aquí un tiempo ¿Te importaría ayudarme con mis labores?. Mis discípulos están ayudando a todos quienes están inmersos en la duda y me vendría bien una mano extra. Se levantó frente a el.

Claro.

Le tendió su celeste mano, la cual no dudó en tomar.

Bien, ayúdame entonces a regar las jardineras y arrancar las malas hierbas.

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En el Trono del Prelado.

Ya verás como se alegra Marileth de saber que su ungüento funciona a las mil maravillas.

No sabes la potra que has tenido de no volarle las manos por los aires… por cierto me debes dos pintas, que no lo he olvidado.

Mi estimado Thorinam, te prometí dos pintas y bien que las tendrás, pero antes debemos informar de lo sucedido a la Baronesa de lo sucedido en Bastión, a ver si logran apañárselas con los restantes traidores.

Eso espero, creo que necesito recuperar energías y un baño caliente, creo que llevo desde Azeroth sin bañarme… pero antes las dos pintas.

Yo tambien debería bañarme… y no te preocupes que esas pintas son tuyas.

Recorrieron la sala bajo la gélida mirada de Draka.

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Aunque no podía hacer gran cosa a consecuencia de su maltrecho cuerpo hacía lo que podía. Arrancaba las malas hierbas verdes que brotaban por doquier en contraste a las doradas y moradas plantas de las jardineras. Algunas pequeñas enredaderas ya empezaban a estrangular los largos tallos de las esbeltas plantas doradas que lucían estoicos pese a la adversidad.

Cerca de el Thenios arrojaba un matojo de malas hierbas a un montón creciente que se acumulaba en el prístino suelo.

¿Vas bien?. Ya falta poco para tener esta parte acabada.

Si… ¿No tienen esos… “Administradores” para que hagan esto?. Arrancó una mala hierba que se resistió a ceder.

Están apoyando a tratar a los heridos, además, a veces es bueno mancharse las manos, se podría decir que es una lección de humildad que nunca viene mal recordar.

Otra mala hierba que se resistía por muchos tirones que le diera, parecía que sus raíces estuvieran por debajo del adoquinado.

Veo que has pillado una terca… Esta situación es una buena metáfora de lo que son las dudas.

Siguió tirando con fuerza, pero la condenada planta se resistía con todo su ser a ser arrancada. ¿Unas malas hierbas… dudas?… ¡Pero quieres salir de una vez!.

Una jardinera bien cuidada es bella pero cuando la descuidas como nos ha pasado empieza a brotar la duda. Al principio son pequeñas, inapreciables, pero están enraizando en lo más profundo de la tierra. Poco a poco van tomando la jardinera, alzándose, ocultando las bellas plantas que habitan en ella hasta que al final las sobrepasan y mueren pues no solo las ocultan en un bosque de maleza, si no que no les permiten tomar los nutrientes y el sol que necesitan.

Seguía intentando arrancar la planta tirando con todo su peso hacia atrás pese a las molestias de su espalda.

La única forma de evitar que la duda acabe conduciéndote por ese camino es arrancarla de raíz. Puede costar, e incluso ser doloroso, pero solo así lograrás que las bellas plantas puedan seguir deleitándonos con su belleza natural.

Acabó cediendo el pequeño arbusto, levantando por los aires un pedazo de tierra que acabó desperdigada a su alrededor. Al fin… Perdón por el destrozo.

No pasa nada. ¿Has entendido la metáfora verdad?.

Quieres decir que realmente soy una de esas plantas alrededor de la cual ha crecido maleza ¿verdad?. Miró a su lado la parte de la jardinera ya limpia de maleza y regada.

Correcto, al igual que estamos haciendo ahora debes arrancar de raíz todas las dudas que ahogan y ocultan las bellas plantas que desean volver a ver la luz. Será doloroso, pues muchas están profundamente enraizadas pero cuando logres arrancarlas al fin verás que habrá merecido la pena.

Sacó las raíces que pudo del agujero y las dejó caer en el montón de maleza a tirar. Desde luego va a ser duro… son muchos años ya y muchas llevan desde entonces conmigo…

Cuanta más confianza tengas en ti mismo más difícil será que enraícen las dudas, sin embargo es una tarea continua, como un jardín siempre hay que cuidarse pues siempre surgen dudas.

Supongo que tienes razón…

Anima esa cara, hoy hemos logrado un gran paso adelante, no solo has visto que tu jardín está lleno de maleza si no que además has logrado ver un atisbo de las bellas plantas que se ocultan tras la maleza.

Lo único que puedo hacer ya es confiar en su palabra la verdad…

Entonces solo queda una cosa que hacer, empezar a limpiar la maleza, como te dije será duro, lento y arduo pero ya verás como merecerá la pena.

Limpiar la maleza… Sintió como una leve luz de esperanza se abría paso en la eterna oscuridad. No queda otra si no quiero acabar como ellos.

Bien hemos acabado por ahora. Se levantó y sacudió las manos. Vamos a comer algo, luego acabamos con esto y haremos muchas más cosas… ¿Te interesa la literatura?.

Con un poco de esfuerzo se levantó también. No he tenido mucho tiempo para nada últimamente la verdad… supongo que leer algo me hará desconectar de todo esto.

Perfecto entonces, bueno vamos a tomar un merecido alimento.

El resto del día transcurrió tal cual planeó. Repusieron fuerzas, devolvieron la jardinera a su perdida gloria y limpiaron la plataforma del Templo. En lo que asumía ya su cuerpo como “noche” acabó cayendo rendido en su reubicada tienda de campaña, cerca del Templo.

Los días siguientes se resumieron en ir hablándole sobre su vida a Thenios, al menos los momentos con los que se sentía cómodo y poco a poco ir profundizando en aquellos no tan cómodos como fue su pesadilla en Strattholme cuando solo el logró sobrevivir.

Al fin un enviado llegó al Templo, informándolos de dos grandes noticias, algo que siempre venía bien en aquel convulso reino.

Muchas gracias. Ve y sirve. El mensajero salió volando frente a ellos.

Así que han rescatado a Jaina y reconstruido la Cresta, al fin buenas noticias aunque…

¿Una duda verdad?.

… Correcto.

Dímela y te ayudaré a acabar con ella.

Solo faltan Thrall y Anduin para que nuestra “misión” habrá acabado en teoría… después supongo que volveremos a Azeroth y dejaremos las Tierras Sombrías pero… no quiero regresar aún… prometí que salvaría esas almas.

No será tan fácil me temo y… si sucediera haz lo que sientas justo.

Que haga lo que sienta justo… ¿Pero y si me quedo sin posibilidad de volver a mi mundo?.

Si haces lo que veas justo no te arrepentirás de ello. Si se diera ese caso no dudaríamos en acogerte hasta que te llegue la hora.

Eso es… duro… no poder ver a mis seres queridos nunca más pero a la vez… siento que es mi deber estar aquí ayudando a quienes han caído víctimas de esa condenada Alma en pena y su maestro.

No pienses en ello… estoy seguro que los mortales seguirán aquí bastante más tiempo, la amenaza del Carcelero es demasiado grande para su mundo también.

… no confío mucho en nuestros líderes tras lo que nos ha llevado aquí pero… espero que no sean necios y por una vez vean la amenaza a la que nos enfrentamos, si se retiran a Azeroth ya pueden irse sin mi… aunque eso signifique que no pueda volver a verlos… frustrado suspiró. Aún sigo sin entender por que pienso así cuando siempre que pude huía de los problemas, no es propio de mi… o quizás eso es lo que creo.

Pensar en probables solo hace recaer en la duda, así que no lo hagas. Pero es bueno que no te hagas guardado esos pensamientos y hayas vencido a esa duda, como te dije el otro día has empezado a ver quien eres realmente.

Ya veo… La verdad es que me estas ayudando más de lo que creía, no se como te lo podría pagar.

Es lo menos que puedo hacer por un hermano necesitado, el verte sobrepasar la duda es más que suficiente para mí, y más en estos tiempos de duda.

Son unos seres demasiados nobles, ojalá hubieran más como ustedes en mi mundo de verdad, parece que nos lideran los seres más necios, cegados y ególatras que hayan en el cosmos… Recordó a la Arconte.… aunque hayan cosas que son iguales sea donde sea… Dudó en decirle su opinión respecto a la líder del reino.

¿Es sobre la Arconte verdad?.

… Si. Decidido sabía que quería liberar esa presión. Se que es su líder, que lleva eones liderando Bastión, que hasta ahora ha logrado mantener el reino incluso cuando el vacío atacó sin previo aviso pero… odio decirlo pero Devos tenía razón. Si hubiera abierto los ojos y actuado quizás nada de esto hubiera pasado, tenía las pruebas delante de ella… ¡Intenté avisarla dos veces! y aún así siguió respondiéndome lo mismo como si fuera una autómata… al igual que a Devos. No sabes lo frustrante que puede ser haber pasado por todo lo que he pasado sabiendo lo que se y he visto con mis ojos y que no sirva para nada. Pensé que era por que era un mero mortal que rondaba su reino como si de una mosca fuera pero no… es que era así con todos.

Paró un momento para tomar una bocanada de aire.

Me uní a ustedes sabiendo que con ello ligaría mi alma a este reino para el resto de la eternidad por que vi en ustedes una nobleza, una pureza y en general un pueblo con el que me sentía cómodo, un motivo por el que luchar entregando mi vida si fuera necesario, pero no para defender un rígido régimen de una líder que no es capaz de mirar más allá de su fortaleza. Vio la herida en el alma de Uther y no hizo nada a pesar de los avisos de Devos, no hizo nada cuando dejaron de venir almas a Bastión, no hizo nada cuando los mortales vinimos avisándole de que pasaba en Oribos… yo dudo que esté haciendo bien en defenderla… se que llevo poco tiempo aquí y que mis ojos de mortal no son capaces de entender como funciona todo en sus eternas escalas temporales, ¿Cómo iba a hacerlo?. Los míos solo viven un par de siglos a lo sumo y yo dudo que viva un siglo más pero… no puedo… no puedo servir a alguien así.

Una leve sonrisa se dibujó en el rostro de Thenios. Entiendo tu punto de vista, has pasado en tan poco tiempo por un camino que llevaría a un aspirante meses o años por salvar a los que son sometidos a una gran injusticia y la Arconte puede ser cuanto menos fría en sus respuestas pero es la primera que está sufriendo por todo esto, debiste ver en las Agujas de Ascensión como le afectó la traición y muerte de Devos.

Recordó con un poco de esfuerzo a una Arconte al borde del colapso con Devos en sus brazos. Si… no parecía la misma, parecía… frágil la verdad pero no se… como dijiste hay problemas muy enraizados, y creo que este reino tiene varios que llegan hasta el núcleo de este… pero claro, es mi percepción como un mortal que no ha vivido aún ni un mísero siglo.

Y tienes razón, son problemas que han estado creciendo bajo nuestras doradas colinas por eones, y que solo ahora se han manifestado con virulencia, está claro que una vez logremos volver a la normalidad van a tener que cambiar muchas cosas si queremos continuar nuestra sagrada labor.

Algo así escuché de ella pero… es que estoy tan acostumbrado a las falsas promesas de los líderes de mi mundo que no pude tomarla enserio.

La Arconte es sabia, ha sido trágico el como ha entendido que son necesarios cambios pero seguro que se harán.

Aquella sensación tan agradable de ligereza regresó a su interior, no lograba acostumbrarse a ella pero le gustaba sin duda. Espero que así sea… aunque hasta que no lo vea seguiré dudando me temo… Por cierto, siento que esto era necesario, creo que estaba acumulando esto demasiado tiempo.

Siempre es bueno liberar lo que se acumula dentro y sincerizarse con uno mismo y los demás. He notado que no le guardas odio ni rencor, más bien frustración la cual has logrado liberar.

Otra vez sorprendido al ver que dio en el clavo. Es… empiezas a asustarme, parece que puedas saber como me siento.

Llevo muchos años siendo el Dechado de la Sabiduría, he de saber que dudas invaden a nuestros hermanos si quiero ayudarlos… Tengo una idea interesante que podría gustarte.

Miró extrañado. ¿Una idea interesante?.

Si, acumulas muchos pensamientos para ti mismo que vas acumulando. Eso lo único que logra es que la duda no deje de aumentar y crecer así que te sugiero que escribas una memoria de tus aventuras cada vez que puedas. No solo escribirás lo que hagas o veas, si no tus emociones, dudas y sentimientos. Plasmar en papel lo que sientes puede ser terapéutico y quien dice, a lo mejor logras dejar una memoria de ti en tu mundo cuando vuelvas con nosotros. Estarías ayudando a más gente incluso cuando ya no estés con ellos si toman el mismo ejemplo.

Eso suena bien la verdad, aunque mi nivel literario deja mucho que desear la verdad.

Lo que importa es la memoria en sí, el mensaje que plasmas, no la prosa… Creo que por hoy hemos concluido así que como queda bastante tiempo para que descanses podrías comenzar ahora con el prólogo. Creo que estaría bien que hicieras una introducción desde que llegaste aquí hasta este momento.

Voy a tardar mucho en ello.

No te preocupes, aún queda bastante para que vuelvan a enfrentarse a los Abjurante. Te voy a traer enseñanzas de nuestros maestros escritores que pueden serte muy útiles, mientras tanto ve pensando en un título que introduzca tu viaje. Si me disculpas voy a buscar las enseñanzas, te dejo solo un momento.

Thenios alzó el vuelo con no mucha prisa. El se quedó solo sentado en la mullida tumbona asimilando todo lo sucedido.

No es que no me guste la idea… de hecho es interesante pero… no es que sepa escribir bien precisamente y… la “duda” vuelve… suspiró. no quiero acabar como Uther, entiendo que quisiera venganza, maldición, hasta yo hubiera hecho lo mismo con el bastardo de Arthas pero… acabar matando a inocentes solo por no unirse a ellos… ¿Es acaso eso justicia?… acabó convirtiéndose en lo que odiaba pero… ¿Qué hubiera hecho yo en su lugar?…. es más ¿Qué haría si ese condenado Aiden congelase el mundo?… Recordó al pálido ser que se le asemejaba. …de hecho acabé así… Me pregunto donde acabaría ese desgraciado… Debe haber una respuesta pero… ya estoy pensando demasiado, lo mejor será no pensar más en ello si no quiero acabar como ellos. Alzó la cabeza un poco, en efecto las jardineras lucían preciosas con sus hojas y flores en flor en toda su gloria. La verdad es que mereció la pena el esfuerzo… si, lo mejor será pensar en el título del libro y no pensar en nada más.

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Más días transcurrieron sin sobresaltos. Al fin logró sacar el coraje para decirle al Dechado que fue de su vida desde el momento en el que se cruzó con aquel variopinto grupo en aquellos gélidos valles hasta aquel momento aunque por mucho que lo intentara no lograba sacar el valor para decirle nada sobre sus años más oscuros.

Su rutina se basaba en actividades que poco a poco lograran relajar su maltrechas mente y alma, empezando por variopintas lecturas de la literatura que inumerables escritores habían dejado para la posteridad, dejándole con ganas de seguir leyendo sobre los infinitos mundos y almas que los ojos de los portadores han visto durante los eones. También le ayudaba escribir sobre su propia vida y el viaje que le llevó a donde estaba hoy, sin embargo no lograba encontrar un título idóneo para ello pero simplemente lo dejaría para cuando regresara a su Azeroth natal o muriera allí, lo que antes sucediera.

Unos días más tarde al fin las vendas desaparecieron de su cuerpo, como se temía las marcas que su tormento dejó quedarían marcadas para el resto de su vida como el recordatorio de que luchaba por algo mayor a el, el vestigio de la decisión que tomó para devolver un poco del sacrificio que muchos realizaron para que el estuviera allí.

Aunque aún un poco molesto ya estaba en condiciones para poder devolver un poco de la ayuda que recibió, por lo que junto a Thenios apoyó como pudo a la multitud de aspirantes y no tan aspirantes que convulsos en la duda no dejaban de llegar en búsqueda de ayuda al valle a los pies de la plataforma donde pasó tantos días. Aunque no pudiera hacer gran cosa pareciera que su mera presencia ayudaba a muchos a seguir adelante. También apoyó a los heridos de los templos asediados que se recuperaban de sus heridas. Pese a no tener grandes conocimientos en las artes curativas rogaba el apoyo de la Luz hasta caer extenuado, no era gran cosa pero todo grano de arena ayudaba y poco a poco lograba que heridas más serias lograran regenerarse poco a poco y eso hacía que sintiera algo de ¿orgullo? o más bien satisfacción en lo que hacía.

Para su desgracia no era raro ver como algunos aspirantes terminaban sucumbiendo a la duda dejando el Templo sabiendo que posiblemente acabaría teniendo que atacarles llegado el caso, lo que no hacía más que llenarlo de un creciente vacío en su interior que entraba en conflicto con la satisfacción de saber que algo estaba haciendo bien.

Más días transcurrieron con esa rutina. Al fin parecía que sus heridas habían cicatrizado y aunque su marcada espalda le recordaría toda su vida y más allá la agonía que sufrió parecía que otras heridas más profundas empezaban a curarse. Al llegar a la plataforma tras descansar se encontró a Thenios mirando hacia el complejo del valle.

Tenga un buen día Dechado.

Igualmente gracias, he recibido noticias halagüeñas.

Eso es bueno pero tienes la cara un poco larga creo. ¿Ha pasado algo?.

Pienso en todo por lo que los aspirantes han tenido que pasar desde que la sequía comenzó y me apena saber que muchos han sucumbido a la duda, pero por otro lado hemos logrado que la mayoría hayan logrado superarla gracias a la colaboración de todos, albergo la esperanza de que entren en razón los Abjurantes y dejen este infructuoso conflicto.

Yo me temo que es demasiado tarde para ellos… muchos han matado a sangre fría a los nuestros… se le hizo raro decir esa palabra. yo no confiaría en ellos… no en quienes quieren imponerse sobre los demás por las armas… como sucede en mi mundo.

Sigues pensando en venganza aún. La venganza solo lleva a la venganza. Ojo por ojo y el reino se quedará ciego. La agradable voz paternal le sonaba hasta utópica en aquel momento.

Eso suena idílico, además no sería venganza si no justicia por los cai… Un frío calambre recorrió su columna. Es lo que decía cuando llegué… lo que quiso Uther y lo que muchos han querido a lo largo de la historia… ¿Pero entonces que se va a hacer?, ¿Acaso vamos a permitirles que sigan matando a los nuestros otra vez esa palabra. sin que hagamos nada al respecto?.

Cuando llegue el momento tomaremos una decisión respecto a ello, pero no caeremos en sus métodos pues nos dejarían al nivel de los crímenes que han cometido, por ahora debemos dirigir nuestros esfuerzos a proteger a quienes no pueden defenderse, salvar de la duda a los que han caído en ella y evitar que tomen más templos.

Pensó en esas palabras, sabía que tenía razón pero por otra parte pensaba que los caídos merecían su debida venganza.

Por cierto, tengo una pregunta que hacerle sobre un asunto que no ha dejado de venirme a la cabeza, es sobre el enfrentamiento que tuve con Uther… ¿Por que no fui capaz de atacarle?… lo único que hice fue parar sus ataque sabiendo que podía haber muerto… no lo entiendo… si lo hubiera matado no me hubieran capturado.

Esperaba que hicieras esa pregunta desde la primera vez que lo mencionaste, nunca quisiste hacerle daño a pesar de lo que te supuso no hacerle nada.

Pero es el culpable de que el Templo del Coraje cayera… y con ello el ataque de los traidores Maldraxxi… y aún así no hice nada, ni cuando estaba delante de mi frente al resguardo ni cuando me enfrenté a el en el Fuerte Elíseo. Trataba de razonar el por que no hizo nada.

Por que no quisiste hacerlo. Esas palabras cayeron a plomo sobre su cabeza.

Fue un héroe en vida pero aquí… no le salían las palabra para definirlo.

Aún lo admiras por lo que hizo en tu mundo y por ello no has sido capaz de atacarle. Ciertamente su caída en desgracia ha sido traumática para su alma por lo que sabemos de la visión.

Aún así… me temo que al igual que a Devos tendremos que… se le hizo un nudo en el cuello. matarlo.

No tiene por que ser así. Si entra en razón podría salvar su alma, será difícil por los traumas que arrastra de su muerte pero es posible… estoy seguro que es la clave que puede ayudarnos a superar esta crisis.

Por algún motivo me gustaría que fuera así pero… es que no lo concibo ¿Cómo íbamos a perdonarlo tras causar todo lo que ha causado?…

Es una alma confusa por su trágica muerte y la drástica ascensión a la que fue sometido, al igual que tu alma la suya esta sumergida en un bosque de amargura y odio. El Uther que tu mundo conoció sigue allí dentro por lo que hay esperanza de recuperarlo.

Eso no le exime del sufrimiento que ha causado… pero supongo que no querer vengarse de ello será una diferencia respecto a mi mundo… Suspiró frustrado. Será más lógico capturarlo con vida y hacerle hablar y ver luego que hacer…

Eso es mucho más lógico, pero no vamos a hacerle hablar a la fuerza, pues será el quien quiera confesar de forma voluntaria cuando vea los errores que ha cometido buscando su venganza, cuando logremos sacarlo de sus dudas.

Una leve sonrisa se dibujó forzada en su cara bajo la áurea barba. Sabes como ser convincente… está bien, lo capturaremos con vida y nos contará por que acabó así, luego se le puede exiliar y tal supongo.

Exiliar suena excesivo pero… ya veremos que hacer cuando llegue ese momento, por ahora quiero darte la enhorabuena.

