Imágenes fugaces bailaban en su mente, rápidas y asincronizadas en un vals sin ritmo ni sentido. Recordaba encontrarse en Lunargenta, salvar a el corazón de todo su ser, estar con Nissela, luchar contra los demonios que querían arrebatármela, matarla, los que querían perderla en las sombras.
DOLOR
Giro su cabeza hacia esa punzada insufrible, las visiones se alejaban momentáneamente y vio su brazo suelto, libre, separado. Miro al rostro del que sujetaba su brazo, una sonrisa que mostraba un colmillo le miraba fijamente, parecía hablarme pero no escuchaba sus palabras apenas reconocía quien era. Los monstruos habían ganado y se cebaban con su nueva presa, la había vuelto a perder.
DOLOR
La lucha era violenta, la sangre, las chispas de las armas chocando, una luz cegadora, un beso. Recordaba las bestias de la plaga que intentaban asediar su hogar, como una entre todas se enfrentaba a el con fuerza y descontrol, vio como un amo de esclavos atacaba con una maza a su amada. Debía frenarlos, protegerlos a todos, no debía perderla, el trato así lo decía era su recompensa.
- Silencio comandante, los nervios no se arreglan solos y menos con tanto ajetreo. Ahora sentirás una punzadita de dolor, todo controlado por supuesto.
TORMENTO
No algo no estaba bien, la historia no ocurrió así. Pero si la encontró, recordaba el beso pero…las imágenes se retorcían y transformaban. ¿Aiden? La bestias se difuminaba y recordaba el rostro del invierno y la muerte, el tañido de Silencio chocando contra Baruk y Svalin, sin embargo las imágenes volvían demonios y no muertos asediaban su hogar. ¿Entonces porque reconocía rostros donde antes solo había bestias sin cerebro? El amo de esclavos se encogió y las cadenas se retralleron hasta formar únicamente un haz de luz pura, su rostro le recordaba a un enano que conocía pero no lograba identificar quien. La cabeza le dolía, su mente se retorcía y peleaba contra si misma.
¿Qué era real, que era la verdad tras esas imágenes? ¿Acaso no había luchado por amor y por lo que juro defender? Entonces… porque recordaba un trato, porque sentía repugnancia y se sentía merecedor de un castigo, porque sentía la sangra manando de sus manos de inocentes y camaradas. Unos ojos grandes como montañas volvieron a su mente, le observaban, le hablaban desde la mas profunda oscuridad, le atraían, le prometían su deseo más ferviente, su regreso.
Miro de nuevo el lugar donde había ocurrido la batalla, imágenes espectrales del combate transcurrían por sus ojos mientras ignoraba la realidad que le rodeaba. Recordó su propia traición.
AGONIA
Recordó el beso, sin embargo el rostro de ojos azules de su prometida se transformo en una piel morada, recordaba a N’zoth prometiéndole su mayor deseo, su creciente poder, su desdén hacia lo humano y el puro egoísmo que emano del trato que realizaron. Ahora lo recordaba todo, la plaga y los demonios ya no atacaban su hogar, era el mismo asesinando a los que hasta ahora eran sus compañeros, las tropas que le habían sido conferidas, los rostros aterrados de aventureros que jamás verían un nuevo amanecer.
Recordó su combate contra Aiden, sus impulsos de evitar cesar su muerte, sus esfuerzos y el instinto que evitaba para no matarlos. Sin embargo el respondía con ira, desdén, con intentos de asestar un golpe fatal que redujese su vida a meros escombros. Quería ensartar su cadáver y glorificarse en ellos.
Rememoro el beso, como a través de tal acto había perdido totalmente la cordura; No, no era cierto, dentro de su ser había una parte de si mismo que sabia la verdad pero dejo engañarse por la remota posibilidad de recuperar lo perdido, dejarse llevar y evitar el dolor que tanto le persigue desde ese día y las vidas que han sido derramadas por su culpa.
Un recuerdo fugaz seguido de dolor físico lo devolvió al presente, sin percatarse de su estado alzo ambos brazos hacia su rostro. Un dolor atroz le recorrió el brazo izquierdo, notaba la sangre manar pero no le importaba. Su casco ya no estaba y, a cambio, una cicatriz aun fresca le partía desde la frente hasta el labio.
- ¡CACHO AN***!** ¡Te has arrancado 3 ligamentos, estate quieto! ¡DEJAME TRABAJAR O TU BRAZO SERA EL MENOR DE TUS PROBLEMAS!
DOLOR, TORMENTO, SANGRE, AGONIA
Susurros y mentiras, eso habían sido los recuerdos que tenía. No, sería mentirse así mismo aceptarlo. Fue un trato, pese a ser llevado entre sombras y engaños es lo que fue, un trato que acepto de buen grado para obtener un imposible. Un trato que había condenado a tantas almas, incluida la suya, por un deseo egoísta de un corazón roto que, para más dolor aún, nadie podía cumplirlo.
Alzó la cabeza y vio el rostro de Aiden, hablaba con una paladina de armadura dorada, Valerie creo que de llamaba, vislumbrando el combate entre trazos de su mente rota supo que se había autocontrolado. ¿Porque? Lo ignoraba, no merecía tanta indulgencia ni era alguien a quien salvar. Se habrían salvado tantos…
- Bien, esto ya está unido pero necesito que las raíces actúen de ligamentos. -Añadió Aldana sacudiendo las palmas de sus manos- Espero que te guste la madera y esa rama soldadito, porque la vas a morder con ganas.
Un dolor atroz saco los pensamientos como un huracán, su brazo se retorcía y temblaba mientras la “vida” recorría su carne, sus músculos y sus huesos. La mandíbula se le desencajaba e incluso de la propia fuerza la rama entre sus dientes se partió, otras personas lo agarraron cuando intento alzarse. Cada segundo era agónico y notaba cada milímetro de raíz hurgando en su interior. Pasado cierto tiempo incierto el dolor remitió.
- Listo -la druida dio un puñetazo, aunque algo le decía que hubiese preferido ser un zarpazo, en el hombro reparado- da gracias que necesitamos gente para matar a esa cosa. Yo no habría sido tan cándida como el.
Miro su obra finalizada, no había apenas percepción de la operación salvo por la cicatriz que iba a formarse, lo que podríamos llamar puntos de raíz y un ligero añadido.
- Gracias…aunque no entiendo el porqué tras…sucumbir, caer en una promesa vacua y sin sentido. ¡Podría haberos matado!
- Pero no lo hiciste y ahora es lo único que cuenta.
- ¿Y a que viene esta flor en el hombro?
La druida se había alejado y hacia oídos sordos, miro la flor y tuvo la extraña sensación, un frío escalofrío, de que mejor no debía tocarla.
Intentó reincorporarse como pudo sin ayuda, sin existo alguno. La batalla le había pasado factura en ambos campos, cuerpo y mente, un par de campeones le ayudaron a levantarse pese a su negativa de recibir ayuda. No la merecía tras lo que había hecho, cómo podría merecerla.
Lentamente probo su nuevo amigo el brazo natural, para su asombro lo notaba incluso más suelto que antes. Esperaba algún tirón, dolor o sangrado pero nada de eso, solo un brazo fuerte, sano y con energía. Dio un par de pasos y recogió sus armas, al agarrarlas sintió una punzada en la mente, más flashes del combate contra Aiden, gritos de ira y mafia del vacío. De alguna forma podría decirse que también habían sufrido el mismo tormento.
