Belter y Mordacae no habian sido vistas desde la batalla final contra el brujo. Ambas sacerdotisas se habian tomado unas vacaciones, bien merecidas, lejos de ambas facciones, en un lugar neutral. Viajaron a Pandaria y recorrieron el continente, haciendo noche en diferentes posadas, visitando baños termales y despejando sus mentes.
La gnoma hacia lo posible para que la elfa no reparara en su perdida de recuerdos creando unos nuevos y a la vez atendia sus negocios, contestaba correos y estudiaba los exoticos productos de los pandarians anotando constantemente cosas en una libretita.
Paseaban por el Arboretum camino a los estabalos de los dragones nimbo, mientras charlaban:
–Estos arboles son preciosos… cuando vine aqui… no recuerdo mucho, pero es como si fuera la primera vez que aprecio su belleza Morda.
– Es toda una suerte volver a apreciarlos por primera vez – dijo la gnoma de forma optimista–
– Cuando estabamos en Foralba, la vendedora de tallarines me dijo que hay una bruja que puede darnos un artefacto para acumular recuerdos vividos. Me gustaria guardar los que aun tengo. Podriamos…
– Por que has hablado de eso con ella?? Las brujas no son de fiar Bel.
– No se, me vio pensativa y se lo conte. Tu me has contado lo que sabias de lo que he olvidado, pero si me vuelve a pasar, quisiera tener algo donde puedar ver tanto las cosas buenas como las malas que pudiera volver a olvidar.
– Te entiendo, si quieres vamos a verla. – “Pero estare alerta” penso la gnoma
– Si me encuentro con gente que no recuerdo como con esa Menelwie, al menos sabre quien es. Me has dicho que es mi prima y que hace poco lo habia descubierto, es familia y ahora no se que decirle cuando la vuelva a ver. Mira, los dragones!! – Dijo entusiasmada mientras obsevaba a un pequeño dragon nimbo que daba volveretas en el cielo.
– Ya hemos llegado, demos de comer a unos cuantos y luego buscamos a esa bruja.
Pasaron un buen rato alli, lo pasaron bien, se divertieron correteando por los establos. Mordacae habia redescubierto un lado infantil de la elfa, que disfrutaba con pequeñas cosas. Se la quedaba mirando con melancolia, ella sabia bien lo que sentia y, aunque Belter no lo llevaba mal, podria derumbarse en algun momento. Sabia que debian volver y esperaba que este tiempo juntas hubiera ayudado a su amiga. Se acerco a uno de los almendros rosas y cogio una de sus flores, abrio su libreta y guardo esa pequeña plantita entre sus paginas y la apreto. Para cuando se fueran estaria disecada y pensaba añadirla al trinket que queria regalarle a la elfa, que aun guardaba esperando un buen momento para entregarselo.
La casa de la bruja estaba bien escondida en un bosque, pero era bonita y de madera. La bruja estaba alli cuidando de sus plantas, unas extrañas variedades que no eran muy conocidas por Azeroth. Por suerte la bruja era bastante amigable, pero no estaba por la labor de vender tal artilugio, a cambio les pidio hacer un trabajo para ella, matar a varias panteras de jade que merodeaban por los caminos hasta el pueblo, haciendo que los mercaderes no pudieran llegar a ella. Las secerdotisas aceptaron limpiar el camino, era un tarea sencilla para ambas y acabarian para la hora de comer, por lo que tendrian tiempo de ir hasta el Alcor y comer unas ricas empanadillas de gambas, que habian vuelto loca a Belter el dia anterior. Un poco de accion les abreria el apetito.
Al volver entregaron los 10 ojos que le habia pedido la bruja para demostrar que habian acabado el trabajo y ella los puso en un cuenco, lanzo un hechizo y añadio unas plantas y un liquido azul a la mezcla. Los machaco con un mortero mientras hablaba con Belter, pero mientras Morda curioseaba la casa de la bruja, para ella habia algo que no cuadraba. La bruja daba las instrucciones a la elfa de como de como funcionaba el artilugio: beber la mezcla, lanzar un hechizo que ella misma le daria mientras sujetaba dicho objeto y elegir los recuerdos que queria guardar. Demasiado facil y rapido. Sin embargo la desesperacion de Belter hacia que no viera nada raro. Insto a la elfa a hacerlo la primera vez con ella para que aprendiera. Belter cogio el cuenco, el papel y empezo.
Mordacae se abalanzo hacia el cuenco y con un manotazo lo lanzo al suelo, aquel liquido negruzco se espacio por la madera y empezo a burbujear y hervir solo
–Ni se te ocurra Bel!
La bruja empezo a reirse, los ojos de la panda se volvieron negros y un manafago surgio desde las sombras.
–Muy rapida gnoma, pero no lo suficiente.
La bruja ordeno a su demonio atacar, pero la gnoma saco rapidamente un pequeño artilugio que lanzo al suelo explotando, emergiendo una nube de humo que las protegio de los ataques. Morda cogio la mano de Belter y salieron corriendo de la casa de la pandaren. Desde la lejania, Belter miro hacia la casa de la bruja que empezaba a arder, confusa se dirigio a Morda:
– Pero que??
– Mientras hablaba contigo descubri un pequeño altar demoniaco, con varios dientes y huesos, ni siquiera estaba escondido. Queria matarnos, ha sido todo una estafa.
– Pero entonces, la vendedora de tallarines esta compinchada.
– Seguramente-- dijo mientras sacaba una piruleta de su mochila- Bel, debes aceptar que tus recuerdos no van a volver y debes comprender que no pasa nada. – La gnoma sabia que Belter habia empezado a derumbarse por lo que le habia pasado y le dijo lo que necesitaba oir– Sigues siendo la misma.
Belter miro al infinito perdiendose en sus pensamientos, reflexionando las palabras de Morda. Sin duda ella llevaba razon, pero la elfa seguia teniendo en su interior pena por ella misma, por unos padres que no recordaba, por una media vida que volveria recordar, por personas que tendria que volver a conocer.
– Se lo merecia-- Dijo Mordacae mientras veia la casa de la pandaren arder y ella correr de un lado a otro intentando sofocar las llamas.– A saber a cuantos habra engañado y para qué.
–Al menos a ti no te he olvidado-- Le dijo sonriente mientras disfrutaban del espectaculo– Vayamos a comer algo.
Al llegar a la Naba Perezosa cogieron asiento en la barra. Den Den el camarero les sirvio bebidas y unas empanadillas deliciosas. Mientras conversaban de sus vacaciones y reian recordando anecdotas un pitidito salio de la mochila de Morda. Era un mensaje, sus vacaiones llegaban a su fin, debian volver pero acordaron regresar algun dia.
OFF ROLL: vaya carrerilla habeis cogido, no he podido poner nada en la navidad, para mi es una epoca de mucho estress y cansancio. Bueno me reengancho a la trama espero que nuestros caminos se crucen por azeroth.