El despertar de N'Zoth y el contraataque de Azeroth

Por algún motivo que desconocía recordó un lapso de su pasado conforme se acercaba a aquella mole


Torneo Argenta, meses después del incidente de Puerta de Cólera

El joven enano ya se acostumbró a su nueva posición en las fauces de los dominios del Rey Examine, aprendió como canalizar y emplear la Luz a su necesidades gracias al arduo entrenamiento al que era sometido día sí y día también, en alguna ocasión honrado por el mismisimo Alto Señor Tirion

En lo poco que llevaba en Rasganorte visitó mucho más que en el resto de su relativamente acomodada vida en Forjaz, primero la ciudad mágica de Dalaran, luego Vanguardia Argenta y ahora el Torneo Argenta, las noticias no dejaban de llegar a los oídos del enano fruto de las grandes hazañas de los aventureros que probaban suerte en las yermas tierras de Rasganorte

La caida de Zul’Drak, la invasión a Entrañas, la incursión en el complejo titánico de Ulduar y la derrota del avatar de Yogg-Saron por no hablar de los incipientes conflictos entre Alianza y Horda que amenazaba la vulnerable estabilidad de poderes en el resto del planeta, finalmente los mejores aventureros de Azeroth se reunían en el Torneo Argenta, en la rencognita cornisa norte del planeta para elegir a los más aptos para emprender la mayor empresa de toda la campaña, el ataque a Ciudadela de Corona de Hielo ahora que el control de la Plaga había quedado reducida al glaciar y la ciudadela

Pudo ver como se desarrolló el torneo, varios grupos de aventureros lo intentaron cayendo ante los duros contrincantes a los que eran enfrentados, día tras día, semana tras semana, hasta que al fin uno de aquellos grupos acabaron con todas las bestias y pruebas a las que se enfrentaron, el incidente entre Varian y Garrosh dejó claro el devenir de los siguientes años, finalmente el grupo apareció de los túneles nerubianos victoriosos, en este momento se esta preparando el ataque definitivo que acabará con Arthas y su reinado

3 días antes del ataque

El pregonero montado a caballo anunciaba Todos los iniciados argenta deben asistir de inmediato al círculo de campeones de inmediato para realizar el juramento, repito, todos los iniciados argenta deben asistir de inmediato al círculo de campeones de inmediato.

  • Espera…¿Tirion va a oficiar la ceremonia? El enano se quedó perplejo al ver al afamado líder presidiendo la plaza
  • No puedo creerlo, el mismísimo Tirion en persona. Comentó un joven humano
  • Ni que fuese una celebridad, parecéis colegialas Dijo el elfo de sangre preguntándose la emoción de aquel par
  • Tu que vas a saber, tu poder viene de una charca El humano le recriminó
  • Déjenlo ya, vayan acudiendo ya, no estamos parra pelearrnos ahorra, no me hagais demostrrarros lo que un veterano puede hacerr Finalmente un veterano draenei puso orden a aquel acalorado debate

Los minutos transcurrían, los iniciados llegaron progresivamente hasta que finalmente los 6 hicieron acto de presencia dando comienzo a la ceremonia

La ceremonia transcurrió con normalidad, tras aquel elfo de sangre le tocó a el, por lo que se arrodilló una vez Tirion se puso delante de el

  • Hoy da comienzo a una nueva etapa en tu vida, Drethz Martillosalvaje, desde el día de hoy y hasta el final de tus días te adscribirás a la causa de la Luz y sus valores, ¿Deseas recibir tal causa?.

  • Por supuesto.

  • ¿Defenderás a los que no puedan hacerlo aunque ello conlleve no recibir beneficio alguno, a seguir la guía de los mártires, sacrificarlo todo por los indefensos y justos aunque ello suponga dar tu vida?

  • Si, lo haré.

  • ¿Rechazarás al mal en todas sus formas y provocaciones como hizo el traidor Arthas?.

  • Si, siempre lo rechazaré.

  • Entonces en el nombre de la Luz y de la Cruzada Argenta te declaro en este momento paladín defensor de las causas justas de aquí hasta tu último aliento. La legendaria Crematoria tocó sus hombros y su cabeza ya puedes levantar la cabeza, paladín.

4 días más tarde

Tras la ardua batalla a los pies de la colosal Ciudadela de Corona de Hielo, el ariete logró abrir una apertura en las gruesas puertas de la fortificación, tras el ataque a la inmensa recepción de la ciudadela lograron establecer un puesto de control en la mismisima Ciudadela, allí permaneció el enano defendiendo el puesto por los siguientes días, hasta que finalmente los aventureros pen.etraron en las fauces del complejo, tras la caida de Lady Susurramuerte y con los aventureros purgando la planta superior, el enano entró en la base de la columna de hielo y observó intrigado al infinito pilar y la perpetua neblina que lo rodeaba

  • Me pregunto como estarán, ¿Serán capaces de acabar con ese bastardo?

  • Aquí estas, tengo una pregunta que hacerte.

  • ¿Tirion?, ¿preguntarme a mi?, solo soy un novato más.

  • ¿Vistes las Tierras Sombrias verdad?, no te preocupes por ellos, son la élite de Azeroth, serán capaces de hacerlo, aún así tendré una audiencia con el mismisimo Arthas.

  • Tierras Sombrías…supongo que no fue más que un sueño mio producto del añublo ese.

  • Me confirmaron que pasaste 2 horas muerto, dicen que los que han estado cerca de la muerte la han visto.

  • ¿La “Arbitro” aquella?, era de aspecto angelical, pero no entiendo si estaba muerto como sigo vivo.

  • ¿Te dijo algo?, ¿vistes algo más?.

  • Era una sala bastante extraña, el suelo y lo que parecía un altar o algo similar tenían unos grabados y unos detalles que nadie sería capaz de replicar, nada de aquello parecía salido de este planeta.

  • Entonces se confirma que son de otro plano, ¿te dijo algo?.

  • A ver…dijo algo de que mi momento aún no había llegado, que tenía que cumplir unas hazañas y que aprovechase mi segunda oportunidad, no tenía boca pero aún así era como si me lo susurrase en una voz tan bella que parecía totalmente irreal, pero aquello era real totalmente.

  • Muchas gracias por la información, coincide con lo que los pocos testigos presenciaron aunque eso de la hazañas es la segunda vez que lo escucho, tienes un gran futuro por delante, te lo puedo asegurar y ahora si me disculpas he de prepararme pues pronto me encontraré con el.

  • Es un orgullo servirle.

Finalmente los aventureros lograron llegar al mismísimo Trono de Hielo, donde se dio el esperado encuentro, el estruendo que retumbó por todos y cada uno de los recovecos de la ciudadela anunció la muerte de su rey y el inicio de una nueva era, para el joven enano eso significó poder volver a su Forjaz natal hasta su próximo destino: Capilla de la última esperanza en Tierras de la Plaga del Este, una nueva ofensiva iba a dar comienzo entre la Cruzada Argenta y el Círculo Cenarion para recuperar aquellas malditas tierras de una vez de manos de los remanentes de la Plaga


Logró ponerse al alcance de una de las patas del titan y observó minuciosamente alguna debilidad o algún punto crítico donde atacar, sabía que no se tendría que preocupar por el kultirano o por el caballero de la muerte, por lo que querría realizar su tarea

Los 2 esperaron pacientemente al movimiento de Aiden a la espera de poder atacar, Silencio con su imparable avance debilitaba la mole, cuando la mortífera guadaña sesgó la garra de mil miradas aprovecharon la abertura dejada en la defensa, ahora o nunca debían atacar si querían avanzar

El enano llamó a la Luz para que imbuyera su maza, haciendo brillar esta con la luz del mismísimo Sol, golpeó en la articulación de la pata con la fuerza de las montañas haciendo saltar por los aires miles de cristales tan oscuros como el vacío y pedazos de carne rociadas con sangre tan oscura como la piel de la bestia
Un segundo golpe con la misma furia hizo estallar el resto de la articulación de forma casi sincrónica a la que el pícaro cortaba de un tajo todos los tendones limpiamente, haciendo caer hacia delante a la bestia, la cual sucumbió ante el poder de Silencio

  • Vaya, eso ha sido más fácil de lo que esperaba.
  • ¿Será esta la hazaña de la que me hablaba aquella “arbitro” de esas Tierras Sombrías?..¿si eso fuese así significa que moriré después…?, espero que no, no se que me depara aquello tras mi pasado como mercenario en los bajos fondos… Me pregunto si el también fue uno de los “nuestros” antaño…quizas tambien la viese Murmuraba para si mismo mirando de reojo al Caballero de la Muerte

    El plato principal…bonito apelativo para llamar a esa mole salida del mismísimo infierno.

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Por primera vez en toda la batalla parecía que estaban repeliendo las oleadas de insectos de verdad, retrocedían a cada paso que cerraba el circulo lentamente o acaban muertos y destrozados por las armas y hechizos de todos los presentes. Oleadas de flechas surcaron el cielo y acabaron con un grupo de aqir voladores, sin aparente rostro, que atacaban los tropas recién llegadas e intentaban frenar su avance con todas sus fuerzas.

Ig’nosh seguía aturdido tras la perdida de poder, daba azotes y lanzaba soldados que caían en sus garras a la lejanía del desierto pero no podía recitar hechizos aparentemente. Era el momento de devolverle el golpe.

Sin embargo, cuando ya se acercaban al ignoto, el cual les miraba impulsado por una ira incontrolable, gritos y chillidos del frente norte los sacaron de su estado de concentración. En ese frente algo había ocurrido, las facciones habían empezado a discutir y cesaban su apoyo a las tropas de Ramhakem haciendo que no pudiesen frenas a las tropas de N’zoth.

  • ¿Se puede saber a que juegan las facciones? — gruño Félix en voz alta.

Una mole negra y alada cargo contra ellos haciendo trizas sus defensas, a pesar de su tamaño paso rápidamente en apenas un suspiro. La situación estaba empeorando y casi parecía que varios miembros de la horda y alianza se enfrascaban en combate en vez de enfrentar a esa nueva amenaza. Patético era lo mínimo que se le ocurría al comandante.

  • ¡Mirad! - grito un enano - Hay un destructor obsidiana luchando contra ellos.

  • No es suficiente como parar a ambas facciones tanto tiempo — dijo Aiden con el ceño fruncido —. Voy a ver que ocurre.

Con el beneplácito del comandante, Aiden salió de la formación a paso ligero, dirigiéndose hacia el gran obelisco que se alzaba desafiante contra las nubes negras de Ig’nosh. Conforme se marchaba el caballero de la muerte llamo a uno de los capitanes cercanos, un orco con una extraña sonrisa en la cara conforme luchaba contra un nuevo enemigo, era necesario reforzar esa zona.

  • ¿Si, comandante?. Los aqir están retrocediendo y las bajas se han reducido en una gran cantidad, pronto ese “juez” caerá bajo el filo de mis armas.

  • Calma, no te dejes llevar por la euforia. Antes de nada necesito tu ayuda, no es rebatible. - Añadió antes de que el orco replicase - Contacta con el resto de escuadrones que todos los guerreros cuerpo a cuerpo acudan al frente, que no frenen el avance hasta estar a la suficiente distancia del ignoto, que los arqueros que queden se coloquen justo en medio y se centren en las bestias voladoras y en el ignoto, los magos que cubran los flancos y apoyen a la vanguardia.

  • ¿Algo más? - dijo el orco en un tono apático

  • Y llamad a esos idiotas de los comandantes de la alianza y la horda, no se que pasara con ellos pero si no queremos morir que se presenten inmediatamente. A que esperas! ¡Vete, largo!

Y, gruñendo con odio, el orco partió raudo a cumplir sus ordenes. Un problema menos, solo cabía esperar que la ayuda de Aiden sirviese para aplacar los ánimos y el cese de las hostilidades durante un rato. Por lo menos cuando su cabeza no pendiese de un hilo.

Ahora solo quedaba ganar tiempo y esperar que el ignoto demencial no se recuperase a tiempo. Una nueva oleada de insectos lo saco de sus pensamientos, un escarabajo salto hacia el pero una bola de fuego calcino al bicho antes de que se acercase lo suficiente. Clamando una ayuda invoco martillos de justicia a las tropas que osaban enfrentarse a su enemigo, flechas y espadazos le acompañaban dejando tras ellos un rastro de cadáveres de alimañas variados.

Un draenei de pronto cargo contra ellos, sus ojos refulgían ira y, a pesar de portar una armadura blanca y dorada, parecía refugiarse en una energía violácea que rodeaba su cuerpo y no fue el único.

Cazadores, tolvir, vaga-yermos, guerreros, sacerdotes… por todas dunas y los flancos podían vislumbrarse distintos puntos negros que atacaban a sus aliados, muchos caían muertos pronto otro eran contenidos como podían pero más locura terminaba en nuevos soldados. A lo lejos encontró a los culpables, una gran cantidad de oradores del sino k’thir recitaban cánticos que proyectaban a distintos puntos del ejercito. Por cada cántico un soldado caía preso de la locura en mayor o menor medida, causando estragos por doquier.

  • ¡Los oradores, conjuradores centraros en los oradores! - grito el paladín - Que mueran y salvad a nuestros aliados, dentro de lo posible no matéis a los controlados.