Dio un par de estoques con las armas ya puestas en posición, atacando a la nada mientras dejaba la mente en blanco todo lo que podía. Se notaba ligero, poco en forma en general pero con el brazo renovado, bloqueo a un ficticio enemigo y arremetió desde abajo con el hacha. Una honda violeta salió del propio filo, sorprendiendo al comandante que apenas pudo mantenerse en pie. Algo no andaba bien, no sentía ya las voces sin embargo si el poder de las sombras, invoco a la luz y consagró el suelo donde estaba. Un círculo dorado se creó a su alrededor, no dañaba a su cuerpo e incluso lo notaba sanador.
- Algo bueno he sacado de todo esto por lo que veo…
Siguió entrenando mientras se congregaban los supervivientes, por el oeste ruidos de carga anunciaban la llegada de aliados. Menos de los que partieron y aún menos de los esperados, pero no por ello menos agradecidos. Por el este cuernos de guerra y heráldicas resonaron, otro grupo congregado de horda y alianza se acercaban al lugar, aunque estos vestidos con telas de varios colores o armas enfundadas en lo que parecían ¿Camisetas?
Dejo vagar su mente, centrarse es recuperar las fuerzas y las costumbres. Bloqueo, azote, bloqueo, estoque, barrido, golpe, barrido, bloqueo. Conforme recuperaba la fuerza notaba como ambas armas respondían de igual forma a las dos fuerzas, tanto a la luz como al vacío, sentencias de injusticia, consagraciones, azote de vacío, martillo de justicia… Parecía que su trato había tenía un efecto secundario en ellas del que no se libraba.
Fue en uno de estos momentos cuando tropezó con algo en el suelo, casi lo había pasado durante su ensimismamiento pero consiguió frenarse. En el suelo, astillada y algo agrietada, se encontraba una máscara ya conocida. Miro en dirección a los defensores, ese variopinto grupo de “héroes”, buscando a su propietario pero algo en su fuero interno le dictó callarse su hallazgo. Por lo que, teniendo sumo cuidado, decidió guardarsela hasta nueva orden.
Hecho esto y, tras ver que empezaba a congregarse lo poco que había quedado de los frentes que entraron en Nyalotha, decidió unirse a los demás. Había trabajo que hacer, o por lo menos que intentar organizar si es que le era posible en esas circunstancias.
Mientras iba acercándose al improvisado puesto, sin tenderete ni mesa solo un grupo armado de pie y cansado, pudo ver los rostros de la gente. Rostros cansados, tristes, aterrados, ansiosos, perdidos, rostros que no volverían a sonreír ni reír, rostros que pronto no volverían directamente. El caparazón estaba abierto y el corazón del dios antiguo al descubierto, sin embargo el ambientes era peor, si es que era suficiente como para describirlo, que cuando entraron. Atrás quedaron los vítores y los gritos, ahora solo había muerte y una lejana esperanza.
Llegado al grupo vio como los defensores ya estaban formando e indicando a los recién llegados sobre nuestro amigo el pulpo. No obstante su vista se fue hacia un individuo en concreto, matizando a su cabeza. Este, antes incluso de poder abrir la boca, vio como llegaba y atravesó, literalmente, los mapas tácticos que estaban repasando. Por el rabillo del ojo pudo ver cómo 3 personas evitaban que Aiden sacase la guadaña, desgraciadamente no lo logro.
- Aiba muchachu, si está to apelmazao y manchugroso!! Ve p’aca ome! Que tamos aquí con el capas ese qui no suelta ni Miaja de coa con sentido. Yamentiendes eh!
Delante de él un enano forjado en la misma piedra parecía que le hablaba en algo medio entendible, seguía con su sonrisa altanera a la que se le habían sumado tres cosas. Por un lado ahora vestía una camiseta verde chillón donde podía leerse “equipaento Gamva”, por el otro y para su desgracia adornaba su cabeza con lo que una vez fue su casco ahora convertido en dos trozos simétricos que apenas podían tapar las orejas de la mole rocosa que tenía delante.
- Oh lamentu lamentu, pille isto pur si acaso pero mi quieda tam Ben que me lo quede JA JA JA JA. Nonfadarse ya daré otro pa ti, ahora ven ven curramos o perdernuslo to.
Y tal y como vino de rápido se fue, atravesó de nuevo la zona de peligro y se colocó en su sitio mientras le hacía señas.
- Me pregunto si seguirá siendo esto una visión de Nzoth, no… De ser así iría de morado no de verde.
Suspiró profundamente y se unió al grupo. Como en toda buena organización los rumores vuelan y que unos de los máximos cargos hasta hacer unas horas estuviese intentando asesinar a todo lo presente no iba a ser menos. Nada más llegar susurros y miradas iban a su alrededor, pequeños gestos, un dedo alzándose, una mirada de miedo y odio…
Lo último que quería era crear más polémica por lo que se apartó lo más que pudo para escuchar los planes y evitó las miradas, sin embargo no contaba ninguno con una masa terrestre irrefrenable e inamovible.
- repantantruecanos y mecachiandiosesnastos, ¡¿Pero mozó que hacías tú del lao malvadioso del morao ese?!
- No creo que sea el momento
- ¡¿Que no es el momento?! Resulta que el tío que dirige el ataque contra Nzoth por parte de nuestra se ha convertido en un sirviente del dios antiguo. Pero no es el momento ¡¿No?! - EL capitán de la alianza alzo los brazos al cielo y siguió con su discurso señalando al elfo- Este tipo no solo ha traicionado lo que veníamos hacer, se ha doblegado a su voluntad, a atacado directamente a nuestras tropas, sus camaradas, sus compañeros de armas y conocidos pero se niega a tratarlo. NO PODEMOS CONFIAR DE QUE NO VUELVA A PASAR.
- Y no pasara, así te lo puedo confirmar.
Una voz gélida y cansada se abrió camino entre los gritos del humano. Pese a ser casi un susurro estremecía con rotundidad cada palabra que decía.
- Ha pagado un precio y ya nos hemos encargado de que su cabeza repose donde debe. -concluyo el caballero de la muerte- Lo necesitáis os guste o no.
- ¡PERO ESTO ES UN ULTRAJE!
Aiden golpeo con el mango de su guadaña en suelo con fuerza y señalo con su filo la abertura del caparazón.
Ambos se miraron durante unos segundos, desgraciadamente para el capitán de la alianza fueron eones tal y como mostraba su rostro.
- Está… Esta… Está bien, si, claro, si… ¿Y que podemos hacer?
- rezar, morir y, si tenéis mala suerte, vivir otro día para recordarlo -dijo el comandante y, antes de recibir respuestas, alzó la mano para continuar- No hay estrategia que valga, ese agujero infecto es una trampa más que evidente a la que vamos a entrar de cabeza.
Se puso de pie, su mirada seguía pérdida mirando el plano dibujado en el suelo con rapidez, que el enano había aplanado varias veces, mientras hablaba.