Le sorprendió escucharle. ¿Enhorabuena?…

Por supuesto. Estas logrando encauzarte por el buen camino de nuevo, aún tienes muchas dudas y traumas pero estas logrando superarlo poco a poco. Aún te queda un largo y arduo camino pero al menos ya sabes por donde debes ir, al fin has podido tomar tu primera bocanada de aire tras tanto tiempo ahogándote en el mar de dudas y al fin hemos empezado a ver la bella planta que se ocultaba tras tanta maleza.

Yo… no merezco tal elogio pero… gracias. anonadado no le quitaba ojo al dechado.

A diferencia de quienes han acabado sucumbiendo a la duda tu has logrado vencerla. Como te dije aún te queda mucho pero por fin te has empezado a alejar de ella y por ende a salvar tu alma de sus garras.

No sabía que… gracias, aunque sin tu ayuda no hubiera podido hacerlo…

Yo solo te he dado el empujón que necesitabas, el resto lo has hecho tu solo.

Así que yo… Por primera vez en mucho tiempo sentía ¿Orgullo era la palabra? en sí mismo, era hasta agradable, podría acostumbrarse a ello si hubieran motivos, pero no los encontraba. Por cierto. ¿Cuáles son las noticias halagüeñas?. Siempre venían bien buenas noticias.

Han logrado saber el paradero de uno de sus líderes, el llamado “Thrall”, pronto irán a rescatarlo.

Entonces solo queda saber donde está Anduín…

Por otra que se ha dirigido un ataque combinado con los Maldraxxi leales a una de sus casas traidoras acabando con ella, tomando un potenciador de esta para la Cresta de Ascensión, lo que va a permitir que los futuros Ascendidos tengan mayor fortaleza.

Un halo de esperanza parecía brillar en sus ojos. Eso significa que… Maldraxxus y Bastión… ¿se han reconciliado?

Aún hay alguna discrepancia pero si, han demostrado lealtad y coraje a nuestra causa y están dispuestos a colaborar con nosotros ante los traidores que aún quedan con vida que atacaron y traicionaron a ambos reinos.

Se sentó en la archiconocida tumbona, exhalando aire aliviado. Al fin parece que… hay esperanza. ¿Verdad?.

Es pronto para decirlo pero parece que al fin se ve una luz al final del túnel. Pronto tendrás que apoyar de nuevo nuestra causa en el frente pero hasta entonces quiero que sigas enfrentándote a quienes te han causado los traumas que cargas pero antes… Quiero que me cuentes la parte de tu vida que ocultas. La mirada inquisidora de Thenios le heló la sangre.

La vida que oculto… se refiere a…. Los nervios le hizo temblar de miedo.

Exacto, los años de los cuales sientes tanta vergüenza, te he dado tiempo para que reflexionaras y te preparases para ello, ahora ha llegado el momento de exponerlo.

Temblaba de pavor y no dejaba de sudar cayéndole sobre sus ojos el frío sudor de su frente. Lo que más odiaba de sí mismo estaba cerrado a cal y canto.

Esos años…. esos condenados años…. de los cuales tanto odio guardo… otra vez vuelven para atormentarme. Se echó la mano a la frente.

Relájate, no voy a juzgarte por ello, recuerda cuando me contaste sobre el ataque del Dios Antiguo y lo que hiciste en aquella ciudad enemiga.

Es cierto que no me juzgaste ni me odiaste por ello pero es que… eso palidece ante lo que hice como mercenario y matón de poca monta… Solo recordarlo le hizo sentir que tenía las manos manchadas de sangre.

No estoy hablando con ese ser, si no con quien realmente eres.

Quien realmente soy…. Tomó una bocanada de aire fresco, tragó saliva y exhaló. Está bien… te lo contaré todo, espero que no me odies por ello por favor. Pareciera que se lo rogaba. Solo Kleia sabe de esto…

No te voy a odiar por nada de lo que hicieras en el pasado no te preocupes, soy todo oídos.

Está bien… hizo memoria a su oscuro pasado. Todo empezó tras dejar la Cruzada Argenta, cuando llegué a Ventormenta….

Durante lo que parecieran horas siguió contándole con todo detalle lo que hizo en su pasado al Dechado, teniendo que parar varias veces para secarse las lágrimas al recordar sus actos.

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Interminables horas transcurrieron en las que una por una fue relatando con todo lujo de detalles las fechorías que cometió en sus años de mercenario y matón de poca monta. En varias ocasiones tuvo que detenerse y tomar bocanadas de aire fresco para poder continuar con sus recuerdos pero pese a tener marcado a fuego la mayoría de actos hubo un par que no recordaba por mucho que lo intentara.

Recordó el tiempo que hacía en cada ocasión, el frío húmedo de las siempre tormentosas callejuelas encharcadas de Boralus, el ardiente calor de los malolientes callejones de Gadgezan, las innumerables trastiendas de tan variopintos locales de tanto comerciante impuntual con sus pagos… y los gritos, gritos de dolor, agonía… angustia, no solo de sus desafortunados deudores, si no de las infortunadas veces en las que las familias de estos por desgracia llegaban a ver sus actos… actos que jamás se perdonaría.

Eso por no hablar de sus métodos, aunque en la mayoría de ocasiones bastara con algún golpe menor en alguna parte delicada para que accedieran a su demanda, por desgracia en alguna ocasión acababan en actos mayores… desde algún hueso roto hasta por desgracia la propia vida cuando alguna banda rival o algún ser de turbio linaje se interponían en los “territorios” de su contratista… que solía ser aquel condenado goblin traicionero que en más de una ocasión le dejó plantado… que las Fauces le sea poco.

Al final logró a aquella última solicitud, la de tomar el corazón de un demonio en el boscoso norte de Kalimdor, el que le daría el dinero necesario para acabar de pagar toda su deuda y quizás abrir un local que le permitiera vivir dignamente, en el cual su vida cambiaría para siempre, pero eso no lo supo en su momento… Cuando al fin acabó y enlazó con lo que le sucedió tras ello se echó la mano a la frente odiándose a sí mismo como nunca ahora que volvió a recordar sus actos.

El silencio se hizo con el placentero lugar, pese a ser normalmente agradable esta vez se notaba tenso cual cuerda de arco a punto de ser liberada, más bien un entorno hostil.

….Entiendo el por que no querías liberar esos recuerdos de ti pero era necesario. En efecto no actuaste bajo los preceptos que nos guían si no más bien por los que las afligidas almas que llegan a Revendeth llenan sus llamadas “Piedras del Pecado” pero… a diferencia de ellas no sentiste satisfacción en ello, más bien lo contrario pese a que poco a poco ibas sumergiéndote en ese inframundo.

No podía alzar su cabeza, simplemente no podía, le pesaba tanto que quería que la tierra se lo tragase. Yo… no quise hacerlo… tendrías que haber escuchado los llantos de sus hijos mientras le dislocaba el brazo… que su mujer quisiera venderse para pagar sus deudas…

Y sin embargo cuando pudiste pagar la deuda lo dejaste, no solo eso, si no que no has dejado de culparte y arrepentirte desde el inicio hasta ahora. Notó la cálida mano en su hombro. Esos actos ya no se pueden remediar pero has y estás ayudando a más vidas desde entonces de las que puedes pensar por que así lo has deseado, es lo que te hace seguir adelante aunque no lo creas.

Me gustaría creer eso pero ¿Cómo voy a expiar esos pecados?… esas pobres familias me odiarán para siempre y con razón… ojala les fuera bien. Su cabeza seguía pesándole. Aunque si es cierto que casi siempre fuera gente que por cuenta propia estaban sumergidos en ese inframundo había veces que si era por necesidad y sin embargo esas son las ocasiones en las que más me duele saber que les hice un mal…

Sientes que los más justos sufrieron a tus manos. Es imposible remediar ya tus actos pero puedes protegerlos si nos ayudas a acabar con las maquinaciones del Carcelero y sus súbditos… No es una expiación como lo entienden los Venthyr pero se que quieres proteger a todo el que no puede… lo he visto cuando curabas a los heridos del Templo… Deberías dedicarte a ello, es el servicio que tu alma desea realizar.

Lo que mi alma desea hacer… Recordó la reconfortante sensación de ver levantarse a aquellos aspirantes heridos de nuevo, la sinceridad de sus agradecimientos cuando dejaban de sufrir ante sus heridas, los respiros de alivio al dejar de estar envenenados… algo en ello le traía paz a su alma como nada. Por un lado tenía el mal causado en su pasado y por otro el bien llevado a esas tierras con sus manos a lo que algo en su interior rogaba con todo su ser que siguiera pese a las dudas que se aferraban al oscuro pasado.

Escúchala y ayúdala a lograr su deseo. Thenios conciliador pareciera que no le juzgó por sus actos pasados, al contrario, parecía animarlo a continuar hacia delante.

Es mucho el odio que me guardo por aquellos actos pero… quiero volver a tener esa sensación… si tengo alma quiero que al menos ella logre vivir sin tener que arrastrar los actos de este condenado cuerpo cuyas manos están manchadas en sangre… Alzó la mirada al rostro del kyriano. Quiero traer la luz a quienes sufren y a mi propia alma… ayúdame a lograrlo.

Al fin lo has logrado, hoy has conseguido al fin hablar con tu alma, sin embargo esos recuerdos del pasado son un gran peso para ella, mientras las sigas recordando me temo que no lograrás seguir adelante.

¿Estas diciendo que…. se le heló la sangre. quieres que olvide todo ese pasado…

Así es, solo lograrás alcanzar la paz interior una vez te deshagas de todos esos recuerdos, además ya parece que has pasado por ello por lo que he escuchado.

Sigo siendo un mortal… no dejan de ser mis recuerdos, parte de lo que hace que sea lo que soy… sin ellos ¿Quien sería? aunque… no hay noche que no escuchen esos gritos, no hay noche que no me desvele y al mirarme en el espejo vea el bastardo que hizo llorar a un niño, donde recuerde las palizas… el miedo de morir tirado en un charco de inmundicia en las lúgubres callejuelas de Boralus… el tener que defender a un traicionero goblin que me ha vendido por unas monedas de oro, el saber que no he dejado de traicionar los principios a los que juré lealtad una tras otra… Suspiró y se decidió. De acuerdo, quiero seguir adelante, al alba que mi alma desea ver.

Cuando tu nexo de alma regrese de Revendeth te ayudará con ello, mientras tanto puedes instruirte en las artes sanatorias que tu camarada mortal Maldraxxi te envió hace unos días. Se alejó un momento y regresó con un abultado paquete rectangular en sus manos.

¿Qué hacen en Revendeth?. Nervioso imaginaba algo malo por Kleia y Pelagos.

Ayudan a Argent a recuperar un artificio Ventyr para potenciar la Cresta de Ascensión, no te preocupes, saben defenderse bien.

Eso espero, espero que regresen de una pieza. No le aliviaba mucho las palabras de Thenios, pero no le quedaba otra que confiar en ello.

Hace unos días tu camarada Thorinam te envió esto le dio el pesado paquete que abrió de inmediato. Pergaminos… Que escritura tan peculiar tienen desde luego, algún día tendrías que enseñarme su idioma. Curioso miraba los caracteres en común. Estaba claro que le gustaría saber más de ello.

Cuando haya algo de calma estaré encantado de ello. Empezó a pasar pergamino tras pergamino con su dedo, hubo un momento donde perdió la cuenta de todos los que había, pero más de la mitad aún quedaba seguro. Este hombre… ¿De donde ha sacado el tiempo para escribir esto?. Intrigado miraba las runas, algunas estaban un poco borrosas pero legibles, algunas oraciones directamente estaban escritas por otro a razón de la aspereza de los caracteres y de alguna que otra palabra que se le antojaba arcaica, como si fuera escrita por alguien en los tiempos de la antigua Alianza, pero al fin y al cabo entendibles. Está claro que ha tenido ayuda… algunas las recuerdo y otras… son nuevas para mí… Dejó bien ordenados los pergaminos y los empaquetó de nuevo.

¿Qué son esos pergaminos?, si es que se me permite la pregunta.

Oraciones, plegarias a la Luz y métodos para sanar y purificar cuerpos y almas, así es como curamos “los nuestros” pero yo me dediqué en mi instrucción a la represión, por lo que de esta rama poco se más allá de nociones básicas. Si logro aprenderme esto y lograr el favor de la Luz podré sanar heridas mucho más graves y evitar perdidas… si me hubiera dedicado a esto en su momento quizás hubiera podido… Suspiró frustrado.

No pienses en ello, quizás el destino no te hubiera destinado aquí entonces, cada vez que caigas en esa duda piensa en todas las almas que has salvado aquí.

Tienes razón, pero… si, es inútil pensar en ello.

Ahora que tienes un nuevo servicio que seguir debes instruirte en ello, pero recuerda que debes escribir sobre esto para el relato, tampoco te llevará más tiempo.

Claro… ¿Cuándo se fueron a Revendeth por cierto?.

Ayer más o menos, no tardarán demasiado en retornar pero aún así esfuérzate en aprender nociones de sanación, se que es la guía que necesitas para salvar tu alma. Seguro que lograrás salvar muchas vidas cuando retornes a tu mundo y aprenderás más allí.

Ojalá sea cierto, ¿Necesita ayuda?.

No te preocupes por ello, últimamente vienen menos aspirantes con duda gracias a los esfuerzos de todos, incluido el tuyo.

Es lo menos que puedo hacer, es mi… deber, o eso es lo que creo.

Definitivamente tu alma estaba destinada a nuestra sagrada causa, deberías sentirte orgulloso de ello.

Mi alma… Recordó a aquel pálido ser tan similar a el físicamente y a la misma vez tan alejado de el. ¿Qué sería de su alma?… ¿Acaso la suya acabó sucumbiendo a la duda?… ¿Acaso estaba condenado a acabar así?… solo de pensarlo sintió lástima por el, a pesar de lo sucedido en la Cámara del Corazón.

Bueno te dejo estudiando, voy a apoyar a mis discípulos abajo. Desplegó sus alas.

Claro, si necesitas algo estoy aquí estudiando.

Por supuesto, se que puedo contar contigo en cualquier momento, nos vemos.

Hasta ahora. Thenios salió volando y el sacó los pergaminos, era denso y largo pero estaba bien detallado, para iniciados prácticamente y en ocasiones hasta acompañado por algún esquema y hasta algún dibujo que explicaba alguna técnica en especial en el cuerpo de lo que parecía un humano muy básico con alguna herida… casualmente en todos se veía un intento de gafas de sol, lo que le animó un poco. Unos amigos así valen su peso en oro, quien hubiera imaginado que un paladín y un caballero de la muerte confraternizaran tan bien… Recordó a aquella pareja de elfos cuyos líderes y camaradas se matarían entre ellos en aquella inútil guerra y como sin embargo lograron sobrepasar todo obstáculo ante ellos. Ojalá hubiera más gente así… todo esto se hubiera podido evitar pero… suspiró. es hora de comenzar desde el inicio… Tomó el primer pergamino, hasta estaban numerados y todos, y empezó a leer una Oración básica, la cual permitía recibir una cura leve pero rápida. Esta la se… veamos la siguiente. Continuó leyendo la siguiente Oración, esta parecía ser más efectiva pero larga de orar.

Durante los siguientes días no hizo más que estudiar los pergaminos como si su vida dependiera de ello, poco a poco iba entendiendo plegarias y oraciones más complejas a las cuales la Luz parecía responderle pero en contra le agotaba completamente, a lo cual una advertencia dejó el Maldraxxi anotada una y otra vez en cada uno de los pergaminos a pesar de ser la misma: “Es normal que las primeras veces tu alma se agote fácilmente, no lo tomes como una debilidad y sigue practicando, solo así lograrás fortalecerte”. Algo fácil de decir, pero no tan fácil de aplicar.

Repetía una tras otra, algunas veces sobre sí mismo y otras sobre aspirantes que necesitaban más asistencia sobre sus cicatrizantes heridas y en efecto el Maldraxxi tenía razón, poco a poco lograba invocar más y mejores sanaciones por parte de la Luz, sin embargo dominar esta escuela llevaba hasta a los más experimentados paladines años de dedicación y esfuerzo, pero en algún momento había que comenzar.

Al fin llegó la esperada noticia por parte del mensajero. Kleia, Pelagos y Argent regresaron de Revendeth victoriosos con el objeto requerido, lo que a la vez ayudó a mejorar un poco las siempre tensas relaciones entre los Venthyr leales a su causa y Bastión. Eso significó una cosa, cambio de destino. Por otra parte parecía que Thrall había sido localizado, por lo que pronto alguno de los mortales iría a liberarlo de sus ataduras.

A su espalda una abultada mochila descansaba sobre sus hombros y Thenios terminaba de regar la ahora cuidada jardinera.

Bien, me temo que esta es nuestra despedida por ahora, pero debes liberarte de las cargas del pasado que tu alma soporta, Kleia y Pelagos te ayudarán, estarán esperándote allí.

Sintió pena por la despedida, tras semanas allí se sentía como en casa. Yo… no puedo agradecerte lo suficiente por todo lo que has hecho por mí… has sido como un padre durante este tiempo.

Me congratula escuchar eso, es lo mínimo que puedo hacer por un hermano sumergido en la duda.

Se que el camino que me queda será duro… que recaeré en la duda…y que dejarla será difícil pero… sin ti hubiera acabado consumido, como me temo que ha pasado con los Abjurantes.

Nunca es tarde para salir de ella, estoy seguro que hasta ellos si lo desean podrían volver con nosotros.

Pensó en todas las víctimas a manos de estos pero a la vez recordó a su “yo” no muerto, consumido hasta la médula por el odio y el miedo. Ya veremos que haremos a su debido momento.

Hasta entonces cuídate, ante cualquier recaída o duda no dudes en volver a verme, te acogeré con los brazos abiertos.

Así lo haré pues, ojalá este Templo regrese a su perdida gloria. Subió al perezoso larión que le esperaba, se aseguró de que los pergaminos del Maldraxxi estuvieran en la mochila y que esta estuviera bien cerrada y despidiéndose con la mano se despidió de Thenios, que cada vez se veía más lejos.

Mirando al horizonte empezó a vislumbrar sobre los escarpados valles las doradas colinas. Olvidar mi pasado… va a ser duro cuanto menos… mis crímenes serán recordados por mis víctimas por desgracia pero… es lo que debo hacer… no puedo acabar como Uther o… ese viejo carcamal de albina barba… Miró su propia barba. Otra cana… supongo que me estoy empezando a hacer mayor. suspiró. Usar ese tinte marrón en “esos años” no me hizo bien, desde luego…

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El ebrio paladín apenas era capaz de caminar, por lo que le cargaba con este a sus espaldas, en un momento así agradeció tener una fuerza sobrehumana.

Es que es idiota… “esta vez lograré vencerte, me juego una pinta a que esta vez te gano”… suspiró Solo a el se le ocurre retarme a beber… en fin

Eresh el mjor camarada que eeh tenido.

No se si es fruto del alcohol o no pero… tu también lo eres.

¡Claroh ke si hic!

Ya verás la resaca mañana… pienso curártela a base de entrenamiento militar… si es no te caes de vuelta a Maldraxxus claro…

Los transeuntes de Oribos no dejaban de verlos… o eso creyó, pero tampoco fue algo que le importara, de hecho le recordó a sus tiempos mozos, antes de que todo se fuera al garete a manos del “hijo pródigo”, lo que en cierto modo hasta le hizo reconectar con su ya lejano yo por un momento. Hay cosas que no cambian… y que no deberían hacerlo.

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De nuevo regresó a aquel lugar ya familiar del cual por mucho que quisiera no lograba recordar que recuerdos había dejado atrás. Sin embargo las familiares caras de la ya ascendida Kleia y el aún aspirante Pelagos le reconfortaba, no solo por saber que estaban bien si no por la confianza que había depositado en ellos.

Nada más bajar del larión pareció que se le echaron encima, la verdad es que no sabía cuanto tiempo había pasado desde que se separaron abruptamente.

Os he echado mucho de menos, no pueden hacerse una idea… veo que estas bien Kleia, me alegro de ello.

¿De mi?. Temimos que no te veríamos nunca más y mucho menos con aquellas funestas palabras antes de irte… miraba nerviosa. Sabemos por lo que pasaste en las Agujas… percibí el dolor que sufriste… y tu fortaleza cuando no quisiste hablar. ¿Cómo estás?. su voz tornó apagada, empática.

Las Agujas… Notó algo en su maltrecha espalda, como el recuerdo de lo sufrido en ella. no diré que no fue nada, se que lo percibiste pero… hice lo que creo que era correcto. Sin embargo me vino bien pues tras ello logré ver el camino que estaba siguiendo, el que debía evitar y el que debía recorrer durante mi estancia con Thenios. Va a ser duro pero… quiero que me ayuden a olvidar las ataduras que aquellos años de mi pasado siguen lastrándome. ¿Me ayudarán?. Miró con determinación a los kyrianos.

Por eso nos hicieron venir aquí entonces… se que es lo que todo aspirante debe hacer para seguir su camino pero tu eres un mortal cuya vida sigue escribiéndose… ¿De verdad estás seguro de ello?… Kleia dudaba, pareciera que no le agradaba la idea.

Kleia tiene razón pero… te ayudaremos si quieres seguir.

No recuerdo que te opusieras así las primeras veces… ¿Por que ahora si?. No entendía esa oposición a la idea.

Era necesario para lograr tener audiencia con la Arconte… ahora sin embargo estas olvidando recuerdos de tu vida en vida… no creo que debas seguir aún el camino de la ascensión.