Una mano le agarro por la espalda con fuerza y lo tiro al suelo. Un tol’vir consumido por la ira y el vacío se preparaba para asestar un golpe letal con su arma, echándole un poco de arena al rostro consiguió un segundo necesario para zafarse de su captor y reincorporarse.

  • ¡¡¡¡POR LA GLORIA DE N’ZTOH!!! - chillo Ig’nosh al reincorporarse.

La figura del ignoto emergía de nuevo lentamente. Mientras, el tol’vir continuaba arremetiendo estocazos y golpes con furia al paladín, como podía repelía sus golpes con el escudo o con alguna finta leve pero no cesaba ni un segundo. Al final un pequeño tropiezo hizo caer al suelo al paladín dejando una abertura más que evidente en su defensa, por la que cargo el tolvir asentando un golpe que pen-etro en su armadura a la altura del costado.

De un hachazo partió el arma de su contrincante y arranco el hierro incrustado en su cuerpo, pero el tolvir no cedía y salto con sus garras desnudas al cuello del paladín. Sin otra salida, el paladín golpeo en cuerpo y cabeza a su adversario pero no caía, lentamente el aire se salia por sus pulmones temiendo a verse obligado a tomar una medida drástica. Al final, con las pocas fuerzas que podía acumular agarro su arma y golpeo el vientre del tol’vir rajando piel y armadura como si fuese agua. Y un ruido seco, seguido de la sensación de aire y un peso encima le anuncio como había terminado su contrincante.

Aspirando con fuerza y apartando el cadáver sin vida se reclino, una frenética tos y asfixia le hacia pegar bocanadas de aire con rapidez y fuerza. El aire que conseguía traer le hacia toser mas por la arena y el esfuerzo pero lo sentía como un oasis en medio de un desierto. De pronto un cántico empezó a resonar en su mente, una suave melodía que le embriagaba y le indicaba seguir un nuevo orden y dirigirse a la paz eterna.

Notando que su voluntad se perdía en esta comparsa de notas imposible y tonos poco audibles entino negar el sonido, evitar dejarse arrastras y taponar sus oídos. La canción, agradable y dulce como una brisa de verano hasta ese momento, se torno en chillidos y dolores indescriptibles. Su cuerpo tuvo que ponerse de rodillas y una magia le envolvía el cuerpo, chillaba de dolor y quería hacerlo parar, quería matar daba igual a quien.

Sin embargo la canción empezó a menguar y abriendo los ojos se encontró de frente a uno de los escarabajos grandes aqir. Su único ojo anaranjado le miraba fijamente, no se movía, ni atacaba, ni parecía interesado en nada a su alrededor. Solo estaba fijamente mirando al paladín, hasta que lo recordó de una vez anterior. Era el mismo insecto que se encontró en el oasis durante su ultima visión.

El insecto giro su cabeza hacia la batalla, enfocando su cabeza en el orador que apuntaba y miraba fijamente al paladín. De pronto, un fuerte dolor parecía recorrer su cuerpo, se retorció y vomito una bilis de colores pálidos y amarillentos, sus extremidades se torcieron a posiciones imposibles, su cráneo se abollo y aplasto en segundos, su tamaño disminuía y al final un aura negra se lo trago entero. Sin embargo, cuando todo hubo finalizado vio que el escarabajo volvía a mirarle fijamente, escudriñando su apariencia y su interior. Observando en silencio, sin percatar a nadie más de ese entorno.

  • Vive hoy…para servir otro día… -dijo una voz en su cabeza, como un susurro que trae el viento y apenas audible- para servirme a mi…

Y tal como llego, el escarabajo desapareció enfrente de el sin dejar rastro. Ni unas marcas, ni huellas ni una tierra removida parecían indicar que hasta ese momento esa bestia estuvo delante suya. Había desaparecido y le había salvado la vida, ero los susurros no auguraban una caridad que era evidentemente latente en su salvador. La crueldad con que había matado a uno de los suyos, ese poder…no estaba en manos mortales y cada vez era más notable en la tierra.

Por ahora, debía dejar esos pensamientos hasta el final de la batalla. Levantándose y recuperando sus armas comprobó el estado de la situación, pocos oradores continuaban vivos y con suficiente fuerza para convertir a los campeones en la locura. La mayoría habían caído presa de conjuros, llamas o flechas y los heridos fueron enviados con su señor. Por el contrario la vanguardia retomaba la ofensiva, las victimas de esos embrujo comprobaban la atrocidad a la que se vieron obligados a realizar y muchos arremetieron con más furia e ira contra el enemigo.

Dos jinetes y un tol’vir se acercaron en ese momento desde el este, el tolvir portaba un sobre y una armadura de cuero y malla así como un casco en forma de carnero que dictaminaba su rango. Los jinetes sin embargo era un poema, a la derecha un humano de armadura de placas blanca y azul, con el tabardo de la séptima legión y montado en un corcel, armado con placas plateadas y doradas, hizo un saludo marcial al comandante; A la izquierda un orco montado en un lobo de gran envergadura de color negro saludo con su puño al corazón, estaba equipado con dos grandes hachas de color rojizo y portaba una armadura de placas roja y negra de la que adornabas bastantes puás por cada superficie de la misma.

  • Comandante - dijo el tolvir -somos los refuerzos enviados desde ramkahem, como predijo una gran hueste de la horda y la alianza acudieron a defender la ciudad. Pese a las hostilidades iniciales hemos considerado apoyaros con las tropas disponibles en vuestro ataque. Soy Takhum , capitán de las defensas de Ramkahem, es un honor. Mi señor me pidió que os entregase este aviso, si me disculpáis debo volver al frente rápidamente. Estoy seguro que estos dos…caballeros le ayudaran en lo necesario. - y sin tiempo a contestar el tol’vir se marcho dejándolo solo con la curiosa pareja.

  • ¿Quienes son y cuales son vuestras ordenes? Sin mentiras, no tenemos tiempo como podéis ver - dijo el comandante señalando al pulpo.

  • Mi nombre es Tim Casanegra - explico el humano con un tono altanero y condescendiente - dirijo las tropas de la incondicional y gloriosa Alianza para ayudaros en lo posible en vuestro cometido. Tengo ordenes directas de acatar vuestro mandato pero nada más, pequeño traidor.

Bien, tenemos un cretino. -pensó- Veamos el otro.

  • Yo soy Torel del clan Roca negra - chillo el orco con mucho orgullo - La indomable y apoteosica Horda me ha encomendado que otorgue la victoria en este paraje inhóspito. Debo ponerme a sus ordenes aunque…visto como comandáis la batalla tal vez pueda aconsejaros mejor. Un pijo elfo no es la mejor cualificación para la guerra, ¿verdad pequeño?

Y otro cretino, maravilloso. Por si no tuviese suficientes problemas. - pensó

  • ¿indomable? - dijo el humano - no me hagas reír pestilente alimaña. Ante que seguir a un sucio parásito seguiría a Alamuerte.

  • ¿Prefieres que te demuestre con mu hacha lo “gloriosa” que es tu asquerosa asociación de pueblerinos asustadizos? Adelante te mostrare como se corta y gana una guerra y luego enseñare a ese monstruo quien manda en Azeroth.

  • ¡Vosotros mandar asesinos y genocidas! No me hagas reír, adelante atacame con tus pinchitos pero no esperes que no intente separar tu sucio cráneo de esa repugnante cara.

Bien, ya tenemos el problema que había en el flanco norte y arto, cansado y con un mal genio tras tantas heridas, muertes y perdidas opto por la medida diplomática por excelencia.

Agarro a la pareja, mientras seguían escupiendo su bilis y amenazas, y con un fuerte tirón que los descoloco acabo por desmontar, desplomar y callar a los dos engendros y bocazas que tenia delante. Justo cuando ambos se levantaban un fuerte golpe volvió a tumbar a ambos obligándolos a restregar sus mejillas contra las arenas. El elfo, con una notable cara de enfado y mal estar hablo con voz clara.

  • Vamos a ser muy claros, tengo cientos de heridos, muertos y soldados luchando por su vida en este instante. Tenemos un ejercito de insectos y seres demenciales que se dispone a terminar con toda la vida posible y extender el influjo de su señor. ¡Hay un jod1do pulpo enorme enfrente de vuestras estúpidas y engreídas caras! - empezó a elevar y chillar a los capitanes- ¡De verdad creéis que una panda de inútiles, descerebrados y pavos reales debe ser una de mis preocupaciones actuales! ¡Estas a MI cargo y obedeceréis MIS ordenes! ¡Si no lanzaros contra ese enjambre hambriento de cabeza o dejaros aplastar por Ig’nosh, no me importa pero no os interpongáis ni vosotros ni vuestras peleas de patio en la batalla! ¡ U os juro que aun muriendo en la batalla perseguiré vuestras almas hasta convertirlas en cenizas y llevarlas al peor de los infiernos aunque me cueste la condenación eterna!

Ambos, humano y orco se levantaron en silencio acabando por arrodillarse sin decir palabra. Una cara de miedo y vergüenza a partes iguales podía distinguirse en ambos.

  • Ahora, si vuestras mercedes lo permiten necesito que me ayuden en esta masacre. - añadió el elfo tras lo que se dispuso a comentar la distribución y estrategia a seguir. - Una vez muera ese aniquilador obsidiana todos los esfuerzos deben centrarse en Ig’nosh. ¡QUEDA CLARO!

  • Si comandante - dijeron al unisono -

  • ¡PUES MARCHAD Y CUMPLID CON LAS ORDENES! ¡Si es necesario seguid la ordenes del caballero de la muerte que responde al nombre de Aiden y creedme él no os amenazara antes de cortar vuestras cabezas si lo cree necesario!

Sin dar tiempo a replicar ambos jinetes partieron con bravura y azotando a sus monturas para volver a sus posiciones lo más rápidamente posible, aunque desconocía si motivados por la vergüenza, la ira, el desconcierto o porque ya conocían a Silencio. Posiblemente lo ultimo, sin duda. Vio a lo lejos la posición de norte con los refuerzos y comprobó que la formación se había recuperado, unos tajos fácilmente distinguibles se veían desde la lejanía en el aniquilador de obsidiana que lentamente caía derrotado. No obstante, cuando la figura rocosa negra caía clavo con todas sus fuerzas el arma que portaba en el suelo, una especie de espada negra muy alargada de la cual brillaba el final del mando con un color violáceo particular. Aunque no pareció hacer grandes daños salvo en las arenas de Uldum.

  • SOIS UNOS NECIOS MORTALES, AUNQUE RECO NO ZCO VUESTRO ARROJO - Su voz volvió a retumbar por todos el lugar - PERO AHORA OS ENFRENTAREIS AL JUICIO REAL, SE ACABARON LOS JUEGOS NI LAS CONTEMPLACIONES. OS BORRARE DE LA EXISTENCIA.

I g’nosh, empezó a canalizar varios conjuros con sus ultimas fuerzas, los cielos se tornaros negros y las nubes aparecieron de la nada. Un color violeta inundo el cielo estrellado de Orsis y unos tentáculos inmensos parecían flotar y enrollar todo el horizonte, unos relámpagos empezaron a formarse en el cielo conectando los tentáculos y las nubes hasta que, en un segundo, un destello atravesó la tierra e impacto contra las tropas del este, otro siguió en el norte, en el sur…

Pero no termino ahí, una energía oscura se proyectaba enfrente del ignoto en forma de pequeña esfera. El trabajo de canalizarla lo dejo expuesto pero los continuos machaques de los rayos en puntos aleatorios hacían imposible el avance, no obstante parecía afectar tanto a sus tropas como a las enemigas. Un aqir murió calcinado con el impacto de un nuevo rayo y varios goblin volaron por los aires en la parte norte.

  • ¡Arqueros! ¡Magos! ¡Detened al ignoto! Que no termine el conjuro. ¡QUE NO LO TERMINE! - y añadió - Que los chamanes hablen con los elementos e intenten detener la tormenta, necesitamos atacar ahora al ignoto mientras esta concentrado, ¡No podemos fallar!.

Y, de nuevo, un nuevo cuerno resonó por las dunas del desierto. Esta vez no se veía una polvareda ni resonaba como un clamo a la batalla, su sonido era cautivador, suave y muy familiar no lo escuchaba desde…

  • No puede ser…han venido.

Del noroeste, volando por los cielos se empezaron a dibujar pequeños puntos rojizos y dorados. De nuevo el cuerno bramo y la velocidad en los puntitos lejanos aumento considerablemente seguidas de un silbido suave y una lluvia de flechas que impactaron en el ignoto gigante. Las formas se hicieron mas visibles, decenas de bestias con forma serpenteante y cabeza de halcón volaban a gran velocidad, sus colores eran dorados en su mayoría terminados en rojo intenso en sus alas y cola. Del primero de ellos un elfo de sangre tocaba un cuerno de batalla y portaba el emblema de los errantes. Nueva ayuda había llegado.

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Las flechas empezaron a dispararse desde las monturas y se adueñaron de los cielos, los aqir voladores se enfrentaron de frente contra ellos pero todos caían pastos de las flechas de sus contrincantes, los jinetes que aun resistían en los cielos de la vanguardia se unieron ante sus nuevos aliados. Haciendo ataques rápidos a los grupos voladores o apoyando las zonas más afeadas por el avance enemigo, cada vez se acercaban más y más al centro.