- No hay ninguna solución, no hay táctica que valga, no encontrareis un milagro donde solo existe el castigo. ¿Estrategia? Por favor… Es un suicidio, eso es lo que es.
Hubo un silencio momentáneo por sus palabras, aunque seguía sin reponerse de su “viaje astral” y las falsas esperanzas no servirían más.
- ¿Pretendes decirnos que nos rindamos?
- No, os digo que si entréis ahí sea sabiendo que estáis muertos. Lo más afortunado es que dentro podamos rodearlo sin resistencia y atacando en todos sus frentes. -alzó la cabeza- Pero no está solo, seguro que podéis notarlo. Está esperando a que piquemos en el cebo tan bien tejido que ha trazado y, para nuestra desdicha, no tenemos otra opción que morderlo con saña.
Se acercó al mapa de tierra y lo borro de una patada que levantó polvo, rocas y tierras alrededor. Su mirada cruzó la del caballero de la muerte, atendiendo sus palabras y movimientos como un cazador esperando a su presa en un movimiento en falso.
- Solo se puede hacer esto, los defensores junto a un pequeñísimo grupo de héroes encabezarán una punta de lanza. Seremos la cabeza de turco y el bocado más jugoso para su “magnificencia” -añadió con una sobreactuada parsimonia- si tenemos suerte, podremos cobrarnos las suficientes víctimas para que un segundo y tercer regimiento a mayor escala entres y empiecen a desplegarse. No, no solo rodearlo sino dividirse protegiéndose en cada campo, lugar y enemigo, tened por seguro que invocará sus artes más oscuras, sus esbirros más potentes y arrancará vuestras mentes pedazo a pedazo.
Con el polvo ya lejos del centro, giró sobre sus talones y volvió a sentarse alejado del grupo. Pero continuo hablando en tono serio.
- Habrá más como yo, no insistáis en el tema lo sé, lo recuerdo más bien. Amigos se convertirán al instante al enemigo y eso mientras intentamos asesinar a un dios antiguo casi a pleno poder. Una vez dentro será una masacre y apenas sobreviviremos un 20%, siendo generosos, de los presentes. -suspiró y cerró los ojos, aún podía escuchar el trato en su mente- rezar, morir y tristemente sobrevivir con esta carga. Así planteo entrar ahí y nadie debería mentirse al respecto, da igual las tácticas, dan igual las tretas, las sorpresas o la fuerza de choque aquí ya no sirven. Solo queda la fuerza bruta y resistir.
- Dices entonces que no hay salvación para todos nosotros y estamos condenados. ¿Qué hacemos aquí entonces? -añadió el humano
- Creía que estaba claro, salvar a los que no están aquí y luchar un día más cargando a nuestras espaldas las almas que aquí se pierdan. Si no os es suficiente buscad la salida de este laberinto y escondemos. Pensar en una solución factible, positiva es perder el tiempo, cosa que hacemos ahora mismo. - se levantó de un salto y guardo sus armas en su lugar correspondiente- cargaremos en 20 minutos, sed libres de decidir lo que queréis hacer.
No quería escuchar sus respuestas, bastantes dudas tenía en la cabeza ahora mismo como para cargar con las suyas. Necesitaba pensar en lo que había pasado, lo que iba a acontecer y si alguna vez se perdonaría por ello. Sin mirar atrás fue a buscar algo de comida y entrenar un poco antes de lanzarse a la muerte.
20 minutos después
Ahora, frente a la cicatriz que pondría en riesgo su vida, curiosa frase que ya había pensado más de una vez, pensó en el fatídico día donde todo cambio. ¿De verdad había merecido la pena mi vida¿, ¿tan necesario he sido aquí? o solo fui un mero tramite, un empujón que apenas acelero las cosas. Sin duda había luchado, salvado y ayudado a nobles causas pero cuantos habían muerto por sus manos, a sus ordenes, por sus elecciones. Y sin embargo una y otra vez le seguían.
Se dio la vuelta y vio a los defensores, por titulo al menos cada vez tenia más claro que era un grupo suicida con demasiado poder que podrían desatar 6 guerras en el desayuno y una más para merendar si les daba el gusto.
Cuando posó su mirada sobre Aldana está le “sonrió” con un bufido y enseñando un colmillo. Un tic repentino le dio en el hombro bajo la armadura, había cortado antes la flor para, unos minutos después, darse cuenta que su hermana había decidido salir en su lugar. Si era una chanza no le veía la gracia pero el brazo funcionaba a la perfección.
Tras ellos banderines, estandartes, hachas, lanzas, arcos… Tres ejércitos preparados unidos bajo un mismo y terrible destino. Que tendrán para seguir haciendo caso a sus palabras, las de un loco traidor, que por más que pase el tiempo atraen a la gente. Tendría que haberse buscado otro trabajo definitivamente.
Volvió su vista al frente, en las profundidades aguarda el dios de las mentiras, de las profundidades y de la inminente destrucción de su planeta. Otra vez.
- Acabemos con esto de una maldita vez
Y girando a Svalin en su mano cargo a la oscuridad. Los demás le siguieron, los tambores retumbaron, las heráldicas sonaron. La ultima batalla había llegado.
La negrura los envolvía, un vacío insondable que solo el brillo de las égidas y las armas rompían su imperturbabilidad. Sondeando paso a paso, esperando un ligero movimiento, un cambio en el aire que declararé que o quién podía ocultarse en las profundidades de la oscuridad. Pero nada paso y así eran un plano fácil.
- ¡Encender las antorchas, que llegue la luz a las fauces de la bestia!. - grito el comandante
Lentamente pequeñas llamas resplandecieron en la oscuridad, luces brillantes procedentes de flores o animales se unieron al grupo invocados por druidas, chamanes y cazadores, por último sacerdotes y paladines invocaron la luz en esferas o en sus armas para iluminar áreas a su al cáncer. Por su parte, Félix se concentró en Baruk notaba como acumulaba poder así que rogó por un poco de luz, y la luz se mostró.
De su escudo un área de 3m de radio le rodeaba, consiguiendo que la oscura sala ahora tuviese formas inquietantes. Alrededor de ellos se alzaban pústulas y tentáculos, retorciéndose lentamente pero aguardando a su momento, podrían aplastarlos en la oscuridad pero su maestro no disfrutaría con ello. Y menos aún le sería útil.
Lejos, en las profundidades un ojo brillaba observando a los intrusos, esperando a las órdenes de su maestro aguardaba sus órdenes. Ansiaba saborear la carne de los visitantes, deleitarse con la tortura que crearía en sus mente, saboreando la desesperación al derrumbar los muros de su consciencia. Pero debía aguardar, no era el momento, su señor no lo había ordenado.
Dulces moscas revoloteando por el hogar de su maestro, brillos clamando ser bocado rápidos para su hambre infinita o incluso convertirlos en hermanos. Oh siempre necesitaba hermanos, el maestro lo agradecía y saboreaba cada momento en que rompía sus mentes. Pero aguardar, debía esperar un poco… Solo un poco.
El lugar era demasiado grande para ser el caparazón donde habían entrado, otras de las artimañas ilusorias de Nzoth suponía, solo se escuchaba el crepitar de las antorchas y las viscosidades del lugar. Pero notaba algo… extraño, no había enemigos, no habían sufrido ningún ataque, nadie les había impedido el paso y solo podía pensar en una única cosa. Estaban atrapados.
