Caminantes de las fauces

El desayuno transcurría con normalidad entre los tres paladines. La incertidumbre inicial,había dejado paso,a una camaradería, y familiaridad, que a los elfos les retrotraía a los momentos compartidos con su mentor.
En un momento determinado,y al saber que todos ellos eran joyeros,la conversación derivó hacia como realizar en las gemas ornamentales unos engarces que soportasen las vicisitudes de los combates,y cuáles eran los mejores encantamientos para las mismas.
Ambos jóvenes comentaron que si bien,su situación económica era boyante,no podían todavía costearse los estipendios necesarios,para dichos encantamientos.
Soul preguntó sino conocían a Purple,el mago amigo de Argent. Ambos respondieron que de oidas sí, pero que personalmente no. Aunque dudaban que alguien con ese prestigio,les prestase atención. Soul respondió con una de sus carcajadas,tenía la virtud de hacerles sentir bien y provocarles la sonrisa…
Purple es alguien muy especial chicos,no imagineis a un mago “estirado” ni clasista (Fallen su esposa no le dejaría), es muy mundano,y si vais de mi parte o de la de mi hermano,os tratará con mucho cariño,y seguro que os hace un buen precio,dijo con una sonrisa…
A continuación comenzaron a repasar, los diferentes enemigos,con los que habían luchado, los que no conocían todavía, y como afrontar el combate contra ellos, siendo dos paladines protección.
Cuando el veterano Soul comentó, que seguían un patrón cíclico,ambos jóvenes suspiraron resignados…¿hay que acabar con ellos una y otra vez?
Veréis muchachos, cuando soportamos la invasión de la legión ardiente,o incluso la plaga, acontecía lo mismo. Parece ser,que hasta no acabar con el jefe,en este caso Zovaal,la magia que los alimenta,los vuelve a formar. Son algo parecido a los entes del vacío, o incluso a los demonios,y son difíciles de erradicar.
Esa es nuestra forma de vida muchachos. Cada día una batalla,y cada día un nuevo ciclo…acaba agotando,pero…es el precio que pagamos por conservar nuestro mundo(u otros), en una paz relativa.
Con un suspiro,el veterano paladín se levantó dando por terminado el desayuno.
He sido convocado para el asalto de los Kyrianos en las fauces,por lo que debo de marchar. Vosotros id a recoger las misiones diarias, para que acabéis vuestra formación. Mas adelante,estaréis en disposición de combatir al carcelero en sus dominios. Alli seguro que nos volveremos a encontrar muchachos.
Ambos elfos agradecieron los momentos compartidos con el veterano paladin. Este,con una floritura,depositó un ósculo en la mano de Celesthia,que enrojeció sorprendida,y aún más cuando vió el guiño cómplice que Soul le dedicó. Acto seguido abrazó a Eärnur,mientras le susurraba un ¡cuidalá!..
Se dirigió hacia su corcél,montó,y levantó un brazo a modo de despedida.
Ambos se quedaron viendo como se alejaba por el camino…
Celesthia con un suspiro dijo…
¡Paladín, vámonos!..tenemos un mundo que salvar

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Las doradas colinas dieron paso a una gran zona de entrenamiento al costado del camino, los altos postes unidos por muy delicadas telas que ondeaban al son de la suave brisa y brillaban con sus áureos y celestes hilos bajo la eterna luz de las aureola cubrían un enorme ensamblaje inerte similar al que resguardaba el acceso a aquel lugar aún extraño para el, algo más pequeño y de brazos simétricos, un sendero se bifurcaba que parecía ir directo a las fauces de aquel ensamblaje, pero aquella pareja azul pasó de largo.

¿Tienen esos ensamblajes por todo el territorio? Preguntó señalando el distante artefacto.

¿Hablas de Athanos?, Su función es distinta, todos nos hemos enfrentado a la “lección de humildad”, estas de suerte que no haya anima para activarlo. Respondió Kleia con tono sarcástico.

No me lo recuerdes Kleia, que mal acabó mi encuentro con el. Pelagos sin retirar la mirada a “Athanos” seguía caminando, por su voz derrotera el enano resopló aliviado sabiendo que estaba inactivo.

Ya hemos llegado, el Crisol del Aspirante esta a tus pies, descansa un poco mientras preparamos la prueba, tenemos que asegurarnos de que todo este listo lo antes posible… hace demasiado que nadie puede someterse a ellas… por favor, haz que el poco anima que conservamos no sea en vano, trata de abrir tu mente cuando sea necesario. Mirando a la cara al enano, Kleia parecía rogarle que siguiera adelante.

¿Van a usar lo poco que quedan en…. mi?.

Así es, toda Bastión confía en ti y tu compañero mortal, son nuestra esperanza, haz que la confianza que depositamos en vosotros no sea en valde, por favor. Kleia trataba de convencerse de que tomo la decisión correcta en depositar su esperanza en esos dos mortales llegados del otro lado del velo.

…. ¿puedes responderme a lo que iba a preguntar más adelante si es posible?.

Claro, ¿que necesitas saber?.

¿Que les sucede a quienes…. se detuvo tratando de buscar la forma más idónea de preguntar algo tan sensible. …mueren una vez han muerto?

El Olvido. respondió sin titubear Kleia. ,esto es, el fin de la existencia.

Notó un golpe seco en el estómago acompañado de un fuerte nudo en el cuello, los sudores fríos no tardaron en llegar. …. la nada, nadie merece algo así.

No puedes hacerte una idea de cuanto hemos perdido ya, por favor, ayúdanos a detener esta sequía. Kleia se arrodilló frente a el, pudo ver sus ojos llorosos.

Yo….nosotros…. claro, haré todo lo posible por ayudaros…. apenas lograba tartamudear, notaba tanto peso a sus espaldas que sentía que se le desgarrarían en cualquier momento.

Gracias…. de verdad que no hay forma de recompensarte por esto, siento que tengas que asumir el peso de todo nuestro reino pero no nos queda otra, no debemos hacer esperar a Sophone, bajemos las escaleras mientras tanto, Pelagos explícale a que pruebas será sometido por favor. Con un pañuelo blanco se secaba las lágrimas mientras bajaban las escaleras.

Claro Kleia, la primera será ver tu vida de servicio, el servicio es uno de los pilares de nuestra curia, lo veremos con ayuda de Sophone, la siguiente será enfrentarse a tus mayores temores, aquellos que te atan a tu vida mortal, tu compañero me rescató de una prueba similar a la que sucumbí, así que ten cuidado con ella… puede ser muy doloroso, y por desgracia no sabemos como te puede afectar a ti estando aún vivo, Kleia estará junto a ti en todo momento en caso de que tu vida corra peligro, tiene experiencia así que no temas por ello, tu céntrate en abrir tu mente y afrontar tus temores.

Mis mayores temores…. suspiró bajando el ultimo escalón. no es algo que me gustaría ver ahora, es tan…. reciente.

Me temo que tendrás que hacerlo, siento que tenga que ser así, pero no nos queda otra.

Lo intentaré… Respondió desanimado el enano. vayamos ya, no estoy muy cansado, ya dormí bastante en el Resposo.

¿Estas seguro?.

Si.

Vayamos entonces.

El camino bordeaba un estanque de aguas calmadas con un par de rocas pulidas por el agua y el tiempo, en su orilla lo que le recordó a fantasmas irreconocibles hablaban con lo que parecía un gnomo incorpóreo tranquilamente, conforme avanzaban más de estos “fantasmas” hablaban entre ellos sentados en bancos, en alfombras ricamente tejidas o directamente en el suelo. Bajo una pequeña carpa en el centro reconoció a un orco incorpóreo hablando con mas de esos “fantasmas”.

Otra pregunta, ¿Por que hay un gnomo y un orco entre esos fantasmas?.

¿Un gnomo y un orco?, yo los veo a todos por igual, puesto que vienen almas de toda la existencia solo reconoces las razas que tu recuerdas de tu mundo, pero no las demás, ten en cuenta que la existencia como no Aspirante es muy breve, en lo que se tarda en asumir la muerte, por desgracia ahora no es posible por la sequía.

Entiendo, ¿entonces la evolución es recién llegado, Aspirante y Ascendido no?.

Exactamente, veo que estas interesándote por nosotros. Respondió más animado Pelagos.

Digamos que siempre he sido algo curioso.

Caminaron un poco más, ante ellos una pequeña escalinata les esperaban, conforme subían pudo ver que se acercaban gente curiosa a ver el ritual, al llegar a lo alto pudo ver la pequeña explanada con numerosas bancadas, todas llenas de “fantasmas” y “Aspirantes”.

Esto… ¿Es necesario que haya tanta gente viendo esto?, no creo que les interese mucho mi vida. Dijo algo nervioso conforme caminaban por el corredor entre las filas de bancadas.

Hacía mucho tiempo que nadie venía a someterse a las pruebas, ni mucho menos que lo fuera a hacer un mortal, creo que toda Bastión sabe de tu presencia.

¿Era necesario?…. ¿TODA?. A la cabeza le llegó la sensación de peligro oh no, entonces esos Abjurantes también lo deben saber…. y tienen mi mochila con toda mi información… maldición, mal asunto.

No podíamos perder tiempo teniendo que convencer uno a uno de que eres mortal, lo hablamos con Kalistene y asumimos que era el mal menor.

Ya no hay remedio, aunque ahora irán a por mi… tendré que estar alerta.

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Subió los pocos escalones que alzaban la pequeña plataforma frente al resto de la explanada, bajo la carpa en lo que parecía un altar.

Ante el esperaba Sophone, muy similar a Kleia en rasgos, también portaba el mismo tipo de toga blanca albina atada por aquella cinta azul oscura, junto a ella, en el centro de la plataforma la antorcha de eterno fuego fatuo esperaba al mortal pacientemente.

Las tres campanillas, esbeltas, brillaban con fulgor áureo reflejando el azul lapislázuli del fuego eterno de la antorcha a la que acompañaban tintineando al son de la brisa con aquel relajante sonido metálico celestial.

Así que tu eres el mortal del que Kalistene nos ha hablado, acércate sin temor a la antorcha. Sophone dio un paso a su lado dejando la antorcha visible al enano. veremos los actos de servicio que has prestado en vida.

Se acercó a la gran antorcha, suspirando miró a Sophone. ¿Que he de hacer ahora?.

Arrodíllate frente a ella y mira a las llamas, concéntrate en ellas y deja que tu mente se abra.

Se arrodilló frente a las llamas y miró las llamas, su hipnotizante baile empezó a hacerle olvidar todo lo que tenía a su alrededor, cada vez más concentrado en las llamas azules, el tintineo de las campanas se desvaneció, solo habían llamas azules en su visión, al parpadear los gritos de guerra le puso en alerta.

Que… ¿Donde estoy?. Miró a los lados, completamente confundido se vio envuelto en una encarnizada batalla entre seres no muertos y lo que parecían soldados de la Alianza y Horda, alzó la mirada conforme cargaba, la inmensa estructura negra frente a el le dejó la sangre helada, la estructura de oscuro metal con runas talladas no dejaba lugar a duda, Angrathar, la Puerta de Cólera le esperaba.

……no puede ser…… enmudecido miraba a su alrededor sin parar, un necrofago le vio y corrió hacia el, trató de quemarlo con luz sagrada, pero su brazo alzó la espada y lo atacó, partiendolo en dos. ¿!No puedo controlar mi cuerpo!? Nervioso trató de detenerse y moverse a otro lado, infructuosamente, el cuerpo actuaba por cuenta propia ajena a su voluntad.

Sirvió a la Alianza contra los ejércitos de la Plaga que amenazaban la vida de Azeroth. La dulce voz femenina sonó en su consciencia por encima del estruendo de la batalla que se sucedía a su alrededor.

Es…. una visión del pasado, ¡Detente! De una patada cayó el esqueleto al suelo inerte, por el rabillo de su ojo pudo ver por encima de sus cabezas, sobre un risco, lo que parecía ser una catapulta con un bidón verde. !Detente por el amor de la Luz!…. maldición, estoy atrapado en este cuerpo…. en lo que le pareció unos segundos se desató el infierno, numerosos bidones cayeron a su alrededor estallando en mil pedazos, liberando su ponzoñoso contenido.

¡Otra vez no!, no puede estar pasando de nuevo… Quiso huir de allí como fuera, ordenaba a su cuerpo huir desesperado, este sin embargo se encontraba tan rígido como una estatua, los gritos de horror y desesperación por respirar aire no envenenado no tardó en dominar el yermo.

Al fin el cuerpo reaccionó, entre empujones y tropezones corría hacia un borde, hacia atrás, a su alrededor tanto los soldados de la Alianza y la Horda, como las creaciones no muertas de la Plaga caían como moscas, pudo ver en un momento dado a los causantes de aquella matanza celebrándolo en lo alto de los riscos que dominaban el paso.

¡Fueron ellos!, ¡Todo fue culpa de esos condenados renegados!, si hubiéramos acabado con ellos cuando…. ¿eh?. Algo le confundió, notó como tropezó con algo y caía al gélido suelo, lo siguiente que vio fue el añublado cielo, tras la nube de verde muerte sobre el y la áurea capa que le rodeaba.

Voy a morir…. ¿me han traído aquí para morir?. Asustado trataba de moverse inúltimente, su cuerpo estaba inerte, sin embargo el no notaba dolor alguno. un momento… ¿estoy muerto?….¿acaso esto es real?. logró al fin levantarse, junto a el una figura familiar, espectral, temblaba aterrado. no…. tu no serás…¿yo?. El bajo ser temblaba asustado, no era el único, a su alrededor cientos de espíritus iracundos, asustados, aturdidos y confusos le rodeaban. Así que… esto es lo que sucedió después… Se puso delante de su propio alma ¿me ves?…Agitó la mano delante del su alma, pero este no parecía reaccionar. se ve que soy ajeno a el…

Drethz Martillosalvaje, has caído en combate enfrentándote a la amenaza que se cernía sobre tu mundo. La fémina voz alertó a la visión.

¿Eh?. Miró de nuevo a su alrededor, cientos de seres alados bajaban del enorme vórtice albinegro sobre sus cabezas, llevándose con ellos en sus brazos a las almas de los caídos.

No te asustes, tu hora aún no ha llegado, aún te quedan muchos desafíos por delante hasta que llegue tu hora, ahora descansa, tu viaje acaba de empezar. El alma no decía nada, el ser se fue volando hacia el vórtice con las manos vacías.

No puede ser…. entonces…… eso fue lo que vi….el “ángel” que vi fue….

Despierta Aspirante, ya hemos acabado de ver uno de tus actos de servicio.

Abrió los ojos, la llama volvía a estar frente a el, por la cara que presentaba Sophone parecía estar satisfecha por lo que vio.

Diste tu vida por lo que defendías, una kyriana vio que aún no debías ir a las Tierras Sombrías, veo que su criterio fue el más adecuado, pero se que tienes más actos de servicio, permítenos verlas.

…… ¿por que me han llevado a aquel día?… ¿por qué?…. Desesperado deseaba huir de allí cuanto antes, por algún motivo que no lograba entender no lo hacía, a pesar de estar aterrorizado por lo que acababa de ver.

Era necesario, prepárate, por que aún es necesario ver más.

Me van a volver loco, son sucesos que no quisiera revivir de nuevo… aquel fue un día muy oscuro para los nuestros… resignado suspiró sin más.

Debes afrontar tu pasado para lograr superar la carga que supone, el camino que debes recorrer es arduo, pero debes aferrarte a tu fuerza de voluntad para continuar.

¿Camino?, ¿Que camino exige revivir las peores experiencias de tu vida sin poder hacer nada para cambiarlo?, he tenido por años pesadillas de lo que sucedió aquel día…. ¿por que no fue mi día y si para el de cientos de los presentes?….¡¿Que tenia yo que ellos no?! Se dio cuenta de que alzó la voz y otra vez resignado exhaló una bocanada de aire. no se que vio aquella kyriana en mi, pero se debió equivocar.

Algo debió haber visto en tu alma si no vio oportuno que fuera tu hora, ver los recuerdos del pasado por primera vez suele ser muy duro en la mayoría de Aspirantes, pero en el caso de un mortal parece que es incluso más duro. Se dijo Sophone, no sabía si para ella misma o a el, miró un momento hacia el lado donde estaba Kleia, su cara de preocupación y las manos juntas en lo que parecía un rezo le hizo percatarse de que quizás no estaba actuando correctamente.

…… creo que he perdido un poco la cabeza…. siento el espectáculo…. aún deseando huir como fuera respondió muy resignado. continuemos, no podemos perder más el tiempo.

¿Estas seguro?, podemos posponerlo para cuando te recuperes un poco.

Si, profundicemos más en el servicio, simplemente es que todo fue demasiado real.

De acuerdo pues, céntrate en la llama por favor.

Volvió a arrodillarse frente a la llama de nuevo y fijó de nuevo su mirada en la llama, en un abrir y cerrar de ojos otra estructura familiar surgió ante sus ojos.

Frente a el un primitivo artilugio, llamado ariete por ellos, aunque no dejara de ser un leño de gran densidad y tamaño encadenada por arriba a la estructura de maderos con ruedas, trataba de abrir las férreas puertas del mismo oscuro metal, conocido como “saronita” entre intensos estruendos secos y vibraciones, a cada golpe del leño las puertas parecían vibrar cada vez más.

¡Ayúdame en la retaguardia recluta! Grito un humano con tabardo de la Cruzada Escarlata apenas reconocible tras el yelmo.