Pero fue demasiado tarde. Ig’nosh ceso su conjuro y soltando un grito lanzo contra en suelo arenoso de uldum la esfera negruzca. Un cráter se formaba en las zonas donde esa antigua magia se posaba creando un rio negro, que se dirigía hacia el cadáver del aniquilador de obsidiana hasta la espada clavada.

Una explosión resulto del conjuro al finalizar lanzando por los aires a todos los que estuviesen alrededor, el aniquilador quedo esparcido y un temblor empezó a sonar y notarse en las arenas. El ejercito se reagrupo rápidamente pero la magia pareció cesar, no obstante el templo aumentaba a cada segundo.

  • Chack chack chack chack

Un golpe de mandibulas empezó a sonar por la grieta que había dejado la magia, el temblor aumento y las arenas empezaron a moverse. Grietas aparecieron por los suelos y las arenas se elevaron a los cielos formando géiseres de arena que bañaban a los tropas. Un golpe fuerte y seco se escucho y una pata marrón y gigante salio de las arenas, seguida de 7 más.

Las arenas seguían moviéndose, parecían huir asustadas de un terror que ocultaban y que había despertado. Unas mandivulas se asomaros de las arenas y unos rojizos y enormes ojos salieron después. Una gigante araña acorazada con un caparazón grueso y marrón emergió, chasqueaba sus mandivulas delante de las tropas simulando al martillo de hierro que golpea un yunque en la fragua. Cada chasquido era poderoso y retumbaba en los oídos de cualquiera que pudieses oírlos.

Una salva de flechas cayo sobre la nueva bestia pero estas revotaron y se partieron al tocar la espalda del monstruo de varios metros de altura. Este ni se inmuto y mirando fijamente a las tropas de la alianza y la horda quedo esperando las ordenes de su señor, el cual reía fuertemente al ver sus planes cumplidos.

  • VE AN’ERAK, EXTERMINALOS A TODOS.

Y la mole arácnida ataco con ira y sin piedad en mitad de las huestes de la alianza y la horda, vio como la filas de los draeneis, los enanos, los orcos y los tauren se replegaban o caían presas de las patas de An’erak. De nuevo, la batalla cambiaba las tornas y con la caída de un nuevo rayo el comandante pensó en que podría hacer. Pensó en el miedo y el pavor que no podía controlar.

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El dormitorio comunal donde se encontraban, era espacioso y tranquilo. Grande y bastante alejado del alboroto del resto del oscuro complejo.

Las omnipresentes antorchas, jugaban al despiste con las sombras en un tenue baile de mascaras, mientras la gnoma y la elfa cuchicheaban plácidamente en un cómodo camastro. El frío allí era prominente y el aire mas limpio y seco que en el resto del templo.

La gnoma había escogido un camastro encajado en la pared, grande, cómodo y cercano al respiradero de la sala, sin llegar a estar demasiado alejado de la puerta. Encajado en un muro especialmente solido de granito. La gnoma desconfiaba demasiado en las dotes de los adeptos como constructores.

Belter, estaba rebujada entre las pieles en el camastro, en la parte interior y casi tocando la pared, muy arropada, en las sombras. Solo sus ojillos la delataban entre las pieles que hacían de mantas, cual rogue pensativa al acecho.

La gnoma, tendida boca arriba a su lado, en la parte exterior, sin manta alguna encima, miraba al techo con los ojos muy abiertos.

A pesar de los vanos intentos de las antorchas, la penumbra era dueña y señora, y el sosiego campaba libre.

Los brillantes ojillos de la elfa, aveces perdían intensidad y la recuperaban de golpe.

– No me gusta esta situación Belt, pero tendré que tener paciencia y esperar.

– Era difícil de prever… Duerme un poco morda, yo te protejo.

– Hace un tiempo que me cuesta dormir Belt. Hay cosas que no conoces de mi.

Los ojillos de la elfa, que observaban desde el resguardo de sus mantas, ganaron intensidad…

– Se mas de lo que crees y estoy aquí… duerme un poco.

– Cuando cierro los ojos, la oscuridad me consume hasta ahogarme Belt. Es como sumergirse en una brava tempestad de dudas y pensamientos, de la que nunca se si podre salir y de la que salgo sin saber, si no quedo un trozo de mi, allí atrás.

Guardo silencio durante un segundo, la elfa la seguía mirando.

Me cala, me entumece y me desorienta. Es una vorágine que devora y convierte en nada, sueños e ilusiones, golpeando con dureza cada atisbo de luz en mi ser.

Somos simples hojas mecidas por el viento Belt. Hay cosas que te hace la vida, que ocurren de repente cambiando totalmente la estrofa. fuera de mi control, como si jugara conmigo y dudo… cosas que me hacen replantearme cada cm cuadrado de mi propia existencia, como si me fuera excedido al dar por hecho mi vida y destino y alguien quisiera un giro sorpresivo de acontecimientos. me sobrecoge y me hace preguntarme hasta que punto el destino juega cruelmente con migo o si no juega y pone de verdad algo real a mi alcance… es un ofrecimiento real de pura luz, mas real y mas cercano a mis manos de lo que aveces me parece???.. o una irónica broma??.. sin duda me aparta de las sombras, sea cual sea la respuesta…

Y luego anochece y los sueños me reclama para golpearme un día mas con esa aciaga oscuridad, con pensamientos y preocupaciones que me turban y me hacen temblar, para soltarme cada mañana, siendo menos yo, y mas un juguete. y siempre la misma pregunta, como se gestiona lo que no deseo gestionar.

La elfa seguía observando silenciosa y callada.

Y entonces… siento miedo. ¿Y si pierdo una noche, en esa tempestad, una parte valiosa de mi… un trozito especialmente maravilloso, magico y luminoso? ¿Y si dejo de pensar que ese trozito es realmente mio o nunca lo fue? El miedo aveces es profundo y eléctrico… puede matar. Hace que cada hueso y celula se retuerza angustiada por cosas que no tienen por que ser como las piensas, y sobre las que tampoco puedes hacer mucho Hoy. Pero no deseo ceder ese trozito de luz ante nada o nadie, ni siquiera ante el olvido o el destino. Ya he perdido demasiado sabes? no deseo perder mas cosas ante esa oscuridad y menos algo que es ahora inexorablemente mio.

Pero la sensación no desaparece belt, ese miedo puro y punzante a que la oscuridad reclame lo que no deseas cederle.

Una angustia gutural y franca. que te hace desear acabar con todo lo que estorba. Alimentar la oscuridad no con migo ni mi trocito de luz. Sino con todo lo demás para ser libre de vivir bajo mi propia impronta. Pero es posible que eso apagara también mi luz… y tampoco deseo eso.

Los ojillos de belt pestañeaban, pero no perdía palabra desde su oscuro escondite, fuera de la visión de todos.

Lo volaría todo por los aires, pero en el fondo entiendo que debo ser paciente. Puede que todo sea parte de mi propia locura, o que la realidad me ciegue. Pero aunque acepto una realidad que no me gusta, no tengo intención de engañarme diciendo que no me importa y que todo sigue igual, por que ahora todo a cambiado, tengo algo de luz y lo volaría todo si eso me diera lo que quiero.

Un fuerte ruido sacudió la instancia.

– Parece que han vuelto a abrir las puertas tras la ceremonia… vamos belt… hay trabajo que hacer.

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  • Donde voy … mis sueños …—- pensaba Nhail mientras miraba aquellos cristalinas hojas bajo la cascada —- Esto no es un sueño, es más que eso, son parte de mi, incluso a pesar de este insufrible dolor … incluso en estos momentos donde la muerte acecha en cada rincón, lo he superado todo con ellas y con esta armadura. Cosas que no puedo olvidar … personas que no olvidaré … a pesar de eso, está es la razón de mi ser. — en ese momento Nhail partió un tronco por la mitad mientras ejercitaba y espabilaba un poco de buena mañana bajo el agradable sonido del fluir del agua y la naturaleza de aquel hermoso bosque — Esto es todo para mi y nadie más.

Los primeros tímidos rayos de sol de la mañana iluminaban Feralas, Nhail había estado ejercitando un poco y preparando el desayuno aprovechando las brasas de la noche que todavía ardían.

Kyralash abrió los ojos y se encontró a Nhail sonriente, jugueteando con Saeta, aquel halcón que siempre cuidaba de el, aquel halcón que no se despegaba de su lado desde que su mejor amigo murió en Ulduar.

  • Buenos dias Kyra. — esbozó una agradable sonrisa — No he encontrado gran cosa por aqui cerca más que algunas ardillas, come, te sentará bien después de todo lo que hemos pasado este último día … — hizo una leve pausa — tienes que volver a Uldum.

  • ¿Tienes? — Kyralash puso su cara de mal genio habitual — a que te refieres con ¿Tienes?

  • Saeta ya está lista para partir a Uldum, será sú última misión, esté halcón es milenario pero no inmortal Kyra, no lo olvides, se está haciendo vieja … y me acabo de dar cuenta esta mañana mientras buscaba el desayuno que esta embarazada, no quiero arriesgar más con ella, quiero que vuelva a Lunargenta cuanto antes y lleve una vida tranquila, ya sabes el amor que Hawk tenía por ella. — entonces Nhail miró hacía una de las montañas del Noreste devolviendole una sonrisa a su hermano

  • Que estás mir … Kyralash dirigió su mirada hacia arriba y vio a un Jinete, amparado por las sombras, de oscura armadura con tintes metálicos azulados y un hacha de filo rojizo descansando sobre su espalda

Esta, desenvainó rápidamente su espada pero Nhail la detuvo al instante.

  • ¡ Detente Kyra !, es mi hermano, tú no te has dado cuenta, pero ha estado cuidando de mi desde las sombras desde que llegué a Uldum por orden de mi hermano mayor Argent.

La elfa no daba crédito a lo que estaba escuchando.

  • Cuando acabemos con el último dios antiguo y volvamos a nuestro amado hogar, Bosque canción eterna, te contaré todo, tendremos todo el tiempo del mundo para ponernos al día, ahora el tiempo nos ahoga, bastante nos hemos desviado del camino, además, no creo que Halduron esté muy contento con nosotros, es hora de volver al campamento con los nuestros. Tu vuelve con Saeta, yo volveré con mi hermano, está todo planeado, no tienes nada de lo que preocuparte mi fiel amiga.

Kyralash se acercó a Nhail y le dió un fuerte abrazo, algo raro en ella, no era muy habitual que mostrase sus sentimientos tan abiertamente.

  • Siempre estás derramando tu sangre por los tuyos, por mi. — nhail le devolvió el emotivo abrazo — Idiota … idiota … — repetía una y otra vez

  • Nos volveremos a ver pronto, no te preocupes, se cuidarme de mi mismo, ya lo sabes. Nhail todavía le abrazó mas fuerte, acto seguido se dirijió a las montañas, su hermano estaba esperandole

  • Hey ! — este se dio media vuelta — No te mates tu solo. el elfo sonrió y siguió su camino

  • La gente nunca se da cuenta de la importancia de las cosas hasta que pierden algo que realmente quieren. Cuerpos cansados y sueños evaporados. Cuando todos los caminos están bloqueados … una pequeña luz brilla en la oscuridad. — dijo mientras su hermano puso rumbo a Uldum — Saeta, cuida bien de Kyra. — pensaba mientras veia al halcón desaparecer en el horizonte.


Continuará ...


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El alzado esbozó una sonrisa,mientras su hermano se acercaba…
¿Has decidido que te acompañe abiertamente? Sabes que no es necesario sino lo deseas,matizó con su característico tono metálico…
Si te gusta caminar solo,lo entenderé también, además no soy buen conversador…
Nhail miró al alzado con una sonrisa,antes de contestar…
Entonces seremos dos,estoy acostumbrado a seguir mi camino en solitario. Sin embargo,se que es el deseo de Argent que me acompañes por si me meto en algun lio…
Lios,aseveró el alzado,si…
Ambos hombres estallaron en una sonora carcajada.
¿Uldúm?,preguntó Shadow.
Si,esta lacónica afirmación fue la respuesta de Nhail.
Algún día, cuando esto acabe,y si lo deseas,me contarás todo lo relativo a esa armadura que llevas.
Nhail lo miró, y con un asentimiento de cabeza le contestó…
Algún día hermano,algún día…
Continuará

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La batalla continuaba en las ruinas de Orsis, al fin parecía que las tornas giraban a favor de los defensores de Uldum tras todos los sacrificios cometidos, el enano pensaba en el momento, en acabar con quienes amenazaban Azeroth, en acabar con todos y cada uno de ellos, la prístina armadura se tiño de una amalgama de colores morados y negruzcos proveniente de aquellos seres de pesadilla que eran pasto de su maza, uno tras otro aquellos seres caían ante el, recordandole a los seres de la Plaga contra los que combatió años otrora


Capilla de la última esperanza, Tierras de la Plaga del Este, año 31

1 mes ha pasado desde el infame asalto en Strattholme, su único superviviente aún reposa intentando superar el trauma de perder a todos sus camaradas, una cálida mañana de verano recibió el sobre que cambiaría para siempre su vida

  • "Hola cariño, ¿Como llevas la terapia?, te deseo de todo corazón que logres superar aquella tragédia, nos gustaría visitarte y pasar todo el tiempo del mundo contigo, pero nos dicen que no podemos ir aún, que es una zona muy peligrosa, estamos esperando que nos confirme tu repatriación a Forjaz.
    Ahora tengo que contarte una muy mala noticia, nuestra taberna se ha quemado no quiero preocuparte, si escribo esto es solo para informarte, pero hace 1 semana se prendió fuego la cocina y al final todo ardió, por suerte nosotros estamos perfectamente, pero nos han dicho que es siniestro total y el seguro solo nos cubre una parte de la reparación, y que los 9 millones y medio restantes tenemos que ponerlo nosotros, por desgracia no tenemos ese dinero así que hasta que no lo recuperemos viviremos en casa de la tía Kirla, esperamos volver a verte pronto, con cariño mama.