Siguieron andando, muy por detrás la entrada emitía aún luz donde aguardaban el grueso del ejército, esperando la señal. Sus pasos resonaban en la cámara del yaciente, eco imparable que parecía sacado de un entierro, de pronto lo noto. Y no fue el único, sin girarse pudo escuchar como Aiden agarraba firmemente la empuñadura de Silencio y estiraba lentamente su pierna rasurado el suelo con la bota. Ninguno hablaba y habían parado, una minúscula brisa confirmaba sus sospechas.
Aguardaron varios minutos, quietos como rocas esperando al momento oportuno, hasta que, de pronto, una bestia se abalanzó desde las alturas en dirección a la retaguardia. Un rápido movimiento hizo voltearse al comandante y parar su estampida con Baruk, Aiden por su lado silbo a Silencio en un arco cercenando a la bestia por la mitad.
Muerta la bestia la sala empezó a mutar, los zarzillos empezaron a zarandearse e intentan golpear a los defensores, chasquidos y arañazos indicaban que más de esas repugnantes bestias se acercaban a gran velocidad. Pero lo peor estaba por llegar, del centro de la sala un gran ojo apareció iluminando la negrura de un color anaranjado, varios más le siguieron mientras la cabeza del Dios Antiguo se alzaba.
La sala destello en un color vio-laceo desde el centro de la misma, ahora veían a través de la mirada y la luz que proyectaba Nzoth en cada rincón ya no necesitaban las antorchas. A su alrededor cultores, bestias, amalgamas y kvirr se arremolinaban y empezaban a atacar al grupo que los repelida entre golpes, estallidos y sangre.
RENUNCIASTE OS AL REGALO DE UN DIOS
OBSTACULIZASTEIS UN DESTINO QUE OS ES IMPOSIBLE CAMBIAR
RECHAZASTEIS MIS DONES, O MIS CAMPEONES
PUES LA SANGRE Y LA MUERTE SERAN VUESTRA RECOMPENSA.
Un rugido inundó la cámara, hueco y descomunal, obligando a varios desdichados a taparse los oídos. Del techo una bestia enorme, que recordaba a Mythrax de la vieja Zuldazar, cayó frente a su amo. Dos grandes tenazas terminaban de sus brazos violetas y decorados con escamas y tentáculos, de su espalda un ojo buscaba su nueva presa mientras a su lado dos garras enormes se abrían a los visitantes, sus pezuñas más grande que un kodo viejo de Nagrand supuraban alguna viscosidad lentamente por casa uno de sus pasos y, por último, su rostro era un único ojo de mirada feroz que terminaba en una boca llena de tentáculos.
PSYCHUS, MI FIEL SIRVIENTE DEVORALOS. NO ME FALLES COMO TUS HERMANOS.
- Si maestro -contesto lentamente, su voz era ronca y atronadora
Momentáneamente la bestia, Pyshus, quedó en guardia evaluando sus contendientes. Si era por inteligencia o por ver quién era más sabroso le era desconocido en ese instante, pues no dudó en cargar a los poco segundos contra el grupo.
El dh alzó el vuelo y cargo de frente contra la mole frenando la lentamente con sus hijas, al mismo tiempo una salva de azerita empezó a impactar en el costado derecho de la monstruosidad finalizando en un corte del caballero de la muerte. Al mismo tiempo el comandante empezaba a arremeter con las bestias menores que empezaban a rodeados, Valeri rezo momentáneamente para sanar a los defensores de su alrededor y cargo arma en mano siendo rodeada de un aura dorada, Félix giro a Svalin con su muñeca y, tras golpear en el cráneo con Baruk a la última bestia, cargo y golpeó el suelo con el hacha creando un área negra de la que se alzaron picas con runas.
- Ahora, disparad el aviso. Que entre el primer batallón. 3 salvas división de 360!!
Varios cañoneros siguieron las órdenes del comandante y dispararon unas bengalas al cielo, más bien al techo, dando brillo y forma. Desde la entrada respondieron con un cuerno de batalla.
El segundo tercio de los campeones de Azeroth cargo dentro del caparazón dividiéndose tal y como habían sido indicados. Se esparcieron por la enorme sala mientras aniquilan a cada tentáculo y siervo de los dioses antiguos que llegaban a su alcance. De lejos pudo ver cómo grupos formados por tolvir y terraneos dejaban una defensa en la entrada mientras el resto acompañaba a los campeones, rajani se unieron a este envite con grandes lanzas de guerra acompañados del relámpago y el fuego. Solo una figura parecía fuera de lugar pues se acercaba a toda velocidad ignorando a bestias, aliados, pústulas y cadáveres.
Saludando a mano alzada y con un gran martillo demasiado grande y pesado para su estatura se acercaba al trote un enano férreo. Un klaxxi intento clavar sus dagas en el duro cuerpo del enano sin éxito, pues un puñetazo acabo por reventarle parte del tórax para luego abrirse otra vez tan alegremente.
- ¡PARDIEZ! Mi había ulvidau de venir cun vusutros. Menudo mamalón toy hoy io, ueno basta di tochuras. ¡Al taju jefe!
Otro cuerno sonó en la lejanía alejando al enano de sus pensamientos, con esfuerzos logro acabar con un ignoto menor y miro hacia la entrada, las 3 divisiones estaban siendo rodeadas por mas corruptos de los que habían pensado no aguantarían mucho mas. Uno de los grupos había roto su defensa y estaba siendo masacrado lentamente. El cuerno resonó y se apago abruptamente.
- ¡Que entre el ultimo grupo! ¡AVISADLOS YA!. En muro que arrasen desde la entrada.
De nuevo los cañoneros siguieron sus ordenes y lanzaron salvas al cielo, una heráldica les respondió rápidamente. En la entrada, en formación de cuña, el ultimo tercio se unió al combate arrasando con cada soldado o bestia enemiga que se cruzaban, eran un enjambre unido que iba a proteger a sus hermanos de armas. Llegaron hasta el segundo tercio y consiguieron reponerse, divididos en 3 segmentos el segundo tercio y en dos cargas el tercero que despejaban el camino de salida y las zonas intermedias, la heráldica sonó una única vez seguida de un cuerno de batalla.
Su atención pronto se tuvo que dirigir a otros menesteres, Psychus arremetía con sus pinzas a los defensores, un mazo que aplastaba y destrozaba el suelo antiguo de nyalotha, apenas tenia algún rasguño pese a los esfuerzos de los defensores. Un hálito de sanación llego a sus carnes por parte del chaman “moki”, o ese creía que era su nombre, y cargo contra la descomunal bestia. Pero ella tenia otros planes.
Vomito en su dirección una bilis morada corrosiva que a duras pena logro esquivar, detrás suya enemigos y aliados no habían tenido la misma suerte y ahora caían desmenuzándose entre carne y hueso en una asquerosa escena, al girar la cabeza la mole fijaba su mirada en la entrada.
- No, contra ellos no. ¡Detenedlo se acerca a la entrada que no salga!