El Aspirante sirvió con rectitud en la Cruzada Argenta cuando llegó la hora de acabar con el Rey Exánime y la amenaza que suponía la Plaga. Otra vez aquella fémina voz en off se sobrepuso al estruendo del ariete y la lucha por asegurar las escaleras de la Ciudadela de Corona de Hielo.

Otra vez como testigo de su propia vida no pudo hacer más que quedarse como espectador de sí mismo, viendo como acababa con los no muertos que trataban de acabar con ellos, la Luz le ayudaba a cada golpe, pero por como le costaba mantenerla y lo débil de los ataques recordó que a duras penas era un recluta reciente.

Los viejos tiempos…. a duras penas sabía como usar la Luz, la puerta caerá en breves si recuerdo bien… y pensar que creíamos que viviríamos en paz después de acabar con el bastardo, que insensatos pudimos llegar a ser.

El gran estruendo de las metálicas puertas impactando de golpe con sus costados resonó en toda la ciudadela, los gritos de euforia acompañaron al gélido frío salido de la misma muerte que salía del interior de aquel edificio maldito.

¡Ahora, tomen la Ciudadela!, ¡Retaguardia mantengan la formación!. El grito se alzó sobre el chocar de armas, hechizos y gritos guturales de no muertos.

Una horda de gárgolas bajaron planeando desde lo más alto de la Ciudadela directo a su posición, hubiera querido entrar en aquel momento, pero debía cumplir las ordenes de cubrir la retaguardia así que se preparó para acabar con aquellos maléficos seres voladores.

Empuñando su espada cortó una de las membranosas alas de la gárgola que le atacó, haciendo que cayera al suelo, retorciéndose y chirriando de dolor, sin más dilación atravesó con su espada la cabeza del ser, haciendo que dejase su misera no vida.

Cerró sus parpados un segundo, cuando los abrió de nuevo se encontró con la familiar llama azul frente a el.

Sin duda demostraste en aquel momento valor para continuar con tu deber, veamos un último acto de servicio más reciente, por ahora tienes….potencial.

Más reciente…. no se yo que acto tendré más reciente, pero no queda otra, continuemos.

Volvió a repetir el ritual, otro pestañear y otra lugar de su pasado.

El ambiente retorcido del lugar no le hizo dudar de donde se encontraba, inmensos tentáculos morados emanaban de todo lugar imaginable, en el horizonte aquel inmenso ser de incontables miradas parecía deleitarse con lo que sucedía bajo su mirada; los monolitos cristalinos, tan oscuros como los pensamientos de aquel ser y con inscripciones que fulguraban en aquel color morado tan característico, que no lograba entender del todo pero que seguro no atestiguaban nada bueno para su mundo, se sucedían tan frecuentes que nadie le prestaba ni la más mínima atención.

No…. me han enviado a…. Ny’Alozha… que sea rápido. otra vez deseaba huir de allí como fuera, aún eran recientes los sucesos acontecidos allí, lo recordaba como si hubiera sido ayer.

El Aspirante sirvió con lealtad a los Defensores de Azeroth frente a las oscuras maquinaciones del dios antiguo N’Zoth que planeaba dominar su mundo.

Como no ella otra vez… masculló para sí mismo.

En el maltrecho puente, que pareciera que fuera a colapsar en cualquier instante, un ejercito sin fin de ignotos, cultores e infinidad de otras aberraciones del vacío trataban de acabar con ellos, como testigo de sí mismo simplemente se centró en ver como acababa con todos y cada uno de aquellos que trataban de matarlo, todo fue bien hasta que aquella elfa rodeada de un halo de misticismo se presentó junto al que consideró un camarada hasta entonces.

Esa arpía otra vez… debí haberla convertido en una masa amorfa cuando pude…

Como una repetición de lo sucedido entonces, el cuerpo del enano trataba por cualquier medio acabar con ella incansablemente, después de una eternidad de cólera logró aplastarla con su pesada maza.

Pienso volver a encontrarte y acabar contigo, bruja….

Por unos instantes miró la batalla entre Comandante y lo que parecía un espectro intangible, el corazón se le heló de verlo.

Vosotros…. condenados traidores, en que maldito momento confié en vosotros… aquel viejo tenía razón…. pero maldita sea, me aplastarían fácilmente…

Otro pestañear, otra vez frente a las llamas, las cuales estaba ya harto de ver.

¿Eh?… ah claro, vuelvo a estar aquí de nuevo…. sigamos.

Se ha acabado, puedes levantarte ya. _La delicada mano azul de Sophone esperaba junto a el para asistirle.

¿Por fin se ha acabado?. Firmemente aceptó la ayuda para levantarse, no sin un leve esfuerzo tras tanto tiempo arrodillado.

Si, pese a tu breve vida te has visto envuelto en muchos conflictos, el mundo de donde vienes es tumultuoso y amenazado, has demostrado que eres servicial, una dote fundamental en nuestra curia.

No ha sido por voluntad propia, simplemente me vi envuelto en esos conflictos.

Hemos visto tus actos de servicio, tuviste muchas ocasiones para regresar a la seguridad de tu hogar y aún así has seguido prestando servicio a lo largo de toda tu vida, enhorabuena, eres digno de estar en Bastión.

Suspiró solo han visto los momentos más “gloriosos”, no lo sucedido entre ellos.

Los hemos visto, incluso en aquellos momentos serviste a una causa justa y honorable, aunque los métodos fueran lo menos adecuados.

Esos fueron mis años de vergüenza, no me siento nada orgulloso de lo sucedido aquellos años de verdad. dijo hastiado, sin ganas de hablar.

Y por tu voz se nota que no lo hiciste a gusto, tendrás que enfrentarte más adelante en tu camino a ese peso, pero por ahora has de continuar, ve a la cámara, allí te someterás a tu primera limpieza.

¿Limpieza?, ¿he de olvidar mi pasado para seguir adelante?.

Liberarse de las ataduras de la vida es algo necesario para ascender y realizar nuestra labor sagrada.

Pero yo sigo vivo, necesito una audiencia con la Arconte.

Si superas la prueba te empezará a tomarte en consideración la oferta.

No quiero olvidar quien soy, no al menos mientras siga con vida.

No te preocupes, visto lo que hemos visto tienes cargas mucho más importantes y pesadas antes, es algo común en quienes procedéis de mundos envueltos en guerras, como el que parece ser el tuyo.

… si puedo olvidar “esas” cargas…. adelante, no creo que me hagan bien alguno de todas formas.

Bien, veo que empiezas a entender, sigue a Kleia por favor, ha preparado lo necesario, y estate orgulloso, a todos parece haberles gustado las visiones.

Miró por un momento conforme bajaba los escalones al publico, algunos dieron unas palmas, otros simplemente parecían interesados en ver mas, desde luego en los aspirantes a los que pudo ver ninguno mostraba cara de disgusto.

Hasta pronto Aspirante, que todo vaya bien en tu camino. Dijo Sophone despidiéndose.

La siguiente prueba puede ser bastante dura, dentro podrás descansar un poco. Respondio Kleia a su lado mientras terminaban de bajar los últimos escalones a la explanada.

Si no hubiera habido sequía…. es probable que hubieras acabado con nosotros al morir ¿sabes?. Pelagos parecía hasta emocionado.

¿Tu crees? por que yo lo dudo mucho, como os dije, aquí sois muy inocentes, alguien como yo que solo ha cometido actos reprobables por años no merece estar aquí.

Eso es lo que tu crees, si supieras el tipo de alma que acaba en Revendeth ya te aseguro que serías en comparación un ser que no ha matado ni una mosca.

Lo dicho, no saben nada de mi pasado, seguramente hubiera acabado en esa “Revendez”.

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Ante ellos el final del camino esperaba, tres escalones que daban a la cueva, a pesar del silencio procedente de ella, sentía que no le deparaba nada bueno dentro.

Te acompañaré, Pelagos por favor, espera fuera y descansa, aún tienes reciente tu prueba, no creo que sea lo mejor para ti ver esto.

¿Estas seguro de ello?, No es que no tenga esperanza en el pero…

No te preocupes, estoy segura de que será capaz de seguir adelante.

Claro, pero por favor, tengan cuidado. Preocupado bajó los escalones y se fue en búsqueda de alguna zona sombreada.

Estaré junto a ti en todo momento, ¿de verdad te sientes seguro para continuar ahora mismo?.

No podemos perder más el tiempo, si esto es mi expiación entonces que así sea.

Pero esto no se trata de expiar tu pasado, si no superarlo aunque… se paró a pensarlo un momento. si quieres verlo así entonces adelante, lo que importa es que logres dejar atrás todas esas cargas, seguro que la Arconte te concederá audiencia.

Espero que así sea, continuemos.

La ricamente labrada entrada en aquel cristalino azul brillando bajo la luz de las aureolas, decoradas con el emblema de un papiro sellado por aquel curioso emblema que se asemejaba a una gota, lágrima o llama, no supo saber que significaba, pero que recurrentemente veía dio lugar a la austeridad de la roca expuesta.

Bien, una vez lleguemos harás el ritual de purificación, allí te bañarás en las aguas puras donde limpiarás tu cuerpo, te pondrás las vestimentas y tocarás las campanas de claridad, entonces comenzaremos la prueba.

¿No tendrán sacrificios ni nada por el estilo no? Por un momento pensó que era algún tipo de secta.

¿Como? en absoluto, no somos ningún tipo de secta, no eres el primero y seguro que tampoco el último que nos hace esa pregunta.

Llegaron a lo que parecía una intersección, a ambos lados se abrían túneles, en el centro de la estancia les recibía como si de un lirio se tratase la pequeña jardinera, tres lóbulos se abrían en el nivel, en ellos varias de esas plantas como si de trigo se trataran permanecían apaciblemente a pesar de la ausencia de luz natural, bajo este los lóbulos quedaban unidos por otros a menor nivel, también con doradas plantas plantadas.

Únicamente las hogueras con aquellas llamas azules iluminaban el lugar, dejando todo iluminado con aquel llamativo azul, sin embargo apenas emitía ruido al arder, por lo que el silencio era dominante en aquel lugar.

Te estaré esperando en los espejos, tu ve preparándote, ve por aquel túnel a tu izquierda, allí esta todo preparado, cuando estés listo vuelve y ve por este que baja a la derecha, no te preocupes, es un lugar íntimo, nadie te verá.

Ambos se separaron por sus respectivos túneles, el caminó en silencio, cada paso resonaba entre aquellas paredes levemente, a pesar de la calma seguía en tensión, no dejaba de pensar en las visiones de su pasado, y en lo que le deparaba.

Finalmente llegó al final del túnel, una pequeña cavidad cuya única decoración era aquella pared tan ricamente labrada en aquel mineral cristalino azul como lo que ya habituaba ver desde que llegó allí, Lapislázuli pensó que podía ser.

A su costado izquierdo una pequeña cascada brillaba como si de hebras se tratase con dorados, verdes aguamarinados y azules claros, como lo hacían al reflejo toda la roca viva de la cueva, junto a esta entraba luz natural desde las cavidades que acompañaban a la cascada, que caía al pequeño estanque a sus pies pacíficamente, a su otro lado un cajón de madera clara rematada en sus bordes con un metal oscuro esperaba con lo que parecía una toga blanca totalmente prístina, junto a esta una toalla también blanca, perfectamente doblada, reposaba sobre la caja.

Para finalizar la minimalísta decoración las campanillas alargadas frente a la pared se movía levemente, emitiendo su casi inapreciable melodía al son de la muy leve corriente de aire que circulaba allí.

Miró hacia el túnel de donde vino. No creo que haya nadie aquí, no me queda otra pues.

Dejó las botas apoyadas junto al cajón, pantalón y ropa interior medio dobladas sobre este al igual que su camisa, que pese a tener una costura que unía las partes cortadas por la espalda, seguramente cuando no estaba consciente, aún conservaba la mancha carmesí, ya oxidada, del ataque, que rompía con el blanco de esta.

Se acercó a la poza donde caía la cascada y tras pesarlo un poco sumergió su pie izquierdo.

Es solo la impresión… se metió bajo la cascada con cuidado y se sentó, dejando caer el agua sobre su cuerpo.

¿Como he llegado hasta aquí?. Miró el agua a su alrededor y las pequeñas ondas generadas por la caída de la cascada. Todo empezó aquel día, aquella maldita carta que me obligo a ir a aquel infierno helado… si no hubiera sido por aquella carta… hubiera acabado con la taberna familiar supongo. suspiró quizás hubiera sido lo mejor, una vida sencilla… en fin, es inútil pensar en ello ya, supongo que solo queda mirar hacia delante.

Se levantó con cuidado y salió de la poza, tomó la toalla y se secó concienzudamente, el aroma a lavanda en el que estaba impregnada agradó al enano.

No parece mal lugar donde pasar la eternidad este sitio aunque… eso de olvidar tu vida…. quizás olvidar esos años sea lo mejor para mi… tomó la toga y se la puso con cuidado, dejándola caer una vez enganchó la parte de arriba con uno de sus hombros con el pequeño engarce. supongo que tendré que ir descalzo y sin nada más, se lo tenía que haber preguntado.

Se dirigió a las campanillas y agitándolas levemente hizo que emitiesen su relajante tintineo.

Salió de aquella cámara, tardó poco tiempo en acostumbrarse al frescor del suelo al caminar descalzo, hasta le empezó a agradar el ir con aquella vestimenta tan ligera y aireada acostumbrado a portar pesadas armaduras, volvió a la jardinera y se adentró en el otro túnel, que bajaba levemente, tan espartana como los demás túneles de aquella cueva.

No sabía si fue aquel baño o las campanas, pero se notaba mucho más relajado, incluso tenía ganas de enfrentarse a lo que le deparaba, el último paso dio lugar a la gran galería, con Kleia esperando en medio de la salida del túnel.

Veo que estás mejor ahora y por cierto, te ves muy elegante ahora con esa toga, les pediré que te den una cuando salgamos de esta, me temo que tu camisa es irrecuperable, trataron de quitar esa horrible mancha, pero fue imposible.

Bueno, sigamos pues, ¿que he de hacer ahora?.

Debes mirar al espejo y abrir tu mente, una carga de tu pasado se desvelará y deberás enfrentarte a ella, ten cuidado por que puede volverse violento, como le pasó a Pelagos.

Bien, continuemos.

Acompáñame, estaré preparada por si pasa algo y… gracias por soportar todo esto por nosotros.

Esto… no se en verdad por que estoy haciendo esto pero…. gracias.

Entraron en la cámara tras aquellas palabras, sin saber lo que sucedería a partir de entonces.

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Celesthia bajaba la cuesta de Korthia con el ceño fruncido.

-De verdad Lady Vashj considera como amenaza un puñado de pellejosquilas?Tiene pinta de misión para novatos.
-Sea lo que sea hemos venido a ayudar y una misión tranquila no está mal.

Un poco más abajo vieron un extraño ser que parecía un búho de blancas plumas y un tamaño considerable,al menos comparándolo con cualquier búho de Azeroth.
Tenía cierto aire humanoide.

Earnur se acercó con curiosidad,pues lo vio un tanto nervioso.
-Necesitas ayuda?-preguntó el sindorei
-POPO HA VENIDO A AYUDAR AMIGOS!!-gritó el búho empezando a correr cuesta abajo.

Los paladines se miraron entre si…

-Lo va a matar el primer jurafauces que se encuentre-dijo Earnur alarmado.

Empezaron a correr tras él.

-Para tener unas patas tan cortitas corre como un zancudo de Lunargenta!!- dijo Celesthia.

Earnur iba a contestarle cuando vio al pequeño ser rodeado de jurafauces.

-No si se veía venir…- dijo la paladina levantando el escudo y entrando en combate.

Una sucesión de paradas para darle alguna extraña poción a unos humanos azulados que vestían unas túnicas largas y que ya habían conocido en el santuario y que sabían que pertenecían a la curia de Bastión…llegaron donde otro grupo.
Popo y Marilys mantuvieron una conversación mientras ellos esperaban expectantes a que el búho dejase de correr y ponerse en peligro.
Sin embargo escucharon algo sobre un enorme devastador y aquel búho suicida dijo:

-Yo lo paro!! No volverá a hacer daño a los amigos!!

Y salió corriendo en dirección a una falla que había más adelante gritando:

Enfrentate a Popo,abusón grandote y azul!!

-La madre que lo p…

A Celesthia no le dio tiempo a terminar la frase,de la falla surgió un enorme devastador de ánima.
Otros campeones se unieron a ellos y aunque el combate no fue fácil consiguieron derrotar a aquel enviado de Zovaal.
Y por suerte para ellos Popo dio sumisión por terminada.

Celesthia lo vio pasar por su lado con la bandeja de vuelta al santuario de la guía y gruño entre dientes.
-Maldito búho…
Cuando se iban a dirigir a la cuesta que los llevaba al mirador donde les habían asignado la misión algo extraño comenzó a suceder en la falla.
Los campeones a su alrededor se pusieron en guardia.
Empezaron a cruzar la falla un montón de arañas en oleadas unas tras otras.
-Zovaal envía un exterminador imponente!!-dijo una draenei a su izquierda.
-Un exterminador impotente?-preguntó Earnur.
Celesthia soltó una carcajada.
-Im-po-nen-te paladín!!
La sindorei se estaba riendo aún cuando de la falla surgió un enorme constructo metálico zarandeando los brazos.Solo le dio tiempo a verlo ligeramente…de un tremendo manotazo la envió volando.
Celesthia se estrelló contra un árbol cercano y perdió el conocimiento.