El enano se quedó en blanco cuando acabó de leer la carta, ya de por sí su salud mental estaba quebrada

  • Ja…ja…aajajaja… esto debe ser una broma ¿Verdad?, Todo esto es una pesadilla de la que me despertaré, ¿verdad?.

Morris su terapeuta, un humano de tez pálida y pelo cano, le vio por lo que intentó hacerle entrar en razón hablándole con voz suave y comprensiva

  • ¿Te pasa algo Rhod?, estabas haciéndolo bien hasta ahora, ¿has tenido noticias de tus padres?

  • ¿Que si he tenido noticias de mis padres?, ¡Lo han perdido TODO!.

  • Eso es una tragedia, ¿Pero ellos están bien verdad?
    El enano le tiró a la cara el sobre hecho una bola y se marchó a su dormitorio

  • ¿De verdad así es como la Luz me lo paga tras dedicarme completamente a ella?, ¿como voy a conseguir 9 millones y medio de oros?, es imposible que con lo que gano aquí logre tanto dinero.

Otro humano, de edad media y compresión más corpulenta abrió la puerta entrecerrada

  • He escuchado lo pasado, se un lugar donde puedes conseguir mucho dinero en poco tiempo aunque…es bastante turbio, de hecho yo vengo de allí, pero pagan muy bien.

  • Cuéntame más.

  • Puedo concertarte una entrevista con mi Contacto si lo necesitas, en los embarcaderos de Ventormenta por la noche, se hace llamar Hindenburg, lo reconocerás fácilmente ya que es un goblin, di que te ha enviado el “ojo tuerto” aunque claro, tendrás que dejar la orden si es que no te expulsan.

  • Gracias, ya no se si la Luz me esta castigando o simplemente disfruta haciéndome sufrir.

  • Descubre tu camino joven enano, ahora mismo estas perdido.

2 semanas más tarde, dársena de Ventormenta

La Dama Blanca no era más que un lucero borroso tras la gruesa capa de nubes que cubría el firmamento, la ciudad permanecía dormida tras una larga jornada de trabajo, apenas quedaban rastros de las masivas celebraciones festejadas tras la caída de Garrosh, Jefe de Guerra de la Horda y la firma del frágil armisticio que daría a Azeroth de una efímera paz, tras unas cajas cargadas con productos de diversas procedencias y contenidos se apoyaba un goblin vestido con una camisa de botones chapados en oro y pantalón con botones también de oro, tras el un enano esperaba sentado

  • Y bien, ¿Que te ha hecho venir a mi?, no me hagas perder el tiempo, soy un goblin con una agenda muy ocupada.

  • Vengo por parte de “ojo tuerto”, me dijo que ganaría bastante dinero.

  • Lo primero, pensaba que aquel humano estaba muerto, segundo, yo no te doy dinero, si no que tu me haces trabajillos y te llevas una parte de ese dinero, yo me llevo una comisión como agente, y cuando digo trabajillos digo trabajillos Guiñó 3 veces su ojo derecho.

  • Haré lo que sea menos matar.

  • No te preocupes, casi nunca se llega a ese extremo, bienvenido a mi asociación…¿Cuál es tu nombre?..bah no me interesa, mientras me hagas trabajillos me da igual, y por cierto vas a empezar ya.

  • ¿Ya?, pero si no se nada.

  • Ni falta, mira tengo un deudor que se ha retrasado en el pago de una deuda que tiene conmigo y necesito que le des una lección de parte del bueno de Hindeburg, el método te lo dejo elegir, por lo que se a estas horas estará en aquel tugurio bajo la estación de tranvía, lo reconocerás fácilmente al ser uno de esos huarguen con sombrero de copa y un bastón con pomo de oro macizo, quiero que le des una lección y me traigas el bastón y ahora largo.

El enano subía las escaleras del puerto mientras observaba el firmamento

  • No puedo caer más bajo, ¿pero que demonios pienso hacer?, sacaré lo necesario para recuperar la taberna y dejaré esto y trabajaré en ella, tendré que ocultar de donde procede el dinero o no lo aceptarán… soy escoria.

En el acceso al tranvía 2 guardias le pararon, por lo que pensó en como entrar

  • Lo siento ciudadano, pero el tranvía no abre hasta mañana.
  • Tengo que regresar a Forjaz hoy.
  • El tranvía no funciona, así que le toca esperar.
  • Pss, creo que el tranvía si sale ahora.
  • Ah claro, ese tranvía, pero tienes que pagar ya el pasaje, son 200 oros.
    El enano le dio al primer guardia las 200 monedas y pasó

Club de lucha de Bizmo

El “bar” bajo el tranvía totalmente ensamblado en acero contaba con una barra con multitud de bebidas alcohólicas de diferente graduación, mesas rodeadas de butacones para los mas selectos del club, ventiladores colgando del techo girando continuamente para ventilar el sofocante calor y un cuadrilátero donde la principal atracción del club se daba, la lucha ilegal.

El enano se sentó en una butaca de la barra, no si antes tener que luchar un poco para alcanzar el asiento y pedir a la draenei ligera de ropa una bebida de fuerte graduaje mientras observaba al público

  • !Y se acabo¡, el perro ha podido con el gnomo, ahora por favor esperen mientras se limpia la sangre del cuadrilátero, la siguiente ronda es Lord Gulliverd contra …¿Que han arrestado al contendiente?, Barra libre pues, el primero que entre luchará.

El enano corrió y entró en el cuadrilátero al ver al ostentoso worgen dentro y antes de comenzar le dio un gancho que lo derribó, haciendo tirar el bastón

  • Oye que no hemos comenzado aún, estas descalificado. El comentarista instó al enano que saliese

  • Hindeburg dice que tienes una deuda sin pagar.

  • Dile que se la pagaré cuando Sylvanas sea reina de Ventormenta.
    Cogió el bastón y golpeó en la cara al worgen con el pomo de oro, un golpe, y otro, otro más, con el cuarto la sangre salpicó el reluciente pomo, finalmente la seguridad le sometió y fue expulsado del tugurio

En los vacíos andenes, aún sujetando el bastón

  • Como he podido hacerlo…¿En que me he convertido?, iré al infierno por esto seguro.

Al día siguiente, en el lago de Ventormenta

  • Hoola, hiciste un trabajo espectacular anoche ¿sabes?, ya me ha pagado y con comisiones incluidas, dame el bastón por favor dejó caer el bastón ooh, aún tiene sangre y todo, estas hecho para esto, ahora hablemos de dineritos, toma este maletín, tiene unos 80000 oros, si aceptas la siguiente misión y la cumples te daré unos 120000 eso si, es mucho más peligrosa.

  • ¿80000 oros? Esa cantidad le sorprendió, jamás había visto tanto dinero junto acepto.

  • Perfecto, consiste en robar …

1 año y medio despues, Forjaz

La familia estaba delante de la recién reconstruida taberna, los padres con los ojos vendados y el justo delante

  • Tengo una gran noticia que daros, quitaros las vendas ambos se las quitaron.

  • ¿PERO QUE ES ESTO?, Drez…¿Como has podido permitirtelo?.

  • Hijo este es el mejor regalo que nos has hecho, pero no hacia falta.

  • Que siii, esta equipado con lo mejorcito del mercado, y ahora la casa es más amplia, pude pagar el minado de unas brazas de roca, me pagan bien en mi trabajo.

  • ¿En que trabajas?, nunca nos lo has dicho.

  • Bueno vamos a entrar, vamos a ver las novedades.
    Todos entraron para maravillarse con las novedades, muebles de fina talla y telas, cocina con lo último en tecnología tecnomágica, escobas arcanas, y una casa como tal inimaginable para los progenitores, lo que hizo sospechar al cabeza de familia

  • Hijo, tenemos que hablar, ve a la cocina conmigo ahora.

Lo siguió

  • Dime aquí y ahora en que estas metido, ¿cuanto te has gastado?. La mirada de mil batallas del padre hizo que el frío sudor le cayese de la cabeza

  • 11 millones y medio de oros.

  • ¿Que has hecho para ahorrar esa cantidad de oro en 1 año?.

  • He estado en los bajos fondos, haciendo trabajos para un goblin.

  • ¿Es eso cierto?.

  • Me temo que sí.

  • Acabas de traer la vergüenza a esta familia, quiero que te vayas y no vuelvas más.

  • Pero lo hice todo por vosotros.

  • ¿TE DIJIMOS QUE HICIESES ESTO?, ¿ACASO TE LO DIJIMOS?, PUDISTE HABER MUERTO, NOS HAS ESTADO PREOCUPANDO DÍA TRAS DÍA CUANDO ENVIÁBAMOS CORREOS O ÍBAMOS A VERTE EN VENTORMENTA Y NO DABAS SIGNO DE VIDA. Por favor vete, sigue haciendo tu vida y nosotros haremos la nuestra, no quiero preocupar más a tu madre, pero vete y no regreses nunca a Forjaz, por que como te vea te mato yo mismo.

  • Adios.

Salio corriendo de la taberna yendo hacia el tranvía perdiéndose entre el gentío

En el tranvía dirección Ventormenta el enano lloró como jamas lo hizo


2 años y medio después, Bajos fondos de Boralus

  • Este es el último trabajo que hago Hindenburg.
  • Claro, pero traeme ese corazón, tengo un cliente realmente interesado.
  • Entonces puede estar en Claro de la Luna o Cuna de Invierno, probaré yendo a Claro de la Luna.

El suelo se agrietó haciendo que las arenas cayesen como cascadas por ellas, el enano se precipitó por una grieta poco profunda


Tras la muerte de Mantovil, Forjaz

El enano evitó la Plaza a toda costa, se movió por las calles más transitadas cubierto por una capucha negra dirigiéndose hacia la Sala de los Exploradores, cuando un tirón seco le paró el ritmo, un enano de mirada profunda, barba cana y cicatriz diagonal en la cara le sujetó el hombro

  • ¿Que te dije de entrar en Forjaz Drethz?
  • Padre…solo voy a la Sala de los Exploradores, juro que mañana me iré.
  • Idiota, vente a casa, tu madre quiere verte.
  • ¿Como?.
  • Tengo mucho de que hablar, vamos a casa, por favor.

Taberna el martillo beodo
La taberna contaba con casi todas las mesas ocupadas por clientes mientras la cocina rugía de actividad, una camarera repartía hidromiel entre los comensales mientras una enana cocinaba dentro

  • He vuelto hoy pronto.
  • ¿No había cordero?
  • No se, encontré algo, sal por favor.
    La enana salió y corrió hacia Drethz abrazandolo en el momento
  • ¡Estas vivo!, creía que moriste.
  • No lo entiendo, ¿muerto?, ¿no me dijiste que no volviese?.
  • Vamos arriba, Noelia ocúpate tu por favor.
  • Pero no doy a basto.
  • El lunes lo tienes libre.
  • Podre con esto.

En la casa

  • Estoy totalmente perdido, ¿que pasa aquí?, ¿Quien es Noelia?.

  • Es la camarera, desde que reabrimos no para de venir gente.

  • Pero…pero…

  • Tu padre tiene que decirte algo.

  • Me porté como un verdadero idiota aquel día, no supe ver que todo lo que hiciste era por nosotros, en el fondo temía perderte en alguna pelea o algo, espero que sepas perdonar a este viejo idiota.
    También nos enteramos de que ayudaste a luchar contra ese brujo que destruyó Villadorada, eres un héroe en el barrio ¿lo sabías?

  • Soy yo el que tiene que disculparse papa, yo no dije nada y me metí en ese mundo tan turbio, yo os dejé sin decir nada, leía las cartas pero no me veía capacitado para responderlas, todo es culpa mía.

  • Estoy muy orgulloso de ti ¿sabes?, nos hicieron creer que moriste tras lo del brujo, eso nos dijeron los del IV:7, supongo que para encubrirte.
    Abrazó a su padre sin poder aguantar más sus lágrimas, pasaron minutos que se antojaron como segundos así

  • Bien, ¿Ahora que piensas hacer?

  • Tengo un local en Dalaran que abrí junto a una preciosa familia que ayude contra el brujo, y necesito antigüedades, por lo que me apunto a la Liga de los Exploradores.

  • Mirate, te has hecho a tí mismo, estoy muy orgulloso de ti, te dejamos una habitación para ti con lo que pudimos recuperar del incendio, pasa todo el tiempo que necesites con nosotros por favor.

  • Claro, ¿Como iba a negarme a ello?.