Psychus ignoraba su entorno, solo veía bocaditos sabrosos revoloteando entre unas moscas molestas a su alrededor, por lo que cargo ante tan delicioso apetitivo. del empujón mando volando al cazador de Demonios así como al caballero de la muerte, aplastando ignotos, campeones y pústulas llegando al frente. Los defensores como una única mente, fueron lo mas pronto posible hasta su posición por el rastro de cadáveres que había dejado pero ya era tarde, se estaba dando un festín de carne, gritos y huesos.
La bestia atacó sin compasión, el frente se disperso bajo sus pies y el que no fue aplastado fue agarrado por sus tentáculos para ser próximamente alimento de sus entrañas. Era una bestia en frenesí, no pensaba solo seguía un instinto asesino por lo que consideraba presas débiles e indefensas. Las tropas se replegaban y huían de pavor ante la descomunal mole, ¿Cómo podían enfrentarse antes semejante impotencia descomunal.
La mitas del grupo del comandante llego, el resto seguía luchando firmemente intentando aliviar la carga del resto de batallones y llegando al frente con Nzoth, escuchaba como los disparos, el crujir de Silencio o los rezos llegaban desde la lejanía. Tenia que centrarse, bloqueo un ataque de un ignoto menos con su escudo y lo empujo a los pies del mastodonte hasta hacerse un rico puré.
Bestia o no ignoraba a sus hermanos, solo ansiaba comer, alimentarse y servir a su amo. podían usarlo a su favor, pero como siempre habría un riesgo, no quedaban muchas opciones ni tiempo para meditarlas así que decidió arriesgarse.
- Replegaos, formad una cuña tras de mi, a mi señal cargar dirección a Nzoth ¡ME OIS, REPLEGAOS NO OS QUEDEIS AHI QUE NO SALGA LA MOLE!
Con dificultad poco a poco el escuadrón tomo forma y fue avanzando lentamente hacia su posición, no se fijaba en quien llegaba solo en la mole tenia que captar su atención. Aldana gruñía a su lado, sus manos ahora convertidas en garras de ¿oso? ¿lobo?, mejor no pensarlo, estaban en posición de ataque de no ser por la inminente mole destructora devora hombres sentiría algo de miedo por su parte.
- Aldana -esta giro su cabeza en su dirección, quería sangre mejor no cabrearla- necesito que esa bestia nos persiga y creo… que eres la más indicada. Te seguiré por detrás.
Un colmillo se alzo en su mejilla como respuesta y cargo contra Psychus como una bola de furia, de verdad rezaba porque no cambiasen de bando, la siguió a la desesperada hacia la muerte. Detrás la cuña inversa avanzaba hacia el Dios Antiguo dejando un espacio libre de enemigos. Para cuando consiguió llegar Aldana estaba cortando y escalando una de sus extremidades inferiores a base de garra, diente y furia.
Por su parte acumulo energía en su arma y lanzo el escudo con un haz brillante que, poco a poco, iba aumentando de tamaño hasta golpear su rostro. Uno de los tentáculos de su boca sufrió el impacto y cayo al suelo arrancado por el taque, en ese momento una flecha de brillantes colores y forma nunca vista surco el cielo dando en el ojo de la bestia.
Su grito retumbo por la sala, estridente y de un tono ascendente que obligo a todos los presentes a agacharse. Pústulas y tentáculos explotaron a su alrededor, Aldana se agarraba con todas sus fuerzas en su espalda soportando la reverberación del propio cuerpo de la mola. De pronto, con un suspiro y un ojo sangrando, la bestia se giro hacia ellos.
- Amarga comida, retorcida y peleona. Devorada debes ser por el bien del maestro.
Giro lentamente sobre lo que suponía que eran los talones y miro fijamente a la cuña que avanzaba a su maestro, paso a paso busco a su nueva presa. su espalda ya sangraba entre bilis, pus y sangre morada, su ojo ahora perdido chorreaba líquidos, que no podía describir, por su rostro y el suelo llegando a quemar a un goblin que se había retrasado. De él salía la propia corrosión y corrupción de Nyalotha.
Más tropas se unieron al ataque, hechizos, flechas, balas bailaron por el cielo de la ciudad dormida hiriendo al monstruo que los perseguía, corriendo como podía el comandante salto a una de sus patas clavando a Baruk y Svalin para escalar mínimamente. La mole caminaba y lentamente alcanzaba a los defensores, las primeras filas se desviaban y empezaban a disgregarse, al igual que los ataques se volvían erráticos pese a las heridas que tenia Psychus. Fue, por ese momento concreto, cuando alzando a Svalin a lo alto y cargando de luz su arma dio un tajo profundo en la pierna de la bestia, a la altura de lo que consideraba su ¿gemelo? o pantorrilla, al mismo tiempo otra flecha de energía pura impacto en el pecho de la mola y Aldana, cubierta de sangre y vísceras cortaba tajos con una forma animal que no había visto en un druida.
Un nuevo grito reverberó en la cámara, Psychus se revolvía y agitaba sus brazos golpeando techo, ignotos y suelo por igual. Al final empezó a caer, con sus inquilinos colgando y sujetándose como podían, hasta desplomarse como una montaña contra el suelo pero vivo. Oían su respiración, concretamente es lo único que empezó a resonar en la cámara pues el Silencio la invadió en un solo momento salvo por el repiqueteo de armas y sonidos de combate.
¡¡¡BASTA!!! NECIOS INEPTOS, BUSCAIS UNA SALVACION ERRONEA DICTADA POR UNOS SERES MUERTOS EN EL ORDEN. MI REGALO LO RECHAZAIS COMO SI FUE DAÑINO, UNA BURDA MENTIRA QUE CREEIS POR EL EMOSARIO DE DIAMANTE DE LA DORMIDA EN LETARGO. VEZ PUES, HIJOS ADOPTIVOS MIOS, LO QUE YO OS PUEDO OFRECER.
Su mente se rompió en un estallido de dolor, cayo de rodillas al suelo sujetándose la frente con las manos mientras sus armas caían al suelo. Su voz, volvía a clavar cada silaba en su profundamente con mentiras, promesas, ofertas y tratos vacíos que solo eran meras falacias de la boca de un embustero. Su capa brillo con intensidad, mientras luchaba contra los susurros y gritaba de dolor pero, limpiando y contraatacando dentro de su propia mente frente a las verdad entre mentiras que era su oferta consiguió romper su vinculo. Al alzarse vio que no fue el único afectado, por toda la sala capas brillaban por doquier, el dios antiguo buscaba romper las mentes y unirlos a la fuerza a su causa, su voz siempre presente iría arrancando la cordura de mas de uno. Recogió su armas y, con las fuerzas que reunió en ese momento, grito a la cámara.
- ¡Alzaos pues hijos de Azeroth! ¡No os rindáis, luchad contra lo que os ofrece contra las mentiras de un Dios ya muerto en sentencia! -Los primeros campeones negros se alzaban, no tenia tiempo- ¡Detened a los que se alcen, que recuperen la cordura! ¡Están perdidos en un vacío que les traiciona! Y -añadió entre susurros- esperemos que no sea demasiado tarde para ellos.
Tristemente más soldados se habían alzados y otros aun no se reponían del dolor de su mente, vio como una draenei chillaba de ira y dolor para desesperación de un compatriota de la luz suyo, vio como las capas y las egidas brillaban con mas intensidad y los primeros reconvertidos atacaban y mataban a sus propios compañeros, vio como aturdían y encadenaban a uno de los alzados con miradas asustadas y de desconcierto, vio que el miedo y el terror había llegado hasta sus corazones.