Lo he pensado mucho durante todo este tiempo y la verdad, no os mentiré, me asusta… me asusta olvidar mis raíces, a los seres a lo que protejo, a todo lo que me ha llevado hasta aquí y quien soy pero… se que nunca avanzaré si sigo arrastrando los deleznables actos del pasado… por desgracia no puedo hacer ya nada para remediarlo… ha pasado ya demasiado tiempo ya… debo seguir hacia delante… Aún quedan muchas vivencias que quisiera olvidar antes de tener que seguir con el resto de mi vida pero… Creo que empiezo a comprender que el cometido de mi vida ha sido llegar aquí… que es lo que debo hacer. Dio decidido un paso adelante.

Entiendo… como dijo Pelagos te ayudaré entonces. Aquel tono le parecía no demasiado convincente, supuso que no le agradaba la idea, de hecho temía la incertidumbre… la de no saber que sería lo que olvidaría, pero sabía que era lo que debía hacer.

Siento que tengan que vivir esos recuerdos, pero cada vez que olvido uno siento como mi alma se libera de una gran carga, cargas que ha soportado por años hundiéndola hasta lo más hondo del abismo. Una vez libre de ellas quiero pensar que al fin lograré ser quien realmente he querido ser… el que se supone que era…

Entonces no se diga más. Se encogió de hombros. Ya sabes como va esto, te ayudaremos a olvidar las ataduras de tu vida pasada.

Helene esperaba pacientemente a que llegaran. Tras el ya familiar ritual se acostó sobre la mullida alfombra y simplemente miró las hojas de aquellas palmeras mecerse al son de la brisa, pesándole poco a poco cada vez más los párpados.

Le vino la memoria de un lugar familiar, lo que pareciera una encapotada noche de ligero chubasco en las callejuelas elevadas de lo que llamaba Bahía de Botín. Recordó ir acompañado de un ser verde de grandes orejas y una cabeza más baja que el. En silencio se escabullían entre estrechos y oscuros callejones siguiendo desde las distancias a lo que parecían tres seres de la misma estatura, pero que apenas se podían vislumbrar bajo la luz de las lunas.

Recordó a su compañero, Relgellix se hacía llamar y por lo visto hacía tiempo que “trabajaban” juntos por como se cubrían las espaldas. En un momento dado hablaron en susurros sobre como logró salvarle la vida por los pelos al goblin al recibir un flechazo envenenado encaminado a su corazón, bromeando sobre la borrachera que se bebería a su costa por ello.

Luego recordó aquel callejón sin salida, el como entraron… el como fueron rodeados por detrás por un gibgoblin y otro de esos goblins…. y Relgellix… su asquerosa risa liberada por aquella mugrienta boca llena de dientes quebrados y putrefactos.

Finalmente recordó su ensangrentados nudillos aplastar esa asquerosa cara, el como los dientes saltaban en pedazos… el como se arrastraba a duras penas hiperventilando rogando para que aquella vaca siguiera durmiendo mientras a escasos centímetros pasaban esa banda…. recordó los sacos de dinero y “mercancía” pasando de manos a aquel pirata a la luz de las lunas en la paradisíaca playa… Pero recordó sobre todo el odio sobre aquel ser…. personificado en aquella asquerosa boca mugrienta.

El dolor en sus nudillos era superior al que el alcohol barato lograba amortiguar, tampoco ayudó el hediondo colchón de aquel cuchitril que a duras penas pudo pagar. Mirando por la ventana se quedó en trance mirando a las lunas que lucían gloriosas sobre la bahía… olvidando todo lo que tenía a su alrededor, solo quedando sorprendido cuando algo grande desapareció de la isla que resguardaba la ciudad…. la ciudad en la bahía que… el calmado mar alrededor del cual…. las dos lunas en su gloria que aquella noche…. noche tranquila en…. aquel día pasados tres meses cuando fue traicionado por primera vez a manos de…. La primera traición….

Ya puedes despertar, hemos logrado liberarte del recuerdo. Aquella voz fémina… claro estaba junto a Kleia, Pelagos y …Helene creo que se llamaba.

Abrió los ojos con un poco de esfuerzo, en efecto las dos kyrianas le miraba en lo que parecía satisfacción.

¿Quién es Relgellix?. Helene le ayudó a sentarse.

Relgellix… Intentó recordar ese nombre, en efecto le venían no pocos nombres de goblins pero lo más parecido que recordaba era un tal “Rellighar”, un estafador de poca monta que intentó estafarle con un billete de barco. ¿Quieres decir Rellighar no?.

No, Relgellix, se llama así. ¿Qué recuerdas de el?.

Hizo memoria, pero por mucho que indagase no lograba recordar a nadie llamado así. Nada, es la primera vez que escucho ese nombre… Pero… respiró hondo, por algún motivo se notó en paz, como si ese tal “Relgellix” no debiera ser algo digno de ser recordado. me siento… bien… liberado de una pesada carga.

En efecto era un recuerdo negativo. Guardó un oscuro cristal en su mochila. Poco a poco iremos liberándote del resto de cargas.

Tiene que ser ahora. Sabía que debía continuar.

¿Estas… seguro de ello?. Sorprendida no creía que se esperaba esa respuesta.

Si. Dijo tajantemente.

De acuerdo entonces. Kleia, Pelagos. Vuelvan a ayudarnos.

¿De verdad estas seguro?… no es algo que deba tomarse tan a la ligera pero… dije que te ayudaría así que lo haré. Kleia volvió a su posición y el se recostó de nuevo, volviendo a empezar el ritual.

Otro recuerdo y otra memoria que se rematerializó tras años intentando olvidarlo, esta vez relacionado con una lucha de bandas por un ajuste de cuentas en lo más profundo de Páramos de Poniente, como no.

Otra vez asco, arrepentimiento, duda, odio, rechazo… sentimientos marcados a fuego en su ser.

Y otra vez como desaparecía todo y todos a su alrededor hasta llegar a la nada… y aquellas féminas voces esperando una respuesta.

Otra vez una Helene satisfecha de lograr su objetivo guardando otro cristal oscuro, otra vez Kleia preocupada y un Pelagos que no sabía que opinar sobre esto… y una creciente sensación de libertad en lo más profundo de su ser ante más cadenas rotas de unas cargas cada vez menos pesadas… aunque siguieran siendo realmente pesadas.

Otro recuerdo… debo eliminar más cargas. Mi pasado… debo continuar rompiendo sus cadenas.

Deberías descansar un poco, superar memorias del pasado es agotador para tu alma.

Puedo con más, debo olvidar otro… solo así podré continuar.

Deberías dejarlo por ahora, normalmente solo se olvida un recuerdo por sesión para que puedas asimilar el cambio. Helena pareciera estar un poco preocupada.

No se preocupen por mi, continuemos.

Otro recuerdo ante sus ojos se sucedía y otra vez se esfumaba. Cuando abrió los ojos se sentía mareado, intentó levantarse pero desorientado cayó su cabeza sobre el mullido cojín.

¿Recuerdas algo sobre las “comisiones de H”?.

¿H?. Sabía que “H” era como su “jefecillo” se hacía llamar en los bajos fondo pero no recordaba nada sobre unas comisiones más allá de las que le tangaba de sus honorarios arbitrariamente.

Si, recuerdo que “H” es como se hacía llamar el mandamás y que las comisiones era lo que se quedaba por su cara de mi dinero por avaricioso.

¿Eso es todo lo que recuerdas de las comisiones?.

Si… pero me temo que sería algo peor si estoy aquí y me estas preguntando por eso… Una arcada casi le hizo echar lo que comió sobre las hermosas alfombras moradas.

Entonces has superado el recuerdo… ¿Estás bien?. Guardaba otro cristal oscuro en su mochila. Hemos acabado por ahora, quédate aquí descansando.

Tengo que continuar… Algo le golpeó abruptamente la cabeza, una presión en esta que parecía que le iba a estallar en cualquier momento por mucho que con sus manos apretase su sien.

¡No pienso seguir ayudándote!. Kleia se negó contundentemente ante el… o eso creía por su voz, no lograba ver tras la cortina que ante sus ojos se cerró.

Estoy también de acuerdo con ella, esto es una locura que acabará matándote… no podría perdonarme si te pasara algo así…

Pelagos…

Esta decidido pues, te dejo a su cuidado, descansa. Helena desaparecía de lo poco que podía ver entre la niebla que su cabeza levantó.

Notó como se sentaban a su lado. ¡Eso es sangre!. Kleia alarmada no dejaba de moverse, tirando y arrugando las alfombras a su lado.

Cálmate Kleia, es solo un hilillo en su nariz, eso no va a acabar con el.

Pero…

Viste como volvió de Agujas y sigue con nosotros, esto no es nada.

Suspiró. Tienes razón pero… es que esto me parece una locura.

Y a mi. Entiendo que quieras superar esos recuerdos pero hacerlo de golpe acabará condenándote.

Hemos visto tus recuerdos y entiendo por que quieres olvidarlos aun siendo un mortal vivo y… creo que debería ayudarte en ello pero… no así… quiero que me prometas que a partir de ahora no volverás a cometer una locura así.

…. Perdón por involucraros en esto… se que se preocupan por mi… pero esos recuerdos… esos recuerdos solo me hacen odiarme más y más cada vez que vuelven.

A partir de ahora iremos con más calma, aún queda mucho por hacer ¿vale?. No me opongo a ello pero…

De acuerdo… necesito descansar un poco, la cabeza me esta matando.

Nosotros también… y te lo tienes merecido por terco… por favor, no hagas otra locura así.

Sabía que estaba preocupada por el y… quizás había perdido la cabeza pero no podía seguir cargando con esa pesada carga sobre el y sin embargo algo en su interior le decía que ambos tenían razón pero debía escuchar a sus compañeros de viaje.

Ahora lo entiendo y… perdón por involucraros en esto… iremos olvidando con más cautela esos recuerdos… ¿de acuerdo?.

Me alegro ver que cada vez eres más razonable pero… no se como lo hago para rodearme de tercos de verdad.

¿Eh?… Kleia no querrás decir que…

No me hagas recordarte las veces que he tenido que salvarte el pellejo por que has querido hacer las pruebas sin mi por que quieres ascender ya.

Yo… perdón, no debí haberte preocupado tanto.

Sabes que eres mi nexo de alma y quiero que asciendas pero… no tengas prisas Pelagos, ascenderás cuando te llegue el momento, confía en mi.

Tienes razón, pero es verte con esas alas y pensar que me queda tanto… Frustrado bajó la cabeza.

No pienses eso, solo mira el largo camino que ya has recorrido desde que llegaste… y ahora que hablamos de esto no lo he olvidado.

Olvidado… ¿No querrás decir que… Kleia… deberíamos descansar un poco… Pelagos parecía preocupado.

Si, ahora que tenemos tiempo van a continuar su entrenamiento.

Un escalofrío recorrió su espalda. No querrás decir que…

Si, cuando puedas levantarte vamos a continuar los tres con lo que dejamos a medias, quiero que aplastes a esa arpía de una vez.

Esa arpía… Recordó a que se refería. Saidene… suspiró. no es que me entusiasme verla otra vez pero… supongo que es el momento.

Eso es y luego escribirás tu primer recuerdo como todos hemos hecho.

Mi primer recuerdo… ¿Cómo el recuerdo de Devos verdad?.

Exacto, en un futuro podrás ver todo lo que habrás avanzado desde entonces, siempre motiva ver como se han ido superando temores que se creían imposibles.

Será raro ver en un futuro si todo va bien lo que escribí en vida la verdad… si es que logro reconocer quien era claro…

La verdad es que debe ser raro pero… veo que ya estás mejor, ya saben a donde vamos… No me pongas esa cara larga Pelagos, el camino a tu Ascensión continúa.

Si Kleia… no parecía entusiasmarle lo que le esperaba.

Yo tampoco tengo ganas de ir allí Pelagos pero… no podemos perder el tiempo. Suponía las pocas ganas que el aspirante tenía, al menos si era como las suyas.

Estamos en las mismas, preferiría estar bebiendo algo fresco. bromeó a la que se levantaba aún un poco mareado.

¿Qué están mascullando?. Un poco enojada lanzó una mirada fulminante a los dos. Por cierto, te han traído al reposo del Aspirante tu tienda de campaña y pertenencias, Thenios me dijo que me ocupara de ti ahora que soy Ascendida…. como si con Pelagos no fuera suficiente… No sabía bien por que pero no estaba enojada por ello, más bien al contrario.

Pero no digas eso de nosotros… ¿Podrás llevarnos a los dos?.

Si no me pataleas como la otra vez claro que podremos.

Perdona, es que no me dejaste respirar.

Aún debo controlar eso… bueno no perdamos más el tiempo, ya saben que tienen que hacer.

Se le hizo raro ir a manos de Kleia, no hacía demasiado ella misma debía ser portada y sin embargo ahora estaba portándole a el.

No pude decírtelo aquel día pero… enhorabuena por el ascenso, estoy seguro que te lo merecías.

Soy yo quien debería agradecértelo, sin vosotros no hubiera sido posible.

No soy digno de… notó un pequeño apretón del fibroso brazo en el pecho. no hay de que… como os prometí os ayudaré hasta el resto de la eternidad si es necesario.

Al fin empiezas a ser tu.

Alzaron el vuelo hacia el sur. Sobrevolando el mar de colinas doradas no pudo dejar de pensar sobre el largo camino que había recorrido en aquel reino, aunque su destino aún pareciera funesto parecía que la luz que trajeron empezaba a cambiar el destino de todos sus habitantes, poco a poco parecía que había un futuro prometedor para todos y saber que Kleia estaba portándolos por los aires le hizo sentir otra sensación olvidada y enterrada desde hacía años… sintió orgullo por el pequeño halo de esperanza que había traído, pensó que… no era prescindible, embozando una pequeña, inapreciable, pero existente sonrisa sincera.

Los siguientes días fueron tal cual Pelagos y el se temieron. Kleia parecía más una sargento que una amiga y nexo de alma. En efecto fueron enfrentados a oscuras figuras que les marcaron en el pasado. Pelagos pudo superar otro trauma al fin, lo que le alegró bastante… en cuanto a el varios días enfrentándose a la oscura elfa habían logrado que esta quedara reducida a la sombra de lo que fue… lo que antes apenas entrara en la galería ahora quedó reducida a algo menos de su altura… aunque su prepotencia siguiera por las nubes.

Pero si es el cobarde que no hizo nada más que temblar de miedo tras los auténticos héroes… ¿Acaso crees que eres digno de la bendición de N’Zoth?, si por mi fuera te daría de comer a las bestias… a quien quiero mentir, ni para comida servirías. se tapó la boca con la palma de la mano, posando arrogantemente cual altonata.

¿Eso es todo?… solo eres una vulgar elfa vendida al vacío… recuerdo que aplasté tu asquerosa cabeza con mi maza arpía. La elfa quedó congelada al recibir la respuesta, seguro que no esperaba algo así.

Que arrogante de tu parte no mostrarme respeto, montón de piedras glorificado.

No sentía nada por ella salvo un ápice de pena, era tan baja, tan vulnerable e insignificante que daba igual lo que dijera, era como decía una piedra inalterable.

Y tienes razón… ¿Por que iba a mostrar respeto a algo tan insignificante?. Ahora muere. Tomó su maza, respiró tranquilo y al igual que hizo en el pasado la aplastó con fuerza. Y pensar que me dominó cuando llegué… ¿he acabado con ella al fin?.

Kleia y Pelagos aplaudían con mensura. Enhorabuena, ha sido duro pero lo has logrado, esa arpía no te atormentará nunca más… que arrogante ha sido hasta el final.

Gracias Kleia, esto no hubiera sido posible sin vosotros.

Has sido tu el que has logrado superarla, no te quites merito. Pero gracias, para eso estamos. A la vez el se alegró de ver el avance que el aspirante logró.

Bueno mis tercos aspirantes, vamos al Reposo del Aspirante a comer algo y descansar, se lo tienen merecido.

¿Entonces no volveré a enfrentarme a ella?. Le pregunto queriendo confirmarlo.

¡Si!, la próxima vez que vuelvas tendrás que someterte a otro ser que te haya traumado… será duro pero ya sabes como lograr aplastarlos.

La próxima vez… Se le heló la sangre y el rostro, sintió una gélida mirada sobre el. espero que no sea El…

¿Estás bien?… estás pálido. Pelagos se le acercó preocupado.

Yo… recordé algo desagradable… más bien alguien… espero que no esté en las Tierras Sombrías pero… hablaba para sí mismo en susurros.

Por muy duro que sea estaremos junto a ti para apoyarte, no pienses en ello ahora.

Has caso a Pelagos y respiren aliviados, hemos acabado por ahora esta prueba… tras comer y descansar escribirás tus pensamientos en un pergamino y entrenaremos un poco, creo que va siendo hora de que empieces a usar el poder del ánima a tu favor.

¿Poder del ánima?. Extrañado sintió curiosidad por ello.

En efecto, modelar el ánima que nos rodea para usarlo a tu favor puede ser decisivo en los retos que nos aguarda, es por ello que nos pondremos en manos de Xantia cuando repongamos fuerzas.

Eso suena interesante cuanto menos y… ¿se puede usar para sanar aliados?.

Por supuesto que puedes, el ánima puede ser modelado como arma o como curación si el usuario lo domina.

Eso suena prometedor, quiero saber todo lo posible sobre ello. Pensó en las infinitas posibilidades ante el y le empezó a reconcomer la impaciencia. quiero aprender ya.

Ese es el espíritu, pero antes descansemos que quiero comer.

Regresaron al Reposo del Aspirante y comieron nada más aterrizar, tras una merecida cabezada se despertaron, o más bien fueron despertados por un mensajero venido desde el Reposo del Héroe con noticias frescas y urgentes.

Los mortales lograron liberar al antiguo Jefe de guerra Thrall de su prisión al fin, solo quedaba seguir el rastro de Anduin y lograrían acabar con su misión.

…y la más urgente noticia. Hemos localizado a Lysonia en el Templo de la Humildad, Adrestes solicita el apoyo de Kleia y el mortal cuanto antes.

¡Lysonia!. Los tres exclamaron a la vez.

En efecto, ya hemos enviado refuerzos allí, no debe escapar.

Es el momento perfecto, no debemos hacerles esperar. Kleia tomó su lanza y despidió al mensajero.

¿Dónde está mi armadura?, me la pongo y nos vamos. Pensó en llegar cuanto antes.

En el Reposo del Héroe, nos pilla de camino.

¡
Quiero ir con vosotros. Pelagos se cruzó delante de ellos.

Es muy peligroso que vayas con nosotros ahora, siento decirte esto pero debes quedarte… lo hago por tu propio bien. Kleia desde luego se preocupaba por el.

¿Y si te pasa algo?, no quiero perderte.

Se acercó a Pelagos y miró hacia su cara. Por favor, escúchala y entiéndela, se que te preocupas por ella pero no le va a pasar nada, si confías en ella y en mi entonces no debes preocuparte… la defenderé aunque ello me cueste la vida… que no pienso dejar que me arrebaten fácilmente, además, ella tampoco se dejará matar… ¿Confías en nosotros?.

Por favor, vuelvan conmigo… no les quiero perder.

No lo haremos.

Debemos marcharnos Pelagos… volveremos lo antes que podamos vivos. Le tomó y alzó el vuelo al norte, dejando cada vez más atrás a Pelagos.

La verdad es que me da pena dejarlo atrás pero… es lo mejor para el. suspiró.

Así es, me alegra saber que lucharemos juntos… ojalá acabe esto pronto. Un hilo de esperanza se resistía a romperse en la voz de Kleia.

Si esta Lysonia estarán el resto de Abjurantes… no será fácil pero hay que aprovechar esta oportunidad.

Ojalá no hubiéramos acabado así pero… ojalá pudiéramos hacerles entrar en razón.

Alguna forma habrá, o eso espero.

Otra vez sobrevolaron el horizonte sobre las doradas colinas, hacia la incertidumbre.

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Una vez que tomó su armadura llegaron al Templo de la Humildad lo más rápido que pudieron, donde para su desgracia el panorama se presentaba desolador.

Los Abjurantes habían tomado el control del lugar, donde los inertes cuerpos de quienes antaño residían allí posaban desperdigados junto a numerosos Abjurantes y sin embargo desde lo más profundo de este se lograba escuchar los gritos de guerra.

Aún queda resistencia, debemos ayudarlos… Prepárate. Se dirigieron al foco de los gritos donde en efecto la última resistencia se resguardaba tras un muro celeste como si de unos magos se trataran, este resguardaba todo el recinto, que por los estantes y pergaminos parecía un archivo.

¡Por la gracia de la Arconte!, ¡Han traído refuerzos!. La ascendida armada resopló aliviada cuando aterrizaron.

¡¿Que ha pasado aquí?!. Kleia preocupada no dejaba de mirar a los heridos del interior, en efecto muchos sufrían severas heridas de corte.

Esos condenados traidores nos atacaron de sorpresa, desde que atacaron el Fuerte el resguardo dejó de funcionar.

Creo que debería ayudarles, aún no estoy muy versado en curaciones pero creo que algo podré hacer… Miró a los heridos, eran demasiados para el.

Aguantarán. Deben impedir que se hagan con el ánima, destruyan los colectores.

Eso significa que… Miró a fuera del a duras penas resguardado recinto como los Abjurantes terminaban de tomar el control del Templo y suspiró frustrado. espero que al menos sean quienes se hayan manchado las manos de sangre.

Empuñó su maza y salieron del pequeño recinto acabando con un abjurante que intentaba debilitar el escudo.