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Eärnur no dudó ni un instante,entre la “obligación” y la devoción optó por lo segundo.
Corrió hacia donde yacía inconsciente Celesthia,mientras convocaba a la luz. Antes de acabar de levantar el yelmo de ella,ya estaba lanzando una cura sencilla.
Celesthia desorientada abrió los ojos,encontrándose con un gesto preocupado en el oscuro rostro de su amado.
Estoy bien masculló.
¿Seguro?
Te he dicho que si,corre paladín, dale una lección a ese impotente malnacido…
Eärnur miró con dudas a Celesthia…
¡Corre paladín, dale una lección!
Eärnur apremiado por las exigencias de su amada,se dirigió hacia el monstruo,que permanecía luchando contra los múltiples campeones.
Con una calma fría,nacida de la ira,lanzó el escudo hacia la bestia, mientras lanzaba un grito destinado a llamar la atención del monstruoso ser.
¡Ven aquí, saco de heces.Le has hecho daño a mi amada,y eso no es gratis!
Eärnur se envolvió en la luz,y unas alas brotaron de su espalda, dándole un aspecto celestial. Se dirigió hacia el monstruo enzarzándose en el brutal combate que se desarrollaba.
En aquel momento,y mientras el monstruo caía abatido por los campeones, Celesthia esbozó una sonrisa viendo a su “triunfante” paladín…
¿Como no voy a amarlo? Murmuró con un suspiro

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El aire fresco golpeó su cara, ante ellos una espaciosa cámara se abría mostrando tres paneles de considerable altura frente a ellos y a sus respectivos lados, espejos lo llamó Kleia, pero parecía más bien de un material similar a la roca, tallada con esos motivos lineales y angulosos que tanto vio desde que llegó.

Al igual que en la anterior cámara el aire y unos halos de luz dorados entraban por algunas cavidades a los lados, iluminando levemente estos, a los pies de cada “espejo” un pequeño pedestal hexagonal parecía invitarlo a meditar en el, salvo estos la cámara no presentaba decoración o elemento alguno, solo roca viva brillando en sus vetas con los pocos halos de luz que lograban entrar desde fuera.

Bien, esto ya te será familiar, tienes que arrodillarte frente a uno de los espejos, meditar y abrir tu mente, no te preocupes, no juzgaré la carga que tengas, nosotros no hacemos eso.

Caminó hasta el pedestal y se arrodilló, miró fijamente la fría piedra a su frente, pero nada sucedía.

¿A donde debo mirar?, No veo el espejo por ninguna parte. Palpó un poco la fría piedra, no sucedía nada.

Concéntrate, no es un espejo como a lo que estas acostumbrado, tu solo abre la mente.

¿Y como hago eso?, no soy un monje ni nada por el estilo.

Ahonda en tus recuerdos, no dejes que nada te interrumpa, la primera vez puede ser difícil, pero esfuérzate.

Asintió levemente, cerrando sus parpados y tratando de centrarse en algo, decenas de pequeños lapsos recorrían su mente, como si de fotogramas se tratasen, pero no lograba ahondar en ninguno de ellos.

Céntrate, debes abrir tu mente. Con voz firme la acompañante trataba de encauzarlo.

Aún así no lograba centrarse, fragmentos y sucesos se sucedían sin parar, algunos más recurrentes que otros, los sucesos más recientes en su mundo natal se repetían más que los más añejos, poco a poco aquellos con tintes más oscuros se repetían con mayor frecuencia y duración.

Sigue así, ya falta poco.

La imagen de una elfa oscura, rodeada de un halo místico, una “Ren’dorei” como se hacían llamar se centró en su mente, aquel hermoso vestido, de telas tan finas que permitían hacer un vistazo a la escultural belleza del cuerpo de la ser, aquellas curvas, tan resaltadas con aquella toga, serían la envidia de cualquiera en Lunargenta, aquella tez, tan perfecta, inmaculada, parecía no conocer los estragos de la edad, todo en aquella ser era digno de ser considerada una diosa, y sin embargo algo fallaba.

Ya está, se esta personificando y…. algo va mal. Se alertó Kleia que escuchó alejarse hacia una pared.

El sin embargo no dejaba de recordarla, ignorante del monstruo que se formaba en el centro de la cámara, el amorfo ser oscuro comenzó a tomar la forma de la Ren’dorei a imagen y semejanza de como la recordaba.

¿Pero que?… ¡Se esta haciendo enorme!. Kleia volvía con una plateada lanza engarzada en un mástil de madera oscuro, cada vez más asustada. ¿¡Es una gigante!? Mirando hacia arriba temía que alcanzase el techo de la galería, cosa que casi logra las puntas de las orejas.

No dejaba de recordarla, no podía hacerlo pese a los gritos de Kleia, notó unos toques en su hombro que se volvieron agitados empujones rápidamente.

Ya esta aquí, despierta, debes afrontar esta carga.

Abrió los parpados y se dio la vuelta, ante el la Ren’dorei esperaba. ¡Tu!, ¡A ti te quería ver, arpía!. Se abalanzó hacia ella desarmado, cegado por la cólera trató de darle un puñetazo imbuido en luz, pero la Ren’dorei tenía otros planes para el, una mano oscura lo atrapó, alzándolo hacia arriba, a la altura de la cara de la elfa.

Mira a quien tenemos aquí, al “defensor” que no fue capaz de defender nada. La fémina voz, dulce y culta sería capaz de engatusar a cualquiera, aunque en el caso del enano no fuera así, por como trataba de zarzarse para liberarse del firme agarre de la mano de la elfa.

¡Muere bruja!. Le gritó encolerizado.

¿Y quien va a hacerlo?, un ente superior tiene planes para mí y me ordenó que eliminara a… los “invitados no deseados”, como tu.

Llorabas por que te abandonó aquel maldito pulpo, tenías que verte, miserable llorando rogando que no te matasen, tu esclavo no fue capaz de salvarte.

¿Estas seguro de ello?, y si… logré huir y sigo viva, no hubo cadáver cariño, en el fondo de tu ser sabes que sigo viva, y que estoy deseosa de encontrarte.

Escupió con desprecio a la cara de la elfa.

Que faz y ruin puedes ser, ¿no podías ser más educado y servicial como mi Comandante?, aquel iluso me obedecía sin rechistar.

Aquella respuesta solo aumentó la cólera del enano, su silueta empezó a iluminarse con la mismísima luz, pero aún así no era capaz de liberarse.

Pero no te pongas así…. espera un momento… ¿de verdad creíste que aquel tipo era un camarada?, el vacío lo controlaba desde antes de que lo supieras, iluso, desde el inicio os estaba traicionando…. y sobre aquel ser fantasmal… tenías y tienes razón, es un peligro para todos, obedece tus temores, acabara matándote a ti y a tus seres queridos.

Quiso dar cabezazos a la bella mano que lo aprisionaba, sin éxito.

¿Es que acaso no lo ves?, eres inútil, abandona tu cruzada y regresa a los bajos fondos, al fin y al cabo es lo único que se te da bien ¿tengo razón?, ser un matón de pacotilla que cobra por comisión unos miserables oros de sangre, deja de dártelas de héroe, pues lo estas haciendo francamente mal, sabes en el fondo de tu ser que no eres más que una carga…. ¿Acaso crees que lograrías alejarte de tu repugnante pasado haciendo esto?, lo siento, pero tus reprobables actos nunca serán redimibles, sabes que acabaras muriendo en una charca de heces en lo más profundo de los bajos fondos y luego acabarás en las Fauces, asúmelo.

¿Pero esta que se ha creído que es? Dijo indignada Kleia.

No la escuchó, el pequeño ser entró en cólera vengativa, las enormes alas de luz a su espalda logró traspasar los delicados dedos de la elfa y con ello el torrente de luz que se abría paso a lo largo del largo brazo que le aprisionaba, el grito de ira del mortal retumbó en toda la galería a la que toda la silueta de la elfa quedaba recorrida por ríos de luz que quemaban a la Ren’dorei que no dejaba de reír con prepotencia.

Podrás acabar conmigo, pero sabes que tengo razón. Dijo antes de arder y reventar convertida en una nube de cenizas.

El enano cayó en picado cegado, de un sprint pudo evitar que cayera al suelo Kleia, dejando caer la lanza, rebotando un par de veces dejando sonar su metálico sonido.

El mortal se zarzó y se puso en pie, las doradas alas casi le superaban en tamaño, y los ojos blancos asustó a Kleia.

Lo siento, pero he de hacerlo por tu bien. Apurada tomó la lanza y golpeó con el contrapeso al enano en la nuca, apagando su luz y haciendo que sus alas se disiparan en miles de fragmetos de luz pura.

Ya puedes descansar, lo has hecho muy bien. Escuchó antes de que su mente se tornara negra.

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Hacia mucho que no visitaba Dalaran, pero nada habia cambiado. Belter caminó por las calles recordando con nostalgia. La tienda de su prima estaba abierta, asi que entró sin llamar.

-Prima Menel…

El olor de las pocimas combinado con el de muchas plantas que se usan para fabricarlos inundaban la habitacion. Menel estaba esplendida, Belter la veía feliz y relajada. Se llevo una gran sorpresa, no sabian nada la una de la otra desde lo de N’zoth, asi que tenían que ponerse al día. Menel cerro la tienda temporalmente y la invito a un te. Ambas habían cambiado mucho pero al verse se sintieron igual que cuando se conocieron. Belter ya no vestía sus característicias togas blancas, parecía mas controlada e inflexible.

Argent y los niños tambien se alegraron de verla, ella les entrego unos regalos a los dos, pero Argent se sorprendio al ver que Belter portaba un anillo con el escudo de la alianza, no pudo evitar preguntar.

-Todo se complicó despues de Uldum.- Comenzo a explicarles.- Empecé a oir susurros y el cuerpo me picaba horrores. Cuando llegue a Lunargenta, junto a mi maestra sacerdotiza, no tenía explicación a por qué las sombras me absorvian la luz y aunque no quiso decirlmelo a mi directamente, la escuché a escondidas hablar de Alleria y los desterrados. Su preocupación por mi era sincera, pero si no…

-El vacio? -Pregunto Menel.

-Lo hecho, hecho esta. Lo bueno es que Alleria me recibió bien, me explicó algunas cosas sobre el vacio y como dominarlo, la alianza me ha acogido tambien como una más. Umbric tiene mucha paciencia conmigo, ahora estoy en una taberna de Ventormenta, cerca de él para los ejercicios, requieren una concentración y una disciplina constante, pero todo esta bien.

Miró a Menel con gesto triste.

-Se lo que paso con Elune. Lo siento mucho. - Belter le apretó las manos con complicidad.

Menel le hablo largo y tendido sobretodo lo que paso y sintió. Pero tambien de la bendición que fue ya ahora no había nada que la alejara mucho tiempo de su amores. Tuvieron una reunion muy animada, fue casi una celebración con los niños.

A la despedida Belter se dirigio a la familia con una gran sonrisa.

-Nosotros nunca nos despedimos definitivamente, pero tenía que veros, me voy a ausentar durante un tiempo. Si necesitas algo, Alleria podrá hacerme llegar el mensaje si no me encontrais en la taberna.

-Nunca pensé que te veria en Ventormenta y menos en una taberna - Menel bromeo con su prima.

-Habia que jubilarse de alguna manera- Belter soltó una carcajada.- Nos merecemos un descanso de tantas batallas, aunque los enanos dan mas guerra que un dios antiguo cuando se emborrachan.

El abrazo de despedida entre las primas se alargo mas de lo esperado y la visita sería un recuerdo que atosorarian en sus memorias.

Y asi me despido con Belter. No volveré a escribir con ella, pero nunca se sabe si llegaran otras aventuras.

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Hacia mucho que no visitaba Dalaran, pero nada habia cambiado. Belter caminó por las calles recordando con nostalgia. La tienda de su prima estaba abierta, asi que entró sin llamar.

-Prima Menel…

El olor de las pocimas combinado con el de muchas plantas que se usan para fabricarlos inundaban la habitacion. Menel estaba esplendida, Belter la veía feliz y relajada. Se llevo una gran sorpresa, no sabian nada la una de la otra desde lo de N’zoth, asi que tenían que ponerse al día. Menel cerro la tienda temporalmente y la invito a un te. Ambas habían cambiado mucho pero al verse se sintieron igual que cuando se conocieron. Belter ya no vestía sus característicias togas blancas, parecía mas controlada e inflexible.

Argent y los niños tambien se alegraron de verla, ella les entrego unos regalos a los dos, pero Argent se sorprendio al ver que Belter portaba un anillo con el escudo de la alianza, no pudo evitar preguntar.

-Todo se complicó despues de Uldum.- Comenzo a explicarles.- Empecé a oir susurros y el cuerpo me picaba horrores. Cuando llegue a Lunargenta, junto a mi maestra sacerdotiza, no tenía explicación a por qué las sombras me absorvian la luz y aunque no quiso decirlmelo a mi directamente, la escuché a escondidas hablar de Alleria y los desterrados. Su preocupación por mi era sincera, pero si no…

-El vacio? -Pregunto Menel.

-Lo hecho, hecho esta. Lo bueno es que Alleria me recibió bien, me explicó algunas cosas sobre el vacio y como dominarlo, la alianza me ha acogido tambien como una más. Umbric tiene mucha paciencia conmigo, ahora estoy en una taberna de Ventormenta, cerca de él para los ejercicios, requieren una concentración y una disciplina constante, pero todo esta bien.

Miró a Menel con gesto triste.

-Se lo que paso con Elune. Lo siento mucho. - Belter le apretó las manos con complicidad.

Menel le hablo largo y tendido sobretodo lo que paso y sintió. Pero tambien de la bendición que fue ya ahora no había nada que la alejara mucho tiempo de su amores. Tuvieron una reunion muy animada, fue casi una celebración con los niños.

A la despedida Belter se dirigio a la familia con una gran sonrisa.

-Nosotros nunca nos despedimos definitivamente, pero tenía que veros, me voy a ausentar durante un tiempo. Si necesitas algo, Alleria podrá hacerme llegar el mensaje si no me encontrais en la taberna.

-Nunca pensé que te veria en Ventormenta y menos en una taberna - Menel bromeo con su prima.

-Habia que jubilarse de alguna manera- Belter soltó una carcajada.- Nos merecemos un descanso de tantas batallas, aunque los enanos dan mas guerra que un dios antiguo cuando se emborrachan.

El abrazo de despedida entre las primas se alargo mas de lo esperado y la visita sería un recuerdo que atosorarian en sus memorias.

Y asi me despido con Belter. No volveré a escribir con ella, pero nunca se sabe si llegaran otras aventuras.

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Svelien contempló las vastas montañas nevadas de Dun Morogh y la hermosa extensión de tierra y montañas donde se encontraba Forjaz, la bulliciosa ciudad de los enanos. Aquella orgullosa creación había estado ahí por más de 5.000 años y no había obtenido un rasguño o grieta debido a la maravillosa mampostería de los enanos. Pero aunque las piedras no habían cambiado en 5,000 años, la ciudad definitivamente sí.

Debido a la guerra, hubo más reclutamientos para el área disputada de los campos de batalla donde una pelea siempre era bienvenida. Aunque sentía la necesidad de honor y el sentido del deber, Svelien se sintió triste al saber que su querida ciudad, su tierra natal estaba siendo devastada por una guerra innecesaria y aparentemente interminable.

Justo en ese momento, un gnomo pasó corriendo sobre una montura mecánica interrumpiendo sus pensamientos. Ese fue otro cambio en Forjaz.

Hace unos cientos de años, los orcos habían atacado la ciudad y el campamento de los gnomos, rompiendo el tratado de paz que había mantenido a la Horda y la Alianza detenidos durante tanto tiempo, pero lo más importante, expulsando a los gnomos sobrevivientes. A través de las montañas de Dun Morogh, a través de cuevas peligrosas, caminaron hasta llegar al refugio seguro de Forjaz. Atrapados entre la roca, los enanos reacios no tuvieron más remedio que saludar a los gnomos con hospitalidad y darles la bienvenida con los brazos abiertos.

Svelien, aunque sabía que estaba mal, resentía a los gnomos y los despreciaba. Le habían quitado la autenticidad a Forjaz y eso le irritaba. Si los enanos todavía estuvieran dirigidos por los cuerpos gobernantes de los clanes, entonces esto no habría sucedido … ¿O tal vez si? Por orgullosos y tercos que pudieran haber sido los clanes enanos no querrían parecer desalmados o vergonzosos a la Alianza, ya que podría haber una guerra contra los enanos e incluso si los gnomos no tenían un rastro de sangre enana auténtica en ellos, todavía eran seres y eso hubiera sido cruel.

En este momento, Dardo, su compañero tragadón gruñó y lo miró con convicción y el estómago vacío.

— Bien, vamos por algo de comida — murmuró Svelien y comenzó a caminar en dirección a la ciudad.

Cuando llegó al claro que se abría a las puertas, notó que algunos guerreros participaban en duelos amistosos. Fue testigo de un guerrero que intentaba apresurar a un mago solo para ser detenido por un hechizo de nova helada que lo inmovilizaba. Ella rió en voz baja y pasó con cuidado de mantener la distancia.

La primera entrada eran puertas de arco de madera con un pasadizo que revelaba un pasillo enorme y abierto con un techo inmensamente alto. Tapices colgados en la pared que mostraban los signos del clan de las antiguas familias de los enanos. Al final del pasillo había una estatua enorme y fuerte de Magni Barbabronce, el rey de los enanos. Esta estatua fue venerada y exaltada por todos los enanos leales al rey. El pasillo se desvió en dos direcciones, pero finalmente salió del mismo lugar.