Y TU, HIJO DESMERECIDO E INGRATO. PSYCHUS DEJASTE QUE TU PROPIA HAMBRE CEGARA TUS PENSAMIENTOS, GLOTONERIA Y EGOISMO HAN SIDO TUS ARTIMAÑAS EN ESTA PRONTA GUERRA.
NO TEMAS, PUES AHORA ME SERVIRAS EN LA MUERTE JUNTO A TUS HERMANOS
La mandíbula que tenia por cráneo se abrió y los ojos de la bestia brillaron. De el un torrente de vacío salió disparado al lugar donde yacía Psychus, gritos y guturales inundaron la cámara mientras su propia carne ardía y se desintegraba, su “hijo” ahora era inútil a sus servicios así que lo utilizaría costase su vida o no. La forma del gigante se perdía, trozos de carne candente caían al suelo mientras se revolvía y gritaba de un dolor inigualable, brazos y rostro cada vez eran menos identificables, empequeñeciendo su forma y figura hasta reducirla a la nada de donde había sido invocado. Al final el reyo paro y, entre humo y fuego negro, los restos de Psychus apestaban a carne quemada en el lugar donde había caído ante los defensores. Pero no termino ahí, NZoth había acumulado energías, una esfera morada y negra se alzaba dentro de las fauces de su rostro y, en sumo silencio, las envió al cielo de la cámara.
SEA PUES LA ULTIMA ESPERANZA DE ESTE MUNDO DESTRUIDA
Una explosión sacudió los cielos de la cámara, grietas blancas y doradas aparecieron en el cielo mientras manaba aun más energía del Dios Antiguo, retumbaban paredes y suelos por igual. Trozos volaron por el cielo quedándose flotando al rededor, de su interior una voces y sonidos de alarma empezaron a llegar, poco a poco una cámara brillante solo rota por las luces de emergencia rojas brotaba de cada esquirla que desaparecía del techo de la cámara. Al final la propia cámara del corazón, núcleo de nuestro mundo, apareció para el horror de todos, aun en la lejanía podía distinguir la figura de M.A.D.R.E y Magni luchando contra algo y solicitando refuerzos. No tardo mucho en sonar su voz por mediación de los collares que habían repartido, su voz sonó grave y preocupante.
- CAMPEONES, AZEROTH OS NECESITA UNA VEZ MÁS PESE A ESTAR EN UNA NECESIDAD MAYOR. ¡N’ZOTH ATACA LAS INSTALACIONES, EL CORAZON DE NUESTRA MADRE AZEROTH…
- PROTOCOLO DE EXTERMINIO NECESARIO -interrumpió la voz mecánica de M.A.D.R.E
- POR INVASORES Y HEROES. AYUDAD AL NUCLEO DE NUESTRO MUNDO O TODO ESTARA ¡¡¡ ¡¡¡P E R D I D O!!! !!!
No había tiempo, agarro sus armas y, aun sin recomponerse toda la sala, corrió dirección a uno de los frentes que seguía medianamente intacto.
- ¡Capitán! ¡Preparaos no debemos dejar que caiga la cámara! ¡Dad la alerta! y Magni -dijo dirigiéndose a su collar- ¡A MI SEÑAL QUE M.A.D.R.E ACTIVE EL PROTOCOLO DE TELETRANSPORTE DEL SECTOR 3! ¡A TODOS SIN DISTINCION NO TENEMOS TIEMPO!
- AZEROTH OS NECESITA HEROES LA CAMARA ESTA EN
- ¡¡¡ ¡¡¡ ¡¡¡MAGNI CALLATE QUE LO HAGAIS, M.A.D.R.E SI HACE FALTA ACTIVALO TU NO TENEMOS TIEMPO!!! !!! !!!
- Protocolo activo y listo, 50 segundos para establecer contacto.
- Ya lo habéis oído, preparaos volvéis a Silithus por correo urgente.
- ¡Si comandante! ¡YA HABEIS OIDO NOS VAMOS!
No pudo centrarse mucho en sus rostros, aun seguían combatiendo contra enemigos y aliados por igual, esos preciados segundos sirvieron para prepararse contra el viaje que se avecinaba. Vio como entre los integrantes estaban los draeneis que tanto sufrían antes, ahora juntos, además presente estaban más héroes, gente de armas extrañas que luchaban junto a un cazador y un compañero felino, un orco y enano que se chillaban e insultaban y un pícaro que asesinaba en las sombras a cada enemigo sin dilación entre movimientos ligeros y una mirada feroz. En un parpadeo, y con un ligero brillo, desaparecieron en frente suya. Era lo único que podían hacer.
El cielo destello y aparecieron en la cámara cortando y asesinando a las tropas de N’zoth por igual, el tiempo les era crucial y ahora les había asegurado un futuro al núcleo del mundo.
Con el corazón siendo asegurado quedaba la ciudad durmiente por delante, volvió como pudo al frente, o a lo que se suponía que era, combatiendo las hordas incesantes del dios antiguo. Poco a poco iban ganando terreno y la dorada luz de la cámara, pese a ser un claro inicio de lo que podría ser el final, se convirtió en un faro que iluminaba la cámara del durmiente. Cielo y tierra combatían en arduos enfrentamientos, bestias que eran atravesadas por las hachas de un aliado o enloquecidos que cargaban contra sus propios camaradas antes de caer muertos. una abominación salto con sus fauces abiertas sobre su rostro pero consiguió pararla con su escudo para acabar con su hacha clavada en su cráneo.
Lentamente el dios antiguo se veía rodeado de enemigos, las tropas menguaban y pronto sus pesquisas mentales no serian mas que mero contratiempos. Las mentes de los defensores se fortalecían junto a las brillantes egidas y sin Psychus estaba desprotegido. peor no perdido.
Un grito apabullante, terrorífico y desgarrador, pero no fue el único. A su alrededor distintos focos corroídos y espesos aparecían por el suelo, viscosidades y burbujas salían de sus propias entrañas pero lo peor era la desgracia que provocaban. Un desgraciado enano, encima de esas áreas negruzcas, ardía y gritaba de puro dolor, su cuerpo incinerado entre llamas se desintegraba en cenizas. Sus músculos se desgarraban y la piel se desprendía a tiras pequeñas rápidamente, en meros segundos la carne dejo paso al hueso y la voz a los gorgojeos incomprensibles, todo esto ante la mirada aterrorizada de la gente a su alrededor, apartándose a pasos lentos del área que iba creciendo.
Las zonas se multiplicaban obligando a caminar en círculos mientras esquivaban tanto enemigos como la podredumbre, lo único bueno es que afectaba tanto a los enemigos como a ellos mismos, cosa que podían usar en su favor. Un humano de blanca armadura empujo con su mandoble a un kvitrr a una de las zonas y este empezó a arder, sin embargo un ignoto consiguió agarrarle por la retaguardia retorciendo su cuerpo hasta perder las extremidades entre crujidos y sangre chorreante. La venganza llego en forma de andanadas de hechizo de fuego y hielo que atravesaron al gigante hasta la muerte. Otro caído que cargar a sus espaldas.
