El despertar de N'Zoth y el contraataque de Azeroth

Media noche de aquel olvidable día

En las profundidades de aquella prisión subterránea, era imposible saber que hora o día era, esa prisión estaba diseñada no solo para evitar que sus reclusos huyesen, si no para aumentar su sufrimiento anulando el sentido del horario, las horas parecían días, y nunca se podía saber si era día o noche en aquel pestilente agujero bajo la urbe

Unos pasos se escucharón de fondo, dos orcos y un elfo de sangre ataviado con finas prendas se acercaron a las celdas donde los reclusos más famosos de aquel día reposaban

-Ejeem ejeem, ¿Se me entiende no señores?, digamos que mi común deja un poco que …desear. Bueno, como saben en 3 días se celebrará vuestro juicio por los siguientes cargos: Infiltración y espionaje, amenazas e injurias ante la noble población de Ogrimmar y finalmente agresión y asesinato de un guarda orco en el patíbulo.
Solo por el motivo del espionaje ya supone la pena máxima, pero el Consejo ha insistido en celebrar un juicio por eso del “armisticio” con la Alianza…patetico, pero así son las cosas, aunque no os vaya a salvar, es hora de que “confiesen” ante nuestro querido equipo de agentes que estaran encantadisimos de escuchar vuestras confesiones.

-!Espera! Dijo el kultiriano ,solo yo soy del IV:7, el enano no tiene ni idea de nada de espionaje, le obligué a venir amenazando a su familia, asumo toda la culpabilidad de lo sucedido.

-Umm, interesante El elfo se rascó su perilla, pero esa trola la he escuchado mil veces, los testigos vieron al enano asesinar a ese orco, lo que tambien es pena máxima, así que no cambia nada, pero como tengo un buen día, tu “testificarás” por los 2, así que vamonos, estas de suerte enano, el gordo te ha cedido una noche plácida, ahora vamonos.

La celda contígua se abrió, y el enano pudo ver como se llevaban al kultiriano esposado por el largo pasillo a alguna estancia

-Idiota, ¿pero por que me salvas el pellejo así si apenas me conoces?.

Pasados unos minutos se pudo escuchar gritos con unas voces más que reconocibles provenientes de esa estancia

-Juro que si logro salir de aquí los mato uno a uno, empezando por ese elfo tan prepotente, por favor aguanta.

Los gritos de dolor continuaron por lo que pareció una eternidad, hasta que finalmente cesaron, luego el enano pudo escuchar otra vez esos pasos de retorno y como arrastraban a duras penas al kultiriano, hasta que finalmente el prepotente elfo se puso frente a la celda del enano

-Dale gracias a tu amigo por ponerse en tu lugar, realmente tienes buena compañia enano, chicos, presentele al gordo.

Los 2 orcos arrastraron al kultiriano frente al enano, este presentaba las evidencias de un duro “interrogatorio”, aún goteaba sangre de su espalda y cara

-No he visto tipo tan tozudo en mucho tiempo por Belore, le ha costado soltar palabra, y la mitad de las cosas no tenian sentido alguno, “visiones” y “ataque de Nzoth”…ja, que ridículo, tanto golpe y azote le ha tenido que dejar la cabeza hecha puré, bueno, que pases buena noche enano, en 2 días es el juicio, ya has visto que pasará cuando llegue, nos vemos.

-Espera elfo, ven aquí.

-¿Quieres confesar algo?¿Dejar alguna despedida a tus familiares?.

-Tu acercate a la celda.

-Estas encerrado, dime que quieres.

-Agachate que no me escuchas.

El elfo puso su cara a su altura, y el enano agarró la larga coleta del elfo, y comenzó a tirar de ella

-Juro que te mataré lentamente con estas manos, vivo o muerto, recuerdalo, desearas no haberme conocido nunca. Le escupió en la cara y soltó la maltrecha coleta

-¡Seras asqueroso!, ¡Me has dejado todas las puntas abiertas!, ya veras lo que me cuesta que el peluquero me deje mi bella coleta como antes…Sacó un pañuelo de fina seda y se limpió el escupitajo , pero no me provocas, en 3 o 4 dias estarás muerto, nos vemos en el juicio, adios.

Todos se fueron dejando la zona en silencio

-Eso…cof… eso ha sido genial ajajaj.

-¿Eres tu?, No hables idiota.

-No te preocupes…esto no es nada …para alguien como yo…apenas son rasguños.

-Eso no son rasguños, tengo que curarte como sea pero sin poder verte es imposible.

-Dejalo, total en 3 dias tendremos algo peor que esto…Se escuchó como el picaro colapsó en el suelo

-¿Oye estas bien?..Di algo…Comenzó a escucharse ronquidos

-Descansa, yo tambien lo haré.


Los dias previos al juicio se hicieron eternos, el kultiriano fue llevado a “hablar” 2 veces más mientras que el enano permanecía encerrado, claramente otra forma de aumentar el castigo de forma psicológica, finalmente el aclamado día llegó

El prepotente elfo junto a 2 orcos volvieron a la celdas con esposas para manos y pies

-Chicos, es el día, hoy se celebra el juicio, despidasen de sus dormitorios por que no volveran a verlos más, ahora sean colaborativos con sus “Guias”.

-¡Muerete elfo!.

-¿Que formas tan bastas de hablarme?, se nota que vienes de una caverna. Le dió una fuerte patada en el estomago al enano

-Uno intenta ser educado, pero se ve que soy demasiado civilizado para bestias venidas de una montaña y una roca perdida en el oceano, vamonos ya que llegamos tarde.

Ambos fueron esposados y arrastrados por los lúgubres pasillos de esa prisión, la mayoría de presos gritaban improperios a la pareja, algun grito de animo por parte de reclusos de la Alianza sin embargo, finalmente llegaron al enorme ascensor que los subiría a la superficie

-¿Quien diría que ejecutar a un traidor de la Horda nos traería ni más ni menos que a un espía del IV:7 y su amigo enano, para tu desgracia la Alianza ha negado su relación contigo sabes, lo que significa que no habrá un intercambio con un espía de la Horda, vamos, que te han dejado vendido, peeero así es el arte de la diplomacia, que a veces ha de sacrificar peones para un bien mayor, bueno hemos llegado, ahora caminen.

Una vez llegados a la superficie ambos fueron obligados a caminar bajo un intenso sol, allí el enano pudo ver la magnitud de lo que el kultiriano sufrió para protegerle, no había centímetro de espalda que no estuviese maltrecha, y se juró que por cada uno de esos centímetros el elfo sufriría algo peor cuando pudiese

Fuerte Grommash

Allí estaban representantes de las diversas razas de la Horda y un humano que haría de embajador para ellos para mantener la fachada de un juicio justo, los 2 fueron esposados a la tablilla, ambos vieron a la multitud, allí estaba un orco que sería el juez, Baine, Lort’Themar y aquel humano

-Esto va a estar interesante, Bob, Baine y el humano que sólo soltara unas palabrejas… Dudo que nos sea útil.

-¡Silencio!, el juicio va a dar comienzo de inmediato.

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Pasos en la oscuridad, lentos, calmados, pacientes. Se detuvieron cerca de la gnoma que continuaba rígida como una tabla de brezo, con sus ojos cerrados emulando inconsciencia. Una voz refinada quebró el silencio.

– Hace horas que deberías haber despertado. Temes por tu vida y haces bien, no saldrás viva de esta celda.

El mago toco con un bastón a la gnoma en el costado, un par de veces.

– Queremos saber quien eres y el motivo de que busques un libro tan… peligroso… ¿Eres miembro del martillo crepuscular quizás?

El Mago olía a polvo arcano, indudablemente había estado practicando magia, tanto como para que aquel peculiar olor se le pegara a su ropaje. Un aprendiz quizás…

– Vamos, no seas tímida… se que me escuchas. Puedes colaborar y partir de este mundo con una muerte digna o abandonar este mundo sufriendo. En cualquier modo, sacaremos toda información útil de ti.

Los pajaros piaban felices de fondo. Debía ser hora de comer, estaba claro que el mago tras el espectáculo, iría a comer algo…

Morda abrió los ojos y salto, sobresaltando al mago y tensando las cadenas que la ataban a la mesa. llegando a tocar a este con su cuerpo.

– Suéltame, insufrible novato.!! o mi amiga te ara papilla arcana!!

El mago retrocedio un poco alarmado por la actitud de aquella pequeña gnoma.

– Así que tienes amigos…

La gnoma retrocedió en su camastro fingiendo tristeza.

– Terminaras hablando… tenemos todo el tiempo del mundo… – Dijo el mago saliendo de la estancia.

La gnoma, se puso mas comoda con la mirada perdida en la luz que entraba por aquella ventana, serena, pensativa. Mientras limpiaba la sangre que impregnaba su mano, con cierta despreocupación.


El mago, salió de la casa que valía como cuartel secreto, y tras saludar a sus compañeros guardias, salio al exterior, camino a tomar su almuerzo y continuar con sus tareas. Ajeno completamente a la mancha que había en la parte trasera de su manga, una carita sonriente dibujada con sangre.

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El oscuro pícaro no dio señales de adentrarse ante la demostración del imponente poder de su enemigo, de hecho el único movimiento que realizó fue verter el contenido de unas pequeñas gotas sobre los filos de sus dagas.

Como ante cualquier gran combate, Nhail tenía por costumbre asir la punta de flecha que llevaba a modo de collar de su difunto mejor amigo. Este se la dió minutos antes de morir. Eran pocas las veces que hacia aquel gesto … por lo que intuía que estaba frente a alguien realmente poderoso.

  • Está bien, empecemos.

Las arenas quedaron mudas, solo se pudo escuchar el graznido de aquel cuervo posado sobre las ramas inertes del árbol.

Sin más rodeos el caballero oscuro liberó un poderoso conjuro en forma de esfera helada mientras el pícaro esquivaba las afiladas puntas de hielo que disparaba aquel orbe.

El caballero continuaba conjurando mas y mas orbes pero la gran agilidad y velocidad del pícaro permitía esquivar todos los ataques a tal velocidad que éste solo era capaz de ver la rafaga de arena que levantaba a su paso.

  • Bien, esto es inútil … si sigo así me quedaré sin energía y la necesito para mantener todos mis sentidos activos, pero no me deja alternativa, me niego a dejarme poseer por la armadura … casi pierdo la vida en Ulduar, no quiero experimentar de nuevo aquella horrible sensación, sería un suicidio inútil.Nhail miraba a la nada dubitativo¿ Quién demonios es este hombre y que quiere de mi ?, no siento en él ninguna energía del vacío, parece mas bien un caballero de la muerte, la plaga … ¿ Qué hace alguien como el aquí ?pensabaEres fuerte caballero de la muerte, pero yo soy mucho mas que eso, ¿ Quieres correr ?con aquellas palabras la imagen del elfo desapareció.

Apenas unos segundos después Nhail apareció en una de las dunas.

Esta vez el caballero de la muerte lanzó de nuevo su hechizo helado, Nhail lo esquivó a tiempo y corrió en la dirección opuesta, pero el caballero de la muerte apareció justo delante y lanzó una enorme saeta de hielo … ya no había tiempo para correr. El pícaro consiguió frenar el orbe con los brazos cubriendo su cuerpo pero en el último momento la esfera desapareció con una explosión soltando así una ráfaga de afilados hielos.

Nhail cayó al suelo con dos puntas de hielo clavadas en el brazo, el hielo comenzó a congelar el tejido y los músculos … en cinco minutos solo quedará un carámbano de hielo de gran tamaño si este no conseguía hacer nada.

  • ¿ Lo ves ahora elfo ?, por rápido que seas no podrás escapar de mi. Soy capaz de usar nuestra energía para transportar nuestros cuerpos de un lugar a otro en un instante. Nadie puede igualar esta habilidad, en unos minutos tu cuerpo ya no podrá recuperarse y la congelación será completa … ríndete o estás muerto. Silencio está hambrienta.

Mientras el caballero hablaba con voz apagada, Nhail trataba de extraer el hielo de su cuerpo mientras gastó uno de sus viales hecho de aquellas hierbas secretas sobre las heridas.

  • En vez de hablar tanto deberías de acabar con tu enemigo cuanto tienes la ocasión. – la voz del pícaro sonaba casi tan fría como los ataques de su enemigo

Mientras continuaba hablando Nhail se fue incorporando pensando en su siguiente movimiento.

  • ¿ Como … tus heridas están curadas ?

  • Has cometido dos errores, el primero confiar demasiado en tus habilidades, el segundo no haber aprovechado la ventaja mientras tenías la ocasión. Si cometes un tercer error estarás … muerto.las palabras de Nhail cayeron sobre la mente del oscuro jinete como un martillazo

  • Creo que no, pero será divertido ver como lo intentas mientras esquivas mis ataques.desenvainó nuevamente aquella guadaña

Un par de afilados cuchillos surcaron el aire sin emitir apenas sonido y se clavaron en la pierna derecha del caballero.

  • Tendrás que estar más atento …

Otros dos cuchillos arrojadizos a gran velocidad, este consiguió intuir el primero bloqueando con facilidad, pero el segundo se hundió en su hombro derecho.
El calvario continuó mientras una y otra vez era alcanzado por los certeros y envenenados cuchillos … pero cada vez sentía menos energía y su cansancio hacía mella en el pícaro, demasiados días caminando bajo el sol abrasador, sin apenas alimento ni descanso …

  • Miërda, esto va mal. Estas heridas no dejan de emanar veneno y por como se me entumece por el asqueroso veneno ya me ha debido de infectar.cerró sus ojos durante unos segundosya que no puedo verle me guiaré por el sonido, un ataque a gran escala debería acabar con el. en un ataque de ira gritó¡¿Sucio asesino por que no te muestras ?!

  • Pensaba darte la oportunidad de rendirte, pero si tanto deseas la muerte … date la vuelta, aqui estoy.el caballero de la muerte se giró sonriente ante el, ahi se encontraba, a escasos metros

  • Ya eres mio asesino … ¡ Que la poderosa ventisca te lleve al infierno ! aquel lugar comenzó a escurecerse ante su poder

Brutales rafagas de viento helado capaces de cortar el mejor acero, enormes piedras de granizo inimaginables en aquel desierto y una continua lluvia tan pesada que atravesaba el más grueso tejido; se concentraron en apenas unos metros directamente sobre Nhail.

  • Muerte … dijo sediento

Nhail no se movía, seguía parado bajo la tempestad sin dar muestras de estar herido. Al fijarse detenidamente, se dio cuenta de que los pedruscos, las rafagas de viento … todo, atravesaba el cuerpo del elfo sin tocarle.

  • Es solo una ilusión, estúpido, mi leal sombra. Este ha sido tu tercer error

Antes de que que el asombrado caballero de la muerte pudiera girarse hacia el origen de la voz, Nhail corrió a través de las arenas dando un único e imposible salto que culminó con una certera patada en el cuello.
El golpe fue tremendo, la patada adquirió una fuerza con el salto impulsado por la velocidad.

  • ¿ Eso es todo ?preguntó sonriente el oscuro caballeroPide clemencia y muere con tu orgullo intacto.

  • Jamás me rendiría ante uno de los de tu clase. Me entrené para combatir contra la plaga y después contra las fuerzas del vacío y los dioses antiguos de este planeta. No pediré tu clemencia, si quieres ganar tendrás que venir y mancharte las manos tu mismo …

  • Como desees, la decisión ha sido tuya. – desenfundó aquella enorme e imponente guadaña

Las hombreras de la oscura armadura de Nhail comenzaron a cambiar de color, aquel blanco de tonos dorados pasó a un color verdoso, lo que significaba que estaba empezando ha poseer el cuerpo y la mente del joven pícaro. Sabía que no podía permitir perder mas tiempo en un combate contra un desconocido que nada tenía que ver con sus objetivos y necesitaba deshacerse de el de una vez por todas.

  • Por cierto, ya que estabas tan interesado en mi armadura, déjame aclarar tus dudas. Esta armadura no viene de las profundidades, N’Zoth no tiene nada que ver con ella, la armadura fue hallada por mi maestro druida en las ruinas de Ahn’Qiraj, durante la guerra del mar de dunas. este miro al cielo con nostálgia recordando cuando todavía vivía, antes de ser aniquilado por las fuerzas de la plaga en corona de hielodominarla fue parte de un duro entrenamiento, solamente he tenido que usarla una vez, cuando mi mejor amigo murió en Ulduar, yo y mi grupo de mercenarios peleabamos contra el general Vezaxx.
    No quieras que pierda mi cordura y ser dominado por ella … te arrepentirás. Solamente quiero terminar con el último dios antiguo, terminar de una vez con todo esto y enterrarla de nuevo, nada más.

Oou thyzz lal ak’uq qwaz Zuq shkul ma sk’tek los susurros comenzaron a invadir la mente de Nhail

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Fuerte Gromash

El picaro quería rascarse su maltrecha espalda tras esas 3 sesiones de “charla”, pero sus brazos estaban esposados y anclados al suelo por cadenas, pensaba vías de escape y el momento de hacerlo, pues no iba a permitir perder su cabeza en ese estercolero pestilente, sin embargo no lograba encontrar esa opción, estaba en el lugar más vigilado y controlado de toda la Horda, si lograba huir sería pasto de mil flechas antes de dar un segundo paso, así que se resignó y empezó a temer por su vida por primera vez desde hace mucho tiempo

-Comienza el juicio, tenemos a Drezz Martillo Salvaje y Biroz Aguasturbias acusados de los siguientes delitos: Entrar en territorio enemigo, espionaje y sabotaje para la Alianza, asesinato de un miembro de las fuerzas de la ley de Ogrimmar, altercados en la ciudad, colaboración con el traidor a la Horda Felix, ¿Como se declaran los acusados?.