Svelien giró a la izquierda y luego a la derecha, aquí es donde la bulliciosa y llena ciudad enana cobró vida.

Los compradores corrían por la ciudad buscando la compra adecuada para satisfacer sus necesidades. Los aventureros corriendo yendo a su destino final, los plebeyos luchaban en pequeñas disputas en las que los mejor entrenados y más musculosos casi siempre superaban al otro … ; se dirigió hacia uno de los vendedores de pan para conseguir algo de comida. Después de que Dardo estuviera satisfecho, giró a la derecha y se dirigió hacia la Sala Militar con cuidado de no caer en el “pozo de lava”.

La sala militar era simple y llanamente un pozo de fuego que no tenía ningún propósito en particular, residía en el medio del amplio espacio abierto. Las puertas y escaleras que conducían a las tiendas estaban agrupadas una al lado de la otra, algunas escaleras sobresalían de la pared mientras que otras estaban “de lado” para que subieras las escaleras y entraras por la puerta. La mayoría de los “edificios y tiendas” fueron diseñados de esta manera para proporcionar los espacios abiertos y las habitaciones bien ventiladas que los enanos disfrutaban.

Subió una escalera y entró en una habitación llena de armaduras y armas. La habitación era pequeña y estrecha pero lo suficientemente grande como para contener tres hombres y algo de mercancía.

— Hola jovenzuela, volviste, ¿cómo estuvo tu viaje?. — preguntó el comerciante de armaduras.
— Bien bien. — respondió la pequeña Svelien en un tono aburrido.
— Esa armadura … ¿ Puedo hacer que mis muchachos te arreglen ?
— Sí, por eso estoy aquí, sabes. — respondió con una sonrisa divertida en su rostro.
— Sígueme entonces. — el asistente de la tienda bajaba por unos escalones.

El sótano no era diferente de la parte superior en lo que respecta al tamaño. Todo lo que había en esta habitación era otro vendedor, un yunque y el resto de la mercancía.

— ¿ Qué está buscando hoy, señorita?preguntó el viejo de manera jovial.

Svelien se rió en silencio para sí misma. Después de todo, ella apenas era una niña.

— ¿ Qué tipo de mercancía comprarás hoy ?
— Malla
— ¿ Malla ? ¿ Quieres decir armadura de malla ?.en un tono alto y lento como el que usarías con un niño pequeño.


El sueño de Svelien continuaba ... otro paisaje totalmente diferente ...


Fue un baño de sangre, orcos asesinados en todas partes, sacerdotes, niños …
Las razas de la Alianza parecen ser asesinadas a golpe del hacha. Cráneos aplastados, intestinos derramados y solo quedaba uno. El Orco se arrastró hacia atrás en el suelo tratando de escapar de su adversario pero fue en vano, con un grito, la enana levantó su martillo por encima de su cabeza y lo derribó sobre el orco aplastándole el brazo pero dejándolo con vida.

— Esto es por los inocentes.Luego, atravesó la cara con la cuchilla y la abrió.
— Esto es por los niños que asesinaste. — El orco todavía tratando de escapar pero incapaz de llegar a ninguna parte.

Svelien acercándose agarrando el martillo con ambas manos lo levantó por encima de su cabeza …

— ¡¡ Y esto por mi hermano !! — se balanceó fuerte golpeando al orco en la cabeza.

Dejó el martillo, se quitó el casco y lo dejó caer al suelo para revelar su rostro con lágrimas en los ojos y una expresión verdaderamente dolorida.
Caminó entre los cuerpos de humanos y orcos antes de caer al ver a uno en particular, su hermano.

— Darient … yo … — No pudo encontrar las palabras y comenzó a llorar, sus lamentos cantaban al viento. Acunó al niño sacrificado y continuó sus gritos de dolor. — Mi hermano … mi hermano … — Levantó a Darient y caminó hacia un pequeño y despejado terreno donde comenzó a cavar un hoyo para su hermano y los otros inocentes sacrificados.

Pasaron varias horas y era la mañana del día siguiente cuando terminó los entierros permaneciendo en silencio mientras miraba por encima de las tumbas. No quedan lágrimas para llorar, no quedan palabras para decir aparte de oraciones, se giró para alejarse, dejando a los orcos expuestos a los elementos para que se pudrieran, de todos modos merecían algo peor. Recuperando sus armas del suelo y mirando por encima del hombro. “… Lo siento….” Luego continuó alejándose.

Imgur


<< — Y hasta aquí el arco de mi enana, Svelien, todo esto es un sueño mientras está malherida e inconsciente, pero no deja de ser la realidad de su pasado, quería reflejarlo de alguna manera y darle un poco mas de trasfondo a su historia ya que quedará aparcada, la aventura de Nhail tiene que continuar — >>

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Hacia mucho que no visitaba Dalaran, pero nada habia cambiado. Belter caminó por las calles recordando con nostalgia. La tienda de su prima estaba abierta, asi que entró sin llamar.

-Prima Menel…

El olor de las pocimas combinado con el de muchas plantas que se usan para fabricarlas inundaban la habitacion. Menel estaba esplendida, Belter la veía feliz y relajada. Se llevo una gran sorpresa, no sabian nada la una de la otra desde lo de N’zoth, asi que tenían que ponerse al día. Menel cerro la tienda temporalmente y la invito a un te. Ambas habían cambiado mucho pero al verse se sintieron igual que cuando se conocieron. Belter ya no vestía sus característicias togas blancas, parecía mas controlada e inflexible.

Argent y los niños tambien se alegraron de verla, ella les entrego unos regalos a los dos, pero Argent se sorprendio al ver que Belter portaba un anillo con el escudo de la alianza, no pudo evitar preguntar.

-Todo se complicó despues de Uldum.- Comenzo a explicarles.- Empecé a oir susurros y el cuerpo me picaba horrores. Cuando llegue a Lunargenta, junto a mi maestra sacerdotiza, no tenía explicación a por qué las sombras me absorvian la luz y aunque no quiso decirlmelo a mi directamente, la escuché a escondidas hablar de Alleria y los desterrados. Su preocupación por mi era sincera, pero si no…

-El vacio? -Pregunto Menel.

-Lo hecho, hecho esta. Lo bueno es que Alleria me recibió bien, me explicó algunas cosas sobre el vacio y como dominarlo, la alianza me ha acogido tambien como una más. Umbric tiene mucha paciencia conmigo, ahora estoy en una taberna de Ventormenta, cerca de él para los ejercicios, requieren una concentración y una disciplina constante, pero todo esta bien.

Miró a Menel con gesto triste.

-Se lo que paso con Elune. Lo siento mucho. - Belter le apretó las manos con complicidad.

Menel le hablo largo y tendido sobretodo lo que paso y sintió. Pero tambien de la bendición que fue ya ahora no había nada que la alejara mucho tiempo de su amores. Tuvieron una reunion muy animada, fue casi una celebración con los niños.

A la despedida Belter se dirigio a la familia con una gran sonrisa.

-Nosotros nunca nos despedimos definitivamente, pero tenía que veros, me voy a ausentar durante un tiempo. Si necesitas algo, Alleria podrá hacerme llegar el mensaje si no me encontrais en la taberna.

-Nunca pensé que te veria en Ventormenta y menos en una taberna - Menel bromeo con su prima.

-Habia que jubilarse de alguna manera- Belter soltó una carcajada.- Nos merecemos un descanso de tantas batallas, aunque los enanos dan mas guerra que un dios antiguo cuando se emborrachan.

El abrazo de despedida entre las primas se alargo mas de lo esperado y la visita sería un recuerdo que atosorarian en sus memorias.

Y asi me despido con Belter. No volveré a escribir con ella, pero nunca se sabe si llegaran otras aventuras.

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Otra vez aquella luz le despertó, sobre el las hojas moradas se mecían al son de la brisa, dejando entrar tenues haces de luz, con un poco de esfuerzo se levantó, quedándose sentado, parpadeando sin parar trataba de quitarse aquel manto que le ocultaba cual velo el mundo.

¿Estas bien?, Kleia me ha contado lo sucedido allí dentro, llegamos a escuchar los gritos desde aquí. Preocupado Pelagos le ayudó a ponerse en pie.

…. así que no ha sido una pesadilla… ¿esta bien ella?.

¿Kleia?, si claro, esta perfectamente, si no hubiese sido por ella… aún así lograste superar la carga mejor que mi última vez.

No recuerdo mucho, llegó un momento en el que perdí el control… y no me hubiera perdonado si le hubiera hecho algo a ella.

No te preocupes, ella no se dejaría atacar tan fácilmente.

Veo que la admiras y confías en ella, supongo que aquí si es posible… miró hacia las piedras planas que formaban el pavimento del lugar, todas unidas por unas juntas carentes de grietas.

Es mi nexo de alma, hemos vivido muchas cosas juntos y casi logró ascender ¿como no iba a admirarla?, aunque dudo que ella piense lo mismo de mi…. no lograba avanzar en las pruebas.

Como te entiendo, se que es intentar algo y fallar de la peor forma, decepcionando a todos en el intento.

¿Que son esas caras largas?, no me hagáis daros una reprimenda. Reprochó Kleia que acababa de llegar. La segunda prueba te espera Aspirante, en cuanto a ti Pelagos, nunca me has decepcionado, no me seas idiota con esas dudas ¿cuantas veces te habré dicho que confíes en mi?, nunca dejaré de ser tu nexo, jamás, si quiero estar contigo cuando haces las pruebas no es por que dude de ti, es por que me preocupo, si no hubiera sido por su compañero… no quiero imaginármelo. Se dio la vuelta, dándoles las espaldas, y tomó su bandolera, que se colgó en el hombro de un tirón.

Se la ve muy unida a ti, creo que deberías escucharla. le dijo susurrando a Pelagos y dándole un par de palmaditas en la espalda no deberías preocuparla.

Claro… tu tampoco eres tan mala persona como te haces creer, vámonos, no la hagamos esperar, cuando se enfada puede ser peor que un larión hambriento.

¡Te he escuchado!, ¿Que es eso de “peor que un larión hambriento”?. Le reprochó Kleia, aunque de forma amistosa, le dio un pequeño capón cuando se le acercó.

¡Ah!, solo era una broma. Le respondió cínicamente, bajo una radiante sonrisa.

Vamos Drethz, el Templo de la Pureza te espera. Dijo un poco enojada.

Claro… ojala pudiera confiar en vosotros, ojala. Se dijo para sí mismo a la que se acercaba a ellos.

Unas horas después, tras salir del Crisol del Aspirante, se detuvieron bajo un solitario árbol en aquel mar de trigo, sobre ellos un misterioso arco levitaba, una especie de palmera reposaba sobre este, parecido a los que vio por doquier en Tuercespina, salvo que sus hojas no eran tan planas ni verdes, estas parecían más aterciopeladas y azuladas.

El arco, compuesto de varios segmentos dorados separados, parecían crear un campo celeste ovalado en el centro, pero no sabía para que servía.

Kleia sacó una botella que contenía el mismo fluido morado que probó a su llegada y envuelto en un papel más bien normal unos trozos de lo que parecía carne asada de algún animal desconocido.

Toma prueba, es áspic.

¿No estará hecho de… esos “Administradores” no?.

¿Pero que dices? Claro que no, jamás cocinaríamos a los Administradores.

Lo siento, no quería meterme con vosotros.

No pasa nada, estas en un lugar nuevo para ti, pregunta todo lo que quieras. Respondió Pelagos dándole un bocado al áspic.

¿Para que es ese arco de arriba? Señaló al arco misterioso.

Eso es parte del flujo de ánima, cuando no había sequía fluía el ánima desde Fuerte Elíseo a donde fuera necesario, nos permitía hacer un montón de cosas… fue lo primero en desactivarse cuando vino la sequía, pero seguro que volverá…. seguro. melancólica Kleia casi rogaba que todo volviera a la normalidad.

Por cierto, no te lo he dicho hasta ahora, pero enhorabuena por la prueba.

¿Como que enhorabuena?, si perdí la cabeza.

Es normal las primeras veces el que pasen cosas así, a veces se sucumbe, otras se vuelven violentas las visiones y en otras se pierde el control, pero lo que importa es que vayas superándolo, ¿Como te sientes ahora que pudiste superarla?.

¿Como me siento ahora?. Umm… sigo opinando que Saidene es una arpía y quisiera arrancarle la cabeza con mis manos pero…. no se, siento algo que hasta ahora no había sentido.

¿Ves?, te hará falta más encuentros, pero vas bien encaminado, si te sirve de consuelo a la mayoría de Aspirantes les controlan desde el inicio, para llegar a tu nivel a la mayoría les cuestan varios encuentros, así que vas mejor que bien, aunque es cierto que aún te queda, no se que te haría en tu mundo aquella “Rendorei” pero te traumó mucho por lo que veo, por cierto, arpía es la palabra perfecta, hasta yo le cogí asco por la forma en la que te hablaba.

Gracias, pero aún sigo sin saber que es esa sensación.

Lo que sientes es que la carga que supone en tu alma ese recuerdo ha menguado, llegará un momento en el que la superarás si seguimos enfrentándote a ese recuerdo, prueba a prueba se reducirá hasta que puedas aplastarla con tu pie, prueba el Aspic, esta delicioso. Pelagos le pasó una ración aún envuelta, al cogerla notó que aún emanaba un poco de calor.

Son demasiados buenos conmigo, un completo extraño venido de otro mundo, es todo demasiado bueno para ser cierto… Miró con desconfianza a la pareja.

No se como serán en tu mundo, pero puedes confiar en nosotros y deja de darle vueltas a todo, come ya o te se enfriará. Kleia le pasó la botella con aquel zumo ya familiar.

Voy a probarlo entonces… Abrió el envoltorio, miró un poco la ración y le dio un bocado, que se deshizo en su boca al instante. Está…… delicioso, jamás había probado una carne tan tierna. De otro bocado tomó casi toda la ración.

Por supuesto que lo está, los Administradores saben como hacer las mejores comidas.

Veo que hacen un gran trabajo, debería sustituir “ciertos elfos” por administradores, la tienda iría mucho mejor.

Los tres soltaron una sonora carcajada, por primera vez en mucho tiempo el mortal rió.

Tras descansar siguieron caminando por las eternas colinas, unos acantilados rompieron la monotonía del horizonte.

Bien, ya estamos llegando, prepárate para la prueba de pureza, allí limpiaras uno de tus recuerdos que supongan una gran carga para ti, a diferencia de la que has hecho antes, aquí simplemente se almacenarán en el Archivo, no será tan duro como la primera a nivel físico aunque a nivel emocional puede ser si no aún más duro._

Al escuchar “almacenar” se le heló la sangre.

¿Estás bien?.

¿Tengo que….olvidar algo?.

Claro, es parte del camino y necesario para que la Arconte te conceda audiencia, se que es duro, pero todos hemos pasado por ello, además, solo será un recuerdo para que sepa que no vas por interés personal.

Ya… pero no quiero olvidar quien soy, ni de donde vengo.

Se comienza con los momentos más oscuros que el Aspirante desprecia de su vida, nada de lo que temes olvidar se tocará, son esos recuerdos que más te atormentan y más enraizados están dentro de ti.

….dicen que uno evoluciona y aprenden a base de sus errores aunque… hay una época de mi vida que ojalá no hubiera sucedido, no me siento nada orgulloso de aquellos años.

Entonces es muy posible que algún recuerdo de “esos años” toque ser limpiado, estaremos a tu lado en todo momento, no te preocupes Kleia le dio la mano, el enano tras dudar un poco aceptó.

Bien pues, continuemos.

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Ante ellos se erigía el acceso al valle, el arqueado puente permitía sobrepasar la pequeña laguna que se imponía ante ellos, las dos estatuas angelicales dejaban caer de los dorados cuencos que portaban la pequeña cascada de agua perpetua que alimentaba la laguna, pasaron el puente para llegar a una pequeña península, a los lados pequeños postes contenían más estandartes con inscripciones en aquel extraño idioma que no entendía cuyas inscripciones brillaban al reflejo de la luz natural, bajo estos un mesa llena de pergaminos y una pluma en su tintero reposaban esperando escribir algo.

Tras la mesa otro de aquellos kyrianos esperaba, aunque se parecía a Pelagos este era algo más alto, y portaba botas y guantes de algún tipo de metal que desconocía, pero sobretodo le llamó la atención las alas a su espalda, a pesar de haber visto a alguno de lejos aquella era la primera vez que veía uno tan de cerca, sin contar a Kalisthene.

Bienvenidos al Templo de la Pureza, tu debes ser uno de los dos mortales que han venido desde el Otro lado del Velo, permítete que me presente, soy Kosmas, y te ayudaré durante tu estancia en nuestro templo.

Buenas, gracias por la bienvenida.

No hay de que, gracias a ti por venir a ayudarnos en estos tiempos tan arduos, por cierto ¿Como lo hizo en el Crisol del Aspirante, Kleia?.

Sorprendentemente bien para ser su primera vez, tiene potencial.

Me alegro de escuchar eso, por favor, avancemos.

Los cuatro pasaron por debajo del arco entre las paredes del cañón, por supuesto coronada por aquel emblema en forma de lágrima.