Tras lo que parecieron horas los soldados menguaron en numero y por fin llegaron a las carnes del mastodonte de las mentiras, sus ojos viraban de dirección mirando a cada soldado que llegaba a sus carnes cortando y desmenuzando su propio cuerpo. Los tentáculos cortados se apelotonaban por el suelo de la cámara y los últimos defensores de su amo caían entre sangre, espadas, magia y flechas. El suelo retumbo cuando el cuerpo del Dios Antiguo miro hacia el techo, la cámara estaba siendo defendida, apenas contenía a los defensores de la misma e incluso caían del cielo antes de entrar por el portal. En un instante, noto como la mirada, los ojos anaranjados de la bestia, miraban fijamente con desprecio ante su “campeón caído”, un parpadeo y dejo de notar la presencia.
La cámara volvió a retumbar y escombros cayeron desde las alturas.
DESTINADOS A UN FIN ATROZ. ENTRAIS EN LA CIUDAD DURMIENTE, DESTROZAIS A MIS HUESTES, NEGAIS EL REGALO MARAVILLOSO QUE OS OFREZCO Y AUN ASI, AUN ESTANDO FRENTE A UN DIOS QUE PUEDE DAROS LO QUE DESEAIS Y NI SIQUIERA LOGRAIS CAPTAR, INSIGNIFICANTES MENTES DE LOS HIJOS DE LOS USURPADORES, LO QUE EN VERDAD DEBERIAIS TENER.
CASTIGADOS, ASESINADOS ENTRE DOLOR Y SUFRIMIENTO SERA VUESTRO CASTIGO MAYOR. NEGADOS A UND ESTINO DE GLORIA CAEREIS EN LA DESHONRA Y SUPLICAREIS UNA CLEMENCIA QUE NO LLEGARA A DESTINO ALGUNO. CAEREIS ANTE UN DOLOR INTOLERABLE PARA VUESTROS INSIGNIFICANTES CUERPOS, DAROS LA VERDAD NO FUE SUFICIENTE ASI QUE APRENDEREIS… SI APRENDEREIS Y CLAMAREIS LA AYUDA NEGADA DE VUESTROS DIOSES Y OS LA NEGARAN. DESCUBRIREIS UN TORMENTO QUE NI ES VUESTRAS MAYORES PESADILLAS PUDISTEIS CONCEBIR EN UNA NOCHE PERENNE.
Bultos empezaron a desprenderse el cuerpo de N’zoth, gigantescas protuberancias que se expulsaban del mismo cuerpo escupiendo bilis y carne muerta, cayendo al suelo y escurriéndose por el rostro de N’zoth ignorando, aparentemente, si existencia. Con un plop las protuberancias amorfas terminaron de salir, se expandieron y retorcieron por la zona hasta que un ojo naranja y brillante se encontró en el centro, la carne se incrusto en el suelo echando profundas raíces como si de un árbol se tratase, resquebrajando suelo y salpicando con gravilla y pedruscos. Los ojos miraron a su alrededor, vislumbrando a los defensores y la cámara como si nunca la hubiesen visto, fijaros su vista en los defensores y retorcieron su iris en un gesto de ira.
Gag vwah gag yyqzz ez hoz shAth’yar plahf
Energías empezaron a arremolinarse alrededor de cada uno de los nuevos ojos de N’zoth y de la gran mirada pe-netrante del propio pulpo, virutas moradas se arrejuntaban es una esfera diminuta que lentamente iba creciendo a cada segundo. No se lo pensó dos veces.
- ¡Retirada!, ¡Poneos a cubierto!
La mayoría de campeones siguió las ordenes retirándose a los restos de los tentáculos o creando defensas mágicas con las fuerzas que les quedaban. Pequeñas cúpulas de colores dorados, rosas, azules empezaron a emerger por la cámara mientras aguardaban en su interior los cansados contrincantes del Dios antiguo. A su alrededor una cúpula dorada empezó a rodearlo, giro la cabeza un poco y vio un grupo variopinto, una sacerdotisa junto a Valerie parecía estar formando la cúpula. Por su parte, se dirigió a la parte más cercana al ojo, acumulando energías en el escudo como podía para reforzar esa parte y aguantar en caso de perder la defensa.
De pronto, se hizo el silencio en la cámara solo roto por el entrechocar de las armaduras y las respiraciones de los supervivientes. Un trueno resonó haciendo temblar la cámara, las esferas que había acumulado el Dios antiguo explotaron con un fogonazo, un haz negruzco se extendió en las 4 direcciones arrollando y destrozando a su paso. De los 4 uno dio de lleno en la cúpula en la que estaba, sin pensárselo clavo a Baruk en el suelo y reforzó con luz brillante, dividida con forma hexagonal, la cúpula. Notaba la presión que recaía sobre la misma.
A su alrededor conseguía vislumbrar, lo que le permitía la posición y el esfuerzo, como otras cúpulas sufrían el mismo impacto algunas resquebrajándose lentamente por el imparto. En otros lugares, los tentáculos empezaban a quemarse, dejando perdidos a los pobres desgraciados que se resguardaban tras sus restos. La primera grieta, blanca y fina, apareció en su cúpula los rezos sonaron más fuertes a su espalda intentando reforzarla pero no tenían suficientes fuerzas. Otro guerrero se unió a su lado con un escudo gris de gran tamaño decorado con púas, e incluso el único chaman de su grupo intentaba sanar y revitalizar a todos. Todo por evitar la condenación.
Con el tiempo los mismos rayos bajaban su intensidad, cesaban en su empeño y fuerza desinfladose lentamente. Dejando atrás un caudal tormentoso a un rio manso terminando por cesar, cuando el desconcierto se levanto vieron que los ojos de N’ztoh estaban cerrados así como sus tumores. Un hueco por el que atacar.
No tardaron los primeros desesperados en cargar contra los laterales, cercenando y calcinando los cerrados ojos individuales del Dios de la profundidades, sin embargo este no dormía solo recuperaba fuerzas seguía intentando pe-netrar en las mentes de cada individuo a su alrededor. Podía sentir el miedo y el temblor en sus brazos, reconocía esa sensación que le había llevado a un oscuro lugar no hacia tanto pero no se amedranto. Se levanto del suelo mientras la cúpula dorada desaparecía a su alrededor y, junto al orco, cargo contra el ojo más cercano.
Bajo el ojo unas raíces habían agrietado el suelo, más parecidas a un árbol antiguo, se aferraban a las profundidades de la tierra para ganar fuerza y robustez. Svalin oscilaba dando tajos al “tronco” del ojo, intentando por todos los medios separarlo de las raíces y cortar carne lo más rápido posible mientras el gigante descansaba y recuperaba fuerzas. Las sangre morada y negra se esparcía por todas las direcciones, haciendo una lluvia negra alrededor de cada tumor. Al final unos gritos en la lejanía, donde un fuego azul se alzaba brillante, avisaron del primer tumor arrancado.
El suelo tembló
¡Ak’agthshi ma uhnish, ak’uq shg’cul vwahuhn! ¡H’iwn iggksh Phquathi gag OOU KAAXTH SHUUL!