Un aqir iba a matar al enano cuando quedó empalado por una espada sagrada, muriendo en el instante, luego el enano se levantó, trepo la franja y se dispuso a continuar la lucha

  • Espero que llegue la carta pronto, lo siento papa pero he mentido otra vez, ya te contaré en casa toda esta aventura, con calma.
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  • Esto tiene que acabar de una vez. — Shadow notó un ligero cambio en la voz de su hermano y vio como las energías que desprendía su armadura cambiaban ligeramente de tonalidad, pudo sentir como la ira se apoderaba de su alma — Te deseo suerte hermano, volveremos a vernos pronto, muy pronto, por favor, vuelve con Argent, dile que estoy bien … no es necesario que sigas protegiéndome, me siento más tranquilo en solitario, ya sabes … gracias por el viaje, ha sido agradable y tranquilo. — Nhail acarició al corcel de su hermano y le miró a los ojos, aquellos gélidos y fríos ojos sin vida — Os perderéis una gran batalla, no obstante, estoy convencido que tienes tus propias batallas internas. Cuando todo esto termine te contaré todo lo relacionado con la armadura, ahora no hay tiempo.

  • Tienes un gran poder hermano y respuestas que encontrar, no hay peores demonios que los que tenemos en el interior. — …y cabalgando, se alejó rápidamente de aquel lugar

Tras la despedida, el caballero de la muerte miró atrás. Sabía que algo no iba bien…pero no podía saber qué. Tan solo eran suposiciones… sensaciones… nada estable.


Varias horas mas tarde de vuelta en el Oasis de Vir’sar


A lo largo de mis viajes, me han preguntado frecuentemente acerca de mi maestro. Mi respuesta es siempre la misma: “Todo lo que sé me lo han enseñado los muertos”.

La gente no entiende como es la vida de un asesino. Es una vida solitaria, sombría, dedicada al estudio y la experimentación. Cuando tus aptitudes físicas no son suficientes para defenderte en el mundo que te rodea, solo tienes dos opciones: morir o elegir la senda oscura.
Practicar artes que repugnan a cualquier otro ser viviente, a buscar la delgada línea entre la vida y la muerte, en definitiva a conseguir poder a cualquier precio. Todo ello hace que la gente te excluya y te tema. A si, esa es la parte que me gusta, el miedo, el temor a lo desconocido que hace que tu sola presencia altere la calma de aquellos que encuentras a tu paso.

Esa soledad, que todo el mundo intenta evitar, no representa un problema sino más bien una ventaja. El conocimiento solo se adquiere tras muchas lunas de estudio y reflexión, y para eso es necesaria la debida calma.

Al fin, tras largos años de preparación, sin maestro alguno, me siento satisfecho con las habilidades que he desarrollado.
Una cacería de demonios o de cualquier bicho repugnante siempre es una buena ocasión para desentumecer un poco los huesos.

Siguiendo el rastro de sangre y muerte llego hasta el campamento.
Soy recibido como un héroe, un salvador.
¿Tan desesperados están los habitantes de estos desiertos?
Sin duda deben estarlo ya que un grupo de vagäyermos no pueden hacer frente a la maldad que percibo ahí fuera … en las llanuras.

En otro tiempo quizás estos guerreros suplieron con coraje y habilidad la fuerza que les falta, pero sus filas han sido demasiado mermadas y allá donde vayan solo ven los cuerpos de sus compañeros caídos.
El miedo les ha vencido antes de que lo hagan los enemigos.
Ahora ni tan siquiera la luz les sirve de consuelo.

Algunos de ellos desesperadamente me piden que limpie el camino, su refugio … el avance de la maldad ha mantenido a esta gente aislada y sin posibilidad de ayuda alguna.

Es hora de adentrarse en la espesura, no quiero pasar más tiempo en este campamento y que el miedo y la desazón se apoderen de mí.

Salgo del campamento en busca de los míos, seguramente los Errantes a estas alturas estén combatiendo en mitad del desierto …
Me enfrento a mis enemigos. Oradores, trozos de carne, dominadores aqir, huéspedes, ignotos … criaturas indescriptibles se despliegan ante mí, expectantes y deseosos de probar el filo de mis hojas.

Parece mentira, pero hasta mi pulso parece alterado.
Afortunadamente la calma vuelve a mí en cuanto veo rodar la cabeza de uno de esos Oradores del sino K’thir arrancada de su cuerpo con un corte rápido y limpio. Son monstruos … pero mortales, y no saben aún lo que es enfrentarse a alguien con sed de venganza.

Una sonrisa se refleja en mi cara tras el yelmo mientras a mis adversarios no les queda otro remedio que refugiarse en las cuevas, oscuros y húmedos agujeros en el suelo, donde ellos se sienten seguros.
Mientras me adentro en dichas cuevas, las hordas de demonios se abalanzan sobre mí, intentando acabar con mi existencia, aquí su poder parece crecer, son más numerosos y combaten en terreno conocido, amparándose en la oscuridad, pero eso no altera mi calma, al contrario … me hace estar alerta y más peligroso que nunca.

Sus líderes van cayendo … todos caen. Ahora la sangre de estos cubre el suelo de las cavernas, por el momento el campamento puede estar seguro una noche más.

Al cruzar de nuevo las puertas del campamento no hay gritos de júbilo, al contrario de lo que cabía esperar, puedo leer el miedo en las caras de la gente.
Ahora ya han visto de lo que soy capaz y he conseguido respeto por ello. No, no es respeto, es mucho mejor, he conseguido infundir miedo. Nadie se acercará a mí esta noche, nadie perturbará mi sueño … que más se puede pedir.


Continuará …


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El ignoto duró poco bajo sus armas,un golpe de escarcha potenciada con varias runas y un asolar con un maquina de matar que lo partió al medio.Cayó a los pies de la caballero de la muerte que se limpió las oscuras salpicaduras de la cara con un gesto de desprecio.
Cuando buscaba su siguiente objetivo varios gritos llamaron su atención a la izquierda.Al mirar vio a varios taumaturgos de la alianza con las manos en las sienes aullando de dolor y miedo.
Buscó al responsable,eran los…y eran varios miembros del culto,cuatro para ser exactos,estaban provocando con hechizos un deficit de cordura y pesadillas a los pobres magos. Se preguntó como podía haber humanos que podían adorar a un dios antiguo que traería la destrucción de Azeroth.
Invocó a Eyechomp su fiel necrófago y con una orden lo hizo cargar contra uno de ellos,Chomp como lo solía llamar ella,saltó y empezó a morder y arañar al objetivo que su ama le había ordenado.Ka a la carrera le tiró una helada mental a otro y unas cadenas al siguiente.Lo que provocó que tres de los cuatro cesaran su hechizo de dominación.Los magos dejaron de gritar,parecían desorientados.
Cargó contra los cultores con un invierno sin remordimientos seguido de una explosión aullante.Sus espadas hendían el aire,cortaban hechizos,pero eran cuatro y sólo uno había caído.
Sintió la presencia de Shield a su lado.Miró de reojo solo un segundo,dos cultores más cayeron bajo las espadas de ambos.
Sin embargo no fueron suficientemente rápidos…el último tuvo tiempo para infligir un duro castigo sobre aquella alzada que tantos problemas les estaba provocando.
El dolor…punzante,oscuro,vacío…se apoderó de su mente,era como sentir mil dagas clavadas en su cabeza, en su cerebro en lo más profundo de su ser… Y los pensamientos claros se desvanecieron mientras sus espadas caían al suelo un segundo antes de que ella se llevase las manos a la cabeza y perdiese el conocimiento.

La vio venir radiante,bella,caminando como solo Ahzura sabía hacerlo,sin embargo su cara delataba un gesto de ira.
-Tú!!Deshonra de los draenei!!Tú…donde estabas tú mientras madre y padre morían en Shattrath? Ah si…la niña quería ser una guerrera.La niña se fue a Talaar…y escapó con los draeneis de allí,abandonando a su familia.
-Ahzura no es así…-dijo intentando explicarse.
-Los viste morir?No verdad? presa de convulsiones por esa viruela roja,vomitando sangre,ahogándose en ella.El profeta tuvo que separarme de sus cuerpos inertes,grité,pateleé,hubiera muerto con ellos,por ellos…
-Crees que yo no?
-Mírate!!Estás muerta!! No tienes alma,no tienes corazón…no puedes sentir ni una fracción del dolor que yo sentí,que yo siento…
-No se quien eres…pero desde luego no eres mi hermana.Y si lo eres y eso es lo que crees,no voy a molestarme en darte explicaciones-sentenció Kashiopea con tono gutural y gélido…
La imagen de Ahzura desapareció.Despertó de golpe en su casa de Exodar.En la cama en la que había dormido antes de partir a Uldum. Solo había sido una pesadilla,suspiró agradecida.Sintió una presencia a su lado.Se giró…
Niara…
Su pequeño cuerpo estaba helado,aún abrazada a ella.
-Niara no deberías tocarm…-no terminó la frase,la pequeña estaba muerta.
Entró en pánico,saltó de la cama,la arropó con las mantas,frotándola por encima para darle calor.
-Niara por favor…Niara despierta mi niña!!!
Un grito la sacó de el estado de pánico en el que había entrado.
-QUE HAS HECHO!!!
Pegó un bote por el susto mientras se giraba hacía el forjado.
-Shield…yo…no lo se…no se que ha pasado…estaba aquí,conmigo.
-LA HAS MATADO!!!-dijo apartándola de un empujón y cayendo de rodillas ante el cuerpo sin vida de su hija.
La caballero de la muerte chocó contra la pared por el empujón.
-Shield…yo…no se como ha ocurrido.Tuvo que venir ella a la cama,abrazarse a mi…nunca le haría daño,nunca os haría daño.
-VETE!! FUERA DE MI VISTA!!-gritó el forjado con rabia mientras un gesto de infinito dolor y dos lágrimas comenzaban a resbalar por sus mejillas- Niara…NIARA!!!
Ka sintió que se rompía de dolor. Como pudo salió de las estancias,tropezando con los muebles,agonizando de culpa cayó al suelo de rodillas en el largo pasillo.
Aun podía escuchar a Shield llamando a gritos a su hija,como si con ellos pudiera devolverla a la vida.
-NIARA!!!
De pronto unas pezuñas y los bajos de una toga se pararon ante su vista que estaba fijada en el suelo.
-Te dije que si les hacías daño te mataría yo misma-sentenció la archimaga Y´meera.
-Hazlo…mátame-dijo sin tan siquiera levantar la vista-total…ya estoy muerta.
Cerró los ojos con un último pensamiento antes de morir.Los amaba…y los había destruido.Merecía una segunda muerte.
-Y´meera detente-dijo Shield apareciendo al lado de la archimaga-soy yo quien debe matar a esta aberración.
Una lágrima empezó a resbalar por su cara,pero antes de llegar a la mejilla se había congelado.
-Toda tuya pues-contestó la draenei con desprecio.
-Levántate caballero de la muerte-dijo Shield desenvainando su espada.
Kashiopea no se movió ni un ápice,no quería ni mirarlo a los ojos,solo deseaba que su sentencia fuese rápida.
-LEVÁNTATE ASESINA!!!- gritó el forjado.
Siguió sin moverse,cerró los ojos y le dijo:
-Hazlo ya…
-KASHIOPEA LEVÁNTATE!! KASHIOPEA!!
Solo sintió la oscuridad

KASHIOPEA!!KA…
Sintió que la zarandeaban…abrió los ojos.
Shield…
Se levantó como pudo,lo miró aterrorizada.Y después miró a su alrededor.Los cultores yacían muertos a su lado.
-Ka estas bien?-preguntó el paladín con cara de preocupación.
Dio un paso atrás incapaz de articular palabra.
Él dio un paso hacia ella.
-NO ME TOQUES!!
-Ka?
-No me toques…no me toques…-dijo susurrando mientras seguía dando pasos hacia atrás-aléjate de mi…para siempre,solo traeré ruina a tu vida y a la de Niara…

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El enano bajó del dracoleón en las cristalizadas arenas de Silithus, acarició a la montura e hizo que volviese con su dueño y se dirigió al teletransportador de Cámara del Corazón, abajo una gran multitud de aventureros del amplio espectro de razas y clases que componían Azeroth se preparaban para sus siguientes misiones, algunos se preparaban para ir a Uldum, otros a sus hogares y alguno a otras zonas del continente, M.A.D.R.E estaba allí como siempre pero ni rastro de Magni

El enano aprovechó el gentío para colarse entre los pasillos y corredores restringidos, estos ya vacíos aunque se podía escuchar aún los ecos de la cámara principal

  • Bien debería buscar el registro para empezar a buscar, por suerte parece que aún no ha sido atacado el consejo por lo que he escuchado.

Entró a una estancia coronada por el registro titánico, comprobó que estaba solo y pulsó el disco, el cual se iluminó con esa luz artificial tan clara, que le devolvió una respuesta en forma de voz metálica, como la de M.A.D.R.E

  • Bienvenido al Registro de Cámara del Corazón versión 2.87b, ¿Que desea hacer?.

  • Consultar archivos personales, nombre clave Aiden

  • Necesita autorización de alto nivel para ello, por favor introduzca usuario.

  • Drethz Martillosalvaje.

  • Lo sentimos, no hay registro de dicho usuario.

  • ¿Que no hay registro?, llevo años registrado…espera claro, puede que esto fuese antes de que lo hiciese, maldición.

  • Bienvenido al Registro de Cámara del Corazón versión 2.87b, ¿Que desea hacer?.

  • Claro, tenia un fallo de seguridad bien grande, confundía voces, a ver si logro ocultar mi voz espectral, Consultar archivos personales, nombre clave Aiden.