El humano empezó a habla en su lugar

-Su señoría, la Alianza congratula el nuevo liderazgo de la Horda, y esta deseosa de rehacer lazos de amistad y paz para lograr una buena relación mutua, es por ello que he recibido esta carta escrita de puño y letra por su majestad Anduín respecto a este…lamentable incidente.

-Espera…¿Anduín?, ¿Pero que esta pasando aquí?.

-¡Silencio!.

El humano rompió el sello real que cerraba la carta y extrajo el pergamino y comenzó a leer


-Yo, Anduin Wynn, Rey de Ventormenta y en representación de la Alianza, y asumiendo la responsabilidad por parte del Consejo de Forjaz y del Almirantazgo de Kul’Tiras, en el papel de reestablecer las buenas relaciones entre nuestras facciones tras la opresión de Sylvanas Brisaveloz, comunico que los acusados actuaron de forma autónoma, sin comunicar en ningun momento a las autoridades de la Alianza sobre sus acciones.
Rogamos en la medida de lo posible su devolución a soberanía de la Alianza para su juicio en nuestro territorio y lamentamos el incidente causado por los acusados.

-Atentamente Anduin Wynn


-Y eso es todo su señoría, esa es la respuesta de su Majestad.

-De acuerdo, ya puede retirarse.

-Entonces eso significa que…

-Bien, es momento del receso, en unos instante continuamos el juicio.

El juzgado se retiró tras unas cortinas instaladas para la ocasión y el humano se acercó a los acusados

-Lo siento chicos, pero me temo que no volveis a territorio Alianza, la liasteis demasiado, me temo que a lo sumo os dejaran elegir si ser sentenciados a decapitación u horca.

-¿Enserio eso es todo?, menuda mier** de elecciones, la Alianza nos vende por mantener las apariencias, ¡el mismisimo Rey nos ha dejado vendidos!, ahora entiendo un poco mejor a Tyrande.

-De verdad que lo siento, pero no puedo hacer nada más.

Tras un receso el juzgado retornó a sus puestos

-Tras un receso procedo a comunicar la sentencia de los acusados, puesto que el Rey Anduín ha confirmado que actuaron por cuenta propia y no por ordenes de la Alianza, y acusados de los crímenes de entrar en territorio enemigo, asesinato de un miembro de las fuerzas de la ley de Ogrimmar, altercados en la ciudad y colaboración con el traidor a la Horda Felix.

El orco tomó un dramático respiro

Los acusados son sentenciados a muerte al anochecer por horca o decapitación a elección de los sentenciados.

El orco tras dictar sentencia se retiró junto a la mayoría de los presentes, quedando solo el humano y Baine

Los 2 sentenciados permanecían congelados en su posición, cuando el humano les habló

-Lo siento, hare lo posible para que sus cuerpos lleguen a sus familiares lo antes posible, pero era una carta directa de Anduin, no podía hacer nada.

-Vete…largate…no quiero ver tu cara más…este maldito sistema esta corrupto.

-Adios. El humano se fue del fuerte y Baine se acercó a ellos

-¿Que os motivó a venir a Ogrimmar y jugaros la vida en algo así?

-Y a ti que te interesa, vete de aqui.

-Creo que no sabes quien soy.

-Claro que se quien eres, eres una maldita vaca que nos quiere humillar Dijo el enano

-Soy Baine, representante de los Tauren en la Horda.

-¿Y?.

El tauren miró a su alrededor

-Guardias, dejenme solo con los sentenciados, tengo que hablar con ellos.

-¡Dabu! Los guardias dejaron el fuerte, quedandose los 3 solos

-Bien, ¿Que haciais aquí realmente?.

-Somos espias del IV:7 y actuabamos para sabotear a la Horda, ¿Es eso lo que quieres escuchar?.

-Se que no cumpliais ordenes del IV:7, ¿teniais relación con Felix verdad?.

-¡No menciones su nombre, asqueroso tauren! Dijo el enano sobresaltado

-Shh, tenemos poco tiempo antes de que empiecen a sospechar, ¿habeis venido para intentar salvarle verdad?

-Asi fue, por desgracia parece que llegamos tarde.

-Puede ser que no, Se puso tras el enano y empezó a rebuscar por su nuca.

-¿Oye que haces?, lo siento pero no me van los tauren.

-¿Pero que dices?, estoy buscando…Aquí está Tocó el pequeño tentaculo, señor Biroz, ¿en tus interrogatorios mencionastes los terminos “visiones” y “N’Zoth” verdad?

-Claro, hemos intentado que ambas facciones respondan a la amenaza, es real, pero no se lo toman enserio, andan más interesados en intentar frenar a rebeldes y ganar cuanto territorio puedan antes del armisticio definitivo.

-Creanme, es realmente dificil convencer a todos de enviar tropas a una gran amenaza tras esta dura guerra, simplemente no nos quedan tropas disponibles, pero vosotros si podreis hacerle frente.

-¿Como que nosotros?, ¿nos esta liberando?.

-Si y no, como hice con otro individuo cercano a vosotros os ofrezco dos opciones, la primera es dirigirse a la Cámara del Corazón en Silithus y Uldum para hacer frente a la amenaza que quiere sumerger el planeta en la oscuridad o bien pueden acatar su sentencia y morir en el patíbulo, ahora ustedes eligen.

-_¿Estas diciendo que El sigue vivo?, pero si vimos su cadáver en el patíbulo. Comentó el enano

-Las apariencias pueden engañar, amigo enano, no puedo hablar más, pero las respuestas estan allí, en el Sur.

El kultiriano miró al enano, ¿que decides?, ¿vamos al Sur o acabamos nuestros días aquí?.

-De acuerdo, iremos a por N’Zoth, quiero acabar con el y las pesadillas que me induce.

-Yo ire contigo entonces Dijo el kultiriano.

-Así que tu tambien tienes visiones, eso explica el tentáculo, mis sospechas estaban entonces fundadas, allí encontraras respuesta querido enano.

-Ahora he de marchar, espera una larga tarde, suerte con su hazaña heroes.

-Espera, ¿no nos libera?.

-Lo siento, pero hay que cumplir la sentencia, siento que tengais que ver vuestra ejecución, pero así estan las cosas, que la Madre Tierra os acompañe.

El tauren marchó y mandó a los guardias orcos que se llevasen a los sentenciados al patíbulo

-¿Pero que?, No entiendo nada, ¿morimos o vivimos? dijo nervioso el enano

-Shh, tu simplemente manten la compostura, creo que se que va a pasar, pero preparate para correr.

-Confio en ti, espero que todo salga como dices.

Llegaron los orcos y esposaron a los sentenciados que fueron llevados al patíbulo


Durante el atardecer, bellos colores rojizos teñian las rocas de la ciudad y sus edificios, el fresco empezaba a inundar la ciudad, y las luces a iluminarla, en cuanto el Sol dejase de verse las cabezas de los sentenciados caerían al suelo.

Un gran gentío se arremolinaba alrededor del patíbulo, ahora limpio, en el estaban los 2 sentenciados anclados al suelo por cadenas entre unas horcas y un madero con un hacha clavada en el

-¡Silencio!, antes de comenzar la actuación, que método desean cumplir para su sentencia.

Ambos eligieron decapitación, si tenia que pasar almenos que fuese rápido

-De acuerdo, quedan 5 minutos para que deje de haber Sol, ponganse frente a los maderos y de rodillas.

Ambos cumplieron esas ordenes

Los verdugos empujaron sus cabezas hacia los troncos, e hicieron que estirasen todo lo posible el cuello mientras ataban con cuerdas sus brazos a sus espaldas

-Se va a dictar la pena de los acusados por los crímenes de entrar en territorio enemigo, asesinato de un miembro de las fuerzas de la ley de Ogrimmar, altercados en la ciudad y colaboración con el traidor a la Horda Felix.

Por estos horribles delitos a la Gran Horda, los sentenciados han sido condenados a la pena máxima, con elección de decapitación, para ambos criminales, que sus dioses sean misericordes con sus almas.

El público comenzó a insultarlos e incluso tirarles guijarros mientras ellos esperaban a que algo sucediese antes de que las hachas cortasen sus cuellos

-Esa vaca nos ha engañado…¿de verdad voy a morir aquí rodeado de esta chusma? Dijo nervioso el enano.

-Baine, por las mareas, actua ya, no te retrases, haz algo ya. Dijo susurrando el kultiriano

Y con esa situación ambos esperaron a que algo sucediese antes de perder la cabeza

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-Es la voluntad de la luz! Thorimas cargó contra cinco C’Thraxxi en solitario.

Los Ramkahen y los Vaga’yermos habían desplegado sus efectivos en el río entre Ramkahen y El Obelisco de las Estrellas, formando una línea defensiva casi impenetrable. El alto comandante Kamses dirigía las cargas contra las hordas de esbirros de N’Zoth y los Vaga’yermos neutralizaban las emboscadas.

-Debemos alcanzar esos obeliscos, arqueros, en posición! Kamses ordenó el posicionamiento de los arqueros y levantó el brazo para marcar el tiempo.

Thorimas había acabado con dos de los C’Thraxxi cuando uno de estos consiguió lanzarlo a una gran distancia hacia los arqueros de Kamses de una patada, los cuales, habían sido derribados casi en su totalidad.

-Maldita sea! Apuntad en esa otra dirección! Derribad a esas monstruosidades! Kamses trataba de recomponer la formación

-Perros estúpidos, no necesitaba que me paráseis la caída. Thorimas lanzaba hechizos de sanación a los arqueros heridos mientras estos se recomponían. Ocúpate de tu trabajo y que no se interpongan en mis asuntos! Dijo Thorimas mientras señalaba con el dedo a Kamses.

-Fuera de mi vista, elfo arrogante! Vuelve ahí a hacer lo tuyo! La molestia de Kamses era palpable.

Thorimas apartó la mirada de Kamses y volvió a cargar contra los C’Thraxxi.

-Están trayendo huevos de Aqir! Necesitamos lanzallamas! Dijo Aldo mientras luchaba contra los K’Thir.

-Nuestros hechiceros necesitan descansar! Tendrá que esperar a otro momento! Kamses dirigió a los arqueros para disparar a la lejana zona donde se encontraban los obeliscos. Cargad y disparad a discrección! Abrid un camino ahora!

Desde Ramkahen una multitud de héroes de Azeroth se preparaba para rechazar la invasión y salvar a los habitantes de Uldum una vez mas. Sus determinaciones eran firmes.

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Unos débiles haces de luz se dejaban vislumbrar en el desertico horizonte de Ogrimmar, cuando el último haz cesase de iluminar la ciudad, también lo harían las vidas de los 2 protagonistas de este trágico desenlace

-Queda alrededor de 1 minuto, verdugos vayan preparandose, criminales, vayan rezandole a sus dioses.

-Se acabó, estamos acabados, espero que al menos me envien a Capilla junto a mis compañeros, bueno ha sido una vida no muy larga y ajetreada, pero todo tiene que llegar a su fin.

Notaron como los frios filos de las hachas tocaban sus cuellos en la guía mental que los verdugos realizaban para llegado el momento realizar el golpe limpio y certero, lo que hizo que, al menos el enano, temblase de terror
Finalmente el último haz de luz cesó, lo que indicaba la fatídica hora

-Bien, es el momento, ¿Unas últimas palabras?.

-No me arrepiento de nada de lo que ha pasado aquí, volvería a hacer lo mismo otra vez si pudiese.

-Guardate el resto para tu creador, ¿Y tu gordo?.

-El mundo esta siendo atacado en este momento por una gran oscuridad, sois idiotas por haber luchado por una patética Horda en vez de salvar el planeta cuando lo ha necesitado, hoy somos nosotros, pero mañana sera toda Azeroth la que sucumba, ¡Necios!.

-Definitivamente has perdido la cabeza allí abajo, y ahora aqui arriba lo harás, literalmente.

Parte del público empezó a reirse por ese comentario

-¡Silencio!, aunque sean criminales merecen una ejecución con honor, asi que procedamos a ello.

Ambos fueron vendados como dicta la tradición y con ello el silencio se hizo, este se alargó por lo que parecía una eternidad hasta que algo lo rompio, una explosión hizo escena de unos de los zeppelines de la bahía de carga en lo alto de la ciudad, y con ello los gritos de los viadantes

-¿Que acaba de explotar?, ¿Habeis sido vosotros?¿Han sido los goblins?, da igual, ¡ejecutenlos ya!.

Otra explosión hizo explotar un buzón cercano, pequeña explosión, pero con gran efecto al hacer saltar astillas del buzón a los espectadores más alejados, lo que provocó una estampida humanoide que huía de la zona inundada por sus gritos

-¿Que miran, verdugos? ¡cortenles la cabeza ya!

Más explosiones, esta vez en el patíbulo, que cubrieron de una densa humadera blanca el área circundante al patíbulo, este incluido

-¡Rápido, estan allí!.

El enano pudo escuchar esa frase en común cuando notó un tirón que lo levantó de un golpe

-Estamos para salvaros, sigan nuestras indicaciones si quieren sobrevivir, ¡Adelante!.

El enano simplemente siguió esas indicaciones, estaba totalmente confuso, ¿Que acababa de pasar? ,¿Quienes les rescataban?, ¿Estaban también rescatando al kultiriano?, ¿A donde se dirigian?, pero maniatado y vendado tendría que confiar en esas voces, no tenia otra opción de todas formas

-¿Quien eres?.

-Más tarde, tenemos que salir de Ogrimmar ya.

El simplemente corría, un tirón, a la derecha, otro tirón, a la izquierda, un gran tirón le indicó que hacia abajo, y luego otro tirón y todo recto.

Podía escuchar como un eco que retumbaba por la galería, probablemente subterránea, por la que caminaba los gritos provenientes de la ciudad, y como cada paso significaba un chapoteo y el frío del agua en sus descalzos pies, imaginó que estaría en las alcantarillas, o lo que los orcos considerase como tal, el olor pestilente lo evidenciaba

-¿Puedo saber ya que pasa?.

-Shh, estamos atravesando Ogrimmar, dentro de unos minutos se disipará el humo y se daran cuenta de que no hay dos tipos decapitados en el patíbulo, es más, que ni los hay.

-De acuerdo.

El séquito caminó en silencio por esas pestilentes galerías hasta llegar a una salida que daba a una costa arrupta entre Durotar y Aszhara, tardarían un rato en inspeccionar el área las fuerzas de Ogrimmar

-Bien, cuidado con las rocas afiladas, pongan un pie aquí, ahora en este hueco, cuidado con este coral, y ahora sube el peldaño y adentro.

Hizo lo ordenado, ese adentro le mareó un poco, era evidente por sus pies mojados, el olor a salitre, las gaviotas bramando y el sonido al oleaje rompiendo en esa arrupta costa, que estaban en el mar y acababa de subir a una barca por el movimiento oscilatorio de este al hacerlo

Al poco notó un gran movimiento, evidentemente el kultiriano acababa de subir por como osciló la pequeña barca

-Bien, nos vamos, adios Ogrimmar, que lo pasen bien con ese zeppelin ajajaja.

-Disculpen, ¿Nos pueden quitar las vendas por favor?, me estoy mareando, los barcos no son lo mio.

-Oh claro, perdonen, es que ha sido todo muy frenetico.

Finalmente les retiraron las vendas y pudieron ver a una elfa de la noche y a otro elfo de la noche remando aquella barca.

-Gracias, esto…las manos por favor.

-Eso cuando lleguemos al cliente, hora de introducirnos.

La feliz elfa era la luz de la sombra que era ese elfo que remaba en total silencio con una larga cara, eran 2 elfos tan contrastados como Elune y Belore o la Luz y el Vacio, pero poco podían discutir los recien rescatados

-Bien, hora de la introducción, pertenecemos a la guerrilla llamada “La ira de Elune”, un grupo guerrillero formado tras la traición a los Kaldorei por parte de la Alianza y os preguntareis, ¿Que hacen 2 elfos de la noche como nosotros atacando Ogrimmar para salvar a un enano y a un kultiriano que iban a ser ejecutados?

Silencio

-Vale respondo yo, pues simple, digamos que hay una vaca sagrada que os consagró con una bendición en forma de elfa de la noche, por cierto, me gustó mucho tu discurso gordito, parece que no somos los únicos hartos de la Alianza por lo que veo jeje.

_El kultiriano empezó a alterarse desde que escuchó aquello de “Guerrilla Ira de Elune”

-¡Vosotros estuvisteis a punto de matarme en Vallefresno!, ¡Quisisteis degollarme en aquel bosque!, ¡Estais locos! El kultiriano a punto hizo volcar la pequeña barca

-Oye oye oye, calmate, que nos vas a hacer volcar gordito, toma esta infusión relajante.

