Primera horda y draenei

Entonces has deforestado o robado los recursos naturales a otras especies autóctonas. Villano lo mires como lo mires.

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Y no te digo que no lo sea. Muchos villanos son increíbles. Pero quejarte de que un villano tenga consecuencias por serlo, es lo que no tiene sentido. A eso me refería.

A mi en general, todas las cinemáticas de BFA hasta la muerte de Colmillosauro me parecen una maravilla. Una pena que el wow vaya hacia abajo en ese aspecto.

Es que al final, Colmillosauro rompía esa idea de Orco vil y bestia que se tenía, porque Blizzard también quería empezar a mostrar otras caras, y mira ahora cómo se le trata, en general, que básicamente, muchísima gente lo desprecia, cuando simplemente mostró tener la cabeza amueblada y decir: Oye, es cierto, hemos hecho MUY mal.

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Nada nada, eran setas viles y menas corruptas, de los de roca eh, ninguno del sur.

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Has atentado contra el medio ambiente, reconocelo. :roll_eyes:

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Nada nada, una pizca de nada, igual he dejado sin comer a algún demonio adicto a las setas viles o algún pobre minero sin trabajo, pero poco más.

Cualquier gnomo con sus vapores ya contamina más, soy el adalid de greenpeace.

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Yo también y además pago la cuota trimestral.

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Yo no, para algo soy el adalid :sunglasses:

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Señores… esto no es un chat de discord.

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Para ser adalid de algo, hay que tener compromiso. De boquilla o ecologistas de sofá está el mundo lleno.

Dicho esto, creo que los orcos de Draenor, siendo empáticos, tienen sus motivaciones para hacer lo que hicieron, independientemente de que yo lo apruebe o no.

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Es que desde su punto de vista y añadiendo que Fueron manipulados por Garrosh ellos vieron que nosotros éramos los villanos xD

Me he perdido Borin, de qué hablas ahora?

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De esto.
En un abrir y cerrar de ojos, Grommash había desaparecido. El círculo de piedras verticales se había llenado con un sólido muro de niebla, una niebla que Garrosh no había visto nunca, ni siquiera cuando Thrall le mostrara sus visiones. La guardia que se había quedado junto a las rocas se empinaba y oteaba a derecha e izquierda, tratando de ver al jefe del clan a través de la neblina.

El guardia que permanecía junto a Garrosh se puso tenso. —Si has matado a nuestro jefe, forastero, serás el próximo en morir —exclamó.

Garrosh sacudió la cabeza. —Está bien. —Sus palabras contradecían el miedo súbito que atenazaba su corazón. ¿Cómo reaccionarían los espíritus al mirar hacia otro mundo, hacia otro tiempo? ¿Los aterraría? ¿ Podrían matar a Grommash?—. Está saliendo todo según lo previsto. —Tiene que funcionar. Confianza. Necesitaba mostrar confianza.

De repente, una luz brilló entre la niebla.

El anciano Zhanak gritó. —¡No!

Los otros dos orcos se giraron. El chamán había caído al suelo. —¡No! —volvió a gritar—. ¡No debe ocurrir! —El guardia se arrodilló a su lado, cogiéndolo por los hombros mientras el viejo orco se estremecía y convulsionaba.

*«Está viendo lo que mi padre está viendo».*Aquel sentimiento opresivo de repugnancia y odio se desvaneció. « Y también los espíritus». Y estaban tan horrorizados como lo estaba el anciano Zhanak.

Garrosh se volvió hacia las Rocas de Profecía y esperó.


… días, semanas, meses pasaban con cada parpadeo. Grommash obsevaba, impresionado.

«Era todo cierto. Todo lo que había dicho el forastero era cierto».

Una guerra que los orcos no podían ganar. La sangre azul de los draenei y la sangre oscura carmesí de los orcos se mezclaban en el campo de batalla. La espantosa multitud de pueblos orcos unidos, mucho más allá de todo lo que los Grito de Guerra hubieran conseguido por sí solos. « Es la Horda». Grommash apenas podía concebir el poder que tendría. El desconocido se había quedado muy corto al describir su potencial.

El tiempo seguía avanzando rápidamente. Vio la progresiva decadencia que viviría la tierra con la incorporación de un nuevo poder (los brujos). Vio cómo cambiaría de color la piel de los orcos, apareciendo retazos de verde incluso en aquellos que nunca habían tocado la energía corrupta.

Vio el “milagro” de Gul’dan, un don de fuerza inconcebible procedente de un benefactor nunca visto. Y sí… Grommash fue el primero que avanzó y bebió el obsequio.

Pero el forastero se había equivocado. A Grommash le importaba más bien poco que otros orcos sufriesen daño. Sería el primero porque un solo pensamiento ocupaba su mente de forma obsesiva: « Nadie será más fuerte que yo. Ni por un instante. Nunca seré débil».