Tras atravesar el pequeño cañón el valle ante ellos se manifestó, grandes muros verticales resguardaban el lugar a su vez de darle una atmósfera de paz y tranquilidad, el dorado que dominaba el resto del reino fue sustituido por el verdor azulado de la hierba baja, las flores de enormes pétalos, también azuladas y pequeñas flores amarillas rompiendo la monocromía del lugar, a pesar de que aquellas paredes verticales, de las cuales pequeñas plantas se aferraban al poco substrato existente en ellas, bloqueaban buena parte de la luz natural, palmeras de grandes hojas daban aún más sombra al lugar, estas sin embargo no estaban en el suelo como se esperaba pensar, si no que levitaban en unas extrañas jardineras verticales doradas, en un alarde de opulencia.

Las paredes verticales parecían retener la humedad, creando un microclima totalmente distinto al que ya estaba acostumbrado, las grandes fuentes de agua, intercomunidadas entre sí mediante cascadas o hilos de agua entre rocas redondeadas por el mismo elemento creaban una leve niebla perpetua que invitaba a la meditación.

Comenzaron a bajar las escaleras que llevaban al valle Bien, nos hubiera gustado tener el Templo en condiciones, pero el ánima escasea, y la duda aumenta entre los Aspirantes, por lo que tendremos que ser raudos por desgracia, el trabajo no deja de aumentar aquí y es que, desde que los Abjurantes se sublevaron y la ascensión debió interrumpirse, cada vez más Aspirantes dudan en el Camino.

Llegaron abajo, grandes campanas doradas levitaban gracilmente a pesar de su enorme tamaño.

Antaño este era un lugar de meditación, de limpieza, pero ahora no damos a basto, vosotros mortales parecen ser la respuesta a nuestras plegarias.

Me temo que esta equivocado, yo no vine a salvar su reino, no se como podría… tan solo soy un mortal que no sabe por que está aquí.

Son los primeros mortales que llegan a nuestro reino desde su creación, además están ayudándonos en todo lo que pueden, tu incluso te estas sometiendo a las pruebas a pesar de no haber sido aún juzgado, nos contaron que requerías audiencia con la Arconte, con vuestros actos os la concederá pronto, estoy seguro de ello.

Confían demasiado en nosotros, espero que no sea como pienso, pero me temo que todo esto puede ser consecuencia de una de los nuestros.

¿Como?, ¿Quien sería tan cruel de causar la sequía?, ¿fue culpa de esa “Saidene”? Kleia no daba crédito a las palabras del mortal.

No, como dije no estoy seguro, pero si estamos aquí es por ella, la antigua Jefa de Guerra Sylvanas, dirigía una facción en nuestro mundo, con la que estuvimos en guerra, tras desaparecer sucedió se abrió el velo… cometió grandes crímenes pero esto… es demasiado hasta para ella… no me hagan caso, no puedo asegurar nada, en parte estoy aquí para obtener más información.

Calmaros, ya sabremos más de lo sucedido más adelante, primero la prueba y ver a la Arconte. Pelagos se interpuso en la conversación.

Gracias Pelagos, bueno la prueba se acerca Aspirante. Le miró Kleia a la que se acercaban al lugar que le deparaba.

Unas preguntas antes si es posible.

Claro, pregunta todo lo que quieras.

¿Quien es el “otro mortal”?, tengo curiosidad, por si coincidimos alguna vez.

Pelagos respóndele, has tenido más contacto con el que yo.

Se hacía llamar “Argentsoul”, no creo que fuera su nombre de pila, pero da igual, dijo que era un “medio humano medio elfo”, me pareció buen hombre la verdad, quise agradecerle la ayuda pero me dijo que no era necesario, también quiere ver a la Arconte y “cambiar Bastión”, aunque no me dijo mucho más.

Ese nombre…. trató de recordar donde lo escuchó. me suena, juraría que lo vi en aquella boda… soul…. Se le volvió a helar la sangre maldición, ¿De verdad de entre todo el que podía venir aquí tenía que ser EL?, urg, es el “Alto Señor”, ya es lo que me faltaba, tener que escuchar el sermón de como traicioné a la Cruzada Argenta, a la Luz y de lo pecaminoso que soy… bueno, con suerte ni me conoce ni sabe nada de ello… suspiró con aún más suerte no me cruzo con el, mejor apresurarme entonces. Se dijo para si mismo en voz baja.

Se acercaron a lo que parecía una pérgola que no se fijaba en el suelo, si no que levitaba sobre una modesta alfombra, que parecía gruesa, en la cual dos cojines reposaban, uno cilíndrico y alargado, y el otro más bien redondo y achatado, rematado en el centro con un relleno en forma de semicírculo, todo ello tejido con hilo amarillo sobre un fondo de hilos azulados, como todo lo que los rodeaba, frente a estos una pequeña campana alargada permanecía detenida esperando a ser movida para tintinear, el techado parecía acristalado con segmentos azul lapislázuli, lo que daba a todo lo que bajo este se situaba un leve color azulado, alrededor del techado más estandartes en aquel extraño idioma se sucedían.

Bien, hemos llegado Aspirante, es hora de tu prueba.

Frente a ellos, junto a la alfombra, esperaba ella, una kyriana parecida a Kleia, salvo que como Kosmas también poseía alas y un atavio distinto a su acompañantes.

Buenas, tu debes ser el Aspirante mortal del que hemos escuchado hablar, por favor, siéntate en esa alfombra y ponte cómodo, Kleia y Pelagos, quédense aquí, necesitare su ayuda para esta prueba, ¿ya saben como funciona verdad?

Claro, pero es la primera vez que participamos como ayudantes y no como… bueno. Miró Pelagos al enano que se sentaba con cuidado tratando de no tirar de la toga.

Gracias por hacernos partícipes, le aseguro que no les defraudaremos. Kleia animada dejó su lanza apoyada cerca de la campana.

Kosmas puedes regresar, yo me ocupare de la prueba.

Me gustaría ver que clase de recuerdos resguarda un ser mortal, pero seguramente hayan muchos Aspirantes sucumbidos en la duda que necesiten mi apoyo, te lo dejo a tu cargo Helene.

Gracias, despidió con la mano a Kosmas que de un golpe de alas salió de allí. Bien, están preparados, esto… ¿Drethz te llamaron verdad?, ¿De verdad estás seguro?, una vez que comencemos no podemos detenernos, será la última vez que tengas conocimiento de esos recuerdos, pero no se destruirán, acabarán en el Enclave Nemónico, donde las vivencias de todos los aspirantes que han pasado por nuestro reino procedentes de infinitos mundos se almacenan.

Miró a Helene, luego a las cascadas que a lo lejos se sucedían frente a el, a Pelagos y a Kleia, se percató de como no dejaba de mover uno de sus pies en un acto de nerviosismo y se obligó a detener aquel acto, miró a Helene de nuevo y suspiró.

Estoy seguro, procedamos entonces, aunque no negaré que estoy nervioso y tengo algo de… miedo, ¿no recordaré nada de lo sucedido de ese recuerdo?.

Nada en absoluto, es un paso necesario para ascender, no podríamos realizar nuestra sagrada labor cargando con prejuicios y cargas de las vidas pasadas, tu eres una excepción pero… si realizas este acto mostrarás que estas realizando el camino, por lo que la Arconte se interesará más en ti.

Entiendo, no quisiera olvidar quien soy, quienes son mis padres ni nada del estilo…. aún no.

No te preocupes por ello, esos suelen ser los últimos recuerdos en ser almacenados, seguro que tienes infinidad de recuerdos que suponen una carga sobre tu alma por delante.

Comencemos, ¿Que he de hacer?.

Relájate y abre tu mente, escucha las campanas y respira el incienso, tus acompañantes se ocuparan del resto.

No te preocupes, todo irá bien. Pelagos le dijo en voz baja tratando de relajarlo.

Helene encendió unas varillas de un color morado, como si de lavanda se tratara, al menos el olor era muy similar, y la puso en el borde de la alfombra, de tal manera que le llegara el aromático humo al mortal. Bien, acuéstate y cierra los ojos Aspirante.

Se acostó, apoyando su cabeza en el cojín cilíndrico, miró hacia arriba, al techado acristalado y cerró los ojos, así le llegó el olor a “lavanda” a su no pequeña nariz, inspiración por inspiración el olor le llegaba más hondo, relajándolo cada vez más.

Bien, es vuestro turno, en breve empezará a visualizarse su sueño.

Abrió los ojos, ante el el paisaje, los olores, la atmósfera y todo a su alrededor cambió drásticamente.

miró hacia delante, a su alrededor doradas colinas se sucedían ininterrumpidamente, solo interrumpido por los edificios que frente a el se erigían, un paisaje muy similar a la de Bastión, pero miró al cielo, las nubes y el Sol, que ya estaba poniéndose, que tiñendo las nubes en colores anaranjados y amarillentos, dejaba claro que era su mundo natal, Azeroth.

Ya he llegado, Arrollo de la Luna… abrió el papel doblado y miró la imagen adjunta, en ella un hombre ya pasado en años, de pelo cano y grandes entradas, lleno de arrugas atestiguando su edad avanzada se mostraba en la imagen, debajo, el papel contenía diversa información del individuo.

Caminó por el camino, lleno de charcos, agujeros y malas hierbas, desde hacía años el mantenimiento brillaba por su ausencia, más allá de la toma del pueblo por parte de los Defias.

Vaya agujero más infecto de pueblo, vivir aquí ya es mayor castigo que las mazmorras de Ventormenta… a ver donde está este tal “Louis”.

Más de una mirada indiscreta se fijó en el joven enano, no quedaba edificación que no mostrase los estragos del tiempo, la pobreza y el abandono, ninguno conservaba vidrio intacto, de hecho rara era la ventana que no estuviera tapiada por tablones de madera, las farolas que aún estaban erguidas carecían de su farol, robadas y vendidas al peso más que seguro, además, hacía años, quizás desde la Segunda Guerra, que ningun tablón recibía lacado alguno, por lo que el implacable Sol y la cercanía a la costa hicieron estragos en estos, mostrándose apagados, oscuros, a punto de ceder.

Según la información debe estar…allí. señaló una decadente casa, cuyo techo se presentaba corvado, carente de multitud de tejas, cuyos agujeros trataban de tapar tablones de madera, por lo que se dirigió allí.

Trató de pasar desapercibido para la guardia local, que parecía más bien rateros y ladrones por sus capuchas y vendas ocultando sus rostros, y tocó a la maltrecha puerta, hecha de tablones superpuestos.

Golpeó de nuevo, viendo el silencio de la primera vez, esta vez sin embargo la puerta se abrió con un fuerte crujido, mostrando al anciano humano entre las sombras.

¿Quien eres tu.?… ¿Que hace uno de los tuyos en este páramo sin ley?.

Eres… ¿Eres “Louis” verdad?, me envía… La puerta se cerró de golpe con un crujido, eso hubiera pasado si el enano no hubiera puesto la puntera de su pie entre esta y el marco, notó el dolor en sus dedos pero empujó la puerta, entró y cerró, ahora ambos en la casa.

¿Eres uno de los matones de ese condenado goblin verdad? Dijo el humano cerrando el cerrojo de la puerta nervioso.

Si, me ha enviado para que le devuelvas el oro que le debes, se ha hartado de esperar.

¡Le dije que no tengo el dinero!, necesito otro aplazamiento, las cosas no han ido nada bien desde que esa condenada guardia regresó de Rasganorte…

Dice que no hay más aplazamientos, quiere su oro ya.

¿Que parte de que no tengo el oro no entiendes?, no he podido usar la mina desde que la corona contrató mercenarios, y los Defias también quieren su mordida, he tenido que empeñar mis joyas para pagar la “protección”.

Eso no es mi problema, te prestó… miró la hoja 300 oros, y con las comisiones y los aplazos sube a… 1500 oros, dame ese oro ya.

El anciano fue a un estante y tomó un saquito de lino que le dio al enano. Esto es todo lo que tengo, era lo que me quedaba para comprar algo de comer.

No trates de darme pena con esto, sabías las condiciones cuando solicitaste un prestamo a Hindeburg, ahora quiere su oro. abrió el saco y contó las monedas. …. tienes un problema, aquí solo hay 35 oros, 3 platas y 12 cobres, ¿Donde esta el resto?.

¿Estas sordo o que? No me queda más.

Suspiró. tendrá que recuperar su oro por las malas, ¿tienes algo de valor?.

Nada, te dije que me tocó vender las joyas de mis antepasados para pagar la mordida Defias.

Tienes muchos problemas, si no puede recuperar su oro en especias… tendrá que ser por las malas, no me juzgues, solo soy un mandado.

¿Vas a matarme por 300 miserables oros? Dijo entre ira y lágrimas el anciano.

No, pero toca demostrar que pasa cuando no se pagan las deudas… sacó de su mochila un guante de placas metálicas y se lo puso, miró alrededor por si había alguien alrededor, como estaba anocheciendo pensó que ya estarían todos emborrachándose con alcohol barato en la decadente taberna local con el poco oro que robarían de algún pobre viajero desgraciado.

Dio un puñetazo en el costado al señor, haciéndolo caer al suelo de golpe, allí empezó a golpearlo también en el costado con sus botas, pese a los gritos de dolor del señor nadie parecía darse cuenta de lo que pasaba allí, unos eternos minutos más tarde los gritos cesaron, se agachó el enano, comprobó que aún latía su corazón y respiraba y se levantó.

Soy autentica escoria ahora… maldito el camino que mi vida ha tomado ahora, si este es el primer trabajo para ese maldito goblin no quiero imaginar que me depara… en fin, ya no hay vuelta atrás, 30 oros… mi comisión será de…hizo cuentas mentales 5 miserables oros, voy a tardar años en reunir el oro necesario para la reconstrucción…. maldita sea. Dejó caer el saco con 5 monedas de oro junto al herido Louis y salió de la casa con el pequeño retrato del señor con una mujer a su lado en su mano.

Caminó a la plaza central del pueblo, en ella lo que quedaba de una fuente permanecía llena de basura y residuos que no quisiera saber que era en su base, los últimos haces de luz luchaban por traspasar el horizonte, la noche se acercaba y era mejor salir de allí antes de ser asaltado por algún bandolero.

5 oros… 5 malditos oros de sangre, pero bueno, 5 oros menos para obtener la libertad…si no muerto antes… en fin.

La fuente desapareció de un plumazo, como si de humo se tratara, de el, la taberna fue la siguiente, uno tras otro cada edificio desaparecía de el, postes, basura, trigo, la Luna, nubes, olores, aire, ruido, aves, todo, al final no quedó nada, por último desapareció el mismo.

….ya está, hemos liberado su alma de esa pesada carga…. Aspirante, puedes despertar.

Abrió con esfuerzo los parpados, lo primero que vio fue aquel techado azul lapislázuli sobre el, el rostro de los tres kyrianos invadió su horizonte.

¿Recuerdas algo de tu sueño, Aspirante?.

Urg… ¿recordar mi sueño?… Trataba de recordar lo que había soñado, pero no conseguía recordarlo por mucho que lo intentara. la verdad es que no, ¿cuanto tiempo llevo durmiendo?.

Un buen rato, ¿Estas seguro de que no recuerdas nada?, era un lugar muy muy parecido a Bastión, pero… a su vez muy distinto. Pelagos sudaba un poco de esfuerzo.

Un lugar parecido pero distinto….

Si, era dorado, con muchas colinas, pero…. muy decadente.

Creo que es ¿Páramos de Poniente?.

Si, eso es, no era un lugar muy feliz que se diga… y entiendo que tratabas de decir de tu pasado, fuiste bastante duro, aunque aún así en el fondo se te veía bien intencionado, estaba claro que estabas obligado a hacerlo, pero sufrías mucho por ello.

Lo que habrán visto no es más que un pequeño capítulo de mi deleznable pasado, me volví un monstruo con el tiempo.

Esta claro que esos son los recuerdos que más pesan sobre tu alma, si los actos que acometiste los hubieras hecho por codicia o maldad no serías bienvenido aquí, pero esta claro que te viste obligado a ello… dijiste que era tu primera vez ¿Recuerdas algo de tu primer acto “deleznable”?. Kleia ayudó a alzar al mortal un poco, lo justo para que se quedase sentado.

¿La primera vez?…déjame pensar… en Páramos de Poniente… no espera, la primera vez fue pasados meses… umm… lo más antiguo que recuerdo fue en… Costa Oscura si, pobre elfo… pero no se parecía ese lugar en absoluto a Páramos, era un bosque costero poblado por una raza de elfos, con orejas puntiagudas, más altos que los humanos… aunque no fue la primera…. Trataba de recordar más al pasado, sabía que algo sucedió antes, pero no lograba recordarlo, era un vacío en su mente, como si nunca hubiera sucedido. nada, no consigo recordarlo, imposible.

Entonces has superado con éxito la prueba, hemos archivado aquel recuerdo que tanto te atormentaba y tu mente no dejaba de recordar, ese recuerdo realmente era una gran carga para ti, lo hemos visto, realmente te sentías culpable en todo momento por ello.

Eso fueron los primeros meses, acabe insensibilizado al final….por desgracia.

Desde luego tu alma esta llena de cargas de culpabilidad, deberíamos continuar en el futuro con la limpieza de cargas, pero debes seguir adelante, Aspirante.

¿La Arconte quiere audiencia?. Dijo con algo de emoción.

Ya sabe del éxito de las pruebas, debes ir al Reposo del Héroe e informar, allí…. un momento… ¿Esos no serán…. la voz de Helene se heló, por lo que vio el mortal, estaba temblando de miedo ….Abjurantes?…. ¿Pero el resguardo no estaba activo?.