No tardaron en llegar al primer colector resguardado por un Abjurante sin alas. Maldita sea, es un Aspirante. Agarró por los pelos el borde de un ala de Kleia, respondido por un fuerte golpe en su casco.

¿Pero que haces?, eso duele.

Míralo, es un Aspirante… Miró a su alrededor, parecía que lo dejaron solo.

Lo se y ojalá no hubiera acabado así pero… no podemos hacerles esperar o acabaran cayendo.

¡Bastión será de los Abjurantes!. Gritó al verlos empuñando su lanza.

Pero si no es capaz ni de sostener ese arma… mira como esta temblando…. por no decir que tiene una mano justo por debajo de la hoja… déjamelo a mi, será rápido.

¿Estás seguro?… ojalá tengas razón. Para nada confiaba en ello y lo sabía.

Ejem ¿Cómo te llamas?. Dijo alzando la voz, acercándose a pasos pequeños, sostenidos.

¡Eso no te importa!. ¡Dejad las armas y… entregaros!.. No dejaba de ver como le temblequeaban las piernas.

Está bien, solo quiero hablar, solo eso, hablar… Dejó con cuidado la maza en el suelo y recortó la distancia con el Abjurante.

Me recuerda a… Apenado suspiró recordando a alguien similar.

¡Si…sirves a la Arconte y por e… eso acabaremos con vosotros!.

Llegó a escasos metros de el, el cual estaba atacado por los nervios.

Solo soy un simple mortal venido de lejos, lo que pase aquí ni me va ni me viene pero… esta claro que tu no quieres estar aquí. ¿Quieres que hablemos?.

¡No me en…e…engañarás… solo quieres sabotearnos!.

Se acercó a escasos centímetros del nervioso aspirante.

Está claro que no has querido empuñar un arma… podría acabar contigo fácilmente pero… no podría perdonármelo.

Sin aviso el aspirante alzó la lanza, golpeándolo en su hombro, rebotando y escapándose de las manos del Abjurante.

¡Drethz!. Ignoró el grito de Kleia.

Eso ha sido patético… ¿Es que no ves que te han manipulado?, se que los Kyrianos tienen unos métodos cuanto menos discutibles pero… ¿Matar a tus antiguos camaradas por una causa?.

Pe… pero… ¡No quiero olvidar quien soy!…. me obligaron a olvidar mi vida… mis recuerdos… ¡Todo!…. ¿Vas a matarme no?… cayó sobre sus rodillas.

¿Te prometieron que podrías elegir tu propia senda verdad?… ¿Acaso matar a tus camaradas, amigos… nexo de alma es el camino?.

Solo así lograremos deshacernos de la tiranía de la Arconte.

Solo lograrán así estar bajo la tiranía de Lysonia, ¿Acaso estas aquí por tu voluntad o por que te han obligado?.

Yo… vi como la mataron delante de mis ojos… y no pude hacer nada… ¡¿Por que no se vino conmigo?!. Angustiado se sostenía las sienes con sus manos.

No pienso matarte pero debes dejar de inmediato esta locura… escóndete en alguna cueva y espera a que esto acabe, no puedo asegurar nada pero al menos podrás sobrevivir…

¿Por que haces esto?.

No gano nada acabando contigo así que vete de aquí antes de que me arrepienta… no uses el camino, ve por los arbustos… y no te acerques a zonas kyrianas por ahora.

Adiós. Salió corriendo por los arbustos, sin recoger su lanza.

¿Estás bien?… Eso que has hecho…

No ha sido nada Miró la casi inapreciable muesca recta en su hombrera. Bueno, esta armadura acaba de tener su bautismo.

Es un Abjurante pero… me alegro que haya recapacitado, aún hay algo de esperanza.

Por un momento me vi reflejado en el… esas dudas, ese miedo… tenemos que acabar con esa condenada Lysonia, ella es la responsable de todo esto.

Debimos haberle preguntado por el resto de colectores pero… en fin, no perdamos más tiempo.

Tiempo… ¿Dónde están los Abjurantes? dejar a un novato resguardando algo tan importante… no creo que todos estén tratando de acabar con el resguardo.

¿Qué acabo de hacer?.. ¿Acaso he… No se por que pero siento que he hecho lo correcto… ¿Desde cuando… he sido así?.. ¿Es este realmente… yo? Se preguntaba a sí mismo en silencio.

Lysonia debe estar tramando algo, rompamos los colectores y vayamos a ella cuanto antes.

Rompieron el artificio, que de inmediato dejó de captar ánima y continuaron por la senda.

Al subir la pequeña colina no les resultó difícil ver en el cielo dos flujos de ánima descendientes. El primero de ellos estaba en el borde del reino, resguardado por dos nemis que sucumbieron rápido ante ellos al igual que el colector. El último colector se encontraba junto a un pequeño edificio resguardado por un Abjurante, esta vez alado y armado el cual no dudó en atacarlos nada más verlos, acabó sucumbiendo también, esta vez sin negociación alguna. El último colector acabó destruido.

Se acabó… Lysonia debe estar cerca, no queda nada más que… ¡El Templo de la humildad en sí!… ¡Maldita sea! ¿Cómo se me pudo pasar?. Parecía que se maldecía a ella misma.

¿Qué hay en ese templo?.

¡El Dechado de la Humildad!, ¡Debemos darnos prisa!.

Corrieron por los arbustos evitando las guardias acercándose todo lo que pudieron al final del reino, prácticamente debajo de las plataformas que conformaba el Templo, algo ya familiar para el.

Varios Abjurantes yacían muertos junto a las escaleras que daban a la plaza, uno de ellos empalado por una gran espada de hoja blanca con runas y empuñadura celeste, pensó en tomarla pero era más larga que un kultirano así que desestimó la idea.

Esa espada… ¡Chyrus!. Exclamó ahogando el grito, o eso creyó.

¡Muéstrate caminante!, Se que estas allí. La impositiva fémina voz le resultó familiar.

¡Lysonia!… Miró a Kleia. Si te digo que huyas lo haces.

¿Cómo iba a dejarte solo?. Indignada le increpó.

No podría perdonarme que acabaras en el Olvido, yo aún tengo otra “vida”.

¡Si no quieres que mate al Dechado ya puedes manifestarte!… Lo mismo se aplica a tu “amiga” la Kyriana.

¡Maldita seas!… no nos queda otra. Empuñando su maza subió las escaleras acompañado por Kleia.

Sobrevolando la pequeña plaza circular Lysonia parecía tratar de imbuir en oscuridad al herido Dechado, que a duras penas podía mantenerse sobre sus extremidades, el rastro de sangre que de este emanaba le indicó que debió haber luchado.

¡Tiren la armas o lo mato!.

Pero Lysonia… ¿No es esto demasiado para…

¡Cállate Uther!. Realmente enojada gritó a su acompañante.

Maldita sea… Dejó caer su maza y arrojó al suelo su espada.

¡Has llegado demasiado tarde!. ¡Kyriana! Pronto tu querido Dechado sucumbirá al orgullo que durante eones ha resguardado.

¡Chyrus!… Gritó angustiada.

Esto es demasiado… no tendría que ser así como…

¡Calla esa boca Uther!, Me estás desconcentrando…. ¡Muestra de una vez tu orgullo, Dechado!.

¡AAAAARHG!… Durante eones he seguido mis principios… no lograrás que sucumba ante tus fallos…

Una falla se abrió junto a la pared a sus espaldas, hilos negros como el más profundo abismo emanaban de esta. El hedor de esta le hizo dar una arcada.

¡Deja de jugar mi mascota!… ¡Hay trabajo que hacer!… ¡Regresen de inmediato!. La fémina voz emanaba de esa hedionda falla. Femenina por decir algo por que le recordó a aquellas bucaneras de Bahía de Botín cuya halitosis dejaban a la altura del betún al añublo.

¡RAAAAHG!. !Maldita sea!. Vámonos Uther, no merece la pena perder el tiempo con estos idiotas.

Solo veo… oscuridad.

Entraron en la falla, desapareciendo tras esta. Sin dudarlo corrió hacia ella lo más rápido que pudo, pero se deshilachó antes de poder llegar.

¡NOOOOOOOOOOO!.. ¡Ya los teníamos!..… ¡Estaban tan cerca!. No podía estar más frustrado, por mucho que atravesara donde estaba la falla no conseguía nada, solo atravesar aire.

Urg… Arh…

¿Estás bien?…

No te preocupes Kleia, esto no acabará conmigo… solo necesito curarme… cual necia pudo ser buscando el orgullo que en mí no existe…

Regresó a donde estaba el malherido Dechado.

Puedo curarle aunque sea un poco… suspiró frustrado. Estaban tan cerca…

Gracias… pero tengo que pedirte un desagradable favor…

No hables, debo imbuir de Luz tus heridas… luego me lo dices, no tardaré. Recordó una de las plegarias de los pergaminos. Se arrodilló junto a Chyrus y llamando a la Luz imbuyó sus manos de sagrada magia, que alcanzó al Dechado, el cual dio un leve quejido, como de escozor.

Bien, tardará un poco pero ira bien… ¿Qué hacemos ahora?.

Deben ir de inmediato a las Fauces e impedir que continué con lo que esta haciendo… me temo que si me han dejado libre es por que tienen algo grande entre manos… tu eres caminante así que puedes ir y regresar…

¿Debemos?…

Iré yo también. A su espalda Kleia respondió.

No vas a ir, iré solo.

Debemos detenerla, tu solo corres peligro.

No pienso permitir que te maten… si eso pasa no me lo perdonaría jamás…

Que poca confianza tienes… ¿Puedes regresar Dechado?.

Pronto curaré, no hay problema… deben marchar de inmediato.

Así será… nos vamos.

He dicho que voy solo, debes quedaaaaaAA! Se vio sobrevolando los cielos en el brazo de Kleia sin esperarlo.

Cuando dije que íbamos a ir no era una pregunta.

¡Urg!. Las arcadas le subía por la garganta, al ir al revés se mareó al instante.

Perdona, pero seguro que hubieras huido si te lo hubiera dicho. Como pudo le dio la vuelta, pero tan mareado estaba que solo pudo apoyar su oculta barbilla en el brazo de la kyriana.

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Oribos. Parecía ayer la última vez que se vio al borde del torrente de almas condenadas y a la vez tan lejano pero aún así la inquietud en el era demasiada para ocultársela a la también inquieta Kleia, que miraba a la oscuridad del abismo a sus pies.

Así que esto era de lo que hablabas… no puedo olvidar al pobre Ben…

Aquí estoy otra vez… suspiró profundamente. No te obligaré pero… te recomiendo que regreses, ese lugar es horrible cuanto menos.

Vamos a ir los dos, no voy a dejarte ir solo allí. Era inútil persuadiría.

En fin… espero que estés preparada para lo que vamos a ver.

¿Y como llegamos?.

Saltando.

¿Saltando y ya…?, ¿Acaso me estas diciendo que la única forma de ir al reino de la condenación eterna donde van todas las almas de la existencia es saltando?. Recelos, no le extrañaba, hacía no demasiado él pensaba lo mismo.

Si.

Menos mal que tengo alas, vamos.

¡Espera un momento!. Recordó a cierta individua de “bajo perfil”.

¿Pasa algo?.

Tengo una “conocida” allí que podría sernos de utilidad… espero… no le inspiraba confianza pero era lo único que no quería tomar su alma allí abajo. …pero necesitaré algo para convencerla… maldita sea, no tengo nada que le pueda ser útil…. condenado Abjurante masculló para sí recordando su robada mochila.

No tenemos tiempo para ello, ya la convenceremos cuando lleguemos.

….me temo que no hay otra, avancemos. Fue tomado por el brazo de Kleia la cual dudando unos segundos dio el salto de fe al torbellino de almas.

Otra vez la ensordecedora agonía de millones de almas suplicando piedad o aterrorizados en el descenso a la locura, al menos no temía morir aplastado contra el suelo.

Otra vez aquel brazo espectral que los acogió hasta llegar abajo y de nuevo la ya familiar abertura en la estéril roca.

…. así que esto son las Fauces… no exagerabas cuando hablabas del infierno que era… resopló Kleia.

Y esta es la parte buena, no quiero imaginar como debe ser Torghast… no perdamos el tiempo, allí está la “conocida”.

¿Pero quien demonios podría llamar a esto hogar?. Parecía indignada.

Antes de nada, no confíes en ella… hay algo en ella que me da mala espina y lo segundo, no hables si no es necesario, no quiero decirle información que nos comprometa.

Entiendo… entremos.

Entraron en la cueva, donde como la última vez que estuvo nada había cambiado salvo la presencia de algún que otro artilugio nuevo, sin embargo ella estaba allí, como cuando se despidieron de ella.

Oh, otro mortal que viene a mi morada…. yo te recuerdo… eras el que vino a por el Barón. Ve’nari no parecía sorprendida en absoluto por su nueva compañera, de hecho parecía hasta enojada.

Si, soy yo… necesitamos tu ayuda. entrecerró los ojos ante lo que creía que era la cara del espectral ser.

Últimamente muchos mortales necesitan mi ayuda, esta siendo un intercambio provechoso para ambas partes aunque no han dejado de llamar la atención del Carcelero… ¿Qué deseas?.

Información sobre una Abjurante.

Hay muchos Abjurantes aquí mortal…

Una llamada Lysonia, su líder.

Estas de suerte pues se donde están asentados los Abjurantes.

Evitó mostrar satisfacción, miró a Kleia lo más serio que pudo, borrando de su rostro la sonrisa que mostraba. Y bien, ¿Dónde están?.

En el Bastión de la Perdición, creo que te será familiar el lugar.

No se esperó esa respuesta. Entiendo… ¿Y que ganas tu con esto?.

¿Yo?. Eses suspicaz… no eres un novato en los bajos fondos, eso está claro.

Déjate de halagos ¿Qué ganas con esto?.

Todo lo que sea debilitar al Carcelero y sus secuaces facilita mis negocios y seguro que has venido con tu amiga la kyriana por que Lysonia os ha hecho algo malo… Yo os he dicho donde está, vosotros la matáis y yo me quito un estorbo de encima, ganamos todos.

Confiaré en tu palabra… pero como sea una trampa juro que volveremos. Intentó sonar amenazante.

Ah, son tantas amenazas de muerte a lo largo de eones que otra más en la lista no supone más que otra… línea en mi abultada agenda de amenazas.

Bueno… gracias por la ayuda… ¿Podemos tener otro orbe de transporte?.

Me temo que no, tendrán que ir a pie… o volando, pero no puedo arriesgarme a ser descubierta.

Nos vamos.

Adiós, no te mueras por el camino.

Salieron de la cueva, se cercioró de estar fuera de la vista de Ve`nari y se dirigió a Kleia.

¿Pero que se ha creído?, ¿Quién se cree para hablarte así?. Indignada era quedarse corto.

Te entiendo pero por desgracia es la única “aliada” aquí… tenemos suerte de que ya estuve donde debemos ir pero… no recuerdo haber visto Abjurantes aquella vez…

No debemos retrasarnos, este lugar ataca hasta la última fibra de mi ser.

Iremos por el aire, ten bien abiertos los ojos y haz el menor ruido posible o acabaremos muertos… o peor. Miró la lejana silueta del inmenso edificio que con su puntiagudo tope rasgaba literalmente el cielo.

Claro…

Y odio decirlo, pero no tengas piedad con los Jurafauces, son quienes torturan a las inocentes almas que llegan aquí.

Se mi guía aquí.

Fue tomado en su brazo y alzando el vuelo sobre el quebrado horizonte avanzaron. Pudieron avanzar mucho más rápido que yendo a pie sobre los estériles yermos, pero no eso no evitó que tuvieran que esquivar a varios Jurafauces alados que el se temía que eran. Finalmente tras el interminable viaje con los nervios a flor de piel lograron alcanzar el Bastión de la Perdición sobre el cual se quedaron sobrevolando.

Así que esto es el Bastión de la Perdición… desde luego el nombre no inspira confianza.

Ya he estado aquí… y seguro que han fortificado los accesos así que hay que encontrar un punto ciego donde aterrizar.

No veo mucho pero parece que hay una grieta allí… creo que tomaremos tierra bajo aquel puente. Señaló el distante puente que unía el “continente” con la lejana isla en el horizonte.

Buena idea… algo me dice que estará en la isla pero… debemos obtener información.

De acuerdo. sobrevolaron el recinto, logrando ver concentraciones de sus merodeadores. Parecía estar resguardado por Jurafauces alados y en algunas explanadas parecían haber ¿Jurafauces? encadenados.

¿Ves algo?.

Si, creo que hay Jurafauces encadenados pero… ¿Qué sentido tiene eso?… Se acercaban al puente y el panorama no cambiaba, por algún motivo sintió que debía liberarlos… o al menos saber por que estaban así.

¿Jurafauces encadenados?… Vamos a aterrizar.

Llegaron a la grieta entre rocas, logrando aterrizar bajo el puente, donde este daba comienzo. Parecía que no fueron vistos pero el caminar constante se escuchaba sobre ellos.

Ya estamos… ¿Ves guardias?. Kleia le susurraba a su oído.

Con cautela asomó por el borde de la base del puente media cabeza hasta lograr ver algo, pudo ver un poco tras los peñascos tres Abjurantes engrilletados tanto en piernas como en muñecas a un pesado bloque de metal. Tenemos 3 Abjurantes encadenados… y se acerca un Jurafauces…

Sin piedad con el, debemos hacerlo por Bastión.

Asintió con la cabeza. Lo mataremos aquí, no debemos llamar la atención._

Preparó su espada y salieron lo más rápido que pudieron, Kleia se adelantó atrapando por la cabeza al Jurafauces arrastrándolo bajo el puente, donde el enano lo degolló mientras que Kleia seguía tapando su boca hasta que dejó de luchar por su vida.

Buscó por toda la armadura algún objeto de interés, logrando encontrar un par de llaves unidas por una anilla en el cinturón. Esto debe ser de una cerradura, espero que sirva para ellos.

Ve rápido, debemos alcanzar a Lysonia.

Miró a su alrededor, pese a haber guardias lejanos no parecían que se dieran cuenta de su presencia así que corrió hacia los Abjurantes con la llave. Al verlos estaba claro que habían pasado por tiempo mejores pues estaban todos famélicos y malheridos.

Shh, voy a liberados de los grilletes, no llamen la atención y síganme cuando logre abrirlo. Rogaba para que fuera la llave correcta.

¿un… un mortal?…

¡Shh!. Introdujo la llave en el cerrojo de la muñeca… no giraba. Maldición… Usó la otra llave. click. Parece que funciona… Usó la otra llave con el cerrojo del grillete del tobillo, se abrió con facilidad.

Ve bajo el puente en silencio… Susurró al liberado Abjurante que salió hacia este.

¿Por que…

¡SHH!. ¿Quieres que nos maten?.

Abrió los grilletes restantes de ambos y corrieron hacia el borde del puente, donde esperaban Kleia y el primer Abjurante liberado…. pero sin presencia del Jurafauces muerto.

No tenemos tiempo, quiero que hablen. ¿Dónde esta Lysonia y que trama?.

Lysonia… esta cegada por el poder… no puedo seguirla después de todo esto. La afligida Abjurante parecía ser sincera.

Ella está en la isla, está con un ritual que… nos están convirtiendo en Jurafauces… nos han engañado… esto es demasiado para mi… hay que detenerla. Parecía decir la verdad también. solo quiero salir de aquí.

Esto no cambia nada entre nosotros, no pienso caer en las garras kyrianas otra vez pero… tampoco quiero acabar siendo un Jurafauces. No esperaba esa respuesta pero tampoco estaba para juzgarle en ese momento.

¿Saben algo más?.

Todos negaron con la cabeza.

Bien, llévame al otro lado Kleia y luego… haz lo que veas conveniente con ellos… Arrojó las llaves al Abjurante más receloso. esperen aquí un momento.

Volaron atravesando por debajo el puente, podían escuchar los pasos metálicos sobre ellos pero parecía que bajo ellos no eran detectados. Llegaron al otro extremo, dejándole bajo el final del puente.

Siento algo aquí… una energía familiar.

¿Quieres llevártelos de aquí verdad?… lo siento en ti.

Si, pero no puedo dejarte solo…

No lo harás, llévatelos a la piedra frente la cueva de Ve’nari y esperarme allí por favor.

Pero y si…

No voy a morir aquí, te juro que volveré a la piedra vivo, tengo una vaga idea en mi cabeza que podría funcionar…

¿Estás seguro?. Sentía su preocupación.

Si, llévatelos a la piedra, a duras penas podrás con ellos tres, conmigo no lo lograrás.

Confío en ti, nos vemos en la piedra.

Kleia voló de regreso al otro lado del puente, quedando el solo en aquel lado. En efecto sentía algo que emanaba de la pequeña fortaleza que frente a el se abría paso.

¡Toma su poder para alimentar tu transformación!. Esa repugnante voz fémina otra vez emanaba del interior del fuerte.

Has sido un discípulo muy útil…. Devos te ha guiado bien pero ya te necesito. Serás más útil como ánima.

¡AAARG!. Esas voces de nuevo, la fémina sedienta de poder y la quebrada y afligida voz masculina.

Asomó la cabeza un poco viendo lo que se temía… Lysonia de espaldas imbuyendo de oscuridad a Uther que luchaba por sobrevivir y junto a ellos una bestia salida de lo más profundo del océano. ¡Maldita sea!… Debo rescatarlo pero…

Tienes visita Dechada, ocúpate de el.

No me queda otra…

Empuñó la maza y cargó hacia la Dechada.

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Reflexiones de un Espectro

«Nada dura».