  • Necesita autorización de alto nivel para ello, por favor introduzca usuario.

Se aclaró la garganta e intentó hablar de la forma más viva que pudo Magni Barbabronce.

  • Error, usuario no identificado intentando acceder a registros confidenciales, se procede a cuarentena.

  • ¿Cuarentena?. Salió corriendo impulsado por la marcha de la muerte hacia el pesado portón que bajaba inexorablemente logrando salir segundos antes de que se sellase la sala, rodó por el suelo y rápidamente se levantó

¿Cuando arreglaron la brecha?, maldición necesitaba esos datos.

  • Tenemos un intruso, vamos M.A.D.R.E, deben ser secuaces de N’Zoth.

El enano corrió hacia una sala cercana llena de suministros y se ocultó entre 2 cajas

  • Podría encargarme de Magni y de M.A.D.R.E probablemente, pero no de todo ese gentío, no habrán dado la alarma.

  • Se detecta presencia no autorizada en sala 14.C, sala de suministros.

  • Preparate M.A.D.R.E, tenemos un intruso.

  • No me creo que vaya a hacer esto, vamos piedra hogar La piedra hogar no emitía su característico brillo verde al usarse…¡No va!.

  • Claro que no va, estamos totalmente preparados para incursiones de indeseados como tu, sal con las manos en alto. Magni cortaba el paso de la sala con el constructo titanico tras el

  • No soy seguidor de N’Zoth, no soy una amenaza no te preocupes Magni.

  • Sal con las manos en alto.
    Obedeció y salió con paso lento, algo sorprendió a Magni

  • Tu…como es esto posible, tu cara me suena, ¿Eres gemelo de…a ver como se llamaba aquel enano… Drethz?

  • ¿Gemelo?..si claro, soy su gemelo Drothz, nuestros padres no fueron muy originales precisamente.

  • ¿Que hacías husmeando por estas salas?, son restringidas para los Protectores de Azeroth.

  • Como estaban abiertas me intrigó ese archivo, perdón si he causado molestias.

  • Debemos poner que el portón solo se abra cuando quieras entrar, apunta eso M.A.D.R.E.

  • Memoria registrada.

  • Bueno, ¿Que haces en la Cámara del Corazón aparte de husmear?,¿Buscas a tu gemelo?.

  • Erm…si, se fue sin decir nada y la familia esta preocupada.

  • Identificación biométrica completada, 99,5% de coincidencia con: Drethz Martillosalvaje.

  • ¿99,5%? imposible Magni se rascaba el mentón mientras observaba al enano levantado eso solo sería posible si fuese el mismo Drethz…¿Eres Drethz no muerto verdad?.

  • Suspiró Que esto quede entre estas paredes, si soy yo, en efecto morí hace años a manos de Sylvanas.

  • ¿Hace años muerto?, ¿Sylvanas?, si estuviste aquí vivo hace días, esto va más allá de mi compresión.

  • Contraanálisis biométrico realizado, 99,3% de coincidencia.

  • Entonces no es un fallo, muchacho tienes mucho de que hablarme por que de verdad, tu presencia aquí escapa a mi compresión.

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Shield preocupado por la reacción y los gritos de la alzada,hizo algo inesperado…
Dando tres pasos hacia adelante,agarró por los brazales a Ka. Un resplandor dorado envolvió a ambos. La alzada se estremeció con el contacto. Un calor recorrió su cuerpo yerto,levantó su mirada hacia Shield,y la imprecación que nacia de su boca murió en el acto. Atrapada por la dorada mirada del paladín, no pudo contestar.
Shield,con un tono muy sereno le dijo:
Es N’zot princesa,ataca nuestras mentes intentando llevarnos hacia la desesperación. Todas sus visiones nacen de su temor. El tono de voz del paladín se endureció, nos tiene miedo Ka…¡MíEDO!. Sabe que no puede vencernos en la batalla física,y trata de doblegar nuestra mente. Debes resistirte a sus visiones, sino le dejas entrar en tu mente,no puede. Y si entra,debes de combatirle.
Lo que hayas visto es mentira,una falacia para derrotarte,mi orgullosa princesa,debes oponerte a él.
-Pero yo,comenzó ka,maté a Niara,yo…
El paladín colocó su dedo sobre los fríos labios de Ka…
-Shhhhh,princesa,no es cierto, estás aqui,yo estoy contigo y juntos lo combatiremos.
-Pero…insistía ka,yo…el paladín abrazó a la alzada con fuerza…no Ka,juntos…
La gélida princesa sintió que sus barreras temblaban,nunca,desde su alzamiento,nadie le había demostrado esa confianza,un estremecimiento nació desde sus hombros, y una convulsión recorrió su cuerpo. Por primera vez,en años se derrumbó, apoyó su cabeza sobre el hombro del paladin, y unas lagrimas recorrieron sus mejillas…
Yo…
Shhh…dijo Shield, juntos Ka,juntos…
La imagen de ambos resultaba chocante, en medio de los cadáveres,la cacofonía de la batalla rompía el silencio…
Un rayo de sol impactó sobre las dos figuras,haciendo brillar con fuerza la dorada armadura del forjado,la negra armadura de Ka,también reverberó,mezclando sus brillos.
Un breve momento de paz,en medio del caos…
Continuará

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Aquella criatura rezumaba malicia por sus cuatro costados. Dentro de ese aspecto brutal y salvaje latía un corazón negro que se regodeaba en el sufrimiento ajeno, paladeando su miedo de forma instintiva y riendo en silencio sobre su pequeña y triste furia, tan inutil como las hormigas que intentaba morder su carne con pequeños dientes de acero.

An’erak lanzó un grave chillido que recorrió todo Orsis, agitando las arenas y haciendo desplomarse las ruinas más erosionadas y gastadas. Las hormigas corrian bajo sus gruesas patas, huyendo aterradas de lo que el destino les había impuesto; sin embargo, sus esfuerzos eran en vano. An’erak rió, y sus babas se mezclaron con la arena que aún se deslizaba por su caparazón, formando una cascada de barro que sepultó a los guerreros más cercanos a su boca.

Con lentidud premeditada, dando tiempo a las hormigas para entender su suerte, alzó una de sus patas delanteras todo lo que sus rígidas articulaciones le permitian. La cuchilla de hueso y quitina centelleó bajo el sol abrasador de Uldum, y entonces, como si fuera el mazo de un juez divino, descendió con trayectoria de barrido.

Un chillido colectivo se alzó junto a una polvareda y un spray de sangre que cubrió el campo de batalla. La cuchillada había sido imparable y devastadora, llevándose por delante cualquier cosa en su imparable trayectoria. Decenas de vagáyermos, soldados de la Horda y la Alianza y héroes por igual, fueron destrozados en apenas un instante, segados como el trigo ante una guadaña.

Algunos fueron completamente aplastados, reducidos a charcos de sangre en la arena; otros fueron cortados al medio, y ahora sus tripas volaban como serpentinas escarlata entre el polvo de Uldum. De un solo golpe, había desprovisto de vida a las 4 primeras filas del ejército defensor, convirtiendo su vanguardia en un tétrico cementerio en menos de un instante. Pero aquel solitario golpe hizo mucho más que causar bajas: el polvo se había llevado el valor de los supervivientes, que temblaban de miedo en la retaguardia. La moral se desplomó como un castillo de naipes contra el viento, y An’erak saboreó cada segundo de su desesperación.

Aiden no había dicho ni una sola palabra, al igual que Rhophy o Biroz, pero su gesto era único en todo el ejército. Era firme y gélido, desprovisto de la justa ira de sus compañeros o del rictus de miedo de los demás soldados. Su pálida mirada era grave, clavada no en la criatura, sino en el cementerio a sus pies.

Desde su persectiva, la vida era algo curioso, no tan diferente de la muerte como muchos pensaban. Las gentes equiparaban el alma, la fuerza vital que mantenía la vida dentro del cuerpo, con una cálida llama que combatía a la oscuridad. Tras la muerte, esa llama se apagaba y partía hacia el siguiente mundo, dejando atrás las inútiles cenizas de un cadaver.

Pero él era un no muerto, un guerrero maldito atrapado entre los dos estados, y podía ver más alla. En una hoguera no solo hay madera y fuego, sino también humo; más ese humo permanecía incluso cuando el fuego se apagaba, aunque fuera momentaneamente. El humo pertenecía a los dos mundos, y cuando una vida se extinguia dejaba su particular humo atrás. Era energía que no pasaba a las Tierras Sombrías, generada no por el alma sino por el propio acto de la muerte, chispas tan pequeñas que era facil ignorarlas.

Pero Silencio se alimentaba de ellas. Él se alimentaba de ellas. Aunque una muerte apenas aumentara su fuerza, cientos de ellas a la vez, tan brutales y repentinas… sintió hambre en su corazón, un ansia que había eclipsado incluso su sed de sufrimiento ajeno, pues por fin había comprendido a la Muerte misma. El tormento es pasajero, la Luz se extingue y las Sombras se dispersan. La Vida se consume, el Caos se apaga y el Tiempo se esfuma; más no la Muerte.

La Muerte es eterna.

—Deberíais ir con Félix y los demás. Necesitarán ayuda contra Igh’Nosh.

—¿Irnos? —respondió el pícaro, sin dar crédito a las palabras del no muerto—. Ya has visto lo que ese monstruo es capaz de hacer. Debería ser nuestra mayor prioridad ahora mismo, o nos quedaremos sin ejército.

—He dicho que deberíais, no que deberíamos —repitió Aiden con voz extrañamente tranquila, con un eco apenas perceptible—. Este enemigo es solo mio.

Para su sopresa, Aiden sintió la pesada y firme mano del paladín enano apoyada en su espalda.

—Se bien que eres bastante fuerte, Aiden, ¡pero ni siquiera tú tienes poder suficiente como para vencer a ese monstruo!

—Aún.

Tormento apareció a su lado en una nube de muerte y escarcha, y Mir no tardó en llegar para apoyarse en el hombro se su maestro. Incluso sus compañeros animales parecían haberse contagiado de la tranquilidad antinatural de su maestro, y permanecian estáticas y sin hacer un ruido, casi como frias estatuas de hielo en medio del desierto.

Aiden montó en su corcel sin envainar su guadaña. Sin apartar la mirada de la masacre frente a él.

—Tienes algo en mente, ¿verdad? —inquirió el Kultirano. Un leve asentimiento en silencio fue su respuesta, y tras ella, el caballero de la muerte inició la carga, galopando entre unas asustadas huestes que se dirigían hacia la otra dirección.

El hielo que cubria a Silencio había empezado a derretirse bajo el calor del desierto, y ahora gotas de agua caían de su filo. Había hambre en su corazón, pero un banquete se extendía ante él. Solo debía tomarlo.

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Mientras, en un frio futuro…

Aiden se levantó de un salto de su camastro en cuanto oyó el griterio. La luz rojiza de las llamas se reflejaba en los charcos de sangre que anegaban la oscura Orgrimmar, tiñendo la ciudad de rojo escarlata. Aquella luz maldita se colaba por cada ventana de cada edificio del Valle de la Fuerza, como si fuera un vocero del terror y el sufrimiento.

El caballero no tenía pista alguna sobre lo que estaba ocurriendo. Lo que sí sabía era que, fuera lo que fuera, no iba a quedarse de brazos cruzados mientras uno de los mayores bastiones de la civilización ardía en aquel oscuro amanecer. Se colgó su capa nívea de los hombros y salió a paso ligero de la habitación, no sin antes extender una mano para que la leal Silencio regresara con su dueño.

Salió al estrecho pasillo de la taberna, empuñando la guadaña tan bien como le permitían las estrechas paredes. Casi dió un respingo cuando se topó con un renegado empapado en sangre orca a mitad de la escalera, pero apenas necesitó un instante para recuperar la compostura.

—¡Por los Titanes, ¿qué ha…?!

El renegado no le dió siquiera tiempo a terminar su pregunta. Lanzando un espeluznante grito, más propio de un enloquecido fanático de N’zoth que de un miembro de la Horda, subió las escaleras a grandes saltos, empuñando una daga que chorreaba sangre y añublo a partes iguales.

El asesino se lanzó hacia su cuello, pero antes de que su daga llegase a cuello de Aiden una dura patada le alcanzó el abdomen, lanzando sus intestinos contra el tejado y al él contra la base de las escaleras.

Apenas bajó un paso cuando escuchó gritos en viscerático. Otros tres renegados aparecieron junto al primero, dos con ropa de asesino y otro, el que se encaró con Aiden, vestido con una túnica negra llena de patrones viles. Aquel brujo rezumaba poder, y sus venas muertas estaban henchidas de magia demoníaca que no tardó en utilizar contra el caballero de la Muerte. Alzó sus manos, pronunciando palabras oscuras y terribles que ennegrecieron el aire…

Silencio voló como una radial y arroyó al brujo como si fuera un muñeco, arrastrándole con el en su giro y clavándolo en la pared. Una de las runas de su filo parpadeó un par de veces y lanzó una gran explosión de hielo que convirtió a todos los renegados en estatuas de hielo.

Aiden terminó de bajar las escaleras y recuperó su arma, contemplando con mudo horror el caos que se había apoderado de la ciudad. La taberna apestaba a gasolina, y el cadaver de su dueño estaba tendido en boca arriba en una mesa, con los ojos colgado de los nervios y el vientre abierto en canal, mostrando entrañas solo comidas a medias.