Grito Infernal escudriñó en la niebla de la profecía y se vio a sí mismo bebiendo aquel líquido brillante y sintió sus efectos con tanto entusiasmo como si de verdad estuviese allí. Sintió cómo su cuerpo se transformaba. Sintió el cosquilleo de la cólera mientras su piel se volvía completamente verde. Sintió que el poder abarcaba todo lo que él era.

—¡Me siento… magnífico!—gritó en su visión—. ¡Dadme carne de draenei para que pueda arrancarla y desgarrarla! Quiero sangre de draenei en mi rostro… ¡Beberé sangre hasta reventar! ¡Dadme su sangre!

Sí que era magnífico.

Pero también estaba mal. Sus pensamientos ya no eran suyos. Podía sentirlo.

La niebla lo llevó más allá.


El anciano chamán volvió a gritar. —¡No debe ser! —Chillaba, se sacudía, sus ojos se retorcían con los párpados cerrados. Las babas caían de la comisura de sus labios.

El guardia Grito de Guerra seguía mirando hacia las Rocas de Profecía. —¿Se está muriendo? ¿Y Grito Infernal? —preguntó.

Garrosh señaló hacia el camino. —Ve. Yo me quedaré aquí. Si fuera necesario, saca a Grito Infernal de la niebla.

El guardia no necesitó nada más. Salió corriendo hacia las rocas. Garrosh se arrodilló junto a Zhanak mientras un extraño sentimiento de alivio lo inundaba. —¿Ahora lo entiendes? —preguntó al anciano—. Por eso vine hasta aquí. Para evitar que esosuceda.

El chamán se llevó las manos al pecho e hincó sus huesudos dedos a la altura del corazón mientras se retorcía y balbuceaba. El corte de la mano que se había hecho con la esquirla dejaba rastros rojizos en la toga. —No debe ser. No debe ocurrir. No debe ser. No debe ocurrir. —Su respiración se volvió débil y acelerada. Abrió los ojos—. Aún hay esperanza. Redención. Redención.

—Sí —dijo Garrosh con suavidad—. Redención. Por eso estoy aquí. —Cogió uno de los brazos del orco y sintió su pulso acelerado y agitado. ¿Se estaba muriendo? Posiblemente—. Le daré a nuestro pueblo su redención.

Zhanak parecía no escuchar. —Grito Infernal tiene el corazón que se necesita. El corazón que hace falta para cambiarlo todo.

—Sí —acordó Garrosh.

—Un corazón para resistir. Para luchar. Para unir a todos los orcos. Para liderarlos.

Garrosh se sentó con las piernas cruzadas y recostó la cabeza del chamán en su regazo. —Sí. Todo eso y mucho más. —Con suavidad comenzó a dar palmaditas al anciano en el hombro. « Al menos el viejo imbécil ya lo entiende».

—Paz… debemos traer la paz…

La mano de Garrosh se detuvo.


Lok-tar ogar. Victoria o muerte. La visión mostraba ambas cosas. La victoria contra los draenei y después la muerte del mundo mientras la magia lo corrompía todo.

Los mismos elementos quedarían destrozados. Grommash sentía cómo su consternación sacudía las Rocas de Profecía. La visión había sido tan sorprendente para ellos como lo había sido para él.

Después, Gul’dan propuso otra idea magnífica: conquistar un nuevo mundo. Azeroth. La Horda se adentró en un portal, consiguió victorias, destruyó ciudades, masacrando a todo aquel que se interpuso en su camino.

Las victorias no duraron mucho tiempo. Cuando les sobrevino la derrota, esta fue completa. Los orcos que sobrevivieron fueron reunidos y trasladados como prisioneros a los campamentos.

Y no se resistieron.

Ni siquiera aquellos que habían formado parte de los Grito de Guerra. No se resistieron. Su poder corrupto se había desintegrado, dejándolos lánguidos.

«Nuestras almas. Nuestras almas desaparecerán». Grommash quería llorar.


Los ojos de Zhanak se dirigieron al rostro de Garrosh. —Tú lo has visto. Tú sabes. Un pueblo unido. Protegiéndose los unos a los otros. Glorioso. Grito Infernal podría llevar a su pueblo hasta allí. Tiene el corazón que hace falta. Glorioso…

—Eso es la Horda, anciano —dijo Garrosh.

—Grito Infernal podrá soportarlo. Podrá vencerlo. La corrupción no será el final. — Las lágrimas inundaban el rostro de Zhanak. Su voz estaba impregnada de alegría y esperanza—. Un mundo en ruinas, pero el otro más fuerte que nunca. El sacrificio de Grito Infernal nos salvará a todos. Tú lo has visto…

La visión volvió a llevárselo y comenzó de nuevo a estremecerse.

Garrosh miró a su alrededor. Los dos guardias caminaban alrededor de la niebla, pensando si debían interrumpir la visión. No había nadie más a la vista. Si este chamán tenía algún vigilante o aprendiz, no estaba por allí.

—Lo he visto, anciano —dijo Garrosh. Se inclinó sobre él, oprimiendo los orificios nasales del viejo chamán con una mano y posando la otra firmemente sobre sus labios—. Y no lo volveré a ver.