¿Abjurantes? Dijeron Kleia y Pelagos al unísono. no puede ser, el Resguardo se supone que nos protegía… Kleia temblando de horror trató de coger su lanza, la cual se le resbaló a causa de sus temblorosas manos.

Maldición… no tengo nada…. ¿Y mi armadura?. Preguntó el enano.

Crisol del Aspirante. Pelagos miraba al horizonte, a aquellos puntos negros que se acercaban rápidamente a ellos.

No os pienso abandonar, necesito un arma.

Coge mi lanza, yo ayudaré a evacuar el templo junto a Pelagos. Kleia le pasó al enano la lanza.

De acuerdo, apoyaré a la defensa…

Gracias por todo, por favor, ten cuidado. Pelagos se alejó un poco.

No se preocupen por mi, huyan mientras puedan, yo aún puedo morir.

Nos vemos en el Reposo, allí estaremos seguros. Kleia tomó a Pelagos de la mano y se marchó a la zona central, donde los dudosos aspirantes miraban incrédulos al oscuro ejercito que se les acercaban.

Eridia esta aquí, informa que te unes a la defensa, ve a aquel templete del fondo, ya están organizando la defensa… ten cuidado por favor. Helene apagó el incienso y salió hacia las escaleras hacia donde esperaba Kosmas.

¿Por que estoy ayudando?… debería huir…. sería lo más sensato si pero…. Miró a los defensores organizándose. Maldición, es que no aprendo… soy idiota, huye…… huye… no me importa esta gente…. huye…. Tomó la lanza y corrió….hacia el templete donde organizaban la defensa.

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Lo que hacía unos instantes era conocido por ser un remanso de calma y tranquilidad se había revelado en gritos de terror, objetos cayendo contudentemente al empedrado, en muchos casos rompiéndose y caos, algunos aspirantes huían hacia la entrada, otros miraban, algunos estupefactos, otros dubitativos, a los seres alados negros que se acercaban a gran velocidad, los empujones de quienes huían se sucedían continuamente, no era raro ver a alguno caerse y siendo pisado por otros que cegados por el miedo corrían hacia las escaleras.

El corría, lanza en mano, como podía entre la multitud en contracorriente, más de uno le golpeó, motivado por el miedo y por su altura, hasta que logró llegar al pequeño palacete resguardado por los kyrianos armados.

¿Mortal?, ¿Que haces aquí?, huye mientras puedas, los Abjurantes van a atacar. Uno de ellos le dijo alarmado.

¿Como demonios han logrado atravesar el resguardo?… ¡Debemos defender el Templo, están atacándolo!. Escuchó de otro.

¿Podría ser culpa suya lo del resguardo?. Otro rumoreó al fondo.

¡Basta ya!, Debemos defender a toda costa a los aspirantes, ¿Tienes experiencia militar, mortal?. Dejaron paso a la ser alada, de mayor tamaño, su masivo martillo sería capaz de destrozar un yunque de un solo golpe.

Si. Dijo sin dudar.

Bien, lucharás bajo mis ordenes entonces, defenderás a toda costa a los aspirantes, debemos rechazar el ataque de los Abjurantes y evacuar al Crisol de los Aspirantes a todo quien no pueda defenderse, marchen al frente, que la Arconte os bendiga, yo he de dirigirme al Templo principal._

Los siguientes minutos sucedieron demasiado fugaces, tomó un cuchillo prestado de otro defensor, cortó a la altura de sus rodillas la parte inferior de la toga y marchó junto a los demás al borde del valle, y del Reino.

¿Estas seguro así?, deberías ir a la retaguardia, vas con una toga. Le comentó uno de sus compañeros.

Estoy bien, no te preocupes.

Llegaron al borde, tras ellos una gran campana dorada permanecía silente, frente a ellos el nutrido grupo enemigo se acercaba, estando en el frente una de mayor tamaño, los nervios en todos era creciente, incluido en el mismo, las siluetas se hicieron mayores, al llegar todos se detuvieron en vuelo salvo la ser de mayor tamaño, que se acercó sola a ellos, todos se pusieron en guardia de inmediato.

Algo va mal, ¿por que viene sola?. Murmuró uno.

Es alguna clase de treta, no pierdan la guardia.

La ser llegó al borde del valle, justo detrás de la barandilla que separaba el reino del vacío, con su mirada examinó el ejercito ante ella.

¿Lysonia es una de ellos?. Dijo exaltado alguien detrás.

¡No te dejaremos pasar traidora! Gritó alguien cerca de el.

Vengo a traer un mensaje, kyrianos. La ser habló con una voz reconciliadora que no esperaba de alguien cuyos efectivos ya estaban atacando la lejana plataforma que dominaba todo el complejo. Durante eones hemos sometido a la tiranía de la ascensión, teniendo que olvidar nuestra vida, lo que eramos, por una líder inmisericorde y tiránica, uno tras otro cada uno de nuestros recuerdos, de quienes fuimos, de quienes amamos, todos uno a uno desgarrados por sus frías manos._

No dejaba de mirar aquella ser, le recordó a Eridia, salvo que el prístino blanco y el azul celeste dieron paso a matices oscuros, alas negras y piel morada.

Tengo una oferta que ofreceros, únanse a los Abjurantes, y ayúdenos a construir una nueva Bastión, libre de la tiranía de los kyrianos, o mueran por una decadente curia, suya es la elección, esto va para todos los kyrianos.

Con esas palabras tan contundentes los murmullos inundaron el lugar, algunos aspirantes comenzaron a dudar cada vez más, uno de ellos sucumbió a ellas, tornando en los mismos colores que la portavoz, poco a poco más y más aspirantes sucumbían a la petición de aquella ser y comenzaron a huir hacia la senda que bordeaba el límite del reino, pero por el lado inverso al que usó el enano.

Ustedes también tiene aún tiempo para decidir antes de atacar, ¿Van a unirse a nuestra causa, o por lo contrario van a defender la tiranía?. La ser miró al frente armado.

¡Nunca traicionaremos a la Arconte, traidora.! Gritó alguna tras el enano, más gritos lealistas se sucedieron en el frente.

Miró directamente al enano, como si estuviera mirando algo que estuviera fuera de lugar. Así que tu eres el mortal del que tanto se esta hablando últimamente, este no es tu lugar, y aún así estas luchando por la tiranía kyriana, entrégate y procuraremos que tengas un juicio justo, resiste y muere con ellos, tuya es la decisión.

Los demás a su alrededor le miraron fijamente, notó un nudo en el cuello y unas ganas de ir a un servicio urgentes, la maza que portaba esa tal “Lysonia” era más larga que un Tauren, y sería fácil para ella destrozarlo de un golpe, se maldecía por haberse comprometido a luchar por unos seres que no conocía de nada.

Yo… Dudó un momento, no sabía si estaba apoyando a la facción apropiada, pero la consigna de “unirse o morir” le sonaba demasiado radical. …no puedo entregarme.

Has cometido un gran error mortal, tu alma pagará caro el apoyar a la tiranía del olvido. Un aleteo de aquella ser fue suficiente para alejarse de allí, rápidamente voló hacia el grueso del oscuro ejercito.

Tienes coraje, préstanos un poco de ella para el combate que se avecina, que la Arconte te bendiga, mortal. el compañero a su lado le agradeció con sinceridad su decisión.

Giraba la lanza a consecuencia de sus nervios, una vez llegó Lysonia al grueso de su ejercito estos cargaron hacia ellos, el se preguntaba como demonios llegó a esa situación, todos a su alrededor mantenían la formación a pesar del miedo y los nervios.

Prepárate, se aproximan, confía en nosotros lo que nosotros confiamos en ti, hermano. Le dijo el otro compañero a su otro lado.

No queda otra… suspiró. tendré que volver a confiar en la Luz, por favor, no me falles. Parecía rogarle a la Luz, a la que le dio hace tanto tiempo las espaldas.

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Como si de una bandada de cuervos asaltando su carroña se tratara se lanzaron , lanza en ristre, hacia la posición de los defensores, apenas tuvieron tiempo para reaccionar, el chocar de lanzas y los gritos de guerra inundaron el valle, antes conocido por su paz.

La batalla sucedía tanto en el aire como en tierra, cruentos enfrentamientos se sucedían en el aire, haciendo caer con fuerza a los heridos entre movimientos imposibles, en tierra la crueldad no era mejor, un ala negra cercenada salió despedida, un torrente de sangre rompía el pulcro blanco de un kyriano, y entre gritos de ira, agonía y dolor se encontraba el mortal, tratando de sobrevivir.

Uno de los Abjurantes logró alcanzarle, y de un giro de su afilada lanza atacó al enano, que intuitivamente interpuso su lanza en la trayectoria, la fuerza de la parada casi le hizo perder el equilibrio, otro arco iba hacia el aun cuando trataba de enderezarse. ¡Es tu fin mortal, muere!.

¡Maldición!… por favor que funcione. Se dijo a sí mismo.

¿Eh? la luz sobre el le hizo mirar hacia arriba, haciéndole fallar el tajo ¡Arg! En cuestión de segundos el martillo de luz impactó sobre su cabeza, aturdiéndolo.

¡Hyaaa!. Con fuerza empujó su lanza hacia el torso del Abjurante, atravesándolo, haciendo que la ensangrentada punta saliera por la espalda, el ser expulsó sangre por su boca, cayéndole en la blanca toga.

El grito del atravesado ser quedó ahogada por cientos de gritos más, el ser se retorcía como una serpiente sin cabeza, una vez notó el peso muerto en la lanza la arrojó junto al ahora Abjurante muerto y tomó la morada lanza.

….gracias. dijo el mortal para si mismo.

No le dio tiempo a reponerse, el grito de otra Abjurante colérica le puso en guardia.

¿Que le has hecho?, !Te voy a matar, asesino!. Por las lágrimas de su cara supuso que sería un camarada cercano a ella, tendría que ocuparse el, puesto que los demás defensores trataban de mantener el terreno como fuera.

La Abjurante atacó a su flanco, pudo esquivar con una cinta y contraatacar lanzando un ataque hacia las alas, a pesar de hacer saltar varias plumas negras por los aires, no logró nada, pues la ágil Abjurante se corvó hacia su flanco.

Es… es ágil…

¡Llevas su lanza!, haré que la sueltes aunque sea lo último que haga. hiperventilando la Abjurante le gritaba encolerizada.

Abrió sus alas y se lanzó a ras de suelo con su lanza contra el enano, pasó sobre su hombro dejando una pequeña estela de sangre a su paso, pese a la dureza de la ahora pétrea piel del mortal, la lanza logró seccionar la roca, haciendo que su hombro supurase sangre.

¡No puede ser posible!… La piel tornó otra vez a su estado ordinario. otra así y no la cuento… la Abjurante trataba de recuperar el aliento. son buenos… aunque…. miró “su” lanza. esto va a ser poco honorable.

¡Ataca!, ¡Deja de defenderte!. Gritó la Abjurante, sudando a mares.

Esto esta ya hecho… es como yo… en aquella cámara…. pensó. Bien, si quieres la lanza ven a por ella, no pienso hacer nada. Extendió sus extremidades y dejó caer la lanza al suelo.

¡Muere, malnacido! Otra carga aérea a ras de suelo, lanza en ristre, hacia el osado mortal.

Lo siguiente que la Abjurante vio fue el suelo, se desplazó varios metros arrastrándose, dejando caer la lanza, otra vez un Abjurante aturdido por un martillo de luz.

El mortal agotado trataba de tomar aire como podía. Bien… la batalla no ha concluido pero… no puedo continuar usando la luz para aturdir…

La Abjurante gritaba de dolor e ira en el suelo, pero por mucho que luchase para levantarse le era imposible.

¿Esta viva?, nos la llevamos para interrogarla, gran trabajo mortal, por favor préstanos más tu ayuda. Dos kyrianos heridos tomaron a la Abjurante y huyeron rápidamente con ella. Sin más dilación tomó la lanza.

¿Eh?. El aura de luz evitó que el nuevo tajo que recorría diagonalmente su espalda fuera letal.

Estas recorriendo un camino corrupto mortal. Se dio la vuelta, ante el, otro Abjurante portaba una lanza bañada en sangre.

¿Cuando ha atacado?, Maldición, este no se parece a esos dos indisciplinados… Pensó, ahora en guardia.

Estamos perdiendo el tiempo, haz que esta lucha sea digna. Se abalanzó hacia el enano sin duda alguna.

Ambos atacaron a los flancos de su respectivo enemigo, esquivando mutuamente los ataques, los impactos de las lanzas se sucedieron uno tras otro fieramente, aquel Abjurante se movía con la soltura de un veterano guerrero.

Un ataque, una parada, otro ataque, otra parada, por mucho que intentaran adelantarse a su contrincante este le leía su movimiento, deteniéndolo o esquivándolo.

Se detuvieron uno frente al otro, ambos jadeaban asfixiados, pronto uno de los dos caería, y uno de ellos estaba más cansado y herido.

Debo…acabar de un golpe… ¿pero como?… si uso la Luz caeré agotado…. su mente analizaba como acabar contra su contrincante, si solo hubiera descansado lo suficiente no sería tan problemático. …no queda otra.

Se abalanzó contra el Abjurante, este dio con esfuerzo un paso hacia atrás a la que el enano le comió el terreno, sin embargo este se detuvo y barrió el espacio entre ellos con su lanza haciendo arder el aire entre ellos, anonadado el Abjurante no pudo esquivarlo.

La lanza ardía con la furia de la Luz, al igual que el Abjurante que gritaba en agonía al verse consumido por el fuego sagrado, el enano se acercó a el y le cercenó la armadura de su torso de un contundente golpe.

Se acabo… incó la rodilla en el suelo, apoyándose en la lanza ya apagada.

La Arconte os esta engañando… ella…. lo sabe todo…. vomitó un poco de sangre.

¿Como que ella lo sabe todo?… entonces…

Estas siendo….utilizado… ¡Arg!. La lanza dorada se deslizó por el cuello del moribundo Abjurante, que cayó silenciado como un saco lleno.

No le escuches mortal, intentan sembrar la duda entre todos nosotros. El Kyriano, sembrado de cortes y roces en su armadura sujetaba la lanza ejecutora, bañada en sangre Abjurante.

Pero… pero pudimos haberle hecho hablar…. Anonadado y algo asustado miró al kyriano.

Iba a morir igual, le he ahorrado el sufrimiento… por cierto estas herido, te llevaré a que te traten esas heridas.

Puedo ir solo… Quiso levantarse, al hacerlo perdió el equilibrio, teniendo que apoyarse de nuevo en la lanza.

Tienes que reponer fuerzas, te llevaré en un momento. El ascendido dejó su lanza apoyada en el suelo y tomó con su brazo al enano con firmeza. Bien, trata de no moverte, esos cortes deben ser cerrados cuanto antes.

¿Era necesario… matarlo así?, ¿Acaso no toman prisioneros?.

Ahora verás con tus ojos los atroces actos que han cometido, me temo que esto es una lucha por nuestra supervivencia, ellos no suelen tomar prisioneros, el estaba consumiéndose por dentro.

Alzó sus alas y con un fuerte impulso alzó el vuelo, a lo lejos se veían a los Abjurantes huir del templo, algunos volando erráticamente.

Hemos logrado repeler este ataque, pero sin el resguardo atacarán de nuevo pronto, ya hemos perdido muchos buenos hermanos en esta batalla, y por desgracia muchos aspirantes han sucumbido a la duda…

Se dirigió al templete de donde vinieron, bajo ellos montones de cuerpos blancos y negros, aunque mayoritariamente negros, se esparcían por toda la explanada inertes, no solo ascendidos y su contraparte cayeron en combate, si no que también se sucedían entre estos los cuerpos de los aspirantes y administradores bañados en charcos de su propia sangre.

Contra esto luchamos, contra quienes matan sin piedad a quienes no tienen la ocasión de defenderse, lo que estas viendo es una matanza, ellos eran los aspirantes que a pesar de tener dudas se mantuvieron fieles y decidieron no sucumbir a ella, ninguno tuvo la más mínima oportunidad frente a ellos, como escuchaste son ellos o nosotros…. esto simplemente no es justo, ellos no les hicieron nada, y aún así los mataron a sangre fría.

El enano vio en silencio los aspirantes muertos, muchos de ellos presentaban heridas en el cuello o la espalda, muchos ni siquiera vieron ver su fin.

Bien, hemos llegado, no te lo he dicho, pero has luchado con coraje mortal, para quienes te hemos visto eres un hermano de armas, gracias por ayudarnos a defendernos.

Descendieron frente al palacete, delante de ellos el ritmo era frenético, los heridos no dejaban de llegar, los administradores llevaban bandejas plateadas llenas de útiles médicos a los kyrianos que trataban a los heridos en el ataque, las camillas se sucedían una al lado de otra estando la mayoría ya ocupadas.

Bien, he de marchar, cuídate por favor, te proveeremos de un equipamiento digno si luchas de nuevo por nosotros, que la Arconte te guíe. Se despidió y salió impulsado hacia el cielo.

¡Arg!, Miró a su tajado hombro. No puedo seguir así, necesito la armadura de vuelta y… Miró hacia la pequeña laguna frente al templete, enmudeció ante lo que sus ojos captaban, los cadáveres de varios aspirantes flotaban rodeados de la sangre diluida de estos, sin decir nada caminó en la someras aguas, acercándose a uno de esos cadáveres.