Aquellas habían sido las últimas palabras que Sylvanas Brisaveloz había pronunciado antes de desaparece de la faz de Azeroth. Unas palabras cripticas, una sencilla frase que el mundo había dado por sentado era una amenza. Él también lo creyó asi, por un tiempo al menos. ¿Cuanto había pasado desde entonces? No estaba seguro. Habían ocurrido muchas cosas desde aquel momento, y él habia visto muchas más. Había llegado a comprender la verdad oculta en sus palabras, y le había deslumbrado como el sol al asomar de improviso entre la niebla. Pero su luz se sentía extraña. Sin ser falso, se sentía como una mentira. Y no entendía por qué.

Aiden levantó la mirada del suelo metálico del tranvia. Solo ese gesto fue suficiente como para que el otro único pasajero, acurrucado y tembloroso al otro extremo del vagón, lanzara un gemido agudo como el un sapo asustado. Tal vez él lo supiera.

—Mímiron —. Intentó darle a su voz un tono amistoso, pero incluso él se dio cuenta de la aterradora neutralidad con la que dijo su nombre.

El viejo Vigía dio un respingo y se acurrucó aun más contra la esquina del vagón. Los muñones de sus piernas lanzaron un chispazo como protesta ante el movimiento brusco. Aiden notó como las comisuras de su boca se deslizaron un poco más hacia abajo. Tal vez se hubiera excedido con él. Bajó la cabeza y, mirando de nuevo al suelo, volvió a intentarlo con un tono más suave.

—Mímiron ¿Qué opinas del cambio?

Aguardó una respuesta sin muchas esperanzas de que llegara. Cuando el eco de su voz se difuminó en el aire, un silencio pesado y grueso se adueñó del aire frio del túnel. El traqueteo mecánico del tren fue el único sonido que bailó en sus oidos hasta que, tras unos eternos segundos, una voz tímida se hizo un hueco en ellos.

Mímiron se había incorporado como pudo, su espalda maltratada apoyada contra el metal. En sus ojos, Aiden vió una atisbo de una emoción luchando por no zozobrar en la mar picada de su miedo.

—¿Sobre… el cambio?

—Sobre el concepto del cambio. ¿Crees que es algo inevitable? ¿Que nada puede mantenerse con el paso del tiempo?

Su pregunta pareció pillarle por sorpresa. El Vigia se quedó mirándole con la boca entreabierta, aunque más que por la propia pregunta, parecía que su sorpresa venía por quien la había formulado. No era para menos. Hacía escasos minutos que había dado muerte a toda su familia. El pensamiento le hizo volver a agachar la cabeza.

—A la larga, tal vez… —respondió Mimirón al fin, aun dubitativo—. El cambio es una propiedad, algo intrínseco del cosmos.

—Explícate.

Aiden se dio cuenta enseguida de su error. Por un instante una pesadez extraña se había posado sobre sus entrañas y había encontrado la respuesta ofensiva. Había sido consciente de como los músculos de su cara se contraían en un gesto severo tras la Máscara de Dominación. De cómo de sus labios escapó otra vez esa voz monótona y gélida que apestaba a dominio y desprecio. La poca guardia que Mímiron hubiera bajado hasta entonces se habia vuelto a alzar más reforzada que antes.

Agitó la cabeza para espantar aquella sensación. Aquella vorágine de sentimientos no se sentía como suyos, pero se había aferrado a sus entrañas con zarcillos oscuros. Los expulsó sin piedad de su mente, y aun así podía seguir sintiéndolos reptando por los bordes de su mente. Carraspeó y, alzando las manos en gesto amigable, intentó arreglar la situación.

—…por favor.

—Como decia —el Vigia le miró con desconfianza, pero siguió hablando—, es algo intrínseco del cosmos. El día precede a la noche, y esta al dia. Cosas que estaban construidas son destruidas con el tiempo, y cosas que no existían aparecen para sustituirlas. Incluso las estrellas, que nos parecen eternas, cambian con el tiempo. Lo que quiero decir es…

—Que nada dura.

—Eternamente, no.

De nuevo el sonido mecánico se hizo dueño absoluto del ambiente. Encorvado hacia delante y con el mentón apoyado en sus manos cruzadas, Aiden reflexionó sobre la respuesta. Mimirón, que era más listo que él, compartía la opinión de Sylvanas. En realidad resultaba bastante obvio, pero seguía sin poder aceptarlo.

—¿Y la paz?

Esta vez fue Mímiron quien frunció el ceño. Se preguntó si estaba sintiendo lo mismo que él habia sentido hacía un momento.

—¿Qué interés tienes en la paz?

—Es lo único que ansío. Busco paz para Azeroth.

—¿Paz? —repitió incrédulo el Vigia. Su timido enfado echó raiz—. Aqui la habia hasta que llegaste tú y mataste a mis hermanos.

—Lo siento. Lo vi necesario. Al menos en aquel momento —no se justificaría más. No sabría explicarlo. Tampoco merecía la pena—. Cuando mate a Sylvanas habrá paz. Pero esa paz… ¿está destinada a desaparecer algún día? ¿Acaso persigo un imposible?

Mimirón se inclinó hacia él. Fue solo un poco, un movimiento apenas perceptible, pero que encerraba un mensaje claro. «Cree que estas loco. Podrías matarlo y tomar de él lo que necesitas.».

—Por los Titanes ¿de que estás hablando?

—Nada dura. La paz tampoco. Después de que mate a Sylvanas vendrá alguien más. Tal vez la Quinta Guerra, ahora que el Consejo de la Horda no está. ¿Y después de la guerra? Otro más. Y otro, y otro, y otro… —el sonido chirriante de los frenos le interrumpió. Incluso ese viaje llegaba a su fin—. Tal vez vengan a por mi por miedo. O por envidia. Todo lo que consiga ahora seran meros parches cubriendo una puñalada. Por mucho que lo intente, no veo una solución permanente. Aun no.

Con un último chirrido y el relampagueo intermitente de la electricidad estática, el tren a la Chispa de la Imaginación llegó al fin a su destino. Aiden suspiró lentamente, como cogiendo aire para un gran esfuerzo, y se puso en pie con un movimiento lento. Silencio, que durante todo el trayecto había colgado de forma disimulada de la espalda de su dueño, reflejó lo luz artificial y centelleó con malicia.

—Hemos llegado.

Un gesto de su mano bastó para alzar a Mimiron en el aire. Su abominable poder formaba una red de hilos negros y azules que envolvía sus piernas, sus brazos… y su cuello. Tan frágil, tan indefenso. Tan fácil de romper…

Tan… tentador…

«No lo necesitas. No es de fiar. Solo necesitas su conocimiento. Arráncale sus secretos. Doblega su voluntad».

La gelidez atenazó de nuevo sus palabras.

—Prepárate, Vigia. Hoy será el dia de tu redención. Tu último invento marcará los cimientos de la salvación de Azeroth. Me ayudarás a traer la paz a este mundo… y yo me aseguraré de que sea una paz eterna. De un modo u otro.

Espectro y Vigia descendieron juntos las escaleras hacia la Chispa de la Imaginación.

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Corría hacia la Dechada. Tan cerca de ella y sin embargo…

¡Soy la Dechada de la duda mortal!. ¡Estoy harta de tu impertinencia!.

Entre ambos surgió súbitamente una gran mole oscura carente de forma y rostro, cuanto menos amenazante.

¡Acaba con el!.

Se lanzó a su lateral esquivando el puñetazo que hizo retumbar el suelo.

Ahora lo entiendo… ¡Tu eras la llave para lograr mi destino!.

Esquivó otro puñetazo, golpeando con el costado del escudete el “brazo”.

Maldita sea… déjame pasar.

¿Por que Lysonia…. debíamos salvar a los nuestros, no…. condenarlos…

Esquivando puñetazo tras puñetazo imbuía su maza en Luz. De reojo pudo ver como la bestia “marina” desaparecía.

Siempre fuiste demasiado débil para seguir el camino, Devos desperdició el tiempo contigo.

Seguía a la defensiva imbuyendo la maza esquivando golpes, por mucho que quisiera el oscuro ser no le dejaba avanzar… esos espectrales luceros que resaltaban sobre el oscuro alma no dejaba de inquietarle como si fueran los ojos de…. ¡Ojos!.

¡Debo avanzar… ya!. Rogó a la Luz que mostrara su gloria y cerró los ojos todo lo que pudo pues se manifestó en una cegadora explosión que hizo rugir a la oscura bestia.

¿Eh?… No pienses que has ganado mortal, la próxima vez que nos veamos será la última… Lo mismo va para ti Uther.

Corrió hacia la voz y abrió los ojos para ver como desaparecía la Dechada en el horizonte.

¡Maldita seas!… Los brazos le pesaban como si su maza hubiera engordado… de hecho seguía imbuyéndola de Luz, que ahora empezaba a cegarlo.

¡GHYYAH!. Se dio la vuelta para ver a la profanada visión acechando, no lo pensó y tras esquivar otro puñetazo que hizo vibrar el suelo le golpeó con la maza sacra lo más fuerte que pudo, cercenándolo en dos.

Dejó caer la maza y se agachó a donde estaba el Abjurante intentando levantarse. Volvió a mirar al espectro que ahora estaba ardiendo en sacro fuego y volvió a dirigirse a Uther.

No… maldita sea aguanta… Empujó con cuidado el oscuro ala para abrirla un poco y poder ver el maltrecho cuerpo y empezó a recordar algo que pudiera ayudarlo.

Lysonia… ¿Cómo ha podido… Dolorido intentaba hablar.

Calla, tenemos que salir de aquí… puede que te duela… espero tener energía para curarte. Suspiró.

Por favor, sácame de… aquí, te dejaré regresar pero… sácame de aquí. El que recordase como el orgulloso líder Abjurante que le desafió ahora estaba suplicándole ayuda para huir de su destino.

Te llevaré de vuelta a Oribos, pero calla… No le agradaba tener que curarle… no sabiendo las muertes que sus actos habían causado pero sentía que no podía dejar a alguien en su estado tirado.

Otra plegaria a la Luz para ser su portador, miraba nervioso de reojo, pero nada raro así que siguió su plegaria que llegó en forma de sagrada luz en sus manos… y un creciente agotamiento.

Luz… incluso tras la muerte sigue ayudándome…

El solo seguía transmitiéndola. Cuando el Abjurante se alzó cesó la plegaria. Al dar un paso casi se cae, otra vez ese maldito vértigo.

Te llevaré fuera de aquí, indícame donde esta la salida de este infierno. Alzó las alas y esperó a que cogiera su maza, tras lo cual fue portado por el oscuro ser que sin embargo le portaba igual que Kleia.

Dejaron el complejo con facilidad, pues parecía que no levantaban sospechas entre nadie.

Debes seguir recto hasta llegar a una planicie… aún queda un poco.

Puede que no seamos aliados pero… debo agradecerte lo que has hecho por mi.

Yo… no lo hice por ti… o eso creo, pensó para sí , si no por Bastión… solo quiero que este conflicto acabe… suspiró.

Sabía que tenían fuertes aliados… sabía que eran de fuera de Bastión y que gracias a ellos lograríamos ganar… cambiar nuestro destino pero… me cegué a la idea… condenándonos a servir al Carcelero.

Tenemos que llegar al otro lado de esta falla… Dijo fríamente.

Siento lo sucedido la última vez que nos encontramos, solo espero que no te hicieran nada.

¡¿Nada?!… Eso supongo que ya no importa… son momentos duros y… Recordó la visión de Devos. Tu propósito era noble pero…

Tengo mucho de lo que reflexionar una vez salga de aquí… pero no puedo regresar con los Kyrianos… no mientras sigan cerrados al cambio.

No es buena idea, no por ahora… mientras dejes de liderar los Abjurantes o… Se acercaban a la cueva de Ve´nari recordando lo que le prometió a Kleia. …quizás deberías guiarlos por otra senda… no dejes que caigan en la duda.

Una vez acabe todo esto habrá mucho de lo que hablar…

Eso parece, hasta esa terca de la Arconte parecía abierta a ello… aunque a que precio… Suspiró. ojalá esta locura acabe de una vez.

Llegaron frente a Kleia que hablaba con seis Abjurantes y aterrizaron, casi se cae del leve vértigo que aún tenía.

¡Has vuelto!… Y veo que has logrado rescatarlo.

¡¿Acaso estas loca?!. ¿Has vuelto a por más?. Enojado le increpó por la temeridad.

Tenía que hacerlo. Les están convirtiendo en Jurafauces en contra de su voluntad.

¿Estás bien Uther?. Kleia se le acercó.

Mis heridas curarán.

Puede que seamos enemigos, pero no podíamos dejarte sufrir allí.

Algún día hablaremos de ello, pero primero salgamos de aquí.

Está bien… espero que esto funcione otra vez… todos junto a mi cuando toque la piedra.

Todos se acercaron. Comprobó que estaban a su lado los ocho y tocó la piedra tras el cual quedó cegado.

¡Un caminante ha regresado con ocho kyrianos!.

¿Esos no son Abjurantes?.

Al aclararse su vista pudo ver a los guardias armas en mano a la defensiva.

…. ¿Pueden bajar las armas?…. Dijo sujetándose la cabeza con la mano.

Apestan a las Fauces, explica de inmediato que hacen aquí.

Vienen con nosotros, son… “aliados” así que déjenlos pasar, no son una amenaza.

Está bien, pero son vuestra responsabilidad.

Dejaron su posiciones y regresaron a su patrulla.

¿Dónde irás Uther?. ¿Acaso dejarás a los Abjurantes?. Con voz calmada Kleia se puso a su altura.

No puedo… los Abjurantes no han resultado ser lo que pensaba que eran. Creo que reflexionaré a solas, necesito un poco de paz.

Espero que encuentres lo que busques, te deseo lo mejor.

Gracias hija.

Antes de irte… soy un poco reticente tras lo sucedido en Bastión pero… exhaló. siento lo que te dije aquel día.

Cuando se calme todo esto hablaremos… hasta entonces cuídense. Alzó sus alas y salió volando a lo desconocido.

Bueno debemos regresar a casa, hay que informar de todo lo sucedido… espero que encuentre lo que busca.

Yo también pero… no se… no se si debería perdonarlo tras lo que ha causado… muchos murieron por su culpa al abrir los resguardos pero… también es cierto que fue engañado… en fin regresemos, sigo agotado y quiero descansar un poco.

Pues si, Pelagos estará preocupado por nosotros.

Fue tomado otra vez y alzando el vuelo dejaron atrás a los Abjurantes en la Ciudad Eterna.

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Días después se encontraba a solas en el Reposo del Héroe delante de un pergamino blanco y su respectivas pluma y tintero. La brisa mecía perezosamente sus áureos cabellos llegando a su nariz el agradable aroma del trigo entremezclada con el sempiterno incienso. Pronto comenzaría el asalto final contra los Abjurantes pero hasta entonces podría tener un momento de reflexión y descanso… si es que Kleia le dejaba claro.

A ver como empiezo… no se cuanto tiempo aquí y para colmo…. para colmo apenas les vi un par de veces desde lo del condenado N´zoth… Tomó aire y exhaló. Van a sufrir con esto… pero me temo que no queda otra… Tomó la pluma y empezó a escribir.

Querido padre y querida madre, siento que no haya contactado con vosotros hasta este momento, pero las circunstancias en las que me he visto envuelto por desgracia no me lo han permitido hasta este momento.

Aún sigo con vida y juro que no la dejaré fácilmente. Siento haberos preocupado este añ… durante todos estos años, siento no haber sido el hijo que realmente quisieron… de hecho solo traje la vergüenza a la familia… se que por mucho que lo intente la mancha quedará siempre en ella.

Quisiera decir que aquí he encontrado el objetivo de mi vida, quien realmente soy, la causa por la que la entregaría sin dudar si fuera el caso pero… aún albergo dudas… esas dudas que me hicieron caer al más oscuro abismo.

Debo permanecer aquí hasta que la normalidad regrese a estas doradas tierras, hasta que las nobles almas que tan bien me han recibido puedan volver a vivir sin temer a sus propios hermanos engañados por los agentes del mal… Por una vez quiero luchar por una causa superior a mi, solo se que debo hacerlo.

No teman si caigo aquí pues la gloria eterna aguarda mi alma. Se que eso no serviría de consuelo y ojalá nos podamos ver alguna vez de nuevo pues os quisiera hablar de tanto y… disculparme por tantas cosas que una carta no bastaría pero si llegase el caso… simplemente deciros que os quiero y siempre lo haré… aunque tenga que olvidar mi vida pasada siempre lo haré… Quisiera que si llegara el momento al menos sea por una causa mayor… cuando llegue el funesto día nada haya sido en vano y logren llegar a la eternidad que tanto se merecen.

Hasta que nos veamos cuídense.

Esto tendrá que servir. Metió el mensaje en el sobre y lo selló en el centro de esta. Espero que al menos se calmen con esto. Bostezó tanto que al acabar le molestó un poco la mandíbula y luego miró a su alrededor. Bien no hay rastro de ellos… creo que voy a echar una merecida cabezada… una vez encuentre a un mensajero claro… ¿Donde están cuando hacen falta?.

Los días transcurrieron con inusitada calma. Poco a poco sus heridas fueron sanando a la que finalmente se hacía a la idea de que no volvería en bastante tiempo. No sabía cuanto tiempo llevaba allí pero Azeroth no dejaba ya de ser un cada vez más lejano recuerdo del pasado.

Puesto que no llegaban nuevas noticias se dedicó a entrenar un poco junto a aquel colosal autómata inactivo el cual decían que era la “Prueba de humildad” pero para el se le antojaba más bien una “Prueba del valor”… el de mantenerse frente a el sin huir como alma perseguida por el Carcelero.

Más días transcurrieron sin más, días que le parecieron hasta agradables hasta que, de vuelta en el Reposo del Héroe…

…por ello debes ir cuanto antes. Prepárate pues hoy recuperaremos lo que nos fue arrebatado. Reúnete cuanto antes con los demás en la Corte de la Euforia.

Claro, no les haré esperar.

El mensajero alzó el vuelo y el de inmediato partió a equiparse su armadura. Una vez equipado llegó a la Corte, de la cual no guardaba precisamente buenos recuerdos. Esta vez un nutrido ejercito esperaba ante la gran escalinata que daba lugar al último reducto ocupado.

Veo que van enserio, si acabamos con Lysonia… Puede que haya aún esperanza.

Se abrió paso hacia el primer escalón, donde varios rostros familiares esperaban.

Veo que ya te has preparado, bien.

Así que Adrestes, Valerie, Xandria, Kleia, Pelagos… ¿¡Pelagos?!… Su recuento mental quedó rasgado al verlo.

Si necesitan preparar algo hacedlo ahora, no podrán hacerlo una vez que comencemos el asalto. Adrestes se dirigió a el, parecía que lideraba el asalto.

Estoy listo.

Yo también. Valerie empuñando su peculiar arma respondió decidida.

Entonces ha llegado el momento.

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El gran ser alado se dio la vuelta, dirigiéndose a toda la plaza que esperaba expectante sus ordenes.

¡Kyrianos!, ¡Hoy estamos aquí para recuperar lo que nos fue arrebatado!. No será fácil, muchos tendrán que enfrentarse a seres que antes consideraron hermanos pero al final lograremos recuperar lo que nos fue arrebatado y hacer justicia por nuestros camaradas caídos.

Tenemos a su líder acorralada en el interior del Templo. No flanqueen pues hoy es el día en el que Bastión resurgirá de nuevo. ¡Por la Arconte, por bastión!.

El rugido de todos los presentes fue sobrecogedor, tanto que parecía que las escaleras podían venirse abajo. Sin más dilación todos subieron armados por las escaleras abriéndose paso por el corredor hasta llegar a la primera plaza sin a duras penas dificultad más allá de un par de Abjurantes que dificultaron un poco el avance.

¿Donde estas, Lysonia?. Apenas han ofrecido resistencia aquí. Con algo de orgullo Valerie limpiaba el filo de su arma del carmesí fluido.

Estará en el templo mortal… Señaló la plataforma que flotaba en el horizonte. Esto no ha hecho más que comenzar, no te confíes.

Como no en lo más rencógnito, que típico. Seguro que estarán todos abajo.

¿Habrá que acabar con todos?. No disfruto con esto precisamente… Aún no sabía que era lo justo, pero al fin y al cabo eran sus enemigos.

Yo tampoco mortal, pero por desgracia es lo que hay que hacer. Vamos a dividir la ofensiva en dos flancos, cada mortal irá por uno.

Esto va a ser una matanza… suspiró. Ojala….

Sonidos de campanas inundaron todo el complejo ante ellos, por algún motivo sonaban como truenos en sus oídos, como si ellas propias les odiasen lo que le obligó a taparse los oídos pero pese a ello seguía taladrando su cabeza.

¡La batalla acaba de comenzar!. ¡Sin cuartel,Kyrianos!. Adrestes logró alzar su voz sobre los interminables estruendos de las campanas.

¡Valerie al norte!, ¡Drethz al sur!, nos veremos abajo.

Sin decir más se dividieron. Como dijo la batalla acababa de comenzar pues el notable bloqueo en las escaleras no sería fácil de romper… hasta el aire se había convertido en el campo de batalla por lo que vio de reojo, pero poco podría hacer allí.

Como se temió las escaleras se convirtieron en un encarnizado enfrentamiento en el que cada escalón se cubrió de cadáveres, tiñiendose de rojo cada escalón, sabiendo que a cada paso que daba estaba pisando a los restos de alguien pero no quedaba otra que seguir descendiendo hacia la locura de la batalla.

