Tras dar una calada a su pipa, deja salir lentamente el humo, apuntándolo hacia la chimenea. Dando un pequeño saltito, baja de los muslos de Felix y se acerca al humano con aire de curiosidad, palpando su brillante armadura.
En mis tiempos…
Antes de continuar la frase, Evis saca un destornillador, y comienza a apretar uno de los tornillos flojos entre las placas del paladín.
Todos los soldados usaban mallas, las placas y los refuerzos de armadura vinieron después, os tienen muy mal acostumbrados a los jóvenes.
El anciano gnomo seca el sudor de su frente, tras el esfuerzo de apretar el tornillo, y deja el destornillador sobre la mesita junto al té.
Creo que es de sentido común buscar la paz entre todas las razas, incluso entre ambas facciones. Orcos apuntándome con sus hachas si decido dar un paseo por los yermos de Durotar, elfos tensando los arcos contra jóvenes, mandados a la guerra contra su voluntad. Estamos en una guerra sin sentido, donde nadie quiere luchar pero debe hacerlo.
El gnomo se recuesta contra el cuerpo del paladín, usándolo como una hamaca. Da un leve suspiro, pensando en tantos sinsentidos y conflictos que pudieron evitarse.
Incluso yo, que sólo me dedicaba al papeleo en mi juventud, tuve que manchar mis manos con la sangre de otros. Algunos lo llaman causa justa, pero quiénes somos para decidir lo que es justo. Las muertes, muertes son, sean por la causa que sean, tú, cómo paladín entenderás un poco sobre este concepto.