Como….¿Como han podido hacer esto?…. Miró la herida en la espalda, el profundo corte la atravesaba de lado a lado, aquella ser no pudo defenderse, de hecho parecía que huía de su inevitable muerte. ….por que…. de verdad era…. necesario?. tomó el cuerpo y se lo llevó a la otra orilla de la laguna, dejándola en el seco suelo.

Quien haya hecho esto no tiene perdón… Perdió el equilibrio.

¡Oye ven aquí, mortal!. Un grito provino del palacete.

¿Eh?…. estoy bien, debo….continuar…

Una kyriana salió corriendo hacia el con unas gasas. ¿Como que estas bien?, Tienes cortes en la espalda y el hombro, ven a que te lo tratemos.

Suspiró entre el incipiente dolor de su espalda y hombro. ….en fin….

Ambos entraron con calma al recinto, le señaló una camilla y le hizo tumbarse boca abajo en ella.

Um… estas de suerte, son muy superficiales, solo serán unos puntos y podrás continuar, aunque me temo que se te quedarán marcados de por vida.

Otras más a la colección… la verdad es que necesito….descansar Bostezó a boca abierta un buen rato.

Estarás en el Reposo del Héroe en breves, allí podrás dormir bien, ahora…, esto puede ser un poco molesto.

¿Los puntos?.

Exactamente, aguanta un poco, toma muerde esto. Le dio un trapo enrollado para que lo mordiera.

La cura fue rápida, aunque algo molesta, un tiempo después se encontraba en el acceso al valle, con vendas cubriendo su hombro y torso, para su desgracia le tocó esquivar los cadáveres y charcos por el camino, cada cadáver presentaba heridas más violentas que el anterior, fue mirando, no sabe si por morbo o por interés cada una de esas heridas, estaba claro que los aspirantes no tuvieron oportunidad de defenderse.

¿Pero que ha pasado allí? Pelagos nervioso trataba de mirar al valle.

¿Estas bien? ¿Pero que te ha pasado?. Kleia le gritó alarmada, no era para menos, su toga estaba rasgada y empapada en su sangre, las vendas enrojecidas no ayudaban tampoco precisamente, los ojos totalmente abiertos del enano, acompañado de profundas ojeras angustiaba aún más a Kleia.

……por favor, vámonos.

Pero……pero… como están los demás….

¡He dicho que nos vayamos! Le gritó el enano angustiado. ….tengo que hablar ya con la Arconte.

¿Como han traspasado el resguardo?..… es imposible…. Kleia trataba de darle razón a lo sucedido.

Os han traicionado, esa tal Lysonia…

¿Lysonia? ¿Pero como ha podido ella……es imposible…

Estuvo delante de mi, quiso llevarme con ella para un “juicio”…. seguro que quería deshacerse de mi…

Si eso es así…. esto no puede estar sucediendo, ¿que le esta pasando a nuestra curia?. Sollozó Kleia.

Debemos bajar y preguntar, solo así…

¡No vais a bajar!, no…no quieren bajar… Tomó con fuerza el brazo de Pelagos y avanzó, tirando de este a pesar del dolor de su hombro.

Tenemos que informar de esto, la Arconte debe saber que…

¡Ya lo sabe!… o al menos eso fue lo que dijo….

¿Por que Lysonia… ¿Por que nos atacaría?.

Quiere masacraros, eso fue lo que dijo, “uniros o morir”… quieren hacerse con el control de Bastión… maldita sea, ni en la muerte hay paz… suspiró.

¡Basta ya!, así no vamos a hacer nada, debemos recuperar la cordura. Pelagos se deshizo del yugo del enano de un tirón.

No has visto nada de aquella matanza… ellos…. no tuvieron oportunidad.

Y lamentándolo no lograremos vengar sus muertes, ¿Viniste aquí a ayudarnos y conseguir información verdad?.

Yo ya no se que hago aquí…

Viniste a ayudar, el tiempo apremia, y debemos saber por que Lysonia decidió traicionarnos, solo así podremos prepararnos.

Pelagos…Se secó con el dorso de las manos las lágrimas. eres único… ¡Tienes razón!, debemos saber por que el resguardo no actuó y por que Lysonia nos traicionó, y se donde podemos encontrar información…. Siento pedirte esto Drethz, pero ¿Puedes venir con nosotros? Se que estas muy agotado, pero el Archivo Nemónico esta cerca, y se supone que esta a resguardo, solo tu viste a Lysonia atacar, necesitaremos esa vivencia para empezar a investigar…

Si la Arconte lo sabe ya ¿Donde está?… ¿Es que no le preocupa en lo más mínimo lo que sucede?… siento que estoy perdiendo el tiempo… ya no se si estoy obrando bien o apoyando una tiranía…. no se nada….

Le tomó las manos. Lo que sientes es duda, escucha a tu corazón y actúa acorde a lo que te dice, se que te hemos exigido mucho en tan poco tiempo, pero créeme, estas obrando bien, has salvado muchas vidas, muchos aspirantes nos han contado al lograr huir lo que sucedió, las matanzas, el enfrentamiento, uno quiso agradecerte que le salvaras la vida, si no hubiera sido por ti aquella Abjurante lo hubiera matado._

Te refieres a…

En efecto, vio como cargó contra ti y te hiciste de piedra.

Entonces es cierto lo que dices.

Claro, nosotros no sabemos que tenías ese poder, ni que podías usar la Luz a tu favor.

En fin… perdón por dudar de vosotros, pero….

Es normal, muchos han tenido vidas duras antes de llegar aquí, recuperar la confianza puede ser un proceso largo y arduo… pero de verdad, puedes confiar plenamente en nosotros, nunca te traicionaremos.

Esto… espero que así sea, todas las anteriores veces que he escuchado esa frase ha acabado en traiciones.

De verdad, confía.

….no teneis remedio. suspiró y bostezó cansado. ¿Donde esta ese archivo?, estoy realmente agotado.

Muy cerca, solo tendremos que preguntar a Mikanikos y seguro que nos concederá su ayuda.

En fin… vayamos cuanto antes, quiero ahogar mis penas en el alcohol que tengan aquí y dormir de un tirón… ¿saben que es el alcohol…verdad?. Preguntó agotado.

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Fuera de casa, sentado en un trozo de tierra, tarareando su melodía favorita y dibujando patrones en la fina arena del suelo con un palo que su padre le había tallado una punta para que el pequeño Shal’endir pudiera fingir que era una lanza y sentirse como un gran forestal.

Jugando que vencía a grandes bestias mientras en su imaginación exploraba continentes enteros bajo la atenta mirada de su hermano mayor que siempre cuidaba de el.

Con el tiempo se aburrió de aquello, como todos los pequeños y ahora el era un gran explorador dibujando mapas inimaginables que solo la inocente mente de un niño podría crear. Su pequeña lengua sobresalió mientras usaba su “lanza” para rayar las marcas que representaban todas las tiendas del campamento.
Observó su trabajo y colocó pequeñas ramas a modo de arbolitos alrededor de la imagen. ¡ Y el camino también ! ¡ No podía olvidar el camino porque de ahí venían todas las golosinas y caramelos !

Luego se desvió hacia lo desconocido en algún lugar del borde de su dibujo.
Añadió figuras con las hojas: sus padres, amigos, compañeros y familiares. Todo el mundo estaba sonriendo, le gustaba la gente sonriente … las cosas buenas brotan a través de la felicidad.

Pero mas arriba, en la parte Norte del mapa todo se oscureció con cenizas y llamas, hubo un silbido, luego un rugido y cuando levantó la vista de su dibujo todo se había convertido en sangre, gritos y muerte. Enemigos de la plaga saltaron las barreras con lanzas, arcos, antorchas y todo estaba en llamas salpicado de rojo. Una de las ancianas de la aldea le agarró dejando caer su bastón, el bastón que le hizo su padre, quiso recuperarlo mientras la mujer corría, pero era muy mayor y no podía ir tan rápido como quería.

Cayeron y se deslizaron por una pendiente rocosa, la anciana se puso en pie como pudo pero … ¡ Demasiado lenta ! ¡ Tenían abominaciones detrás de ellos !, metió a Nhail en un tronco hueco, oscuro con las hojas muertas por el otoño y aquella anciana se detuvo con la conciencia tranquila habiendo salvado a un niño hasta su último aliento.
Decenas de flechas impactaron en ella como agujas, pero incluso mientras moría tuvo la fortaleza de invocar un gigantesco torrente arcano, la tierra tembló como si fuera el fin del mundo haciendo morir a las criaturas.

Nhail se despertó con un grito ahogado, el corazón latía locamente en su pecho.

Se sentó. El terror febril de la pesadilla comenzó a remitir, conocía esos horrores demasiado bien para deshacerse de ellos por completo, secó el sudor de la nariz con el borde de la manta y luego simplemente se envolvió intentando razonar consigo mismo.
No había vuelto a tener una pesadilla desde que Kætteren había sacrificado su alma en Ny’alotha para combatir a la corrupción de Shemyazaz, la armadura.

  Pag. 411. El despertar de N'zoth y el contraataque de Azeroth.

Kætteren se mordió el labio inferior, parecía no aceptar un no por respuesta, pero no quería dejar pasar la oportunidad de estar más cerca de él. Ella se sonrojó levemente ante ese pensamiento y se regañó en silencio antes de subirse a su espalda e instantáneamente sintió que su mano derecha se movía para sostenerla firmemente debajo de ella.

— Te das cuenta de dónde …

— Cállate. Mi otra mano está ocupada.

— Y mi herida no tiene presión … necesito ser rápido.

Kætteren cerró los ojos mientras descansaba contra su espalda, sus párpados se volvieron más pesados cuando sintió que Nhail comenzaba a caminar cada vez más rápido. Estaba herido, eso lo sabía, pero parecía que tampoco iba a dejar que lo tratara pronto, maldita sea su arrogancia.Antes de darse cuenta, estaba dormida y saliendo del bosque.

— No mueras

Repetía una y otra vez, como si decirlo mil veces lo hiciera realidad. A lo lejos vio tropas, combatientes ensangrentados y magullados, cansados e indefensos, tal como se sentía Nhail, tal y como se sentía cualquier valiente soldado que atravesó el portal a Ny’alotha.

— No … — susurró. — Cada individuo, con miedo y dolor en sus ojos. No puedo unirme a ellos, no están preparados para el combate, ninguno.

A lo lejos vio a dos hombres tratando de luchar contra un gran ejercito de N’Zoth y luego como la sangre salpicaba el suelo. Solo lágrimas.

Indefenso y cansado. Todos los músculos de su cuerpo estaban cediendo lentamente, haber cedido a la voluntad de la armadura por defenderse le estaba consumiendo, respiraba con dificultad; reduciendo el ritmo cada segundo, sabía que todo había terminado para el.

Tanto que hacer, tan poco tiempo, ¿Quizás debería? — se preguntó antes de presionar sus labios contra los del elfo. Sonrió durante el beso, disfrutando de la sensación de sus labios sobre los de Nhail, su cuerpo moldeándose perfectamente en el de ella. Rompió el beso antes de que se hiciera más profundo, sabiendo que si lo hacía llegaría demasiado lejos y perdería el preciado tiempo.

Sabes que haría cualquier cosa por ti — dijo mientras le atraía a otro beso.— Ahí fuera, no somos nada; ni amigos ni amantes, simplemente alguien buscando venganza y un medio demonio con las horas contadas. Ninguna relación significa que no hay dolor. — aunque ambos sabían que era mentira.— No mueras … solo aguanta un poco más. — respondió reteniendo las lágrimas.

— Sabes que haré cualquier cosa por ti Nhail, y si sacrificarme significa salvarte, lo haré.

Nhail miró a su compañera una vez más, luego se volvió tristemente hacia aquel cielo oscuro y profundo, ignorando el aullido angustiado que resonaba en su alma. Kætteren dio un paso deliberadamente hacia adelante con un gemido desesperado, con aquellos ojos amatistas grabados para siempre con la imagen del elfo entrando en el abismo. Se quedó inmóvil de repente cuando una luz brillante atravesó su vista, se sintió cálida por un momento, casi como si la abrazaran y luego todo volvió oscuro una vez más.

Sabía que no podía amar a nadie más.
> Él era su sol, su propósito.
> Tiraría su alma si se lo dijera.
> Mataría por él.
> Moriría por el.
> Había muerto por él.
> E incluso cuando sus cuerpos yacían uno al lado del otro, fría y muerta.
> Le amaba.

Ahora una parte de ella habitaba dentro de la armadura, purificando toda oscuridad, eclipsando toda corrupción del antiguo portador, ella siempre estaría a su lado de alguna manera, al menos mientras estuviera en Ny’alotha … al menos hasta terminar con su propósito. Sombra del viento estaba sollozando. Su respiración se hizo entrecortada y temblorosa mientras se inclinaba sobre su amiga.

— Kætteren. — susurró.

Sus azules ojos como el cristal ahora nublados por el dolor, se clavaron en los de ella mientras su pecho se agitaba y sentía como cada herida cicatrizaba y sanaba.
De repente, pareció perder su breve pero refrescante ataque de ira y su voz se redujo a un susurro.

— No te olvidaré, seguiré adelante porque así tu lo querías. — Nhail dejó caer las últimas lagrimas antes de asentir. Sonrió antes de mirar más allá de ella, a los cielos nocturnos. — Voy a estar en paz, Kætteren, puedo sentirte en mi alma. — susurró.


El estaba en su tienda. Tenía un alto estatus en este campamento, por lo que tenía su propio lugar. Estas no eran las Montañas Espolón. No había estado allí en muchísimos años. Vivía lo más lejos que podía y aún se encontraba en territorio seguro.

Cerró los ojos y luego los abrió de inmediato, respiró profundamente contando cuidadosamente hasta 10 con cada inhalación. Había pasado mucho tiempo desde que había tenido una pesadilla tan vívida, y estaba profundamente conmocionado. El tiempo no curaba todas las heridas, el lo sabía, pero aun así trató de mantener su pasado exactamente donde debería pertenecer: en el pasado.

Finalmente arrojó la manta y asomó la cabeza fuera de la tienda. Debió ser cerca de medianoche. El campamento estaba en sombras, pero más allá podía ver las praderas bañadas por la luz plateada de la luna. Solo podía ver el fuego de la torre de vigilancia por encima del campamento y el tenue resplandor de las brasas que quedaban en el pozo de fuego de la cena. No había nubes sobre ellos. Cada estrella que se podía ver brillaba en el manto negro del cielo.

Caminó hasta el borde de la pradera y se sentó en una roca redondeada a la luz de la luna. En el pasado, las dos veces que vivió aquí, en Mulgore, a menudo venía a esta pradera para sentarse y pensar o, incluso más a menudo, para conectar la mente con la naturaleza como su maestro le enseñó. Nhail suspiró y levantó las rodillas por debajo de la barbilla.

Siempre fue muy querido en el Poblado Pezuña de Sangre, no pisaba estas amadas tierras desde hacía tres años.

Siempre quiso entrenar y enseñar a los pequeños jóvenes Tauren lo que adquirió de su maestro, especialmente propuso fomentar las artes curativas y el buen uso del sigilo sobre las de la batalla. Pero una parte de el se opuso a eso ya que no quería faltar el respeto a Breind, a pesar de llevar una década batallando sin descanso no era ni la mitad de bueno que su maestro en las artes curativas pero aun así … no quería que su legado fuera olvidado. Pero otra parte siempre le recordaría que ya no estaban en guerra. Este era el tramo de paz más duradero que el mundo había conocido en años y quería mantenerlo así, prefería ver a esos pequeños Tauren juguetear con sus totems de madera, hachas y correr libres sin preocupaciones por las verdes praderas de Mulgore. Aunque eso iba en contra de sus leyes, pues siempre hay que estar listo y preparado para cualquier amenaza no esperada … pero … esta vez tenía intención de volver a Cuna del Invierno y enterrar la armadura por siempre y luego volver a su hogar y pasar tiempo en Quel’thalas.

No supo cuánto tiempo estuvo sentado allí mirando al cielo.
Había una lluvia de estrellas fugaces y esperaba que fueran un buen augurio para lo que vendría. El viento susurraba a través de la hierba junto al trino de los insectos nocturnos. Inhaló profundamente y asimiló los dulces aromas de las flores, el olor de la tierra, incluso el olor de su túnica de cuero.

Mulgore, su hogar, siempre lo fue y lo será, allí empezó todo para el y todo eran buenos recuerdos, siempre fue un Elfo raro, desligado de las costumbres de los suyos propios, detestaba la magia arcana, algo raro en un Quel’dorei aunque habitara en su interior solo la usó una vez, de manera incontrolada cuando pasó dias en una mugrienta celda en Ny’'alotha para liberarse de las cadenas.

Fue interrumpido en sus cavilaciones por el sonido de unos cascos apresurados.

— ¡ Nhail !

Se volvió para mirar quién la llamó. Era la nieta del mejor pescador que jamás conoció, era la nieta de Ahab, Ahab siempre era el primero en despertar de todo el campamento, preparaba su caña y se pasaba toda la mañana pescando para que luego todos tuvieran comida,era el mejor entre ellos además de tener un corazón enorme y siempre tan disciplinado. Esperaba verlo los días que pasara en Mulgore.

‘‘Disciplina chico, disciplina’’

‘‘Cuida del viejo, no vuelvas a escaparte y no hagas de las tuyas, te necesita, tienes que ser sus ojos, recuerda que volveré a verte pronto, te prometo que te llevaré conmigo a conocer mundo, pero ahora tu sitio está aquí junto a él.’’

‘‘Nhail, toma ,pesqué esto para ti, al menos te olvidarás de buscar algo de alimento por unos días, ya sabes de qué manera tienes que cocinarlos, como el viejo te ha enseñado, eh?.’’