Ya casi estaba en la gran plaza cuando el suelo retumbó, haciéndole perder el equilibrio.

Reservas de ánima: Nominales…. Iniciando prueba de humildad. El monótono protocolo le recordó a una nemis pero la palabra “humildad” le hizo venir como una imagen algo que le aterró.

Maldición no puedo verlo… Detuvo una lanza. espero que no sea…

Al fin la plaza principal, donde ya estaba el otro grupo enfrentándose, no pudo ver gran cosa aparte de unos resplandores dorados a lo lejos y el coloso casi inerte… reconocerlo le heló la sangre.

… ¡¿Athanos?!. ¿que hace aquí?.

¡Malditos sean!. ¡Lo han corrompido!. A su espaldas alguien maldijo a los rebeldes.

¡Acaba con ellos Athanos!. ¡Acaba con los lacayos de la Arconte!. Al ver de nuevo a la mole aquella silueta alada negra retirándose.

¡Lysonia!.

Prueba de humildad activada.

Como si de una gran ola se tratara fue golpeado abruptamente. Alguien le cayó encima… y el sobre otro.

¿Que… que ha pasado?…

Athanos… hay que acabar con el. Otro kyriano le ayudó a levantarse.

En guardia no podía de dejar la mole, había barrido la plaza a enemigos y aliados por igual pero algo le llamó la atención.

No son dignos, prueba fallada.

A la espalda de la mole un flujo de celeste ánima no dejaba de alimentarlo desde la lejana plataforma.

Si se corta entonces… Tengo que ir a la espalda de Athanos ya, llévame… ¡¿Pero que hace esa loca?!?.

Solo podía mirar como la paladina caía a la espalda de Athanos imbuida de luz. Luego la perdió de vista tras la cabeza del guardián… no así los chirriantes golpes que de este emanaban. Las chispas celestes y sagradas emanaban de su nuca hasta que como si de un mosquito se tratara el ser aplastó su nuca con una agilidad inusitada para su tamaño.

No puede ser, Valerie…

El seco golpe le hizo temer lo peor.

Athanos se inclinó un poco hacia delante, luego un poco más y tras ello… la cabeza se desprendió precipitándose inerte al suelo, donde impactó con un gran estruendo.

No puede ser… ¿Acaso ha… Corrió hacia la cercenada cabeza metálica y miró hacia donde esta antaño residía, donde ahora la humana ataviada en aquella peculiar armadura dorada resoplaba imbuida en pura luz.

Lo ha matado… condenado Aiden, estás rodeado de dementes. Resopló aliviado sabiendo que era su aliada, pero seguía inquieto por el “compañero de viaje” de Valerie.

La paladina ovacionada por todos los kyrianos descendió como pudo.

Ocúpate tu de Lysonia, te ayudaré pero… jadeó. no pensaba que tendría que recurrir a tanto para llegar.

Eres una demente… una condenada loca como tu “amigo” y sus camaradas… pero lo haré. Le tendió la mano a la demente humana. Vamos, tenemos que acabar con este despropósito cuanto antes. En verdad no se sentía tan confiado pero vistas las circunstancias no tenía opción.

¡Está arrinconada…. os llevaré a ella… ugh…

Adrestes… Por favor que esto funcione. Recordó uno de los primeros pergaminos y rogó para que funcionara tal y como se describía.

Te va a doler un poco más pero no queda otra. Concentró entre sus manos una pequeña cantidad de luz y la hizo golpear con el alado ser.

¡AARG!. Grito aquejado.

¡Maldita sea!. ¡¿No ha funcionado?!. Palideciendo se temió lo peor. Adrestes…

¿Pero por que lo has atacado?.

Me siento un poco… mejor, suficiente para llegar… vamos mortales, deben acabar con ella.

Alzando el vuelo fueron tomados. Aunque el vuelo estuviera siendo irregular parecía que llegarían sin problema, parecía que sus manos si habían logrado sanarlo un poco.

Perdón por el daño pero es lo único que conozco.

No tienes por que disculparte, céntrate, no sabemos que nos tiene preparado.

Al fin alcanzaron el último reducto. En el centro de la plataforma esperaba Lysonia maza en mano esperándolos. Nada más llegar fueron dejados en el suelo.

¡Acabare lo que empezó Devos!. ¡Acabemos con esto mortales!.

Ayúdame si te lo pido Valerie.

Te lo dejo a ti entonces… jadeando intentaba tomar aire.

Se abalanzó contra Lysonia que sin dilación se lanzó contra el lanza en mano.

Tu otra vez… Ambas mazas impactaron haciendo retroceder a los contendientes. eres insistente, debí haber acabado contigo aquel día.

Otro ataque repelido por el contundente impactar de mazas.

Si ella cae… Agarró firmemente la empuñadura. … un rayo de esperanza.

Cargó de nuevo hacia la oscura ser golpeando con fuerza la gran maza de esta, un golpe tras otro sin cesar se sucedían sin parar siendo todas detenidas por la maza adversaria. Entre embestida y embestida algo le llamó la atención en el borde de la plataforma.

¡Prepárate Valerie!. Gritó esquivando el barrido de Lysonia.

¡Va!. ¡Recuerda los ojos!

Que trama tu amiga…

Te enfrentas a mi. Golpeó con fuerza el costado expuesto que respondió con secos crujidos antes de salir despedida como si de un balón se tratase al extraño depósito de cristal que golpeó cual muñeco de trapo.

¡ARRG!…. Idiota. Agarrándose al artificio se impulsó al vacío.

¡¿Pero que ha hecho?!. Corriendo al borde no entendía nada pero se temía algo. Algo va mal…

Gracias por caer en mi trampa… arg… al fin la Arconte está sola Se mostró volando con un poco de dificultad sobre ellos y bebió algo cuyo recipiente estalló al ser arrojado cerca de el. ¡Abjurantes!, Vamos a acabar con la tirana. Se acercó al borde, pero Lysonia ya se alejaba en el horizonte.

¡Condenada arpía!. ¡Ven y enfréntate de nuevo cobarde!. Cayó de rodillas.

¡Será bastarda…!. Si hubiera tenido más fuerzas…

No podía dejar de ver el horizonte más allá del lejano valle, tan cerca estaba de lograrlo pero sin embargo ahora… no podía hacer nada.

Esto no se acabado…. aún…

Un kyriano llegó en lo que pareció una eternidad de espera, más grande que los demás y ataviado con un conjunto simple, totalmente blanco.

Aquí están, debemos ir al Fuerte cuanto antes, esto es una retirada.

Fueron tomados por el, que alzando el vuelo aleteó lo más rápido que pudo.

Va a ser un vuelo incomodo, pero debemos proteger a la Arconte.

En efecto incomodo fue, el aire le ensordecía y golpeaba sin piedad, tampoco podía ver nada más allá de un borroso mosaico primero azulado, luego dorado y finalmente blanco hasta que al fin notó como tras ser liberado notó el suelo firme.

Deben ayudar a la Arconte cuanto antes, por desgracia los demás tenemos que defender el Fuerte del resto de Abjurantes. Que la Arconte os guíe.

Gracias… Aún algo aturdido subió las escaleras que llevaban a lo más alto, donde en efecto supo que llegó tarde.

Cúbreme las espaldas Valerie, no quiero sorpresas.

Acaba con esa bastarda.

Avanzando por el ala pudo verla a ella frente a la Arconte, la cual estaba rodeada de Abjurantes en lo que fuera su “trono”.

Han vuelto. van a ver testigos del fin de la Arconte y su férreo dominio.

Estoy harto de ti…. Empuñó su maza acortando la distancia con Lysonia. Enfréntate con el poco honor que te queda y no oses huir de nuevo.

Palabras hipócritas de alguien que lucha para una tirana, pronto acabaran como ella. ¡Muere!. La alada ser se abalanzó contra el desde los cielos con ferocidad. Otra vez los contundentes impactos entre mazas se hicieron eco en la prístina ala ante los ojos de la Arconte.

¡Necio!. Esquivó otro demoledor barrido por poco. ¿Acaso quieres olvidar tus recuerdos?.

Paró la embestida por poco.

Uno tras otro olvidado. Golpe tras golpe cerraba Lysonia sus flancos. ¡No recuerdo quien soy, ni a mi familia!. Angustiada golpeaba cada vez más fuerte.

¡Debes detener esta locura Lysonia!. Aquella voz….

¡¿Kleia?!. Giró la cabeza, gran error.

Lo siguiente que notó fue un contundente golpe en su cabeza, yelmo y maza salieron despedidos por el aire… luego vino el seco golpe con el suelo que le dejó sin aliento.

Vaya, veo que tu amiga la kyriana ha vuelto, tan cegada como el resto. Pasó a su lado ignorándolo.

Ya es tarde, pero aún puedes ver la verdad y unirte a nosotros kyriana. Únete a nosotros o muere junto a tu Arconte.

Veía alejarse a la líder… su cabeza le dolía horrores pero más aún ser ignorado como si de basura se tratara.

Jamás podría unirme a algo así, Somos más que esos recuerdos ¿Es que no lo ves?.

Entonces muere.

Se alejó de el cargando hacia Kleia, intentó levantarse como pudo temiendo lo peor. La cegadora luz y el alarido de Lysonia le hizo poder cargar con la espada.

¡Te dije que lucharas contra mi, bastarda!. Encolerizado atravesó a Lysonia con su espada. ¡Atrás!.

Eres peor que… una rata… Escupió sangre. ¡Fauces, a mi!.

A sus pies el suelo se corrompió con oscura energía que por poco pudo esquivar, tropezando al desorientarse.

¡¿Es que has perdido la cabeza?!. ¿Acaso no ves en lo que te has convertido?.

Esa voz… Usando la espada se puso de pie jadeando. … ¿Uther?.

Si esto es lo que significa ser un Abjurante entonces dejaré el camino. Prefiero olvidar el pasado a esto.

Patético… siempre fuiste débil… el Olvido te espera. Dio con esfuerzo un paso hacia ellos dejando tras de sí un reguero de sangre.

Permíteme acabar con ella.

Le miró desconfiado. … esta bien. Suspiró. … pero no te quitaré el ojo.

Le asintió con la cabeza. Gracias…. ¡Aquí se acaba tu cruzada Lysonia!.

Esta cargó hacia Uther maza en mano y barrió con su maza el cual esquivó, golpeándola por el costado.

¡ARG!… ¡TRAIDOR!.

¡Tu nos vendiste a las Fauces!. ¡Tu los convertiste en Jurafauces!.

¡Sois parte de… un ciclo roto!.

Miró el enfrentamiento. Me ha olvidado… ¡Aún estoy vivo Lysonia!. ¡Enfréntate a mi!. Cargó hacia ella ignorando el dolor, como si las llamas de un fuego interior rugieran.

Os… mataré.

¡No me mires Uther!. ¡Cierra los ojos!. _No esperó, liberó toda la luz que fuera posible a su alrededor!.

¡AAAAARGH!.

¡Ahora Uther!. ¡Acaba con ella!.

Abrió los ojos, justo para ver como la iluminada maza de Uther impactaba contra el costado de Lysonia, saliendo despedida bajo una estatua tras una estela de sangre.

Esto no tenía que haber acabado así Lysonia.

Ambos se acercaron a ella en guardia.

Imposible… su yugo… debía aca…bar… dejó caer el brazo.

¿Se ha… acabado?… se apoyó otra vez en la espada para no caerse.

Eso me temo, esto no debió acabar así, yo… no quise esto…

Y sin embargo sucedió… por desgracia no recuperaremos a todos los caídos. Por favor… entrégate y afronta las consecuencias de tus actos. Fríamente sentenció al antiguo Abjurante intentando mantener su cordura como podía.

Yo… no entendía… solo imploro la piedad de la Arconte…

Miró de reojo como se derrumbaba.

En sus manos estas, yo solo soy un simple mortal, acataré lo que ellos decidan. Se sentó dejándose caer, tomando una bocanada de aire sin quitarle ojo, pudo ver como Adrestes se acercaba a la que los asaltantes huían alzando el vuelo.

Te recuerdo, Devos te trajo hace un tiempo ante la Arconte. Tu alma estaba herida, quebrada como nunca había visto en eones y tras ello Devos te guió… Ascendiendote cuando aún no estabas preparado… Juzgarte de forma normal sería algo injusto y más habiendo demostrado arrepentimiento.

Imploro tenerlo bajo mi cuidado. Esa fraternal voz…

Thenios. Se levantó como pudo otra vez y saludó con respeto al Dechado.

Debemos entender que le sucedió para que acabara así, es algo que no he visto yo tampoco en eones, además esta el asunto de su herida.

Yo también… quiero entender… por favor guíame.

Está bien Thenios, se quedará a partir de ahora bajo tu custodia… Quiero que vengas conmigo Drethz.

Claro… Caminaron con calma dejando atrás a Thenios y Uther.

No hay palabras para agradeceros todo lo que han hecho por nosotros, sin ustedes nuestro destino era funesto.

Yo… nosotros… miró hacia atrás a la pareja que seguía hablando, cada vez más lejana. era lo mínimo que podíamos hacer y aún así… suspiró frustrado. se ha perdido demasiado.

Y sin embargo han logrado salvar innumerables almas desde que llegaron… Acompáñame Valerie.

Claro…

Desde luego que esta demente. Pensó para sí mismo evitando el montón de cadáveres Abjurantes que la humana dejó ante sí.

Sin aviso el estruendo de una campana empezó a sonar, y luego otra… y otra. Pareciera que todas las campanas del reino tañían a la vez, lo que le sobrecogió.

¿No es hermoso ese sonido?. Es un mínimo reconocimiento a sus hazañas hermanos mortales, hoy al fin hemos recuperado nuestro sagrado reino salvo el Templo de la Lealtad. En nombre de la Arconte, los Dechados y toda Bastión, gracias.

Es hermoso… Cayó de rodillas. Pero necesito un descanso cuanto antes, estoy seca.

Por supuesto hermana. Haremos conocer a Oribos que Bastión al fin esta disponible para apoyar al resto de curias, me temo que esto no es nada más que el comienzo de futuros enfrentamientos, pero hasta entonces repongan fuerzas, nos hará falta en el cercano futuro.

Adrestes.

¿Sí?.

Quiero aprender más, debo adquirir más destreza y conocimientos… debo sacar quien soy realmente de mi interior.

Así será.

Por algún motivo olvidaba el dolor físico y mental y sentía una sensación largamente enterrada y olvidada… orgullo era la palabra, o eso creía. Por una vez no sentía asco de sus actos, al revés, sabía sin duda que al fin había logrado tras tanto tiempo algo de lo que querría ser recordado. Se sentó en el escalón y miró al eterno horizonte en paz.

Tienen razón, es el sonido más hermoso que jamás he escuchado.

Con esto acaba una trama que andaba pensando durante el año “del pulpo”, muy rígido por la trama lo se (a partir de ahora será algo más personal, libre y espero que liviano) se que ha sido eterno pero era fundamental para la evolución del personaje (la cual aún no ha finalizado ni mucho menos)

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Off. En absoluto Roph, me alegra que el relato siga funcionando aunque seamos pocos, era algo que tenías ahi dentro y que necesitabas expresar para poder continuar con el camino de tu personaje. Yo estoy esperando al anuncio de expansión para seguir escribiendo, necesito saber mas o menos la temática para saber por donde pisar en los próximos movimientos.
Sigue así enano :writing_hand:t4: :writing_hand:t4: :writing_hand:t4:

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No hubo tiempo para grandes celebraciones ni festejos. Pese a los tañidos de campanas victoriosas que continuaron por días la situación aún era tensa cuanto menos no solo en las eternas colinas doradas de Bastión, si no en el resto de las Tierras Sombrías.

Tras el último tañido empezaron a volar las noticias, no solo las de la pacificación de Bastión, si no las de la victoriosa rebelión Venthyr, el aplastamiento de las casas traidoras Maldraxxi y la expulsión de los Drust de Ardenweald.

Sin embargo al igual que las buenas noticias las malas no dejaban de sucederse. Anduin estaba bajo dominio de Sylvanas y se temía lo peor para el, las Fauces seguían alimentándose de almas como antes. Además la sequía pese a todos sus esfuerzos continuaba, aunque un poco mitigada y para como el otrora líder Venthyr, el Sire Denathrius, se había entregado al Carcelero alimentándole de todo el ánima recolectado en su reino.

Bajo ordenes de Bolvar y los líderes de curia se tomó la decisión de invadir los aposentos del Sire pero hasta que idearan un plan tendría que esperar.

Y ello lleva a unos días tras la caída de Lysonia, bajo un solitario árbol en medio del mar de doradas colinas a la apacible sombra bajo las doradas hojas de este mecidas por la suave y agradable brisa perpetua.

Allí se encontraba recostado junto al robusto pero flexible tronco del árbol adormilado. Con una brizna de trigo entre los dientes bostezaba de vez en cuando mirando al siempre aurealo cielo por los cambiantes huecos ente las hojas, pese a haberse tomado libre el día no lograba descansar del todo.

Así que el líder Venthyr es un traidor… si lo tomamos seguro que podremos tirar del hilo y saber del plan del Carcelero pero… mascaba el ya mascado tallo de la brizna de un lado a otro de su boca. …¿Por que querría a Anduin?… ¿Que tiene el de especial?. Escupió la brizna. Ahora mismo lo más cercano a el son Jaina, Thrall y Uther, espero que Thenios logre… Se echó la mano a la frente. ¿Por que me preocupo por el tras todo lo que ha hecho?… que tonterías digo, no soy precisamente nadie para juzgar a alguien. Suspiró y arrancó otra brizna de trigo que mordisqueó. Será mejor que no piense en esas cosas por ahora y me centre en lo más cercano, veamos… ayer puse al día la escritura, hoy descanso y mañana… ugh mañana. Recordó las palabras de Kleia antes de irse del Reposo del Héroe: “mañana vuelves a la rutina, superaste a esa “Saidene”, veremos quien será esta vez”. Miedo me da quien puede ser… ¿Será ese condenado pulpo?, ¿Mantovil?… bah lo dudo… ¿Ese viejo cascarrabias. . . Dejó caer la brizna. … Aiden. . . Maldita sea. ¿Como me he podido olvidar de el?. ¡Debe estar por alguna parte de las Tierras Sombrías fortaleciéndose!… Hasta ahora lo que dijo ese carcamal respecto a el se ha ido cumpliendo… ya era demasiado débil frente a el, ahora la brecha se ha agrandado… necesito adquirir esos conocimientos respecto al ánima cuanto antes y mejorar mi destreza en lo sagrado… espero que el pueda guiarme… cuando esté en condiciones… Suspiró frustrado. Otra vez he vuelto a calentarme. Bostezó. Mejor echaré… una cabezada. Recostándose cerró sus parpados.

¡Un kyriano!… ¿Deberíamos…

¡Shh!. Nos va a escuchar… ¡Agacha la cabeza!.

Espera… es distinto… ¿Acaso es uno de esos mortales?.

…. pero que …. Las voces le rompió el sueño.

Pero lleva una toga kyriana… es uno de ellos.

¿Dijiste mortal?. ¿Es así como… bajo y con mucho pelo en la cara?.

Eso parece…

Se levantó enojado por los lejanos murmullos. Tomó la espada y aún con la vista borrosa avanzó hacia la fuente de tanto murmuro con paso firme.

¡¿Se puede saber de que habl… ¿Abjurantes?. Empuñó firme la espada apuntando a las tres manchas oscuras el filo.

¡Detente!. ¿Acaso no me recuerdas?. Al borde de los nervios se interpuso frente a el.

Se aclaró la vista como pudo. Tu… me suenas… ¿Que quieren de mi?.

Tu me salvaste en el ataque al Templo de la Humildad ¿Acaso no me recuerdas?, ibas con una kyriana.

Templo de la Humildad… No serás… Recordó al fin al oscuro ser.

Si, me permitiste huir de aquel lugar… quería agradecerte que me abrieras los ojos y perdonases la vida.

No hay de que, alguien como tu no merecía morir por algo así… ¿Quienes son estos dos que te acompañan?.

Aspirantes como yo que huimos al ver la realidad de los Abjurantes, desde entonces vagamos de un lugar a otro evitando tanto a kyrianos como Abjurantes.

Miró a su alrededor con preocupación, a lo lejos vio algo blanco en el horizonte.

No nos hemos presentado, me llamo…

No me interesa los nombres ahora, si quieren vivir váyanse ahora.

Pero no tenemos donde ir, tuvimos que huir de nuestra cueva.

Así que huyeron… Si esto se arregla ¿Piensan regresar a los kyrianos?.

Yo… no puedo olvidar mi pasado…

¡Si, si quiero!, Esos Abjurantes me engañaron. La compañera exaltó.

Solo quiero olvidar todo esto… ¿Por qué me uní a ellos?. El otro compañero se preguntó.

Arg… que remedio…. Se echó la mano a la cabeza. Conozco un sitio donde pueden estar seguros. ¿Tienen un mapa?.

Si.

Indicó en el mapa donde estaba su tienda de campaña, por suerte sabía que había una cueva vacía bastante oculta así que la marcó.

Esta bien, quédense en esa cueva y eviten llamar la atención o me meterán a mi también en líos y os lo advierto desde ya, ni se les ocurran atacar a nadie o acabaré yo mismo con vosotros ¿Ha quedado claro?.

Los tres asintieron.

Váyanse cuanto antes junto las montañas, hay un kyriano aproximándose.

¡Se está acercando!, nos vamos… Muchas gracias por ayudarnos.

Váyanse ya.

Sin decir más se fueron, dejándole de nuevo solo, así que se apoyó en el tronco del solitario árbol.

