- Pero que cojo…
Se gira aún con el cuchillo clavado y, por la rapidez al hacerlo, el cuchillo queda en manos del arco goteando.
Lleno de ira se acerca hasta la cara del orco, sus ojos desprenden una luz tenue brillante casi asesina y le quita el cuchillo.
- Gracias por intentar quitármelo, creeme quítate de mi vista.
El orco se larga a pasos acelerado dejando libre el camino del comandante. Justo enfrente una mesa con 2 enanos y un nelfo ríen mientras juegan con dagas y una diana. Estaba claro el causante, se acercó a ellos
- Buenas, mi turno si no os importa.
Justo cuando se giraban lanzó el cuchillo a la garganta del nelfo, dio de lleno. Los enanos se levantaron dando un salto intentando alcanzar sus armas. Sin embargo no fueron rápidos, agarrando la cabeza de uno lo estampó en la mesa de madera junto encima de su jarra, la mesa se partió y el enano cayó sangrando.
Su camarada ya estaba de pie, pero, no era rápido. Asestó un golpe con una maza donde había estado el elfo, este giro y lanzó mantillo de justicia al enano aunque no surgió efecto. Había endurecido su piel como una roca
- Error, maldito ca***** clava cuchillos
Invoco al vacío y unos tentáculos salieron de su mano morada inmovilizado al enano, lentamente desenvainó su arma y se colocó al lado de su compañero. Había recuperado la consciencia y, aún sangrando le la cara, buscaba unirse a la batalla. Pero fue tarde, el hacha (ignorando que sale una espada como transmogs por Lore es una hacha) cercenó la cabeza del enano.
- Tu eres el siguiente, solo hay que esperar.
El resto de taberneros habían visto la carnicería, alianzas intentaron ayudar a sus camaradas pero varios orcos se enfrentaron a ellos. Un worguen frenaba a un humano intentando darle a entender lo que había pasado, el humano lo tomo como traidor y le atacó. Unos goblins pelearon contra sus compatriotas ya que habían sido contratados por ambos bandos. Un pandaren miraba todo con ojos tristes mientras bebía un appletini.
La taberna era un caos y, aprovechando la reyerta el comandante se acercó al enano que ya perdía la dureza.
- La próxima vez, acierta en un punto mortal.
Cogió el cuchillo de la garganta del nelfo y, muy muy lentamente, se lo incrustó en el cráneo
- ¡Vamos! Si queréis matarme venid de frente!!!