Estas palabras le vinieron a la mente, fue la primera vez que tuvo que marcharse de Mulgore para entrenarse y viajar a Rasganorte … habían pasado tantos años … seguramente el viejo no se sienta orgulloso de mi cuando me vea pescando con mis propias manos o usando mis armas … se enfadará, como siempre hacía.
Palabras que siempre le decía en cada una de sus despedidas

— ¿Qué pasa, niña?

— Yo … no creo … creo que ha llegado su hora. Él te quiere.

Nhail comprendió de inmediato y se levantó para regresar al campamento.

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Continuaron caminando por la senda que los llevaba hacia el norte entre las doradas colinas, trataba de organizar su mente tras todo lo sucedido desde que llegó, pensaba que acabaría volviéndose loco, pero apenas habían descansos que se lo permitiera, quizás era mejor así pensó, por lo que se resignó y pensó que debían continuar su camino cuanto antes, no solo por el bien de su misión, si no por que deseaba descansar de una vez, las heridas se regeneraban a una gran velocidad, pero ello volvía a suponerle un sobre esfuerzo a su ya escasas energías.

Dijiste que estaba cerca, ¿Cuanto queda?.

Estamos a punto de llegar, ojala todo vaya bien en el archivo.

Algo me extraña, ¿Como pudieron desactivar el resguardo? Están en el Fuerte Elíseo…. Pelagos con gesto fruncido caminaba a la par de ellos.

Desde dentro entonces…. tienen traidores en lo más alto, creo que deberíamos ir directos a la Arconte.

Antes debemos encontrar más información, en sus recuerdos quizás hallemos la raíz del problema. Kleia señaló un distante poste en el horizonte.

Creo que tienes razón, me dio la impresión de que hay alguien más por encima de ella… me dio esa impresión cuando me habló, alguien me quiere…. nos quieren muertos… creo que mi “compañero” mortal debe saberlo, seguro que sabe defenderse pero… mejor que lo sepa, ¿Saben donde está?.

Creo que estaba ayudando a los aspirantes en el crisol, pero de eso hace un tiempo, también iba a ir al Templo de la Pureza, supongo que le habrán enviado tras el ataque.

Templo de la Pureza… maldición, eso esta en el sentido opuesto….

Iré yo. Pelagos se detuvo en seco.

No vas a ir solo, ya han habido varios ataques en los caminos por los Abjurantes, no quiero imaginar que pasaría si te… Kleia trató de ocultar su rostro a sus acompañantes.

El Reposo del Héroe esta cerca, tomaré un larión para llegar.

He dicho que no, además, seguro que se lo advierten cuando llegue allí y además… si es como el seguro que sabrá defenderse, estaremos poco tiempo en el Archivo, seguro que Mikanikos nos deja lariones.

Supongo que tienes razón, aunque no puedo dejar de preocuparme por el, fue tan cordial conmigo cuando me hizo falta… por cierto Drethz, ¿se conocen?, por lo que dijiste parecía que si, pero que no se llevaban bien.

¿Eh?, conocerlo lo conozco pero… de vista y poco más, digamos que nuestros estilos de vida han sido cuanto menos….distintos, el ha llevado una vida ejemplar, recta… y yo sin embargo todo lo contrario, estoy seguro que si nos vemos me detestará como poco….bah, sigamos, no quiero hablar de ello.

A mi no me pareció que fuera tan….

He dicho que no quiero hablar de ello, se nos acaba el tiempo, solo quiero recabar información, ir a la Arconte, preguntarle lo que tengo que preguntarle, ir a Oribos y decirle el percal y volver a mi casa, ya se ocuparán “ellos” de vencer al artífice de todo esto.

Conversando llegaron al cruce, el camino se bifurcaba en dos, un poste metálicos levitaba con placas que indicaban a donde se dirigían los caminos en aquel incompresible idioma.

¿Sabes que?, estoy harta. Adelante, vete a tu casa, solo tienes que seguir ese camino recto y llegar al siguiente cruce, allí puedes solicitar un larion que te lleve de vuelta, nosotros seguiremos nuestro camino.

¿No estas siendo demasiado drástica.?

Cállate Pelagos, desde que llegamos lleva sumido en un ciclo de odio a sí mismo que lo está consumiendo, si de verdad solo estas aquí por obligación adelante, regresa, agradecemos tu ayuda, pero ya no nos hace falta.

……

No te lo pienses, ¿Es lo que querías no? márchate.

…. ¿Pero mi armadura?.

Puedes tomar una del Reposo del Héroe.

….¿Y todo lo que tenía en la mochila?.

Te pagaremos generosamente por los servicios ofrecidos, de sobra para comprarte todo lo perdido.

….

¿Tienes más escusas?.

….

Vámonos Pelagos, estamos perdiendo el tiempo.

Te estas pasando, ha soporta… ¡Eh! Kleia tomó de la muñeca a Pelagos y le tiró hacia delante, empezaron a caminar por el desvío dejando al mortal solo.

¿Que estoy haciendo?…. Miraba a las placas sin parar, por mucho que mirase las runas no entendía nada. …debería irme, si, el se ocupará de todo, siempre ha sido así, siempre ha habido alguien que ha estado a años vista de mi en todo… es lo mejor para ellos, no estar en medio… y aún así…. ¿Por que estoy ayudandoles?, ¿Por que siento aprecio por ellos?, me están utilizando en su guerra contra esos Abjurantes pero… ¿Por que…. confio en ellos? Cayó de rodillas. ¿Puede ser que sea ese recuerdo que olvidé?… no creo que sea eso.

La brisa meciendo el trigo y el piar de las aves era lo único que se escuchaba en la zona, en la intersección se encontraba el, mirando el suelo.

Y aún así me preocupo por ellos… Miró de refilón al camino que se desviaba. quizás hasta tenga algo de razón y todo, en fin… no tengo remedio. Se levantó con esfuerzo y caminó por el desvío.

Dejó atrás el cruce, en el horizonte pudo ver otra apertura entre montañas y otra entrada de las que ya acostumbró a ver, pasó un solitario árbol del cual salieron dos seres azules ya conocidos.

Así que has decidido continuar con nosotros, enhorabuena, has demostrado que dentro de esa corteza de amargura y culpabilidad hay alguien noble, ahora solo tienes que romper esa corteza. Kleia le dio un pequeño capón que por algún motivo no le dolió en lo más mínimo.

¿Nos ayudarás tras informar a la Arconte verdad?

…. de acuerdo, me caen bien y además, dudo que esto se acabe con informarla, algo me dice que tendré que estar aquí más tiempo del que pensaba…suspiró. además, no se esta tan mal aquí.

Permítenos ayudarte a romper esa corteza, aunque solo tu podrás lograrlo, ojalá llegues aquí cuando te llegue tu hora, eres alguien con el que nos gustaría pasar la eternidad.

Esto… me halaga escuchar eso, pero aún queda tiempo para eso…. primero arreglemos todo esto y luego ya hablaremos de cuando muera.

No lo mates aún Kleia, seguro que le quedan muchos años de vida por delante, además, debemos continuar, Mikanikos nos espera.

Nos conocemos poco tiempo, pero creo que junto a aquellos elfos sois lo más parecido a unos amigos de confianza que he tenido, por favor, tengan cuidado.

Siguieron caminando hacia la entrada, hacia el Enclave Nemónico.

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Aún le dolía la cabeza del golpe contra el árbol como si de una mala resaca se tratase.
-Vamos-dijo frotándose la nuca.
-A Donde?-preguntó Earnur.
-A matar a esos bichos que tanto molestan a Lady Vashj…no entiendo que le pasa con ellos. Empiezo a pensar que soy algún tipo de exterminadora de alimañas. Además esos animales llevan milenios viviendo aquí y a este paso los llevamos a la extinción.
-Te entiendo- dijo Earnur- tampoco me gusta matar animales a menos que me ataquen primero.
-Se que me pasé un poco con el gromit del otro día. Supongo que a veces me sale esa mala uva que aprendimos del instructor Lionheart.
-Bueno…gracias a sus castigos estamos aquí.


Se había despertado arropada en la cama de Earnur.
Sonrió cuando a sus fosas nasales llegó el aroma al café recién hecho.
Estaba vestida aún con la ropa de entrenamiento.Corrió al baño a lavarse la cara y peinarse un poco. No había mucho más que pudiera hacer,le faltaban sus cosméticos y perfumes,pero tendría que valer así.

-Buenos días-dijo entrando en la pequeña cocina de su compañero.
-Buenos días princesa-dijo Earnur sonriendo al verla.
-Que hora es?
-Hora justa de tomarse un café y salir hacia el campo de entrenamiento.

Celesthia resopló.

-Lo se,el teniente le quita a cualquiera las ganas de entrenar.
-Porqué ese odio tan visceral por la alianza?
-Umm creo que es de la vieja escuela y pasó mucho tiempo en Orgrimmar. Pasaba demasiado tiempo en las tabernas orcas bebiendo. Y se le pegaron esos aires de grandeza y ese odio visceral.
-Ya veo ya.Mejor apuramos el café que no tengo ganas de dar otra vez vueltas a la muralla.

Se sentía feliz. Por fin Earnur empezaba a verla como a una mujer, una compañera y no como esa niña de papá que había llegado hacía ya dos años.
Sin embargo la dicha le duró poco.Al verlos llegar juntos al campo de entrenamiento Miriel frunció el ceño y la miró con desdén para acto seguido ir hacia Earnur rodearle el cuello con los brazos y susurrarle algo al oído que ella no logró entender.

Celesthia se apartó discreta yendo hacía los estantes y mesas donde estaban las armas de instrucción y fingiendo estar ocupada cogiendo el material ocultó su tristeza y mal humor.
Justo cuando se giraba con el escudo y la espada de madera se encontró a la sindorei que venía de frente. Quiso hacer caso omiso,sin embargo la otra aspirante le susurró:

-Puede que se divierta un par de noches contigo,pero Earnur es mio. Harías bien en apartarte de mi camino.

Si algo tenía Lya es que era orgullosa. Así que mirando de soslayo a Miriel mientras pasaba por su lado le contestó:

-Acaso tienes miedo?

-A una niña de papá como tú? -contestó Hojablanca.

Celesthia se giró,se acercó a ella con el escudo y la espada de entrenamiento formando una barrera entre ambas, la miró de arriba abajo y le contestó:

-No voy a seguir entrando en tus provocaciones.

De pronto Miriel miró por encima de su hombro,dio un paso hacia atrás y se tiró al suelo.

Lya se quedó estupefacta sin entender que acababa de pasar,mientras Hojablanca aullaba o fingía aullar de dolor.

-Teniente,Celesthia me ha atacado con el escudo!!!-dijo gritando.

Estrellarcana se giró solo para ver como el teniente y Earnur se acercaban a grandes pasos.

-No…no es cierto…- dijo Lya aun confundida con todo lo que estaba pasando.

Earnur se arrodilló al lado de Miriel preguntándole si estaba bien,mientras la paladina se echaba las manos al estómago.

-Me ha dado con la espada en el estómago.

-Es mentira…-contestó Lya-acabas de decir que te he atacado con el escudo…Earnur…no es cierto…

-Estrellarcana!!- rugió el teniente Lionheart- acabas de infringir una norma!!

-Que no es cierto!!- dijo Lya reaccionando enfadada-está fingiendo Teniente.

-Mentirosa!!- grito Miriel desde el suelo.

-Cien vueltas al campo de entrenamiento!! Otra más de estas y serás expulsada!!

-No me lo puedo creer!!- contestó Celesthia

Miró Earnur que seguía confundido mirándola. Miriel le sonrió maliciosa. Cuando él se giró hacia Hojablanca ella volvió a poner un rictus de dolor en la cara.
-Me duele…-dijo de forma lastimera.

-He dicho cien vueltas al campo!!

Lya supo que el instructor no iba a creerla,suspiró largamente,dejó las armas de entrenamiento sobre la mesa y empezó a correr.
Para cuando terminó las cien vueltas el resto de aspirantes habían concluído el entrenamiento.
Se fue a las duchas y no vio a Earnur por ningún lado.
Estaba frustrada,no por Miriel…le daba igual si Earnur y ella eran pareja o no…bueno igual igual no le daba,pero era algo que no podía evitar. Pero el hecho de que el teniente de por si no le tuviera simpatía alguna y la hubiera castigado sin motivo,añadido al convencimiento de que Hojablanca le iba a hacer la vida imposible en el campo de entrenamiento e incluso lograr que la expulsasen la tenía francamente deprimida.
Llegó a casa cabizbaja.
Su padre la interrogó al respecto. Cuando le contó lo sucedido tuvo que parar a su progenitor porque se levantó de la mesa con intención de tener una “amistosa charla” con su instructor.
-No papá, es algo que debo arreglar sola,pero no se como. Si vas quedará patente ese “niña de papá” ,no te preocupes ya me las arreglaré,soy mayorcita.

Subió a su habitación y abrió el armario. Se quedó mirando sus togas de diseño…no recordaba la última vez que había salido de fiesta por Lunargenta con sus amigas.

-Al cuerno!! -dijo escogiendo una roja ribeteada de hilos de oro puro.

Entró en la suntuosa taberna como si de una diosa se tratase. Si algo se le daba realmente bien era ser una diva.
Sus amigas al verla se alegraron y bromearon un rato acerca de lo “responsable” que se había vuelto.
Bebió,bailó y llegó a casa al amanecer. No iría a entrenar. Sabía que era un comportamiento mas que irresponsable pero no tenía ganas de lidiar con Hojablanca,con Earnur y con el Teniente.
-Hoy no…- dijo mientras se tiraba en plancha sobre el colchón.

Cerca del mediodía su asistenta personal la despertó.

-Señorita Lya,tiene visita.
-Quien es?-dijo gruñendo debajo de las sábanas de seda.
-Es…“él”
-Earnur? -dijo saltando de la cama de golpe
-Si.
De pronto recordó lo sucedido el día anterior. Seguro que al no presentarse en el entrenamiento había venido a pedirle explicaciones por lo sucedido con Miriel.
No contaba con que él la creyese al igual que el teniente.

-Dile que no estoy.
-Lo haría pero le he dicho que estaba usted durmiendo y ha insistido en que es importante.
-AAAAGHHHHH- rugió enfadada sin saber exactamente con quien o porqué.
Tomó aire y contestó mas calmada.
-Está bien,dile que bajo ahora,pero por el amor de Belore,tráeme un café.

No podía ni quería enfrentarse a la mirada de juicio de Earnur,así que hizo lo mejor que sabía hacer. Se vistió como una reina,se maquilló,se tomó ese café y bajó por las escaleras con aire de suficiencia.
Earnur al escuchar los pasos levantó la cabeza. La cara de preocupación del sindorei era más que evidente.


Era la misma cara con la que la miraba ahora que se dirigían al alto del magullador.

-Estás bien Lya?
-Otra vez? Que siiii que estoy bien…
-Entonces que? matamos o no a los pellejosquirla?
-Supongo que una orden es una orden…aunque venga de una naga que en vida fue una traidora a su raza,a nuestra raza- dijo suspirando.

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Eärnur suspiró, y tomó las armas para ir a por los pellejoesquirlas. Había aprendido a interpretar las miradas de Celesthia. Su amada Sin’dorei, tenía algo que desde el principio le había atraído. Su mirada era el reflejo de su estado de ánimo, y con ella era incapaz de mentir,cualquier sentimiento o sensación que pasara por la cabeza de su princesa,inmediatamente era patente en su mirada…
Recordó una de las muchas veces que aquello sucedía. Llevarían un par de años juntos, cuando una mañana se produjo un incidente,que dejó patente la sinceridad de su mirada. La arpía Hojablanca,que siempre trataba de seducir al paladín, había fingido una agresión por parte de Celesthia,que terminó con su princesa castigada por el estúpido teniente Lion. Aún recordaba la mirada confundida de Lya,cuando defendiendo su inocencia,pagó las consecuencias de algo injusto. La actuación de la tal Miriel,no resultó convincente,pero el estúpido de Lion,le tenía ganas a su amada,y cada ocasión en la que podía, le hacía la vida imposible. Por aquella época no habia llegado todavía la hora,en la que el propio Eärnur se tomó “venganza” de cada una de las afrentas del teniente, en el combate final de su graduación No pudo evitar una torva so nrisa,al recordar como había apaleado/derrotado al instructor Lion…
En aquel momento sin embargo,Eärnur permaneció pensativo toda la mañana en el entrenamiento, examinando desde todos los ángulos posibles, lo que parecía haber sucedido. No obstante,en un momento determinado,se hizo la luz en su aletargado cerebro. Lya despertaba muy dulcemente después de hacer el amor con el,y la noche anterior,se habían amado con ternura,por lo tanto era imposible, que hubiese actuado de aquella manera con la retorcida Miriel.
La preocupación rondó por su cabeza todo el día, y más cuando se enteró, de que la paladina se había ido de fiesta.
A la mañana siguiente,se presentó en casa de Lya,preocupado por su ausencia,y dispuesto a razonar con ella,y explicarle que sabía de su inocencia,y que a pesar de los desesperados intentos de la tal Miriel,nunca había tenido nada con ella. Esto último era a todas luces innecesario,pero…siempre era honesto con su amada…
-Vamos amor mio,esa lady Vas’j espera que eliminemos a los pobres bichos…
Con un suspiro volvió al presente,y con una sonrisa cómplice dirijida a su amada se pusieron en marcha

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