¿Acaso me estoy volviendo demasiado blando?, ¿Por que les ayudo?… En verdad no son más que víctimas de un mal mayor, en verdad dan hasta pena y más sabiendo que quizás no les perdonen pero al menos tienen la oportunidad de… ojalá no cometan los mismos errores que nosotros hemos hecho suspiró frustrado. Si, quizás haya aún esperanza para todos.

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Para su desgracia la “rutina” retornó cuando Kleia y Pelagos aparecieron frente a su tienda de campaña, aunque por suerte no parecían sospechar de nada.

Otra vez aquella maldita galería, que como el primer día le incomodaba. Saliera lo que saliera sabía que no sería agradable lo que le deparaba y aún así quería continuar, aunque no sin regañadientes. Temiendo lo peor surgió de entre la deforme sombra alguien al cual no le guardaba buen recuerdo precisamente pero… para nada aquel goblin de dorados dientes y bastón de marfil se parecía a lo que se temía.

¿Y este quien es?. Desde luego tu mundo es variopinto.

Desde luego que es “variopinto”…. Frunció el ceño ante la visión del verde ser.

¿Que me dices?. Tu me traes el corazón de ese demonio y al fin serás libre, te lo prometo. Dijo con aquella sonrisa llena de avaricia a la que no dejaba de frotarse las manos. Odiaba esas palabras huecas.

Algo me dice que esa promesa no se cumplió.

Suspiró algo enojado. Cumplió su palabra… más o menos.

No lo pienses más. Esos dientes envueltos en oro de dudosa procedencia otra vez. Tu me traes el corazón del demonio, yo te pago generosamente, te retiras del negocio y yo consigo mi comisión y la confianza de mi “cliente”, sabes que puedes confiar en tu “querido agente”. No sabia cuanta mentira había en su frase, no ayudaba ese fiero frotar de manos que pareciera que iba a encender una hoguera.

Que curioso, así que este era tu jefe. Pelagos miraba fascinado al goblin, no la merecía.

¡No le llames jefe!. Este bastardo no dejó de traerme problemas desde el primer día… si pudiera lo estrangulaba con mis propias manos, poco a poco hasta que no le quedase un hilo de esperanza. Agarró el aire con sendas manos aplastando un imaginario cuello.

¿Como puedes decirme eso?. ¿Quien crees que te sacó del pozo de inmundicia en el que te encontrabas y te dio un trabajo?. Sin mí tu familia y tu hubieran acabado muertos de hambre ¡Ingrato!… Siempre lo fuiste, siempre te dí trabajos y me pusiste pegas. ¿Acaso te crees que sigues siendo uno de esos pelagatos Argenta?.

Lo odiaba. Odiaba hasta la última fibra de la repugnante sombra frente a el, esa asquerosa boca de repugnantes dientes dorados torcidos, esas largas orejas verdes de punta tajada, ese bastón de marfil con el que se pavoneaba ante él, esa prepotencia que supuraba de todos sus asquerosos poros y como no la podrida alma del goblin que vendería hasta su abuela por una moneda de plata, si es que no lo hizo ya.

Kleia… Miró a la kyriana con determinación.

¿Vas a…?, por favor no te ciegues.

Notó la calidez y la cólera divina en su interior, supo ante el estupor de la pareja kyriana que la luz iba a ayudarle.

Voy a liberarme de una gran carga. Avanzó hacia la sombra y tomó la pesada maza, cuyas runas se iluminaron nada más tomarla en radiante luz.

Esta bien, pero no te sobrepases.

¿Acaso estás… No… tu siempre te rindes… no vas a hacerlo, ¡Cobarde!.

Fue lo último que dijo antes de que su mugrienta cabeza explotase cual sandía con el impacto de la sagrada cólera.

¡AAARG!. ¡MUERE DE UNA VEZ ESCORIA!. Otro contundente golpe contra el cuerpo lo hizo volar dejando una estela de ardiente luz, rodando por el frío suelo inerte.

¡Basta!. Deja la maza y respira.

Pudo escuchar a Pelagos preocupado. Pudo ver arder la sombra del goblin personificado en el frío suelo. De forma instintiva dejó la maza con cuidado en el suelo, apagándose las runas de esta.

Respiró hondo y exhaló. ¿He…. le he superado?.

Eso creo… enhorabuena, has logrado superar la carga que te infligía… desde luego que era alguien que no merece más que una estancia en Revendeth…

Como hubiera deseado verle arder en ese accidente pero… Suspiró frustrado. ni siquiera el merecía acabar en las Fauces.

Esas últimas palabras han sido sabias, hasta gente así merece tener una redención. Notó la mano de Pelagos en el hombro.

Te veo bien y hemos tardado poco. ¿Te ves capaz de comenzar con la siguiente carga?.

No se Kleia, por una parte si pero por otra… miedo me da quien pueda ser el siguiente.

Deberías continuar, ya verás si es alguien así como avanzarás más rápido.

Está bien, sigamos.

Otra vez frente al espejo. Se concentró en este y abrió su mente de nuevo tratando de no pensar en nada. Notó un gran peso en el fondo de su ser y un gran mal estar, como si sus entrañas estuvieran siendo oprimidas y retorcidas con fuerza.

Ya empieza a salir, concéntrate un poco más.

Aguantando la molestia siguió concentrándose, como si estuviera solo en una cámara de silencio.

Ya está saliendo y es grande… ¿Sigue creciendo?…. ¡¿Pero que esta pasando?!.

Algo siniestro empezó a recordar. La molestia tornó en dolor que le hizo caer sobre sus rodillas.

¡Busca ayuda Pelagos!… En el nombre de la Arconte ¿¡Que es esto?!. ¡Detente!.

Se dio la vuelta como pudo, Kleia llegó a el con cara aterrorizada.

¿Esto es… a quien te referías desde el inicio?…. ¿Esto es… “El”?.

“El” estaba allí, o más bien la inmensa sombra que rozando el techo de la galería inbuía todo el aire de un aura funesta.

A….aa……ah… Tartamudeando cayó sobre sus posaderas al suelo.

No era para menos. El espectral ser oscuro danzaba lentamente en sepulcral silencio, solo interrumpido por el tintinear de los eslabones del farol y el maquiavélico sisear de las runas de aquella enorme guadaña que la espectral extremidad tomaba con firmeza, sedienta de las desafortunadas almas que se interpusieran en su camino.

¿Que es… ¿Como puede haber…. algo así… en tu mundo?.

E…espec…. ¡Espectro!. Quedó congelado al ver como esas espectrales centelleas fijaban su atención a el.

Nu…nunca había visto algo… igual…. ¡Necesitamos ayuda!…. ¡¿Donde estás Pelagos!?.

El etéreo ser retiró su “mirada” de el, como si su presencia no fuera digna de su atención.

Los Dechados de…deben ver esto…

Fuertes pasos empezaron a escucharse desde lo más profundo de las galerías, cada vez más cercanos.

Ya vienen… por favor aguanta.

El ser volvió a centrar sus centellas en él.

Desiste en tu cruzada. Esa espectral voz salida de ultratumba retumbaba en su cabeza invadiendo hasta la última fibra de su cordura. Azeroth debe nacer pues así juré y nada ni nadie debe interponerse en ello. Sabes que los mortales amenazaran su existencia si se les dejan en libertad, es por ello que por el bien de Azeroth y ellos mismos he de protegerlos de ellos mismos, he de ponerlos en éxtasis… hasta que el alma del titán nazca a salvo. Si tu juramento ante Azeroth es verídica no debes interponerte en ello… debes permitir que salve a Azeroth de los mortales, debes permanecer en las Tierras Sombrías.

¡Ya estamos Kleia!, ¡Aguanten!.

Se sabio y no intentes detenerme, sabes que es lo mejor para todos. La inmensa sombra le atravesó en un abrir y cerrar de ojos aplastando sus entrañas.

¡Hemos visto eso!… ¿Pero que demonios era eso?.

Le faltaba el aire como si estuviera ahogándose y de golpe le llegó de nuevo. Estornudando violentamente notó un familiar sabor ferroso en su boca que la inundó en su repugnante esencia.

¿Estás bien?…

No paraba de estornudar, apoyándose en el suelo con sus brazos vio como no dejaba de caer pequeñas gotas de sangre en este sin cesar.

¿Eso no es… ¡Debemos sacarte de aquí ya!. Notó un abrupto tirón y ser alzado por sus hombros. No dejaba de estornudar dejando salir pequeños aerosoles con sangre mezclada y de golpe la cegadora luz frente a el.

No puedes… no, no puedes morir aún. ¡Te quedan muchos años por delante!. La preocupada Kyriana fue lo último que vio antes de que su visión tornase negra.

La vela osó traer calor en la ventisca e inevitablemente sucumbió ante esta.

Parece que vuelve en sí, menos mal.

Abrió un poco los ojos, inundándole la luz, con esfuerzo logró ver un poco a su alrededor. Otra vez bajo una palmera de grandes palmas rodeado de los dos familiares kyrianos, alguno más y una ser cubierta con una oscura capucha en conjunto con el resto de su atuendo, de la cual dos tímidas orejas pálidas y puntiagudas sobresalían.

¿Qué… qué sucedió allí abajo?. Su garganta estaba más seca que las dunas de Uldum.

No sabemos que fue aquello, para tu suerte vivirás para contarlo… aunque no sea demasiado. La espectral voz de aquella ser le alertó.

¿Eh?. Le miró extrañado. ¿Como que “demasiado”?.

¿No lo sabías?. Entonces lo de abajo será lo segundo peor que te ha sucedido hoy. Empezó a helarse, como si supiera que lo que fuera a decirle fuera funesto.

No llegarás a anciano, no al menos con ese cuerpo.

Sin palabras. Sintió como el mundo colapsaba a su alrededor.

¡¿Como?!. ¿Pero que le sucede?.

No se que le habrá hecho estos últimos años a su cuerpo, pero esta machacado por lo que he podido examinar. He visto a camaradas más enteros que el.

¿Está así… por nosotros?…

Eso viene de antes, tiene heridas serias cicatrizadas de hace años… es normal estar así o peor de donde venimos, la vida allí es dura.

¿Cuanto…. cuanto le queda entonces…?.

¡Pelagos!.

Ni idea, pueden ser 5 años, 20, 50 o incluso 70 pero puedo asegurar que morir de edad no lo logrará… pero no deberían preocuparse por ello, siendo un paladín acabará muriendo mucho antes en batalla, como todos.

¡¿Pero como puedes decir eso?!. ¡¿Quíen te has creído que eres?!.

Kleia…

¿Yo?. soltó una siniestra risotada. Yo fui una orgullosa Caballero de Sangre. Se de lo que hablo kyriana, ninguno muere en la cama… Y ahora he de regresar a Oribos.

Déjala Kleia, tiene razón en lo que dice. Se apoyó en el mango de su maza. Yo elegí esta senda y en efecto, uno de nuestros pilares es sacrificarnos si llegase el caso… no es que deseemos que llegue ese momento pero cuando llega se asume y seguimos adelante, es algo que recordé en las Agujas de Ascensión… aunque admito que ha sido un mazazo saber que he condenado mi cuerpo.

¿Qué sabrán de sacrificio… bah. La no muerta dio media vuelta y se marchó intentando no mostrar su rostro.

En fin… Suspiró sin más mirando a unas aves del horizonte. Parece que no os haré esperar demasiado cuando esto acabe… 70 años siguen siendo más de los que tengo ahora, da tiempo para mucho… supongo.

Me alegro ver que lo estás viendo con esa perspectiva pero aún así… no puedo dejar de sentir lástima por ello.

Es lo que hay me temo, se que sientes lo que yo siento y mentiría si digo que esto es todo lo que siento pero… es el camino que yo elegí, y no pienso volver a salirme de el.

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Y ahora… ¿Que debería hacer?. Preguntó aún exhausto y confuso.

Descansa un poco. Te recomiendo que camines con calma y te bañes, ¿Querías aprender más verdad?.

Si… estoy interesado en eso de poder “manipular el ánima”.

Se lo diré a Adrestes cuando regrese entonces.

Un tiempo después, en el camino entre doradas colinas. Otro solitario árbol en el margen del camino, bajo su sombra estaba mirando al infinito horizonte apoyado en el tronco del árbol, contemplando el suave mecer del trigo por la grácil brisa y su relajante melodía. Allí se encontraba pensativo sobre lo sucedido.

“Los mortales amenazarán su existencia”… odio admitir que tiene razón, es cuestión de tiempo que vuelvan a las armas otra vez pero… congelar el mundo… claro, para el Azeroth es el alma del mundo, no sus habitantes… ha perdido completamente la cabeza, definitivamente, me temo que tarde o temprano habrá que… YCKRYY

¿Pero que… Tras la colina a su espalda un fulgor azulado venía acompañado de desagradables chirridos agudos. Tomó su espada y avanzó por la colina con cautela entre el trigo al origen de aquel desagradable chirrío, no se esperó ni mucho menos lo que pudo ver frente a el.

¿Pero que es eso?… Una centelleante falla azul no dejaba de escupir de sus fauces una especie de ¿cangrejos?… no, más bien parecían pulpos celestes que no dejaban de acosar a un larión que con aleteos y zarpazos hacía trizas uno tras otro con fiereza… para su desgracia por cada uno que destrozaba dos le atacaban lacerando con sus extremidades sus patas y preciosas alas de doradas plumas.

Esto no es bueno… No se si debería intervenir en el ciclo natural pero… esas “cosas” no parecen autóctonas, ni mucho menos esa falla…. Se impresionó cuando abalanzándose al aire atrapó con sus fauces a una de esas “cosas”. Aún en ese estado era una criatura majestuosa. Está decido.

Cargó espada en mano hacia esas cosas, tajando los más cercanos al larión con facilidad. La falla escupió más de esas bestias que sin dudar acabaron sesgadas nada más salir. Caen rápido… su ventaja es su número… Casi cae de frente al ser golpeado por la espalda por algo, al ver de que se trataba vio al larión con dos de esas cosas en su fauces.

…. Gracias. No hubo tiempo para agradecimientos pues más de esas cosas seguían saliendo como si no tuvieran un fin. En grupos caían al suelo en pedazos nada más salían pero el agotamiento acumulado empezaba a hacer acto de presencia al empezar a fallar tajadas.

¿Es que… no van a dejar de… salir?… son infinitos. Jadeaba por una bocanada de aire fresco. Y otro más… Tajó al “pulpo”.

A sus pies se apilaban los restos de esas bestias y sin embargo continuaban saliendo aunque para su fortuna, y antes de que se percatase bien, pudo ver de reojo como el larión también mataba a esas asquerosas bestias nada más salir.

Un largo rato después la falla desapareció sin más como si nunca hubiera existido, dejando como únicos vestigio los restos de las desconocidas criaturas que vomitó sin cesar.

Se acabó… ¿Pero que demonios era eso?… Aún intentaba tomar aire fresco con algo de esfuerzo. No se parecía a una falla de las Fauces… Pateó uno de esos “pulpos” con asco. Y no parecen salidos de allí, no se parece a nada que conozca… Dio media vuelta y vio al larión tumbado intentando levantarse con dificultad.

Gracias por tu ayuda. Has luchado con coraje y… ¡Estás herido!… no te muevas, voy a intentar curarte. Se acercó con cautela, este parecía permitirle ayudarle al alzar la maltrecha ala para mostrar las múltiples laceraciones profundas que teñían de carmesí su hermoso pelaje blanco. Por la Luz, son heridas horribles, permíteme ayudarte.

La criatura parecía abierta a la ayuda, no solo no le atacaba, si no que extendió el muslo para mostrar la envergadura de sus heridas. Con cuidado apoyó en una parte sin heridas su mano, notando el calor que emanaba del larión y su suave pelaje.

Está bien, no voy a hacerte nada malo, voy a ayudarte pero va a molestarte un poco. ¿Confías en mi?.

Posó el ala de plumas rasgadas sobre el con cuidado, por lo que entendió la respuesta, o al menos eso quiso creer.

Está bien, voy a hacer todo lo posible para que vuelvas a alzar el vuelo lo antes posible, pero para ello debes aguantar el dolor que notarás y no atacarme. Necesitaré una venda pero… Miró hacia abajo. Maldita sea, y ya van ¿tres?. Tomó su toga por el bajo y con un tirón rasgó la parte más baja, dejando el trozo de considerable tamaño apoyado en una roca cercana.

Y ahora viene lo duro muchacho. Se frotó las manos y en silencio buscó respuesta en la Luz para canalizar su poder a la herida criatura, siendo respondida su plegaria al notar como el agradable calor fluía a las heridas del larión, que agitando sus alas frenéticamente y aullando en agonía recibía su bendición.

¡Aguanta!, ¡Si quieres vivir debes soportarlo!.

El larión se encogía del dolor causado, lo que le estremecía hasta lo más profundo de su ser. Ver a aquella noble criatura luchar contra el dolor que el mismo le producía no hacía más que maldecirse por ello. Finalmente los espamos cesaron, quedando el larión tumbado en la tierra.

¿Estás… bien?. Por favor, dime que estás vivo… ¡No puedes dejarte vencer por unos condenados pulpos!. Se apoyó junto al ala y apoyó su cabeza al torso de este… para su alivio pudo notar el calor que emanaba de este y un latido un poco irregular, pero constante.

Menos mal… ya esta chico, has logrado pasar lo peor, pronto volverás a los cielos. Tomó la venda y envolviendo la pata trasera hizo un nudo lo más firme que pudo, tiñendo su blancura con la aún carmesí sangre. No debo estar lejos del Reposo, informaré para que te ayuden… he de dejarte pero te recuperarás. Miró su rostro y apenas lograba mantener sus grandes ojos abiertos, cuando quiso irse el larión terminó de recostarse. Shhh, descansa mucho, lo necesitarás.

Con cuidado de no despertarlo se alejó de allí no sin antes tomar uno de esos “pulpos” por una de las extremidades con cuidado de no tocar el afilado extremo.

Dejó atrás el solitario árbol adentrándose en el camino, todo transcurría con calma y aunque no estuviera completamente relajado se distraía viendo pequeños detalles en los cuales no se había fijado hasta ahora. Aunque el paisaje pareciera monótono, aburrido, como si su creador no se hubiera visto inspirado en verdad al mirar con detalle lograba ver un mosaico que hasta ahora no había tenido tiempo o moral para detenerse en ello.

Una lástima que no estén las cosas calmadas aquí, los Expedicionarios estarían más que encantados de todo lo que hay aquí, seguro que hay cientos de plantas y animales que no hemos visto nunca en Azeroth aquí… aunque no parecen haber ruinas… Miró hacia el horizonte, donde una bandada de aves atravesaba el celeste firmamento en formación de flecha como si estuvieran unidos por un cordel entre ellos.

Siguió caminando ensimismado por todo lo que veía, en efecto entre el dorado trigo pequeños arbustos brotaban mostrando pequeñas flores en un amplio abanico de colores, desde las blancas puras hasta azules celestes como el cielo sobre ello pasando por rosáceos pétalos y como no amarillas como sus altos hermanos mayores.

Fhssss. Algo se agitó tras el. ¿La brisa?… no, sonaba como algo corpulento. Tomó su espada y fugaz se dio la vuelta.

¡Alto!. Si eres un Abjurante sal poco a poco. En la cercana colina una “calva” en el trigo no dejaba a dudas, había alguien.

Grrr

No puede ser… ¿Qué haces aquí?.

La bella criatura emergió del trigo, reconoció la improvisada venda ensangrentada de la pata de inmediato.

¿De verdad me has seguido?… ¿Pero por que has hecho algo así?.

El larión se le acercó poco a poco con pasos erráticos, vio que no era capaz de apoyar la malherida pata y que las laceraciones seguían supurando hilos de sangre.

Por favor, para, vas a hacerte más daño. Se acercó a este con cautela hasta llegar a su altura. Parece que el sangrado casi ha acabado pero estás muy herido aún… alguien debe haber que sepa sobre lariones. Le acariciaba con mucho cuidado, ese pelaje era tan suave que no podía dejar de acariciarlo… antes de defenderse fue “atacado” por la lengua del larión, que le lamió en la mejilla. Oh… eres adorable… esta bien, voy a buscarte ayuda… si es que se donde estamos… umm. Nada parecía indicarle donde estaban pero el mapa seguía bien fijado en su cinturón así que lo desplegó, apoyando en una esquina con su gran zarpa el ser. Gracias, eres muy educado que lo sepas.

Pasó un rato calentándose la cabeza con el mapa, sabía de donde había partido y a donde conducía el camino, pero no podía hacerse una idea de cuanto le quedaba para llegar y no pensaba dejar abandonado al larión herido en el camino.

O estamos aquí o aquí. Señaló dos puntos bastante distantes entre sí, pero no sabía a ciencia cierta cual de ellos era. No quiero dejarte tanto tiempo solo así… a ver si alguien pasa por aquí… Le rugió sonoramente el estómago. Y de paso comemos algo.

Otro rato largo pasó buscando referencias, tampoco es que el básico mapa le permitiera mucho precisamente. Algo más tarde, ya impacientado pareció que su plegaria se cumplía cuando un ascendido descendió del cielo frente a ellos.

Hola, ¿Le sucede algo?. Espera ¿Tu no eres el mortal que…

Si soy yo pero no tenemos tiempo para presentaciones me temo. Señaló el costado del larión.

Ya veo, así que tu larión ha sido herido.

No es mi larión, me lo encontré siendo atacado por… luego lo explico, necesitaría que me ayudaran a curarlo.

En mi existencia he visto heridas así, pero creo que Nemea será capaz de devolverlo a su gloria.