En’othk uulg’shuul. Mh’za uulwi skshgn kar
Gul’kafh an’qov N’Zoth
¡Kulaq w’ajj, hwa-ksh brraglac!
Con un chasquido N’zoth abrió sus ojos de nuevo mirando a las pequeñas hormigas que eran sus contrincantes, la cámara reverberó un grito del dios antiguo que obligo a retroceder unos pasos a todo el mundo. Un nuevo ojo enraizó donde su gemelo abriendo furiosamente, o así lo parecía, su único parpado con las venas hinchadas y la pupila estirada verticalmente. De nuevo energías se acumularon delante del iris de cada uno de los lados del dios Antiguos, sin embargo no fue lo único.
El suelo alrededor de la bestia se empezó a teñir de morado, no burbujeante ni viscoso como hasta ahora sino como si tiñese el suelo de un nuevo color, textura escamada y vivo. Avanzaba poco a poco pero estaba claro que no iban a acercarse y arriesgarse, repitiendo la táctica los grupos se replegaron y emergieron las cúpulas pero no servirían como protección para el suelo corrupto. Fue en ese momento, rompiendo el aire, cuando un grito paso a su lado.
A su izquierda, el orco con el que había colaborado se había arrodillado y temblaba, se acerco para ayudarle pero su piel se torno morada, su armas cambiaron y apéndices aparecieron a su alrededor. Lentamente se levanto susurrando palabras que no comprendía, se alzo como un autómata y le miro a los ojos, ahora sus pupilas eran un único mar morado que no discernían donde estaba mirando. Sin previo aviso empezó a andar camino al Dios antiguo, lentamente con un paso firme y constante, y no fue el único.
No luchaban contra los demás, tampoco se detenían pese a intentar retenerlos o atraparlos únicamente balbuceaban y andaban hacia el Dios antiguo. Sin embargo, no podían retrasarse cada vez más energía se acumulaba en las pupilas, la corrupción del suelo avanzaba y sus mentes sufrían a las amenazas de N’zoth. Las cúpulas se alzaron de nuevo justo a tiempo cuando los rayos explotaron en la sala, mas débiles que los primeros pero igual de mortales excepto para los convertidos los cuales atravesaban su energía como si fuese mera agua. Paso a paso las cúpulas se retrasaban como pequeñas tortugas, parándose únicamente cuando el rayo se cernía sobre ellos, los muros de la cámara cada vez estaban mas cercanos, gente abandonaba las cúpulas y unos pocos insensatos se lanzaban contra el pulpo para caer en la corrupción que acababa convirtiéndolos.
RESISTIS POR UN ORGULLO SIN MOTIVO, CADA SEGUNDO NUEVOS HIJOS E HIJAS SE SUMAN A MIS FILAS. EL FIN OS LLEGA EN FORMA DE MUERTE O SERVIDUMBRE, PERO OS NEGAIS CON UNA VACUA ESPERANZA MUNDANA, ERRONEA POR VUESTROS DIOSES Y TRAIDORES, QUE EN VERDAD DEBERIA ESTAR ENFOCADA EN UN FUTURO PERFECTO, ARMONIOSO Y DIVIMO. MI FUTURO
VUESTRO TIEMPO SE HA AGOTADO, VUESTRA CARNE TORNA MUERTA CONVERTIDA EN CENIZAS, VUESTRO MUNDO AHORA SERA MIO, VUESTRA ESPERANZA SE TORNARA EN TORMENTO, VUESTRAS MENTES SON MIAS. ¿ACASO NO COMPRENDEIS, SIMPLES SERES INFERIOES Y MORTALES, LA GRANDEZA QUE PRESENCIAIS ANTE VUESTROS INEXPERTOS OJOS?
SOLO SIRVIENDO AL DORMIDO SOBREVIVIREIS PARA VER ESTE MUNDO RECONSTRUIDO EN GLORIOSA FORMA.
Paso a paso iban retrocediendo hacia las paredes, golpeando con la suela gravilla y rocas desprendidas que se movían al arrastrar los pies lentamente. La salida se había derrumbado, debían buscar una vía de escape, una forma de contraatacar, su mente se debatía entre las imágenes y promesas viejas de N’zoth y formas de luchar contra algo imposible. Una cúpula reventó frente a un rayo de uno de los iris, no quedó nada en su interior, dejando más desesperanzados a sus pensamientos. Uno a uno iban cayendo en las promesas, perdiéndose en la lejanía como esclavos atados a sus cadenas, el resto estábamos apelotonados, indefensos en las paredes sin salida. Los rostros a su alrededor se desencajaban, junto a unas miradas que veían un final sin salida, la corrupción estaba ya cerca, unos pocos centímetros, las voces se hacían insoportables, creía escuchar gritos y llamadas pero solo podía escuchar al corruptor.
VUESTRO MUNDO… ES MÍO
Cada segundo se volvió un tormento, recordó las fugaces imágenes de su combate contra Aiden la caída de Lunargenta, el rosto de Saldienne y el de Nissela, no podía concentrarse ni en el sonido del rayo chocando contra la protección que frenaba su muerte. Apenas entendía las palabras, cayo de rodillas agarrándose la cabeza con una mano intentando frenar el dolor, quería rendirse pero conocía sus mentiras, debía frenar a N’zoth.
A TRAVES DE VUESTRA CARNE, EL IMPERIO NEGRO RENACE
Los rayos frenaron en su ataque, la corrupción yacía bajo sus pies engañando a los últimos vestigios de la defensa de Azeroth. Apenas unos pocos resistíamos a su poder y nos veíamos superados por un tormento mayor e inimaginable, algunos se arrastraban intentando alcanzar al corruptor, seguir luchando por la tierra que defendíamos, el tañido de una guadaña clavándose en el suelo llego a sus oído, pero parecía lejana, débil, lenta.
- ¡No escuchéis sus mentiras! ¡No le pertenecéis! -la voz de Magni se extendió por la cámara, con voz grave habitual pero en un tono preocupado. estaban perdiendo- ¡Sois de la propia sangre de Azeroth! ¡Su fuerza… es vuestra fuerza!
Sus piernas no se movían, sus armas estaban tiradas al suelo, el sudor le recorría el rostro y las lagrimas brotaban mientras su mente se rompía en pequeños pedazos diminutos. No lo soportaría más, volvería a ganar, a corromperlo como antes, a negarle la libertad bajo unos deseos engañosos que le encadenarían eternamente. Fue entonces cuando la sala se ilumino, una luz brillante dorada y azulada aunque no conseguía ubicar su procedencia, su cabeza seguía atrapada y apenas atisbaba si era otra ilusión o la realidad pero tras una vibración en la cámara un rayo atravesó a N’zoth.
La cámara empezó a desmenuzarse, grietas y cascotes empezaron a caer pero desaparecían apenas se soltaban, rajas anaranjadas aparecieron por todos lados, la luz se intensifico envolviendo a N’zoth en brillantes colores mientras un silencio atroz atrapo toda la estancia. Su mente empezó a liberarse, sus extremidades recuperaron su flexibilidad y libertad y la corrupción desaparecía lentamente. El rayo cada vez gano mas intensidad, expandiéndose rápidamente por todos lados.
Al poco tiempo lo único que recordaba era la luz, blanca, azul y dorada. Y su realidad estallo, solo había luz.
FIN