Con paso ligero dejó el horrendo espectáculo a sus espaldas y salió a la calle, solo para confirmar lo que había temido. Todo Orgrimmar estaba en llamas y sumergida en el caos. Sus aterrados habitantes corrían de un lado para otro, buscando refugio en edificios solo para ser pasto de las llamas.

—¡Lok’Thar gren Sylvanas!

Aiden apenas tuvo tiempo para bloquear el hachazo que le vino por la espalda. Un orco que apestaba a quemado y tenía una fea herida en la cara se le había abalanzado sin previo aviso; pero por fortuna su adversario tuvo reflejos suficientes como para voltearse e interponer a Silencio entre ambos.

—¿Qué diablos estais haciendo? ¿Que tiene que ver Sylvanas en todo esto? —exigió saber Aiden, rugiendo las preguntas en orco.

—Estamos limpiando de traidores su trono para que ella regrese. ¡El Consejo le lame las botas a la Alianza mientras nos mata de hambre!

Ambas armas se separaron fugazmente para volver a chocar.

—¿Acaso estais locos? Fue precisamente la guerra de Sylvanas quien nos llevó a todos esta situacion. Lo último que le falta a Azeroth es que ella vuelva a dominar la Horda, ¡o incluso la destruya!

—¡Silencio, humano!

El rictus de ira del caballero de la Muerte se tornó en algo más burlón y siniestro.

—Como desees.

La guadaña golpeó por tercera vez el hacha, haciéndola trizas como el cristal. Osciló en el aire anunciando la muerte y la cabeza del orco rodó por el suelo varios metros. Su cuerpo, en cambio, tardó un par de segundos en darse cuenta de que había muerto. Intentó caminar hacia el caballero de la Muerte, que simplemente se hizo a un lado y lo dejó caer al suelo.

Aiden apretó los puños con fuerza. Por supuesto, esto tenía que ser obra de Sylvanas y sus seguidores. Había sido un necio pensando que habría tiempo para descansar. Mientras esa gente siguiera existiendo, el planeta correría grave peligro.

Una pisada sonó tras él. Apretó los dientes y lanzó a Silencio de nuevo, que trazó una parábola de aniquilación, solo que esta vez se detuvo en el aire, a escasos centímetros del cuello de una asustada orca con un brazo herido.

Había más tras ella, gente inocente de todas las razas y condiciones que se había agrupado con afan de supervivencia. La neblina de sus ojos se relajó y apartó la guadaña de la orca, que estaba al borde del desmayo.

—Eh, humano. ¿Creés que puedes ayudarnos? —le imploró un goblin cubierto de hollín que salió de entre las pezuñas de un gran herrero tauren—. Hay un teletransportador en un almacen junto a la casa de subastas. No está muy lejos, pero el camino está lleno de esta gente —le dió un par de patadas suaves a la cabeza cercenada—. ¿Podrías escoltarnos?

—Manteneos agrupados y seguidme. Si alguien se desvia o se separa del grupo dejará de ser de mi incumbencia, no tengo tiempo para buscaros uno a uno como ovejas perdidas.

—Muchas gracias, colega. Supongo que querrás un pago por…

—Olvídalo, goblin. Tú solo guíame hasta este teletransportador.

El goblin asintió, dejando una estela de cenizas en el aire.

—Por supuesto, señor caballero. Llámame Gurzip.

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  • Este hombre me va a volver loco, ¿de verdad piensa enfrentarse a esa cosa solo?, bueno vayamos a ayudar a Felix.

Un fuerte tirón en su espalda a manos del enano le detuvo Debo pedirte un favor, siguelo.

  • Es capaz de derrotarlo, seremos de más utilidad contra Igh’Nosh.
  • Se que es muy fuerte y es capaz de defenderse por sí mismo, pero hasta los más grandes pueden caer, lo se porque ya vi como quedó al borde de la muerte así que te encargo una nueva misión.
  • Si actúo seré más un estorbo que otra cosa, hay gente que se desenvuelve mucho mejor en solitario que acompañado, y es claramente su caso.
  • Si todo va bien no deberías actuar, solo seguirlo en sigilo y actuar en el caso en el que realmente este en problemas, simplemente piénsalo así, si el cae perderemos una de nuestras mejores armas contra el pulpo.
  • Suspiró así será pero no prometo nada pero que así sea, ya me invitaras a un buen trago recuerdalo.
  • Claro claro, vamos vete ya, yo iré con el grueso, intenta no morir en el camino.
  • Cuídate tu también, nos veremos pronto. El enano partió hacia Igh’Nosh mientras el kultirano siguió la estela de huellas dejadas por el destrero

Oculto por un manto de sombras el kultirano caminaba a la retaguardia del humano levantado controlando con sus binoculares que aquel cuervo no se percatase de su presencia, o estaba manteniendo la distancia o simplemente fue detectado y pasaba de su presencia, tomaba apuntes de esa guadaña tan peculiar cuando se detenía, ya investigaría el significado de esas runas y su forjador con más calma

El humano se perdía en el horizonte desde la distancia que tomó el kultirano, no así los surcos dejados, se percató de la presencia de algo tras la desmoronada columna de lo que antaño fue un edificio por lo que rodeó la colapsada estructura para dar en efecto con un K’thir que no se percató de su presencia

Sujetó al K’thir y lo empujó a la pared que aún era digna de llamarse como tal y le empujó con la rodilla con fuerza

  • Vaya vaya, así que tenemos a un mirón por aquí, vamos dime que estas haciendo aquí de inmediato.

  • Ak’agthshi ma uhnish, ak’uq shg’cul vwahuhn! H’iwn iggksh Phquathi gag OOU KAAXTH SHUUL!

  • Hizo más fuerza con la rodilla, sonando un seco crujido Me hablas en común, ¿Que estabas haciendo?.

  • I wgah far’al zuq ni shn!

  • Le empujó con fuerza la cabeza contra la pared, tiñiendo esta de negro Me hablas en común o me encargaré de que ni lo que te parió te pueda reconocer.

  • No tenghs miedth de morihdhs.

  • Siempre lo mismo, una y otra y otra y otra vez con lo mismo, que hartazgo de valentía, al final acaban hablando siempre…mira vas a hablar de inmediato. Le cortó todos los dedos de su mano izquierda y se la enterró en la arena

  • ¡GHGGHIIIHUGUHUUGJJH!

  • Que hables ya o sigo con los otros 15 restantes.

  • Estas duhtemnte, unethe a nosotrhs.

  • Arrojó con fuerza al K’thir y le arrancó uno de sus tentáculos mientras aplastaba con su pesado pie su vientre, luego tiró con desprecio la extremidad amputada

  • ¡GHHHHHHHHHHHHHUSU!, hablarh, eshtaihs siendo vighlados phr noshotros, el maehstro tiene ehspecial ineres en eshe no muerto, el que dirighe todo, el ehnano que te acomphaña y la draenei muerhta.

  • Así que esa son las presencias que notaba, sabia que estábamos siendo observados, ¿Por que tiene interés en esos que me dijistes y quien es la “draenei muerta” que decías?.

  • kss kss kss, esho solo lo syavhe el maeshtro N’Zoth, la drahenei no muehrta acompañasda del dreahrnei de lhuszz.

  • ¿Draenei de luz?, será un forjado, bueno hora de seguir aunque este es el final de tu camino, púdrete en estas arenas.

GYUUUUUUU Proptffff El sonido de la cabeza siendo aplastada por el pie izquierdo del pesado kultirano salpicó la ruina, las arenas y al propio pícaro de los fluidos del K’thir.

  • He perdido demasiado tiempo con este, iré limpiando los alrededores de Aiden de esta escoria mientras el lucha contra esa cosa.

El pícaro se ocultó en las sombras de nuevo y comenzó su peinado por el perímetro colindante a la batalla entre Aiden y su contrincante, sospechó de aquel obelisco colapsado, por lo que se dirigió a este, no sin antes comprobar que no perdió al humano con sus binoculares

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Ambos habían estado escuchando en silencio el… alocado plan del sin’dorei herido. La paladín, aunque no veía otra salida a la situación llegó a pensar por un momento que el golpe en la cabeza le había afectado más de lo que había supuesto en un principio.

– ¿Cómo lo ves tú?- preguntó al sacerdote una vez salieron de la tienda.

Arnath frunció en entrecejo ligeramente antes de contestar, como si meditara la respuesta.

– Un plan de lo más descabellado, pero… no es el primero que oigo- suspiró- tampoco es que tengamos muchas opciones, y acudir a la absurda rivalidad de las facciones me parece lo mejor del plan. El ataque al ejército ignoto ya…

Dejó en el aire la frase…

– Es mejor que quedarse aquí esperando- terminó la paladín por él.

– Exacto- Arnath sonrió ligeramente.

Los dos pasaron un rato breve en la taberna, recargando algo de energía con algo de comida. Se habían pasado días atendiendo a los heridos en la tienda y apenas habían tenido algo de tiempo libre. Acabaron deprisa, se despidieron y se dirigieron a descansar a sus respectivos aposentos en la taberna.


Horas más tarde, de madrugada

Vahlkir se despertó con las primeras luces de la mañana. Acostumbrada a dormir poco, se sentía plenamente descansada y lista para la acción. Se enfundó su armadura, a la que había estado ajustando la noche anterior y bajó a la atestada taberna y pidió un café.

– ¡Esta vez seré yo el que gane, ya lo verás!- la voz de un enano cerca de ella la distrajo.

– ¡Ja!- respondió un elfo de sangre a su lado- ¡prepárate para otra derrota, canijo!

La paladín sonrió mientras tomaba su bebida, aquellos no eran otros que Gidwin Trenzadorada y Tarenar Golpe Solar. Unos simpáticos amigos que conoció en las Tierras de la Peste del Este hace años. Siempre estaban compitiendo entre ellos.

– Esos dos son incombustibles ¿eh?- Arnath apareció a su lado, casi asustándola.

– Desde luego- corroboró ella.

No pasaron mucho tiempo ahí, fueron a ayudar en la preparación de los barcos y que no tardaron en partir hacia la batalla.

Varias horas más tarde, en plena batalla

La paladín y el sacerdote se encontraban cerca de una de las columnas que daban poder al gran mastodonte que había aparecido en la batalla. Las cosas pintaban muy feas con semejante enemigo al frente, y para colmo habían sufrido muchas bajas.

– ¡39, 40, 41! – la voz de Gidwin sonaba por encima del alboroto- ¿Cómo vas elfo?

– ¡Dejad de competir y seguid conteniéndolos, par de críos!- gritó el sacerdote ya con mala uva.

El enano refunfuñó algo y siguió dando cuenta de cualquier enemigo que se acercara. Tanto él como su compañero-rival Tarenar y Valhkir protegían al sacerdote de los ataques mientras este se concentraba para romper la gran columna que tenían delante, protegida por un sinfín de sellos y magias.

Valhkir suspiró con cierto hastío mientras partía en dos a una de aquellas débiles criaturas-pulpo que había intentado lanzar un hechizo a su compañero. La pareja de amigos se había unido a ellos a medio camino hacia allí, y aunque su ayuda estaba resultando muy útil, a veces era como tener al cargo a dos niños pequeños.

Una advertencia del sacerdote, les indicó que era el momento de alzar sus defensas, y apenas un segundo después, un potente haz de luz salido del cielo se estrelló contra el pilar, reduciéndolo casi al instante a cenizas. La explosión, barrió a todo enemigo en metros a la redonda, y estuvo a punto de lanzar al grupo por los aires incluso con los escudos de luz que habían invocado. El gruñido del titán ignoto no se hizo esperar, el último de los pilares había caído. Ahora quizá tuvieran una oportunidad de ganar.


Lo dejo a medias, que es demasiado tarde xD ojalá la inspiración me viniera por la mañana…

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Ka no se esperaba la reacción de Shield… Nunca se rendía? Paladín terco y testarudo… Estaban en medio de una batalla!!!
Gritos de muerte los sacaron de la pequeña burbuja que el paladín había creado para ambos.
Una mole inmensa, un Qiraj como nunca había visto en Rasganorte había pasado como una guadaña entre las filas de la Alianza y la horda, diezmando vidas como si hubiera exhalado un simple suspiro. Los Qiraj e ignotos cercanos parecieron contagiarse de la misma ansia asesina que sus generales. Los oyó gritar, el chillido de aquellos monstruosos insectos se le metió hasta el fondo de la mente. Y cómo una hueste bien entrenada empezaron a avanzar hacia ellos.
Ka se separó de Shield con un gesto abrupto.
-No es momento para esto, pero si… Juntos.
Se giraron al mismo tiempo, Ka cargo contra un Qiraj, Shield contra un ignoto.
Estaba desconcertada, un poco aturdida aún por la pesadilla y la reacción de Shield y por segunda vez no fue lo suficientemente rápida.
El Qiraj cerró las mandíbulas sobre su hombro. Y aunque usó un paso espectral para zafarse la herida había sido profunda. Se echó la mano al hombro y congeló la zona donde el Qiraj la había herido.
Cargo de nuevo hacia él, notando que le costaba levantar el arma con el brazo izquierdo. Apretó los dientes. Cuando el Qiraj se acercó de vuelta solo puso esquivar sus embates. La hacía retroceder y su brazo seguía sin poder alzarse lo suficiente para hacer algo más que defenderse a duras penas.
Miró de reojo a Shiedstar. El paladín tampoco lo tenía fácil con el ignoto. No podía pedirle una cura. Pero si alguien no la curaba pronto moriría una segunda vez por culpa de sus sentimientos.
Una vez más el temible insecto cargó de nuevo hacia ella. Paró el ataque con una mano. Como pudo giró la muñeca y consiguió cortarle una pata. El qiraj soltó un chillido y retrocedió unos pasos, pero no tardaría mucho en descargar la rabia asesina del dolor que le había causado sobre ella.
Ka tragó saliva. No sabía cómo iba a salir de esta pero había ganado unos segundos y un enemigo aún más cabreado.