-A mi no me des ese potingue, ya me drogasteis una vez con…La elfa sujetó la boca del kultiriano, se la abrió y le hizo beber la relajante infusión a la fuerza, en unos segundos el picaro quedó sentado y al borde del sueño

-Ves Lhorimas como no era innecesario llevar la infusión, sin ella estariamos ahogándonos, pero por si acaso Cogió la venda del kultiriano y se la puso en la boca para mantenerlo callado el resto del viaje

-Bien, no se que te pasaría en Vallefresno, pero os tenemos que enviar al cliente en Trinquete, no me gusta en absoluto tener que hacer esto, pero andamos mal de financiación y armas, y Baine nos prometió una “donación” si haciamos este viaje, así que sean buenos clientes y tengamos un plácido viaje, que me he jugado el pellejo para salvaros, aunque fue divertido hacer saltar aquel Zeppelín por los aires, tendrías que haber visto aquellos goblins salir despedidos ardiendo hacia el vacio jajajaja.

-Gracias por salvarnos, ¿quién es el cliente si es posible saberlo?

-Eso es Se-cre-to, y animen esas caras, estais vivitos y coleando, en unas horas llegaremos a Trinquete y seran libres de nuevo, como nosotras lo seremos con la Suma Sacerdotisa una vez rompa todo lazo con esa traidora Alianza, y no me mires así, el principito os dejó vendidos tambien.

Aquella tranquila noche en el mar se hizo corta, incluso placentera, salvando el momento en el que…

-¡¡Hmmm!!

-Deja de moverte, te dije que te escocería, tienes toda la espalda destrozada, como no te aplique este ungüento de plantas medicinales moriras por la infección de esas horribles heridas de la espalda, así que no te muevas, ya queda poco.

La elfa volvió a coger más ungüento medicinal mientras el enano estaba sentado en las piernas del kultiriano para mantenerlo quieto

-Vamos allá, te va a escocer…mucho.

-¡¡¡hmmmmmmm!!

Por suerte en medio del mar nadie podría escuchar esos gritos de dolor


Altas horas de la madrugada, frente a Trinquete

-Bien chicos, espero que hayan gozado de un buen viaje, esperen un momento.

La elfa sacó una daga afilada, cortó las cuerdas que ataban a los rescatados y se la guardó de nuevo

-¿Os ayudo a subir al embarcadero?, habeis estado horas maniatados, es normal que tengais los brazos entumecidos.

-No hace falta, Intentaba mover los brazos, que le dolia por mantenerlos fijos por horas ,gracias por todo.

-Recuerda aplicarle ese ungüeto cada noche hasta que se le cierren totalmente las heridas, con lo que te he dado debe sobrar, y a ti gordito, de nada.

-Vete ya, no me hagas hundirte…y…gracias dijo a regañadientes el kultiriano

-Adios, esperemos no vernos en Vallefresno. Con ese ultimo detalle la pareja partió de retorno a donde fuese de donde viniesen

Trinquete resucitó con el fin de la Cuarta Guerra, el comercio intercontinental retornó a su ritmo anterior e incluso acrecentado por los nuevos mercados de Zandalar y Kul’Tiras que rápidamente quisieron abrirse espacio en el puerto neutral de Trinquete, por lo que las calles bullían de nuevo con su característica actividad frenética, mercados, puestos, mercancias y gritos de subastas de productos muy variopintos inundaban el puerto, y allí estaban los dos desarrapados huidos, a salvo por ahora

-Bien, estamos en el Norte de los Baldios, tenemos que desaparecer pronto, la Horda ya estará buscandonos, pero necesitamos algo de ropa, no podemos ir así de andrajosos, y dinero…esperame aquí un momento Drethz, voy al “banco”, tu vigila que no tengamos a nadie mirandote demasiado. El kultiriano desapareció al acabar su frase

-Bueno Baine, espero por tu bien que Felix siga vivo como insinuastes, aunque ¿donde lo encontraré?, Uldum es enorme e inhospita por lo que he escuchado.

Un rato despues

-Bien, buenas noticias, el “banco” hoy estaba más que dispuesto a darme dinero, vamos a comprar cosas.

-No me digas que ese “banco” en realidad es…

-Si, la calle entera es el “banco”, pero, quien roba a un ladrón…

Los 2 entraron en la galería comercial de Trinquete, entraron en el comercio de un costurero, y tras probarse diversa ropa al fin encontraron tallas Enano y Kultiriano, las cuales fueron pagadas con 3 carteras diferentes, a lo que el goblin regente del local ni titubeó, el oro, oro era, que mas daba su procedencia.

Más tarde fueron a una armería, el kultiriano compró 2 dagas más bien normales, ya encontraría algo mejor, pero por el momento servirían, lo mismo el enano que adquirió una maza, normal, de las que alguien a sus comienzos de aventuras adquiriría, pero mejor que nada era, tras adquirir suministros para el viaje, iban a adquirir unas armaduras, pero una vez que el pícaro observó miradas demasiado indiscretas decidió dejarlo para otro momento

-Confirmado, nos han encontrado, nos vamos ya Drethz, vamos a alquilar unos grifos y volamos a Gatgezan.

La pareja alquiló los grifos con 2 sacos de oro “del banco” y partieron hacia Gatgezan

-Una cosa quería preguntarte.

-Dime.

-¿Cuál es tu auténtico nombre? ¿Y ahora que te han pillado la Horda, que piensas hacer en el futuro?, Dudo que el IV:7 quiera tener más relación contigo.

-A lo primero, en Silithus te lo contaré, a lo segundo…buena pregunta, esta claro que seré expulsado del IV:7 por actuar por cuenta propia y poner en riesgo a la Alianza, y con los descoronados no se que sucederá, espero que me “borren” y me reasignen otra identidad, pero no tengo ni idea, estaran esperandome en la Cámara del Corazón seguro.

-¿Te van a matar?.

-Lo dudo, si lo hubiesen querido hacer ya estaria muerto en Trinquete, a nadie le importaría en un puerto neutral que un fugitivo muriese.

Y la charla en los cielos de Kalimdor continuó entre esa peculiar pareja cuando comenzó a amanecer sobre los cielos del norte de Mil Agujas

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Escrito por Thantos.


‘‘Solamente quiero terminar con el último dios antiguo, terminar de una vez con todo esto y enterrarla de nuevo, nada más.’’

Aquellas palabras parecieron tener el efecto de romper la máscara sin emociones que era el rostro del guerrero maldito, obligándolo a esbozar una sonrisa cargada de intriga e interés. Relajó su guardia, pero no guardó su afilada guadaña de nuevo en la funda de cuero que colgaba de su espalda, sino que la apoyó en la áspera roca de Uldum, como haciendo honor al bastón que daba forja a aquel dedo del propio segador.

  • De Ny’Alotha o de Silithus, no importa el lugar donde hallaras esa armadura malditadijo con tono tranquilo—. Si pertenece a los Dioses Oscuros, es susceptible a ser utilizada por N’zoth para manipular a su portador ahora que está libre, y no tengo prueba alguna de que eso ya no haya pasado, incluso sin que te hayas dado cuenta.

Mir, su cuervo, voló de nuevo a su hombro y empezó a picotear la daga que todavía perforaba el grueso metal y la desharrapada tela de aquel jinete, como salida de lo más recóndito de las Tierras Sombrías y que aún portaba la triste música de los muertos. Con un gesto despreocupado, Aiden se arrancó la daga, cuya hoja envenenada estaba cubierta por una fina capa de hielo, encapsulada en un gélido cristal que había mantenido la ponzoña lejos de sus venas muertas, y acarició con cariño al córvido.

  • Pero se bien que las apariencias engañan, y que todo el mundo merece una oportunidad. En tú caso, para demostrarme que eres dueño de tu propia menteSin bajar la guardia ni lo más mínimo, Nhail le miró con curiosidad.
  • ¿En qué estás pensando, jinete?, Exprime cada gota del poder de esa armadura tuya y combate seriamente conmigo. Si en cinco minutos sigues cuerdo, y vivo, aceptaré tus palabras como una verdad absoluta y podremos presentarnos de forma másagitó la mano en el aire, buscando la palabra indicadaformal.

El pícaro dudó, reticente como era a utilizar todo el furor oscuro que aquella armadura de caos dado forma, pero cada vez era más obvio para él que era su mejor opción era ceder a las exigencias del caballero de la muerte, al menos esta única vez. Quizás, incluso, consiguiera a un valioso aliado si completaba con éxito el desafío.

  • Esto promete ser interesantele respondió tras unos segundos de reflexión, preparado para liberar el poder de su armadura maldita.

Con un gesto tierno, tan impropio de los heraldos del frio y la muerte como eran los caballeros de Acherus, Aiden hizo volar de nuevo a su compañero. Las sombras de su capucha no fueron capaces de ocultar su sincera sonrisa a la visión élfica de Nhail, que comprobó con alivio que ese no era uno de esos caballeros psicópatas que de vez en cuando sucumbían a su sed de sangre.

  • Así es.

Nhail inició su carga, pero apenas dio el segundo paso cuando la guadaña, convertida en una monstruosa radial voladora, trituró el aire en el que había estado su torso hacía medio latido. El grave sonido a su espalda le advirtió de que la hoja no se conformaría con morder el polvoriento desierto, y dio una hábil voltereta para esquivar su segundo embate.

El elfo empezó a correr para ganar espacio, pero la incansable segadora no cejó en su empeño y le persiguió lanzando el agudo chillido que solo poseían las más afiladas de las armas. Hizo una finta y la guadaña se perdió en la noche, cortando una gran roca a la mitad con un corte limpio. Durante un momento creyó haberse librado de ella, pero una cuarta vez el arma del jinete manó de entre la polvareda.

La magia oscura recorrió sus brazos y se concentró en sus armas, emitiendo un destello cárdeno. Con unos reflejos que rozaban lo sobrenatural, golpeó como una mangosta al amasijo metálico, que lanzó un sonoro clonck y fue a parar, inerte e inocua, al suelo.

Aiden extendió los brazos con una sonrisa de satisfacción en el rostro. Hizo un gesto, y dos hojarrunas gemelas, de hielo azul y puro, se materializaron en sus manos.

  • Un minuto.

El caballero cargó hacia el pícaro, que con un hábil gesto lanzó un abanico de cuchillos ávidos por morder la carne maldita. Un suspiro sonó en la noche cuando estos atravesaron su cuerpo, incapaces de hacerle ni el más nimio de los daños.Propulsado por su forma espectral, Aiden se catapultó hacia el pícaro que, envuelto en un sudario creciente de sombras y niebla, recibió con firmeza el primero de muchos golpes.

Metal y hielo resonaron por la infinitud, saturando el cielo de la noche con poderosos ecos de sonido y magia. Cada uno de sus ataques, cada movimiento que realizaban, estaba perfectamente calculado y perfeccionado, y ambos no tardaron en sumirse en un baile de muerte de que solo las estrellas eran testigo, como un combate de gladiadores que existía únicamente para su deleite.

Nhail desarmó uno de los brazos del caballero y apuntó directo a su cuello pálido, pero este fue rápido y creó un broquel de hielo que se interpuso entre sus hojas, que se resbalaron sobre su húmeda superficie. La otra espada se transformó en un hacha que voló hacia su cráneo, lanzando un lamento digno de una plañidera.
El pícaro ganó espacio con una voltereta, pero antes de que pensara si quiera el contraataque ambas armas de hielo se quebraron como el cristal, dando forma a una nube de dagas que volaron hacia él.

Zhag’pu nia’le ra varah.

Su armadura se oscureció un poco más y lanzó un tajo al aire. Al instante, varias copias de sus armas, hechas de un humo tan negro que ponían en vergüenza a la noche sobre ellas, aparecieron como un enjambre a su alrededor y redujeron las dagas a inofensivos copos de nieve, que se posaron con gentileza sobre el suelo.

  • Dos minutos - dijo Nhail con retintín.

Su armadura estaba paliando la fatiga del viaje y el inclemente sol, pero ya podía notar los susurros rezumando en los bordes de su mente.
Para su sorpresa, Aiden se llevó un dedo a los labios.

  • Hazte un favor y deja que sea yo quien lleve el tiempo. No puedes permitirte desperdiciar ni una gota de aire.

Cerró su puño con un gesto rápido, como rápida fue la fuerza profana que elevó al pícaro en el aire y le empezó a oprimir la garganta con tanta fuerza que pensó que le partiría el cuello. El pícaro forcejeó, pero no tenía nada físico sobre lo que descargar su ira. Para echar sal a la herida, el caballero de la muerte respiró profundamente, lanzando una bocanada de gélido vaho.

Una rápida idea se formó en su mente. Llevó una mano a su cinturón y agarró uno de los tarros de ácido que todavía le quedaban de su combate anterior. Con un gesto veloz se lo arrojó al caballero de la muerte, que decidió no arriesgarse y pasar a forma espectral para evitarlo, liberándolo en el proceso.
Cargó contra él a la velocidad del rayo, esquivando las estacas de hielo con pasmosa agilidad. Dio un salto en el aire con sus hojas sobre su cabeza, listo para llevar la muerte definitiva a su rival. Pero este, en un imprevisto movimiento, creó una lanza de hielo y lo empaló en el aire.

  • Tres minutos. Una pena que…empezó a decir, pero quedó mudo de sorpresa cuando vio que el cadáver del pícaro se disolvía en humo. Aiden estaba genuinamente sorprendido, nunca antes había visto una sombra de pícaro que tuviera peso y consistencia. La sorpresa le hizo bajar su guardia un segundo, lo suficiente como para que Nhail se le acercara por el costado.

  • Cuarto error.

La pica se interpuso en el camino de las armas, pero se hizo astillas en cuanto tocó el acero oscurecido. Los golpes del caballero eran gélidos y devastadores, a pesar de combatir con las manos desnudas, pero ninguno llegó a alcanzar a su objetivo. El elfo era más rápido, más ágil y estaba más versado en combate sin armas que el antiguo paladín, y no dudó en castigar aquella carencia marcial con una tormenta de cortes.

Aiden reculó, intentando cubrirse de una andanada de golpes que provenían de todos los ángulos. Su dura armadura y su antinaturalmente resistente cuerpo podían aguantar mucho tormento, pero no era invulnerable. Protegiéndose rostro y cuello con sus pesados guanteletes, sus ojos se movían frenéticos de lado a lado en su búsqueda de un patrón de ataque, dejando atrás un corto rastro de vapores fosforescentes de un azul onírico.
Ahí estaba. Dio un paso atrás y levantó el puño. Dos fuertes cadenas de hielo surgieron del suelo y se enroscaron en las muñecas de Nhail, que perdió el ritmo de su ataque. Aiden congeló su puño, y con una sonrisa maliciosa, le dijo:

  • Te tengo.

El puño profano aulló en la noche y golpeó en las tripas al pícaro. Las cadenas se hicieron trizas y su delgado cuerpo de elfo salió volando por los aires, pero no como el jinete había esperado.

Nahg ab yer mint. ¡ARA NAK!

Un denso y oleoso tentáculo había manado de la armadura y se había enredado en su mano, negro como el abismo, negro como la brea y con el brillo húmedo del látex. El tentáculo bañado en babas se estiró como una goma y se encogió liberando toda su fuerza, propulsando al elfo y su patada oscura con la potencia de un obús.
Que se cubriera no hizo nada. El caballero de la muerte salió volando varios metros, y rodó otros tantos hasta golpearse con una de las rocas, que se agrietó con el impacto.

  • Cuatro minutosle dijo el pícaro con aire desafiante. Su voz era firme y su mirada clara, y eso motivó al caballero a redoblar sus esfuerzos.

Se puso en pie despacio, saboreando el combate y el dolor de los golpes y las puñaladas que recorrían su cuerpo, impulsándolo a continuar con su embate. Se puso de nuevo la capucha y se limpió la tierra del largo pelo blanco sucio que manaba de ella, y se puso en guardia de nuevo.

  • Estamos en la recta final, entonces. Será mejor que me empleé a fondo. Esta vez de verdad.

Entró de nuevo en forma espectral y se alzó en el aire. Su fantasmal figura, atravesada parcialmente por la luz de la Dama Pálida, le dio cierto aire angelical. Cinco espadas de hielo se formaron a sus espaldas, con las puntas hacia fuera, formando una aureola que le convertía en una suerte de dios de la muerte.

  • Pícarodijo, y su eco se extendió por las llanuras—. Sobrevive.

Con una orden suya, las espadas se abalanzaron sobre Nhail como una jauría de perros. El elfo maniobró con oscura elegancia, esquivando las hojas casi impasible ante su embate, como si no fueran más que molestas moscas que aplastó una por una, fuera bien con sus propias manos o fuera haciéndolas chocar entre sí.
Una ventisca se formó alrededor del caballero de la muerte. Las nubes auguraban una tormenta de muerte y desolación. Alzó una mano en el mismo gesto con la que un oficial ordena a su pelotón que se preparara para abrir fuego.

  • ¡Lluvia de ébano!

Un destello pálido recorrió las nubes, y estas descargaron una batería de saetas de hielo. Demasiadas incluso para el hábil elfo. Nhail corrió hacia las rocas, buscando refugio mientras preparaba la contramedida. Se llevó la mano al pecho, y su coraza formó una pequeña daga con aquel material corrupto y viscoso, que al endurecerse era indistinguible de la obsidiana.