Está bien, ¿Estamos cerca de ella?, no quiero dejarlo solo.

En absoluto, le informo y volvemos, no tardaremos mucho.

Muchas gracias de verdad, de alguna forma se lo pagaré.

En absoluto, es lo menos que podemos hacer por quienes nos han salvado.

Oh… Se sonrojó. esto… ve y sirve.

Quédate aquí, creo que será tu compañero a partir de ahora. El Ascendido retornó el vuelo perdiéndose en el horizonte.

“Lo menos que podemos hacer por quienes nos han salvado”… Que raro se me hace que me honren así la verdad, es raro pero tan… gratificante a la vez, empiezo a sentir que mi existencia es hasta… digna.

Notó sobre su hombro la cálida zarpa almohadillada del larión, tan grande como su hombro y a pesar de haber desgarrado con facilidad como aquella elfa, más bestia que elfa, los “pulpos” hasta dejarlos irreconocibles ahora estaba sobre su hombro como si se conocieran de toda la vida.

Eres una criatura majestuosa, desde luego.

Un rato después el Ascendido retornó acompañado de su semejante fémina.

Drethz, un placer conocerte.

Gracias, pero necesita atención que no puedo prestarle, ¿Podría ocuparse de el?.

Eso ni se pregunta, lo devolveré a los cielos otra vez, veamos esas heridas.

Inspeccionó las heridas una a una, retirando con cuidado la venda que aún así molestó un poco al larión, pues la sangre había coagulado a su alrededor.

Nunca había visto unas heridas así, tenías razón… No parecen de arma si no más bien…

Tengo un causante conmigo… estará bajo su otra ala creo.

Veamos a ver que ha… En el nombre de la Arconte. ¡¿Pero que es esta cosa?! No dejaba de darle vueltas y palpar los tentáculos de aquella cosa, en efecto los afilados extremos estaban impregnadas de sangre ya seca. Esto no procede de Bastión, eso puedo asegurartelo… quizás podría ser de… ¿Del Espacio Intermedio?… Pero no han salido que sepa…

Falla, no dejaban de salir de una falla no lejos de aquí, de hecho lo marque en el mapa pero llevenselo por favor, mi sanación solo ha bastado para detener el sangrado.

Y gracias a ello sigue vivo, de otra forma estaría ya muerto, gracias por salvar un ser tan importante para nuestro reino.

Es lo menos que pude hacer, no podía dejarlo morir.

Eso te honra, bueno vayamos a nuestro reposo

Alzaron el vuelo. Una vez arriba sentía otra sensación a la que no estaba acostumbrado, pero amaba. La brisa acariciando su cara, el mundo a sus pies, los pájaros al alcance de sus manos… esa sensación de libertad absoluta que lamentablemente le duraba demasiado poco al aterrizar otra vez.

Hemos llegado, aquí te dejaremos como nuevo amigo.

Veo que te gustan los lariones… ¿Nemea?.

Si, si has volado con un larion estate seguro de que he sido yo quien lo ha criado, simplemente los adoro.

Varios lariones se le acercaron curiosos y desde luego parecían sanos y felices por lo que en parte sintió alivio al ver donde lo dejaba.

Bueno he de marcharme, me alegro saber que se queda en buenas manos.

Estate seguro de que volverá mejor que nunca.

Suspiró y miró apenado al larión. Aquí nos separamos, espero que te recuperes pronto y vuelvas a surcar los cielos pronto. Acarició una última vez la cabeza del ser. Tengo que ir con Adrestes ¿Podría tomar un larión de vuelta?.

Claro, enseguida esta…. anda mira, parece que te tiene cariño.

¿Eh?. Notó la cabeza del larión apoyada en su pierna. Oh… así que no me quieres dejar…

Creo que tienes un nuevo compañero de viajes con el que surcar los cielos, enhorabuena.

Tu… ¿de verdad quieres venir conmigo?….

El lametón en su cara se lo confirmó.

Vaya… no se si soy digno de ello pero… no se, me gustaría…

No se diga más, lo cuidaremos aquí y cuando al fin esté recuperado iniciarán su viaje juntos… ¿Sabes montar no?.

Claro, hace mucho que aprendí a ello, aunque en caballo y un poco en carnero.

Te enseñaré lo que necesites cuando tu larión pueda alzar el vuelo, es muy fácil.

Lo agradezco.

Ahora solo falta una cosa, su nombre.

Su nombre… veamos como podría llamarlo… se echó la mano al mentón. Creo que le pondré un nombre kyriano si… a ver… ¡Ya se!, creo que lo llamaré… Helios, como el protagonista de aquel libro que leí recientemente, que aspiró a alcanzar las aureolas del firmamento y de tanto acercarse se le volvieron doradas las plumas.

Es un nombre perfecto para el, y creo que también le gusta.

Miró como el larión, ahora llamado Helios, agitaba su cola sin parar.

Perfecto, entonces volveré cada vez que pueda para ayudarlo, he de marchar ahora pero volveré pronto Helios, te prometo que te cuidaré.

Otro lamido en la cara a la que le respondió acariciándolo. Nos vemos pronto.

Subió en el larión que lo esperaba y partió hacia Adrestes, sin dejar de mirar atrás donde Helios se quedó, suspirando apenado como quien deja a una vieja amistad tras de sí.

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Tras ellos pilas de leales Venthyr yacían desangrados por las escaleras y frente a ellos las inmensas puertas carmesíes del inmenso castillo. Sabía que en algún lugar estaría Denatrius observándolos como si fueran insignificantes hormigas.

Así que Denatrius… su muerte nos abrirá paso a la victoria, en marcha.

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Donde antaño se erigía el imponente Athanos ahora se encontraban Adrestes y el en medio de la explanada, respirando aliviado al saber que ya no estaba la mole.

¿Estás preparado para comenzar?.

Si.

Bien. El ánima como sabes esta en todo lo que nos rodea, incluso en estos momentos de sequía sigue habiendo en el aire ánima. Poder saber manipularla puede concederte un gran poder que puede ayudarte en futuros enfrentamientos.

¿Entonces es manipularla a nuestro favor como la magia arcana no?… como si de un mago se tratara.

¿Mago?… Pero si, el ánima puede ser modelada de infinitas formas, no solo eso, si no que puedes emplear el ánima de tu propia alma si es necesario pero… es conveniente no hacerlo o correrás el peligro de acabar en el Olvido.

Inquietado por eso último asintió sin más.

Empezaremos con la base de todo, concentrar ánima que aunque sea lo más básico es lo que más cuesta y más en estos tiempos de escasez aunque… ¿Usas poder sagrado verdad?.

Si, prácticamente toda mi instrucción se basó en ello, sin ella no sería más que un guerrero ordinario.

Eso nos ahorra mucho tiempo por suerte… ¿Puedes concentrar en tus manos algo de luz?.

¿Enserio?. Extrañado por la petición concentró entre sus palmas un pequeño orbe de luz cual farol. No es por ofender pero… esto es algo que los chavales que acaban de entrar a una orden aprenden a hacer en su primer mes.

Pues tu objetivo será lograr esto mismo con ánima, una vez logres dominar su dominio será tan fácil como lo que estas haciendo ahora y de hecho es lo que quiero que hagas.

Entiendo pero… ¿no seguimos con escasez?, pensándolo bien quizás es un desperdicio que…

En absoluto, que domines bien el ánima puede suponer la diferencia entre que sobrevivas o mueras, debes aprender y perfeccionar tu dominio del ánima.

Esta bien. ¿Como empiezo?.

Respira hondo y entra en comunión con tu alma y todo lo que te rodea. Hay miles de pequeñas hebras de ánima en el aire que respiras y tu cual artesano debes hilar y tejer con tus manos.

¿Como voy a hacer algo así con algo que no puedo ver?.

Debes sentirla, acariciarla, tomarla y unirla. Esto es lo más difícil de ella pues desea fluir y escapar de tus manos.

Así que no es como la Luz que cuanto más te das a ella más viene a ti… empiezo a ver la dificultad…

Mira mis manos con atención por favor.

_Sus manos desnudas no eran más que unas ordinarias manos cualquiera… hasta que empezó a mover sus dedos cual hábil sastre de tal manera que pareciera estar tejiendo el aire tomando hebras de esta. Al inicio nada y un par de segundos más tarde… una hebra celeste se retorcía en su palma, que estalló en un centelleo igual de celeste.

Oh… así que es cierto… son hebras, me recuerda a esas “serpientes” en la que viajé aquí.

En efecto, el ánima puede tejerse y llegar a formar enormes ríos si así se propone pues cuanto más complejo sea más estable será. Una hebra sola es inestable y se descompone pronto como acabas de ver, pero la fuerza de la unidad puede lograr grandes cosas, como los grandes ríos que antes flotaban sobre Bastión y daban forma a todo lo que conocemos.

¿Por eso esas serpientes pueden llegar personas de un lado a otro no?

Exacto. Ahora vuelve a mirar mis manos, te será útil.

Otra vez sus manos empezaron a “tejer” el aire, otra vez una pequeña hebra salvo que…

¿Está creciendo?…

La pequeña hebra empezó a crecer exponencialmente en instantes, primero un hilo grueso, luego otro…y otro… y en cuestión de un parpadeo un orbe celeste centelleaba entre sus palmas, como si de su orbe de Luz se tratara.

Y esto es la base de todo, una vez logras estabilizarla ya es modelarla a tu conveniencia. Una vez logres perfeccionar la técnica lograrás hacer esto tan rápido como concentras tu Luz.

Aplastó el orbe, saliendo centelleos celestes entre sus dedos y no supo como, pero aquellos dedos se movían tan rápido que no creía que fuera posible como logró un orbe similar en un pestañeo.

Pero… ¿Como has logrado… No he podido ver como lo hacías.

Eones de práctica, a la larga tu también lograrás hacer algo así pero… empecemos por el primer paso, sentir el ánima.

Tiene sentido claro… un halo de nostalgia le recordó su primer día… hacía ya lustros de ello.

Tu objetivo será lograr tejer una hebra y más adelante un orbe, suena fácil pero es lo más duro… no permitas que la frustración y la duda te nuble el camino.

Es como si hubiera vuelto a mi época de novicio. Suspiró. Está bien, comencemos.

Nunca se deja de aprender, siéntate, cierra los ojos e intenta percibir con las puntas de tus dedos el ánima.

Claro… Replicó lo que le dijo, pero no notaba nada en sus dedos por mucho que se centrase. … nada, no noto nada.

Silencio. Deja de pensar e intenta ser uno con el entorno, intenta abandonar tu cuerpo.

Otra vez cerró los ojos e intentó concentrarse, pensó que debía domar cuanto antes ese poder, que tardaría demasiado, que…

No pienses. Tenemos la eternidad por delante, estaremos aquí hasta que logres percibir el ánima.

Sigo vivo y tal… refunfuñó para sí.

Me has entendido, debes mantener la mente en blanco, transcender tu existencia y ser uno con todo, solo así lograrás percibir el ánima.

Pareces mi instructor… está bien, intentaré…

No es intentarlo, no debes esforzarte en percibirla, debes hacerlo de forma natural.

Disculpa, es que de donde provengo se nos enseña a lo contrario, a estar siempre en alerta… puede ser lo que te salve allí de morir asaltado.

Desde luego tu mundo es peligroso… suspiró. Entonces será un poco difícil pero… olvida todo sobre ello, no estamos en tu mundo y por ende puedes “desconectar”… estas totalmente seguro aquí.

Está bien pero… ¿puedes estar a mi lado?, se que es una proposición estúpida pero teniendo a alguien al lado puedo confiar más.

Por supuesto.

Suspiró aliviado, como si aún sin hacer nada se hubiera quitado la sensación de que podía ser asaltado en cualquier momento.

Bien. Se sentó junto a el. Ahora estas totalmente seguro, nadie te atacará así que cierra los ojos y fundete con el entorno.

Voy. Cerró los ojos sin más y anuló ese pequeño murmuro interior. La brisa se abría paso serena como siempre meciendo el lejano trigo cual mareas doradas, mecía las pequeñas campanas a su alrededor que emitían su leve melodía dulce al igual que los estandartes sobre ellos llenos de proclamas a la Arconte.

Achuus Maldición. Con un pañuelo se limpió la nariz.

Eso ha sido desafortunado, pero esta vez estabas muy bien encaminado, repítelo.

Ojos cerrados de nuevo y mente en blanco tras acallar otro asaltante pensamiento siendo de nuevo era uno con la perpetua brisa que acariciaba todo su ser. Instantes de paz pasaron hasta que algo rozó sus dedos, algo en el aire parecía moverse junto a la brisa sin cesar, no era una molestia, si no que lo que volvió a rozar su mano parecía un pequeño filamento casi insignificante pero… agradable, como si de una pequeña hebra de fina seda se tratara.

Intentó tomar una de esas hebras con sus gruesos dedos, pero se escurrió entre ellos escurridiza. Intentó tomar otra hebra pero con más cuidado, moviendo muy poco a poco los dedos, intentando que la propia brisa le permitiera tomarla, escurriéndose por muy poco una vez, pero con más cuidado logró tomar la siguiente por muy poco, por el borde de esta.

Casi etéreo apenas lograba percibirla, pero entre sus dedos estaba y de golpe nada, desapareció como si nunca hubiera existido, pero no desistió en ello así que intentó tomar otra fina y delgada hebra de fuera lo que fuera que llegase a sus torpes dedos.

Otra vez se le escapaban de los dedos, debía moverlos tan lentos y diestro como pudiera como si de un diestro artesano se tratara. Una hebra golpeó uno de los dedos y se retorció en este por un leve lapso, suficiente para cogerla y palparla con sumo cuidado, logrando al fin mantenerla hasta que simplemente desapareció sin más.

¿Y bien?.

Esas palabras le devolvieron a la realidad, notándose dentro de su cuerpo otra vez.

¿Eh?… Abrió con dificultad los ojos.

¿Lo has notado verdad?. Las hebras en tus manos.

Hebras… ha sido raro, más que hebras parecía como seda muy delicada, casi etérea.

Eso es el ánima en su estado más fundamental, ser capaz de percibirla y tocarla es el primer paso en el camino, uno básico, pero fundamental.

Entiendo pero… a efectos prácticos esto y nada es lo mismo.

No debes tener prisa en ello, se que quieres fortalecerte para afrontar las amenazas que se cierne sobre nosotros, pero si intentas adelantarte solo lograrás ralentizarte.

Supongo que tiene razón pero no se, tengo la sensación de que voy muy lento.

En absoluto, en la mayoría de casos lograr llegar a lo que has conseguido se requeriría mucho más tiempo y eso que para colmo ahora hay menos ánima de lo normal en el aire, deberías sentirte congratulado por ello.

Así que congratulado… ¿Se sabe algo sobre el asalto a ese tal “Castillo de Nathria”?.

Aún están ultimando los preparativos, tenemos unos cuantos días más antes de que partas, si todo sigue este camino lograrás tejer tus primeros hilos de ánima antes de partir e incluso hacer un pequeño orbe si pones todo de tu ser en ello así que ¿Me mostrarás un orbe antes del asalto?.

Así será, intentaré no decepcionarle.

Esa es la actitud, pero ahora vayamos a alimentarnos un poco, llevamos horas aquí.

Su rugiente estómago también quería alimentarse cuanto antes, así que no dudó y marcharon a por su merecida comida.

Está bien, la verdad, tengo hambre.

Los siguientes días se basaron en perfeccionar su concentración, logrando sentir las hebras de ánima flotantes con cada vez más facilidad y rapidez, a la vez intentaba mejorar su destreza y sensibilidad, tomando con cada vez más soltura las escurridizas hebras que cada vez escapaban con más dificultad de sus firmes dedos. No fue fácil desde luego, pues nunca había sido hábil con la fina artesanía precisamente, pero poco a poco lograba adquirir el pulso tan característico de los sastres de los gremios más hábiles. Si volvía con vida y dejaba las armas al menos lograría un nuevo oficio si se lo proponía.

Bien, es hora del siguiente paso, lograr tejer un hilo visible y estable, para ello tomarás varias hebras y las irás uniendo entre ellas, como si de un hilo fuese. Para ello debes seguir concentrado e intentar aumentar tu celeridad con ello, pues sabes que se destruirán las hebras si no las unes rápido.

Entiendo… ¿Y de verdad hacen esto en combate tan rápido?, son dignos de admiración.

Claro que se hace rápido, pero como te dije el primer día es algo que se mejora con el paso del tiempo.

Ya, lo que no se es si me dará tiempo en vida para dominarlo.

Es posible que no, pero te honra que siendo mortal estés aprendiendo nuestras técnicas. Por cierto, muy pronto será el asalto, ya está todo prácticamente listo a falta de ultimar detalles.

Entonces lo del orbe…

Una vez aprendas a tejer un hilo es replicarlo más veces, creo que me maravillarás con ello antes de partir, has estado mejorando más de lo que crees estos días pasados así que… si, seguramente lo logres, pero no debes confiarte.

Te prometí un orbe antes de ir a Revendeth y así será, yo siempre intento cumplir mis promesas.

Ese es el espíritu, ahora comienza.

Claro. Como ya estaba acostumbrado empezó a percibir el ánima casi al instante de cerrar los ojos y de nuevo tomó hebras de estas e intentó unirlas con cuidado… pero una de ellas se le escurrió, deshaciéndose la otra.

Debes ser más rápido y unirlas o pasará eso.

Asintió con la cabeza y de nuevo lo intentó… juntar las hebras le costó un poco pero al fin sentía en su palma un pequeño hilo… el cual rompió sin querer.

No puede ser… ya lo tenía… Suspiró frustrado.

Una lástima, pero ya casi lo tenías, repítelo.

Bien… Otra vez lo intentó, rápido pero a la vez diestro, no sonaba fácil precisamente pero no desistió en ello.

Intento tras intento fallaba en ello aunque lograba cada vez algo mejor apenas lograba mantenerlo unos segundos.

Tras lo que le parecieron interminables horas logró algo al fin, no parecía gran cosa pero…

Abre los ojos y observa.

Abrió los ojos y en efecto lo que sentía estaba en la palma de su mano.

Bien, has logrado tu primer hilo de ánima, a partir de ahora debes ser capaz de replicarlo con facilidad. El pequeño hilo serpenteaba ligeramente en su palma en su característico resplandor celeste. Podía tocarlo y moverlo pero sabía que se desharía con la más nimia fuerza.

Está bien, hoy te enfocarás en hacer más hilos y si es posible más largos y estables. El pequeño hilo se deshizo con un pequeño destello celeste, sin dejar rastro de su existencia.

Claro.

Mañana no nos reuniremos aquí, muy pronto será el asalto y seguramente quieras entrenar tus habilidades así que… cuando regreses seguiremos perfeccionando.

¿Entonces lo del orbe?.

Fue un aliciente para que te esforzaras como lo has hecho, pero si sigues así pronto lo lograrás.

Ahg… “pronto” para ti pueden ser siglos… molesto le miró al rostro.

No te diría algo así, cuando regreses de Revendeth continuaremos, seguro que al poco de regresar lo conseguirás.

Espero que así sea.

Los días transcurrieron tras ello, entrenando duramente sabiendo que su primer gran reto tras la infame Ny’Alozha le deparaba. Pese a tener sus dudas no podía más que seguir mejorando sus técnicas y entre medias intentar por su cuenta mejorar su destreza con el ánima y pese a no lograr gran cosa los hilos cada vez eran un poco más longevo y grande, aunque pudiera rasgarlo con un soplido. Así fueron los días para el hasta que al fin fue reclamado en el Reposo del Héroe.

Reposo del héroe

Ya equipado con su impoluta armadura y armas a su lateral miraba apenado a Kleia, Pelagos y Adrestes, que frente a el aguardaban al lado de una gran vermis de celeste ánima de dorada montura.

Bueno creo que ya esta todo, ya me despedí de Helios por ahora, la armadura esta completa y la mochila esta revisada, espero que esta me dure algo más… dijo a regañadientes para sí mismo. Creo que es el momento. melancólico se acercó a la vermis.

Ten cuidado por favor, confiamos en vosotros pero… no quiero imaginar que pasaría si…

No es necesario preocuparse por ello Kleia. Han demostrado ser fuertes e irán con más mortales que han demostrado fuerza y lealtad al resto de curias así que deposita tu confianza en ellos.

Es verdad, pero aún así… estoy preocupada.

Es normal que lo estés, pero verás como regresan victoriosos.

Hazle caso Kleia, yo confío totalmente en ellos, no se dejaran ganar tan fácilmente.

Pelagos… ¡Está bien!. Demuéstrale al Sire que pasa cuando osa aliarse con el Carcelero, no esperaré menos que han logrado acabar con el.

Suspiró. Así será. Os prometo que volveré de una pieza y con buenas noticias, pero mientras tanto y por favor… cuídense.

Como te dije aquel día estamos a salvo aquí gracias a vosotros, no nos pasará nada.

Cierto… Se acomodó la mochila y subió a la dorada montura.

Ve y sirve. Cuentas con la Bendición de la Arconte.

La vermis se alzó perezosa permitiéndole una última despedida antes de partir. Atrás dejaba un reino que empezaba a ver la luz para enfrentarse a la incertidumbre en el pecaminoso reino de Revendeth.

Así que Revendeth y Denathrius… ojalá acabar con el nos abra el camino al Carcelero… si es que logramos acabar con el.

Dejando atrás las doradas colinas de Bastión se adentró en el Espacio Intermedio nervioso en parte por no saber que se encontrará en las fauces de Revendeth, hasta entonces tendrá que dejarse llevar por el viaje.

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