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¿Tenemos fallos técnicos?

Sip, odio escribir desde el movil

Con renovadas fuerzas, los tres paladines y el sacerdote cargaron al frente junto con los demás combatientes, que al ver al enemigo perder poder, les ayudó a arremeter con más fuerza. Aún quedaban muchos enemigos de aquel ejército que parecía infinito, pero rendirse no era una opción, si perdían ahí, se acabaría todo.

Un potente golpe del escudo de la paladín rompió las costillas a un k’thir que había tenido la mala suerte de encontrarse con ella. La criatura aun así siguió intentando susurrar oscuros hechizos entre respiraciones agónicas. Una pesada bota de la paladín sobre su cabeza, terminó con su sufrimiento haciendo un crujido desagradable. No tardó en ser sustituido por un aqir de tamaño medio, que se abalanzaba sobre Valhkir mostrando una desagradable boca circular provista de infinidad de dientes. La humana se dispuso para el golpe, pero una potente sentencia tumbó al bicho antes de que llegara.

– ¡Ese me lo cuento yo!- dijo Tarenar pasando a su lado como una flecha.

La mujer puso los ojos en blanco y decidió que era hora de separarse un poco de aquella pareja, se abrió paso hasta donde estaba Arnath, que combatía junto a un grupo de aventureros a unos k’thir que trataban de dominar sus mentes. La paladín notó la presión a medida que se iba acercando, era evidente que estaban haciendo una competencia contra el sacerdote, que se esforzaba en mantener la calma, y la concentración necesarias para que aquellos cánticos no afectaran ni a los aventureros -que habían conseguido abrir alguna brecha- ni a él mismo. Los k’thir y demás brujos estaban protegidos por una hueste de aqir de diversos tipos que no daban tregua.

La humana convocó a su destrero y cargó contra la fila de enemigos consiguiendo derribar a unos cuantos y abriendo una nueva brecha entre ellos. Los aventureros rezagados aprovecharon para colarse en ella y entonces comenzaron a combatir ferozmente. Algunos de ellos se quedaron cerca del sacerdote para protegerle e incluso un nuevo sacerdote se unió a su contrahechizo, reforzándolo aún más. Los dominamentes atacantes empezaban a perder y algunos perdieron por completo la concentración, interrumpiendo su hechizo y dando mayor fuerza a los atacantes. El miedo y la desesperación comenzó a hacerse presa de ellos y algunos trataron de huir, encontrándose entonces con que ya estaban rodeados. Opusieron resistencia, pero no les sirvió de nada. Habían conseguido llegar muchos aventureros, y ni ellos ni la paladina iban a perder el tiempo en siquiera darles la oportunidad de rendirse.

Una vez dieron cuenta de ellos, Valhkir se dirigió hacia Arnath. El sin’dorei estaba hablando con el otro sacerdote, un elfo del vacío.

– Pensaba que los tuyos no podían usar la luz sin…- trató de buscar las palabras- explotar o algo así.

– No todo son luces o sombras, compañero- respondió el otro encogiendo los hombros.

– ¿Estáis bien los dos?

Ambos se giraron hacia la paladín.

– Todo bien Valhkir, la ayuda de estos aventureros ha sido indispensable.

– Los vamos a necesitar también para derribar a alguno de esos gigantes de obsidiana- señaló la humana- están mermando las tropas ¿Podemos contar con vuestra ayuda?- preguntó a quieres le rodeaban.

La respuesta, incluso en varios idiomas fue unánime. Hasta se unieron unos pequeños vulpera y unos de aquellos mecagnomos que prácticamente era la primera vez que ponían un pie fuera de sus hogares.

– Tú ayuda nos vendría estupendamente también ren’dorei- dijo el sacerdote- ¿Vienes?

– Por supuesto y por cierto, podéis llamarme Janos.


Poquito a poquito… continuará

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Razas de todas clases y alturas salian por el gran porton, encapuchas, en relativo orden y en silencio. Por el color de sus manos y sus diferentes tamaños se podia adivinar de que pueblo provenian.

El singular duo se refugiaba tras unas colunmas esperando una oportunidad para colarse en la gran sala de ceremonias y pasar inavertidas. Obsevaron como varios acolitos usaban un peculiar gesto con los puños a forma de saludo o despedida mientras se dividian por diferentes caminos enmarcados por toscos arcos.

Ambas ensayaron entre ellas el mismo movimiento, levantando el puño al altura del pecho y enseñando el anillo con el sello de N`zoth.

Tras la salida de los ultimos caolitos, rodearon la colunma y entraron sigilosamente en la estancia, cerrando tras de si el gran porton. La sala de ceremonias tenia tres alturas. La mas baja y amplia rodeada de pilares accesible por escaleras del segundo nivel, coronada con un gran altar. En la que se encontreaban ellas, un vestibulo de largos pasillos que rodeban la parte baja, que daba acceso al nivel bajo y el mas alto, que se dividia en diferentes palcos reservados, posiblemente, para los miembros mas destacados de la secta.

Belter comtemplaba el lugar mientras caminaban calma hacia el altar. La sala, que estaba bien iluminada por antorchas, estaba decorada con largas cortinas y diversas rocas talladas con ojos y lo que parecian ser textos. Habian construido un templo a N’zoth bajo Ramkahen.

La gnoma sin embargo, no habia perdido tiempo. Estaba en el altar ojeando el libro que estaba colocado en el atril. Su apariencia llamo la atencion, sus paginas aun estaban blancas y su escritura era comun, indudablemente era muy nuevo.

Tras ojearlo un poco, lo tiro al suelo con desgana mientras refunfuñaba. Belter sonreia, el eco del templo hacia que pudiera oir el enfado de la gnoma.

Un fuerte ruido retumbo por toda la sala, un orco y un humano habian entrado, susurraban mientras inspeccionaban el lugar. A la gnoma y a la elfa casi no les dio tiempo a reaccionar, se separaron para esconderse, Morda bajo el altar y Belter tras una de las cortinas.

– Bien… estamos solos. Estas seguro de que esta aqui?

– Borak lo ha confirmado.-- Dijo el orco.

–Esto es un grave error de seguridad, busca a los encargados de la vigilancia y castigalos con seis latigazos, delante de todos. –Esputo el humano con sobervia.

–Entiendo la gravedad, pero creo que no deberiamos perder tiempo ahora y mandar un mensaje, pedir refuerzos…

–Es solo ella y una elfa, aqui tenemos a cientos de voluntarios que poder utilizar, no quiero molestar al maestro Tasser con esto. Da la voz de alarma! que las busquen! Yo mismo me encargare de interrogarla, tu debes continuar con el plan de rebelion en Ramkahen, nuestros infiltrados nos informan de cada paso que da el general, vamos por un paso por delante…

Belter no perdia hilo de lo que hablaban, aunque ahora lo tendrian dificil para escapar, tenian informacion y un par de nombres. De repente, Borak iinterrumpio las ordenes del humano.

– El libro profano!! en el suelo?

Ambos se encaminaron hacia el altar, con cierta preocupacion y sospechas. La elfa no podia permitir que se acercaran, descubririan a Mordacae. Fue solo un instante, pero entro en panico, por su mente vio los diferentes desenlaces que le podia pasar a la gnoma si la encontraban, lo que le hizo a hacer una locura.
Salio tras las cortinas y grito:

–VIDA ETERNA A N´ZOTH!!!

Humano y orco se giraron sobresaltados. Miraban extrañados mientras Belter hacia torpemente el gesto con el puño. La gnoma aprovecho la conyuntura para salir y colocarse detras de otro cortinaje, no sin antes lanzarle una mirada a la elfa.

–Que quieres?! – dijo el orco.

Belter se quedo en silencio, intentando improvisar una respuesta, pero vio a la gnoma asomarse tras la cortina, coger una antorcha y prenderle fuego. Despues la lanzo al libro y se escabullo por detras hacia la salida. Belter se quito la capucha y miro fijamente a los dos acolitos.

–FUEGO!!!-- Chillo mientras señalaba a las llamas que empezaban a avivarse.

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El reducido batallón dirigido por la paladín y el sacerdote, avanzó hacia uno de los colosos de obsidiana abriéndose paso a base de espadazos, fuego, hielo y toda clase de armas y magias ofensivas que manejaba el variado grupo. Era tal el caos que les rodeaba que el que estaban generando pasaba prácticamente desapercibido. En su camino, se toparon de nuevo con unos cultores que empezaron a lanzar conjuros de demencia sobre ellos, dominando a algunos y haciendo que se volvieran contra sus aliados. Los dos sacerdotes –Arnath y Janos- reaccionaron rápido y consiguieron parar el hechizo antes de que hicieran demasiado daño, pero necesitaban que los se ocuparan de ellos. Aquella vez eran muchos menos y estaban menos protegidos, pero a la paladín le resultaban cada vez más irritantes.

“Malditos sean todos ellos” pensó para sus adentros mientras trataba de abrirse paso. Entonces sintió como algo pasaba literalmente sobre su cabeza ¡Un no-muerto estaba caminando sobre la gente para llegar hasta los cultores!

– ¿Pero qué…?

En no-muerto llegó al centro y con un hechizo rápido espantó a los cultores haciendo que algunos incluso salieran huyendo presa de ataques imaginarios… también huyeron varios aliados. La táctica tan loca y arriesgada surtió efecto: el hechizo de control de masas se disipó, liberando presión sobre los sacerdotes y las tropas cercanas. Valhkir aprovechó el momento y se abrió paso hasta los taumaturgos mientras el no-muerto los despachaba también con energías del vacío. En medio de la confusión uno de los humanos al que le había el hechizo de miedo –un guerrero rapado- se dirigió al no-muerto con enfado.

– ¿Estás loco? ¿Qué clase de táctica es esa? ¡Podrías habernos matado!

– ¡Pa loca tú, calva!- respondió éste con un ademán de la mano.

– ¿Ethan…?- La paladín dirigió la vista hacia él y lo reconoció. Claro ¿Quién si no? Aunque era extraño verle fuera de la Capilla de la Luz.

El humano resopló y partió en dos a un aqir que se le había abalanzado, pero no dijo nada. El resto de combatientes no tardaron en dar cuenta de los cultores que quedaban y cuando terminaron continuaron con el avance. El coloso se había acercado a ellos en el breve rato que habían estado combatiendo, ya fuera de manera intencionada, o porque la presión que ejercía en los aliados los obligaba a retroceder, algunos incluso se toparon con ellos y se unieron al batallón, que parecía el mejor formado en medio de aquel caos.

– Cuando lleguemos quiero que lo rodeéis, y ataqueéis sus patas, pero que nadie esté detrás o justo en frente de él- iba instruyendo Valhkyr mientras avanzaban- vosotros- señaló a los mecagnomos- ¿Tenéis algo con que atarle las patas y conseguir que caiga?

– ¡Tenemos hasta explosivos que lo volarían por los aires!- exclamó uno.

– Si, y a nosotros de paso- añadió un vulpera.

– ¡La probabilidad de eso no sobrepasa ni el 10%! ¡Es una probabilidad aceptable!

– ¡Completamente aceptable!- corroboró otro mecagnomo- Sin embargo la probabilidad de morir es superior al 70%.

– Dejaos de probabilidades y haced que caiga.

– ¡Orden aceptada!- exclamaron al unísono.

El batallón llegó hasta su objetivo y comenzó a rodearle con rapidez. La paladín se concentró en atraer la atención del coloso como pudo, y el guerrero humano se unió a ella. La criatura, no tardó en ir directa a por ellos, tratando incluso de arrollarlos. Los embates eran brutales, pero consiguieron distraerla lo suficiente para que el batallón la rodeara y los mecagnomos lanzaran unas cuerdas que se clavaron a sus pies con fuerza, la criatura bramó y alzó sus patas, encontrándose con que las fuertes cuerdas que le habían lanzado, estaban bien afianzadas. Los mecagnomos las habían sujetado a unas columnas cercanas. Justo cuando iba a tirar con más fuerza, un potente golpe del escudo de la paladín en uno de sus ojos. Un instante después se encontró con que sus patas traseras también estaban bloqueadas.

– ¡¡Ahora a tirar!

Los cuatro grupos se coordinaron para hacer perder el equilibrio a la criatura, mientras el guerrero y la paladín atacaban su frente, y varios taumaturgos lanzaban sus hechizos dañinos hacia ella. Con un enorme estruendo y un grito atronador el coloso de obsidiana cayó al suelo produciendo una enorme humareda en las arenas. Con el gigante tendido en el suelo y vulnerable, el batallón no tuvo piedad alguna golpe tras golpe, y hechizo tras hechizo no tardaron en reducirlo a un montón de escombros.

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