Durante un momento, unos susurros distantes se metieron entre sus pensamientos, incrustándose como la suciedad en cada una de las circunvoluciones de su cerebro. Le prometieron mucho más de lo que ya le habían ofrecido. El auténtico potencial de sus ropajes, como fundirse con ellos para dar lugar a un ser de indescriptible gloria y poder.
Los expulsó sin piedad. Con un gruñido, lanzó la daga hacia las sombras de la noche, sin apuntar a ningún lugar en concreto. La daga sabía bien cuál era su función, y no tardó en revolotear hacia el espectro del invierno como un destello. Su forma etérea no lo salvó del impacto, y la hoja de obsidiana le atravesó con tanta fuerza que le devolvió al plano terrenal, arrebatándole la capacidad de flotar como un fantasma.

Mientras el pesado caballero se precipitaba al suelo, Nhail salió de su cobertura y corrió hacia él, listo para lanzar un remate definitivo contra el indefenso caballero.
Aiden, lejos de estar preocupado por la caída, aprovechó su gran inercia. Dio forma a dos espadas de hielo, pero para sorpresa de su oponente, estas estaban unidas a él con dos gélidas cadenas.
Nhail tuvo que dar una voltereta para esquivar el aplastante tajo de las espadas encadenadas. Los amplios arcos y barridos del caballero de la muerte tenían un alcance absurdo contra el que el pícaro poco podía hacer más que esquivarlo. No obstante, aprovechó la abertura de un poderoso machaque para utilizar un paso de las sombras y colocarse a su espalda.

Sus armas lo golpearon con un estallido oscuro que le propulsó hacia delante, desgarrando la ya maltratada capa que colgaba como un faldón de su cintura. Aiden se dio la vuelta, apretando los dientes, y convirtió las espadas encadenadas en dos bolas de demolición, semejantes a las que había utilizado al principio del combate.
Lanzó un rugido y las hizo chocar la una contra la otra, con el elfo entre medias. Pero este tenía buenos reflejos, y se lanzó hacia adelante para esquivar el brutal ataque. El hielo se quebró en el acto, levantando una densa y profunda cencellada en la que apenas se podía ver más que un palmo.
Nhail se puso en guardia, dando vueltas sobre sí mismo y agudizando su odio. No le cabía duda de que el caballero de la muerte podría rastrear la posición de su cuerpo caliente entre la fría niebla que era parte de él, así que maximizó las precauciones.

Un silbido a su derecha fue toda la advertencia que tuvo. Silencio se volvió a unir al combate, trazando una parábola que casi le parte al medio. Pasaron dos segundos hasta el segundo ataque, que aunque vino desde un ángulo improbable lo esquivó de un salto.
El tercero delató la posición del jinete. Nhail apretó los mangos de sus hojas con tanta fuerza que sus nudillos palidecieron, se giró y utilizó todo su terrible y oscuro poder.

Dos aullidos barrieron el cielo nocturno. La punta de Silencio se había detenido con delicadeza en la mitad de su trayectoria, en una posición que dejaba sin defensas al caballero de la muerte.
Las hojas de Nhail hicieron lo mismo. Se mantuvieron en el aire, pacientes y tan disciplinadas como su dueño. Su mirada era firme y clara. Su mente seguía siendo suya.

  • Cinco minutosdijo al fin Aiden tras varios latidos de silencio, con una más que evidente satisfacción grabada en el rostro. Retiró su guadaña y la apoyó en el suelo como si fuera un bastón y, como si un hubiera pasado nada, le extendió la mano.
  • Aiden Hojagélida, verdugo de los hasta hace poco secretos Defensores de Azeroth. Y parece que ambos tenemos un objetivo similar.
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El Salon del Guardian.

Un novicio llamado Elastor entraba en el gran salon, caminaba sin mucha decision pero en una direccion clara, la biblioteca del Kirin-tor, saludando con la mano a todos con los que se cruzaba. Una vez alli se acerco alguna de las estanterias, disimulando, mientras miraba de reojo a Eridah, una investigadora que ojeaba una tablilla.

Cuatro horas antes.

– Sariam, sera sencillo. – dijo Kmils a Sariam mientras hincaba los dientes a una chuleta de la taberna de Zuldazar.

–No lo tengo nada claro… explicame otra vez el plan.

–Vamos a Dalaran, secuestro a un mago, lo llevo por detras del mercado de los magos, lo escondemos y despues tu usas ese hechizo que te cambia la apariencia y entras en el salon del guardian. Una vez alli buscas pistas sobre una gnoma y un libro.

– Pero ese hechizo dura poco tiempo y no se que esperas que escuche o encuentre. Los del Kirin-tor son unos estirados. Tenias que ver como me miraban cuando entre la primera vez alli… una maga troll?? parecia que mi solo presencia alli fuera un insulto. Elfos, elfos, elfos y mas elfos, bueno hay algun gnomo pero tambien me miraba mal. No quiero volver alli, no me trataron muy bien, por que no vas tu?

– No puedo pasar sus barreras magicas, pero tranquila saldra bien ademas te debere un favor.

– Un favor no, quiero que les robes tres hechizo a esos arrogantes, tres no!!, cuatro o cinco!!! ya me las apañare yo para estudiarlos.

Una hora antes

Sariam caminaba por Dalaran acompañada por Kmils, en las sombras, en el mercado de los magos habia ofertas en pociones, algo que le gusto aunque la goblin le susurro que no era el momento. Con mal gesto siguio dando vueltas buscando a alguien que pudiera pasar desapercibido pero que no tuviera problemas para entrar en el salon del guardian, entonces sono el relog de la plaza de la cuidad, era la hora de comer y varios estudiantes empezaron a aparecer por todos lados. Cualquiera de ellos podria ser un buen objetivo, un estudiante mago, un novicio de la guardia de Tirisfal que puede andar a sus anchas por todo Dalaran. Asi que Sariam tan solo señalo a uno y Kmils lo entendio.

Ambas tomaron sus posiciones, Kmils seguirle y Sariam esperar detras del mercado, junto a un arbol y una letrina. Al poco tiempo llego Kmils volando con un saco con forma de elfo bien atado.

– Esta incosciente, vamos monta, iremos a un lugar seguro.-- Dijo Kmils con prisa.

Kmils aterrizo detras de la posada El Animal Roñoso, en la zona horda de Dalaran, entre el muro y el edificio, dejo caer al elfo al cesped y ellas bajaron y tomaron posicion a su al rededor. Kmils le tapo la cabeza para que no pudieran reconocerlas, aunque aun estaba incosciente, y despues hizo un gesto para que Sariam empezara el hechizo.

Ella empezo a canalizar “ilusion” aunque tuvo que hacerlo un par de veces hasta que adapto la forma del elfo. Despues garraspeo y probo la voz. Todo parecia bien. Kmils la miraba divertida pero no queria decirle nada para no distraerla, y Sariam emprendio el camino hacia su mision, mientras pensaba para ella misma que no sabia porque debia meterse en un asunto donde estaba implicada una gnoma.

Salon del Guardian, Continuara…

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Una oscura figura,apenas distinguible entre las sombras que lo rodeaban,se perfiló al lado de ambos contendientes…
La oscura armadura destellaba con tintes metálicos azulados, atrapando la escasa luz de las estrellas. Un hacha,con el filo rojizo,descansaba sobre el hombro de la acorazada figura.
-¿Y bien?,preguntó con el característico tono de voz metálico de los alzados…¿Habéis decidido ya,dejar de hacer el pardillo,y enfrentarnos a esto?
Realizó un giro con el hacha rúnica, que abarcaba todo el espacio…
-Mientras vosotros decidís,mataos el uno al otro,la maldad de N’zot se apodera del entorno. A la vez que decía esto,lanzó una atracción letal hacia las sombras. Un aquir apareció frente a él, quedando atrapado en el círculo de podredumbre que el alzado había conjurado…
Con unos certeros golpes de su hacha,eliminó al insectoide,y volviéndose hacia los atónitos contendientes, les espetó…
-Hermano…
dijo mientras se quitaba el yelmo para ser reconocido.
-Señor Aiden…
-¿Qué tal si dejamos de lado las diferencias,y nos dedicamos a dar caza al asqueroso pulpo?
Lanzado el interrogante hacia ambos,se quedó esperando su respuesta

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Amanecer sobre Mil agujas

Varios años han acontecido tras el Cataclismo que provocó la mayor inundación jamás registrada tras el primer Cataclismo, cientos de vidas perdidas de un plumazo debido a la mayor ola jamás registrada que inundaría a perpetuidad la antigua depresión que era Mil Agujas, tras varios años la zona pasó a ser inhabitable salvo una enorme plataforma construida por un consorcio entre goblins y gnomos, pero todo eso importaba poco en esta historia, simplemente era un lugar de paso para un kultiriano y un enano montados en grifos que se dirigian al inhospito sur de Kalimdor

-Este lugar es espectacular, me han dicho que lo era aún mas cuando no habia oceano en el, tenemos un planeta tan hermoso que proteger, y sin embargo estamos permitiendo que N’Zoth lo tome, tenemos lo que nos merecemos.

-No me lo recuerdes, hemos intentado hacer todo lo posible para evitar esto, pero los descoronados y en general todas las sedes nos hemos quedado a dos velas tras la Cuarta Guerra, muchos benefactores han muerto o perdido sus fortunas en esa estupida guerra, o simplemente se han vaciado para que sus miembros se matasen entre ellos, es lamentable, je…las sombras ya no somos ni las propia sombra de lo que eramos, solo Magni ha intentado defender Azeroth, y solo han asistido aventureros, ni Alianza ni Horda, ni Kirintor ni nada, solo aventureros solitarios, como dices tenemos lo que nos merecemos.

-¿Por que tienes ese interés por proteger el planeta?.

-Me enviaron a Draenor a husmear en los asuntos de la Horda, la nuestra, y saber que ese hermoso planeta ha quedado totalmente arrasado me hizo pensar que nuestro planeta va dirigido a esa misma dirección, no puedo permitir aquello.

-Lograremos que no sea así, ya veras, ahora que ambas facciones estan en armisticio espero que de una vez nos unamos para hacer frente a N’Zoth, como ya se hizo contra la Legión.

-Ojala tengas razón…ojalá.

La pareja atravesó Mil Agujas, Tanaris tras un breve descanso en Gatgezan, la Selva de Un’Goro, Feralas y finalmente Silithus hasta llegar al campamento de Magni ya al anochecer de aquel día


Campamento de Magni, Silithus

Ambos bajaron de los grifos al llegar, el enano preguntó por Belter al druida que lo asistió, y bajaron a la Camara del Corazón, la cual estaba cambiada, ahora habian escombros por el suelo, cadaveres de Ignotos y unos artificios nuevos, por no hablar de Wration


-¡BIENVENIDOS A LA CAMARA DEL CORAZÓN AVENTUREROS! ¿VIENEN PARA UNIRSE A LA DEFENSA DE AZEROTH FRENTE AL ATAQUE DE N’ZOTH?..TU ME SUENAS DE ALGO…

-MAAAGNI, TE ESCUCHO, TENEMOS LA MISMA ALTURA, HABLAME NORMAAAL, GRACIAS, SE QUE PUEDES, LE HABLASTES ASI A AIDEN, que os escuche, por favor que entre las visiones y los susurros, tus gritos, el calor y el viaje y que apenas he descansado nada me tienen la cabeza hecha un destrozo.

-Perdona, la costumbre…Dijistes Aiden …tu eras…¿Rhod?..¿Dijistes visiones?

-Exacto, nos dijeron que aquí encontrariamos respuestas sobre esas visiones que andan volviendome loco, ¿No habras visto a un elfo de sangre paladín con pintas de no aparentarlo, asi altillo y tal no?

-¿Quien es el que te acompaña?, y no, no he visto al elfo con ese perfil, lo siento, ¿Vienes a unirte a la ofensiva no, hace poco que Aiden pasó por aquí.

-¿Ofensiva?, ¿Aiden esta aquí?, vaya que sorpresa.

-¿Quien te acompaña?, no me respondistes.

-¿Yo?, a ver como lo digo…

Una humana surgió de las sombras

-¿QUE HICISTES EN OGRIMMAR?, ¿QUIEN TE ORDENO LIARLA PARA SALVAR A ESE ELFO?, a ver…Te han expulsado del IV:7, y desde la “sede” andan viendo que hacer contigo, me da igual que me escuchen, ¿Sabes en que lio te has metido?, Tienes a la Horda pegada a tu enorme trasero, tienes una orden de busqueda y captura con 7 cifras por tu cabeza, andate con ojo por que la “sede” no te va a defender…ya recibiras nuevas noticias, adios.

La iracunda humana se esfumó en un instante

-Vaya…ya me esperaba eso, bueno parece que estoy despedido Drethz, al menos del IV:7, en fin, de aqui a unos meses ya no habra Azeroth así que …que les den…¿Os ha interrumpido algo esta “charla”?

-Esto…tenemos que mejorar la seguridad M.A.D.R.E, podría haber sido un ignoto, por cierto, has mencionado a Azeroth muchacho, ¿Cuales son tus motivos para haber venido hasta aquí?.

-Queriamos salvar a uno de los compañeros del enano que participó en la muerte de Mantovil, fue atrapado en la boda de la elfa.

-Entonces conoces al grupo que salvó nuestro planeta del ataque de Mantovil ¿verdad?

-Si, llevo vigilandolos desde que Villadorada fue destruida, al principio creí que ellos fueron los culpables de ello o que participaron con el beneplacito de la Horda, era aún esa estup…esa guerra y sospechamos, al final cuando supe de que realmente nos defendieron de ese bastardo hice todo lo posible para dejarlos limpios, pero con mi cargo no pude lograrlo todo, esa burocracia se hizo imposible.

-Pareces sincero, Azeroth necesita gente como vosotros para protegerla de la amenazas que se ciernen sobre ella, como sabeis no tenemos más que los aventureros que se han presentado, necesito gente con experiencia, si es que quieren acceder a ello claro.

-Entonces es por esto que Baine quería que llegasemos aquí, ¿Magni, que es esa ofensiva?, hemos llegado de Ogrimmar y nos hemos perdido todo.

-¿Ogrimmar?, ¿Como han logrado salir vivos de la ciudad?.

Contaron lo sucedido en la ciudad hasta llegar a donde estan ahora

-Tu ya debes saberlo, miró al enano, se que fisgoneaste en mis archivos en la anterior visita, me lo contó todo Aiden cuando regresó, desde entonces ya solo reconoce mi voz y no la de cualquier enano, pero mirando al kultiriano tu debes saber poco, aunque seas de esa “sede” sobre el Corazón de Azeroth y el Adalid verdad?.

-Nadie sabe quien es el Adalid, ni siquiera nosotros sabemos nada de el, solo que portan algo llamado “El corazón de Azeroth”, un collar imbuido con el poder del planeta.

-¿Algo similar a esto verdad? Sacó una de las replicas del Corazón

-Creo recordar que sí, pero a que viene esto, Baine nos dijo que fuesemos aquí y matasemos a N’Zoth, claro que la otra opción era ser decapitados así que por pura supervivencia elegimos la del pulpo, y se que suena egoista, pero fue por salvarnos, esta claro que dos tipos como nosotros jamas podremos con un dios antiguo. Dijo de forma directa el kultiriano.

-Pero estais aquí, habeis venido por que realmente queriais ayudar a Azeroth, por que de otra forma hubieseis huido por el camino.

-En verdad es para encontrar a un viejo conocido, nos dijeron que posiblemente estaría vivo.

-Sois tozudos…bien, si simplemente quieren huir y recuperar a su amigo suban, M.A.D.R.E es capaz de teletransportarlo este donde este, sin embargo, si realmente quieren salvar Azeroth de N’Zoth, quédense.

Silencio

-Es imposible, nosotros solos no vamos a ser capaces, estamos totalmente condenados, la Alianza y la Horda estan totalmente agotados, no enviaran a nadie…Pensó un poco en quienes quería proteger…no me hagais esto…de verdad…no me hagais ir a un suicidio…no creo que vaya a hacer esto…soy idiota…Magni…acepto.

-Uno no puede engañarse a sí mismo, y usted señor kultiriano, ¿que decide hacer?.

-Acepto, no pienso que Azeroth sufra el mismo destino que Draenor.

-Bien, a partir de ahora pasaran a proteger Azeroth sobre todas las cosas, incluyendo sobre la propia Alianza y sus patrias.

Le puso una de la replicas al enano y, tras agacharse el kultiriano, tambien a este

-Bien defensores, Uldum esta siendo atacada por el imperio negro, M.A.D.R.E les llevará de inmediato a Ramkahen, necesitan ayuda en las ruinas de Ammon, no duden en matar a cualquier sirviente de N’Zoth, y Rhod, cuidate, controla las visiones y no sucumbas a la locura, N’Zoth quiere eso de ti, vence tus temores y evita que te controle, mucha suerte.

-Señor Magni, ¿Estos collares tienen algun tipo de uso o es más bien un amuleto? Dijo el kultiriano mientras le daba vueltas al collar

-Focaliza la ira de Azeroth con el collar, cuando llegue el momento sabran usarlo, todo a su debido tiempo.

-Gracias y…¿no odias a la gente como…yo?, ya sabes, picaros.

-En estos tiempos oscuros todo el que quiera defender el planeta es bienvenido, no tienes mal corazon muchacho, valorate más, y ahora vayan a Uldum, el planeta os necesita.