Entre los dedos de Garrosh se escapaban gruñidos amortiguados, pero el chamán no podía llevar aire a sus pulmones. Zhanak agarró a Garrosh.

—Los ancestros te recibirán en casa —murmuró Garrosh, mirando hacia delante.

Esperó a que los gruñidos ahogados, los movimientos y el pulso se detuvieran. Lo hicieron. Aun así, mantuvo las manos en la misma posición durante unos instantes.

Después, tumbó al chamán con delicadeza. —Los ancestros te recibirán en casa —volvió a decir Garrosh, esperando que así fuera. El anciano se había ganado el respeto incluso de Grommash Grito Infernal. Era una pena que tuviera que morir.

Garrosh se encaminó hacia las Rocas de Profecía. Quizá los elementos estuviesen enfadados por lo que acababa de hacer. O quizá ni siquiera lo habían visto. Parecía que la visión los había cautivado por completo.

«Y eso me recuerda…».

Aullavísceras estaba en manos de uno de los guardias de Grommash. Garrosh sonrió y fue a por ella.


Cautividad. Horror. Muerte. Ni siquiera los orcos que no estaban en los campamentos podían encontrar su propia existencia en ese mundo extraño. Ni siquiera Grommash Grito Infernal, el orco con la voluntad de hierro, el orco con corazón de gigante, el temible líder de los Grito de Guerra… Había luchado en una batalla perdida contra el letargo y la desesperación, viviendo su vida escondiéndose de los conquistadores de los orcos, deseando la muerte en secreto.

Sus pensamientos se reflejaron en su voz. En la voz de Golka. Por fin lo había comprendido. Ella no había sido débil. Ni por un momento. ¿Cómo no se había dado cuenta?

concédeme la muerte que merezco, digna de un guerrero…

—¡No puede ocurrir! —gritó Grommash—. ¡No debe ocurrir!

Los elementos repitieron sus palabras. « *No. Debe. Ocurrir».*La contaminación demoníaca casi había acabado con ellos. Todos sufrirían.

*«No debe ocurrir. Nunca».*Grommash sintió que la convicción le inundaba las entrañas. Convicción y cólera. « Mi clan nunca caerá tan bajo. Pagaré el precio que haga falta para evitar ese destino».

«Cualquier precio».

La visión continuó. Un nuevo orco, creado por humanos, obligado a luchar para entretenerlos. Tan fuerte como era, lo humillaban y lo golpeaban constantemente, e incluso le pusieron de nombre Thrall. Pero pronto se las ideó para escapar y…

—¡Idiotas, sacadlo!

La voz procedía desde el exterior de la visión. Grommash la ignoró. ¿Qué podía ser más importante que esto? Observó mientras la niebla mostraba al joven orco, que aprendía a leer, y…

—¡La visión ha matado al chamán! ¡Tenemos que detenerla ya!

El mango de Aullavísceras entró en su campo de visión —su campo de visión real— y se dirigió hacia él. El dolor cruzó la muñeca de Grommash. Inconscientemente abrió la mano y la esquirla de cristal, que había estado canalizando aquellas horribles visiones, cayó al suelo. La niebla se desvaneció. Las visiones y los sonidos desaparecieron.

Había terminado.

Grommash cayó de rodillas, jadeando.

—¡Jefe Grito Infernal! —El forastero se había arrodillado a su lado. Sujetaba a Aullavísceras—. ¿Estás bien?

Grommash recobró la compostura lentamente. Muy lentamente. No miró hacia arriba hasta que su respiración se calmó. El viento seguía girando a su alrededor. Los elementos estaban consternados.

Finalmente, Grommash se puso en pie. —Dame eso —dijo, extendiendo la mano. El extraño le dio a Aullavísceras—. ¿Por qué has intervenido?

Fue manipulado por Garrosh

Aqui tienes el relato.

Y para los curiosos su continuacion

Ya, vale, genial… Pero sabes que en ningún momento estoy hablando del draenor alternativo, no? :dracthyr_lulmao:

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Bueno por si acaso ahora lo sabeis que tambien fueron Manipulados por Garrosh xD

los alternativos. Que no se está hablando de esos y bueno, ya sabíamos que son influenciables e incapaces de tomar decisiones por si mismos o corroborar las cosas.

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Por que Elune? Por qué he leído cuota menstrual?

la verdad es que el lore sobre la primera horda y draenor, es muy solido.

Se puede ver logico y coherente ambos puntos de vista, sin mayor problema.

Para ver alguno de los dos como malo o bueno, hay que posicionarse… eso ya dice mucho.

Bueno pues ya os ahorramos cuando saqueis el tema del draenor alterno xD

No sé cuando sale ni me importa. Cuando salga el tema ya me tocará abrir otro tema más supongo. Porque tu no abre ni uno, no se por qué.
Prefieres desvirtuar hilos parece.

Saldra el tema Creeme lo quieras o no saldra.
Y no por mi mano eh