Regresaron a la sala central, donde M.A.D.R.E comenzó el protocolo de teletransporte

-BIEN MUCHACHOS, A ULDUM QUE VAN, ¡POR AZEROTH!

Antes de poder responder ambos aparecieron en Rankahem, donde un enorme tol’vir les proporcionó suministros, armas finamente forjadas, de mayor calidad que las compradas en Trinquete, y armaduras apropiadas para el ataque directo para el enano y para el sigilo para el kultiriano, finalmente les ordenó viajar al sur, hacia las Ruinas de Ammon

-Bien, diríjase al sur, eviten el cauce del rio a toda costa, hay un oasis a medio camino, aunque me temo que esta seco ahora, podran encontrar algun manantial de camino, pero por si acaso racionen su consumo de agua, necesitamos saber como esta el destacamiento de las ruinas, y de paso que limpien la ruta, maten a toda bestia que vean del imperio, no lo duden, y buena suerte_


Aquella noche, en medio del desierto

-Odio Uldum, sabia que en la noche en los desiertos hace frio, pero esto es ridiculo, hace más frio que en Dun Modr.

-Deberiamos acampar, condenados gusanos voladores, estariamos llegando ya si pudiesemos volar ¿Es que no se pueden derribar? Dijo el kultiriano molesto

-Oye, hacia tiempo que no veia un cielo tan despejado y lleno de estrellas, acampemos aquí esta noche, a ver mañana, dicen que aqui hace un calor infernal, asi que saldremos de madrugada cuando aun refresque.

-Se ve que tienes experiencia en sobrevivir al aire libre Dre…Rhop.

  • Cosas de enanos, no somos capaces de vivir encerrados mucho tiempo, aunque tengamos la fama de mineros.

Bajo aquella hermosa noche, ambos montaron un pequeño campamento para poder tomar un merecido descanso

-Por cierto, casi se me pasaba, aquella amable elfa me dijo que cada noche ungüento en la espalda, quítate la camisa que te trate esas heridas.

-¿De verdad es necesario?.

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Pudge al habla desde discord.


Pudge acarició la cabeza de Mur y la fue moviendo hacia abajo para indicarle a Mur que
fuera bajando.

  • Por lo que veo Camposanto ha conseguido limpiar la zona de no-muertos y arañas aunque
    aun sigo viendo murciélagos y lobos pero parece que hay mas renegados viviendo en las
    casas y incluso parece que la forja abandonada vuelve a funcionar aunque sigo viendo que
    hay algunas casas con el techo destrozado, ya podrian arreglarlo pero bueno ese no es mi
    problema ahora.
    Mur aterrizó plácidamente Pudge se bajó de Mur, acarició a Mur por debajo de la cabeza y
    le dio de comer un trozo de carne de lobo.
  • Bueno viendo que la población de Camposanto ha crecido, me pregunto si Isabella seguirá
    estando en la capilla, iré a ver.
    Pudge se fue caminando hacia la capilla mientras iba mirando de un lado para otro viendo
    los cambios en la ciudad, el cementerio tiene una valla totalmente nueva y arreglada,
    quitaron las murallas con las que se protegían de los no-muertos, y llegó a la capilla, y por
    alguna razon empezo a gritar.
  • ISABELLA!!!
    Toda la sala y Isabella que estaba leyendo un libro tranquilamente se sobresaltó por el grito
    de aquel loco renegado con el hacha, se levantó y se dirigió hacia el renegado.
  • Por favor, puede usted comportarse como un renegado formal.
  • Lo siento por alguna razon me ha venido una necesidad imperiosa de gritar su nombre.
  • Veo que usted necesita un cerebro nuevo. Bueno me andaba buscando que queria no
    tiene pinta, ni cerebro para ser un mago.
  • La andaba buscando porque necesito que me haga un portal a Pandaria o a Orgrimmar
    urgentemente.
  • A qué se debe esta urgencia por un portal?
  • Por esto - Pudge abrió su bolsa y saco la runa que encontró en el cadáver de aquel
    no-muerto tan extraño y se la enseñó a Isabella - esta runa la recogí de un no-muerto que
    mate, en las ruinas de Entrañas tenía un aura extraña y iba acompañado de un no-muerto
    con un arco imbuido en una magia extraña muy oscura.
    Isabella cogió la runa y se asombró porque sintió energia del vacio fluir por la runa, y le
    pregunto a Pudge.
  • Y quien crees que podría saber más sobre esta runa?
  • El archimago Pandico, he de imaginar que siendo un archimago y cuando lo conocí me
    dijo que estudió años y años, sobre runas, energías y artefactos mágicos. Así que me
    pareció la persona más recomendada para enseñarle la runa.
  • Comprendo, hace tiempo que no hago portales pero creo que podré llevarte a Pandaria
    directamente.
  • Muchas gracias Isabella, podria dejarme un momento tengo que dejar a Mur en algún
    lugar seguro antes de partir hacia Pandaria.
  • Quien es Mur?
  • Mi murcielago de combate.
  • Porque no va con el a Pandaria?
  • Se refiere a ir con el volando o por el portal?
  • Por el portal me refiero.
  • Pues porque es mi la unica familia que me queda y la verdad no quiero ponerlo en peligro
    sin saber lo que me voy a encontrar en Pandaria.
  • Y qué le parece que vaya yo con usted a Pandaria?
    Pudge se quedó con una cara perpleja y penso rapidamente si seria una buena idea.
  • He está usted segura de ello? Has combatido últimamente? Lo digo porque no se qué
    peligros puede haber ahora en Pandaria, hace años que no voy alli asi que no se si
    saldremos con vida de allí.
  • Porque te alarmas tanto, si ni siquieras sabes si va a haber peligros puede que esté todo
    tranquilo y además sigo practicando mis hechizos contra muñecos y teniendo duelos contra
    otros instructores para seguir manteniéndonos activos.
  • Es verdad a lo mejor esta todo tranquilo, bueno acepto tu compañia siempre me vendra
    bien tener una compañera de viaje, aunque si algun mago nuevo le busca que pasara?
  • Magos nuevos aqui, hace años que nadie viene a buscarme y me estoy aburriendo aqui
    desde que limpiamos los no-muertos de aqui, ya no pasa nada peligroso.
  • Bueno pues bienvenida a este duo.
    Pudge y Isabella se dirigieron hacia Mur para dejarlo en alguna zona fria y oscura y con
    comida aunque conociendo a Mur empezara a cazar a los lobos de la zona cuando tenga
    hambre y incluso se comera a otros murcielagos mas pequeños, y llegaron hasta Mur.
  • Pues este es Mur.
  • Bonito murciélago y parece muy bien cuidado, aunque no se donde lo vas a dejar en
    Camposanto no hay ningún cuidador de murciélagos.
  • Pues en cualquier cueva lo suficientemente fría, me vale además por comida no me
    preocupare porque he visto bastantes lobos por la zona y es su comida favorita.
  • Puedes dejarlo en la mina es una zona fría y además hace tiempo que no extraemos
    recursos porque se quedó sin recursos así que ahora es como otra cueva.
  • Perfecto, nos dirigimos hacia allí. Enseguida vuelvo.
  • Porque no voy contigo?
  • Porque Mur soporta el peso de una persona y además enseguida volveré.
    Pudge se subió encima de Mur y acarició a Mur para que empezara a volar y se dirigieron
    hacia la mina que estaba muy cerca asique el vuelo duró poco, acarició otra vez hacia abajo
    para que Mur fuera bajando y en la entrada de la mina, Pudge se bajó y puso su cabeza con
    la cabeza de Mur mientras le acariciaba en el cuello-
  • Bueno me voy a ir viejo amigo durante un tiempo, no se cuando volvere y si volvere pero
    espero que aqui estes comodo y espero que sobrevivas hasta mi llegada, te echaré de
    menos. Hasta luego.
    Se paró su cabeza de la de Mur, y se fue caminando hasta Camposanto, mientras Mur se
    adentraba en la mina a buscar un sitio donde descansar, al estar cerca Pudge no tardó
    mucho en llegar donde Isabella.
  • Ya he vuelto Isabella, estoy preparado para irnos a Pandaria.
  • Que sea la última vez que me dejas con la palabra en la boca. Bueno ya he preparado la
    zona para crear el portal. Acompañame.
    Pudge siguió a Isabella hasta una pequeña zona con cuatro runas formando un círculo.
  • Ponte en la mitad del circulo conmigo.
    De repente las runas se empezaron a iluminar de energía arcana y la energía empezó a
    brotar creando un círculo completo y una luna enorme, y en la palma de la mano de Isabella
    tenía la fuente de la energía arcana y de repente con un movimiento rápido Isabella
    estampo la energía contra el suelo y en un momento aparecieron en un cuartel y muchos
    pandarens estaban apuntandoles con lanza.

Continuará….

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Ka escuchaba la suave respiración de Shielstar en la cama de al lado. Tras recorrer buena parte de Azeroth juntos habían llegado a Boralus.Entendía que el draenei forjado debía descansar,comer…cosas que para ella habían dejado de ser una necesidad hacía ya doce largos años.
De vez en cuando como esa noche,se tumbaba como quien va a dormir,por conferirse un poco de “humanidad”.
Su mente vagaba en los recuerdos mientras esperaba que llegase el alba.Recordó el día que el propio Arthas le sesgó la vida porque como una kamikaze que quería suicidarse se lanzó a por él.
Y todo por desamor…recordar que su prometido le había sido infiel con Sixx la vendedora de polillas del Exodar ya no dolía,en si nada dolía excepto su no-vida.
Sonrió con frialdad. Aquella draenei que siempre iba ligera de ropa no era rival para ella,pero inocente como una niña le había pedido a Emil postegar el sexo hasta la noche de bodas…y el pacificador se había dejado embaucar por Sixx.O eso quería creer,en todo caso no importaba.Llena de ira se fue a Rasganorte y cuando tuvo al Rey Exánime enfrente de ella se lanzó con el corazón roto a morir.
Sirvió como guardia de la Catedral del mal el poco tiempo que estuvo bajo el control del rey,hasta que cayó bajo las armas de los campeones de Azeroth.
Allí la había encontrado Thassarian,desorientada,pasó a formar parte de la Espada de ébano,pero era una draenei.
Una draenei muerta y resucitada con nigromancia,su pueblo siempre la vería como una aberración antinatura,algo fuera de la luz,de los naaru.
Vagó por los páramos helados de Corona de hielo doce largos años,casi siempre sola,mientras se repetía sin cesar una y otra vez…

-Estoy muerta,estoy muerta…

Hablaba consigo misma,casi como una demente,mientras se dedicaba a exterminar lo que quedaba de la plaga en aquel páramo helado hasta que un día apareció él.

Un draenei forjado por la luz que quería salvarla de si misma,un soldado del ejército de la luz que buscaba su sitio en aquel nuevo mundo.Lo había mandado al infierno en varias ocasiones,pero el insistía hasta que dijo algo que despertó su curiosidad. Su gemela Ahzura…la mencionó,pero no podía ser,Ahzura había muerto en Draenor.
La desafió a buscarlo en Dalaran,con la promesa de llevarla al Vindicaar y ver que no mentía.
Y estaba en lo cierto,Ahzura estaba viva.Pero a años luz en cuanto a poder,su hermana le aconsejó que siguiera formándose,que los peligros que acechaban Azeroth eran demasiado para ella,que aceptase la invitación de aquel paladín,que saliese del pasado,que descubriesen Azeroth juntos,que aprendieran a combatir mejor,porque Azeroth iba a necesitar a todo aquel que supiera empuñar un arma para su causa.
Al lado de Shield descubrió parajes de Azeroth,aprendió a gestionar su muerte de una forma más humana,a recuperar un poco de la cordura que había perdido vagando sola durante tantos años.
Seguía sin entender los motivos de aquel draenei para estar a su lado,para cuidarla y protegerla.Le había dicho en más de una ocasión que no podía ofrecerle nada…estaba muerta,su corazón no latía,la sangre ya no corría por sus venas…su piel congelaba el mismo aire,nunca podría amarlo.Al menos no fisicamente. Pero a él parecía no importarle.
La trataba con una dulzura infinita,aunque ella sabía defenderse sola,y al principio le recriminada esa actitud repitiéndole hasta la saciedad…

-Estoy muerta,estoy muerta…

Pero los días,la compañía,el sol,el viajar por aquel mundo tan vasto,tan hermoso y tan desolador a veces los habían convertido en una pareja de lo más peculiar.

-Lo amas-le dijo su otra yo en su mente.
-Estoy muerta recuerdas? mi corazón no late,no entiende de sentimientos.
-Si claro…y esa alegría al ver a tu hermana viva? Y esa sonrisa que se te escapa cuando el forjado te llama mi hermosa dama?
-Eso no es amor,es simpatía.
-Ya claro…y si tuvieras aun sangre en las venas tu rostro se teñiría de rojo.
-Creo que el tono apropiado sería un azul más intenso…pero no lo recuerdo.Aun así confundes camaradería con amor.
-No te lo crees ni tú.

Ka se revolvió incómoda en la cama,odiaba esa “otra ella” que siempre encontraba la forma de incomodarla.
-Estás bien?-dijo el paladín desde la cama de al lado.
-Si,no es nada,duerme querido.

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Redactado por Felix, editado por mi


La luz del sol brillaba con más vida que nunca desde su salida de la capital, hacia mucho tiempo que no podía sentir los rayos en contacto directos con su piel, la brisa seca pero extrañamente agradable de los baldíos, el olor a vegetación y el sabor de la comida que ni se podía semejar a ese mejunje de la prisión. Sin
duda la libertad recobrada le había dado una temporal felicidad y optimismo, muy atípica en él.

Ya dejaba atrás el horror, las palizas, la desesperación y la negrura de su encierro. Contra todo pronostico su cabeza seguía sobre sus hombros y un nuevo cometido estaba en sus manos. Un cometido que concernía a todo el planeta y era de obligado cumplimiento si querían seguir vivos. Según los ultimo informes las visiones se acrecentaban por todos lados, visiones de locura que atacaban en los pensamientos y deseos más profundos de cada uno que sumían al más cuerdo en su propia y desesperante oscuridad.

Sin embargo lo que más preocupaba al paladín no eran estas visiones sino los siervos y últimos movimientos de N’zoth. Uldum se sumía en el caos en sus desiertos, cada vez eran más los soldados que servían al dios antiguo y más poderosa era su voluntad. Segura pensando en ello cuando de repente empezó a notar un zumbido en sus oídos de forma suave pero constante.

  • Parece que alguien esta hablando de mi…-el zumbido seguía aumentando en intensidad hasta ser insoportable en todos los aspectos. Taladraba sin cesar sus oídos que parecían apunto de estallar pero que demonios es esta tortura.

Miro a su alrededor pero no vio más que los territorios de los Baldíos del Sur y su calma natural, ni magos tenebrosos que le atacasen, ni espectros del inframundo, tampoco insectos repulsivos y murlocks. Pero el zumbido seguía insistiendo.

Acaricio a su dracoleón, parecía que seguía volando cómodamente por lo que solo el podía sentirlo hasta que de pronto. PUFF. Desapareció como había venido sin dejar ni rastro alguno, casi estaba llegando a la zona de los jabaespines pero definitivamente el dolor había cesado o eso parecia hasta que…

AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAADALIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIZZZZZZZZZZZZZZZZ ¿SE ME ESCUCHAAAAAAAA?

Del susto el paladín soltó las riendas de la montura y dio un respingo en su asiento, al no estar agarrado se resbalo con tan mala fortuna que no pudo asirse de ninguna forma. Empezó a caer a gran velocidad, ese grito de ultratumba le había sacado totalmente de la situación y ahora iba a suponer su final pero tuvo la fortuna de disponer una ayuda. Como un soplo de viento del norte el dracoleón viro en su dirección al rescate, con suma rapidez se puso a su altura aunque el suelo rojo y rocoso d ellos baldíos cada vez se acercaba más…y más…

Como pudo se agarro a la cincha que sujetaba el sillín del animal y dando una palmada suave en el muslo del mismo indico que alzase el vuelo de nuevo. Un fuerte tirón indico que había seguido sus ordenes pero no había salvado el pellejo, pero no se retiro de una ejecución para acabar aplastado contra el suelo. Con las fuerzas que disponía subió lentamente por el costado del animal hasta conseguir sentarse decentemente, hecho esto indico a la montura que frenase y alcanzase tierra un momento.

Una vez todos estaban quietos con los pies en el firme, seguro y para nada problemático suelo noto como su mano izquierda dolía enormemente. Al abrirla vio que estaba sujetando el amuleto que ese viejo orco le había entregado, parecía que después de todo si funcionaba. Volvió a colgarlo de su cuelo y se dispuso a comprobar de quien demonios provenía esa mortal e insufrible voz pero nadie estaba cerca salvo algún raptor lejano y algún jabaespin perdido. Sin embargo…

EEEEEEOOOOOOO, ¿ME OYES O NO ME OYES? ESTEFANIAAAAAAAAAA… digo…
ADALIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIDDDDDDD AZEROTH TE NECESITA UNA VEZ MÁS.

  • ¡Pero quien demonios eres maldito energúmeno! ¡¡¡Casi me matas!!! ¡Sal y da la cara maldito bastardo!

-AAAAAHHHH Ya me escucha por fin, llevo un rato intentando contactar pero debió haber un problema con la transmisión. ADALIIIIIIIIID POR FIN TE ENCUENTRO, CERCA DE…

  • Que te calles maldito psicópata!!! Quien se supones que eres!!! Y no me llames adalid, no soy quien buscas.

  • Disculpa, no me presente. Soy el portavoz de Azeroth, Magni Barbabronce, se quien eres muchacho el comandante Félix de Rasganorte o como te conocen ahora El traidor de la horda o el favorito de MADRE el elfo empalado de la capital.

Definitivamente esto era una sorpresa detrás de otra, ahora el mismo Magni Barbabronce parecía estar hablándole de alguna forma se su cabeza y tenia un humor un poco especial. También podía ser una artimaña de N’zoth, después de todo su ultima visión había sido muy real pero que sentido tendría hacerlo en pleno vuelo y de esa forma.

  • Supongamos que te creo. ¿como se supone que puedes hablar conmigo? Negus lo ultimo que se estabas en Silithus intentando curar de forma desesperada a la titan durmiente. Me dirijo a Uldum, aunque me figuro que ya lo sabrás.

  • Se de tu misión paladín, pero algo más urgente me es necesario. Con los ataques de N’zoth no disponemos de muchos campeones libres y hemos detectado un yacimiento de Azerita cerca de ti, parece estar en una cueva cercana a tu posición. Es PRIMORDIAL que consigas esa Azerita y evites
    que nadie la use con pérfidos fines.

  • Vamos que sea tu chico de los recados de piedras.

  • ¡Exacto! Digo, no necesitamos tu pericia para…

  • Ya ya… Donde esta esa cueva.

UN RATITO LLENO DE GRITOS DESPUÉS

La cueva estaba en una ladera cercana, muy pegada al territorio espinoso de los jabaespines de los baldíos. La entrada estaba custodiada por dos guerreros que para su desgracia se toparon con quien no debían y este no estaba de buen humor. Dentro de la cueva se podía notar un ambiente místico, las paredes parecían vibrar por la energía del mundo y un aura de calma provenía de las profundidades de la misma.

  • Sin duda este es el motivo por el que han venido estos incordios, desde aquí puedo notar el poder que fluye.

Se adentro mucho más en las profundidades, parecía una caverna pequeña y sin guardias salvo sus dos amigos de la entrada, cosa que agradecía, hasta que llego a un túnel más grande que el resto del camino. De las paredes había salido rocas de colores dorados, se acerco a tocarlos y, con el leve roce, pudo sentir como su cuerpo recuperaba la energía y un poder recorrió por cada célula de su ser. Como un niño asustado separo rápidamente la mano.

  • Sin duda tu eres la Azerita, normal que quieran tenerte a toda costa. Magni, ¿como se supone que voy a quitar esto de la pared? En Rasganorte la picábamos pero ciertamente nunca estuve presente en el proceso.

  • Pues con la replica del corazón de Azeroth por supuesto.

  • ¿con que?

  • El corazón de…

  • Si, te he oído. Que no se que es eso.

  • Es desde donde te hablo, adalid, el aparato redondo y cristalino.

  • No tengo ningún…-por instinto miro en sus alforjas hasta dar con un aparato que emitía un brillo blancuzco mientras su centro se movía en un orden caótico- lo tengo, esto explica la telepatía. Maldita vaca, ya podría habérmelo contado.

  • Acerca el corazón y sujetalo con pulso firme. No te preocupes no te causara daño aunque la primera vez siempre impresiona.

Hizo lo que Magni indico y automáticamente las piedras empezaron a iluminarse fuertemente, al mismo tiempo el “corazón” vibraba levemente como si detectase alegremente el mineral. Al momento trozos del mineral salieron disparados al centro del artilugio como si tuviesen vida propia, los movimientos de cada trozo danzaban por el aire de una marea hermosa y sinfónica parecía estar contando una canción antigua de amor por la vida. Al terminar no quedaba ni rastro del mineral ni de la belleza que había presenciado.

  • Impresionante, debo reconocerlo.

Siguió por la cueva recogiendo todo mínimo rastro de este metal hasta llegar a una cámara grande, en el centro de la misma se encontraba una pieza inmensa de Azerita de la que brotaba un liquido dorado, ademas una especie de arañitas rocosas yacían muertas al rededor junto a los cadáveres de unos chamanes
jabaespines. Justo enfrente un jabaespin clamatierras, más grande de lo normal para su raza y con un báculo de madera rugosa con un trozo de Azerita en su punta, alzaba las manos y reclamaba a un ser desconocido el poder de tan preciado mineral.

Con paso firme se acerco más al clamatierras y desenfundo su hacha y escudo, si era igual que los guardias de la entrada no supondría un problema mayor. Tampoco parecía haber nadie más cerca de el que pudiese suponer una amenaza y ciertamente tenia prisa.

  • Sea lo que estés haciendo debo pedirte amablemente que ceses en tu empeño. Hazlo y creo que podremos salir ambos de una pieza sin problemas.

El clamatierras bajo las manos rápidamente y soltó un bufido con autosuficiencia, sin decir palabras alzo su mano izquierda, la cual, brillaba con un color azulado chispeante. Con un giro rápido lanzo una descarga de
relámpagos hacia el paladín, este lo esquivo con un leve paso y acabo estampándose la energía en la pared cercana creando un boquete considerable.

  • Que así sea pues.

Cargo rápidamente de frente contra él y solicito a la luz fuerza en su achaque, esta respondió iluminando su arma con una luz brillante que termino por proyectar un martillo dorado contra su contrincante. Pero el jabaespin no estaba quieto, de un pisotón invoco la furia de la tierra y creo tres grietas en su dirección de las que empezó a fluir roca fundida como si fuesen olas chocando contra la roca.

De un salto tuvo que retroceder para evitar ser calcinado obligándose a fallar su golpe de sentencia, sin darle tiempo a descansar el clamatierras empezó a invocar un aura a su alrededor con los brazos alzados y usando el poder de su báculo. Rápidamente se empezó a crear un remolino a su alrededor que atraía rocas y arañitas hacia el, acabando troceadas en el proceso.

  • Pero quieres darme un respiro maldito cerdo.

Soltando un gruñido miro fijamente al paladín con una ira indescriptible en sus ojos, el baculo brillo y el remolino creció en tamaño y fiereza, rocas del suelo empezaron a agrietarse y cada vez se acercaba más lentamente hacia su contrincante. Cuando solo un palmo quedaba entre el paladín y la pared quedo claro que el combate no estaba yendo a su favor en ningún aspecto, solo quedaba un intento a la desesperada.

  • Más vale que funcione, no quiero que se me recuerde por el paladín al que mato un cerdo de los baldíos con un palo…

Invoco a la luz solicitando una defensa y protección momentánea, tardo un poco pero lentamente una luz empezó a recorrer todo su cuerpo y a notar una pequeña sensación de protección. El remolino se acercaba más y más, más rápido de lo que la luz llegaba a todo su cuerpo pero no podía esperar ni un segundo.

Sin pensárselo dos veces se lanzo al centro del remolino de un salto, un frio atroz llego a sus huesos en cuanto entro dentro. La luz le protegía las piernas y parte del torno pero pequeños cortes se empezaban a formar en sus brazos, con paso firme pero lento empezó a acercarse a esa molestia de hocico ancho. Cada
paso era una agonía y no quería imaginarse como podría ser si no estuviese bien defendido.

El jabaespin reía mientras contemplaba la escena, se jactaba del paladín y asumía que su victoria estaba próxima. Los pasos cada vez eran más pesados, notaba como poco a poco la congelación hacia mella en su
cuerpo y por sus cálculos no podría llegar al centro de una pieza. Con un remanente de sus fuerzas agarro su escudo y lo lanzo con energía hacia el jabaespin. Pero el escudo formo una curva y apenas rozo el pelo de su
enemigo.

  • Tu fallar pequeño infeliz – dijo riendo entre carcajadas- Ahora saborearas muerte fría de gran clamatierras.

  • Mira por encima de tu ego. Cerdito. dijo señalando con la mano hacia el techo

Extrañado el clamatierras miro al techo y horrorizado contemplo la situación. El escudo estaba clavado en la punta de la enorme Azerita y una grieta estaba rasgándola del trozo principal. Sin tiempo a reaccionar solo pudo chillar mientras veía como su fuente de tanto poder aplastaba su cuerpo con un ruido sordo. Con su invocador aplastado el remolino ceso, asi como todo rastro de escarcha en la caverna.

  • Eso estuvo cerca, menuda potencia otorga esta piedra. Con razón una que yo me se la quería con tantas ganas.

Descansado un momento volvió a usar el “corazón” para absorber la Azerita restante y recuperar su escudo. Antes de irse recogió el bastón del jabaespin, tal vez Magni podría usarlo para sanar la herida del planeta y si no… seria un bonito recuerdo. Hecho su encargo salio d el caverna rumbo a Silithus, tenia que hablar con ese diamantino enano voceras.

Días después en la cámara del Corazon de Silithus. Tras dos paradas sorpresa más del portavoz.

  • ADALID NECESITAMOS TU AYUDA PARA

  • Magni soy yo, silencio por favor.

  • Oh perdona, no te había reconocido comandante. ¿Pudiste recoger toda la Azerita como te pedí?

  • Y acabe con todo rastro de aquellos que querían usarla en su beneficio o fuesen un peligro. Se lo que hago, toma tu juguetito.

Lanzo el artefacto, que tantos sustos y dolores de cabeza habían ocasionado al paladín, hacia el portavoz y este lo agarro con una sorprendente agilidad pese a su condición. Rápidamente acerco el artefacto al centro de la cámara principal y un haz de luz empezó a emanar del centro del mismo, de igual manera que al
contacto con la azerita esta se introducía en ese aparatejo la cámara absorbía cada ápice del mineral que era expulsado del mismo.

  • Impresionante, hay gran cantidad. Bastante más de la que pensaba.

  • Han sido unos días muy largos. Dime, dijiste que sabias de mi destino a Uldum ¿porque me has llamado aquí?

  • Ah, si. No solo porque eras el único cerca de estos puntos es por lo que te llame comandante.

  • Si no me vuelves a gritas por ese aparato puedes llamarme Félix.

  • Félix pues, te he llamado porque necesitamos toda la ayuda disponible para vencer a N’zoth. Ella se esta recuperando pero no podrá soportar una calamidad así, cada día que pasa se vuelve más fuerte y dentro de poco no habrá posibilidad de salvar nuestro mundo. Aquí es donde entrar tú, ven te lo enseñare mejor.

Entraron a una sala anexa a la cámara principal, Magni pareció decir algo al cierre para que esta se abriese en su presencia pero no alcanzo a oír las palabras. La sala no era ni la mitad de pequeña que su hermana, en esta varios mapas y pergaminos estaban diseminados por todos lados, en el centro una especie de mesa del mismo material que el resto del complejo. Encima un gran mapa de Uldum y del Valle de la flor eterna estaban desplegados con anotaciones, agujas y símbolos extraños. Magni se puso frente a estos e indico al paladín que se acercase.

  • Aiden nos hablo de que teníais aquí montado una organización pero no pensaba que fuese tan enserio. Dijo el paladín sorprendido

  • ¿Conoces a Aiden? Eso es un avance, ademas… empezó a caminar de vuelta a la cámara principal creo que llega una pareja peculiar que tal vez conozcas.

  • Sean quienes sean, que quede esto clarito, NO deben saber que estoy aquí ni sigo vivo. Por favor, es importante ahora mismo para mi misión.

  • Pero tal vez…

  • Magni, o me sigues la corriente o me uno a N’zoth.

  • Vale vale… no hace falta ponerse así.

  • Se les veía preocupados chico creo que has hecho mal en no decírselo aunque algo parecen saber.

  • Por ahora debe ser así, aunque parece que cierto tauren se fue de la lengua un poquito. Me uniré a ellos cuando sea el momento, pero por su seguridad debo estar solo. No quiero que otra persona sufra o muera por mis actos.

  • Tu sabrás chico, pero no puedes llevar toda la carga tu solo. Todos debemos hacer sacrificios en estos tiempos.

  • Para que me necesitas. Dando la conversación por terminada

Magni negó con la cabeza viendo que a cabezota no iba a ganarle esta vez y no disponía de tiempo aparentemente para una discusión sin sentido.

  • Ya sabrás de los ataques y apariciones de los siervos del pérfido N’zoth. Están atacando no solo a toda vida de Uldum y del valle de la flor eterna sino que invocan huestes y edifican por doquier para extender el influjo de su amo. Señalo varios puntos en el mapa cerca de Ramkahen

  • Si, justo iba a dirigirme cerca de la zona sur del rio para intentar aniquilar a unos servidores que parecen dar problemas a nuestras tropas.

  • Ya hay campeones dedicándose a ellos, queremos que tu busques otros lugares.

  • Explicate.

  • Por lo que nos han contado están apareciendo ignotos y unos obeliscos negros por toda la zona.
    Parece ser que estas estructuras hacen que se invoquen mas rápido las tropas de nuestro enemigo y se intensifiquen las visiones en la gente. Queremos que tu los busques, investigues y destruyas todos los que puedas encontrar.

Meditó la petición del portavoz, cierto es que le habían indicado que debía colaborar en la parte sur de Uldum pero esta nueva información sin duda era mas urgente. Estaba claro lo que iba a hacer, para que mentirse a si mismo.

  • ¿Acaso los están usando para invocar a su señor en nuestro plano?

  • No lo sabemos, todo aquel que se acerca a esas zonas solo acaba muerto por distintas criaturas o magia oscura. Cada vez pierden la vida más campeones y no podemos permitir que sigan avanzando por la zona.

  • por lo que necesitáis a alguien que nadie eche en falta, con recursos y que pueda traeros información o alguien para sacar toda la información posible. ¿estoy en lo correcto?

  • Si, en resumidas cuentas es lo que necesitamos. Aiden esta por la zona combatiendo al enemigo y también hay héroes y aventureros arriesgando su vida por toda la zona. Buscalos y podrán ayudarte si lo crees necesario.

Recordaba al caballero de la muerte, sobretodo la ferocidad con la que había combatido en la lucha contra los demonios y Mantovil. Sin duda seria un aliado incuestionable en Uldum y, aunque le costase admitirlo, tendría que ponerse en contacto si llegaba la ocasión.

Durante un rato ambos siguieron tramando un pequeño plan de como podría ayudar el paladín, de primeras se instalaría a ser posible en Ramkahen para buscar información y preguntar por Aiden. Lo primordial era conseguir información de los obeliscos y su función, llegado el momento podría contactar con Magni usando su entrañable y querido Corazon de migrañas eternas de Azeroth y transportar a dicha persona a la cámara para… una conversación amistosa o intentar sanar su mente si fuese posible.

  • Bien con esto creo que puedo marcharme ya, debe ser ya de noche asi que aprovechare la luz de la luna para guiarme rápidamente. Si es cierto lo que me cuentas el tiempo apremia ahora mismo, ya descansare cuando llegue si me es posible.

  • Ten cuidado Félix, N’zoth es el más listo d ellos dioses antiguos. Ya has sufrido uno de sus ataques antes, sabes que puede hacer que el hombre más cuerdo y bondadoso acabe doblegado ante un poder atroz. Veas lo que veas…no dejes que te engañe de nuevo.

  • Intentare tener cuidado portavoz, jugo con algo que guardo en mi corazón en lo más profundo.

No le perdonare una segunda vez.

  • ¡No pienses que puedes vencerlo chico! Si así lo piensas vale más que te mates en el desierto y no pierdas la vida inútilmente. Solo si todos atacamos en conjunto podremos vencerlo. No dejes que el pasado y la perdida te domine, o acabaras en el bando contrario.

Estas palabras las había dicho con un tono de alerta y melancólico, parecía saber por experiencias anteriores que iba a llevar su ira y odio a un fin que ni el mismo podía imaginar. Tal vez tuviese razón pero esa visión…el como jugo con el deseo de reencontrar a su amor tras tantos años y luego ver que solo era un
engaño para acabar en sus garras. No podría soportar verla morir una vez más sin volverse loco.

  • Haré todo lo posible por que así sea Magni. Lo juro.

  • Eso espero chico… eso espero o tendremos que ir a ponerte fin. dijo esto ultimo con un tono de voz melancólico y triste

  • Dime, si encuentro a alguna persona que pueda retener información como lo traslado hasta vosotros.

  • Puedes intentar sacar la información por vuestra cuenta o llamarlos a nosotros. MADRE parece ser versada en dotes para… obtener lo que quiere, puede transportar a quien digas hasta aquí sea quien sea.

  • ¿A cualquiera este donde este?

  • A cualquiera siempre que no este protegido por una magia poderosa o algún agente externo.

Una idea malvada paso por su mente un instante, una pequeña venganza contra un personaje odioso. Seria muy relajante para su alma ciertamente.

  • Si yo te dijese una persona que creo que esta al servicio del dios antiguo. ¿podríais traerla para interrogarla junto a MADRE sin problemas?

  • por supuesto, ¿acaso te has encontrado a un agente de Nzoth?

  • Eso creo -dijo evitando sacar una sonrisita malvada- cuando estaba prisionero había un elfo que controlaba las zonas de presos graves e influyentes. El día que sufrí tal visión recibí su visita y me pareció entrever un atisbo de ira por un fracaso, ademas rezumaba un poder que no puedo reconocer. Es el único elfo de la zona segura de la prisión no debería ser difícil de identificar.

  • Lo traeremos aquí inmediatamente. MADRE trae a nuestro invitado inmediatamente.

Hecha su pequeña maldad y haber preparado su equipaje para el viaje salio de la cámara del corazón con una sonrisa mientras escuchaba al elfo asustado sin saber como había llegado ahí. Un pequeño remordimiento salio en su interior, pero fue aplastado tras recordar todas las penurias, insultos y torturas
que había procesado su amiguito.

Ahora tenia que dirigirse a Uldum rápidamente, si lo que Magni había dicho era cierto el tiempo corría en su contra. Ramkahen era su destino, tal vez podría empezar su investigación ahí o incluso encontrar a Aiden.

De nuevo ponía su vida en peligro por un imposible. De nuevo volvía a luchar por algo en lo que creía.

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En algun remoto lugar de Uldum

Los primeros rayos del Sol emergieron de las bastas planicies rocosas y deserticas, el paisaje tornaba a bellos colores rojizos, mientras una fresca brisa hacía deslizar por los paramos a los estepicursores de esos baldios, la peculiar pareja, ataviada con prendas finas y blancas que cubrian todos los huecos posibles de sus cuerpos, cortesía de los vaga.yermos, continuaba su larga caminata por esos baldios mientras aún hubiese aire fresco

-Ultimamente no has tenido visiones ¿verdad?.

-Nada, la última fue la de Cementerio de Dragones, quizas N’Zoth quería que viniese aquí…por cierto, ¿Tu has tenido alguna visión por casualidad?.

-Que va, alguna vez se me repite aquella pesadilla, pero normalmente sueño cosas normales.

-Me alegro…bueno me alegro de los sueños normales, parece que ahora es un privilegio.

-Ya nos podrian haber proporcionado alguna montura terrestre o algo, vamos a tardar dias a este ritmo…¿Que es eso negro del horizonte?.

Una inusual montaña negra se erigía en el horizonte, era evidente que aquello no era una formación geológica por la forma y color que presentaban, por lo que decidieron ver de que se trataba

-Bien, vamos a ver que es, pero vamos a pensar una estrategia, nunca sabemos si puede ser una trampa. El kultiriano usó su experiencia para evitar problemas inoportunos

-Veamos, yo me acercare a esa elevación rocosa que hay a la izquierda del “montículo”, y tu te acercaras en sigilo una vez te haga la señal con este espejo, ¿te parece bien?.

-Veamos…suena bien, hagamoslo, si ves cualquier cosa amenazante avisame de inmediato.

-De acuerdo.

Con ello comenzó el plan, el enano se acercó a la parte posterior de la formación rocosa y el picaro en sigilo se acercó hasta una pequeña duna cercana a la espera de la señal

-Arena…espero que no sea profunda.

El enano caminó a duras penas en esa movediza arena, escaló los dos escasos metros de la formación y arrastrandose se acercó al montículo, inmediatamente sacó el espejo de viaje e hizo que aquellos incipientes rayos solares reflejasen sobre este

El pícaro se acercó al montículo, y una vez se cercionó de que estuviesen solos salio del sigilo, al poco el enano se acercó

-¿Pero que demonios ha pasado aquí?, me alegro de no haberme encontrado con estos “bichos”, ahora, tampoco me da confianza lo que los haya matado.

Un elevado número de cadáveres insectiformes se acumulaban en aquel páramo, todos y cada uno de ellos presentaban horribles cortes, amputaciones y agujeros de gran diámetro.

Lo que sucedió en aquel lugar debió ser de una inusitada violencia, sin embargo no se podia presenciar nada del ejecutor de aquella mácabra obra, ni pedazos de armadura, ni armas, podría hablarse que la propia muerte acabó con aquellos desgraciados insectos

-Son totalmente negros, mira el grosor de su ¿piel?, ¿esqueleto?, lo que sea, mira que cortes tan limpios y precisos, el que hizo esto debia ser poderoso y poseer algo con un gran poder para cortar, desde luego.

-Me temo que esto es el enemigo, estudialos bien, aunque apesten a descompuesto, por que nos tendremos que enfrentar a mas de ellos seguramente, yo diria que tendremos que atacar a las juntas y a sus tarsos, son sus puntos débiles, tienen una resistente estructura quitinosa, por lo que los golpes de maza o ataques con dagas no serviran de nada en su cubierta, pero…¿Que clase de arma es capaz de causar estos estragos?

El kultiriano introdujo su brazo derecho en uno de los agujeros de uno de los cadáveres presentes en la base de esa montaña de muerte

-Esta húmedo, los de arriba estan ya totalmente secos por el calor, pero este presenta agua, quizas un mago ha causado esto.

-Entonces estamos de suerte, alguien poderoso puede ser aliado, y por favor, lávate ese brazo.

-Puede serlo…esperemos que así sea, si es tambien un enemigo me temo que tendremos grandes problemas, como los vamos a tener como permanezcamos un rato más al Sol, busquemos una cueva o un lugar sombreado para capear el día.

-Esta apretando mucho el calor, vamos a buscar algo ya, ¿deberiamos quemarlos?.

-Olvidalo, no nos sobra el tiempo, ya no son más que unas carcasas huecas, vamonos.

Y así la peculiar pareja partió a la busqueda de sombra mientras dejaban atras aquella macabra montaña de muerte

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Gracias a la ayuda de los héroes de Azeroth, la última invasión a Ramkahen había sido evitada y la campaña pudo continuar. Sin embargo, la situación en las ruinas de Ammon no había cambiado, y las energías oscuras continuaban acrecentándose, afectando al sueño de aquellos sensibles a la magia.

Siguiendo la petición de Aldo, los Vaga’yermos se reunieron con el rey Phaoris y sus Ramkahen en la sala del trono para organizar una expedición a las ruinas y esclarecer la proveniencia de tales energías.

-Bien, supongo que ya lo habéis notado, hay algo gordo cociéndose allá al sur, y el hecho de que los ejércitos de N’Zoth hayan actuado de manera tan feroz para tomar la zona me da a pensar que están preparando algo muy poderoso para acabar con nosotros en un solo ataque. Aldo colocó su mapa sobre la mesa. Debemos actuar ya.

-Siempre creyéndote tan importante, Aldo… Yo me estoy aburriendo aquí en vez de ir a tomar la gloria que me pertenece. Thorimas pelaba una manzana con la garra del dedo índice de su guante. Por que Magni no me habrá escogido a mí?

Los presentes en la sala se tornaron hacia Thorimas mostrando indignación.

-De qué está hablando?

-No puede cerrar el pico por un momento?

-Ese tipo está loco.

-Quién le ha dejado venir?

Los presentes cuchicheaban los unos con los otros hasta que el rey alzó la voz.

-Nadie te impide tu ida, elfo de sangre, ojalá que tu luz pueda protegerte contra esos males que nos acechan, puedes ir.

-No necesito el permiso de nadie, iré a hacer lo que todos vosotros, paganos inútiles, no sois capaces de hacer. Acto seguido, Thorimas salió de la sala y montó en su fénix.

-Ciertamente se trata de un paladín como nunca he llegado a conocer, la arrogancia no es algo que les caracterice. El rey Phaoris se rascaba la barbilla.

-Es… Algo complicado… Ciertamente sus poderes sagrados son superiores a la media, no se comprende cómo puede ser. Dijo Aldo. Sin embargo, se le tolera debido a sus capacidades en combate, pero queda claro que no es agradable estar a su alrededor.

-Basta de divagaciones, centrémonos en la estrategia, por favor. La voz de la capitana de los vaga’yermos era firme.

-Vamos a ello. Afirmó Aldo, quien empezó a trazar en su mapa a la vista de todos. Sugiero que tomemos los campos de Akhenet y a partir de ahí iniciar una ofensiva por la ladera de la montaña. Una base de operaciones al lado de nuestro objetivo sería una ventaja nada despreciable.

-Tengo que objetar, no me parece sensato mover nuestras tropas por esa zona. Comentó el alto comandante Kamses. El río ha sustentado a los monstruos y son muy poderosos ahí. Además, el terreno es desfavorable y algunos de los Qiraji pueden volar, ignorando tal desventaja.

Los presentes asintieron ante las palabras de Kamses.

-Estamos dispuestos a luchar, con tal de que no sea en vano. Dijo un soldado Ramkahen.

-Por supuesto, encontraremos otra vía pues. Dijo Aldo. Hmm… Que os parece avanzar hacia el puerto de Ankhaten?

-Está demasiado lejos de Ramkahen, yo propongo asegurar Orsis, que se encuentra cerca del territorio de los Vaga’yermos, y así podríamos asegurar la ruta entre el Obelisco de la Luna y Ramkahen de una vez por todas. Sentenció Kamses.

-No es mala idea, y de paso podríamos tener controlado el Templo de Uldum, te parece? Dijo Aldo.

-Eso tendría que esperar, lo primero sería tener seguro que podemos asentarnos en Orsis, pero sólo hay una manera de comprobarlo. Dijo Kamses. Está decidido por mi parte. Alguna objeción?

Los Vaga’yermos estaban muy conformes con la llegada de tropas aliadas a su región, y los Ramkahen confiaban en su alto comandante.

-Decidido pues, esta será la siguiente parte de la campaña. Dijo Aldo con tono aliviado. Iré a descansar, tengo planeado un reconocimiento en solitario por la región este de Uldum, espero que esté todo correcto para salir mañana.

Mientras tanto, Thorimas se entretenía destruyendo esbirros de N’zoth en la presa de Uldum.

-Yo soy digno de ser el Adalid de Azeroth, lo demuestro con mi sola existencia, soy el avatar de la luz sagrada, soy su cólera vengativa, soy el elegido! Os odio a todos! Las aberraciones menores se volvían ceniza con los ataques cargados de energía sagrada del mandoble de Thorimas. Os demostraré lo equivocados que estáis! Os arrodillaréis ante mi presencia cuando vuestros diminutos cerebros comprendan que yo soy el verdadero salvador de este mundo!

La luz que emanaba Thorimas podía ser vista desde Ramkahen como leves pero llamativos destellos en la distancia, lo que atraía a mas y mas esbirros Qiraji hacia si.

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El paladín notó que Ka,rebullía en la cama de al lado. Realmente ella no necesitaba dormir,sin embargo,había momentos en los que la veía como había sido antaño,una guapa draenei,que seguro rompía muchos corazones…
-¿Estás bien?,preguntó con su dulzura habitual…
-Duerme querido,fué su respuesta.
El amanecer no estaba lejos,y pronto partirían,un nuevo día cargado de promesas,no tardaría en comenzar.
No podia evitarlo,fuese lo que fuese ella,le había rendido su corazón,sin esperar nada a cambio

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  • Vaya, sentí desde que puse pie en estas arenas que alguien andaba tras de mi, pero no lograba sentir ninguna energía, pensé que simplemente serían estos asquerosos bichos deformes que inundan estos desiertos, ahora lo comprendo … como sentir las energías de unos caballeros de la muerte … exánimes …nhail hizo gesto de quitarse el casco pero en último momento prefirió no hacerlo

  • Disculpad caballeros, yo y algunos exploradores más estamos aquí principalmente para hallar ubicaciones y puntos estratégicos del imperio negro y que así la armada de Lunargenta pueda acudir en plena confianza para un ataque a gran escala. No puedo arriesgar a ser descubierto ni ser visto …este miró a Aiden con una sonrisa bajo el cascohe perdido demasiado tiempo en el combate contra este noble y fuerte caballero.
    Aiden, ha sido una pelea digna, reconozco que de no ser por mi hermano hubieras acabado conmigo, el cansancio …nhail suspiraba
    realmente necesito descansar algunas horas, usar la armadura es demasiado doloroso, penëtra hasta los huesos y se apodera completamente de uno

Aiden escuchaba atentamente mientras hablaba con Mir que voló a su hombro nuevamente

  • En cuanto a ti hermano, no sé cual será tu próximo paso, si vuelves a Dalaran agradecele a nuestro hermano el gesto, siempre ha estado cuidando de mi. Si has decidido quedarte en estas dunas entonces nos encontraremos en Ny’alotha en algún momento.

nhail colocó los viales en sus compartimentos y limpió el filo de sus dagas

  • Desearia emprender este camino con vosotros, pero debo volver por donde vine, Saeta puede aparecer en cualquier momento con la carta de Lunargenta en respuesta a los informes que envié.
    Nhail clavó su mirada en el cielo, pero solo encontró un vacío sin sol,era imposible distinguir el dia y la noche

El joven pícaro dio media vuelta y volvió por donde había venido, la lucha solo acababa de empezar, todavía quedaban miles de seres asquerosos y repulsivos.

  • Definitivamente, Azeroth tardará mucho en olvidar lo que está sucediendo en estos desiertos, C’thun, Gorshalach en Silithus y ahora al fin el último dios antiguo en Uldum abriendo las puertas de su morada … ;Aun hoy, los hechos que tuvieron lugar, aun hoy, en la quietud de la noche, la calma mas esperada del día, todavía pueden escucharse sonidos sepulcrales de los habitantes sufriendo.

Nhail se alejaba de sus compañeros mientras de sus hombros ya no emanaban energías verdosas, volvieron de color blanco con sus tonos dorados habituales y entonces … se esfumó …

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El escriba Shindphy publica y edita la redacción de Pudge


Pudge estaba pensando “Pero a qué parte de Pandaria me ha teletransportado esta mujer”, un pandaren rompió el silencio.

  • Vosotros quienes sois y cómo habéis llegado aquí? grito el pandaren al cual se le
    notaba algo tenso.

  • Hola soy Pudge y esta es Isabella hemos venido teletransportados por un portal de Isabella, buscamos a mi amigo Pandico el archimago lo conocéis?

  • Para qué queréis encontraros con él tal Pandico?

  • Para preguntarle sobre una runa que he encontrado en un esqueleto extraño en las ruinas de Entrañas.

  • Bueno entonces no habéis venido para ayudarnos en la lucha contra N,zoth?

  • Espera que? N,zoth aquí en Pandaria y como es que no habéis avisado de tal peligro para Azeroth?

  • Lo hemos hecho pero por alguna razón creen que es el Sha y hace unos años que nos estamos recuperando del sha, esta corrupción es de N’zoth y lo sabemos gracias a la visita de Magni que está buscando aliados para luchar contra la corrupción.

Isabella que no había dicho nada hasta el momento, se levanta y dijo

  • Bueno yo creía que esta misión iba a ser tranquila pero derrotar a un dios antiguo eso no me lo pierdo, por fin algo de acción.

  • Bien dicho Isabella, yo tambien me apunto a matar a un dios antiguo, lo de Pandico tendrá que esperar.

El pandaren al ver que había dos aliados nuevos para su lucha hizo que los demás retiran las lanzas.

  • Gracias por ayudarnos en esta lucha seguidme y os enseñaré donde teneis que ir ahora y con quien debéis hablar.

  • Una pregunta, en qué parte de Pandaria estamos?

  • Ahora mismo estáis en el Cuartel del Shadopan de las Estepas de Tong Long.

Mientras seguían al pandaren veían muchos heridos y otros muchos reparando armaduras, armas, yendo de un sitio a otro con vendas, medicamentos, también habían muchos reclutas nuevos aunque no parecen guerreros, parecían estar reclutando granjeros, panaderos todo tipo de raza que querían ayudar o pelear contra N,zoth.

Isabella al ver los reclutadores como les daba armas y armaduras preguntó al pandaren.

  • Veo que no andáis con mucho personal aquí.

  • Muchos murieron durante las semanas que llevamos peleando contra N’zoth, aceptamos a cualquiera que quiera luchas o simplemente ayudar cocinando o curando a los enfermos, muchos de los nuestros les enseñan a pelear o por lo menos a defenderse, aprenden rápido y eso es algo que ahora mismo nos viene genial porque no sabemos cuánto tiempo nos queda aquí.

Mientras hablaban, llegaron a una especie de taberna, la cual ahora parecía un centro estratégico estaba todo repleto de mesas con mapas pinchados con muchas chinchetas de distintos colores.

  • Bienvenidos al centro estratégico shadopan, ahora os mostraré en un mapa donde debéis dirigiros.

El pandaren cogio un mapa de una mesa y puso el mapa en la mesa donde estaban Pudge y Isabella esperando.

  • Este es un mapa del Valle de la Flor Eterna es donde se concentra la corrupción de N’zoth, tenemos aliados en el Baluarte del Sol poniente son un clan mogu los cuales son amigables.

Pudge se quedó con unos ojos como platos.

  • Me estas diciendo que existen mogus “buenos”, mi amigo Pandico me dijo que todos los mogus eran unos sanguinarios que solo tenían sed de poder.

  • A nosotros también nos sorprendió cuando los conocimos pero bueno eso no es lo importante ahora, en el Santuario de las dos lunas y en el Santuario de las siete estrellas están las fuerzas de la Horda y de la Alianza luchando contra la corrupción, vosotros deberiais dirigiros a la parte superior del Palacio Mogu’shan ahí es donde estará el Eremita Cho que aunque no se le de bien combatir es un gran aliado el cual os proporcionará más información, ahora os presentaremos unos dragones para que lleguéis rápido.

  • Vale perfecto pues ahora mismo nos dirigiremos hacia allí.

Isabella también estuvo de acuerdo con el plan.

  • Vale, nos dirigiremos a Valle de la flor eterna y nos comunicaremos con el Eremita Cho, yo necesito un bastón mágico para canalizar mejor mis hechizos, podeis darme algo así.

  • Claro que podemos nuestros magos están equipados con los bastones más poderosos ademas que estan hechizados con la magia con la que te sientas más afín.

  • Genial pues necesitare un bastón con afinidad a fuego y algunas pociones de mana por si acaso.

  • Claro todo lo que necesites para batallar contra N,zoth te lo proporcionaremos.

Pasa una hora, nuestros dos héroes están preparados, armas preparadas, con suministros para aguantar un tiempo en combate con pociones de salud, maná y piedras de afilar, más una forja portátil y un martillo de herrero.

  • Vale estamos listos, dónde están esos dragones?

  • Pudge, creo que son esos de ahí?

  • Pero Isabella como puede ser eso un dragón pero si parece una serpiente voladora tu has visto lo largo que ese bicho.

  • Pero es lo que más pinta de dragón que hay aqui ademas que estoy viendo ahora mismo un pandaren volar con uno de esos, asi que eso tiene que ser el dragón.

  • Vale, vale iremos a hablar con el pandaren que los está cuidando.

Caminaron hasta el pandaren.

  • Hola amigo pandaren nos preguntamos si estos dos “dragones” son los que nos llevarán hasta el Eremita Cho?

  • Hola, si estos son los dragones que os llevaran, ya están preparados para irse cuando queráis.

Con aires de superioridad Isabella miro a Pudge.

  • No digas nada Isabella.

  • Vale, vale no te diré, un te lo dije.

Pudge miro a Isabella con mala cara y se giró al pandaren.

  • Pues nos iremos ya.

Ambos se subieron con ayuda del pandaren, y se dirigieron hacia al Valle de la flor eterna a reunirse con el Eremita Cho. Continuará…

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Nuestros protagonistas pasaron toda la mañana a la sombra de un peñasco erosionado por miles de años del impacto de las arenas y el viento esquivando el abrasador calor del ancestral desierto, una vez que los rayos del Sol comenzaron a cesar su castigo sobre las castigadas tierras, comenzaron a caminar hacia el sur

horas despues, en el anochecer de aquel anodino día

-No pensaba que ese horrible calor iba a durar tanto, jamas he estado en un desierto como este, nos va a tocar cambiar la rutina, caminar por la noche y dormir por el día si queremos llegar vivos a Ammon, ¿Vosotros podeis ver mejor que nosotros en la oscuridad no?.

-Claro, los nuestros se han adaptado a vivir con poca luz bajo las rocas, asi que si quieres que sea de guia perfecto, aún así deberiamos tener un poco de luz extra El enano sacó de su mochila un farol un poco inusual, este contenía una “bombilla”, luz instantanea que con un interruptor iluminaba mejor que un fuego, y la encendio

-Bien, continuemos. El enano cogió el artificio y reanudó la marcha

-No se si deberiamos llevar eso encendido, ciertamente sin luz podríamos caernos por un barranco, o no ver animales peligrosos, pero por otra parte me temo que en el oscuro desierto estamos indicando al enemigo donde estamos, y visto aquello no me gustaría encontrarme con esos “insectos”.

  • Estaban muertos, podemos matarlos o huir si se pone la cosa fea, de despeñarnos nadie nos salva, así que por mi parte ya he tomado la decisión.

-Sigamos entonces, además esta zona parece limpia, no querrán volver a un sitio así en una temporada, vieron a la muerte.

Transcurrieron las horas, el eléctrico lucero solitario recorría aquel desierto iluminado únicamente por la menguante Dama Blanca y su impoluto brillo blanco

-¿Parece que va a llover no?, se esta nublando esto mucho.

-Más vale que no lo haga, las lluvias en los desiertos son torrenciales, solo quedarían emergidas las partes más altas de las dunas además…esas nubes tienen algo diferente a las normales El picaro observó el brillo de la luna…¿Esta morada?, espera un momento, no es la luna, son esas nubes, algo no va bien aquí.

Una densa capa de nubes moradas, que tornaban formas retorcidas e imposibles cubrían el firmamento, del despejado y estrellado cielo que recorrieron no quedaba un atisbo, era evidente la mano de N’Zoth en aquel extraño fenómeno meteorológico

-¿Parece que va a llover no?, se esta nublando esto mucho.

-Más vale que no lo haga, las lluvias en los desiertos son torrenciales, solo quedarían emergidas las partes más altas de las dunas además…esas nubes tienen algo diferente a las normales El picaro observó el brillo de la luna…¿Esta morada?, espera un momento, no es la luna, son esas nubes, algo no va bien aquí.

  • I wgah far’al zuq ni shn!

Al escuchar ese grito salir de las arenas ambos se pusieron en guardia

-¡Es uno de ellos!

Un aqir totalmente negro salió de entre las dunas listo para acabar con aquellas criaturas de carne cargado de la furia del imperio, este cargó hacia ambos

Pudieron esquivarlo por los pelos gracias a un carnero dorado y un sprint, pero la enorme bestia, con una asombrosa agilidad para su tamaño, viró empleando una duna listo para una nueva carga

  • Gag vwah gag yyqzz ez hoz shAth’yar plahf

  • No, tu acabaras sucumbiendo ante la Luz bestia.

  • ¿Acabas de …¡Atrae su atención!, ¡Yo atacare por debajo!

  • ¿Estas seguro?, de acuerdo.

El pícaro abrió con gran agilidad sus viales y envenenó con asombrosa velocidad sus dagas e inmediatamente se desvaneció en las sombras

-El enano imploró a la Luz que lo bendijese, obteniendo respuesta inmediata en forma de haz de luz y un sustancial aumento de su resistencia, de inmediato se puso en guardia

El pícaro se acercó a la bestia con un salto de sombras y de forma agil bajó a la base de este y esperó a que el enano actuase

El enano invocó inquisición y sentencia de ejecución, lo que causó un horrible quejido por parte del Aqir, pero no suficiente, por lo que una estela de cenizas azotó al aquir mientras este intentaba aplastar al enano, que retrocedía ante el imparable avance de la bestia

El aqir atacó con rapidos ataques de sus resistentes quelíceros al enano, este los esquivó hasta que logró encontrar una apertura entre ambos quelíceros, que pasaron a ser historia cuando el enano golpeó con martillo de colera en estos, quedando despedazados por el inmenso golpe de su pesada maza

El aqir se elevó en un inmenso alarido de dolor, momento que el pícaro aprovechó para mutilar las extremidades que mantenian en pie a la bestia. Con un sprint logró un corte limpio en sus articulaciones, haciendo caer hacia un lado al aqir, que pasó a retorcerse de dolor

Hul bala miz rilakich…

-Ya te lo dije, acabarias siendo purificado y…adios.

El pícaro empleó ruptura en la junta entre la unión de la cabeza con el cuello del aqir y retorció la daga, haciendo que el aqir escupiese un oscuro fluido, finalmente un pesado golpe de maza del enano acabó con la vida de la inmunda bestia

-¡Muere!.

  • Dejalo, ya esta muerto dijo eso mientras acababa de hundir hasta la empuñadura su daga, para luego sacarla

  • Una cosa, ¿Entendistes que te decia?.

  • Si claro, ¿por?.

  • Por que yo no, hablaba un idioma raro, dijo algo como “Hul bala” y cosas así.

  • Me estas dando miedo.

  • Tu a mi, deberiamos llegar cuanto antes, quizás alli sepan algo más, pero antes quememos esto, no vaya a ser que resucite o algo.

  • Dejame a mi.

Ambos continuaron dejando el enorme cuerpo ardiendo

-Por cierto, gran trabajo ocupandote de esa bestia, yo no hubiese sido capaz de aguantarlo tanto tiempo.

-¿Pero que dices?, ha sido increible como te colastes bajo el y lo depedazastes.

  • Parece ser que formamos un gran equipo.

  • Eso parece, no sabe con quien se ha metido N’Zoth.

  • No le subestimes, si lo haces acabaremos muertos.

El resto de la noche continuó sin incidentes, finalmente llegaron a lo que en un pasado debió ser un bello oasis, ahora seco y muerto.
Un arbol seco y muerto era testigo de lo que debió suceder en aquel lugar, más cadáveres de atacantes del imperio presidian la zona, rocas cortadas limpiamente, con agujeros o despedazadas rodeaban la zona, e incluso aún se podía vislumbrar pequeños crateres de impactos en la arena que el viento aún no pudo limpiar

  • ¿Que ha sucedido aquí?, si nosotros siendo dos tardamos contra uno solo de ellos, ¿Como mataron a tantos?

  • Mira las rocas, estan destrozadas, son calizas, pero un ataque normal no sería capaz de dejarlas así.

El pícaro observaba los agujeros y crateres en las dunas Aún esta húmedo por debajo, creo que es el mismo tipo que provocó la matanza, pero esta vez diria que esta acompañado.

  • En efecto las huellas no son iguales, quitando la de los atacantes, diría que hay al menos dos de ellos, todas tienen una talla similar, aunque unas son algo mas anchas que las otras, por lo que deben ser o bien de dos razas distintas o bien de sexos distintos, debemos estar en guardia, esto es reciente, deben estar cerca.

  • Bien, pero me temo que tenemos poco tiempo, tenemos que irnos ya de aquí, empieza a amanecer y tenemos que evitar ese condenado Sol. Según el mapa a unas pocas millas de aquí hay un manantial, en media hora llegaremos y espero que por la Luz aún tenga agua.

  • Vamonos, todo en este desierto corre en nuestra contra.

Con esa frase ambos siguieron su camino al deseado manantial bajo un precioso amanecer cortado parcialmente por las nubes malditas más rezagadas

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Sariam, con el aspecto del elfo, observaba a todos los que se encontraban la biblioteca del salon del guardian, cuando un Elfo vestido con togas caras entro. Parecia un mago con mucho poder, tanto magico como politico, ya que la gente le saludaba con respeto.

El elfo se acerco a la investigadora de la biblioteca y hablaron en susurros. A pesar de la alta estructura, el eco de sus palabras eran inaudible. Eridah le señalo al misterioso personaje una estanteria y el se despidio con un gesto con la cabeza. Sariam disimulaba mientras obserbaba, no sabia bien que esperaba la goblin que descubriera. El individuo cogio un libro de la estanteria, ojeo una pagina y lo dejo en su lugar, pero advertio como Sariam lo miraba. Ella nerviosa cogio cualquier volumen que tenia delante y lo abrio nerviosa, mientras aparentaba leer algo interesante. Fue poniendose mas nerviosa al oir los pasos del elfo acercarse a ella.

– Elastor! como van tus estudios?-- dijo el elfo que parecia conocer al tipo que habia tomado la apariencia.

– Eeeeemmmm, me esfuerzo por mejorar – dijo sinceramente.

– Ese libro que has cogido, dejame ver… “La magia de los Antiguos”, una lectura dificil, que haces con el?

– Bueno, nada, solo me ha dado curiosidad el titulo. – Sariam sabia que ese libro no era para principiantes y que contenia magia oscura.

– Ya. Este libro es peligroso – Dijo mientras se lo quitaba de las manos y lo cerraba– Un estudiante, como tu, debria ojear otro tipo de titulos como “Conjuracion del Hielo”.

–Oh! gracias por la sugerencia pero mi escuela es la arcana.

–La arcana?? eso es nuevo, tu maestro Pickering ha debido informarme mal, tu preferencia no era la escarcha?

Sariam se dio cuenta de su error, debia hablar como Elastor y no como ella misma. Su nerviosismo empezaba a ser todavia mas evidente ante ese elfo.

– Bueno, no te preocupes, es oportuno para cualquier alumno que trabaje con varios elementos y despues pueda elegir – Dijo con una sonrisa falsa.– Creo que me llevare este libro, no puede caer en malas manos. Shorel’aran.

Sariam aprovecho la despedida del sujeto para ir al pasillo de la escalera, un lugar poco transitado, el hechizo se desvanecia y podria ser descubierta. De prisa y con nervios se teletrasporto al portico de dalaran mientras recobraba su aspecto normal. Ya en el Alto Krasus, el ambiente de la cuidad era el de siempre, los guardias la saludaron normalmente, como a cualquier persona que llegaba. Se dirigia a la posada cuando, por casualidad, esucho a dos archimagos hablar sobre el librero de Dalaran. Ambos comentaban que el ambiente en la ciudad estaba y que le habian lanzado un hechizo de silencio, que ahora no podia hablar y debia tener algun negocio oculto para que le hicieran eso, ahora queria irse de Dalaran.

Mientras rebuscaba en sus bolsas, fingiendo buscar algo y escuchando a los archimagos, cayo en la cuenta. Kmils no habia enfocado bien el tema, los cotilleos en Dalaran estaban en la orden del dia, podria descubrir algo confraternizando con otros magos que vivian alli o que peregrinaban a la ciudad que infiltrarse en el Kirin-tor y ponerse en peligro, como ya habia hecho sin mucho exito. Entonces paso por delante ese individuo con el libro entre sus manos.

Sariam decidio seguirle, no le dio una buena impresion, aunque penso que ella como Elastor tampoco tuvo que darle buena impresion, ese novicio estaria en el ojo de mira de ese mago durante un tiempo por su culpa. Lo acecho desde la distancia por las calles de Dalaran hasta su casa, que estaba custodiada por guardias en la puerta. “Podria ser normal despues de una desaparicion en la ciudad o si era un mago importante” penso, aunque no observo nada extraño desde fuera. Desecho la idea y fue a buscar a Kmils.

La goblin tenia al novicio Elastor amordazado y con una bolsa en la cabeza, esperando pacientemente la llegada de la troll y sus noticias. Ella le hizo un gesto al llegar para que se alejara de el y fuera a su vera.

–Kmils, no pienso volver a hacerlo!!-- Dijo en susurros y visiblemente enfadada– Nada de una gnoma y casi me descubren.

–Vale vale!! no te preocupes, no has visto a nadie sospechoso?

–Todos alli son sospechosos de algo… pero creo que se pueden descubrir mas cosas cotilleando por la ciudad que en el propio Kirin-tor. Son cerrados y descubrir algo deberia estar bien posicionada, pero no soy una maga bien vista.

–Por eso era buena idea hacerte pasar por otro…

– Pero no por un estudiante – interrumpio a la goblin– para tener buenas respuesta deberia ser un mago bien posicionado y esos son mas peligrosos que un novicio cualquiera.

– Vale vale… lo entiendo, intentare entrar yo en el Kirin-tor, escuchar en las sombras, aprovechar un portal de un mago…

– Kmils no!, si quieres empezar a investigar hay un mago, puede que no sea nada, pero tiene guardias en su casa.

– Por que no lo has dicho antes? me habias dicho que no habias conseguido nada!!! eso es algo!!

–Primero deshazte de ese – Dijo señalando al pobre Elastor, que sollozaba sin saber que pasaba.

Sariam abrio un portal a el Rocal y lanzaron por el al chico, dejandolo alli a su suerte, esperando que nunca supiese quienes le habian hecho eso. Despues caminaron por la ciudad camino a la casa del mago. Pasaron por la tienda de libros y Sariam comento a la goblin lo que se rumoreaba de el en la ciudad, pararon un momento decidiendo si entrar a intentar “hablar” con el, si era cierto que estaba silenciado, no podrian sacar nada en claro, pero en esos instante de decision escucharon un alboroto y cristales romperse dentro.

Ambas corrieron dentro alarmadas dentro. Abrieron la puerta de golpe y encontraron la estancia completemente caotica, libros por el suelo, lamparas de pie caidas, un tintero roto, la tinta esparcida por la mesa, etc, y a Belter encima del librero axiandole, con las manos apretandole el cuello fuertemente mientras el intentaba luchar por respirar. Kmils cerro la puerta al instante y Sariam empezo a castear “tromba” a la sacerdotisa.

–Alto Sariam! la conozco! Belter para! – Se abalanzo hacia ella y le intento apartar las manos del librero.

– SABE ALGO!

– Ssssshhhhhhhh!! no grites, nos vas meter en lio muy gordo, esta SILENCIADO!! no puede hablar. Dejale!! Te has vuelto loca!

Belter aflojo y solto su cuello, se levanto mientras el librero tosia intentando respirar tendido en el suelo. Sariam y Kmils se miraron y suspiraron con alivio, sin embargo Belter le dio una patada en el estomago al librero con odio. La elfa se puso bien el pelo y se giro al grupo.

–Y bien? que haces aqui ladrona?

–Parece que lo mismo que tu… pero no eres muy sutil, es pleno dia, como se te ocurre??

– Este es el ultimo lugar que visito Morda, el esta implicado de alguna manera.

Todas miraron al librero que estaba temblando mientras las observaba. Hacia gestos con las manos indicandoles que no se le acercaran. Kmils empezo a discutir con Belter sobre lo que habian hecho mientras Sariam ojeaba la mesa del librero, decidio hablar.

–Aqui hay un libro de registros, con nombres, fechas y titulos de libros. Aqui esta Mordacae… y ese mismo dia, horas mas tarde un tal Silar… titulo del libro “Magia de los Antiguos” y un interrogante. O este librero es un necio o cubria sus espaldas.

Continuara…

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